"Si, al igual que yo, sois de los que creeis que tenéis poco que enseñar, mucho que aprender y aún más que compartir, éste es vuestro blog".

domingo, 30 de diciembre de 2012

JP-638. COTO INTENSIVO DE ALFARRÀS S. M. NR12B. Sábado, 29/12/2012.

Aprovechando la presencia de mi amigo Francesc, pude por fin aparecer en alguna foto de mi blog, todo y que  sólo sirve para ilustrar el peor de los días de pesca de este año 2012, que está próximo a terminar.

Un mediodía de sol muy engañoso:  nada de sensación de "falsa primavera"; el día fue frío y la niebla de primera hora de la mañana y de última de la tarde hizo bajar aún mas el termómetro, hasta hacer que nos tuviéramos  que cambiar de ropa a toda prisa.





JORNADA DE PESCA Nº 638

El año 2012 se despide, en lo que a pesca se refiere, con un enorme fiasco en el coto de Alfarràs, convertido provisionalmente en estricto sin muerte hasta marzo del año que viene. Ha sido el de este último sábado del año un día de pesca realmente duro y aburrido, que nos debe recordar tanto que la pesca también tiene sus días malos en los que las truchas están poco por la labor como que las más de las veces no basta con convertir un tramo de río en un sin muerte por decreto, si no se está dispuesto a ir reponiendo truchas para compensar los estragos de la tanto de la pesca furtiva como de plagas naturales como cormoranes y visones.
Este sábado conté con la compañía de mi amigo Francesc Bernal, con quien he compartido muchas jornadas de pesca a lo largo de los años, y a quien no veía desde el pasado mes de octubre en Oliana. Antes de intercambiar regalos de navidad y ponernos a cambiar de ropa y montar el equipo fuimos a tomar un desayuno de “mesa y mantel”  en un conocido bar de Alfarràs. Esa fue la decisión más sabia de todo el día, pues tal y como transcurrió la jornada hubiera sido un sacrificio tan inútil como espartano el haberse puesto a pescar a primerísima hora, con una temperatura glacial y los campos totalmente escarchados.
Fiel a su filosofía, Francesc empezó y terminó la jornada pescando a mosca seca. Yo por mi parte, fui probando de todo y cambiando imitaciones y rehaciendo bajos de línea hasta la saciedad. Comenzamos pescando –el a seca, y yo a tándem de ninfa ligera- zonas de poca profundidad de la parte baja del coto, en la que a lo largo de todo el día apenas si vimos tres pescadores de cucharilla (ya no entro en si la giratoria era con o sin muerte: no soy un agente de la autoridad para inspeccionar los aparejos de los demás) y que nos confesaron no haber tenido ni una picada en todo el día.
Al poco de comenzar una jornada que se presumía soleada, se cerró la niebla, y este meteoro, con la consiguiente bajada de temperatura y aumento de la humedad ambiental nos acompañó hasta casi primera hora de la tarde.  Envueltos en la niebla, y sin tener ni una mísera picada en zonas en las que siempre sacamos algún provecho, las horas pasaron lentas y tediosas, amenizadas con algún rato de conversación y algún que otro chiste. En medio de la niebla también, rendimos cuentas a los Agentes Rurales de nuestra presencia legal en el río, mediante la oportuna muestra de credenciales y permisos diarios.
Pasado el mediodía, tras un cambio radical de zona dentro de la parte baja, salió el sol y este hecho para nada sirvió para activar unas truchas que no daban la cara ni por arriba ni por abajo. Es más, todo y lo soleado de la tarde, la sensación era de una engañosa falsa primavera, pues la temperatura siguió siendo muy fría. A esa hora más o menos comenzaron a haber eclosiones, concretamente de una efémera blanquecina: un auténtico desperdicio, pues no había pez alguno que se interesase por darse el atracón, ni tan solo de las que bajaban en spent.
Me cupo a mi el dudoso honor de capturar la única y miserable trucha del día, una arco-iris de repoblación sin más historia, al haber “tungstenizado” el equipo  y al salir el pesado combo de ninfas de una corriente para entrar en un blando lateral de mi propia orilla. Pasaba largo de la una de la tarde, y viendo un panorama tan poco alentador aguas abajo del puente,  decidimos mudarnos a probar suerte a la parte alta del coto, aguar arriba del puente en la antigua zona de mosquito.
Al llegar a la chopera, nos encontramos nada más ni nada menos que seis coches aparcados. Había overbooking en aquella parte del río, como suele suceder casi siempre que la visito, todo y que ahora hacía desde febrero del año pasado que no lo hacía.
Aquí,  la decoración cambió un tanto, pero no radicalmente. Había cebas esporádicas de truchas, pero todas las posturas estaban ya ocupadas no tan sólo por pescadores intentando capturar unas truchas muy selectivas y resabiadas, sino también por otros que hacían de espectadores. 
Francesc marchó en busca de un rinconcito para pescar a seca sobre trucha vista, todo un milagro para ese día, y yo me decidí a ir remontando las corrientes pescando a ninfa hasta el principio de la antigua zona de mosquito. Otra vana y tediosa labor que me llevó hora y media de acribillar el río con un par de ninfas, combinando una atractora pura muy pesada con una más realista más ligera, sin obtener picada alguna. Lo único que amenizó ese rato fue el toparme con Moreti,  que venía por el camino con un amigo suyo de vuelta hacia la chopera. Aparte de saludarnos y desearnos un feliz año nuevo, me confirmó algo que ya sospechaba: que fuera de cuatro posturas puntuales en donde subía alguna trucha, todo el resto de corrientes era terreno baldío:  él mismo –un pescador muy bueno sobre todo con la ninfa, en mi opinión- había conseguido capturar una sola trucha y se le había escapado otra.
Resignado y con la muñeca molida de tanto lanzar lateralmente (esto de pescar sin sacar línea se me hace cada día más un suplicio: me estoy volviendo “anti-polaco”, je, je, je) llegué hasta la tubería que desagua al río desde Andaní  y dí media vuelta a ver qué estaba haciendo y cómo le estaba yendo a mi amigo Francesc.
Al llegar a la chopera, me encontré de nuevo a Moreti entre un grupo de espectadores que estaban animando a un pescador que prospectaba una de las pocas posturas en las que había actividad de las truchas por arriba. Entre los espectadores estaba el Sr. Antonio, el guarda del coto, a quien tuve ocasión de felicitar el año nuevo en persona. Ojalá todos los profesionales de la vigilancia fluvial tuvieran el alto grado de compromiso y cumplimiento del deber de este hombre que tanto ha velado a lo largo de años para que Alfarràs fuera una auténtica “Fábrica de Sueños” para los pescadores.  La política y el dinero pueden hacer mucho, pero una excelente vigilancia fluvial es indispensable.
Como no, Francesc había encontrado su rinconcito en donde dar batalla a truchas activas por arriba. Pero lejos de verle en su elemento, capturando truchas a mosca seca, me lo encontré realmente fuera de quicio intentando pescar “algo” que lomeaba más que se cebaba esporádicamente y que le había hecho cambiar al menos seis veces de mosca sin conseguir no tan sólo una picada, sino tampoco un mísero rechace.
El análisis de la situación no podía ser más claro y a la vez más desalentador:  dos o quizás tres farios enormes estaban lomeando en la salida de una débil corriente pegada a un aliso. Sin dudas: comían emergentes y a saber de qué.  Francesc me invitó a tentarlas, tras haberse rendido y sentado a fumar la segunda mitad del puro habano que estuvo fumando por la mañana.  Tal y como suponía, el resultado final fue que pasaron de mis imitaciones tanto como habían pasado de las de Francesc, todo y que les pasee por delante varias de mis emergentes con mayor índice de aceptación tanto de farios como de arco-iris  y que incluso les deje derivar por los morros algunas de las microninfas sin apenas lastre que me han funcionado con truchas muy selectivas en Anglès, tomando incluso las medidas preventivas de alargar el bajo de línea para impedir cualquier rápido dragado.
Aceptando la derrota, en aletas que no manos de peces tan resabiados, emprendimos camino del coche envueltos de nuevo en medio de una niebla aún más espesa que la de la mañana, y que se había cerrado de golpe, visto y no visto, a eso de las cuatro y cuarto de la tarde.
Mientras Francesc se cambiaba de ropa, yo aún tuve la paciencia de dedicar media hora más a tentar alguna ceba esporádica en la zona de la chopera, ya libre de pescadores y espectadores, y más que nada por el gusto de sacar línea y lanzar largo en una jornada en la que las circunstancias me habían obligado a pescar más corto y pesado de lo que es habitual. Por supuesto, terminé el día tal y como lo empecé ni una picada. Fin del partido y a tomar un rápido “café de descongelación” en un bar del pueblo, mientras que con Francesc analizábamos los pormenores de tan mal día de pesca: para Francesc faltan truchas; para mi, y es mi humilde opinión, quiero pensar que hay más trucha de la que parece, pero hay días,  sobre todo en pleno invierno, en que no están muy por la labor.
De vuelta a casa, disfruté de largo viaje conduciendo y escuchando música en medio de una espesa niebla entre Alfarràs y Cervera.  Esta vez, no dejaba de sentirme un tanto disgustado, pero no por los malos resultados del día, pues de jornadas de pescas escasas y bolos el currículum de todos está lleno, sino porque a lo largo del próximo mes de enero tengo muchos compromisos familiares y sociales y aún no sé cuándo podré volver al río a pescar, y eso para mí es motivo de enorme desazón  e inquietud.                                



