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sábado, 28 de septiembre de 2013
JP-672. COTO INTENSIVO DEL PEDRET S. M. LL03B. Sábado, 28/09/2013.
JORNADA DE PESCA Nº 672.
La presente temporada de salmónidos ha concluido, por lo menos para mi y el lunes para todo el mundo, en la baja montaña, y este año, al menos en mi caso, se despide con una jornada de pesca memorable, tanto en capturas como en sensaciones, de esas que quedan para el ( muy buen) recuerdo, tal y como podréis leer más adelante. Muy lejos de mi alcance, por lo menos a fecha de hoy, están abiertos todavía los cotos de la alta montaña, pero para mi, y creo que para la inmensa mayoría de pescadores, la semana que viene se abre el largo paréntesis de cotos cerrados en los que algunos optaremos por seguir pescando en unos intensivos que este año, por temas de presupuesto, no se repoblarán, o focalizar esfuerzos en la pesca de otras especies. Para otros, seguramente habrá llegado un año más el momento de colgar las cañas y dedicarse a otras cosas.
Con la última de las jornadas de la temporada, ha llegado el día de más capturas de la misma Veintiocho truchas pueden parecerle a algunos muchas truchas, y a otros más bien pocas. Veintiocho truchas no son nada en ciertos cotos intensivos super repoblados en los que a base de ninfas de colorines algunos masacran la cuba soltada el día antes, pero que precisamente en un coto intensivo de repoblación de esas veintiocho dieciséis sean truchas fario de muy buen porte, poderosas aletas y a cual más bella librea, puede dar lugar a otra lectura de la jornada. Siempre que uno tenga la mente abierta y la capacidad entender que más allá del blanco y del negro existen una inmensa gama de grises, claro está.
Ya hace tiempo que Pedret, un coto al que tantos "licenciados" han dado por muerto y enterrado, y más desde que se convirtió en intensivo, vuelve a estar en plena forma, quizás en la mejor en muchos, muchos años. Dejando aparte el tema de las repoblaciones, del que tanta gente dice pestes pero bien que hace usufructo, el río está a fecha de hoy más limpio incluso que a finales de la década de los 90, y ha vuelto la trucha fario a por sus fueros, esta vez irrumpiendo con fuerza y sorprendiéndonos con ejemplares de muy buena talla, lejanos a aquellas "sardinillas" con las que se solía repoblar este coto antes del año 2006.
Esta jornada de fin de temporada ha sido realmente maratoniana, pues un episodio de insomnio, de los que cada vez tengo con más frecuencia, agravado por una temperatura nocturna inusualmente cálida, me ha puesto muy de madrugada en la carretera, así que he comenzado a pescar a hora tan temprana como las ocho y cuarto. El bolo se evitó también a las ocho y veinticinco, por lo que ya véis que las truchas estaban tan madrugadoras como la semana pasada en La Pobla de Lillet. Todo y el habitual dolor de lumbares, me he resisitido a terminar la jornada demasiado pronto, y he continuado pescando hasta las cinco y media. Nada más, ni nada menos, que nueve horas de pesca. El promedio de capturas siempre es significativo, pues de nuevo vuelve a salir a tres truchas a la hora, lo mismo que hace dos semanas precisamente en Pedret. Sin embargo, si bien hace dos semanas las truchas arco-iris fueron las dominadoras absolutas de la jornada (21 de 24 capturas), esta vez el hecho de que farios de tan buen porte supongan más de la mitad de las capturas (16 de 28 peces) creo que nuevamente puede servir para hacer una lectura muy diferente entre una jornada y otra.
Esta vez los augures de la meteorología no terminaron de estar acertados, y no tan solo no terminó lloviendo, ni tan solo refrescando; muy por el contrario la gruesa nubosidad del alba dió paso a una mañana de nubes y claros, y a partir de mediodía incluso se abrieron claros esporádicamente. Hizo incluso calor, pero nada que se le parezca a los torridos días de la mitad de julio y el mes de agosto pasados. Imagino que este "veranillo" debe de ser muy del agrado de las truchas, porque ayer se las veía muy activas por arriba.
El río Llobregat, aguas abajo del pantano de La Baells, sigue bajando con un caudal muy justito, pero perfectamente pescable. Muy cómodo para vadear. todo y que eso a veces puede ser un arma de doble filo, sobre todo para los que tenemos el equipo adecauado para meternos dentro del cauce, pues el río no está, en muchos tramos, para otro tipo de vadeo que no sea muy discreto, so pena de espantar truchas que acabarán saliendo aletas en polvorosa de debajo de nuestros propios pies.
Una vez más, y en mi humilde opinión de "pescador de charca", el resultado de la jornada vino condicionado por elegir bien los escenarios. Al igual que en la anterior y también exitosa ocasión, preferí ni acercarme a esos sitios "fáciles" y en donde toda la peña sabe que son "obligattos" en los parada y fonda de los repobladores. Nuevamente, es cuestión de ir buscando rincones de río que no sean "tan fáciles de pescar", sobre todo por los pescadores de "bota anudada al cinturón" o por los "pescadores en vaqueros". De lo contrario, de pescar los que para los matarifes y pescateros en general son "puntos calientes" lo único que conseguiremos es llevarnos la impresión de que "Pedret es un coto arrasado, en donde tiran truchas muñonas el jueves, para que el viernes apenas si quedan cuatro contradas".
Valor seguro donde los haya, la micro-ninfa del tandem (invento este último hecho que ni a posta para el "jogo bonito") volvió a ser la protagonista de la jornada, con veintiún capturas (once farios y nueve arco-iris), todo y ser todas la que usé ayer en mi diseño habitual de patrón pheasant tail en vez del "perdigón" que tan de moda se ha puesto, y al que parece que hay que rendir pleitesía porque el mundo de la competición hace gran uso del mismo. Sinceramente, creo que mientras el artificial navegue con naturalidad también bajo el agua, tampoco hay que hilar tan fino... o quizás si, en el caso que uno prefiera estar más pendiente de hacer sacar humo al contador de peces que de pasar el rato disfrutando del río, del que sinceramente creo que hay que levantar de tanto en cuento la cabeza, para admirar otras muchas cosas que nos rodean y que tamibén forman parte de un día de pesca. Ayer mismo, sorprendí a una ardilla trepando por un árbol y descubrí un viejo muro literalmente comido por la maleza. No descarto, en uno de estos paréntesis de relax fluvial, ver a mi admirada Milla Jovovich emerger de alguna poza, enfundada en un traje de submarinista de dos tallas menos.
