"Si, al igual que yo, sois de los que creeis que tenéis poco que enseñar, mucho que aprender y aún más que compartir, éste es vuestro blog".

martes, 21 de julio de 2015

(CASI) CERRADO POR VACACIONES, UN AÑO MÁS.


RUBINSTEINFISHING (CASI) CIERRA POR VACACIONES.

Del 24 de julio al 23 de agosto 




Hola Kamaradas:

Un año más, han llegado las vacaciones de verano, por lo menos para mi.
Dicen que todo pasa y todo llega, pero de momento espero tanto que el tiempo de vacaciones dure lo máximo posible, como que tarde lo más posible la hora de volver a la siempre aplastante rutina.
Como en otros años, estas vacaciones van a suponer el poder disfrutar de la playa con la familia, tener tiempo extra para leer más y escuchar más música (en mis caso clásica, por supuesto) e incluso poder reencontrarme, durante unos días, con los compañeros del club excursionista, para volver a desgastar suelas de botas en nuestro querido Pirineo.
Además, y tal como habéis imaginado, también habrá tiempo para la pesca. Quizás no tanto como quisiera, pero os puedo asegurar que aprovecharé al máximo las ocasiones que tenga para enfundarme el vadeador y meterme, caña en mano, en el río.
Otro año más, no voy a ir demasiado lejos para pescar, y me voy a seguir moviendo por "destinos de proximidad", de entre los que frecuento todo el año. Pero ello no quiere decir que esto sea menos emocionante que desplazarse lejos para pescar . Cada día de pesca, es una nueva aventura, y cuantas veces no habremos disfrutado, casi por sorpresa, de sitios que creemos tener archiconocidos, y que pescados en otros días, y a otras horas, nos ofrecen una visión radicalmente distinta de los mismos.
Espero seguir contando, a partir de finales de agosto, con vuestra fidelidad como seguidores del blog, y lectores de mis artículos. A partir de esas fechas, publicaré los que correspondan a los días de pesca que haya  tenido ocasión de llevar a cabo durante las vacaciones, todo y que no descarto algún que otro pequeño adelanto, si la disponibilidad de conexión a Internet, y el tiempo, me lo permiten. 
¡¡Hasta finales de agosto y feliz verano a todas y a todos!!
Líneas Tensas!!


Ferran RUBINSTEIN.