JORNADA DE PESCA Nº 638.

Temporada 2012-2013 - Nº 11
Temporada de Cotos Intensivos de Salmónidos 2012-2013 - Nº 11

Coto de Alfarràs sin muerte - NR12B

Río Noguera-Ribagorçana

Pescadores:
Francsc Bernal
Ferran RUBINSTEIN

Capturas:
Francesc Bernal: 0
Ferran RUBINSTEIN: 1 trucha arco-iris a ninfa.

Climatología: soleado y frío, con niebla al principio y al final de la jornada.

Hora de inicio de la jornada: 10,15 h.
Hora de finalización de la jornada: 16,45 h.

La música de hoy:

Viaje de ida:

Sinfonía nº 3
Anton Rubinstein.

Sinfonía n 3
Leevi Madetoja

"Ein Festes Burg"
Joachim Raff

Viaje de vuelta:

Sinfonía en FA mayor
Concierto para piano y orqueste en RE mayor
Ludwig Thuille

Concierto para piano y orquesta nº 1
Xaver Scharwenka

Líneas Tensas!


Ferran RUBINSTEIN.

sábado, 22 de diciembre de 2012

JP-637. COTO DE ANGLÈS - EL PASTERAL INTENSIVO S. M. ´Sábado, 22/12/2012.

El Mundo no se acabó el día 21 de Diciembre de este año, tal y como auguraba la famosa Profecía Maya. Sin embargo, para mi comenzará el Mundo a acabarse un poco el día que no pueda ir al río a pescar. 

En el día del sorteo de la Lotería de Navidad, mi mejor premio fue poder ir a pescar. El capturar y soltar esta trucha no puede considerarse una simple "pedrea".

Las truchas grandes de las corrientes se pierden por ninfas muy pequeñas. La que consiguió que esta preciosidad de fario, de tres de mis palmos, picase estaba montada en un anzuelo del 19 y con una pequeña bolita del 00.  



JORNADA DE PESCA Nº 637.