Al igual que hace dos semanas, volví a aceptar el desafío de la mosca seca ortodoxa, haciendo un alto en la pesca con el tándem, para ver si podía echar a la sacadera unas cuantas de las truchas que se estaban dando un buen festín en una pequeña tabla. A la hora de no repetir el fiasco de dos semanas atrás, supongo que influyó tanto el hecho de que rehiciera el bajo de linea con más calma y detenimiento, como el que en esta ocasión el escenario de combate no fuera un auténtico parado de de agua. Con paciencia, e invirtiendo un par de horitas, pescando despacio y dejándome impregnar de ese encanto irresistible de la pesca a pez visto, conseguí capturar cinco farios estupendas, tres de ellas usando una efémera muy generalista -imitación de bétido con hackle de gallo- y dos más con una mosca en parachute con un poste rosa, autoría de mi amigo Ramón Terricabras, gran pescador de alta montaña, en donde se ve que esta mosca hace furor. Aparte de esas preciosidades, con el tricóptero del tándem también capturé, en lances largos y clavadas en distancia, tres truchas arco-iris adicionales.
A mi me dió la impresión de que había incluso menos gente pescando que hace dos semanas, pero tampoco os lo puedo asegurar, pues me aparté todo lo que pude y más de los lugares mñas frecuentados del coto. Todo y así, a primera hora de la tarde, cuando volví al coche para ir a buscar algo de beber, me encontré con mi amigo y gran forofo de este blog Jordi Graells, con quien estuve charlando un buen rato (casi tres cuartos de hora) de todo lo divino y lo humano del mundo de la pesca con mosca. Me confesó que esperaba con verdaderas ganas el momento de leer mis artículos. Es por personas así, con ese entusiasmo y con ese amor por ver la pesca como algo más que capturar peces, por lo que se ven recompensados esos esfuerzos semanales, escatimando a menudo un tiempo a la família, de mantener actualizada esta pequeña revista digital que pretende dar voz a esos pescadores anónimos (como Jordi, o como yo) que no pretendemos ser estrellas mediáticas, y que preferimos contar historias de días de pesca a dar ningún tipo de clase magistral, máxime cuando, por lo menod en mi caso, eso sería una pretensión absurda dada mi condición de "pescador de charca".
Reventado, agotado, pero feliz di por finalizada esta postrera jornada de pesca de la temporada 2013 yendo a merendar a Cal Rosal. Allí, y aparte de dar una pequeña vuelta por el mercado de venta de setas y productos artesanales, tuve la suerte de ver un rato del Almería - Barça por la televisión mientras merendaba. De vuelta a casa, escuchando el Concierto para Piano y Orquesta nº 3 de Scharwenka -música para mi asociada a sensación de gran aventura en el río- intenté grabar en la memoria todos los lances y todas las truchas que habían pasado por mis manos en esta última jornada de la presente temporada. Hay que hacer acopio de momentos felices. Ahora mismo comenzará la baja temporada en los cotos intensivos, y todo y no ser repoblados, por poco bien que se vigilen trucha la habrá y hasta que llegue el frío es posible que hagamos pescatas la mar de aceptables, e incluso tan abundantes como en plena temporada, pero tarde o pronto llegará, de nuevo, el duro y crudo invierno, ese de las heladas matinales y los anocheceres a hora temprana, ese de las carreteras heladas y de las nevadas que no te permiten ni salir a pescar, ese de las tardes grises en las choperas sin hojas, ese de los largos desayunos y las vueltas a casa de noche cerrada, ese de las pocas capturas e incluso de los bolos, y hemos de hacer acopio de nuestros buenos recuerdos como las hormiguitas lo hacen con la comida, para poder pasar, hasta la nueva primavera, tan inhóspita estación.
JORNADA DE PESCA Nº 672.
Sábado, 28 de septiembre de 2013
Temporada 2013 - 2013 - Nº 45
Temporada de salmónidos 2013 - Nº 29
Coto Intensivo del Pedret S. M.
Río Llobregat
Pescador:
Ferran RUBINSTEIN
Capturas:
12 truchas fario a ninfa, 4 truchas fario a mosca seca, 9 truchas arco-iris a ninfa y 3 truchas arco-iris a mosca seca.
Climatología: nubes altas con apeturas de claros ocasionales, y temperatura inusualmente alta para la estación del año.
Caudal: bajo
Condiciones de vadeo: perfectamente vadeable, excepto en algunas grandes pozas, sin ayuda del bastón de vadeo.
Hora de inicio de la jornada: 08,15 h.
Hora de finalización de la jornada: 17,30 h.
La música de hoy:
Viaje de ida:
Sinfonía nº 6
"Una Fiesta Eslava"
Alexander Glazunov
Viaje de vuelta:
Concierto para piano y orquesta nº 3
Xaver Scharwenka
"Ball Suite"
Franz Lachner
Líneas Tensas!
Ferran RUBINSTEIN.
sábado, 14 de septiembre de 2013
JP-670. COTO INTENSIVO DEL PEDRET S. M. LL03. Sábado, 14/09/2013.
JORNADA DE PESCA Nº 670
La jornada de pesca con mayor número de capturas de la presente temporada, ha llegado con el final del verano y a falta de dos semanas para que, con el fin de la misma para los que pescamos sin muerte, tengamos que volver a unos intensivos en los cuales, por primera vez y debido a la crisis, no se repoblará hasta marzo del año que viene.
Veinticuatro truchas no son pocas, pero ocho horas y cuarto de pesca también es mucho tiempo y no todo fue una tensión de lineas permanente. Ha habido tiempo de todo, pero sobre todo de divertirse y de sentirse a gusto en un Pedret que, pese a la sobrepesca, está en uno de sus mejores momentos, máxime cuando otros intensivos de nuestra geografía han iniciado un progresivo declive.
