"Si, al igual que yo, sois de los que creeis que tenéis poco que enseñar, mucho que aprender y aún más que compartir, éste es vuestro blog".

lunes, 3 de noviembre de 2014

JP-722. LLEGADA DEL OTOÑO REAL, EN LA DIMENSIÓN DE LA PESCA SIN PAGO DE TIQUET. Lunes, 03/11/2014

Preciosas truchas fario, modestas en su tamaño, pero bravas en la pelea, fueron de nuevo las protagonistas de una jornada de pesca en la zona libre sin muerte del Ter, en la que la meteorología anduvo muy revuelta.

Todo y pescar un par de ejemplares de trucha fario que rondarían los treinta centímetros, me tuve que conformar, para ilustrar este artículo, con un par de fotos de truchas de menor porte, ya que las pilas de la cámara se agotaron a la segunda foto. A ver si, de una vez por todas, tengo en cuenta llevar siempre en el chaleco un par de pilas de repuesto.



JORNADA DE PESCA Nº 722



Un año más, hemos vuelto a comer las castañas, y a rendir homenaje a nuestros Fieles Difuntos, en manga corta. Sin embargo, el largo verano desubicado en el calendario, que se ha prolongado todo el mes de octubre, ha llegado bruscamente a su fin nada más terminar de engullir el último “panellet” (1), pues el primer lunes de este recién estrenado mes de noviembre ha traído consigo un cambio de tiempo sustancial, con lluvia y viento como preludio de una bajada de temperaturas que, si bien no nos va a llevar al crudo invierno de golpe, sí que pondrá los valores máximos y mínimos del mercurio a  niveles de lo que suele ser habitual en otoño, la estación de las hojas caídas, las setas en el cesto y las noches largas para imaginar fantasmas y espíritus.
Tras un fin de semana de Todos los Santos (o “Halloween”, como dicen los  modernos, los adolescentes, y en general los sumisos a la colonización cultural yanqui), ocupado en obligaciones y compromisos familiares,  he podido disponer de un día de vacaciones pendiente de gastar para poder ir a pescar en día laborable. Sin embargo, esta vez el privilegio de poder pescar cuando la inmensa mayoría está ocupada en sus quehaceres rutinarios, se ha visto un tanto enturbiado por la climatología adversa, que ha condicionado en gran manera la jornada de pesca.
Con el cambio de tiempo en ciernes, tal y como no pararon de augurar los partes meteorológicos a lo largo del fin de semana, no me decidí a sacar tiquet de pesca alguno hasta no tener claro en donde habría menores posibilidades de lluvia. Finalmente, la provincia de Girona parecía ser que sería en donde menos precipitación caería. Sin embargo, mi destino de pesca habitual fuera de temporada en esa provincia, “Magic Anglès”, tiene el día de descanso el lunes, así que finalmente, haciendo de tripas corazón, apelé a mi siempre escaso espíritu aventurero y me dispuse a explorar, esta vez en solitario, sin ayuda ni consejo de amigos que me hicieran de guía, la extensa zona libre sin muerte del Ter.
Como en otras ocasiones en que he pescado en esta zona libre sin muerte de tantos kilómetros de longitud (va de la desembocadura en el mar hasta el puente de Sant Julià de Llor, cerca de Anglès), no voy a ser explícito a la hora de detallar en que parte de la misma he estado pescando, por el mismo motivo de siempre: el no fomentar la pereza, especialmente la mental, del pescador, y de paso para incentivarle a explorarla y a sacar sus propias conclusiones. Eso sí, advirtiendo a los que van locos por pescar truchas sin pagar un permiso de coto (intensivo o de temporada, según la época del año, o las preferencias del usuario), que la presencia de salmónidos  se da en muchos sectores de la misma, pero no en todos, y poniendo, de paso, de sobreaviso a aquellos acostumbrados a pistas para coches, veredas desbrozadas y barbacoas a pie de río, que aquí, ya incluso antes de poner las botas en el agua, se las tendrán que ver con las punzantes zarzas rasgadoras de vaders, con las irritantes ortigas y con alguna que otra telaraña estampada en la frente, todo para llegar a meterse en la dimensión paralela de un río con rocas resbaladizas que invitan al baño inesperado, con la ropa puesta, en donde los lodos traidores te succionan en orillas que aparentan, a simple vista, ser tierra firme, y en donde la soledad es tan imponente que, de perder la concentración en la acción de pesca, uno puede imaginar, en una tarde demasiado gris, bajo un cielo tempranamente oscuro, que una tan misteriosa como horrenda criatura Lovecraftiana le está observando, agazapada y sin muy buenas intenciones, tras el denso cañaveral.
Como dije antes, el cambio de tiempo marcó la jornada, incluso antes de comenzar. No estaba previsto que unas lluvias tan intensas llegasen tan pronto al Principado, pero bien de madrugada ya llovía a cántaros cuando abandoné el confort de las sábanas, y siguió haciéndolo con ganas hasta más o menos Granollers, a donde ya no llegaba el radio de la poderosa tormenta centrada en la costa. Me cambié de ropa, en un lugar bastante inusual (todo fue bastante nuevo ayer para mi) bajo un sol que prometía veranillo, pero tras andar un rato y llegar al río, ya volvía a estar cubierto. A media mañana, llovió moderadamente algo más de media hora, y volvió a salir el sol, pero esta vez la apertura de claros vino acompañada de un molesto viento, recalentado, de componente sur, que no cesó hasta el final de la jornada, haciéndola bastante ingrata, sobre todo por la cantidad de hojas muertas y ramas que hizo caer al agua, dejando algunos tramos del río, sobre todo las aguas paradas, como una auténtica sopa, en donde raro era no enganchar materia vegetal en flotación en un lance de cada tres.
