"Si, al igual que yo, sois de los que creeis que tenéis poco que enseñar, mucho que aprender y aún más que compartir, éste es vuestro blog".

domingo, 29 de noviembre de 2015

JP-773. BAJOS DE LÍNEA EXCELENTES, Y BATALLA PERDIDA CONTRA UN MONSTRUO DEL RÍO. Sábado, 28/11/2015



Fario típica de "Magic-Anglès" pescada con la técnica de ninfa ligera proyectada con cola de rata. Toda una alternativa a la tiranía de la eficacia de la "pesca al hilo".  Como todo en la vida, es cuestión de elección. La mía, pescar quizás bastantes menos peces, pero divertirme más capturando los que tenga a bien clavar.


Los bajos de línea hechos a mano por mi amigo Alfredo Castro son una auténtica maravilla, sobre todo para la pesca a mosca seca. Y si no, que se lo digan a la trucha de la foto. No voy a revelar aquí los secretos de mi amigo, pero si os invito a saber más sobre pesca y montaje visitando su excelente y educativo blog "Solo seca - pasión por el montaje" 



JORNADA DE PESCA Nº 773



Viéndolo con la perspectiva que da el escribir los artículos con casi dos meses de retraso, con respecto a la fecha efectiva de la jornada de pesca, a partir de esta última del mes de noviembre se produce un hecho un tanto determinante en la mejora de la calidad del lance en acción de pesca: la adopción de un nuevo sistema de bajos de línea mucho mejores y polivalentes, que ayudan a proyectar y posar moscas con mayor eficiencia, incluso a un lanzador tan mediocre como yo.
Hacía apenas dos semanas atrás, tras terminar una aciaga jornada de pesca con el bajo de línea hecho unos zorros de nudos de viento, me puse en contacto con un gran especialista en pesca a mosca seca, mi amigo Alfredo Castro, un experimentadísimo pescador y montador de La Rioja, quien, muy en su estilo de hombre franco y práctico, me envió por correo unas cuantas muestras de los bajos de línea que el hace, totalmente ajustados tanto al tipo de pesca que practico, como a las cañas y líneas que uso. Facta non verba; Alfredo es así, directo y poco dado a florituras innecesarias. Lo mejor: probar sus bajos en el río y no perder el tiempo en historias para no dormir o teoremas matemáticos Leonardinos.
La verdad es que el uso de estos bajos de línea, tan bien diseñados,  me ha abierto los ojos respecto a este tema que, en realidad, es todo un mundo en si mismo. A menudo, nos entestamos en grandes teorías y prácticas del lance, cuando en realidad necesitamos que no falle la parte final de la proyección de la mosca, y esta no es otra que el bajo de línea.
Agradezco mucho a Alfredo sus bajos de línea, pero aun más su amistad y sobre todo su generosidad. Curiosamente, mi amigo riojano y un servidor somos antagonistas en alguna que otra cosa, especialmente en terreno futbolístico, je, je, je... pero la verdad es que en materia de pesca a mosca, algo tan importante en mi vida como, supongo, en la suya, es un placer escucharle y recibir sus consejos, pues se nota que es de esas personas que sabe un montón sobre pesca -especialmente a mosca seca- y montaje, pero tiene esa maravillosa actitud, ese bien tan escaso en la actualidad, de no hacer ostentación, que tanto es de valorar hoy en día, en que cualquier recién llegado a este mundo de la pesca con sedal pesado ya se cree lo suficientemente docto como para aconsejar a los demás, por el simple hecho de haber masacrado alguna cuba que otra de peces repoblados, generalmente a golpe de perdigón. .
Podría aquí desgranar las fórmulas de sus bajos y de los hilos con que están hechos, pero evidentemente no lo voy a hacer. Son su propiedad  intelectual, y solo a él le corresponde hablar de sus creaciones. Lo máximo que puedo hacer, si tenéis curiosidad por sus trabajos, es invitaros a conocer su excelente blog  "Solo seca, pasión por el montaje", uno de los mejores en su materia y de los muy pocos que realmente vale la pena visitar, si es que queremos aprender algo positivo para nuestra afición .
 Preparada ya mi línea habitual con uno de los bajos "made in La Rioja", solo me quedaba esperar a la llegada del último sábado de noviembre para probarlos.
El martes de esa misma semana, había estado pescando en Anglès en uno de los días más fríos del año, incluyendo los de los pasados enero y febrero del pasado invierno. Sin embargo, ese ataque en toda regla del "General Invierno" quedó en apenas una escaramuza, pues hacia finales de semana ya se habían recuperado las habituales temperaturas inusualmente altas de este otoño tan bonancible. Es más, salvo este cortísimo episodio de temperaturas negativas en pleno otoño, la verdad es que con la excepción de un par de días de bajas temperaturas por Reyes aun es la hora, en este invierno de 2016 desde el que estoy escribiendo este artículo, que hemos de pasar frío de verdad en el Principado, y eso que estamos ya en los primeros días de febrero.
