JORNADA DE PESCA Nº 725
Todos los partes meteorológicos, a mitad de la semana final de noviembre, estaban de acuerdo de un modo unánime: un poderoso temporal de levante llegaría a Catalunya a partir del viernes, y durante las 72 horas siguientes no dejaría de llover, de un modo torrencial, en todo el territorio, y en especial en las comarcas del litoral y prelitoral de Girona.
¡Vaya mala suerte! Este temporal iba a empezar justo el viernes, día en que tenía previsto disfrutar del último de mis días sueltos de vacaciones para ir a pescar, ya que el sábado tenía un compromiso de índole familiar.
De todas maneras, los lectores y seguidores de este blog saben de mi tenacidad y perseverancia en cumplir objetivos, a veces rayana en la falta de sentido común, y no me resigné a quedarme sin mi día de pesca semanal, así que aposté fuerte por plantarme a pescar, de nuevo en "Magic Anglès", todo y lo catastrofista de las previsiones, que parecían corroborarse por adelantado cuando el jueves, cumpliéndose algunos modelos de previsión anunciados, tuve que anular mi sesión vespertina de footing debido al intenso chaparrón.
Sin embargo, en la madrugada del viernes las estrellas del firmamento nocturno me saludaron nada más salí al balcón de mi casa, para ver si tendría que volver a meterme en la cama, o bien podría emprender el viaje. Ante tan buen augurio, no dudé en cargar el equipaje de pesca en el coche, y ponerme rumbo a Anglès, conduciendo bajo un cielo encapotado, amenazador y gris nada más salir de la gran ciudad, pero en el que se fueron abriendo claros a medida que avanzaba hacia esas tierras verdes de nuestro norte, por donde fluye esa gran artería de agua y vida que se conoce como el Río Ter.
Curiosamente, en el día en que, en teoría, íbamos a tener que soltar las amarras del Arca de Noé, ante la amenaza de la llegada de un Segundo Diluvio, no tan solo no llovió una gota en "Magic Anglès", sino que incluso se activaron las truchas grandes, que llevaban, por lo menos para mi, bastante tiempo sin dar señales de vida.
Para más sorpresa positiva, todo y que las calles de Anglès estaban mojadas por algún chaparron reciente, el río Ter bajaba con el agua clara, incluso aguas abajo de la Riera de Osor, y encima con un caudal bajo, quizás con un ligero repunte al alza con respecto al de la semana anterior, todo ello señal de que el día anterior, y a diferencia de las comarcas de la costa en donde vivo, en este sector de los límites meridionales de Les Guilleries no debió de llover de un modo significativo
No os vayáis a pensar, amigos lectores, que el día de pesca transcurrió en un día soleado y apacible. Todo y que durante las primeras horas de la mañana se abrieron claros, las nubes los engulleron bien pronto, y a partir del mediodía y durante la tarde el cielo permaneció gris y amenazante. Todo daba a entender de que, de un momento a otro, llovería con intensidad. Sin embargo, está visto que en esto de la evolución de los meteoros, allende de su previsión, no hay nada escrito, y ta pesar del concierto de truenos que se pudo escuchar, sobre las montañas de Les Guiilleríes y la meseta acantilada de El Far, a partir de las cuatro de la tarde, siguió sin caer ni una gota, de tal manera que, terminada la jornada, pude cambiarme de ropa en seco e incluso ir a merendar, como es sana costumbre después de las fatigosas horas de triscar por el río, sin tener que enfundarme el impermeable.
En fin, vamos a dejar la meteorología para los Sres. Molina y Mauri (1), pues este es un blog de historias de pesca, y no de física aplicada al estudio de los fenómenos naturales, y paso ya a contar algo sobre acción de pesca, que es lo que supongo la inmensa mayoría de lectores está esperando.