Finalmente el mundo no se acabó el viernes 21 de diciembre, tal y como habían profetizado los Mayas. La bolita azul y sus enloquecidos habitantes van a seguir dando vueltas en elipse alrededor del sol un tiempo más. Otra profecía más que fracasa, y ya van montones de ellas desde los albores de los tiempos. Supongo que el mundo se acabará algún día, pero no va a ser ni hoy, ni seguramente mañana. Lo que si es cierto es que el fin del mundo comenzará un poco, por lo menos para mi, el día en que no pueda ir a pescar al río.
Jornada de pesca la de este sábado, en un día tan pre navideño como el del sorteo de Navidad de la Lotería Nacional, que tanto seguimiento mediático tiene desde siempre, y que para mi pasó completamente desapercibido, pues considero que ya me había tocado la lotería con el siempre hecho de poder volver a medir mis fuerzas con las bravas y astutas truchas de "Magic Anglès". Además, en vista de los hermosos ejemplares tanto de farios como de irisadas que conseguí meter en el salabre, puede decirse que no me tocó una "simple pedrea".
Por fin este sábado dejó de soplar el viento, y no me vi incomodado por este meteoro tan poco favorable a la acción de lance en la pesca con mosca. Sin embargo, y a tenor de lo vaticinado por los partes meteorológicos, me esperaba una jornada más soleada y cálida que al final quedó en un día nublado y gris, con alguna apertura de claros ocasional, y con la temperatura mucho más contenida en comparación de los excepcionales altos valores de la semana anterior.
Con tan sólo algunas posturas de los dos primeros tramos del coto tuve suficiente para disfrutar todo el día: las truchas estuvieron activas y comiendo en superficie desde primera hora de la mañana, y lo seguían estando cuando, ya puesto el sol hacía un rato, plegué la caña y volví al coche.
Como suele suceder en Anglès, y sobre todo en los otoños e inviernos de este coto, tanta actividad no se traduce para nada en pescatas de escándalo. Las truchas comen y se mueven, pero cuesta mucho acertar con la imitación de lo que comen, y con el río tan bajo de caudal, tanta agua parada y tanta corriente lenta, aún cuesta más presentar con aseo y dignidad la imitación. Tuve que hacer muchos cambios de moscas y no menos arreglos de bajos de línea este sábado, pero me puedo dar por muy satisfecho con las cinco truchas que conseguí meter en la sacadera, y en especial con las dos farios de tan preciosa como distinta librea comparando la una con la otra. El resultado puede parecer a muchos un tanto justito en un río con tanta trucha, pero a veces los números no hacen justicia a lo que es el desarrollo del día de pesca en realidad: cuatro truchas más no llegaron al salabre por muy poco, y tres de ellas por el mismo motivo: en su potente huida cual torpedos jugaron la baza ganadora de enredarse en las marañas de troncos caídos de las orillas...las truchas de "Magic Anglès" han aprendido un recurso contra el que no hay freno progresivo de carrete de alta gama que valga.
La mañana y la primera hora de la tarde transcurrieron en una exhalación. Estuve pescado a seca todo el rato, y probando imitaciones de moscas secas y emergentes mucho más pequeñas (montadas en anzuelos del 20) que las que sufrían rechazos la semana anterior. En las imitaciones de CDC también opté por aligerar un poco la densidad del plumero. Curiosamente, de las tres primeras capturas, dos arco-iris y una fario,  la marrón atacó la mosca seca en el momento en que iba en tandem con una emergente detrás. Poco después, y en el momento en que comenzaba a probar microninfas del tandem más pequeñas y menos lastradas de lo habitual, una gran irisada picó una mini-ninfa negra y me regaló con un par de saltos acrobáticos antes de emprender uns carrera a reacción río arriba para ir a enredarse en un tronco caído casi a veinte metros de distancia (¡y yo con cara de tonto sin poderla frenar temiendo una rotura segura!). Estoy seguro que algún que otro pescador habrá sido víctima, como yo, de estas estrategias de fuga y liberación tan bien estudiadas por parte de las truchas.
A eso de las dos de la tarde, y a la hora de hacer un cambio de moscas y una enésima rectificación del bajo de línea, comprobé con auténtico pavor que había perdido mis gafas lupa, y sin ellas, parafraseando a Amaral, no soy nada, o por lo menos nadie...capaz de poder hacer un nudo y menos con el pequeño tamaño de las moscas y el delgado diámetro de los hilos. Así pues, maldiciendo mi suerte pero consciente de que me quedaba mucho y muy interesante partido por delante, tuve la paciencia de perder casi media hora en salir del río y del del coto y volver al parking del centro comercial en donde tenía aparcado el coche, para coger las otras gafas lupa que tengo de repuesto.
Tras la pausa de media hora, entre pitos, flautas y un te con limón de mis provisiones de por medio, tuve la doble suerte de que las truchas que estaba tentando siguieran activas (creo que aún lo estaban más), y de no encontrar a ningún otro pescador tentándolas. Todo esto para nada a efectos prácticos, pues durante un largo rato las truchas marchosas de esa postura me dieron una lección magistral del muy noble arte de pasar de una mosca artificial. Sin embargo, y como premio a mi tenacidad ¡encontré las gafas lupa que había perdido!. Este milagro se produjo por el simple hecho de (animal de costumbres que soy) hacer pis en el mismo sitio que lo había hecho un rato antes. Seguramente fue en el momento de quitarme el chaleco, y al estar uno de los bolsillos indebidamente abierto, que las gafas se cayeron del mismo.
A partir de las tres de la tarde, y a partir de pasar a pescar unas corrientes, la jornada entró en el cenit de la actividad. Esta vez, pertrechado con una sola ninfita en tamaño ínfimo (anzuelo del 19 y bolita del 00) comencé a tener picadas en el mismo y turbulento eje central de la corriente pescando al estilo opuesto a la pescas polacas y al hilo, o sea, lanzando largo, sacando linea y dejando que la ninfa derivase sin tracción alguna por la corriente. Cosa rara en mi, por no poner no puse ni indicador de picada, confiando por esta vez casi más en mi intuición que en mi tacto.
Perdí dos truchas arco-iris enormes casi seguidas, maldiciendo mis huesos y mi p... mala suerte, al tener que gestionar la pelea demasiado cerca de un árbol semisumergido: la segunda de las truchas perdidas me obligó incluso a rehacer toooooodooooooo el bajo de línea previo ir a desenredar la linea de en medio de las ramas.
A la tercera, y fiel al mismo estilo "anti-polaco" de pesca con ninfa, fue la  vencida y ¡voto a bríos! que menudo truchón fario que venía enganchado al otro lado de la línea. Para evitar los mismos problemas que me habían llevado a perder las dos truchas anteriores, aproveché el momento en que huía rió arriba para avanzar con ella en la misma dirección, y así quedó a distancia suficiente de los troncos, que esta vez quedaban corriente abajo, de modo que en cuando emprendió otra huida río abajo la pude castigar lo suficiente levantando la puntera de la caña aún más como para evitar que se fuera derecha a los troncos. Una vez en la orilla, tuve el placer de poder observarla con detenimiento antes de soltarla con mucho mimo y cariño: un buen ejemplar de cerca de 50 cms. con una librea muy plateada y con escasas pintas, muy diferente de la fario que había pescado a seca un rato antes, muy marrón y con unas pintas muy grandes. Realmente, en lo que a variedad de truchas se refiere, "Magic-Anglès" puede considerarse algo sí como las "Naciones Unidas de las truchas".
La tarde, todo y al inminente ocaso, aún iba a dar más de sí, gracias al uso de la ninfa ligera en bajo largo, una técnica que he adoptado tras las lecciones magistrales de la misma que me dio mi amigo Carles Vivé este pasado verano. En la siguiente corriente, una de muy escaso calado en la que ya "triunfé" la semana anterior, todo fue entrar, lanzar largo la ninfa y tener enganchada una hermosa trucha arco-iris. Sin embago, me pillo tanto por sorpresa, que se me desclavó a las primeras de cambio. Paciencia, un par de tiros largos más, y... ¡tachán, tachán! otra arco-iris, y aún mas grande, que viene dando guerra, que salta y se encabrita, y que termina entrando en mi sacadera.
Con el sol ya oculto, y con las últimas luces de una tarde a la que el ocaso ha limpiado de nubes, aún me resistía a marchar, así que me quedé ha hacer un improvisado "sereno invernal" pescando a seca al agua.  Así, y antes de que por prudencia y sobre todo para poder ver donde pisaba en este fondo de río tan resbaladizo y lleno de algas, tuve tiempo de darle un buen revolcón a una última trucha arco-iris que, como yo, no terminaba de encontrar la hora de irse a merendar, y que tras alegrarme el colofón de tan interesante jornada de pesca se desclavó y se fue a seguir moscardeando a otro lado:  a una balsa en donde otras enormes truchas movían con frenesí sus aletas dorsales como su fueran tiburones: para ellas ya había llegado la hora de la cena. En horario europeo, por supuesto.
Todo y la fecha que figura en el titular de esta entrada de mi blog, estoy acabando de escribir este artículo pocas horas antes de la cena de Nochebuena. En cuanto lo publique, vamos a proceder a la tradición del "Cagatió" con nuestra hija Elisenda un año más. En estos tiempos difíciles, no hay nada como aferrarse a la alegría de los niños por las cosas más simples, pues para ellos son mágicas, y sobre todo, pensar que a uno ya le ha tocado lotería suficiente con haber podido ir un día más al río, y aún más  si ese día lo ha vivido con la misma intensidad e ilusión de un niño, que espera que el Tronco de Navidad, Santa Claus y sobre todo los Reyes Magos le traigan, por arte de magia, los regalos. No reneguemos nunca del niño que fuimos y que seguimos llevando dentro: sigamos creyendo en la magia de las cosas, y la pesca es una de las que tiene más.                  

