"Si, al igual que yo, sois de los que creeis que tenéis poco que enseñar, mucho que aprender y aún más que compartir, éste es vuestro blog".

sábado, 22 de enero de 2011

JP-554. COTO CAMÍ DE L´OLIVA - OLIANA.



JORNADA DE PESCA Nº 554
Esta visto que los dias de pesca se parecen a los melones. ¿Pesca y curcubitáceas? Si, si, no es ningún disparate, o al menos de un modo metafórico: los melones, pese a su aspecto exterior, nunca sabes si serán un manjar de dioses o un amargo ensayo de pepino hasta que no los abres y los pruebas, y los dias de pesca, ni que sean en la “Patagonia Catalana”, nunca sabes como resultarán hasta que no te plantas en el rio y te pones remojar moscas.
Este sábado mismo, por ejemplo, el tema pintaba bastos del as al rey, y desde dias antes, pues las previsiones de una ola de frio se habían cumplido, y para el dia de autos se preveían temperaturas siberianas. Esto es lo más normal del mundo en un mes como enero, pero ya sabemos que en este mes, de un modo absurdo y propio de un pais tercermundista, cuya admnistración es incapaz de cumplir plazos ni de planificar nada en serio, no se repuebla en ningún coto intensivo. Y por si fueran pocos los problemas que la meteorología y la administración pública nos acarrean a los sufridos pescadores deportivos, decidme kamaradas: ¿cuántos de vosotros teneis ya en mano vuestro carnet anual de socio o la licencia federativa del año en curso? Que yo sepa, pagamos por un año, pero raro es que en enero o febrero alguien tenga en mano alguno de esos dos documentos. ¿Qué quien pesca en esos meses, y con esos frios? Pues miren, yo mismo, y seguro que más de alguno de los que ahora están leyendo este mismo artículo...y lo hacemos pagando los tickets a precio de caviar de beluga.
Con tan malas previsiones, otro se hubiese quedado en casa montando moscas al amor de la catalítica, pero ya saben mis lectores que yo soy de esos que las dificultades y las previsiones apocalípticas aún le ponen “más morcillón”, así que a media semana, convencí a mi amigo Francesc de que fueramos a Oliana, visto el overbooking de pescadores que se registra en Anglès semana si, semana también, durante este última baja temporada.
El termómetro callejero de Ponts, marcaba a eso de las ocho y media de la mañana ocho bajo cero. Sin embargo, la noche habia sido despejada y tachonada de estrellas, y el sol brillaba en un cielo azul, diáfano y sin una nube, tras un amanecer de tonos rosas y violetas que hubiera hecho las delicias de más de algún pintor de brocha fina, y que yo apenas contemplé por el rabillo del ojo, mientras entraba corriendo al restaurante de La Panadella, para tomar un café con leche y un “gitanet” de nata.
Al llegar a Oliana, recibí una llamada de Francesc. El hombre no podía venir, pues había tenido que llevar a su perrita al veterinario, y lo más seguro es que tuvieran que sacrificarla. Estaba triste, y es comprensible: a los animales domésticos se les acaba queriendo tanto como a alguien de la familia, y máximo cuando ellos nos dan tanto cariño a cambio de sólo un hueso o un rato de juego. Y encima, no hablan, no te dan disgustos, ni te traicionan jamás. A veces, algunas veces, el cantor tiene razón (eso lo cantaba María Ostiz en los 70s), y uno llega a entender a Beethoven cuando dijo aquello de “Cuanto más conozco a las personas, más quiero a mi perro”.
No sé si el que Francesc hubiera terminado viniendo, hubiera condicionado mi modo de enfocar la estrategia de la jornada, ya que él siempre está pendiente de pescar a seca hagael dia que haga, pero el caso es que allí estaba yo, poco antes de las diez de la mañana, aún sin montar aparejos, pues no tenía ni la más remota idea de que estrategia adoptar. Había algo que no cuadraba: teóricamente, habría de estar tiritando y embutido en un mogollón de ropa, con la nariz chorreando, estar maldiciendo lo subnormal que soy de venir a pescar con este frio glacial. Sin embargo, no iba mucho más abrigado que en otros dias de pesca de este y otros inviernos, no me chorreaba la nariz, ni tenía las manos sin tacto como dos tarugos de madera, y es que al solete... se estaba bien.
De este modo, al solete y estando medio bien, se empezó a cumplir aquello de los melones, que viene a ser lo mismo que lo de la caja de bombones de Forrest Gump, para los que gusten más de lo yanqui, lo moderno, o ambas cosas a la vez.
Y para rematar el tema, y confirmar la teoría, la primera en la frente: a los cinco minutos de pescar (eso si, con los pies helados como dos “calippos”), truchón que se zampa la “pompom”, atractora imprescindible donde las haya, y más si es de plumero color salmón en los intensivos, y sonrisa de oreja a oreja: este melón ha salido de los que son “pura miel”. Por lo menos el bolo estaba eludido, y lo había evitado una arco-iris de esas que llamamos “barra de pan”, con unos buenos 53 cms.