Rebobino, pues, porque me embalo y una vez expuestos los titulares cojo velocidad y tiendo a construir la casa por el tejado. Vamos por el principio. Durante el viaje de ida, iniciado de noche cerrada, pues en esta época del año cada día amanece más tarde, ha sido notable un repunte del tráfico en la carretera que conduce hacia Berga y el Túnel del Cadí. Cosa muy normal, pues con las primeras lluvias del fin del verano ha comenzado la temporada boletaire, vivida en Catalunya con una pasión digna de deporte nacional, y esto ha puesto en la carretera familias enteras y peñas de amigos en pos de la recolección de hongos silvestres. Mucha gente pues, tomando café en el bar de la gasolinera de Gironella, amén de cazadores que también están en plena temporada, y mucha gente también en Cal Rosal, en donde se ubica el mercadillo de venta de bolets. Para los poco afortunados en la recolección micológica, ya saben en donde llenar el cesto... previo pago de precios según mercado.
Curiosamente, en este sábado en que he hecho una pescata digna de los tiempos en que algunos intensivos merecían ser llamados la "Fabrica de Sueños", ha habido más gente pescando que Pedret que en las últimas ocasiones. Mayormente, pescadores de los que no me molestan, ni me estorban. La inmensa mayoría gente que pesca a cucharilla o con gusano y caña larga con unas simples botas como equipo de vadeo, o incluso sin ellas, y que machacan el río en esos lugares en que la orilla es accesible sin dificultad alguna; precisamente los que siempre suelo evitar.
Si la muchedumbre no ha supuesto ningún problema, menos lo ha sido la meteorología, y aún menos el caudal del río. Esta jornada, de ambiente ya decididamente otoñal, ha sido de esas altamente confortables para pasarlas en el río. La mañana, nublada y fresca, pero sin riesgos de precipitación sucedió a una madrugada de niebla y nubes bajas. El mediodía trajo una rápida apertura de claros y se impuso el sol, pero un sol que apenas calentó el ambiente, refrescado ocasionalmente por ráfagas de una fresca brisa que derivó en ventolina a media tarde. Respecto al caudal, pues incluso ligeramente más bajo que la semana anterior, en la que el río ya iba bajo de por si. O sea, el ideal para pescas ligeras, de tal manera que ya os adelanto que hubo "jogo bonito" todo el día.
No se a ciencia cierta si esta semana el coto volvió a estar sobrepescado el viernes, tras la repoblación semanal del jueves, pues no pude hablar con Eudald, el agente de Catalana Forestal, pero el caso es que me llevé la impresión de que o habían repoblado más, o había pescado menos gente, pues a diferencia del sábado de la semana anterior en esta ocasión si que capturé bastantes truchas de repoblación reciente (por sus muñones por aletas las reconoceréis), todo y que lo mejor es que solo supusieron un tercio del total de capturas, o sea ocho peces. La mejor noticia sigue siendo que, a la que uno se aleja de esas zonas fáciles de repoblar (y por lo tanto también de pescar sin mojarse los pies), aparecen truchas arco-iris más veteranas, algunas de ellas con tamaños que ya comienzan a rondar los cuarenta centímetro. Y por supuesto farios, a la que lleguemos a algún rincón del río que lleva mucho rato tranquilo y en donde previamente se haya esquilmado el stock de carne para sacrificio.
En esta ocasión, y más o menos como la semana pasada, la jornada de pesca ha transcurrido en la parte central de coto. sin tener que recurrir a largos cambios de zona utilizando el coche. Quede esto claro, no sea que alguien tenga la tentación de pensar que en Pedret existen rincones "secretos". Nada de eso. Existen, si, rincones, pero son tan evidentes para mi como para cualquier otro. El hecho de que en muchos "rincones" te encuentres truchas se debe, mas que a un fenómeno paranormal, a que son incómodos de pescar, y aun más por gente que no dispone de equipo de vadeo. Así de sencillo.
Tampoco esta semana os puedo dar un detalle pormenorizado de la acción de pesca, pues las capturas se sucedieron a lo largo de todo el día. Hubo, eso si, un par de momentos "punta" de auténtica locura y picadas continuas, pero si recurrimos a la aritmética y dividimos veinticuatro truchas por, más o menos, ocho horas veremos que el promedio es de tres truchas por hora, lo que da la idea de que todo y haber tensado mucho la linea ayer si que hubo tiempo para todo, incluso para tomar un rato ese bonancible sol que ya no pica, mientras me comía uno de los sobaos de "El Macho" (1) que me traje de Cantabria, o para enzarzarse en combate singular con unas truchas muy puñeteras y resabiadas de una pequeña tabla, que con la poca agua que bajaba me veían de un kilómetro lejos y terminaron dándome julepe. Vista así, la jornada no parece ya tan extraordinaria. Lo realmente excepcional hubiese sido capturar las veinticuatro truchas en, por ejemplo, tres horas. Un promedio de ocho truchas por hora, o sea de una captura cada siete minutos y medio ya sería digno de ciertos simulacros de campeonato en que pretendidos maestros machacan y arrasan varias cubas de peces de granja allí vertidos para tan magno evento.
