La mañana nublada y ligeramente fría transcurrió sin ninguna picada ni atisbo de actividad de los peces en la parte baja del coto |
JORNADA DE PESCA Nº 640
Cosa rara en mi, este sábado me costo horrores el levantarme de la cama, cuando de costumbre salto de la misma con la celeridad de un cohete...si se trata de ir a pescar. Seguramente, será que estemos en pleno invierno y estoy tanto con las defensas como con los ánimos bajo mínimos. ¡Cuán lejana se me antoja todavía la primavera y la apertura de la nueva temporada!.
El viaje hacia Anglès fue, al menos, entretenido en lo que a meteorología y a música se refiere, y compensó con creces el esfuerzo del madrugón. Por un lado, salí de Barcelona lloviendo y no paró de hacerlo hasta pasado Aiguafreda; cerca de Vic caía aguanieve y al pasar por el Coll de Rebell, en el Eix Transversal, estaba el paisaje cubierto de nieve; y ya de allí hasta Anglès estuvo nublado pero no hubo precipitación alguna. Por otro lado, al igual que la semana pasada, y con motivo de homenajear a Wagner en el bicentenario de su nacimiento (1813 - 2013), aproveché para escuchar algunas de sus piezas orquestales, y de este modo llegué a Anglès justo terminando de escuchar su archifamoso fragmento "la cabalgata de las Walkyrias".
Seguramente, el paso de una fugaz cola de frente fue la causante de que el tiempo se inestabilizase durante la madrugada. En Anglès por lo menos, la mañana fue nublada y fría, pero un poco antes del mediodía comenzaron a abrirse claros, y a partir de allí lució un sol radiante que templó la temperatura.
Sobre el mediodía, la jornada de pesca podía parecer algo así como la crónica de un bolo inesperado, pues había dilapidado toda la mañana en la parte baja del coto sin tener una picada ni ver tan solo un signo de actividad de los peces. Todo ello es muy raro, y más teniendo en cuenta que en las últimas salidas a este coto (15 y 22 de diciembre y 19 de enero) no me había movido de los dos primeros tramos del mismo al encontrar en ellos diversión suficiente para todo el dia. Esta semana todo estaba increíblemente parado, cuando en las ocasiones anteriores se veían cebas por doquier ya desde buena mañana, y sin parar en todo el día. Mucho me preocupan estas señales de ausencia de peces, y además de un modo tan brusco y repentino, no sea el caso de que los furtivos hayan aprovechado la ausencia de la autoridad (ayer no volví a ver a nadie pidiendo tickets y documentaciones) para esquilmar impune e impíamente un tramo tan querencioso. Prefiero no ser mal pensado, y atribuir lo sucedido a que, como dicen, la suerte va por barrios, y por el que ayer empecé a pescar ayer no estaban sus habitantes, por lo que fuera, por la labor.
Como siempre que sucede algo similar, uno recurre a rehacer su estrategia, y sobre todo a ser optimista: "queda mucho partido" o "el partido aún no ha terminado", son frases que suelen venirme a la cabeza siempre que un día de pesca empieza mal y con el paso de las horas sigue sino peor, igual. Así pues, a mediodía y bajo un sol casi primaveral, crucé toda la zona de los polígonos de la Cellera de Ter sin pescarla, y me planté en la parte media del coto, con el fin de pescar una postura del tramo 4 que casi siempre que la he visitado ha sido productiva para mi.
A partir del cambio radical de ubicación, la jornada cambió a positivo súbitamente. Aquí si que se veían cebas, sobre una correntita muy lenta y somera, y al poco de empezar, pescando largo con un tándem ultraligero (seca "canardiana" del 17 y micro ninfa "híbrido-ahogada" del 19 con bolita del 00), clavé un truchón indefinido (aparte de enorme no sé aún si era fario o iris) que salió disparado como un misil norcoreano aguas arriba enredándose en un obstáculo (una piedra y varias ramas) y recobró su libertad a base de dejarme sin aparejo.