JORNADA DE PESCA Nº 637.

Sábado, 22 de diciembre de 2012

Temporada 2012 - 2013 - Nº 10
Temporada de Cotos Intensivos de Salmónidos 2012 - 2013 - Nº 10

Coto Intensivo de Anglès - El Pasteral
Río Ter

Pescador:
Ferran RUBINSTEIN.

Capturas:
2 truchas arco-iris a mosca seca, 1 trucha arco-iris a ninfa, 1 trucha fario a mosca seca y 1 trucha fario a ninfa.

Climatología: nubes altas con alguna apertura de claros ocasional; frío a primera hora de la mañana y fresco el resto de la jornada.

Hora de inicio de la jornada: 10,15 h.
Hora de finalización de la jornada: 17,00 h.

La música de hoy:

Viaje de ida:

Sinfonía nº 1
Sergei Rachmaninov

Obertura Solemne
Alexander Glazunov

Viaje de vuelta:

Concierto para violoncello y orquesta nº 1
Concierto para violoncello y orquesta nº 2
Joachim Raff

Rapsodia para violín y orquesta nº 1
Bela Bartók

Danzas de Marosszék
Zoltan Kodály

Líneas Tensas!


Ferran RUBINSTEIN.

miércoles, 19 de diciembre de 2012

RUBINSTEINFISHING OS DESEA FELIZ NAVIDAD

Rubinsteinfishing desea a sus lectores, seguidores y simpatizantes



FELIZ NAVIDAD Y PRÓSPERO AÑO NUEVO
BON NADAL I FELIÇ ANY NOU
MERRY CHRISTMAS AND HAPPY NEW YEAR
Веселого Рождества и счастливого Нового года

domingo, 16 de diciembre de 2012

JP-636. COTO DE ANGLÈS - EL PASTERAL INTENSIVO S. M. TE15 - Sábado, 15/12/2012

Las truchas resabiadas de esta balsa me obligaron a hasta cinco cambios de mosca y  tres  modificaciones de bajo de línea, hasta que finalmente terminé pescando aguas abajo. 

En esta corriente, y en un poco más de un palmo de agua, salió la mejor de las truchas de la jornada que pude echar al salabre. Un pez que se puso bravo y gallito y que me forzó a una pelea bastante al límite de mis la resistencia de mi aparejo, y de mis siempre escasas habilidades.   