El déficit de precipitaciones de este otoño sorprendentemente cálido, ha dado para nulas alegrías en el caudal de los ríos, especialmente en los de las cuencas interiores (sistema Ter-Llobregat). Vivir para ver: en esta jornada de pesca estábamos en las vísperas del aniversario de la tremenda e histórica riada del 1 de diciembre de 2014, cuando un tsunami fluvial puso patas arriba toda la cuenca media del Ter. Un año después, en pleno epicentro de ese tsunami, el caudal del río apenas alcanzaba el mínimo ecológico..y.así sigue, a fecha de escribir este artículo, y va para largo, pues son ya cerca de noventa los días sin precipitaciones significativas en Catalunya, no viéndose en perspectiva la llegada de ninguna potente borrasca que pueda desplazar el persistente anticiclón, cuya tiranía meteorológica nos somete desde hace casi un trimestre.
De vuelta a Anglès, en menos de una semana, aposté esta vez por un pequeño cambio de aires, abandonando la parte central del coto, a la que estuve abonado desde el final del pasado verano, para ir a faenar la parte más baja del mismo.
Salvo en contadas excepciones, la parte baja de este acotado intensivo siempre es visitada por un número significativamente menor de pescadores. Supongo que la dificultad de los accesos, lo tupido de maleza del sotobosque y la lejanía de pistas y caminos donde dejar el coche son las causantes de esta relativa soledad. Para mi.ningún problema: coche en el pueblo, lo más a salvo posible de los cacos, y encima una buena caminata hasta el río, para hacer un tanto de saludable ejercicio aeróbico de baja intensidad.
En lo que a la meteorología de la jornada pertoca, el día comenzó muy nublado, pero sin amenazar lluvia, con temperatura positiva relativamente alta para ser una mañana de finales del otoño (unos 6 º C). El cielo se mantuvo gris hasta un poco después del mediodía horario, momento en el que se abrieron claros 
Como suele suceder en mis visitas a Anglès, y las que hago a su parte baja no son una excepción, dado lo activas que están las truchas, me basta con pocos escenarios, profusamente trabajados, para ocupar todo el día de pesca. En el caso que nos ocupa, con tres tuve suficiente.
Para empezar, de buena mañana, tocó pescar una tabla de escasa profundidad. No había indicio alguno de actividad en superficie, pero estaba seguro de que de la misma iba a sacar algo con escamas. Para afrontar el desafío, recurrí a la filosofía de "máxima simplicidad", que siempre pregona mi buen amigo Carles Vivé, pescando largo con una sola ninfa sin tan siquiera indicador de picada. El bajo de Alfredo se mostró tan eficaz con la pequeña imitación subacuática, como lo hubiese hecho con una mosca seca, y la reserva de potencia de la linea 6 permitió moverla sin ninguna dificultad. Simple y sencillo: lanzar lo más lejos posible, recoger acompasadamente y estar siempre pendiente al más mínimo movimiento de la punta de la cola de rata.  Una irisada y tres farios fueron las capturas de este tramo; bonitas truchas muy hechas al río, todas ellas de entre 30 y 35 cms.
Terminada la tabla, entré en un tramo de corrientes, que seguí pescando con la misma técnica de lanzar largo con una sola ninfa. De hecho, seguí con la misma con la que había tenido éxito en la postura anterior: el sempiterno perdigón de color rojo chillón (inigualable, el efecto brillo de Rayón Madeira) que parece funcionar bien en todas partes. Aquí, la estrategia funcionó igual de bien, y me llevé como recompensa otras dos preciosas farios más, una de ellas la que sería la más grande del día, rondando los 40 cms.  
Después de pescar lenta y concienzudamente, pero siempre en movimiento, pasado el mediodía y coincidiendo con la aparición del sol rebasé la desembocadura de la Riera de Osor en el Ter. Como siempre, el parado de aguas que hay justo encima de esta desembocadura fue debidamente visitado, ya que es uno de los lugares de la parte baja del coto en la que más actividad en superficie suele haber. En esta ocasión, la actividad era bien poca, y todo y que probé el "efecto sorpresa" paseando una efémera de CDC, no obtuve ninguna respuesta y preferí ir a buscar truchas puestas a seca o a emergente en unas corrientes que están unos doscientos metros río arriba.  
La sesión de tarde, quizás menos productiva que la de la mañana pero no por ello menos divertida, tuvo lugar en una de mis posturas favoritas de la parte baja del coto: esa gran entrada de la corriente en una poza, en cuya salida hay una gran piedra en medio del río (inicio del tramo nº 2). Seguramente, serán muchos los asiduos de "Magic-Anglès" que la conozcan, e incluso que la hayan pescado en más de una ocasión.
¡Por fin llegó la hora de probar los bajos de Alfredo a mosca seca!! La ocasión no podía ser más propicia, pues se veían muchas truchas cebándose, sobre todo en la corriente, allí donde es siempre más fácil enmascarar presentaciones mediocres. Estaba claro que estaban comiendo varios estadios de efémera de bétido: las había que enseñaban el lomo, o sea comían emergentes, pero también se veía a otras abrir bien la boca para tragar "veleros" con fruición.