Estaba visto que los torpedos patagónicos de Oliana se pirran por las ninfas atractoras chorras, pues en menos de un cuarto de hora había clavado dos más de esos bichos de considerable porte y recio batallar, con la “pompom”, pero perdí ambos en la batalla. El primer bicho se llevó la imitación en la boca rio abajo, y el segundo de desclavó porque el anzuelo se había roto: cuidado con la presión excesiva del torno.
Bien pues, parecía que el melón estaba siendo muy del gusto de los comensales.
Tras este rato de locura y emociones, vino el típico interludio, muy típico en esta época del año, en un coto como este y para un pescador tan mediocre como un servidor, de nula actividad, y de ir batiendo corrientes, correntitas y parados con las ninfas. Sin embargo, estaba siendo un interludio muy grato: hacía una temperatura hasta agradable, siempre y cuando fueras debidamente abrigado, y al sol se estaba realmente bien, así que, visto que la actividad en ese tramo de rio no era para echar cohetes, dejé de pescar un rato para sentarme en una piedra, tomarme un té de lata y fumar un par de cigarrillos, aprovechando que (todavía) esta permitido fumar en la orilla de los cursos fluviales.
Tras la pausa, decidí volver a darle una oportunidad a las corrientes en las que había estado pescando nada más comenzar, y máxime cuando no había nadie pescándolas. La verdad, es que habían más pescadores de los que a priori pensaba me encontraría. Lejos eso si, de los gentíos que abarrotan “Magic Anglès”, pero decididamente más de lo que yo esperaba, tras una semana de avisos meteorológicos del tipo “los pingüinos podrán pasearse por Las Ramblas”. Y es que se ve que no soy el único que sabe lo de la teoría de los melones, aplicada a las jornadas de pesca.
Como suele suceder, cuando menos te lo esperas, salta la liebre, pero en este caso, fue la trucha que clavé, nada más volver a pescar, y casi en el mismo sitio en donde había estado pescado nada más comenzar la jornada. La batalla fue dura, muy dura, pues tenía que dominar con mi caña semiparabólica para linea 4 un buen pedazo de animal, tal como podeis ver en la foto, y que resulto medir 62 cms. Curiosamente, un animal tremendo, pero “muñón”. Si mirais la foto de cerca, vereis que tiene muy poco desarrolladas las aletas, por lo que procede de una reciente repoblación, todo y que ya va bien que las repueblen en tamaño “king size”, pues es la única manera de luchar contra la plaga del cormorán, sin tener que liarse a tiros con dichos pájaros, cosa la cual sería la mejor manera de acabar de un modo definitivo con este problema.
Por lo visto, el melón no es que hubiera salido bueno, es que era como para invitar a los vecinos: “pasen y prueben, pura miel para su paladar”.
Y este melón, estaba visto, me iba a dar bocados de placer hasta la última tajada. Con la caída de la tarde, se registró una ligera, ligeriiiiiiisima actividad en superficie. Apenas cuatro cebas muy esporádicas, y unas cuantas lomeadas de peces tomando alguna emergente. Motivo de sobras para intentar, aunque fuera un ratito, de “jogo bonito”, así que preparé un tándem con un trico de pelo de ciervo (más que nada por su visibilidad como señalizador), y una diminuta ninfa de oreja de liebre. Para mi sorpresa, y salida de la nada, un trucha se zampó el trico, cosa la cual no esperaba en absouto. Por suerte, estaba recogiendo linea de un modo bien acompasado, y la tensión de la linea suplió al golpe de muñeca que no había dado en el momento oportuno, y otra trucha arco-iris que entraba en mi salabre. Esta vez me fue más fácil: eran aguas paradas, y la trucha, todo y pasar largos los 40 cms distaba de ser un monstruo, en comparación con las dos anteriormente capturadas, todo y que en otros coto podría considerarse como una trucha trofeo local.
Mirad por donde: no tan sólo terminé pescando, sino haciéndolo incluso a seca, y con un trico, mosca por autonomasia de los tórridos mediodias estivales, en plena ola de frio siberiano. Realemnte, este melón había valido la pena abrirlo, o bien, a estos bombones, había valido la pena quitarles en envoltorio.
Antes de terminar, permitidme el lujo de una reflexión antes de irme a cenar mi pizza con patatas chips de los sábados: en la cama, calentito, se puede soñar con peces, pero para pescarlos, hay que ir al rio, en donde hace frio, pero no el suficiente para traspasar las capas de nuestro abrigo, pues está tejido con fibra de ilusión por la vida, y entusiasmo por vivirla.