La estrella de la función de ayer fue, contra todo pronóstico, el tricóptero del tandem de seca y ninfa que estuve utilizando casi toda la jornada. El solito fue el responsable de la captura de diez truchas arco-iris. Una menos que las capturadas a ninfa, con la salvedad de que cambié de ninfa hasta tres veces mientras que la misma mosca seca fue titular de principio a fin del partido. No me esperaba que esa mosca generase tal frenesí, recibiendo picadas en corrientes e incluso fuera de ellas, y menos siendo tan fea. Se trata de uno de esos tricópteros de pelo de ciervo muy tupido, de forma cónica recortada con hoja de afeitar, con un par de vueltas de hackle de gallo color "ginger" y a los que quien fuera que fuese el montador le añadió un par de largas antenas con el raquis de alguna pluma, las cuales corté desde el primer momento para evitar que convirtiesen el bajo e línea en un ovillo. Una de esas moscas "preciosistas" más destinadas, en un principio, a pescar al pescador-comprador que a los peces, y que además una vez empapada es labor de Sísifo (2) poderlos secar, pero que esta vez tuvo el honor de ser el pichichi de la jornada. Por cierto, ya saben los que me conocen, y seguro intuyen los que llevan tiempo leyéndome, de que no soy de los que les gusta ponerse ni que le pongan medallas, así que no os voy a vender la moto de que yo monté ese tricóptero. La verdad es que estaba en mi caja de moscas, olvidado allí desde hace mucho, y me dio por ponerlo. Así de simple. El caso es que ahora mismo no recuerdo si fue un regalo de algún amigo, o bien lo compré hace muchos años en una tienda de pesca que con el tiempo incluso liquidó su sección dedicada a la mosca.
¿Y las farios? Bien, gracias. Allí están, apareciendo en el río por poco que este esté tranquilo y desaparezcan las irisadas inquilinas forzosas. Ayer no se prodigaron tanto, pero si que al menos capturé tres. Una de ellas, con la ninfa, y otras dos a mosca seca, con una imitación de rhodani con hackle de gallo, en uno de los dos largos interludios en que sustituí el tandem por la mosca seca ortodoxa. El otro interludio, como he comentado un par de párrafos más arriba, terminó en fiasco de aquellos de "truchas comen, y ganan" (3).
¡Alerta roja! Se me está terminando el Brummel. Me queda colonia para un par de embadurnadas de mano de fin de jornada como mucho. Ayer volvió a justificarse aquello de que ese es para mi el "aroma de la victoria", todo y que para muchos es más bien olor de geriátrico. Voy a anotar en mi agenda pasar por la droguería esta misma semana.
Tras merendar, como es habitual en mis viajes de pesca al Berguedà, en Gironella, paré un rato en un bar de Monistrol de Montserrat a ver los primeros veinte minutos del Barça - Sevilla mientras me tomaba un cortado. Quedó claro desde el primer momento que el Barça sufre en los saques de esquina. Es su punto débil, su talón de Aquiles. El mío lo es el perder truchas antes de que lleguen a la sacadera. Ayer tuve un día inspirado y solo perdí cinco, pero eso puede pasar de ser una anécdota a ser una hecatombe en días en que no me encuentre las truchas ni tan activas, ni tan dispuestas a picar como ayer.
(1) Una de las marcas de sobaos pasiegos más famosas de Cantabria, o por lo menos una de las que con más entusiasmo compramos los turistas como yo.
(2) Personaje de la mitología griega, condenado por los dioses, por toda la eternidad, a hacer subir rodando una piedra por la ladera de una montaña, para que después vuelva a caer. Esta frase se utiliza para definir trabajos tan arduos como repetitivos.
(3) Parodia de una frase muy famosa de los problemas de ajedrez de los periódicos: "Blancas juegan, y ganan".
JORNADA DE PESCA Nº 670
Sábado, 14 de septiembre de 2013
Temporada 2012 - 2013 - Nº 43
Temporada de salmónidos 2012 - Nº 27
Coto Intensivo del Pedret S. M.
Río Llobregat
Pescador:
Ferran RUBINSTEIN
Capturas: 11 truchas arco-iris a ninfa, 10 truchas arco-iris a mosca seca, 2 truchas fario a mosca seca y 1 trucha fario a ninfa.
Climatología: mañana, nublado y fresco; mediodía y tarde, soleado y templado.
Caudal: bajo
Condiciones de vadeo: perfectamente vadeable, excepto en algunas grandes pozas, sin ser necesario el uso de bastón de vadeo.
Hora de inicio de la jornada: 09,00 h.
Hora de finalización de la jornada: 17,15 h.
La música de hoy:
Viaje de ida:
Concierto para violín y orquesta nº 1
Joachim Raff
Concierto para violoncello y orquesta en "LA" menor
Robert Volkmann
Preludio del Acto Iº de "Lohemgrin"
Richard Wagner
Viaje de vuelta:
Concierto para violín y orquesta en "RE" mayor
Erich W. Korngold
"Variaciones Sinfónicas"
César Franck
Obertura de "El Buque Fantasma"
Obertura de "Los Maestros Cantores de Nüremberg"
Richard Wagner
Líneas Tensas!
Ferran RUBINSTEIN.
domingo, 8 de septiembre de 2013
JP-669. COTO INTENSIVO DEL PEDRET S. M. LL03. Sábado, 07/09/2013.
JORNADA DE PESCA Nº 669.
Aun estamos en verano; es más, apenas es el primer fin de semana completo de septiembre y el otoño ha llegado, de la mano de un frente frío, por lo menos a las comarcas interiores y de montaña de Catalunya. Como no podía ser menos, y siguiendo los preceptos de esa "Ley de Murphy" que se demuestra siempre infalible, siempre llueve en fin de semana. En esta ocasión, el frente frío que posiblemente de carpetazo definitivo al corto pero intenso verano de este año, ha llegado en sábado, o sea coincidiendo una vez más, y van tropecientas, con mi día habitual de pesca.
La estética de este día ha sido plenamente otoñal. Fuera y dentro del río. Cielos grises, mucha humedad, temperaturas decididamente frescas, y en Cal Rosal ya han montado, como cada año y hasta el 30 de noviembre, la "Fira del Bolet" (1).
Enfundado dentro del impermeable, he aguantado una vez más una larga jornada de siete horas y media pescando bajo la lluvia. De nada me ha valido renunciar al placer de desayunar tranquilamente en el bar leyendo el periódico (privilegios estos que no tengo en mi vida cotidiana), con el fin de empezar muy pronto a pescar con la esperanza de que la lluvia llegase por la tarde. En esta ocasión ya empezó a llover cuando no llevaba ni una hora de paseo, caña en mano, por el río. Si sirve de consuelo, al menos la lluvia no devino en tormenta en ningún momento, y pese a las muchas horas de precipitación continuada, en ningún momento se ensució el río. ni hubo aumento alguno de un caudal que en esta ocasión era bajo, como suele serlo en esta época del año cuando la mano que mueve la compuerta del pantano de La Baells decide que ha llegado el momento de ahorrar agua.