Tras superar mis atávicos temores de cada vez que exploro un río en solitario (¿habré dejado bien cerrado el coche?¿estará el vehículo aparcado en un sitio discreto y a la vez poco vulnerable a la codicia de los "cacos"?¿seré atacado por perros cimarrones en algún camino?¿me abducirán los extraterrestres y experimentarán con mi cuerpo?,¿me soltarán después con un chip inserto, o me dejarán volver a casa?¿recordaré este día de pesca, después de la abducción?¿habré cogido suficiente papel higiénico por si me da el apretón?, etc.), por fin conseguí llegar, en un principio con muchas menos complicaciones de las previstas, a la orilla de un río Ter que encontré con un caudal medio-bajo, perfecta y cómodamente vadeable, y con el agua muy limpia.
En acción de pesca, y visto lo visto en mi última visita a esta extensa zona, con Dani Riverboy y Jonathan Villén  (2), decidí comenzar pescando corrientes a ninfa, con un combo de dos perdigones de diferente calibre (el de mayor, de color rosa, y el de menor, morado) con la Scott A2 de 10 pies para linea 6. Quizás no es la mejor opción para pescar "al hilo", pero en caso de querer hacerlo se puede improvisar, y siempre está la ventaja, propia de las prestaciones de la caña y la línea, de poder lanzar con solvencia las ninfas, en el caso de querer prospectar más agua que la que se puede alcanzar con el golpe de muñeca "checo-polaco", eventualidad que suele ser necesaria en ríos con una lámina de agua tirando a ancha, ya que siempre es mejor, por lo menos para mi,  poner las ninfas allí en donde quieres buscar la picada, sin tenerte que exponer a aproximaciones que comporten vadeos de riesgo, y más con lo cobardica que estoy de unos años a esta parte.
La apuesta funcionó bien, y las capturas no tardaron en llegar. En un principio, truchas fario preciosas, pero no muy grandes, tal como sucedió el día en que con Dani y Jonathan nos enfrentamos a la "rebelión de las modestas" (3), pero la productividad del tramo (cuatro truchas en menos de veinte minutos), me hizo concebir esperanzas de una pescata abundante, e incluso, porque no, de trabar pelea con algún "torpedo con aletas".
Sin embargo,  la alegría duró poco, y a la que llegué a un tramo de aguas más calmadas no hubo manera de tener ni una picada. A eso de las once y media, se puso a llover, en el que sería el único interludio de lluvia de la jornada. Como la precipitación no era poco más que una llovizna un poco intensa, me bastó con buscar refugio bajo la densa floresta de la orilla, y aprovechar allí la pausa para beber algo, fumar un par de cigarrillos, y de mientras recomponer un poco el bajo de línea.
Sería más o menos el mediodía horario cuando dejó de llover, se abrieron claros, salió el sol e incluso hizo calor. Al volver a la faena, me encontré con un repunte de actividad, otra vez en las corrientes, y capturé tres preciosas fario más, entre las que se contaron las dos mas grandes, dentro de la modestia de talla de las capturas del día, pues rondaron los treinta centímetros, mientras que todo el resto se mantuvo en el baremo de entre los veinte y veinticinco centímetros.            
A medida que avanzaba la tarde, envuelto en la soledad sobrecogedora de un río que, de un modo increíble, queda tan aislado de la civilización tras el enmarañado bosque de ribera, intenté ver si habían cebas que justificasen pescar a seca, o por lo menos recurrir al "jogo bonito" del tándem de seca y ninfa, pero la verdad es que bien pocas vi (cinco en concreto, pues incluso las conté), y no se bien a que deberían estar comiendo los peces, pues este día ha sido uno de los de menos eclosiones que recuerdo en mucho tiempo. De hecho, y salvo una muy pequeña de efémeras, algún tipo de bétido, a primera hora de la tarde, todo lo que vi volar fueron terrestres, los sempiternos dipterines tan típicos de los cursos medios y bajos de los ríos, sobre todo de los cercanos a zonas urbanas y suburbanas.
Descartado el "jogo bonito", y más cuando el viento se estaba convirtiendo en un auténtico inconveniente, centré la recta final de la jornada en la pesca a ninfa en las corrientes, con los perdigones, y todavía tuve la ocasión de pescar tres truchas fario más.
Todo y lo bravo de las truchas en la pelea, sobró potencial de caña y poco trabajo le dí al carrete de freno progresivo Adams. Un día de pesca entretenido, y poco más; en el fondo, un muy buen resultado para una jornada con la meteorología tan revuelta, debido a una caída de la presión atmosférica tan brusca como acusada. Eso si, me da la impresión de que en el sector que exploré ayer tiene que haber muchas más truchas de lo que se refleja en el resultado final. Tarde o temprano, en solitario o en compañía, volveré para comprobarlo.
La salida del río fue un tanto accidentada, debido a la pérdida de una senda en medio de una maraña de vegetación, pero la peripecia tuvo su compensación en que el coche estaba aparcado más cerca de lo que pensaba, lo que facilitó el poder ganar tiempo de cara a una merecida merienda, antes de volver a casa a una hora mas temprana de la habitual en fines de semana. Al fin y al cabo, pese al bienestar, y la paz interior, que produce la sensación de libertad de estar pescando en el río, no deja de ser que el día siguiente es laborable, y toca madrugar, otra vez, pero para volver a la aplastante, todo y que remunerada, rutina.  

