DEDICADO A SOMO Y TERRICABRAS, BUENOS PESCADORES QUE SABEN CONJUGAR EL VERBO CORRECTO, Y MEJORES PESONAS.
EL FENÓMENO “BIG BROTHER” EN PODOLIA Y LA PESCA A MOSCA.
Por fin, y con un retraso de más de cuatro años con respecto a las naciones más civilizadas de Europa y América, pudimos disfrutar en Podolia de nuestra propia edición del popular concurso “Big Brother” (Gran Hermano).
Seis chicos y seis chicas se encerraron en una dacha a las afueras de Tiraspol con el objetivo de resistir 90 dias bajo la vigilancia permanente de las cámaras: la vida en directo. Y por supuesto, someterse a la decisión de la audiencia para determinar quien iba a ser expulsado de la misma cada dos semanas hasta que quedaen tres finalistas y d ellos un ganador.
Pero no todas las chicas resultaron ser féminas, pues ya el primer dia, la rubia y exhuberante Dunia confesó a sus compañeros de concurso ser un transexual no operado y armado con un trabuco más grande que el de Curro Jiménez (el famoso bandolero español encarnado por Sancho Gracia tiene incluso un club de fans en Podolia),
Y no todos los chicos resultaron ser chicos. Aleksandr Moskardensky pasaba ya de los cuarenta años y además... era pescador a mosca.
Y fue este detalle el que le convirtió desde el minuto uno del concurso en el personaje más odiado de la casa, pues no paró ni por un minuto de hablar de un tema monográfico y obsesivo: la pesca con mosca.
Debo reconocer que hemos vivido en Podolia de una edición excepcional de “Big Brother”, en la que las emociones fueron in crescendo desde el primer dia.
A las dos horas de emisión, Masha, la tártara morena teñida de rubio platino confesó haber ejercido la prostitución en un bar de carretera en Chechenia. Lágrimas y solidaridad ante la confesión.
A los dos dias, el transexual Dunia y Nikolai, un ex novicio del Convento de San Parfión el Magnánimo fueron pillados en plena acción de sexo oral. Huelga decir que era el ex novicio quien ejercía de Mónica Lewinsky.
Y de mientras, hora tras hora y dia tras dia, el pesado de Moskardensky no paraba de darle la brasa a sus compañeros, y de hablar sin parar ante las cámaras y en el confesionario acerca de eclosiones de bétidos en el coto del Smierdievskaya Rieká, de bajos de linea trenzados, del viaje a Chile que realizó dos años atrás –gracias a la herencia de su tio el terrateniente Korsakov- y en el que clavó cerca de treinta steelheads y diez o doce salmones y de la lucioperca “dientes de sable” de cerca de treinta kilos que sucumbió ante un estrímer de marabú hecho por el mismo...
Por supuesto, tanta monomanía y pesadez le hizo blanco de todos los odios de sus compañeros y por supuesto de la audiencia.
Se le nominó para ser expulsado de la casa en cada ronda de nominaciones, pero el muy condenado siempre terminó salvándose... para asombro de sus compañeros y de la audiencia, pues nadie decía haber votado por otro paa la expulsión que no fuera Moskardensky..
Las semanas pasaban, y la audiencia televisiva estaba magnetizada y hechizada por el programa. Nunca se había vista nada así más allá del Telón de Acero. Los viejos exclamaban...¡Si el padrecito Lenin levantase la cabeza!
Pues estabamos gozando de la fascinación voyeur de la vida en directo.
Iván, el culturista cachas le puso un ojo a la funerala a Moskardensky por pesado. La mulata brasileña Mayra (la nota exótica del programa) se marcó un strip-tease que hizo salir en procesión expiatoria a la cofradía de Penitentes de la Catedral de Vikhvatinetz, y el Patriarca Aleksei y el Pope Dmitri amenzaron con la excomunión a los televidentes debido a que Abdul, el concursante sirio y segundo mejor dotado de la casa después de Dunia y el chuleta y vacilón de Arkady, un macarra de los bajos fondos de Tiraspol le hicieran un “sandwich” o como vulgarmente se dice le “dieran zapatilla” a la dulce e inocente Irina, conocida por la audiencia como la “frambuesita del Big Brother”.