lunes, 20 de julio de 2015

JP-751. MAÑANA DE SALMÓNIDOS ANODINOS Y TARDE DE CIPRÍNIDOS PODEROSOS, EN LA "PATAGONIA CATALANA". Sábado, 18/07/2015



JORNADA DE PESCA Nº 751



De poco menos que magnífica se puede considerar la jornada de pesca de este tercer sábado de julio, que además ha coincidido con una fecha del calendario (la del 18 de julio), que evoca, para bien o para mal, un régimen político del pasado, y la celebración en tiempos del mismo, de lo que para unos fue la salvación de la patria, y para otros un golpe de estado contra la legitimidad democrática.
Posiblemente, la que ocupa este artículo ha sido una de las mejores de lo que llevamos de temporada, e incluso de lo que llevamos de año natural. Y el caso es que, de nuevo, lo que ha hecho excepcional la misma no han sido las truchas, pese a estar en plena temporada de salmónidos y, por ende, haber visitado un coto intensivo de repoblación (captura y fríe admitido), sino los ciprínidos, y en especial las siempre poderosas carpas, que en esta ocasión han amenizado una tarde de la que, a priori, esperaba bien poco, tras una mañana en que las truchas arco-iris de repoblación se comportaron de un modo más que activo, y su pesca siempre con "jogo bonito" o pesca lo más ligera posible, sirvió para divertirme hasta que, llegada la hora de la siesta de pintonas e irisadas bajo el sol, otros peces, más amigos de la luz solar y del agua calentita, tomaron el relevo de la actividad.    
Para bien o para mal, esta jornada quedará siempre en mis recuerdos, como tantas y tantas otras, por lo menos hasta que el deterioro neuronal la borre de mi memoria. Sin embargo, y aparte del presente artículo, no va a quedar de la misma ningún otro documento gráfico, ya que tuve la mala suerte de dejarme la cámara de fotos olvidada en casa. Un olvido causado por haber preparado el equipaje de pesca a última hora, deprisa y corriendo, como no suele ser mi costumbre, pero cosa que de vez en cuando me puede pasar, y de hecho me pasa . Tampoco es que lo lamente demasiado. Las imágenes están muy bien para ilustrar artículos, pero ya hay bastante profusión de las mismas, hasta la saciedad diría yo, en las redes sociales. Tanta abundancia de peces derrotados, y de victoriosos pescadores estirando brazos hasta el tirón muscular, me lleva a pensar si en el fondo no estaremos perdiendo el norte, y llegando a olvidar que lo más importante es la satisfacción que nos ha dado el pez, y cuan efímeros son esos momentos, de pelea, de captura, de suelta... al fin y al cabo, el mundo mismo es efímero: una bola loca girando alrededor de una estrella anciana y gastada, viajando a toda velocidad por un universo para el cual, el tiempo de ese planeta, y de esa estrella, es tan breve como el aleteo de un vencejo en una tarde de verano, y su existencia misma tan insustancial como la carrera de una hormiga en una tapia desconchada, o el graznido lejano de un pato en un cañaveral.
El largo y árido verano sigue su curso de un modo implacable. Este sábado tampoco fue una excepción, y menos en Oliana, en donde llegamos a estar a 34 º C a primera hora de la tarde. Ni tan solo la brisa que sopló durante los primeros compases de la jornada, sirvió para refrescar el ambiente, pues venía ya recalentada. Por la tarde, a la hora de acabar la jornada de pesca, se estaban levantando poderosos cumulonimbos en el horizonte, señal de que se estaban preparando tormentas, que al final acabaron restringidas al Área Pirenaica..
A diferencia de mi última visita a este coto, hace tan solo tres semanas (1), el río Segre bajaba con un caudal muy menguado, por debajo de los 12 m3/seg. que suele ser lo habitual cuando ya no es necesario echar mano de la apertura de compuertas para trasvasar agua desde el pantano de Oliana al de Rialb. Este caudal tan bajo propició, y mucho, el hecho de poder pescar lo más ligero posible, y de tener a tiro, incluso a mosca seca, a peces activos en superficie.
Antes de comenzar a pescar, tuve el placer de saludar a Jordi G., un asiduo seguidor de este, nuestro blog, al que le agradezco mucho su fidelidad hacia el mismo. A primera hora de la tarde, llegó mi amigo Manolo Gracia, con toda la familia, a pasar el día pescando. Esta vez no pudimos coincidir a pie de río, pero tarde o temprano volveremos a pescar juntos, pues al igual que yo es un asiduo y entusiasta de Oliana, sobre todo en verano, un coto que a lo largo de años, y sobre todo en su época como estricto sin muerte, se ganó el apelativo de la "Patagonia Catalana", dada la gran cantidad de truchas de tamaño trofeo que poblaban sus aguas.
En esta ocasión, y siendo también una costumbre en mis visitas veraniegas a Oliana, fui a pasar la mañana a la extensa tabla del Camí de l´Oliva, en la parte alta del coto. Allí, hubo actividad en superficie a lo largo de toda la mañana. Esto, unido a la poca profundidad del bajío de aguas someras, hizo posible la pesca muy ligera, bien con tandems de seca y ninfas de pequeño tamaño y peso casi testimonial, o bien directamente a mosca seca.
Este primer episodio estuvo francamente divertido, aunque el resultado fue bastante anodino en cuanto a capturas, pues acabé pescando solo truchas arco-iris de repoblación, todas ellas bastante clónicas, de entre 30 y 35 cms.: 2 con una microninfa muy peculiar: una mini-pompom con penacho de color salmón, y 6 a mosca seca (4 con el tricóptero del tándem y 2 con una mosca emergente de conjunto, con exhuvia).
Pasado largo el mediodía, y muerto de sed como estaba, salí del río y volví al coche para echar un trago de te con limón de mi nevera portátil. Ya que estaba allí, y mas que nada por pura perrería, me quedé a pescar a la vera del coche, esta vez a ninfa. La postura, una poza arrimada a la orilla y una tabla pegada a la misma, estaba llena de barbos y carpas, pastando al sol. Aquí fue cuando el protagonismo de la jornada empezó a cambiar de los pijamas de pintas a los pijamas de escamas gruesas. En buen rato, casi una hora y media que le dediqué, conseguí revolcar una gran carpa, que se desclavó (igual estaba cogida "al robo" por una escama), y la captura de una bermejuela, o gardi, en un ataque por sorpresa cuando estaba recogiendo la ninfa. La verdad es que esta conducta agresiva, observada ya en otras ocasiones, me tiene muy sorprendido  pues yo la tenía como común en las bagras e incluso en los barbos, pero no en el pez de las aletas rojas.   
Las hora dos y media de la tarde marcó un punto de inflexión, y de duda, en el devenir de la jornada ¿que hago?¿a donde voy?.Mi primera intención fue irme a pie, río abajo. a buscar el frescor de las corrientes en busca de truchas que quizás con el agua más fría y oxigenada no estuvieran durmiendo la siesta, como sus compañeras que habitan las aguas someras de las tablas recalentadas por el sol. Sin embargo, las posturas que pensaba pescar estaban ya ocupadas, lo que motivó que tomara la decisión de subir al coche, y marchar a otra latitud del río, y de paso ¿porque no? tentar a esos ciprínidos que tanto me atraen, y más si puedo pescarlos a mosca.