La Ley de ese tal Murphy (que no es el Alex Murphy que dijo aquello de "mis amigos me llaman Murphy, pero usted llámeme Robocop" (2), quede esto claro), funciona en doble dirección, o sea y hablando en plata que algunas veces el cumplimiento de la misma te poco menos que sodomiza, y otras incluso puede resultar beneficiosa. Por ejemplo, ese axioma de que "las truchas pican más cuando llueve" suele cumplirse muchas veces; sólo hace falta estar en el río, aguantando el chaparrón, para obtener beneficios del cumplimiento del mismo. En mi caso, tuve la paciencia y el aguante de seguir pescando, incluso con el impermeable ya empapado, y terminé la jornada con diecisiete truchas capturadas y soltadas. Volví al coche tiritando de frío y con las lumbares acordándose de mis progenitores, pero con la sonrisa de oreja a oreja. Al fin y al cabo, para combatir los efectos colaterales en la salud de un día de pesca tan húmedo ya existen principios activos tan eficaces como el ácido acetil-salicílico o el ibuprofeno.
La clave del éxito de esta jornada, residió en resistir la tentación de darla por terminada en el transcurso del segundo de los tres chaparrones que hubo a lo largo de la misma. El primero cayó nada más comenzar a pescar, a eso de las nueve y cuarto, pero fue de corta duración. Tras una pausa de hora y media, en la que parecía que se iba a abrir el cielo e incluso iba a salir el sol, llegó el segundo chaparrón, de más intensidad que el primero. En ese momento, llevaba sólo cuatro truchas, y seguramente fue el hecho de que los peces estuvieran picando con decisión y de un modo continuado lo que me hizo desistir de dar por acabada la pesca por ese día. La pause entre el segundo y el tercer episodio de lluvia fue muy corto, y ese tercero ya tuvo solución de continuidad hasta el "pitido final del partido" e incluso más allá, pues siguió lloviendo toda la tarde, incluso durante el viaje de regreso a casa.
Vaya por delante, que no estuve pescando en la zona estrictamente sin muerte que está más arriba del puente románico, y que a buen seguro muchos lectores ya saben que está muy bien repoblada a fecha de hoy. Como no hay secretos entre nosotros, queridos seguidores, ya os avanzo que pesqué un largo tramo de la parte media del coto, en concreto la que va desde poco antes del primero de los túneles, y hasta el puente sin barandillas.
Los resultados suelen ser engañosos, y el de esta jornada lo es por partida doble. Por una parte, la cantidad de diecisiete capturas no hace justicia al número de truchas que pude haber llegado a ensalabrar, pues en reñidos combates, perdido por mi parte, se me fueron río abajo nada más ni nada menos que diez truchas, ocho de ellas farios de muy buen porte, e incluyendo un "fariote" de esos que sería digno de la fama que han ganado los de Anglès u Oliana. Si a esto se añade el montón de picadas rápidas y no resueltas, mayormente propinadas por pequeñas fario que se desclavaban enseguida, estaríamos hablando de una pescata de como mínimo veintisiete truchas, un resultado escandaloso y más tratándose de que, por otra parte, la inmensa mayoría de las irisadas capturadas (nueve de trece) respondían al prototipo de peces que, con sus aletas grandes y acostumbradas a nadar en la corriente, llevan ya un tiempo en el río todo y proceder de repoblaciones de hace tiempo. Mención aparte merecen las cuatro farios capturadas, peces realmente bellos, con un promedio de más o menos veinticinco centímetros, aletas grandes como las alas de un jumbo y unas libreas que hacen pensar que, más que tratarse de peces procedentes de repoblaciones pasadas con marrones, pudiera tratarse de nativas de uno de los pocos torrentes con trucha propia que le quedan al Pedret, la Riera de Metge (3), y que debido a los aluviones de estos últimos meses se han desplazado río abajo.
Al igual que la semana anterior, y la otra, y la otra, el viernes hubo una gran cantidad de gente pescando. y mayoritariamente llevándose el cupo de truchas. Como no, y otra vez más, esto se notó en el río el sábado, al igual que la última vez que visite Pedret hace dos semanas, pues a las muy pocas truchas "muñonas" que quedaban si que se las veía, pero estaban recelosas y asustadas en grado superlativo. Supongo que el hecho del exterminio habitual de la cuba de "carne para el sacrificio" unido a la poca presencia de pescadores dadas las condiciones meteorológicas, contribuyeron a que en este sábado saliesen a pasear las truchas de la "dimensión paralela", que no es otra, en un coto intensivo, que la de las que no se ven, y que sin embargo están allí: las que se han acostumbrado al río, o incluso pueden haber nacido en el mismo.
Con tanta lluvia, el día estaba poco para pescar a seca, máxime cuando apenas si vi tres cebas, en tres lugares muy alejados entre sí, en todo mi periplo. Todo y así, y aprovechando el bajo caudal del río, no renuncié al placer del "jogo bonito" o pesca lo más ligera posible, y en vez de dejarme el brazo tieso de pescar "a la polaca", opté por pescar largo, lanzando lejos y haciendo derivas amplias, un aparejo de una sola ninfa y una pequeña bolita de plastilina a modo de señalizador de picada. Respecto a las ninfas, tampoco hay ningún secreto, pues en el fondo son las mismas que hubiese usado para montar un tándem con un tricóptero como "socio en superficie"; con dos imitaciones muy genéricas de pheasant tail hubo más que suficiente: la primera y más pequeña de color naranja, montada en un anzuelo del diecisiete y con una cabeza de tungsteno de color rojo del calibre cero, y la segunda y ligeramente más grande de color verde, en un anzuelo del catorce (de los que son con arponcillo, pero debidamente "castrado" por mis tenacillas) y con una cabeza de tunsgeno del calibre dos.