Mientras tanto, Moskardensky seguía en lo suyo, que si los tricópteros son indispensables para las corrientes, que si el sin muerte que está al lado de la Central Nuclear es cualitativamente mejor que el sin muerte de al lado de la Central Térmica, que si el había pescado Blas-blas o algo así en un lugar de Europa llamdo Extremadura, que si tenía una caña Sage de 10 pies sólo para pescar a ninfa, que si sólo pescaba a seca con una linea de seda Thebault, que si era un ferviente devoto dela pesca sin muerte y conservacionista, que si sus montajes de quiromónidos habían sido alabados por la crítica especializada de la revista norteramericana “Fly Angler”, que si había pescado en un rio truchero cerca de Katmandú, que si patatín y patatán, bla, bla, bla...
Y semana tras semana, seguía nominado, pero nunca fué expulsado.
Y el condenado, con su perorata mosquera y su inento de dar clases de lanzado con una escoba al resto de habitantes de la casa, se plantó en la final.
Y lo hizo junto con el discreto guaperas y metrosexual de Sergei, el favorito de todas las señoras, el nieto que toda abuela ha soñado tener, y con la atlética y fornida Ingrid, una chica de nuestra minoría alemana que es monitora de deportes de aventura y ha escalado el mítico K2 por la vertiente más difícil habiendo sido la ascensión filmada en directo por los miembros del programa televisivo “Al filo de la locura”.
Nadie, y repito nadie, daba un kopek por el subnormal de Moskardensky, y cual sería la sorpresa cuando en la gala final del programa, el sobre con los resultados finales de las votaciones de la audincia, certificado por el Ilustre Notario Sergei Mijailovich Balakirev dio como ganador de la primera edición de “Big Brother Podolia” a... Aleksandr Moskardensky el pescador mosquero.
Inmediatamente se hablo de tongo y de farsa. No hubo celebraciones y si distrubios y manifestaciones. Se pidió la dimisión del director de la cadena televisiva y del productor del programa por fraude.
Y como dicen en Cuba “Llegó el Comandante Fidel y mandó parar”. Bueno, en este caso el que exigió parar fue el mismísimo Presidente Bohuslav Jirinovsky, que además de Caudillo de nuestra nación es un reputado pescador a mosca. Editó un Ukasse (decreto) por el cual legitimaba el resultado del concurso y además confirmaba en su cargo tanto al director de la cadena televisiva como al productor del programa. Y por si fuera poco, concedía la Medalla de Héroe de Podolia y el fajín honorifico de Atamán Cosaco al ganador Aleksandr Moskagodonov.
Y punto en boca. Lo manda Su Excelencia, y su palabra en Podolia es la Ley. Y si además los carros de combate del Regimiento Acorazodo “General Molotov” aplastan y mandan al desguace unos cuantos “ladas” y un trolebus cruzados en la via pública a modo de barricada, como que acataremos el resultado y todo.
Ahora, por culpa de este decreto, los honestos y pacíficos mosqueros de Podolia se han ganado la mala fama de colaboracionistas y adláteres del poder.
Y encima, a Moskardensky le pillaron recientemente pescando a cebo (concretamente con una masilla de maíz y queso) en un coto sin muerte. Por lo menos llevaba más de veinte truchas con el pescuezo retrocido dentro del cesto.
Eso fue, por supuesto, después de haber disfrutado de su premio en el concurso, un viaje al Caribe con gastos pagados durante un mes para dos personas. La persona que eligió para acompañarle a pescar Macabí fue... Dunia la bien dotada.
Pero cualquiera le dice algo a este elemento, y más cuando la prensa del corazón (hoy debidamente silenciada) hizo público que era un hijo ilegítimo del Presidente Jirinovsky.