JORNADA DE PESCA Nº 636

Las dos últimas jornadas de pesca, en Pedret y en Anglès, soportando temperaturas negativas y pasando un frío realmente invernal habían roto una larga tónica de días de pesca húmedos y lluviosos en Alfarràs. 
A poco de terminar oficialmente, ya dábamos por enterrado al otoño, cuando gracias a un cambio del régimen de vientos le ha permitido un breve "canto del cisne": este fin de semana anterior a la Navidad, y gracias a la llegada de un recalentado viento de poniente, las temperaturas se han elevado considerablemente, y de no ser por las hojas caídas y la brevedad de los días, diría uno que ha llegado la primavera en vez de estar despidiéndose el otoño.
Así pues, durante el viaje de madrugada hacia Anglès observé en el termómetro de mi coche temperaturas tan inusuales para la época del año como 15 grados en Barcelona, 15 en Sant Celoni o 14 en Santa Coloma de Farners. En Anglès, y después de un desayuno "de puro trámite", la temperatura era de 12 grados a las nueve y cuarto de la mañana, por lo que tras dos semanas de abrigarme para pescar como un esquimal, pude por fin aligerar la vestimenta.
En esta ocasión, decidí tras cerca tres años o más de no hacerlo (1), pescar en la parte baja del coto (Nºs 1 y 2) según las tablillas. Gran parte de la culpa de mi larga ausencia ausencia de este sector se debe a que hace años tenía la costumbre de dejar el coche tras cambiarme en el puente de Sant Julià de Llor, hasta que una oleada de robos en vehículos me llevó a optar por dejar el coche aparcado en la relativa seguridad del centro comercial a la salida del pueblo.
Todo y la larga ausencia, esta parte del coto la he pescado mucho a la largo de los años, y para mi pescar sus posturas, que me conozco muy bien, es algo así como la "quintaesencia del coto de Anglès en estado puro". O sea, y salvo pocas pero notables excepciones, poca pesca pero de truchas con mucho poderío que te hacen devanar el seso tanto para hacerlas picar, como para meterlas en el salabre.
Quizás, lo peor de esta parte baja, es que los accesos al río están fatal, y en algunos puntos hay una auténtica maraña de árboles caídos junto a la orilla, sobre todo del puente hasta la desembocadura de la Riera de Osor. A partir de allí, el camino para acceder a los puestos es quizás el más pequeño y complicado de todo el coto, sorteando una auténtica selva de maleza: un buen puesto para rasgarse el váder a la que uno se descuide un poco.
Pese a todo, para mi es esta parte del coto la que tiene mayor encanto, y no lo digo por lo mucho que haya pescado allí, pues francamente mis mejores pescatas en este intensivo las ha hecho de largo en otras latitudes del mismo, sino por que es de largo la zona menos frecuentada y, sobre todo porque estéticamente me encanta. Quizás parte de la magia se deba a algo telúrico, pues es la única parte del coto en que el río está orientado de oeste a este en vez de estarlo de norte a sur. 
El día comenzó pescando directamente a mosca seca: de buena mañana ya estaban cebándose las truchas de la balsa que hay justo antes de la desembocadura de la Riera de Osor, pero ¡caramba! al igual que las veces en que visitaba esta parte del coto, estaban igual de difíciles, y más ahora en que el río va muy bajo con su caudal de invierno. En otras ocasiones, le daba un par de tientos a la postura, y luego me iba a ninfear a las corrientes. Sin embargo, ayer decidí quemar un buen rato de la jornada en una pesca bastante difícil.
Como en otras ocasiones, pescando de cara no obtuve más que rechazos, y tras cinco cambios de moscas y tres modificaciones de bajo, salí del río, remonté la orilla de la isleta que separa los dos brazos del río (la balsa está en el ancho) y pasé a pescar aguas abajo, sobre la multitud de desafiantes e irritantes cebas, y no fue hasta entonces, con una mosca que ya había probado y supongo que en una de esas ocasiones en las que la imitación está a un tris de dragar pero sin hacerlo, que conseguí ¡aleluya! clavar y pelearme con una estupenda arco-iris plateada, de aletas blanquecinas y muy escasas pintas, que me regaló un par de acrobáticas cabriolas antes de meter sus casi 35 cms. en mi sacadera.
Tanta ceba...¡y ni tan solo se lo que comían!. Efémeras seguro que no,  pues no había eclosión alguna ¿quiromónidos, dipterines, alguna larva?. El caso es que no dí con lo que a "Sus Majestades" les causaba tanta excitación, así que terminé pescando con una efémera de CDC en tamaño un tanto más reducido y aguas abajo, y aparte de la trucha capturada, tuve ocasión de tener otra picada más que terminó con un simple revolcón.
Hay que ver lo rápido que pasa el tiempo, sobre todo cuando uno se le está pasando bien. Cuando me dí cuenta, ya era un poco más de las doce del mediodía y el sol se había impuesto a las nubes. Momento de ahuecar el ala e ir a probar otra de mis posturas favoritas en esta parte del coto, antes de quedarme encantado, o de que salgan raíces, tentando a estas truchas tan resabiadas.
Con la aparición del sol entre las nubes, hizo acto de presencia también el viento, meteoro el cual iba a estar presente a lo largo de la jornada, todo y que, pese a alguna racha ocasional, no fue tan molesto como la semana anterior.
También se cebaban en la postura siguiente, pero esta vez de un modo más aislado y errático. Tras un breve interludio pescando a seca, y dado que la postura no deja de ser un corriente, aunque moderada, pasé a pescar con tandem, y a las primeras de cambio ya tenía otra arco-iris, muy similar en tamaño y características a la anterior, enganchada a mi ninfa. Fue una picada curiosa a una ninfa muy original. El tricóptero de pelo de ciervo, que estaba usando a a guisa de indicador, no se hundió, sino que apenas hizo un ligero guiño o amago de hundirse: seguramente, la ninfa. verde con bola azul (cosas más raras se han visto en materia de atractoras)  no estaba en la corriente, sino ya en el suelo, y la trucha tomó de allí, hociqueando como si fuera un ciprínido.
Más adelante, y en unas corrientes rápidas pero de poco calado, todo fue lanzar y recibir una brutal picada, también a la peculiar ninfa.  de la que resultó ser la última y mejor captura del  día, otra irisada de un poco más de 40 cms., un pez se puso bravo y gallito, remontado la corriente un par de veces, obligándome a frenarla con alto riesgo a la que se acercaba a unos troncos de la orilla y que me puso en reales apuros antes de ensalabrarlo al ganar finalmente el tiro de la corriente aguas abajo de mi postura. ¡Que gran pelea!
Un señor estaba ya pescando otra de mis tablas favoritas de la parte baja del coto, en la que yo pensaba, de no haber estado él, haber disfrutado de otro rato de pesca a seca sobre truchas que en ese momento parece estaban por la labor, pero no para mi. Visto lo visto, que ya eran pasadas las dos y media de la tarde y que ¡vaya, ahora aparece gente! había al menos un par de pescadores repasando las posturas en que ya había estado, le dije adiós y hasta la próxima a esta parte del coto, la más cercana a Anglès, y me fui andando hasta el inicio de la zona de polígonos de la La Cellera de Ter para acabar de pasar la tarde.
A diferencia de la actividad que había en la parte baja, en donde por fin había eclosionado algo de efémera, la zona de los polígonos se mostraba muda e inerte. Probé un varazo aquí y allí, y anduve más que pesqué durante un buen rato hasta que de tanto andar acabé llegando al inicio de la zona de los planteles. Junto a la desembocadura del canal, me encontré a un nutrido grupo de mosqueros, entre ellos algún "Conmosquero" y alguna que otra cara vagamente conocida, con los que pude hablar brevemente: la opinión fue unánime, no estaba siendo un día de grandes alegrías, y mucho menos de grandes pescatas.                            
Para acabar de pasar la última hora de mi jornada, con un viento cada vez más molesto, estuve pescando una zona un tanto enmarañada de troncos caídos, incluyendo uno de gran tamaño cruzado en medio del cauce, por lo que forma una improvisada badina. cual fue mi sorpresa y consiguiente acelerón de pulsaciones al ver surcando la misma una enorme aleta ¡tiburón, tiburón!. Unas cuantas pasadas con la ninfita (la misma y original verdiazul), y tenía enganchado un enorme pedazo de fario "barra de pan" que a ojo de buen cubero pasaba del medio metro. Ya he hecho el día, pensé. Curiosamente, el enorme animal batallaba poco y cansinamente,  pero... tuve la mala suerte de que en una de sus pocas y laxas escapadas, tras haber estado a un par de palmos de mi salabre, se fuera hacia la maraña de troncos sumergidos y allí se zafase mi trofeo, seguramente con la ninfita revelación de la jornada en la boca a modo de piercing.
Un día de escasas capturas, pero de intensa diversión, como suelen ser muchos en los otoños e inviernos de "Magic Anglès". Poco o nada cambia aquí. Las únicas novedades en las jornadas de pesca las está trayendo la crisis. Ayer, y mientras no terminen las obras del Eix Tranversal, hubo otro regreso a casa por mas o menos sinuosas carreteras convencionales para evitar el sablazo de los peajes de una autopista que, para mayor agravio para el pueblo, estando sobradamente amortizada sigue viendo renovada, por motivos políticos, su ya dilatada concesión.        





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(1) La última vez que pesqué la parte baja del coto, o sea los números 1 y 2. fue en la Jornada de Pesca nº 507, del 29 de diciembre de 2009, poco antes de que comenzase a publicar mis crónicas en este blog.


          


JORNADA DE PESCA Nº 636

Sábado, 15 de diciembre de 2012

Temporada 2012 - 2013 - Nº 9
Temporada de Cotos Intensivos de Salmónidos 2012 - 2013 - Nº 9

Coto Intensivo de Anglès - El Pasteral
Río Ter

Pescador:
Ferran RUBINSTEIN

Capturas:
2 truchas arco-iris a ninfa y 1 trucha arco-iris a mosca seca

Climatología: nubes altas con temperatura templada y ráfagas de viento, con apertura de claros a partir del mediodía.

Hora de inicio de la jornada: 10,00 h.
Hora de finalización de la jornada: 16,45 h.

La música de hoy:

Viaje de ida:

Sinfonía nº 4
Sinfonía nº 8
Alexander Glazunov

Viaje de vuelta:

Sinfonía nº 2
Robert Fuchs

Rapsodia para violín y orquesta nº 2
Béla Bartok

Obertura Solemne
Alexander Glazunov

"Encuentro" (Fantasía para violoncello y piano)
Joachim Raff

Líneas Tensas!

Ferran RUBINSTEIN.

sábado, 8 de diciembre de 2012

JP-635. COTO DE ANGLÈS - EL PASTERAL INTENSIVO S. M. TE15 - Viernes, 07/12/2012

El viento y las pocas eclosiones hicieron que las truchas estuvieran un poco rácanas este viernes del Puente de la Inmaculada en "Magic Anglès".  