Inevitable: si quieres asegurar la presencia de ciprínidos en Oliana, no hay como ir a la gran poza del puente de Tragó. Pero esta vez me encontré con que ya estaba parcialmente ocupada por bañistas, y me tuve que conformar con pescar no tan solo en compañía, sino también por restringir mi acción de pesca en la entrada de la corriente a la poza, zona también muy querenciosa, todo sea dicho.
Nada más tomar posesión del sitio, ya me di cuenta de que aquello iba a ser todo un desafío: estaba lleno de carpas y barbos, algunos incluso a tocar de orilla, pero esto no quería decir que fuera tarea fácil pescarlos. A veces, cuando están más "a vista", mas cuesta conseguir alguna picada, y acabas hecho un manojo de nervios y un saco de decepción, al ver que estos grandes y poderosos peces ni tan solo se dignan a mirar tus ninfas.
En esta ocasión, todo y el riesgo de perder material a base de enrocadas, no quedaba otra que llevar las ninfas a pegar del suelo. Como arma definitiva, confié en una ninfa "pompom", atractora multiespecies por excelencia, con el penacho de  color salmón. 
Esta vez, el invento funcionó. al cabo de unas pocas varadas, siempre en corto, pues tenía muchos peces a menos de cinco metros de radio de mi acción de punta de caña, vi un relámpago  bajo el agua (pez que se gira), y al clavar instintivamente, todo y no haber notado ni tracción en el hilo, me encontré con una gran carpa al otro extremo de la línea...¡comienza el partido!. Cada día estoy más en desacuerdo con aquellos que consideran a los ciprínidos como "peces de segunda categoría", y su pesca algo así como arrastrar un saco de cemento por el río. Para desmentir esta opinión, fruto seguro de gente que no se ha dignado a pescar ciprínidos en serio, la carpa que tenía calvada me desafió con dos carreras, una río abajo y otra río arriba, además de con un salto que sería la envidia de cualquier trucha. Realmente el animal, una carpa común, me hizo sudar tinta de calamar, pero tras casi 10 minutos de tiras y aflojas, se entregó y pude meterla en la sacadera. Tras lamentar el haberme dejado la cámara de fotos en casa, llegó la hora de las comprobaciones: la muy ceporrona estaba bien cebada, y medía algo más de 60 cms.
Tras la alegría, y el derroche de adrenalina, daba ya el día por bueno, cuando paseando de nuevo la ninfa por la zona querenciosa, noté una pequeña oscilación en la bolita del señalizador de picada, y tras el golpe de muñeca "por si acaso", noté como si hubiera clavado un enorme tronco, y al percibir vida en la linea me di cuenta de que volvía a llevar otro pez grande clavado: ¡otra carpa!. Este vez, la pelea no fue menos titánica que la anterior, y solo al cabo de un buen rato de cansar al miura de agua dulce, pude apreciar que llevaba una carpa royal (o carpa de cuero o de espejos) paseando por el río (aunque a ratos tuve la impresión de que ella me paseaba a mi, cosas del calor, o de la cacofonía de las cigarras en la arboleda, auténticas "Variaciones Goldberg" (2) de la naturaleza, para semovientes insomnes). Finalizada la batalla, me di cuenta de que toda y ser esta carpa ligeramente más rechoncha y de un poco menos de longitud (pasaba un poco de los 50 cms.), había resistido al ensalabrado incluso más que la primera, la común, quizás porque esta basó su estrategia de liberación en un fuerte y rápido desgaste basado en carreras a todo gas, corriente arriba y corriente abajo.
Henchido de satisfacción, no daba crédito a lo que estaba pasando, cuando ¡zas!, en el momento de encender un cigarrillo, con los señuelos derivando todavía aguas arriba, me encontré sin previo aviso peleando con otra carpa, otra royal, que como las dos anteriores no había dudado en engullir la ninfa "pompom". Con el cigarrillo en la boca, y el humo metiéndose por los ojos, inicié otra larga pelea, que se me hizo inacabable (mi brazo necesitaba ya reflex), y de la que fue testigo el padre de Manolo, que en ese momento pasaba por allí y me pilló muy ocupado, con la caña bien doblada. Tercera carpa, y esta vez muy parecida, incluso en tamaño y longitud, a la anterior   
Por fin, tras esta captura, vino un interludio de tranquilidad, en el que todo y seguir pescando, pude incluso darme el lujo de fumar un cigarrillo sin interrupciones. Pero la paz iba a durar poco, pues estaba visto que la "pompom" hacía estragos, por lo menos esa tarde, y tras otra picada de las que parece hayas trabado con la ninfa el Transiberiano en plena marcha, camino de Vladivostok, me encontré remolcando, con mi pobre y dolorido brazo, otra carpa más, otra royal (parece que hay un buen cardumen de carpas de este tipo residentes en esta poza) que me dio tanta o más faena que las anteriores, y que  una vez ensalabrada, resultó tener una longitud no muy inferior a las otras dos: quizás de unos 5 cms. menos a la baja).
Hago aquí un inciso, para comentar que creo que fue un acierto, por mi parte, el llevarme a Oliana una caña medianamente potente, como es el caso de la Scott A2, de 10 pies para línea 6. Quizás perdí algo de precisión en el lance, y de sensaciones en las peleas, a la hora de pescar truchas de mediano tamaño, activas en superficie, con moscas secas o tandems muy ligeros, pero me dio una gran seguridad a la hora de enfrentarme a peces de gran tamaño. También he de decir, que el carrete Adams se portó de maravilla, sobre todo por la fiabilidad de su freno progresivo: una herramienta dura, resistente y sobre todo trabajadora. a un precio realmente irrisorio, si se compara con marcas de las llamadas de "renombre".
Tanto va el cántaro a la fuente, que al final se rompe. Y así sucedió, que de tanto arriesgar, perdí el combo de ninfas en una buena enrocada (esta vez no era carpa, y la tensión de linea se quedó en eso) ganada a pulso de pasearlas casi dragando el lecho del río. Como me ha sucedido otras veces, un contratiempo de esos que requiera una laboriosa operación, bien sea simple, como empatar nuevos señuelos, o compleja, como rehacer un bajo de linea entero, puede llegar a desactivarme, y mas si al mirar el reloj, compruebo que falta apenas un cuarto de hora para las cinco de la tarde, que estoy empapado en sudor, cocido como un gorrino en mi propio vader, y que encima mis tripas claman por una bien merecida merienda.
Poco a poco, los ciprínidos han llegado a mi vida como pescador a mosca, y espero que lo hayan hecho para quedarsse. Hace muchos, muchos años, cuando la pesca a mosca era una utopía para mi, ellos fueron los grandes protagonistas de mis jornadas de pesca.: días de gusanitos, masillas y aguas paradas. Todo vuelve, a la larga o a la corta, pero hay que reconocer que hay pasados que de tan bien haberse sabido reinventar, incluso parecen que sean una novedad realmente extraordinaria.     