Lavrenti Milanov.
Por el “glasnost” más allá del Nuevo Telón de Acero.
EL FENÓMENO “BIG BROTHER” EN PODOLIA Y LA PESCA A MOSCA.
Por fin, y con un retraso de más de cuatro años con respecto a las naciones más civilizadas de Europa y América, pudimos disfrutar en Podolia de nuestra propia edición del popular concurso “Big Brother” (Gran Hermano).
Seis chicos y seis chicas se encerraron en una dacha a las afueras de Tiraspol con el objetivo de resistir 90 dias bajo la vigilancia permanente de las cámaras: la vida en directo. Y por supuesto, someterse a la decisión de la audiencia para determinar quien iba a ser expulsado de la misma cada dos semanas hasta que quedaen tres finalistas y d ellos un ganador.
Pero no todas las chicas resultaron ser féminas, pues ya el primer dia, la rubia y exhuberante Dunia confesó a sus compañeros de concurso ser un transexual no operado y armado con un trabuco más grande que el de Curro Jiménez (el famoso bandolero español encarnado por Sancho Gracia tiene incluso un club de fans en Podolia),
Y no todos los chicos resultaron ser chicos. Aleksandr Moskardensky pasaba ya de los cuarenta años y además... era pescador a mosca.
Y fue este detalle el que le convirtió desde el minuto uno del concurso en el personaje más odiado de la casa, pues no paró ni por un minuto de hablar de un tema monográfico y obsesivo: la pesca con mosca.
Debo reconocer que hemos vivido en Podolia de una edición excepcional de “Big Brother”, en la que las emociones fueron in crescendo desde el primer dia.
A las dos horas de emisión, Masha, la tártara morena teñida de rubio platino confesó haber ejercido la prostitución en un bar de carretera en Chechenia. Lágrimas y solidaridad ante la confesión.
A los dos dias, el transexual Dunia y Nikolai, un ex novicio del Convento de San Parfión el Magnánimo fueron pillados en plena acción de sexo oral. Huelga decir que era el ex novicio quien ejercía de Mónica Lewinsky.
Y de mientras, hora tras hora y dia tras dia, el pesado de Moskardensky no paraba de darle la brasa a sus compañeros, y de hablar sin parar ante las cámaras y en el confesionario acerca de eclosiones de bétidos en el coto del Smierdievskaya Rieká, de bajos de linea trenzados, del viaje a Chile que realizó dos años atrás –gracias a la herencia de su tio el terrateniente Korsakov- y en el que clavó cerca de treinta steelheads y diez o doce salmones y de la lucioperca “dientes de sable” de cerca de treinta kilos que sucumbió ante un estrímer de marabú hecho por el mismo...
Por supuesto, tanta monomanía y pesadez le hizo blanco de todos los odios de sus compañeros y por supuesto de la audiencia.
Se le nominó para ser expulsado de la casa en cada ronda de nominaciones, pero el muy condenado siempre terminó salvándose... para asombro de sus compañeros y de la audiencia, pues nadie decía haber votado por otro paa la expulsión que no fuera Moskardensky..
Las semanas pasaban, y la audiencia televisiva estaba magnetizada y hechizada por el programa. Nunca se había vista nada así más allá del Telón de Acero. Los viejos exclamaban...¡Si el padrecito Lenin levantase la cabeza!
Pues estabamos gozando de la fascinación voyeur de la vida en directo.
Iván, el culturista cachas le puso un ojo a la funerala a Moskardensky por pesado. La mulata brasileña Mayra (la nota exótica del programa) se marcó un strip-tease que hizo salir en procesión expiatoria a la cofradía de Penitentes de la Catedral de Vikhvatinetz, y el Patriarca Aleksei y el Pope Dmitri amenzaron con la excomunión a los televidentes debido a que Abdul, el concursante sirio y segundo mejor dotado de la casa después de Dunia y el chuleta y vacilón de Arkady, un macarra de los bajos fondos de Tiraspol le hicieran un “sandwich” o como vulgarmente se dice le “dieran zapatilla” a la dulce e inocente Irina, conocida por la audiencia como la “frambuesita del Big Brother”.