Siguen saliendo farios preciosas en Anglès. Está, que picó a la ninfa del tándem, estaba al acecho bien pegada a una orilla muy enmarañada y llena de troncos sumergidos.


JORNADA DE PESCA Nº 635

En este viernes del Puente de la Purísima, y con el fin de poder atender compromisos familiares el día de la Inmaculada, he vuelto a Anglès, uno de mis "cuarteles de invierno" por autonomasia. Lejos de las alegrías de las maravillosas y fructíferas jornadas de pesca del pasado verano, este retorno a "Magic Anglès" me ha devuelto a la realidad: el invierno ha llegado ya al río, y especialmente este coto intensivo sin muerte muestra la cara habitual que más conozco, y más teniendo en cuenta que cuando más lo frecuento es en el período que va del Puente de la Inmaculada hasta principios de marzo, y que no es otra que la de un escenario nada fácil de pescar, máxime cuando el caudal del río Ter más abajo de la presa del Pasteral se mantiene en unos escasos 4 m3/seg, hace frío y encima sopla un aire muy molesto.
Las truchas estuvieron o ausentes o muy bien escondidas en las corrientes, y cuando por fin las pude encontrar comiendo arriba, lo hacían en aguas muy paradas y estaban terriblemente resabiadas y selectivas. Vamos, la radiografía perfecta de tantas y tantas jornadas de pesca en Anglès en el pasado. Bienvenidos pues, a una nueva edición de "Magic Anglès" ´ Winter Season. Al menos, y para que sirva de consuelo, el "jogo bonito" está garantizado, dado que con el poco caudal que lleva el río (rozando el mínimo ecológico), es francamente difícil recurrir a pescas pesadas y tungstenizadas, salvo en cuatro pozas contadas.
También el viaje a Anglès respondió a mis expectativas estéticas, y a lo que suele ser habitual en mis desplazamientos invernales a este coto: un viaje bajo las estrellas de una noche glacial hacia un amanecer límpido en le que se puede disfrutar tanto de todas las tonalidades del rosa y del naranja de la salida del sol como de escuchar la "Balada" de Glazunov, y una llegada a Anglès aún con temperaturas negativas y con muy poca gente en unas calles que el sol recién salido todavía no ilumina , escuchando los primeros compases de otra obra de este compositor ruso: "A la memoria de un héroe".
Tras un desayuno en el que no me recreé demasiado, hojeando un periódico que ya tuve tiempo de leer un poco más detenidamente a la hora de la merienda, llegó por fin la hora de cambiarme, en el enorme aparcamiento público de un centro comercial, con el fin de tener el coche a salvo de cacos, y de emprender una pequeña excursión a pie hasta el inicio de la zona de los polígonos de La Cellera del Ter, punto en el cual iba a comenzar un periplo que terminó llevándome hasta la chopera unas horas después.
Todo y la helada matinal, el sol brilló a lo largo del día en un cielo apenas decorado con cuatro inocentes nubes. A diferencia de la semana pasada en el siempre umbrio y encajonado Pedret, aquí las temperaturas negativas duraron bien poco, y sobre el mediodía se llegó a alcanzar una confortable temperatura de doce grados. Sin embargo, a diferencia de la semana anterior, a lo largo de la jornada sopló un molesto aire, que todo y no convertirse en auténtica ventolera, dificultó en ocasiones el lance, especialmente a la hora de pescar a  mosca seca, y creo que fue uno de los factores determinantes para desactivar la actividad de las truchas.
La única sorpresa desagradable de la jornada fue el encontrarme un cormorán, erguido sobre una piedra en medio del río. El pajarraco estaba tan al acecho de los peces como yo, pero con una finalidad bien distinta a la mía, y que como pueden los lectores suponer no incluye el captura y suelta. ¡Para cuando se va a decretar escopeta para esta plaga!.
La arboleda está pelada, y el viento mueve las ramas sin hojas. El sol apenas calienta. Las horas pasan volando mientras intento conseguir una picada, y el olor de leña y hojarasca quemada de los huertos y explotaciones forestales cercanas al río me acompaña, haciéndome pensar en chuletones asándose. Es el invierno de "Magic Anglès", un invierno menos riguroso que el de Pedret, Alfarràs u Oliana, pero en un escenario en donde es difícil pescar especialmente en esos días en que las truchas se cierran en banda, y como es el caso de este día simplemente no hay eclosiones: eran ya casi la una de la tarde, y en mi largo periplo ni había visto ni una ceba, ni había visto ni tan solo una mosca. Pese al mutismo total, había podido sacar oro de las piedras de  mis medidas y selectivas prospecciones de rinconcillos que mi memoria de pescador recuerda como productivos en días así en este coto: una buena trucha arco-iris de cerca de cuarenta centímetros había terminado en mi salabre, pescada en largo con la micro-ninfa del tandem en un blando de corriente pegado a mi propia orilla en el que no habrían apenas dos palmos de agua.
Al llegar a la chopera, todo cambió de golpe, pero desde luego no a mejor. La poca gente que vi pescando este viernes, se concentraba en esta zona, y con razón, pues era la única en la que se veían cebas, y aunque no era un actividad frenética, la novedad me hizo frotar las manos pensando que, como pasa en otras ocasiones, la jornada de tarde y el recurso de la pesca a mosca seca iban a terminar alegrándome el día. 
Evidentemente, los pocos pescadores que había por la zona, ocupaban los mejores sitios, o por lo menos los que yo recordaba como mejores de mis anteriores visitas por estos pagos. No obstante, conseguí encontrar un hueco, sin molestar a nadie, en un tramo de aguas casi paradas -escenario siempre complicado- para ponerme inmediatamente manos a la obra con la mosca seca.
Todo y que las cebas aumentaron en cantidad, sobre todo en el rato en que el escenario estuvo completamente al sol, tanto el viento que complicó el lance como lo selectivo de las truchas hicieron que pasase más de una hora consiguiendo tan solo un claro rechace a la mosca de entre una multitud de lances. Me vi obligado a cambiar varias veces de mosca, y a alargar el bajo, pese al molesto aire, en busca de un picada que finalmente no se produjo hasta que el pescador que tenía justo aguar arriba desalojó el sitio, y me pude poner a pescarlo. Allí, con la ventaja de la leve corriente, reduciendo más el tamaño de la mosca, y a la que esta se empapó, conseguí la picada de otra arco-iris, esta vez de tamaño mas "convencional", que ¡por fin! terminó en el salabre. Vi muy poca mosca volando, señal de que las pocas eclosiones que habían no llegaban a la superficie dado que las truchas se las comían en fase emergente.
Seguí probando en la postura, a seca, insitiendo hasta la saciedad, y lo único que conseguí fue darle un revolcón a un par de truchas más. Picaban fatal, con mucho recelo, y finalmente, cuando el sol se ocultó tras la arboleda, las cebas fueron espaciándose más en el tiempo.
Todo y haber marchado el sol, quedaba aún partido, pues eran apenas las tres y media de la tarde. En un día de verano y en Anglès, eso quiere decir que lo mejor puede estar incluso por llegar, pero en las cercanías de Santa Lucía, en los días más cortos del año, esas tres de la tarde son una hora ya muy tardía, momento en que uno debe jugarse los últimos cartuchos, y más en un día así de complicado.
Para quemar esos últimos cartuchos, decidí insistir en una corriente, un poco aguas más arriba,  hacerlo pescando con el tándem, y confiando sobre todo en la microninfa, mi sempiterna pheasant tail de bola plateada y en esta ocasión en tonalidad verde. Cuando ya me quedaban tan poca munición como argumentos, ¡hurra! conseguí una brutal picada justo al pasar la ninfa pegada a la muy enmarañada y llena de troncos sumergidos orilla de enfrente (en realidad la tenía a poco más de caña y media de distancia). En este caso, pude evitar sacar el pez rápidamente de esa orilla tan peligrosa para mi como oportuna para los propósitos de fuga del animal, y llevándolo al centro de la corriente pude gestionar la pelea con mejor solvencia y con un final más feliz para mi: la alegría de tener en mis manos nuevamente una de esas preciosas farios de Anglès, en este caso cercana a los cuarenta centímetros.
Todo y obtener una picada más con la ninfa, en este caso de un pez al que le dí un buen revolcón pero que no llegué a ver, la llegada de las cuatro de la tarde, y la caída de la oscuridad sobre el río al haberse ocultado el sol tras las montañas de les Guilleries, me hizo pensar en que me quedaba un largo camino de vuelta al coche.
De regreso, disfrutando de una vivificante caminata y disfrutando de la serenidad de una tarde de otoño con aires definitivamente invernales, aún me detuve a dar unos cuantos varazos en un par de posturas que había probado por la mañana, por aquello del "por si acaso", y sobre todo porque tanto soy un vicioso de la pesca como un auténtico adicto a ir de pesca. Ya hace muchos años que los resultados han dejado de contar para mi: hay días en que los peces pican más, y otros en los que pican menos, pero eso es sólo un aliciente más de ir (y volver) de pesca, todo un ritual de sensaciones que hacen que para mi el ir de pesca sea mucho más que capturar peces. Y en eso pensaba, aunque por muy poco tiempo, mientras volvía a casa tras merendar, y avanzaba raudo bajo otro cielo tachonado de estrellas, escuchando la Fantasía Sinfónica de "La Mujer sin Sombra" de Richard Strauss.                                     