He de admitir que el comportamiento del bajo de línea de mi amigo me sorprendió desde el primer momento: estiramiento perfecto y posada suave sin esfuerzo, todo y llevar una línea sobredimensionada. Un gran trabajo, que hace la vida más fácil aun al lanzador. Eso si, las truchas de "Magic Anglès" son de las que están pinchadas y repinchadas, sobre todo a mosca seca, y la cosa no iba a ser nada fácil.
Para empezar con lo que era evidente no dudé en hacer derivar, a lo largo de la "zona caliente" una de las típicas imitaciones de CDC . El "plumerito" consiguió la picada de una trucha irisada de buen tamaño que se me desclavó a las primeras de cambio...¡mecachis! ¡siempre estoy en las nubes!.
Poco convencido por la gracia que les hacía a las truchas el "plumerito", pasé a apostar por otro de mis "clásicos comodines": la emergente generalista, con hackle de gallo y exhuvia de polywing.  Este patrón parece que hizo más gracia a la parroquia, y no tardé mucho en capturar dos farios más, de las buenas medidas habituales en esta jornada.
Todo y pescar casi a cámara lenta, esta postura tampoco es un portento de longitud, y sobre las tres de la tarde estaba en la entrada de las corrientes, una zona donde el agua "bulle" dado lo rápido de las mismas, y de su escasa profundidad. Antes de decidir que hacer, pues ahora tenía peces activos por todas partes (de cara, en el fragor de la corriente, de lado pegados a la orilla de enfrente, y atrás en el amansamiento del agua dentro de la poza) preferí darme un pequeño respiro, y estudiar un poco la estrategia a seguir después de esa pausa para bebida y cigarrillo.
Mientras me hidrataba y fumaba, vi en medio de fragor del espumerío varias aletas y colas, incluyendo una cola realmente enorme. A esa hora, y en ese momento, a finales de noviembre, un buen montón de truchas estaban poniéndose moradas de emergentes en una postura muy fresquita, que podríamos considerar de plenamente veraniega.
Ni corto ni perezoso, empecé a zurrar las aguas batidas con la emergente generalista que llevaba, y de repente... la línea pareció haber trabado el tronco sumergido más grande del río, con la salvedad de que ese tronco se meneaba con salvaje violencia. Una carrera corriente arriba, que pude frenar, seguida de otra hacia la orilla contraria, que también pude parar sin romper el aparejo, y entonces pegó un salto fuera del agua una trucha irisada de las que realmente quitan el hipo....¡que tremendo monstruo! Equipado solo con una terminal de punta del 0,12 vi muy difícil poder llevar aquel monstruo de río al salabre (del que estaba seguro sobresaldría casi un cuarto de su longitud), pero ya que estaba allí y a eso había venido, decidí presentar batalla.todo y tener casi seguro las de perder. En un principio, el freno progresivo de mi siempre fiel y eficaz carrete Sage me permitió combatir el pez con mediana solvencia. Estirando los brazos arriba a tope, para que mi caña de solo nueve pies ganase arco de flexión, conseguí primero sacar al torpedo con aletas de debajo de una maraña de troncos, en la orilla de enfrente, y después dominar una alocada carrera rió abajo que se me llevó más de la mitad de la línea. Por un par de veces, logré tener al morlaco fluvial a escasos metros de mi, cosa que me hizo pensar por un momento en un feliz desenlace de la batalla que estaba librando. Sin embargo, a fieras así no se les puede dar tanta cancha. A mi me dolía ya el brazo, pero el torpedo con aletas no daba signos de cansancio. En uno de los muchos tiras y aflojas, simplemente la línea se destensó y el pez se volatizó como por arte de magia. No tardé mucho en comprender que había ganado su libertad cortando limpiamente el hilo con sus dientes, llevándose la  mosca bien clavada en la boca.
La batalla había sido épica, así que me senté en una piedra de la orilla, a fumar un cigarrillo con calma,. para reponerme de la descarga de adrenalina. Nunca dejará de sorprenderme la buena cantidad de truchas de extraordinario gran tamaño que hay en este río.
Cuando volví a la carga, la actividad en superficie había decaído un tanto. Como ya no quedaba mucho para la hora en que pensaba marchar a Anglès a merendar, terminé la jornada dando un repaso a toda la postura con la técnica de ninfa ligera a distancia. No fue mal del todo, pues me permitió cerrar la sesión con otro buen par de farios, muy en la linea de las capturadas a lo largo del día.  
Fin de noviembre, por lo menos en lo que a pesca se refiere, con una jornada que me había permitido descubrir las altas prestaciones de los bajos de línea de mi amigo Alfredo, tocar bastante escama y mantener una batalla de titanes mitológicos contra un auténtico monstruo del río. ¿Que más se podía pedir?. Como hombre realista y pragmático que soy la verdad es que, después de tantas emociones, con ir a merendar y escuchar buena música mientras conduzco ya me conformé por ese día.