Mientras tanto, Moskardensky seguía en lo suyo, que si los tricópteros son indispensables para las corrientes, que si el sin muerte que está al lado de la Central Nuclear es cualitativamente mejor que el sin muerte de al lado de la Central Térmica, que si el había pescado Blas-blas o algo así en un lugar de Europa llamdo Extremadura, que si tenía una caña Sage de 10 pies sólo para pescar a ninfa, que si sólo pescaba a seca con una linea de seda Thebault, que si era un ferviente devoto dela pesca sin muerte y conservacionista, que si sus montajes de quiromónidos habían sido alabados por la crítica especializada de la revista norteramericana “Fly Angler”, que si había pescado en un rio truchero cerca de Katmandú, que si patatín y patatán, bla, bla, bla...
Y semana tras semana, seguía nominado, pero nunca fué expulsado.
Y el condenado, con su perorata mosquera y su inento de dar clases de lanzado con una escoba al resto de habitantes de la casa, se plantó en la final.
Y lo hizo junto con el discreto guaperas y metrosexual de Sergei, el favorito de todas las señoras, el nieto que toda abuela ha soñado tener, y con la atlética y fornida Ingrid, una chica de nuestra minoría alemana que es monitora de deportes de aventura y ha escalado el mítico K2 por la vertiente más difícil habiendo sido la ascensión filmada en directo por los miembros del programa televisivo “Al filo de la locura”.
Nadie, y repito nadie, daba un kopek por el subnormal de Moskardensky, y cual sería la sorpresa cuando en la gala final del programa, el sobre con los resultados finales de las votaciones de la audincia, certificado por el Ilustre Notario Sergei Mijailovich Balakirev dio como ganador de la primera edición de “Big Brother Podolia” a... Aleksandr Moskardensky el pescador mosquero.
Inmediatamente se hablo de tongo y de farsa. No hubo celebraciones y si distrubios y manifestaciones. Se pidió la dimisión del director de la cadena televisiva y del productor del programa por fraude.
Y como dicen en Cuba “Llegó el Comandante Fidel y mandó parar”. Bueno, en este caso el que exigió parar fue el mismísimo Presidente Bohuslav Jirinovsky, que además de Caudillo de nuestra nación es un reputado pescador a mosca. Editó un Ukasse (decreto) por el cual legitimaba el resultado del concurso y además confirmaba en su cargo tanto al director de la cadena televisiva como al productor del programa. Y por si fuera poco, concedía la Medalla de Héroe de Podolia y el fajín honorifico de Atamán Cosaco al ganador Aleksandr Moskagodonov.
Y punto en boca. Lo manda Su Excelencia, y su palabra en Podolia es la Ley. Y si además los carros de combate del Regimiento Acorazodo “General Molotov” aplastan y mandan al desguace unos cuantos “ladas” y un trolebus cruzados en la via pública a modo de barricada, como que acataremos el resultado y todo.
Ahora, por culpa de este decreto, los honestos y pacíficos mosqueros de Podolia se han ganado la mala fama de colaboracionistas y adláteres del poder.
Y encima, a Moskardensky le pillaron recientemente pescando a cebo (concretamente con una masilla de maíz y queso) en un coto sin muerte. Por lo menos llevaba más de veinte truchas con el pescuezo retrocido dentro del cesto.
Eso fue, por supuesto, después de haber disfrutado de su premio en el concurso, un viaje al Caribe con gastos pagados durante un mes para dos personas. La persona que eligió para acompañarle a pescar Macabí fue... Dunia la bien dotada.
Pero cualquiera le dice algo a este elemento, y más cuando la prensa del corazón (hoy debidamente silenciada) hizo público que era un hijo ilegítimo del Presidente Jirinovsky.
Lavrenti Milanov.
Por el “glasnost” más allá del Nuevo Telón de Acero.
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