(1) Ver el artículo Jornada de Pesca nº 748, del 28/06/2015 en este blog.
(2) Las Variaciones Goldberg, de Juan Sebastián Bach, son una obra para clavecín solo (actualmente se toca en versión para piano), dedicada Johann Gottlieb Goldberg, un clavecinista muy famoso en aquel tiempo del Barroco, y que era usada noche tras noche, para que el noble alemán que daba empleo a Goldberg, conciliara el sueño escuchando esa composición. 




JORNADA DE PESCA Nº 751



 Sábado, 18 de julio de 2015

Temporada 2014 - 2015 - Nº 32
Temporada de Salmónidos 2015 - Nº 17

Coto Intensivo de Oliana S. M.  SE08 A/B
(modalidad del ticket: sin muerte)
Río Segre

Pescador: Ferran RUBINSTEIN

Capturas: 6 truchas arco-iris a mosca seca, 2 truchas arco-iris a ninfa, 4 carpas a ninfa y 1 bermejuela a ninfa.

Equipo de pesca a mosca:
Caña: Scott A2 - 10 pies - línea 6
Línea: Adams 6WF - flotante
Carrete: Adams

Climatología: dia soleado y muy caluroso.

Caudal: bajo, por debajo de los 12 m3/seg, que suele ser el caudal mínimo que mantienen en cuando no hay que trasvasar agua desde el embalse de Oliana al de Rialb.

Condiciones de vadeo: vadeable sin dificultad, y sin ser necesario el uso del bastón de vadeo salvo en puntos determinados del coto (grandes pozas, o alguna corriente fuerte).

Hora de inicio de la jornada: 08,30 h.
Hora de finalización de la jornada: 16,45 h.

La música de hoy.

Viaje de ida:

Sinfonía nº 2
Alexander Von Zemlinsky

Concierto para piano y orquesta en "LA" bemol mayor "Saludo del Rin"
Concierto para piano y orquesta en "DO" mayor
Ferdinand Ries

Viaje de vuelta:

Sinfonía nº 8
Alexander Glazunov

Concierto para violín y orquesta nº 1
Joachim Raff

Concierto para violoncello y orquesta en "LA" menor
Robert Volkmann

Líneas Tensas!



Ferran RUBINSTEIN.
 
 

domingo, 12 de julio de 2015

JP-750. UN AGRADABLE Y DIVERTIDO DÍA DE VERANO EN ALFARRÀS. Sábado, 11/07/2015



Una repoblación mas que correcta, y un río con un caudal amable, esperan a los pescadores, sobre todo a aquellos con menor nivel de exigencia y muchas ganas de diversión, en el Coto Intensivo de Alfarràs.
No hay duda de que, en verano y para aquellos que no nos podemos quedar a hacer "El Sereno", las mejores horas de pesca  son las primeras del día. En la mañana de esta jornada de pesca, incluso el calor ha dado una pequeña tregua, que se ha roto tan pronto se han disipado las nubes altas y se ha impuesto el sol.