JORNADA DE PESCA Nº 635

Viernes, 7 de Diciembre de 2012

Temporada 2012 - 2013 - Nº 8
Temporada de Cotos Intensivos de Salmónidos 2012 - 2013 -Nº 8

Coto Intensivo de Anglès - El Pasteral S. M.
Río Ter

Pescador:
Ferran RUBINSTEIN.

Capturas:
1 trucha arco-iris a mosca seca, 1 trucha arco-iris con ninfa t 1 trucha fario a ninfa.

Climatología: mañana, soleada y fría con helada matinal; mediodía y tarde: soleado y templado con viento.

Hora de inicio de la jornada: 10,30 h.
Hora de finalización de la jornada: 17,00 h.

La música de hoy:

Viaje de ida:

"Marcha Triunfal Americana"
"Balada", Op. 78
Obertura nº 1, sobre temas griegos
Obertura nº 2, sobre temas griegos
"La Canción del Trovador"
Alexander Glazunov.

Viaje de vuelta:

Sinfonía nº 1
Sergei Rachmaninov

Fantasía sinfónica sobre temas
de la ópera "La Mujer sin Sombra"
Richard Strauss.

Líneas Tensas!


Ferran RUBINSTEIN.



domingo, 2 de diciembre de 2012

JP-634. COTO INTENSIVO DEL PEDRET S. M. - LL03B. Sábado, 01/12/2012.

A ocho grados bajo cero, una fuerte helada matinal ha recibido a los pescadores que han querido disfrutar de la última de las repoblaciones del año en el Coto del Pedret

Contra todo pronóstico, las truchas han estado muy activas todo el día, sobre todo cebándose a una continua emergencia de eférmeras a partir del mediodía. Apenas ha subido el mercurio más allá de los dos o tres grados positivos en todo el día. A las cuatro de la tarde, momento en que fue tomada esta instantánea, la temperatura volvía ser negativa: un grado bajo cero.

  