TEMPORADA 2.010 - 2.011 - Nº 13
Sábado, 22 de Enero de 2011
TEMPORADA COTOS INTENSIVOS DE SALMÓNIDOS 10-11 Nº 13


Coto Camí de l´Oliva – Oliana. Intensivo sin muerte.
Rio Segre
Capturas: 2 truchas arco-iris a ninfa y 1 trucha arco-iris a mosca seca
Pescador : Ferran RUBINSTEIN

Climatología: soleado y frio

Hora de inicio de la jornada: 10,30 h.

Hora finalización jornada: 16,30 h.

La música de hoy:

Viaje de ida:

Sinfonía nº 2

de Vasily S. Kalinnikov

Sonata para piano nº 1
Sonata para piano nº 2

de Anton Rubinstein

Viaje de vuelta:

Concierto para violín y orquesta nº 1

de Joachim Raff

Concierto para violín y orquesta en “LA” menor

de Alexander Glazunov

“Taras Bulba”

de Leos Janácek


Lineas Tensas!



Ferran RUBINSTEIN.

viernes, 14 de enero de 2011

GALERIA DE FOTOS. ANTES DE LA EDAD MOSQUERA: LUCIOPERCA´99.




Hola Kamaradas,

No fué hasta finales de 1.999, todavía en el siglo pasado, que no compré mi primer equipo de mosca: una tosca caña DAM, que de tan dura podía realizar también la función de bastón de vadeo, una linea 5 DT flotante Grauvell y un carrete Okuma, que aún conservo en perfecto estado: tanto que llevo un par de meses volviéndolo a utilizar.
Con estos materiales, tenía suficiente para poder cumplir con una de las ilusiones de mi adolescencia: pescar a mosca. Todo y así, el camino para poder ver cumplido eso sueño, todo justo comenzaba.
Hasta ese momento, había sido un pescador "generalista", que pescaba "todo aquello que tenga aletas y escamas", mucho más en los pantanos que en el rio, y que no dudaba en llevarse una caña para pescar a cebo, y otra para hacerlo a lance ligero, para optimizar las jornadas al máximo, o al menos intentarlo.
Hace ya años que no pesco de otra manera que no sea a mosca, y la verdad es que no echo para nada de menos esos tiempos de meter gusanos y otros bichos en la nevera, para mayor desesperación de mi mujer, o de enredar carísimos peces artificiales u otros señuelos ondulantes o giratorios en los árboles (ahora si acaso, enredo moscas, pero el negocio me sale mucho más barato).
No obstante, tengo muy buenos recuerdos de esos tiempos anteriores a la "Era Mosquera", pues os puedo asegurar que vivía las jornadas de pesca con la misma ilusión, casi infantil, que las vivo ahora. La única diferencia, es que gracias a la pesca mosca, la pasión por la pesca va más allá, y puede ser prolongada incluso en casa, gracias a esa artesanía, elevada por muchos, que no por mi, a categoría de arte, que es el montaje de moscas.
A modo de homenaje a ese pasado como pescador generalista o oportunista, y a los muy buenos ratos que pasé, me he propuesto ir publicando en una Galería de Fotos especialmente dedicada a los mismos, unas cuantas fotos que me son muy queridas, no tan sólo por ser reflejo de dias de capturas y diversión, sino porque, como es obvio, aparezco en las mismas con unos cuantos años, y bastantes canas, de menos.
En la foto, aparezco una lucioperca de 70 cms, capturada con un pez artificial de esos de forma rechonda y gran babero para profundizar más, en el Pantano de La Baells en Noviembre de 1.999.
Durante la segunda mitad de los años ochenta, el Pantano de La Baells era un auténtico destino de lujo para los amantes de la pesca a lance ligero. Abundaban los basses, y en invierno las luciopercas daban mucho juego. Lucios no es que hubiera muchos, pero salían algunos de tamaño realmente espectacular, especímenes incluso por encima de los 10 kgs. . Por lo que respecta a la pesca de cipríndos, era este embalse de grandes carpas, y con una población notable de bermejuelas (gardis, o gardones) que sobrepasaban con la categoría de "minitallas".
Sin embargo, a partir de la mitad de esta primera década del siglo XXI, la presencia del siluro ha modificado visiblemente la pirámide trófica de este pantano. Esto, unido a los años de sequía severa de mitad de la década pasada, y -como no- al furtivismo, ha hecho que este destino de pesca haya ido perdiendo paulatinamente interés, sobre todo para los pescadores de lance ligero.
Lineas Tensas!

Ferran RUBINSTEIN.

sábado, 8 de enero de 2011

JP-553. COTO DE MALAGARRIGA.