Como he dicho unos párrafos más arriba, no paró de llover en toda la tarde, y el poderse cambiar de ropa para ir primero a merendar a Gironella y luego de vuelta casa, se convirtió en toda una peripecia. Por suerte, ya dicen que los Virgo somos tan buenos observadores como muy previsores, hace tiempo que venía buscando un sitio para solucionar este tipo de contingencias y que sustituyese a la gasolinera abandonada que hay entre la Colonia La Plana y Cal Rosal, dado que han vallado el recinto, y al final lo he encontrado: bajo el viaducto de la C-16 en la entrada norte de Gironella pude por fin cambiarme de ropa y recoger los trastos antes de ir a saludar a mis amigos de esa población, tanto del Bar Carmona, como de la Pastelería "El Globus", negocios de los que soy cliente desde finales de la década de los ochenta, cuando por la vieja carretera Comarcal 1411 era toda una odisea llegar al Berguedà, en un tiempo en que la pesca a mosca era para mí poco menos que una utopía, una ilusión que aspiraba llevar a cabo con el tiempo.
(1) Feria dedicada a la venta de setas, y que también abarca alimentación elaborada artesanalmente. Se celebra de modo anual en Cal Rosal - Olvàn del 1 de septiembre al 30 de noviembre.
(2) Frase que aparece al final de la película "Robocop-3" (1992).
(3) La Riera de Metge, es un curso fluvial de corto recorrido, nace en la Sierra de Queralt, cerca del Santuario del mismo nombre, y que desemboca en el río Llobregat en el paraje fluvial conocido como El Pedret, justo por debajo del muro del Pantano de La Baells. Según la legislación vigente, es un "Refugio de Pesca", o sea está prohibido pescar en la misma.
JORNADA DE PESCA Nº 669
Sábado, 7 de septiembre de 2013
Temporada 2012 - 2013 - Nº 42
Temporada de salmónidos 2013 - Nº 26
Coto Intensivo el Pedret S. M.
Río Llobregat
Pescador:
Ferran RUBINSTEIN.
Capturas: 13 truchas arco-iris a ninfa y 4 truchas fario a ninfa.
Climatología: mañana, lluvia intermitente y temperatura templada; tarde, lluvia persistente sin bajada de temperatura.
Caudal: bajo.
Condiciones de vadeo: perfectamente vadeable, excepto en determinadas grandes pozas, sin ser necesaria la ayuda de un bastón de vadeo.
Hora de inicio de la jornada: 09,00 h.
Hora de finalización de la jornada: 16,30 h.
La música de hoy:
Viaje de ida:
Sinfonía nº 6
"Una fiesta eslava"
Alexander Glazunov
Viaje de vuelta:
Sonata para piano nº 1
Sonata para piano nº 2
Anton Rubinstein
"Variaciones Sinfónicas"
Charles H. H. Parry
Líneas Tensas!
Ferran RUBINSTEIN.
sábado, 31 de agosto de 2013
JP-668. COTO DE ANGLÈS - PASTERAL INTENSIVO S. M. TE15. Viernes, 30/08/2013.
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El regalo de cumpleaños, por parte del río, consistió en un estupendo pack de 4 truchas fario, pescada a mosca seca, y de una trucha arco-iris, de propina, pescada con la micro ninfa del tándem. |
JORNADA DE PESCA Nº 668.
La jornada de pesca aquí reportada, adelantada al Viernes, ha supuesto mi último día de pesca como "cuarentón", pues el día siguiente era mi 50º cumpleaños. Cincuenta años dan mucho de si, y no no engañe,os, ahora si que por encima de opiniones optimistas y pesimistas, en lo que se refiere a tiempo para vivir, si Dios quiere, la botella de la vida comienza a estar más vacía que llena.
En estos cincuenta años he vivido experiencias extraordinarias y estimulantes, y he pasado por momentos amargos y decepcionantes, pero sobre todo mi existencia, como la de la inmensa mayoría, ha estado repleta de días grises y anodinos, pura paja existencial, dedicado a la ardua labor de ganarse el pan, y a otras tareas mecánicas y rutinarias que poco aportan al crecimiento personal y espiritual. Por suerte, la pesca ha sido una de mis aficiones que más intensamente he vivido, y que más diversión y experiencias positivas a aportado a mi vida. Desde que a finales de los años noventa comencé a pescar a mosca, mi experiencia como pescador entró en una nueva dimensión, en la que he disfrutado aún más si cabe del río y de sus habitantes, y en la que el placer por la pesca se ha trasladado incluso fuera del mismo, aprendiendo mucho más sobre este tema infinito, y además me ha permitido conocer a gente muy interesante, sobre todo a nivel humano, que me ha enseñado a ver el río y la pesca con otros ojos. Muchas gracias, amigos.
El regalo de cumpleaños del río, entregado por el Ter en "Magic Anglès" en nombre de todos los ríos que he pescado hasta el momento, ha sido un pack de cinco truchas de gran belleza y bravura (cuatro farios y una arco-iris). El envoltorio colorido y excitante del regalo ha sido el de un apacible, soleado y no excesivamente caluroso día de verano. Para entregarme el mismo, el Ter en la parte alta de "Magic Anglés" se ha puesto sus mejores galas: un caudal medio-alto, como viene siendo normal últimamente, que ha exigido un vadeo y un avance por el río no exento de precaución.
Hasta primera hora de la tarde estaba convencido de que el río me iba a regalar un bolo para mi cumpleaños. Sin embargo las cosas se comenzaron a animar precisamente al entrar en una zona de corrientes más vivas, en la que el tricóptero fue, como suele ser en estos meses de verano, el gran protagonsita.
Todo y lo alto del caudal, de la escasa presencia de insectos, y de la poca actividad de las truchas en superficie, seguí confiando a lo largo de la mañana en el "jogo bonito" y pescando con el ligero aparejo de tándem de tricóptero de pelo de ciervo y microninfa tipo perdigón, lanzando lo más lejos posible para prospectar el máximo de lámina de agua.