JORNADA DE PESCA Nº 773



Sábado, 28 de noviembre de 2015

Temporada 2015 - 2016 - Nº 8
Temporada de Cotos Intensivos de Salmónidos 2015 - 2016 - Nº 8

Coto Intensivo de Anglès - El Pasteral S. M. - TE015
Río Ter

Pescador: Ferran RUBINSTEIN

Capturas: 6 truchas fario a ninfa,  2 truchas fario a mosca seca y 1 trucha arco-iris a ninfa.

Equipo de pesca a mosca:

Caña: Vision GT-Four - 9 pies - línea 5
Línea: Adams 6 WF - flotante
Carrete: Sage 4550

Climatología: mañana con nubes altas y temperatura fría pero sin valores negativos; mediodía y tarde soleados y templados.

Caudal: medio-bajo

Condiciones de vadeo: vadeo sin dificultad, siendo recomendable el uso del bastón de vadeo.

Hora de inicio de la jornada: 10,15 h.
Hora de finalización de la jornada: 16,30 h.

La música de hoy:

Viaje de ida:

Concierto para violín y orquesta nº 1
Joachim Raff

Concierto para violoncello y orquesta en "LA" menor
Robert Volkmann

Viaje de vuelta:

Concierto para piano y orquesta nº 3
Sonatina en "MI" menor
"Dos danzas polacas"
Xaver Scharwenka

Obertura "Dmitriy Donskoy"
Anton Rubiinstein

Líneas Tensas!


Ferran RUBINSTEIN.

miércoles, 25 de noviembre de 2015

JP-772. LAS TRUCHAS DEL FRÍO SE ANIMAN A COMER EN SUPERFICIE EN "FROZEN-ANGLÈS". Martes, 24/11/2015


Pese al frío, de los de temperaturas negativas, y al viento, las ganas de pescar se impusieron, obteniendo de ese empeño recompensa.

Tan pronto cesó el viento, pasado el mediodía, se activaron muchas truchas decididas a comer en superficie.