JORNADA DE PESCA Nº 750



Poco o bien poco tengo que contar a mis queridos lectores, en lo que a acción de pesca se refiere, sobre esta jornada de pesca, situada ya en el corazón del estío. El hecho de no tener mucho que explicar, viene dado por haber ido a un coto intensivo bien repoblado, y encima el día después de la suelta semanal de truchas, como es el caso de Alfarràs. La  mayoría de vosotros ya sabe como van las cosas en los intensivos, sobe todo cuando se repueblan con corrección: no hay que esforzarse mucho, ni inventar ninguna piedra filosofal, para sacar truchas y divertirse, pues las gladiadoras fluviales recién llegadas al circo del río, en donde la mayor parte será pasto de plancha o sartén, suelen picar a todo, o a casi todo, con bastante inocencia.
Hacía muchos años que no iba a pescar en pleno verano a Alfarràs, y el recuerdo que tengo de las últimas veces es el de llegar y encontrarme con un río muy alto de caudal, por las necesidades del regadío y la consiguiente apertura de compuertas desde el Pantano de Santa Ana, y terminar pescando a ninfa pesada una repoblación que se había refugiado en el fondo de las pozas. Sin embargo, esto ha cambiado desde hace tiempo, y ahora el desembalse estival solo se nota en la parte superior del coto, pues al llegar al puente de la carretera C-26 las bombas hacen su faena y derivan el agua hacia el canal. Por esto, y a excepción de los martes, al igual que el resto del año, el caudal de la Noguera Ribagorçana en Alfarràs, allí en donde se hacen las repoblaciones semanales, o sea del anteriormente citado puente hasta la curva de la Finca La Gravera, siguiendo siempre el camino asfaltado paralelo al río (más menos unos cinco kilómetros y medio), baja con un muy amable caudal que va de lo medio-bajo hasta lo realmente bajo, como me encontré en esta visita, y que me sorprendió al ser incluso más bajo de lo habitual en los otoños e inviernos, que suele ser cuando más frecuento este intensivo.
Habida cuenta la reducción del tramo a repoblar, los 150 - 200 Kgs, de truchas arco-iris semanales dan mucho de si, y más si se va a pescar en sábado, juesto el día después de la repoblación del viernes, que además es día de descanso del coto. Desde luego que esto no supone, para nada, la vuelta a los tiempos de la "Fábrica de Sueños" del Alfarràs de la primera mitad de la década pasada, ni por cantidad  repoblada, ni por calidad de la trucha, pero si que es una repoblación la mar de decente, y suficiente como para dar satisfacción a los pescadores,  sobre todo a aquellos que, como yo, somos poco exigentes, o ya sabemos a lo que vamos cuando pagamos un ticket de un intensivo en donde se permite la pesca con muerte.
A fecha de hoy, no tengo ninguna duda, de que en Alfarràs se repuebla mas o menos lo mismo que en Pedret, pero en este último coto se repuebla el jueves, y el mismo viernes la cuba semanal ha sufrido una auténtica matanza, que deja ya el coto bajo mínimos para los que no les queda otro remedio que pescar en fin de semana. Quizás la diferencia con Alfarràs estriba no solo en que aquí se repuebla en viernes, sino también en que, a diferencia de Pedret, hay muchos mas pescadores sin muerte, y esto hace, según el testimonio de varios amigos míos que son habituales de este coto intensivo de la Noguera-Ribagorçana, se sigan capturando truchas a lo largo de la semana, e incluso haya quien, pescando con muerte, hace cupos tal día como un jueves, o sea al último antes del día de descanso por nueva repoblación.
Este verano, de un continuo y persistente calor, se me está haciendo realmente largo, y la espera para las vacaciones, eterna. Por suerte, a finales de la pasada semana, remitió la ola de calor africano que había puesto los termómetros por encima de los 40º C en gran parte de Catalunya durante casi dos semanas, y todo y seguir persistiendo las altas temperaturas y la ausencia de precipitaciones significativas, el fin de semana ha sido de "calor de verano" y no ya de "burbuja de aire caliente". De hecho, durante las primeras horas de esta jornada de pesca, un velo de nubes altas ocultó el sol y mantuvo a raya la temperatura, que resultó incluso gratamente fresca, hasta que pasadas las diez de la mañana se impuso el sol, y a lo largo del día la temperatura fue la propia de un mes de julio en una comarca de interior del territorio.
Todo y estar en plena temporada de salmónidos, con los cotos abiertos, soy de los que no desdeña pescar intensivos de repoblación de tanto en tanto durante la misma, en busca más que nada, de pasar un rato de diversión sin demasiada exigencia.
Había mucha gente pescando este sábado en Alfarràs. Incluso había personal, muy madrugador, ya metido en el río a la temprana hora a la que llegué, rondando las ocho menos cuarto de la mañana. Un dato que me pareció curioso es que , a difrencia de otros intensivos, en Alfarràs se observa casi una paridad (casi 50% - 50%) entre pescadores de lance ligero y mosqueros.
Por lo menos en la parte del coto en que estuve pescando (zonas media y baja del sector con repoblaciones), la truchas estuvieron muy activas por la mañana y hasta el mediodía. A partir de primera hora de la tarde, con el caudal menguado y bajo una solana implacable, los peces se echaron una buena siesta, y hasta la hora de finalizar la jornada, a eso de las cuatro y cuarto de la tarde, tuve que irlos buscando en posturas a la sombra.
En acción de pesca, y dado el magro caudal del río, primó la pesca con tandems muy ligeros de seca y ninfa, ahogada y ninfa, o con combos de dos ninfas de muy poco peso. No fue una pesca confortable, dada la sobredimensión del equipo, ya que mis referentes de otros veranos, en lo que a caudal se refiere, me hicieron optar por una caña potente, de diez pies para linea 6 (o sea, mi Scott A2), para pescar con ninfas pesadas, en vez de una más ligera con la que hubiese lanzado con más comodidad, como hubiese sido el caso de una caña de 9 pies para linea 5 (por ejemplo, mi Vision GT-Four).     
Al final, el día terminó con la captura (y suelta, por supuesto) de 18 truchas arco-iris, de las cuales 17  picaron a diversos tipos de microninfas, siendo la que más capturas consiguió un perdigón de color rojo chillón, y solo 1 sucumbió, casi en superficie, a los encantos de una mosca ahogada (verde con brinca amarilla) que llevaba ese momento en el tandem.
Pese a la muy uniforme de los ejemplares capturados, tuve la suerte de tener entre las manos al menos cuatro con las aletas ya bien desarrolladas, lo que me da a pensar que quizás ya hay un porcentaje de truchas no sacrificadas que están sobreviviendo en el río. Quizás lo mejor, a nivel de capturas, fue la más pequeña de todas: una trucha arco-iris del tipo "tigre" de poco más de 20 cms. con sus bandas verticales y sus completas aletas de color rojo. Una trucha nacida en el mismo río. Si hay esta, seguro que hay más.
Según mi amigo Iván F., de Igualada, un asiduo del coto, sobre todo en días laborables, 18 truchas le parecen pocas capturas en Alfarràs. Puede que si, pero a mi, dada la cantidad de gente que había pescando, lo muy pisado que estaba el río, y la larga siesta que se pegaron los peces por la tarde, incluso me parecen demasiadas. Además, en estas visitas a cotos intensivos, con el evidente propósito de divertirse, creo que está de más ir a ver de capturar el máximo número posible de truchas, pues puede llegar a ser incluso aburrido a partir de la trucha clónica número veintitantos, sino antes. Personalmente, creo que estas ocasiones de pescar en intensivos pueden ser muy utiles para probar cosas nuevas, y para practicar lances, con el incentivo de una captura como premio al ejercicio. Por eso, y todo y estar en un intensivo bien repoblado, y con muchas ventajas a favor, ante todo opté por el "jogo bonito", y bien guardadas en mi caja quedaron "armas letales" en estos sitios como perdigones de colores chartreuse y rosa, lombrices de chenille y pompones de color salmón.
Esto se acaba, pero no me voy a despedir sin antes manifestar el placer de haber saludado tanto a mi amigo Antonio Vaca, el siempre eficiente y muy profesional guarda del coto, como a mis amigos y seguidores fieles de este, nuestro blog, los Graells, Jordi padre y Jordi hijo, los cuales creo que tuvieron un día de pesca realmente espectacular y divertido.  
Espero tener cosas más interesantes que contar, por lo menos a nivel acción de pesca, en próximos artículos. De momento, me conformo con poder dejar constancia de que, por contra de lo que a priori se podría pensar, a fecha de hoy Alfarràs no es un mal destino de pesca, siempre y cuando uno quiera pasar un rato divertido sin más pretensiones.  