JORNADA DE PESCA Nº 553

Definitivamente, octubre no es enero, aunque se trate de pescar en el Coto Intensivo de Malagarriga, como un Ferrari Testarrona no es lo mismo que un SEAT Seiscientos, aunque ambos puedan encuadrarse dentro de la descripción de vehículos automóviles.
El pasado mes de octubre, y en este mismo escenario, con sus mediodias cálidos, el agua a temperatura de auténtico confort para los peces, abundancia de eclosiones a lo largo del dia y el personal más ocupado en buscar setas que en pescar, las truchas nos deleitaron con una actividad, frenética y ocasionalmente incluso hiperactiva, que se prolongaba sin pausa de media mañana hasta el fin de jornada, y las pescatas fueron de auténtico escándalo: aquellos que pescamos sin muerte, y procedemos a devolver las capturas, llegamos a tener en mano la friolera de hasta 80 truchas, entre iris de repoblación y farios, que seguramente se descolgaron de los cotos de salmónidos de temporada que hay río arriba en algún episodio de riada.
Tampoco penséis que en este sábado de enero post-navideño, los románticos, obsesivos, recalcitrantes o simplemente pirados que fuimos a pescar en un coto intensivo con muerte, a sabiendas de que no se había repoblado desde hacía casi tres meses –como por ejemplo mi amigo Francesc y yo-, lo hiciesemos en un río que discurriese por alguna tundra inhóspita y helada: nada de eso, pues para ser enero, el día fue soleado y de incluso benigna temperatura en las horas centrales del día.
Sin embargo, bien sea porque en estos tres meses los furtivos, los visones y los cormoranes han hecho dura mella en la población truchera, o bien porque los peces que quedan en el río están recelosos, gandules o las dos cosas a la vez, Francesc y yo invertimos seis horas largas para capturar una triste trucha arco-iris de repoblación cada uno.
Todo y así, para que veáis cuán fina es la línea que, en materia de pesca deportiva, separa el éxito del fracaso, esta jornada no ya mediocre, sino de las de “rozar el bolo”, hubiera podido ser épica y espectacular si no hubiera perdido en el combate una gran carpa que se tragó mi ninfa “pompom” en una postura tan sobrepescada como es justo en la poza de debajo de la pasarela. Muy poderoso animal es este ciprínido para combatirlo con un terminal del 0,12, y todo y que lo pude dominar cinco minutos largos, casi hasta tenerlo por una vez a tiro de salabre, la bestia terminó buscando escapatoria hacía el único sitio en donde poder multiplicar su fuerza, o sea, hacia el tiro de corriente de la salida de la poza.
Precisamente, la socorrida ninfa “pompom” fue el arma final a la que recurrir para poder tocar escama. Incluso Francesc, el hombre que guarda total fidelidad a la mosca seca, y viendo que ayer por no haber no había ni eclosiones, tuvo que recurrir –eso si, a regañadientes y bajo insistencia por mi parte, a uno de esos ninforros tungstenizados de fantasía, pues estaba claro que las pocas truchas que quedasen en el rio, estarían bien pegadas a las piedras.
No fue extraño pues, que mi amigo y yo obtuviésemos nuestra única captura del dia, en unas corrientes no muy batidas, con la “pompom” rascando piedras y recolectando algas, y a escasa distancia el uno del otro, y con poco tiempo de diferencia: el lugar, cerca de un cómodo bajador no deja de ser de esos en los que los encargados de la repoblación no se olvidan de visitar.
Por si alguien tiene la tentación de pensar que Francesc y yo fuimos los únicos “iluminados” o “idealistas” que este sábado fueron a ver como bajaba el agua río abajo en Malagarriga, les diré que…no. Además de nosotros, que fuimos los más madrugadores, a media mañana se presentó el Comando Catalano-Leonés de mi buen amigo Josep Maria (Trout69 en los foros Conmosqueros), con su hermano Óscar y su inseparable compañero de aventuras de pesca Manuel. Ellos tampoco pudieron resistirse a la tentación de volver a Malagarriga, después de las superlativamente exitosas jornadas del mes de octubre pasado. Esto, y seguramente que siempre los habrá que aunque reconozcan la impecable superioridad estilística y tecnológica del poderoso deportivo italiano, siempre simpatizaran más con el humilde y simpático "seiscientos".