A las truchas de "Frozen-Anglès" no les espanta el frío



JORNADA DE PESCA Nº 772


La ventaja que da el escribir los artículos de este blog, correspondientes a jornadas de pesca, con una distancia en el tiempo de casi dos meses, es que uno se da cuenta de que de las muchas previsiones que hubiera hecho, dándolas casi por seguras, las más de ellas no se han llegado a cumplir a tiempo presente..
Así pues, habiendo aguantado el frío que tuve que soportar ese martes de finales de noviembre pescando en el coto de Anglès, en el río Ter, hubiera sido fácil aventurar de que se aproximaba un largo y crudo invierno.
Sin embargo, en el momento de escribir este artículo estamos casi finalizando enero, y salvo pequeños episodios de frío, de escasa duración, la meteorología se ha comportado como una prolongación del pasado otoño; o sea dominio de largos periódicos anticiclónicos, escasa precipitación, tanto de lluvia como de nieve, y temperaturas muy benignas, altas de un modo inusual para la época del año, allí donde no se cierre la niebla.
Este primer golpe de frío, en el que algunos entusiastas del invierno quisimos ver el preludio poco menos que de "Frozen" (1), vino apenas dos semanas después de que el "veranillo de San Martín" de este año trajera temperaturas récord de calor para un mes de Noviembre, en casi toda la Península Ibérica y gran parte de la Europa Occidental, y lo hizo más de la mano de un cambio del régimen de vientos, que permitió la llegada de aire polar a latitudes meridionales, que no de un frente frío que trajera abundante nieve. Dijéramos que fue un episodio de "frío seco", de ese que tan bien cura jamones, tersa cutis y pide uso de bufanda y gorro de orejeras.
Como siempre que tengo la suerte de poder pescar en día laborable, la salida de la gran ciudad en hora punta complica lo suyo el viaje. Aparte de eso, en esta ocasión la tardanza en entrar "en combate", o sea a meterse en el río con la caña en ristre, se debió sobre todo al intenso frío. Y es que a lo largo del viaje hacia Anglès, viendo la sucesión de temperaturas negativas en el termómetro del coche, que llegaron a un pico de - 6 º C cerca de Maçanet de la Selva, cada vez más me reafirmaba en mi opinión de que era una absoluta tontería llegar al río demasiado pronto. O sea que, por esta vez lo primero fue un buen desayuno en el bar, ojeando tranquilamente la prensa, hasta que el sol estuvo relativamente alto en el horizonte.
Dejando aparte los bancos de niebla que había atravesado de madrugada, durante el viaje en coche, el día resultó soleado, pero el fuerte viento que sopló hasta el mediodía impidió cualquier remontada de las temperaturas. Al cesar el viento, a primera hora de la tarde, la temperatura subió apenas hasta los 6 º C positivos, pero nada más ponerse el sol tras las montañas de Les Guilleries, a eso de las cuatro de la tarde, el mercurio volvió a caer hasta los - 2º C.
La poca precipitación habida en el Principado en noviembre (y también en diciembre y en enero, como ahora ya sabéis) no dio para muchas alegrías hídricas. Así pues, una semana más, las compuertas de los pantanos de la Cuenca Interna siguieron cerradas a cal y canto, como mucho -en el caso del Ter aguas abajo del Pasteral- permitiendo por algún resquicio que fluyesen esos cinco miserables metros cúbicos por segundo, que algún iluminado todavía se atreve a calificar de "caudal mínimo ecológico".
 Tal y como temía, el fuerte y frío viento de componente norte fue todo un engorro para lanzar, y todo un problema para pescar, pues mientras sopló desactivó casi por completo la actividad de los peces. Por suerte, alguna ventaja tenía que tener el frío glacial: este anticipo del invierno también desactivo a muchos pescadores, y esta jornada es una de las que menos concurrida recuerdo en "Magic Anglès" en mucho tiempo. En realidad, tuve todo el río para mi, en todo momento, y no fue hasta la tarde, pronta ya la hora de marchar, que no vi otros pescadores; un par de ellos metidos en el río, bastante lejos aguas abajo de mi posición.
Como el caudal del río no daba para muchas alegrías y el  viento no daba tregua, empecé a pescar, lanzando como podía, con una sola ninfa de pequeño tamaño (perdigón rojo, con bola del 1 en anzuelo del 17) sin obtener ni una picada hasta que, en un blando lateral de la corriente que estaba pescando de cara, tuve la picada, previa a la posterior captura, de un buen ejemplar de fario de repoblación que pasaba largo de los 35 cms.
Pasado el mediodía horario, dejó de soplar el viento y con ello disminuyó un tanto la sensación de frío glacial. Aprovechando la circunstancia, fui expresamente a una larga tabla, ancha y de poco calado, a ver si en ese tipo de escenario se animaban las truchas a comer en superficie. En esta ocasión, la estrategia funcionó, pues a lo largo de la tabla y hasta la corrientes que cierran la misma por arriba, se veía una decidida actividad de peces comiendo tanto efémeras (de algún tipo de bétido), como dipterines (posiblemente, quironómidos).
En un principio, confié en una imitación generalista de emergente, que resultó del  agrado de las truchas. Con paciencia, pescando despacio, conseguí capturar cuatro estupendas fario, y que se desclavasen en la pelea un par más. De entre las capturadas, salvo una que no pasaba de los 25 cms, las otras tres estaban entre los 30 y 35 cms.. 
Al final de la tabla, allí donde la corriente se hacía notar un poco más (poca cosa, dado el escaso caudal del río), las truchas estaban en plena actividad...¡debajo de los árboles de la orilla!. Así que tocó hacer componendas en el lance para  poner las moscas bajo la cúpula de vegetación. Para la ocasión, opté por pescar con un tandem muy ligero, combinando una mosca seca de hackle (una Adams), y un pequeño perdigón (en este caso, verde con bola del 0 en anzuelo del 19, o sea realmente ínfimo).
A las primeras de cambio, vi un relámpago plateado bajo el agua y clavé instintivamente. Tras una buena tensada de línea, "algo" salió disparado como un cohete río arriba y terminó desclavándose... Al menos, todo y lo grande que debía de ser el bicho, ni perdí las moscas, ni tuve que rehacer el bajo de línea.
Pese a la excitación del momento, tuve que calmarme un poco para concentrarme en lanzar y no dejar el aparejo decorando las ramas de los alisos. No tardé mucho en tener otra picada, esta vez a la seca, cuando pasaba realmente arrimada a la orilla. En este caso, de una irisada de buen tamaño, pero evidente origen repoblado, que terminó entrando en el salabre tras ofrecer una pelea la mar de digna. Para terminar este episodio de "pesca bajo los árboles", llegó la captura de otra fario más, de tamaño mediano, que picó a la pequeña ninfa verde con efectos de brillo.
Ya bien entrada la tarde, me apeteció bien poco volver a meterme a pescar en corrientes, así que fui a terminar la jornada pescando a seca, en un parado de agua en donde se veía una relativa actividad. Apenas le dediqué media hora, en la que conseguí solo dos picadas, tan fugaces como desganadas, de truchas que se desclavaron al instante. No dio la cosa para más: todo fue ocultarse el sol detrás de la montaña y descender la temperatura en picado. Pese a que aun se veían cebas, preferí dar por terminada la sesión de pesca . Al fin y al cabo, en menos de cuatro días volvería a estar en el río.
Tras la merienda, y ya camino de vuelta a casa, la temperatura volvió a ser negativa a lo largo de todo el viaje, hasta llegar a la siempre caldeada área metropolitana de la gran ciudad. Esa fría noche de otoño, conduciendo bajo un cielo tachonado de estrellas, recuerdo que me hice ilusiones de vivir un invierno largo y frío, como me gusta a mi, pero... vuelvo al presente, al mes de enero, y no tan solo el frío ha sido poco más que una anécdota en lo que llevamos de invierno, sino que llevamos batido el récord de días sin lluvia en muchas partes del Principado. Todo y el buen estado de las reservas de agua de nuestros embalses, recemos para que no volvamos a una crisis hídrica como la de los primeros meses del ya lejano 2008, pues si se tuviera que solucionar la misma con la buena voluntad de nuestros políticos, más vale que comencemos a pensar seriamente en volver a sacar a La Moreneta en procesión.         