JORNADA DE PESCA Nº 750




Sábado, 11 de julio de 2015

Temporada 2014 - 2015 - Nº 31
Temporada de Salmónidos 2015 - Nº 16

Coto Intensivo de Alfarràs S. M. NR12 A/B
(modalidad del ticket: sin muerte)
Río Noguera-Ribagorçana

Pescador:
Ferran RUBINSTEIN

Capturas: 17 truchas arco-iris a ninfa y 1 trucha arco-iris con mosca ahogada

Equipo de pesca a mosca:
Caña: Scott A2 - 10 pies - línea 6
Línea: Adams 6 WF -. flotante
Carrete: Adams

Climatología: primera hora de la mañana con nubes altas y temperatura suave, y el resto de la jornada con sol y altas temperaturas.

Caudal: bajo

Condiciones de vadeo: vadeable sin dificultad,  no siendo necesario el uso de bastón de vadeo.


Hora de inicio de la jornada: 08,30 h.
Hora de finalización de la jornada: 16,15 h.

La música de hoy:

Viaje de ida:

Sinfonía nº 3
Anton Rubinstein

Sinfonía nº 3
Leevi Madetoja

Obertura para un Festival Académico
Johannes Brahms

Viaje de vuelta:

Sinfonía nº 3 "Renana"
Robert Schumann

Sinfonía en "FA" sostenido
Suite de "Mucho ruido y pocas nueces"
Erich W. Korngold

Líneas Tensas!


Ferran RUBINSTEIN.


domingo, 5 de julio de 2015

JP-749. SE ROMPIÓ EL MALEFICIO DE ALÓS DE BALAGUER. Sábado, 04/07/2015

Una trucha fario de muy buen tamaño, fue la responsable de acabar, al poco de empezar la jornada, con la "Maldición de Alós de Balaguer". Todo y que más tarde aún pescaría otra pintona más (en este caso "palmera") y cuatro bagras, la tónica dominante del día sería la poca actividad de los peces.
Por contra de lo que esperaba encontrar, el Segre en Alós de Balaguer bajaba relativamente alto, y este fue uno de los dos factores que condicionaron más la pesca en esta jornada; el otro, fue el calor.

La temperatura rondó entre los 35 y 40 º C en las comarcas centrales de Lleida. A primera hora de la tarde, creo que los únicos que en el río no estabamos haceindo la siesta eramos las cantarinas cigarras, las traviesas bagras y un servidor, apelando a su inquebrantable fe en la pesca, para no salir por piernas en busca de un bar con aire acondicionado y cervezas frías