Como he dicho antes, bien pasado el mediodía horario llegó la entrega de regalos. La primera picada fue de esas "veraniegas", un ataque súbito e inesperado al tricóptero en un rebullir de agua entre las piedras de una corriente de escaso calado. Prospectando la misma reiteradamente, conseguí un par de picadas más a la mosca flotante por parte de truchas a las que apenas les dí un revolcón, y cuando ya estaba pensando en mudarme de sitio, apenas noté una burbuja en la corriente y apareció prendida de la microninfa una de esas truchas irisadas tan características de Anglès, con su libre intensamente plateada y sus aletas de color rojjizo, y que según mi amigo Carles Vivé son nativas del río (1).
A partir de aquí, con la fe y la confianza que da el haber evitado el bolo, todo y que a tan tardía hora, tuve claro que por el momento, y sin ver todavía una actividad frenética en superficie, las truchas estaban muy cómodas en el frescor de las corrientes más vivas. Así pues pasé pescar, simplemente a seca y con un tricóptero "bien peludito" este tipo de escenarios, y de esta manera, pasadas largas las tres de la tarde había conseguido capturar y soltar tres estupendas farios más, con picadas de esas "de infarto", pues te pillan por sorpresa cuando y donde menos te lo esperas.
La verdad es que si bien todas las truchas de esta jornada estuvieron rondando los treinta centímetros, y ninguna de ellas respondió a lo que muchos llaman "un torpedaco" o "una barra de pan", lo cierto es que me dejaron maravillado sus coloridas y variadas libreas. Uno no deja de admirar la belleza de estos peces, y se pregunta como pueden haber energúmenos que vean en ellos simplemente comida. Estos seres, que nos regalan experiencias inolvidables y épicos combates, merecen seguir nadando en el río, para poner a prueba la pericia y la paciencia de otros pescadores.
Sobre las tres y media de la tarde, salí del río para dar un descanso a mis piernas y a mis lumbares, y tras el habitual "iced tea and smoking break" decidí volver a dar una oportunidad a los escenarios de la mañana; corrientes más moderadas e incluso lentas en comparación con las que había estado pescando desde el mediodía.
Cuando volví, con sigilo, a asomarme al río, la película era bien otra. Ahora, bajo el sol de la tarde, en un juego de luces y sombras muy distinto, si que las truchas estaban en superficie ¡muchas de ellas!, todo y que enseñando reiteradamente el lomo, que no la boca, siendo esto señal de que estaban poniéndose moradas a emergentes.
Mal asunto este, el de ver lomos en vez de bocas en "Magic Anglés", pues en momentos así, y viendo que vuelan tanto efémeras de variados tamaños y tricos de los de manual de pesca, si las truchas se ponen a comer emergentes suele ser sinónimo de que te espera devanarte los sesos para dar con la imitación más adecuada, máxime cuando todas las truchas que veía comer, siempre enseñando el lomo, eran ya truchas veteranas y no esas pequeñas farios de repoblación que se lanzan como locas a por lo primero que flota, sea insecto o colilla de cigarrillo.
Como ese tramo lo podía pescar con relativa comodidad, en comparación con la tensión constante con la que ha había tenido que manejarme en las corrientes más vivas, acepté el desafío y me quedé a probar suerte. Para empezar, cambié completamente el bajo de línea, alargándolo y adelgazando el tramo final. A continuación, empezó un auténtico desfile de moscas. Enfrascado como estaba se me hicieron las cinco y cuarto de la tarde y lo máximo que conseguí fue entablar combate con dos truchas (una de ellas si que era un auténtico "torpedo") que terminaron picando a la misma mosca, una emergente "de fantasía" de color rosa, y que no llegaron al salabre. Toda la suerte que había tenido peleando con truchas en corrientes vivas, en donde es más fácil perderlas a la que se descuelgan río abajo, no la tuve con las dos picadas en las corrientes más mansas: la trucha más pequeña se me desclavó a las primeras de cambio, fruto seguro de alguna mala rotación de muñeca por mi parte que le sacó la mosca de la boca; en lo que respecta al "misil con aletas", pues ya os podéis imaginar, por enésima vez pegó un sprint viendo lo cerca que estaba el salabre, y en una carrera alocada, sacando línea del carrete consiguió buscar refugio bajo el tronco de un enorme árbol derribado en medio del río, y allí dije adiós tanto al pez, como a la mosca de mi caja por la que se había interesado.
De vuelta al coche, cansado pero muy feliz con tan estupendo regalo de cumpleaños, fui empapándome -en un paseo inusualmente lento- de la enorme belleza de una tarde de verano en el río. Son estos los momentos gratos que te regala la vida, una vida que este último fin de semana de agosto ha llegado a sus cincuenta años. Espero que no me falten días y momentos así en lo que me quede por vivir. Son muchas las gratas experiencias vividas hasta ahora gracias a la pesca, hayan peces en el salabre o no, y mientras no me abandone la salud, espero seguir yendo al río con la caña en la mano para continuar disfrutándolas
(1) Corren diversas opiniones acerca del origen de estas truchas. Hay rumores acerca de que aparecieron por primera vez en la Riera de Osor, y fueron traslocadas por pescadores a "Magic Anglès". Otros dicen que han nacido en el mismo río, o sea el Ter, y que son descendientes de truchas arco-iris de repoblación que una vez se han aclimatado al río han conseguido prosperar. El caso en que en Bagà, en el río Llobregat se da un caso parecido, y también -todo y que esto sólo lo sé "de oídas"- pasa lo mismo en algunos tramos del Segre entre el pantano de Oliana y La Seu d´Urgell. Mi modesta opinión es la misma que la de mi amigo, técnico forestal y veterano pescador Carles Vivé: son truchas arco-iris nacidas en el mismo río.
JORNADA DE PESCA Nº 668.
Viernes, 30 de agosto de 2013
Temporada 2012 - 2013 - Nº 41
Temporada de Salmónidos 2013 - Nº 25
Coto de Anglès - Pasteral Inensivo S. M.
Río Ter
Pescador:
Ferran RUBINSTEIN
Capturas: 4 truchas fario a mosca seca y 1 trucha arco-iris a ninfa.
Climatología: soleado y caluroso.
Caudal: medio (aproximadamente 15 m3/seg.)
Condiciones de vadeo: vadeable con mucha precaución y con la ayuda de un bastón de vadeo.