  

(1) "Frozen, el Reino del Hielo", es la película de animación más taquillera de Disney, hasta el momento. Basada muy líbremente en "La Reina de las Nieves" de Hans Christian Andersen, la acción de la misma transcurre en un reino congelado, condenado por una maldición a un invierno sin fin. Ni que decir tiene que es la película favorita de mi hija, de nueve años, y que a fecha de hoy la he visto, entre cine, DVD y televisión, como unas tropecientas veces.




JORNADA DE PESCA Nº 772


Martes, 24 de noviembre de 2015

Temporada 2015 - 2016 - Nº 7
Temporada de Cotos Intensivos de Salmónidos 2015 - 2016 - Nº  7

Coto Intensivo de Anglès - El Pasteral S. M. - TE015
Río Ter

Pescador: Ferran RUBINSTEIN

Capturas: 4 truchas fario a mosca seca, 1 trucha arco-iris a mosca seca y 2 truchas fario a ninfa.

Equipo de pesca a mosca:

Caña: Vision GT-Four - 9 pies - línea 5
Línea: Adams 6 WF - flotante
Carrete: Sage 4550

Climatología: soleado y muy frío, con temperaturas negativas y fuerte helada hasta media mañana.

Caudal: bajo

Condiciones de vadeo: vadeo sin dificultad, no siendo preciso el uso del bastón de vadeo.

Hora de inicio de la jornada: 10,30 h.
Hora de finalización de la jornada: 17,00 h.

La música de hoy:

Viaje de ida:

"Marcha triunfal americana"
"Balada", Op. 78
Obertura nº 1 sobre temas griegos
"A la memoria de un héroe"
"La canción del trovador"
Alexander Glazunov

Viaje de vuelta:

Sinfonía nº 3
Johannes Brahms

"El Ideal"
Rapsodia húngara nº 4 (versión orquestal)
Franz Liszt

Líneas Tensas!