No soy el único que piensa que el Coto Intensivo de Anglès está muy raro últimamente, raro e impredecible. Gran parte del mosquerío (fino, virtuoso e incluso elitista en algunos casos, mas "de batalla" y menos sofisticado, por lo menos en el mío propio) coincide en que las cosas han cambiado, y mucho, de un tiempo a esta parte en este destino de pesca, tan popular entre la parroquia mosquera que no se resigna a quedarse en casa, tras el fin de la temporada oficial. ¿Dónde están las truchas fario de repoblación? ¿dónde están las grandes arco-iris de antaño? En este último viernes de noviembre, la mayoría de las truchas que capturé (doce de dieciocho) y solté eran vigorosas fario de innegable genética atlántica (captura de un macho, con morro ganchudo incluída), muchas de ellas (ocho de doce) de mas de treinta y cinco centímetros, incluyendo una de más de cuarenta y cinco centímetros. Pese a la evidente genética atlántica de estas truchas (pocas pero grandes pintas, en una librea de un marrón anaranjado, con vientres que varían de un amarillo intenso al casi naranja), lo que es innegable es que estos peces, a la vista de sus muy poderosas y desarrolladas aletas, llevan mucho tiempo nadando por el río, y no sería, para nada, descabellado pensar que han nacido en él. Por tanto, día de mucha tensión de líneas, y también de darle mucha faena al freno progresivo del carrete, y todo ello bastante contra pronóstico, pues desde hacía tiempo, la captura de truchas pequeñas, mayormente farios de origen repoblado, se estaba convirtiendo en lo habitual en mis visitas (y también en las de otros pescadores) a este coto.
Misterios de los ríos: no hacía ni una semana, pescando muy cerca de donde estuve pescando en esta ocasión (parte baja del coto), ya me llamó la atención que todas las truchas pescadas, en aquella ocasión predominantemente pequeñas, fueran farios con toda la pinta de haber nacido en el río, pese a que no tenían para nada el aspecto de ser de origen atlántico. A la semana siguiente, y apenas unos cien metros por encima de donde terminé de pescar el otro día, dentro de la parte baja del coto, van y salen truchas grandes, con muestras de un origen genético distinto. En fin, yo ya no se que pensar, salvo que quizás en esta parte del coto, poco frecuentada pero pescada y repescada al fin y al cabo, se han acabado las farios de repoblación, hace tiempo que ha desaparecido la irisada, y ahora, cuando se activan, dan la cara truchas que, o bien ya llevan mucho tiempo en el río, o bien son nativas.
En acción de pesca, pura y dura, contaros que, de nuevo, volví a presentar batalla con la herramienta menos adecuada, pero ello tampoco fue impedimento, igual que otras veces, para salir del paso con dignidad. Visto lo visto la semana pasada, y esperanzado con poder pescar a mosca seca todo el día, bajé al río con la caña Vision GT Four de 9 pies para linea 5, todo un estándar de caña corta para pescar a seca. Precisamente ¡mirad que suerte! en esta ocasión va y resulta que las truchas ¡querían ninfa!. En fin, lo que manden Sus Majestades, que para eso estamos. Al menos, un par de las dieciocho capturas del día si que se interesaron por la seca, todo y que solo una lo hizo por la ídem pura y dura, mientras que la otra lo hizo por el tricóptero del tándem de seca y ninfa,. en uno de los episodios que estuve pescando con este combo de imitaciones.
La acción de pesca del día, comenzó en una larga tabla, de escasa profundidad, en donde era evidente que había actividad en superficie, todo y que bastante esporádica e irregular. Estaban francamente duras, y tuve que bregar mucho, cambiar moscas e incluso recomponer el bajo de línea al alza de longitud, para acabar pescando una trucha, pequeña, con una imitación de emergente generalista con exhuvia de polywing, en anzuelo pequeño, y ver como se me desclavaban dos nada más darles el cachete. La eclosión, escasa, era de una pequeñas efémeras verdosas, que no logré identificar plenamente.
Cerca del mediodía, el bagaje de capturas era bien pobre, y me estaba resignando al hecho de un día de pesca de resultados bastante miserables, cuando decidí probar a ninfa una poza de escasa profundidad. Aquí el panorama cambió, y viví casi dos horas de locura, pescando truchas grandes una detrás de otra hasta llegar a la doceava captura. Por suerte, mi carrete Sage 4405 no me falló, y su escelente freno progresivo fue clave para pelear con éxito con peces de gran vigor y resistencia en el combate. La suposición de que los peces pudieran estar más bien placados al fondo devino en certidumbre, y así no dudé en recurrir a perdigones con un poco más de peso, resultando letal el de color rojo chillón, todo y que el de color morado también fue el responsable de alguna captura que otra.
