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miércoles, 13 de enero de 2010

¡QUE GANAS TENGO DE JUBILARME!



En la foto, una muestra de lo que voy a dedicar mis dias en cuanto me pueda jubilar con dignidad).


CRÓNICAS DESDE LA FÁBRICA DE SUEÑOS. EPISODIO TROPECIENTOS DOS: UN ANTICIPO DE LA JUBILACIÓN.


Hola amigos:

El pasado Sábado no fui a pescar, debido a que marché de excusión con los compañeros del Centro Excursionista del que soy socio. La caminata hasta la cima del Tagamanent fue divertida, pese a que un inusual calor nos hizo sudar de lo lindo.
Tal y como había presentido, y pese a la grata compañía y a la tonificante caminata, sufrí ya a media mañana lo que se llama en el argot moderno un “gran mono”, o síndrome de abstinencia, de rio, de pesca y de truchas.
Por suerte, y como hombre previsor (dicen que los Virgo lo somos incluso en demasía), ya me había reservado para el Lunes un dia de vacaciones a cuenta de los dias que me quedan por gastar de entre los que me tocan este año, para poder disfrutar de la “Fábrica de Sueños” a mis anchas, fuera de las aglomeraciones del fin de semana.
Mis previsiones no fallaron, y el Lunes pude gozar de un estupendo dia de pesca con el rio para mi uso casi exclusivo. Apenas si ví tres personas pescando en todo el dia, y mi única compañía fue, por un corto espacio de tiempo, un magrebí que buscaba caracoles por los matajos del margen de la carretera, y con quien compartí un cigarrillo.
Un dia de sol, temperaturas casi veraniegas, y las truchas cebándose. Toda una gozada, y más cuando atrás y por un dia había quedado la oficina, el tráfico en hora punta y otras pleitesías más que le debemos a la vida cotidiana, moderna y urbanita.
Este estado de placer, me hizo reflexionar en lo gozoso que ha de ser llegar a la jubilación con salud, y poder permitirse el lujo de ir a pescar a sitios como “La Fábrica de Sueños” sin tener que esperar al fin de semana.
Lejos de la paranoia que sufre buena parte de nuestra clase pasiva, y que no es otra que la de intentar parodiar, hasta rozar el ridículo en muchos casos, una juventud que ya se fué en forma de viajes continuos, exceso de bailes y saraos, comidas ricas en colesterol o excursiones de esas en las que a cambio de aguantar un rollo promocional con paciencia confucionista te regalan un jamón y dos litros de aceite virgen extra de oliva, en definitiva, de continuar estresándose más allá de lo necesario, yo me imaginé disponiendo a las puertas de mi vejez de ese enorme capital que se llama tiempo, y pudiendo permitirme el lujo de dedicar mis dias a escuchar las Sinfonías de Anton Bruckner mientras miro crecer la hierba, o de –si la artrítis me lo permite- acercarme a mi querido rio para, sin ninguna prisa, pescar aunque sea un par de esas “truchas de gallinero” que, parece ser, tanto desagradan a las “vacas sagradas” del mosquerío selecto (debido seguramente a que más de algún bolo se habrán llevado por su culpa).
Pero por suerte, y al menos por unas horas, iba a tener a mi alcance uno de esos dias en los cuales sueño lleguen nada más pueda retirarme. Era Lunes, un dia laborable, pero el sol otoñal brillaba en un cielo sin nuebes, el bosque de ribera comenzaba a vestirse de dorado y las truchas me esperaban. Sólo quedaba dar gracias a la Providencia por este regalo en forma de libertad, y comenzar a montar los aparejos.
Resulta obvio decirlo, pero una de los mejores alicientes de pescar en un dia laborable es que podemos permitirnos echar la caña en cualquiera de esos lugares del rio en los que en fin de semana siempre hay alguien. Así lo hice, y nada más comenzar la jornada, pude disfrutar de poder pescar algunas posturas que hacía desde el invierno pasado no visitaba precisamente por estar demasiado frecuentadas.
Uno de los temores que suelen asaltarnos a la hora de ir a pescar en laborable –allí donde esto esté permitido, claro está- es de si, después del aluvión de pescadores del fin de semana, quedará alguna trucha en el rio. Amigos mios, no sufrais por la parte que atañe a la “Fábrica de Sueños”. Sólo os diré que, en una jornada en la que pesqué con toda la calma imaginable e incluso paré cerca de una hora para tomar el sol como los lagartos, estirado en una piedra, no me costó mucho esfuerzo ensalabrar 15 truchas, y perder una buena cantidad de ellas por malas clavadas o porque en la lucha entre el pescador y el pez, este último batalla por su vida con denuedo hasta el final.
La jornada del Lunes se puede dividir, a efectos pesca, en dos espacios de tiempo asimétricos. Un par de horas iniciales con la ninfa, muy productivas, en las que saqué ocho truchas sin mucha dificultad, amén de perder un buen montón de clavadas. La protagonista de ese par de horas fue una pequeña larva de tricóptero de color rojo oscuro, ninfa por la cual las arco-iris de Andaní (si, confirmado por el Sr. Antonio, se vuelve a repoblar con trucha del mismo rio), parecía pirrarse ese dia.
El resto de la jornada, o sea seis horas más, estuvo dedicada a la pesca, aún más sin prisas, con mosca seca. A primera hora de la tarde, y hasta que a las cinco y cuarto decidí salir del rio y recoger bártulos, encontré una poza y su consiguiente entrada de corriente en la cual se cebaban con locura una gran cantidad de truchas con total descaro e impunidad.
Contrariamente a lo que muchos puedan imaginar, la trucha no sucumbía a las primeras de cambio ante cualquier madeja de hilo atada a un anzuelo que bajase corriente abajo. Esta trucha de Andaní puede a veces ser un tanto selectiva, y a tenor de lo que habíamos investigado tiempo ha, mi gran amigo y mentor Joan Navarro y un servidor, suele sucumbir antes ante una buena presentación de la mosca, que ante un cambio permanente del patrón de la misma .
Finalmente, las truchas capturas a seca fueron siete, pero no cuento las cinco más que tuve a tiro de sacadera y que finalmente me ganaron la partirda con subravura o por mi falta de pericia en la pelea.
Disfruté como un cosaco, sobre todo durante un rato en que los ataques a mi mosca eran continuos, pero tan rápidos que apenas me daba tiempo a clavar. Confieso que, enfrascado en la pesca y casi hiponitzado por esa miríada de cebas en el agua, perdí hasta la noción del tiempo, y cuando me dí cuenta, el sol estaba ya muy bajo en el horizonte.
De vuelta al coche, dejé por un instante de pensar en las emocines de la pesca, para disfrutar de esa preciosa tarde otoñal, y más en ese momento en que el inusual calor casi estival del dia había dado paso a un poco de aire fresco.
Si, quiero pensar que había viajado al futuro, y que esperaba –de nuevo en el presente- que muchos dias mi venidera jubilación, si Dios quiere, fueran así.

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TEMPORADA DE COTOS INTENSIVOS DE SALMÓNIDOS 2.006-2..007
JORNADA Nº 4

COTO DE ALFARRÀS
RIO NOGUERA-RIBAGORÇANA


Lunes, 30 de octubre de 2006

Climatología: soleado y caluroso.

Pescador: Ferran RUBINSTEIN.

Capturas: 15 Truchas arco-iris
Capturas por señuelos:
8 a ninfa y 7 a mosca seca.


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Siempre es Temporada de Pesca en Podolia.
Buena Pesca y Lineas Tensas!


Ferran RUBINSTEIN.

Mosquero por elección, pero ante todo pescador por devoción.

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