Ferran RUBINSTEIN.

domingo, 15 de noviembre de 2015

JP-771. LAS TRUCHAS MUY PINCHADAS DEL VERANILLO DE SAN MARTÍN. Sábado, 14/11/2015.


Una imagen bucólica del "dulce noviembre" en  Anglès que, por supuesto, no refleja para nada lo muy resabiadas que estaban las truchas en esta jornada de pesca  



JORNADA DE PESCA Nº 771


Con esta, comienzan las crónicas de un "dulce noviembre" a nivel pesca, aunque contadas desde la distancia en el tiempo que da el estar escribiéndolas bien entrado enero, dada la acumulación de artículos del blog que tengo pendientes de redactar debido al poco tiempo del que dispongo, por motivos profesionales y familiares, para hacerlo.
Casi siempre, el mes de noviembre marca ese punto de inflexión en que el otoño deja de ser un "varanillo", para convertirse en el preludio del frío invierno. Así pues, noviembre suele ser el mes de las hojas marchitas ya en el suelo, formando tupidas alfombras. La dorada y plácida melancolía de las hojas doradas en los árboles de octubre, se troca avanzado este mes en alfombra marrón de materia vegetal, que al alba platea la helada.
Salvo al urbanita recalcitrante, a nadie se le escapa que las escarchas de noviembre matan las setas de octubre. Y si estamos más avezados a aventurarnos allende de los senderos, seguramente sabremos que en octubre, los elfos todavía vigilan las noches húmedas de los bosques; pero en noviembre, cuando sopla el viento gélido de las primeras nieves, trolls y orcos acechan a aquel que se aventura a cruzar las florestas en la oscuridad. Por regla general,  octubre todavía es croar de ranas en la charca y cantar de grillos en el matorral, mientras que en noviembre el aullido del lobo, no tan lejano como sería de desear, nos recuerda que los días cortos dan paso a largas noches en las que es mejor estar a la vera de la chimenea, con la puerta de casa debidamente atrancada.
Sin embargo, el del año 2015 ha sido un mes de noviembre totalmente atípico. Los más de los días del mismo hemos estado, en casi todas las comarcas del Principado, disfrutando de un tiempo benigno, con temperaturas entre cinco y diez grados por encima de lo que es habitual en este mes de pleno otoño. Siguiendo con la tónica de poca precipitación de este año, este noviembre ha sido también el de menos lluvia de lo que llevamos de siglo, y no tan solo en Catalunya, sino también en el resto de España, e incluso en gran parte de Europa Occidental y Central.
Esta bonanza meteorológica, ha marcado el "dulce noviembre" de 2015, manteniendo las truchas activas más horas, y ha supuesto un plus de confort adicional para aquellos que hemos seguido pescando, allí donde la ley lo permite, una vez terminada la temporada oficial. En el transcurso de este mes, y como ejemplo en el parte de pesca que nos ocupa, ha sido fácil comenzar a pescar con cuello alto, y terminar haciéndolo en camiseta en las horas centrales del día.
Esta jornada de pesca, coincidió con el sábado de la semana de San Martín, fechas en las que suele haber un último repunte de altas temperaturas, conocido como "Veranillo de San Martín", antes de que lleguen los primeros fríos. En el caso que nos ocupa, se cumplieron de sobra las expectativas, y este segundo sábado de noviembre fue no tan solo uno de los más calurosos del pasado otoño, sino también un día de  temperaturas positivas record para este mes en toda España. 
Aparte de encontrarme con mucha gente pescando en "Magic Anglès", creo que otros dos factores determinantes para que el día de pesca fuese pobre en capturas, fueron tanto el calor de las horas centrales del día, como el bajo caudal del río Ter, esos miserables 5 m3/seg. que apenas pueden considerarse como un mínimo ecológico.
El hecho de que, nada más comenzar a pescar clavase, a mosca seca, una trucha que se me escapó a las primeras de cambio, sin llegar al fondo de mi salabre, fue un puro espejismo, El día fue realmente duro, de los de hacerte cruces de lo que llegan a pasar las truchas de tus moscas, y terminó con la captura de tan solo tres pintonas de tamaño mediano, tras largas horas de ver actividad en superficie y no saber como sacar partido de la situación.
Las eclosiones mayoritarias, en los ratos y lugares del río en que las hubo, fueron claramente de ignitas, pero ni una de las tres capturas que logré, a base de insistir y cambiar de imitaciones, se debió a un patrón de esta ephemerella, ni en fase emergente ni en fase adulta. Pese a la presencia de dipterines, sobre todo quironómidos, tampoco el empleo de dichas moscas, ni tan solo en tamaño tan "mini" como 
el de un anzuelo del 20 consiguieron picadas. De un modo paradójico, casi absurdo, las tres capturas se debieron a moscas que entrarían en el terreno más de lo generalista que de lo concreto: dos con el típico "plumero" ( o sea, emergente de CDC) y una con una imitación de bétido en parachute. De hecho, la única trucha que picó a la imitación de ignita fue la que se me escapó a las primeras de cambio nada más comenzar a pescar, hecho que ya he comentado en el párrafo anterior.
Centrándonos en el terreno de las capturas efectivas, las dos primeras no tuvieron lugar hasta bien pasado el mediodía, y ambas fueron en un mismo parado de aguas, en donde había buscado relativo refugio ante el hecho de estar las corrientes abarrotadas de gente pescado a ninfa. Las muy puñeteras picaron aguas abajo, a la emergente de CDC. La tercera captura no llegó hasta bien pasadas las tres de la tarde, en una corriente moderada que ya había sido bien zurrada por una pareja de pescadores a ninfa que me precedieron. Para mayor sorpresa, la mosca no fue tomada por ninguna de las truchas que se cebaban en aquel momento y que estaban en mi punto de mira, sino por otra que, por sorpresa, salió de la nada tomando la mosca casi cuando ya estaba a punto de iniciar el siguiente lance.
Por descontado que no tan solo me dediqué a pescar a seca. También lo hice con el tándem, e incluso a ninfa, aunque con una sola de poco peso y lanzando lejos, ya que el calado del río no daba como para mucho tungsteno.
Y no os engañaréis, si estáis pensando en que rehice mi bajo de línea varias veces a lo largo del día, en algunas ocasiones para intentar mejores presentaciones, y en otras, sobre todo cuando más avanzaba la jornada, porque al ponerme nervioso comencé a perder un tanto los papeles, y con la falta de atención y el aflojamiento de muñeca vinieron los "cascotazos" y los nudos de viento. Y ya se sabe, que cuando terminas con el bajo de línea hecho un amasijo de dichos nudos, no soplando ni una mínima brisa, es señal de que... ¡estás lanzando fatal!.
Por suerte, todas las tribulaciones de esta jornada tan aciaga, me llevaron a reflexionar primero, y a sacar la conclusión después, de que mis bajos presentaban las moscas de un modo muy deficiente, por lo que decidí ponerme, tan pronto fuera posible,  en manos de un auténtico especialista en pesca fina a mosca seca, mi amigo Alfredo C., de La Rioja, quien unos días después, con la amabilidad que le caracteriza, me abrió los ojos sobre otros conceptos de longitud y elasticidad en bajos de línea Pero esto, es otra historia que ya contaré a su debido momento. 
Con muchas o pocas capturas, o con más o menos calentamientos de cabeza, lo que no perdono nunca es la merienda después de pescar. Lo reconozco, soy así de ermitaño: me gustan bien poco los largos desayunos que terminan en reunión social, con exhibiciones de montajes incluidas, y me pierdo por una buena merienda sin prisas, con la sensación de faena hecha para bien o para mal, preludio de una buena sesión de música clásica, durante la que tienes tiempo de recrear en tu mente las emociones del día de pesca.     