Rehecho el bajo de línea, con las mismas imitaciones, pero esta vez en un más conservador tippet del 15 en vez del arriesgado 12, volví a probar suerte y comenzaron las capturas (y sueltas, of course) de hasta cinco truchas arco-iris seguidas. Aparte de la primera, que se interesó por la mini ninfa, las otras subieron sin ningún remilgo a la seca "cua, cua" del tándem, una vez casi a tocar de mis pies, otra en una de las pocas derivas que hice aguas abajo "por si acaso" y dos en picadas que ni siquiera vi, y que seguramente corresponden a momentos en que la trucha debió de tomar la mosca estando la misma completamente empapada y ahogada.
Precisamente, pescando esta postura tuvo lugar la anécdota divertida del día. Una de la truchas que picaron sin que ni viera la picada, me sorprendió por un fuerte tirón de la línea y un salto inesperado fuera del agua. No era una trucha grande, de hecho fue la más pequeña del día, y no llegaba por poco a los 30 cms., pero me pilló tan de sorpresa que en un decir "JesusMariayJosé" el animal se enredó en las ramas de un árbol. Sin embargo, esta contingencia que tantas veces me ha supuesto perder un pieza, devino de modo excepcional en la perdición del pez, pues por un milagro no se partió el hilo y el bicho quedó hecho un ovillo entre vueltas de mi linea y ramas, y al final tuve que ir a rescatarla, desenredándola previo liberarla.
Tras apurar la postura al máximo, y tras una pause muy corta para "bebida, fumeque y micción", me fui a prospectar algunas posturas del tramo 5, en las que si que había actividad e incluso vi algunas grandes truchas lomeando, pero de la que no saqué provecho alguno.
Las tres de la tarde, al final del otoño y en invierno, marcan siempre esa hora crítica en la que has de apurar bien apurados los últimos cartuchos de tu arsenal, pues el día de pesca está entrando decididamente en su recta final. Cuando llevas todo el día "bolo", esa hora significa que has de hacer una elección muy acertada para terminar el día tocando escama, o bien arriesgarte "a lo que salga" y confiando en la suerte seguir probando de aquí y de allí, o finalmente optar por lo que suele ser más una elección más sabia: irse al bar.
Sin embargo, para mi ayer, no tan solo evitado el bolo, sino con una buena dosis de diversión encima, las tres de la tarde fue el momento para ir a ver si podía terminar el día pescando "a seca pelada", apurando las posibilidades de tocar algo más de escama. Para ello, elegí una postura del inicio el tramo 6 en donde de habitual suelen estar puestas en la labor todo el día, o por lo menos lo han estado las veces que la he visitado.
Crucé los dedos, para no encontrarme a nadie ocupando la postura, y esta vez tuve suerte (suele ser muy solicitada, ya os digo), y encima tuve suerte de encontrar a las truchas cebándose. Desmonté el tándem y empaté la mosca de CDC, comodín donde los haya, y tras unos cuantos lances clavé una iris de esas que "dan mucha guerra", y que no llegué a ensalabrar al perderla en lo que sería mi segunda pelea perdida del dia. Don´t worry!... al poco, otra trucha irisada de buen tamaño pero no para tirar cohetes, tomó con rotundidad la mosca y esta vez si, devino en la sexta captura del día.
Viendo que muchas truchas se cebaban aguas abajo de mi posición, y visto que intentando pescarlas aguas abajo no había manera, opté en vez de perder el tiempo en rehacer el bajo de linea para hacerlo kilométrico, en dar un rodeo por fuera el río, y situarme abajo de la posición de las truchas, y encima para mayor comodidad para mi, instalado en una piedra a modo de isla. Así, como si fuera la "Sirenita de Copenhague" me encontraron zurrando el río unos pescadores que bajaban por el camino, y que me saludaron, uno de ellos por mi nombre: era el Conmosquero Xebby (Xavi, de Puigcerdà), al que hacía años que no veía en persona, y dos compañeros suyos, Antonio y Joan, ambosde Sant Cugat del Vallès, que resultaron ser fieles seguidores de este blog. Más tarde tendría ocasión de hablar con ellos detenidamente, al encontrármelos de nuevo en el camino de vuelta. Al poco de marchar los compañeros, llegó la séptima trucha del día, otra irisada grande pero no excepcional.