Satisfecho, y con la sonrisa de oreja a oreja, abandoné la postura, más quemada "que la moto de un hippy", para internarme en unas corrientes pescando con el tándem, de seca y ninfa, pero de este nuevo episodio apenas si obtuve un par de desclavamientos de algún pez que picó desganado, y la captura de otra trucha, de las pequeñas, que se interesó por el tricóptero.
Tras una larga pausa, para orinar, beber un té con limón de mi neverita portátil, fumar y descansar un rato sentado en una piedra, viendo fluir el río oscuro bajo un cielo plomizo, me interné en unas corrientes muy batidas, con mucho espumerío, y allí, pescando a golpe de muñeca, con tan solo el hilo, y con un par de perdigoncillos muy ligeros, todavía tuve tiempo de capturar cinco truchas más, de entre 25 y 30 cms., antes de que el insistente retumbar de los truenos, en una lejanía que cada vez percibía como más cercana, me aconsejase una prudente retirada, en miras de poder cambiarme de ropa en seco, y evitar el siempre incómodo contorsionismo en el interior del vehículo.
De vuelta a casa, feliz por el tan inesperado, como positivo, desarrollo de los acontecimientos de la jornada, no dejé de pensar en que siempre debemos apurar al máximo, dentro de la prudencia, eso si, la ejecución de nuestros planes, pues incluso las previsiones hechas con el mayor rigor científico pueden equivocarse. En eso pensaba, conduciendo hacia el sur de la superpoblada costa, bajo un cielo nocturno despejado y lleno de estrellas.
Y ¿colorín colorado, este cuento se ha acabado? Pues no, por esta vez, al menos, la historia no termina con el regreso a casa, tras el oportuno embadurnado de manos con Brummel y la ingestión de la siempre apetecible merienda. Todo y el fiasco en la previsión meteorológica del viernes, al final si que llovió, y lo hizo, durante el sábado, e incluso lo está haciendo el domingo, dia en que, a última hora de la tarde estoy finalizando el redactado de este artículo, de un modo tan torrencial y continuo en todo el territorio catalán, que ha provocado el desbordamiento masivo de ríos, torrentes y ramblas a lo largo y ancho de nuestra geografía. Esta mañana, ya abundaban en Facebook fotos y videos por doquier, ilustrando los terribles efectos de las aguas fuera de madre, que en algunos casos han llegado a ser devastadores. De entre los muchos visionados, me ha llamado poderosamente la atención uno de mi amigo David "Mosqueitor", de la localidad pirenaica de Ribes de Freser. Por lo que se ve, en esta villa del Pirineo de Girona, los ríos Freser, Segadell y Rigard, que bañan la localidad, han producido severos daños en algunos inmuebles, e incluso han inundado el teatro municipal, en cuyos bajos la gente que achicaba el agua han encontrado una trucha. Pobrecito pez, igual se había presentado al casting para hacer de Lady MacBeth.
(1) Tomás Molina y Francesc Mauri, son los dos meteorólogos (u "hombres del tiempo"), mas famosos y reputados de la Corporación de Radio y Televisión Autonómicos de Catalunya. Completan el equipo Dani Ramírez, Eloi Cordomí y Jofre Genoé, además de Gemma Puig, como única fémina.
JORNADA DE PESCA Nº 725
Viernes, 28 de noviembre de 2014
Coto Intensivo de Anglès - El Pasteral S. M. TE015
Río Ter
Temporada 2014 - 2015 - Nº 6
Temporada de cotos intensivos de salmónidos 2014 - 2015 - Nº 4
Pescador: Ferran RUBINSTEIN
Capturas: 16 truchas fario a ninfa y 2 truchas fario a mosca seca
Climatología: nublado y templado, con amenaza de lluvia que no llegó a materializarse.
Caudal: bajo.
Condiciones de vadeo: vadeable sin dificultad, siendo recomendable el uso del bastón de vadeo por lo resbaladizo de las rocas.
Hora de inicio de la jornada: 10,00 h.
Hora de finalización de la jornada: 16,15 h.
La música de hoy:
Viaje de ida:
Sinfonía nº 5 "de la Reforma"
Felix Mendelssohn
Concierto para órgano y orquesta nº 1
Concierto para órgano y orquesta nº 2
Josef G. Rheimberger
Viaje de vuelta:
Sinfonía en "FA" mayor
Concierto para piano y orquesta en "RE" mayor
Ludwig Thuille
Líneas Tensas!
Ferran RUBINSTEIN.