JORNADA DE PESCA Nº 771


Sábado, 14 de noviembre de 2015

Temporada 2015 - 2016 - Nº 6
Temporada de Cotos Intensivos de Salmónidos 2015 - 2016 - Nº 6

Coto Intensivo de Anglès - El Pasteral S. M. - TE015
Río Ter

Pescador: Ferran RUBINSTEIN

Capturas: 3 truchas fario a mosca seca

Equipo de pesca a mosca:

Caña: Vision GT-Four - 9 pies - línea 5
Línea: Adams 6 WF - flotante
Carrete: Sage 4550

Climatología: soleado e inusualmente caluroso para la época del año, con temperatura de 21 º C a primera hora de la tarde.

Caudal: bajo

Condiciones de vadeo: vadeo sin dificultad, no siendo preciso el uso del bastón de vadeo.

Hora de inicio de la jornada: 10,15 h.
Hora de finalización de la jornada: 17,00 h.

La música de hoy:

Viaje de ida:

Doble concierto para violín, violoncello y orquesta
Johannes Brahms

"Lo que escuché en la montaña" (o "Sinfonía de Montaña")
Franz Liszt


Viaje de vuelta:

Sinfonía en "SI" bemol menor
"Viviane"
Poema para violín y orquesta
Ernest Chausson

Concierto para violín y orquesta en "RE" mayor
Erich W. Korngold

Líneas Tensas!


Ferran RUBINSTEIN.