           
(1) Dulce catalán típico de Todos los Santos. El más típico se hace, para los ricos, con masa de almendras picadas, azúicar y piñones. Para los pobres, la masa de almendras se puede sustituir por pasta de boniato.
(2) Ver Jornada de Pesca nº 717, de 4 de octubre de 2014, en este blog
(3) Ver Jornada de Pesca nº 717, de 4 de octubre de 2014, en este blog


JORNADA DE PESCA Nº 722


Lunes, 3 de noviembre de 2014

Zona libre sin mierte del Ter - ZLLSM29
Río Ter

Temporada 2014 - 2015 - Nº 3


Pescador: Ferran RUBINSTEIN

Capturas: 10 truchas fario a ninfa

Climatología: muy variabla a lo largo de la jornada: nublado con amenaza de lluvia, llovizna, sol en entre nuebes, y sobre todo mucho viento a partir del mediodía; temperatura suave (15 º C) con viento del sur.

Caudal: medio-bajo.

Condiciones de vadeo: vadeable con precaución, siendo recomendable el uso del bastón de vadeo, más que por el caudal, por lo resbaladizo de las rocas.

Hora de inicio de la jornada: 09,30 h.
Hora de finalización de la jornada: 16,00 h.

La música de hoy:

Viaje de ida:

Concierto para órgano y orquesta nº 2
Josef G. Rheimberger

"Festklänge"
"La batalla de los hunos"
Franz Liszt

Viaje de vuelta:

Sinfonía nº 10
Avrohom Leichtlig

Concierto para órgano y orquesta nº 1
Josef G. Rheimberger

Obertura "Dmitriy Donskoy"
Anton Rubinstein

Líneas Tensas!


Ferran RUBINSTEIN
  

2 comentarios:

  1. Con abducción de ovnis incluida o no...pescar la zona es toda una aventura que merece la pena. Un saludo!!!!!!!!

    ResponderEliminar
  2. Por supuesto, amigo Toni. Esta zona es todo un lujo, pero la mejor defensa que tiene contra el furtivismo es que para poder pescarla "te lo has de currar", a veces incluso para llegar al mismo río.
    Un abrazo y Líneas Tensas!

    Ferran

    ResponderEliminar