Nadie negará que ir a pescar en pleno enero a un coto de repoblación que hace casi dos meses que no se repuebla, es como subirse al seiscientos en vez de elegir el Ferrari. Pero el aceptar retos, o simplemente querer pescar lejos del gentío que abarrota otros escenarios en esta época del año, es una opción plenamente legítima, siempre y cuanto aceptemos los riesgos de una pesca magra en capturas, y de que la aventura, generalmente, está más cerca de viajar en "seiscientos", que de hacerlo en un vehículo que tecnológicamente roza la perfección.
Al menos, pudimos charlar un rato, y Josep Maria regaló una “naranjita”, microninfa que tiene pinta de muy pescadora, y que he puesto a buen recaudo en mi caja de moscas, pues pienso usarla en escenarios ucho más selectivos, como Guardiola de Berguedà, o Montagut, o… ¿porque no? Magic Anglès.
Finalmente, el Comando Catalano-Leonés obtuvo su único y también magro botín, casi al fin de jornada, anticipado al nuestro dado a que pararon para hacer una comida de picnic, cuando Josep María capturó su única trucha, viendo una de las poquísimas cebas del dia. Lo hizo con la microninfa del tándem, y eso confiere a esa captura un gran valor, pues al menos una de las tres únicas truchas que se capturaron ayer, al menos de un modo legal, en Malagarriga, lo fué haciendo “jogo bonito”, en vez de recurrir a monstruitos dignos de una novela de ciencia-ficción, montados sobre un anzuelo.
Seguramente, a la hora en que Josep Maria, Óscar y Manuel estaban moviendo mandíbulas, Francesc y yo estábamos enzarzados en el único desafío de tan soporífero día: en un pequeño blando de corriente se paseaban, comiendo a media agua, dos truchas tan enormes que al principio pensamos que no fueran barbos. Mucho latín y mucha física cuántica ha de saber un bicho de esos, cuando ha sobrevivido hasta alcanzar tal tamaño en un entorno tan y tan hostil, y tan sobrepescado, como atestiguaba, el árbol de la orilla de enfrente, decorado con infinidad de aparejos con plomos y flotadores, además de un buen surtido de cucharillas.
Todo y así, lo intentamos, probando todo tipo de derivas lo más naturales de ninfas que profundizasen ni mucho ni poco, sino más bien del modo "en que la trucha quiere", pero no hubo manera, y allí se quedaron nuestras amigas, sobreviviendo un dia más, que no es poca hazaña para cualquier pez en un coto intensivo con muerte con el overbooking de pescadores y otros depredadores como es Malagarriga.
Un rato después, ya en Suria, y mientras Francesc y yo debatíamos sobre si merendar churros, o ir a la pastelería a por “saras” de almendras y cocas de cabello de ángel, nos paramos a observar el rio: Grandes carpas y algún que otro barbo estaban al acecho en la corriente. Algunos peces hociqueaban el fondo del rio , y otros incluso subían a por alguna mosca en superficie. Francesc se lamentó, con ironía: quizás si hubiésemos pescado en el coto de ciprínidos de Suria, incluso hubiesemos clavado alguno de esos poderosos cirpínidos a seca.
Ganó la opción de la pastelería. A la vuelta: Raff y su romántica sinfonía nº 5 “Lenora”, conduciendo ya de noche. Es enero, y por bueno que sea el día, al anochecer siempre hace frío. Sin embargo, aviso para navegantes, el sol tardó ya un poco más en ponerse: el azul intenso del horizonte al atardecer es ya un presagio de que sólo quedan dos meses para que sea marzo, y no mucho más para que demos la bienvenida a la siempre ansiada temporada de salmónidos.