JORNADA DE PESCA Nº 749



¡Se rompió la maldición de Alos de Balaguer! Por fin conseguí pescar una trucha en este coto intensivo sin muerte, tras dos infructuosos intentos anteriores, tan distanciados en el tiempo como el del ya lejano año 2003, y el más reciente de febrero de 2013. Y la maldición se ha roto, precisamente, en un día en que tanto las tórridas temperaturas, de esta inmisericorde ola de calor que hace dos semanas seguidas nos afecta, como un caudal mas alto de lo esperado, en el Segre medio, han hecho que no se diesen las mejores circunstancias para pescar, o por lo menos, eso me ha parecido a mi, que quizás venía mentalizado para otra cosa, y he tenido que adaptarme a las circunstancias.
La verdad es que lo de la maldición de Alós de Balaguer, basada en la incapacidad de sacar de ese coto una trucha, no me ha preocupado en absoluto a lo largo de años. Ni tan solo lo tenía entre mis grandes desafíos pendientes. Todo y que este coto intensivo sin muerte está situado en un paraje de gran belleza natural, siempre me ha quedado un tanto alejado de mis rutas habituales, de esas que me van bien para pescar, merendar y poder volver a casa a una hora razonable. Y mi falta de interés, hasta el momento,  ha sido tal que en doce años, solo lo he pescado un par de veces.
La primera vez que visité este coto, con mi amigo Francesc Bernal, fue en Julio de 2003, y nos encontramos un río bajísimo de caudal, en el que capturamos una cantidad escandalosa de bagras, pero no vimos ni una sola trucha. Por aquel entonces, este coto era muy poco conocido, y me dió la impresión de que no se repoblaba. O por lo menos en verano, con el cauce de estiaje, no lo hacían.
Tardé casi diez años en volver, y cuando lo hice fué en compañía de mi amigo Carles Vivé, un buen  conocedor no ya tan solo de este coto, sino de otros muchos escenarios del Segre medio. En el transcurso de esos años, esta zona de pesca controlada había pasado del más absoluto anonimato a ser un escenario mediático, debido a la repoblación con grandes ejemplares de trucha, tanto común como irisada, que lo habían convertido en una especie de "coto trofeo", que frecuentaba la más fino y exquisito del mosquerío autonómico y nacional, y al que incluso un canal temático de pesca, de televisión por internet, le había dedicado un profuso reportaje. Pues bien, el día de mi segunda experiencia en Alós de Balaguer (1), en un gélido día de febrero, y con el río más bien alto de caudal, todo e ir en compañía de un auténtico experto y buen conocedor del coto, ambos nos llevamos un soberano bolo.
Mirad si me obsesionaba poco el tema de la maldición de los salmónidos de este sitio, que mi retorno al mismo, esta vez solo dos años y unos cuantos meses después de la última mala experiencia, ha venido dado por el interés en los ciprínidos. La semana pasada, concretamente el domingo, mi amigo Manolo Gracia estuvo pescando este intensivo, y todo y no haber visto ni una trucha en todo el día, hizo una buena pescata de carpas, barbos y bagras. Esta vez, la perspectiva de poder pescar ciprínidos en un río con corrientes, y con la ventaja de un caudal bajo (como el que me decía haber encontrado Manolo), fue lo que me animó a hacer volver al escenario en que las truchas se me resistían tanto.
Sin embargo, esta visto que esto de la pesca es una caja de sorpresas, y de unos años a esta parte, por motivos que desconozco pero que afectan de alguna manera al río, no hay nada más imprevisible que el caudal del Segre más abajo de Ponts. Nada más cruzar el puente de Artesa de Segre, camino de Alós de Balaguer, ya me dí cuenta de que el río bajaba con un caudal considerable y además con el agua si no turbia, si de un color verdoso. No es que la cosa pintase mal, pero si que iba a tocar "cambiar el chip", como dicen ahora los modernos.
Una de las más valiosas informaciones que me facilitó Manolo, no fue otra de que tuviera mucho cuidado con la enorme plaga de mosquitos que hay en las orillas del río, plagadas de cañas, aneas y juncos, que pueden convertir la jornada de pesca en un auténtico calvario, terminando el pescador la misma literalmente acribillado de dolorosas picaduras. Gracias a que Manolo me previno, antes incluso de salir del coche me embadurné bien con una loción antimosquitos, que resultó de vital utilidad, pues mi amigo estaba en lo cierto, y tuve todo el día volando a mi alrededor una auténtica nube de mosquitos, pero ninguno terminó picándome.  
A pie de río, pude comprobar que el vadeo y tránsito por el mismo sería muy complicado. No es que bajase desbordado, como la semana pasada en Oliana, pero si que lo hacía con un caudal medio-alto que podríamos considerar "fuerte", de los que exige un vadeo muy cuidadoso, y a poder ser usando un bastón para minimizar riesgos. Dada la extensión de la lámina de agua del río, en algunos tramos era imposible cruzarlo, pues podía llegar a cubrir. Todo y así, tuve la percepción, reforzada por la línea de humedad de las rocas de la orilla, que a lo largo de la mañana el caudal fue menguando muy lentamente, y creo que a primera hora de la tarde había llegado a bajar casi un metro.
Visto lo visto, con el río ancho y la posibilidad de trabar batalla con peces grandes, opté por  "un poco de músculo" a la hora de pescar, y me equipé con mi caña Scott A2 de diez pies par linea 6.
La maldición de las truchas de Alós de Balaguer se deshizo como un azucarillo en el agua al poco de empezar a pescar, pues cuando no llevaba ni diez minutos paseando un par de ninfas pesadas, tuve una brutal picada, y comenzó una batalla que, por su potencia pero ante la ausencia de saltos fuera del agua, me dio a pensar que quizás tenía a un barbo o a una carpa como contendiente. Para mi sorpresa, me encontré con una trucha fario de muy buen tamaño, rayana a los 45 cms. que me costó lo suyo hacer entrar en el salabre.
¡Victoria!¡victoria! Por fin había roto la maldición, y lo había hecho contra pronóstico, como suele suceder tantas veces en esto de la pesca. Sin embargo, poco me iba a imaginar, por muy felices que me las prometiera evitando el bolo antes de las diez de la mañana, que el día iba a terminar siendo bastante pobre en capturas.
Fue precisamente por la mañana, cuando todavía el calor no era aplastante y agotador, cuando si observé cierta actividad en la zona en que había comenzado a pescar, o sea la parte más baja del coto, a tocar con la frontera de la zona de pesca controlada de ciprínidos anexa: cebas de truchas, claras y nítidas todo y que pocas , y carreras nerviosas de algún que otro alburno, que seguramente huía de algún depredador. Sin embargo, lo único que obtuve, en un buen rato insistiendo en la misma zona, fue una picada de "algo" que no pude identificar y que se me desclavó enseguida.
El camino hacia el mediodía horario, que no solar, me pilló prospectando unas corrientes muy querenciosas, esta vez muy crecidas, que afronté con un tándem de seca y ninfa, sin obtener ninguna picada.
Con la primera hora de la tarde, el calor se hizo el protagonista absoluto del día, y las cigarras, en los árboles, parecían enloquecer en una cacofonía atonal, como si una orquesta intentase afinar y no encontrase la nota de ninguna manera. A vista del puente, pude cruzar, por fin, el río por un ancho vado, con miras a faenar en la sombra. Este largo rato, pegado a la orilla y pescando con ninfas, unos ratos corto, "a la polaca", y otros a base de rodados para abarcar más lámina de agua, se me hizo realmente interminable, de tal manera que, pasado el puente, y tras rehidratarme con dos latas de te con limón seguidas, volví a cruzar el río por el vado, con la intención de ir a buscar el coche, aparcado en el pueblo, e irme a probar a otra parte del coto, por si con el cambio de latitud dentro del mismo podía encontrar peces activos.
Sin embargo, la corta caminata bajo el sol, desde el vado hasta el aparcamiento, bajo un sol de auténtica justicia y a una temperatura que superaba de largo los 35 º C, me dejó tan hecho polvo que nada mas llegar al vehículo volvía a beberme dos latas de te con limón de golpe.
Dado que se me habían quitado de golpe las ganas de hacer más esfuerzos, decidí bajar a las inmediaciones de la desembocadura del riachuelo que discurre justo por debajo del mirador y desemboca en el río, ya que Manolo me lo había señalado como punto caliente de ciprínidos.
Me acerqué a la "zona caliente" con todo el sigilo que pude, con el fin de no espantar al "ganado" que pudiera pastar por la misma orilla, y lejos de ver grandes y orondas carpas boqueando lo único que me encontré fue un cardumen de bagras tomando el fresco del ligero rabión de corriente del riachuelo, a su entrada en las aguas, casi paradas en esta postura concreta, del río.
Bueno ¡menos da una piedra!, así que  decidí afrontar el desafío de las bagras, a priori humildes sparrings, pescando aguas abajo mi propia orilla. Como la profundidad del sitio era mínima, opté por tentarlas con un tándem descompensado de un gran tricópetero de pelo de ciervo y una microninfa esquemática: apenas un anzuelo Tiemco del nº 19, decorado con unas cuantas vueltas de hilo Rayón Madeira y una bolita del 0. La estrategia pasaba por lanzar en oblicuo, y dejar que la deriva, muy lenta debido a la imperceptible corriente hiciera entrar el combo en el rabión del riachuelo y ganase la orilla.
La sorpresa llegó, cuando de buenas a primeras, y cuando aun derivaba el tandem rumbo al rabión, tuve un picada, a la microninfa, que me hizo pensar, por la resistencia a la clavada, que podía haber entablado pelea con otra trucha, pero tras una breve pelea pude ver que se trataba de una bagra, todo y que de un tamaño aceptable: unos veinticinco cms.
El "bagra-show" que vino después fue bastante más previsible: otros tres de estos agresivos ciprínidos picaron dentro de lo previsto, o sea, bien pegados a la orilla. Y esto fue todo. No hubo una quinta captura, pues la postura era muy pequeña y se "quemó" enseguida. Demasiado jaleo, demasiado chapoteo, y los peces, que no son tontos, terminaron yéndose a tomar el fresco a otra parte.
Como no sabía bien que hacer, y el calor me tenía agobiado, opté por alejarme de la orilla, y pasar un buen rato bajo la sombra de los árboles, haciendo el mínimo esfuerzo y aprovechando para fumar un par de cigarrillos, todo ello con el fin de volver al cabo de un rato a la "zona caliente" a ver si las bagras habían regresado. Pero como  no fue así, al final volví al coche, pero esta vez sin los planes claros, todo indecisión, ¿dejar la pesca ya por este día, y largarse en busca de un local con aire acondicionado y cervezas frías? o bien ¿seguir pescando, ni que fuera una hora y pico más (eran las tres y cuarto de una de las tardes más calurosas, incluso a pie de río y a la sombra, que recuerdo en años) probando en alguna que otra parte, ni que fuera cerca para no moverme tanto?
Al final, y como suele suceder, se impuso mi escaso sentido común: ¡a seguir pescando!, con un buen par de bemoles, que el tiempo de pesca es siempre un bien escaso. Pese a todo. no quise ni hacer un largo transbordo en coche, así que fui a darme una vuelta en las inmediaciones del pueblo, justo en su salida en dirección Artesa de Segre, en donde hay una zona de recreo con una fuente, en la que -como era de esperar- me remojé profusamente antes de volver a entrar en combate.
Tenía muy poca fe, en pescar algo en esta recta final de la jornada. Nada más pisar el río, salió de debajo de la vegetación, a la carrera, una enorme carpa (¡empezamos bien!). Por lo menos, la zona elegida para el "acto final" es una gran tabla, con una entrada de un brazo de río lateral, de poca profundidad y corriente muy moderado. Es en este brazo de río en donde terminó la presente jornada, pescando un buen rato con el tándem ... y no terminó tan mal del todo: revolqué un pez plateado, que se escapó, y que creo que era una bagra, y la microninfa volvió a darme una nueva alegría al poco rato, en una deriva baja: la captura de un pez pequeño, que resultó ser una trucha, un jaramugo de fario que terminó de certificar, de un modo definitivo y total, el fin de la maldición de las truchas de Alós de Balaguer, que ha pesado sobre mi a lo largo de doce años, y con la que he convivido sin ningún tipo de trauma o complejo, todo sea dicho.
Pese a la relativa victoria, que a más de alguno le parecerá poco menos que "pírrica", la hora del cambio de ropa y recogida de bártulos estuvo exenta de celebraciones. Eso quedó para más tarde, pues bajo el calor africano, en una tarde de siesta o piscina, yo estaba cociéndome en mi jugo (rodajas de merluzO cocinado en su propio vader), y lo único que deseaba era salir pronto de ese horno, gozar por un rato del aire acondicionado del coche, y llegar pronto a un sitio en donde pudiera zamparme un buen helado, a modo de versión veraniega de mi sempiterna merienda pastelera, que no suele perdonarse bien se pesque hasta doler el brazo, haya bolo, o se acabe cualquier maldición.