JORNADA DE PESCA Nº 634


Con la temperatura de ocho grados bajo cero a la hora de llegar al río, sobre el papel y atendiendo al mercurio la jornada de pesca en el coto del Pedret de este sábado, primer día de diciembre, ha sido una de las que con más frío he pescado en toda mi vida. Sin embargo, la ausencia de viento o de niebla, como suele suceder en Alfarràs en ese segundo caso, la ha hecho más soportable que muchas otras con registros de temperatura menos bajos.
Una fuerte helada matinal ha recibido a los intrépidos pescadores que han querido desfrutar de la última de las repoblaciones en Pedret de este año pronto a terminar. Y os puedo asegurar que habían más de los que pensaba encontrar, todo y que me parece, por lo que pude ver, que he sido, por este día, el único representante del gremio mosquero.
Los axiomas y las reglas están para ser incumplidos, y más todavía en pesca. En teoría, todo y la profusa repoblación, este era un día en que dadas las gélidas temperaturas tanto del agua como de la atmósfera, las truchas tendrían que haberse quedado pegado a las piedras del fondo del río y no moverse ni para ir ha hacer pis, y sin embargo no es que estuviesen activas, sino que tendría que remontarme a los mejores días de los veranos de hace muchos años (todo y que por aquel entonces Pedret se repoblaba con truchas fario), para encontrar un día en que tantas truchas y en tan dispares lugares del coto se estuvieran cebando con tanta profusión durante tanto tiempo. 
Todo y que la actividad por arriba no llegó hasta cerca del mediodía, parece ser que el intenso frío dinamizó a las truchas en vez de aletargarlas: algún que otro pescador de cucharilla ya había hecho el cupo a la hora en que yo me estaba enfundado el váder: es el peaje de pescar con muerte con cupos tan cortos; en días así, terminas demasiado pronto.
Al igual que en otras ocasiones y en otros escenarios, estoy seguro de que ayer, de haber pescado toda la jornada con más ambición hubiese hecho una pescata realmente escandalosa, pero lo que me pasa desde hace ya mucho tiempo es que estoy realmente enganchado al "jogo bonito", o pesca lo más ligera posible, y este sábado ha sido uno de esos días en los que la tentación de pescar sin quitar la mosca seca en todo el día es realmente irresistible. Un resultado final de quince truchas en mano no está nada mal, por lo menos para mi, pero incluso con menos hubiese salido del río igual de feliz, tanto por haber podido disfrutar de la aventura de pescar en condiciones de temperatura tan extremas, como de haber podido hacerlo a ras de agua contra todo pronóstico. Tampoco os voy a engañar: no en la mano, pero si luchando al otro extremo del bajo de línea he tenido bastantes truchas en esta jornada, pero unas veces por torpeza en la gestión de la pelea, y otras por auténtica mala suerte, estos peces no han llegado al fondo de mi salabre. De lo contrario, estaríamos hablando no de quince, sino de veintidós truchas.   
El periplo del día, fue uno de mis clásicos de Pedret: desde la salida del segundo túnel, en sentido ascendente, hasta el puente románico, pescando posturas selectivamente tanto de ida como de vuelta. Prescindí totalmente de pescar pozas profundas, y evité todo sitio en donde ya hubiera un pescador faenando para no molestar. Básicamente, me concentré en pescar tablas, todo y que Pedret es un coto poco rico en ellas, corrientes moderadas y pequeñas pozas de poco calado. Supongo que sería debido a la repoblación reciente y generosa, pero ayer encontré truchas cebándose en lugares que hacía años no veía una ceba, y curiosamente vi incluso cebas pegadas a la orilla más transitada del río.
Ni tan solo los primeros compases de la jornada, con un frío glacial y con la fastidiosa formación de hielo en las anillas de la caña, me han hecho "tungstenizar" la acción de pesca. Al principio, he comenzado pescando a tándem de seca y ninfa, siendo la segunda tan "pesada" como una pheasant tail con bolita del 1. Sólo las cuatro primeras truchas han sido capturadas por la acción del tándem:  la  primera, segunda y cuarta con la ninfita, y la tercera gracias al tricópero "punky" de Marc Vande Vliet.
A partir de la cuarta trucha, y hasta el final de la jornada se pesca se hizo aún más ligera, prescindiendo del uso del tándem y usando sólo mosca seca. En esta ocasión, y como suele ser habitual, me ha bastado solo con mi eterno comodín: mi sempiterna efémera de CDC, que daba muy bien el pego cuando bajaba por el río como un barco velero, junto con gran cantidad de otras efémeras, pues el día ha sido de gran y continuada eclosión (¿será la luna en cuarto menguante?). Esto seguramente explica lo de la actividad de las truchas todo y el intenso frío: imposible resistirse a un banquete así, a esta auténtica barra libre de manjares.
Esto de la pesca a mosca seca, ni es un ciencia exacta, ni es tampoco un Misterio Eleusino sólo para iniciados, y menos aún en escenarios intensivos. Seguramente, todo y el aspecto general coincidente, las imitaciones de efémera que estuve usando ayer no eran exactamente iguales en tamaño y color que las de las olivitas que bajaban en profusión por el río, pero bastaba con hacer las correcciones de bajo de linea oportunas y que la mosca derivase sin dragados, para que las truchas se interesasen por ella. Es sorprendente ver como truchas muñonas y recién repobladas, son  capaces de pegarle dentellada a cualquier ninfa de colorines exóticos y sin embargo rechazan o se muestran impasibles ante cualquier cosa que parezca comida flotando superficie si esta hace "cosas raras". Esto, lo tengo claro, un bajo de línea corto es cómodo de manejar; un bajo de línea demasiado corto lo único que hace es arrastrar la mosca a las primeras de cambio y ahuyentar a las truchas. Respecto al uso específico de imitaciones de CDC, estoy seguro que más de algún adicto a las mismas habrá observado lo mismo que yo: pescan y lo hacen de un modo "infalible" siempre y cuando conserven ese aspecto tan llamativo de plumero. A la que lo pierden, bien porque se despeluchan, bien porque parecen una bola de tanta baba de pez con la están impregnadas, dejan automáticamente de pescar. Ademas, tampoco sirven de mucho en caso de ahogamiento más allá de esa línea de rotura de película de agua superficial en la que trabajan las emergentes: una efémera de hackle de gallo puede seguir pescando como mosca ahogada, una de CDC, excesivamente empapada, no imita nada en concreto por debajo del agua.
Bien entrada la tarda, con casi todas las vaguadas por las que sucesivamente va discurriendo el río a la sombre, volvieron las temperaturas negativas. Llevaba trece truchas cuando volvía al coche, pero esta vez no para dejar de pescar, sino para echar un trago y hacer una horita más de río, todo y la rasca, empleándola en prácticas de lance. Con las primeras estrellas en el firmamento, me cambiaba de nuevo, dispuesto a ir a merendar a Gironella, disfrutando de la última grata sorpresa de la jornada: mientras practicaba lances, pues aún había tenido ocasión de capturar un par de truchas más.
No puedo terminar esta crónica, sin referir un para de anécdotas.
La primera, muy divertida, sucedió por la mañana, aguas abajo del puente del ferrocarril (el que no tiene barandillas). Estaba peleando la trucha que picó al trico "punky", plantado en medio del cauce, cuando de repente me veo ¡cinco piragüistas! bajando por el río. Educadamente, pararon para que terminara de pelearme con la trucha, ensalabrarla y devolverla al agua. Eso si, me espantaron un buen montón de peces que tenía delante de mis morros cebándose, y que tras su paso se esfumaron. Uno de los chavales, pues eran todos muy jóvenes, perdió el equilibrio, volcó la embarcación y se dio un señor chapuzón. Todo y a llevar la ropa técnica específica para la práctica de esta actividad náutica, ni por todo el oro del mundo me hubiese dado yo ayer un remojón, al menos voluntariamente, con el frío que hacía.                    
La segunda y última, es que a primera hora de la tarde tuve el placer de conocer a Luciano, un pescador de lance ligero que es seguidor de este nuestro blog, y que me enseñó los pequeños peces artificiales hechos a mano por el mismo, toda una auténtica obra de arte. Es Luciano un hombre muy amable y sobre todo creativo. Es un placer y un honor que este humilde blog despierte no tan solo el interés de mosqueros, sino también de pescadores de otras modalidades. Como decía hace años en mis partes de pesca para "Conmosca": mosquero por elección, pero ante todo pescador por devoción".


JORNADA DE PESCA Nº 634

Sábado, 1 de diciembre de 2012

Temporada de Cotos Intensivos de Salmónidos 2012 - 2013 - Nº 7

Coto Intensivo del Pedret S. M. - LL03B
Río Llobregat

Capturas: 12 truchas arco-iris a mosca seca y 3 truchas arco-iris con ninfa.

Climatología: soleado y frío; temperaturas negativas durante más de media jornada.

La música de hoy:

Viaje de ida:

Sinfonía nº 6
"Una fiesta eslava"
Alexander Glazunov

Viaje de vuelta:

Concierto para violoncello y orquesta en "DO" mayor
Eugen d´Albert

Obertura "Ein Festes Burg"
Obertura-Concierto en "FA" mayor
Joachim Raff

Líneas Tensas!



Ferran RUBINSTEIN.