TEMPORADA 2.010 - 2.011 - Nº 12
Sábado, 8 de Enero de 2.011

TEMPORADA COTOS INTENSIVOS DE SALMÓNIDOS 10-11 Nº 12

Coto de Malagarriga
Rio Cardener
Capturas:

Pescadores:

Francesc Bernal: 1 trucha arco-iris a ninfa.
Ferran RUBINSTEIN: 1 trucha arco-iris a ninfa.


Climatología: soleado y frio.


Hora de inicio de la jornada: 10,00 h.

Hora finalización jornada: 16,30 h.

La música de hoy:

Viaje de ida:

Sinfonía nº 1
De Vasily S. Kalinnikov

“Variaciones sobre un tema rocoó”
Obertura Hamlet
De Piotr I. Tchaikovsky

Viaje de vuelta:

Sinfonía nº 5 “Lenora”
De Joachim Raff

“Marcha Solemne”
De Piotr I. Tchaikovsky

Marcha de la Opereta “La Viuda Alegre”
De Franz Léhar


Lineas Tensas!



Ferran RUBINSTEIN.

martes, 4 de enero de 2011

RUBINSTEINFISING CUMPLE UN AÑO EN EL CIBERESPACIO.




Hola Kamaradas:

En el transcurso de estos primeros dias de Enero de 2.011, Rubinsteinfishing, vuestro blog de pesca a mosca amigo, cumple su primer año de existencia, y es por ello que desearía felicitar a todos los lectores y seguidores, y agradecerles el inmenso privilegio que, para mi, constituye el que dediquen su preciado tiempo a leer los artículos publicados en el mismo. ¡Muchas gracias por seguir estos auténticos diarios de un mal pescador!.