(1) Ver el artículo Jornada de Pesca Nº 642, del 16/02/2013 en este blog.   



        

JORNADA DE PESCA Nº 749



Sábado, 4 de julio de 2015

Temporada 2014 - 2015 - Nº 30
Temporada de Salmónidos 2015 - Nº 15

Coto Intensivo de Alós de Balaguer S. M. - SE13
Río Segre

Pescador:
Ferran RUBINSTEIN

Capturas: 2 truchas fario a ninfa y 4 bagras a ninfa

Equipo de pesca a mosca:
Caña; Scott A2 - 10 pies - línea 6
Línea: Adams 6 WF - flotante
Carrete: Adams

Climatología: día soleado y muy caluroso, dentro de una ola de calor que afecta a toda la Península Ibérica, que comenzó hace dos semanas y aún no se sabe cuanto tiempo puede durar..

Caudal: medio-alto

Condiciones de vadeo: muy complicado; siendo necesario el uso del bastón de vadeo.

Hora de inicio de la jornada: 09,30 h.
Hora de finalización de la jornada: 16,45 h.

La música de hoy:

Viaje de ida:

Concierto para piano y orquesta en "LA" menor
Obertura, Op. 9
Ignacy Paderewski

Capricho Ruso
Anton Rubinstein

"Les Djinns"
César Franck

Viaje de vuelta:

Sinfonía en "FA" mayor
Ludwig Thuille

"Lo que se escucha en la montaña"
"Festklänge"
Franz Liszt

Líneas Tensas!



Ferran RUBINSTEIN.

jueves, 2 de julio de 2015

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Daniel Garcia