Ya me disponía a recoger bártulos, cuando faltaba muy poco para las cinco menos cuarto, cuando tuvo lugar la anécdota menos divertida del día: una trucha, y bien grande por cierto, se puso de golpe y porrazo a cebarse una, dos, tres veces, a tocar casi de orilla. Como la vi tan cerca, le envié mi mosca con un simple golpe de muñeca, "por si acaso", y el bicho pilló la mosca. Al levantar la caña me dí cuenta de que la linea no corría porque tenía una vuelta de hilo en la punta de la caña (había bajado la guardia de las precauciones, pues pensaba ya recoger e irme), y allí estaba yo, con un buen truchón al otro lado de un hilo, que no de una linea, al que no podía dar cancha alguna. Al final di un violento tirón, y se fue con la mosca como piercing, siendo esto lo mejor que podía pasar, pues a malas, hubiera podido partirme la caña, y la verdad es que sería para mi un gran disgusto, ya que cuanto más pesco con la Vision GT Four, más gusto le encuentro a lanzar y más cómodo me siento haciéndolo.
De vuelta hacia Anglès, me encontré a los compañeros mencionados más arriba, que se estaban terminando de cambiar, y me ofrecieron amablemente llevarme en coche, ahorrándome así una caminata de casi tres kilómetros dado que siempre dejo, por motivos de seguridad, mi vehículo en el parking del centro comercial.
Mientras guardaban bártulos, estuvimos haciendo un poco de análisis de la jornada. Todo y ha haber pescado, no había sido un día muy divertido para ellos. Yo les hice la observación de la poca actividad de la parte baja, y les comenté que todas las truchas que había pescado era irisadas de procedencia de repoblación. Casi todas, menos una que era menor, truchas de entre 30 y 40 cms., que con su librea muy plateada, aletas blanquecinas, escasez de pintas, lomo verdoso y sobretodo propensión a comer moscas muy aparatosas, denota que seguramente son parte del stock con que se repobló del verano a esta parte, que ha comenzado ya a asilvestrarse, pero no tanto como para comer tan fino, ni generar tantos quebraderos de cabeza al pescador, especialmente en esta época del año y con el río con tan poco caudal, como las muchas que ya se han asalvajado completamente, y en especial las increíblemente bellas farios que la semana pasada y bajo la lluvia, me hicieron recurrir a un quironómido ínfimo finamente presentado para poderlas echar al salabre.
Gracias a los compañeros, que me ahorraron una buena caminata al llevarme en coche, pude cambiarme sin prisas, observando como las tardes son cada vez más largas... The Trout Season is coming! Curiosa reflexión la mía ayer mientras disfrutaba de una tarde casi primaveral mientras me cambiaba de ropa: debo ser muy simple cuando en vez de grandes dudas existenciales, para mi la felicidad o algo que se le parece es tan sencilla como ir a pescar y atracarse de carbohidratos y azúcares nada más plegar la caña.
JORNADA DE PESCA Nº 640.
Sábado, 26 de enero de 2013.
Temporada 2012-2013 Nº 13
Temporada de Cotos Intensivos de Salmónidos 2012-2013 Nº 13.
Coto Intensivo de Anglès-El Pasteral
Río Ter
Pescador:
Ferran RUBINSTEIN
Capturas:
6 truchas arco-iris a mosca seca y 1 trucha arco-iris a ninfa
Climatología: mañana nublada y fría y mediodía y tarde soleados y templados.
Hora de inicio de la jornada: 10,15 h.
Hora de finalización de la jornada: 16,45 h.
La música de hoy:
Viaje de ida:
Concierto para violín y orquesta nº 1
Joachim Raff.
Concierto para violoncello y orquesta en "LA" menor
Robert Volkmann
Idilio de Sigfrido
Preludio del acto tercero de "Lohengrin"
Cabalgata de las Walkyrias
Richard Wagner
Viaje de vuelta:
Sinfonía nº 3 "Renana"
Robert Schumann
Concierto para violín y orquesta en "LA" menor
Alexander Glazunov
Preludio y Muerte de Amor de "Tristán e Isolda"
Preludio de "Parsifal"
Richard Wagner
Líneas Tensas!
Ferran RUBINSTEIN.