Como habreis podido comprobar a lo largo de este primer año, Rubinsteinfishing más que un blog de pesca a mosca, es un blog de historias de dias de pesca, en los que se habla no tan solo de peces, moscas, montajes y lanzado, sino también de todo lo humano y lo divino que rodea a ese privilegio, a ese regalo de la providencia, que es disponer de un dia para poder ir a pescar, bien lo hagamos en compañía de otros que sienten la misma pasión que nosostros, o bien lo hagamos en solitario, disfrutando de esa paz tan peculiar que tantos percibimos nada más sentirnos cerca de un rio, con una caña en la mano.

Abundan en nuestro ciberespacio muchos y muy meritorios blogs de pesca a mosca, algunos de ellos de una calidad superlativa tanto en presentación como en contenidos. Rubinsteinfishing, a su lado, es un proyecto mucho más modesto, aunque, todo sea dicho, su finalidad es un tanto distinta.

La filosofía de este blog, es la de compartir, sobre todo sensaciones a través del relato. Sobreabundan en el ciberespacio los blogs muy explicitos en imágenes, en los que el visitante se ve bombardeado por auténtico aluvión de fotografías. Por el contrario, Rubinsteinfishing es un blog con mucho texto, y relativamente pocas imagenes. Y esto es así, debido a que el blog va dirigido a ese público que aún disfruta de la comunicación escrita, y que -rechazando el tópico de que "una imagen vale más que mil palabras"- sigue ávido de leer historias, nadando en contra de la corriente de preeeminencia audiovisual, que parece ser la norma en la moderna sociedad tecnológica.

En Rubisteinfishing no se pretende mostrar cuanto sabe de pesca a mosca el autor del blog, ni lo mucho y bien que pesca, ni lo bien que monta o lanza. No es este un blog para aleccionar a nadie, y máxime cuando el autor asume, como mal pescador que es, que eso sería una innecesaria demostración de soberbia.

Más bien, Rubinsteinfishing es, y espero que siga siendo, un punto de encuentro para todos aquellos "románticos" que siguen creyendo en la magia de un dia de pesca, a todos aquellos que no han dejado de ser ese niño que, al borde de un charca y armado con una caña de juguete, sintió algo así como una descarga eléctrica bajo la epidermis, cuando vió que el flotador del aparejo se hundía, y que había otra vida, otra inteligencia, al otro lado de la linea.

Porque, queridos lectores y amigos, no nos engañemos. Vivimos en una sociedad que ha hecho del consumo el eje vital de su existencia, y en el esfuerzo por trabajar para seguir consumiendo, y pagando impuestos para mantenir "democracias" que a menudo sólo lo son de nombre, se nos van los dias, los meses y los años. Somos rehenes, e incluso prisioneros de un mundo desquiciante, en el cual nunca se había gastado tanta energía y derrochado tantos esfuerzos para NO ser felices. Sin embargo, aún quedamos privilegiados que no hemos matado a ese niño que pescaba con la caña de juguete, y esa criatura inocente revive en nosotros cada vez que nos autopremiamos con un dia de pesca. Nosotros hemos elegido que sea en el rio y a mosca. Otros, llevaran a su niño pescador interior al pantano, otros a la playa y quizás otros lo embarcarán en un viaje marítimo, pero lo cierto es que el denominador común que nos une, allende de la pura vanidad de fotografías con peces capturados, o trazando elegantes areabescos con nuestra linea en el aire, es esa pasión por la la libertad, esa amor sin fin por la naturaleza y por la vida, y que nosotros, los pescadores en los que sigue vivo el niño que miraba pasmado como se hundía el flotador, canalizamos a través de una actividad tan ancestral como es la pesca.
Nuevamente, muchas gracias por seguir este blog. Espero poder seguir entreteniendoos un año más, y os deseo, buena pesca, muy buenas sensaciones y nuevas aventuras, en este año que acaba de comenzar.



Lineas Tensas!


Ferran RUBINSTEIN.