Hora de inicio de la jornada: 10,00 h.
Hora de finalización de la jornada: 17,15 h.
La música de hoy:
Viaje de ida:
Concierto para piano y orquesta nº 2
César Franck
Concierto para piano y orquesta
Francis Poulenc
Viaje de vuelta:
Sinfonía nº 5 "Lenora"
Joachim Raff
Concierto para violín y orquesta en "RE" mayor
Erich. W. Korngold
"Variaciones Sinfónicas"
César Franck
Líneas Tensas!
Ferran RUBINSTEIN.
domingo, 25 de agosto de 2013
JP-667. COTO INTENSIVO DEL PEDRET S. M. LL03. Sábado, 24/08/2013.
JORNADA DE PESCA Nº 667
El fin de las vacaciones de verano, siempre tan ansiadas como breves, ha supuesto el relativo retorno a la rutina, pues a los que tenemos niños pequeños aún nos espera la vuelta al cole, y en mi caso volver al siempre beneficioso, tanto a nivel físico como psíquico, ejercicio de la pesca con mosca en fin de semana, preferentemente en sábado. Como no, y siempre que no disponemos de tan escaso tiempo de asueto, vuelve también la implacable "Ley de Murphy", axioma tan cierto como que el sol sigue saliendo por el este, a recordarnos que la tostada siempre cae por el lado de la mantequilla, o que siempre llueve en fin de semana.
La llegada de una borrasca, murphynianamente el sábado por la tarde, que en teoría activaría hasta los planes de alerta por inundaciones, me hizo decir adiós a una larga y muy ansiada, tras tres semanas sin tocar la caña, jornada de pesca de reencuentro con el Pedret. Tocó pues, reajustar los planes y madrugar mucho para aprovechar al máximo las horas de pesca de la mañana y del mediodía.
Aún estaba circulando por la pista paralela al río, justo a las ocho de la mañana, cuando me crucé con Eudald. el tan diligente como eficaz agente de Catalana Forestal, que iba rumbo a controlar un concurso de pesca de ciprínidos en una localidad cercana. Fue él quien me informó que el día antes había habido tanta gente pescando que el Pedret parecía La Patum (1). Esto ya viene siendo habitual cada semana desde que se hizo público que las repoblaciones se harían los jueves, coincidiendo con el recién decretado día de descanso del coto (2). Para no variar, de la repoblación de dos días antes ya no quedaban ni las raspas; como mucho unas cuantas truchas diseminadas por aquí y por allí, todas ellas muy asustadas y tremendamente resabiadas.
"No problemo", que diría Terminator. Para mi el exterminio de la cuba semanal, lejos de ser un problema, con frecuencia y junto con la menor afluencia de pescadores tras la gran orgía de sacrificios de peces de granja, es un factor que suele activar el misterioso resorte que lleva a una realidad paralela, a ese río que está dentro del río pero que no vemos porque una densa cortina de peces de pienso no nos deja ver, en donde aparecen esas truchas fario que moscardean esporádicamente cuando creen que nadie las observa, o esas truchas arco-iris poderosas y luchadoras, supervivientes de cubas de temporadas pretéritas.
Este fue, dadas las circunstancias, uno de esos sábados que tanto me gustan de Pedret: los de pescar en la "dimensión paralela", de disfrutar de un día con el río casi solo para mi y de romperme un poco la cabeza para hacer picar peces que sabes que no atacarán al primer destello que vean en el agua. El resultado, que ya os anticipo, lo dice todo: al final de la jornada había capturado y soltado nueve truchas, pero...¡que truchas! Seis farios realmente preciosas, con unas aletas grandes como las alas de un Airbus y unas libreas de un vivo y contrastado pantone de marrones, amarillos, negros y rojos; y además un par de truchas irisadas con las aletas muy bien formadas y gran fuerza en el combate, señal de que llevan ya tiempo viviendo, tras haberse ganado el derecho en dura lucha, en vivir en esa "realidad fluvial alternativa". Sólo una trucha más, también arco-iris, respondió a los parámetros de trucha recién repoblada, cosa por otra parte nada anormal, pues siempre las hay que terminan eludiendo el sacrificio, comenzando así el largo camino que les convertirá de peces de granja a poderosos adversarios para el pescador.
Antes de pasar a hablar estrictamente de la acción de pesca, dejadme, queridos lectores, explicaros y contagiaros mi entusiasmo por el excelente estado del coto del Pedret a fecha a hoy. Los desembalses de gran cantidad de agua de esta primavera y principios de verano ha limpiado el coto de los últimos vestigios de lo que fuera su gran y endémico problema a lo largo de la década pasada: las acumulaciones de barro. Así pues, volvemos a disfrutar de un río de aguas transparentes en el que se ven las piedras del fondo y en el que el vadeo vuelve a ser confortable y seguro. Con tanta piedra, y con tanta grava, ahora sería buen momento para habilitar áreas de freza, como en Anglès, pero casi mejor no insistir pues sería clamar en el desierto por un esfuerzo baldío: por un lado, los orcos con caña que creen ser grandes pescadores sólo por retorcerle el pescuezo a un cupo de truchas y a ocultar otros dos en el maletero del coche, no respetan. ni han respetado y seguramente no respetarán nada, y por otro lado la Administración, al saber que la naturaleza ya ha decantado, de un modo gratuito. la piedra del barro, seguramente instalaría antes una planta de extracción de áridos que una zona de freza. Este es el resultado habitual del maridaje entre ignorancia y capitalismo.
Todo y que el río bajaba con un poco más de caudal que en la jornada previa a las vacaciones (3), la acción de pesca del día fue de "jogo bonito full time". Fui alternado el uso de tándems de seca y ninfa muy ligeros con la pesca a seca, bien a ceba vista o "al agua" a lo largo de todo el día. Como nueve truchas es una cantidad moderada de peces, hoy me da por ahí, y con el precedente de haberlo hecho otras veces, voy a contaros los detalles de las capturas una por una.
1ª - Escenario 1, mañana: tabla con corriente moderada. Trucha fario que pica a la microninfa del tandem, en la orilla contraria y un poco aguas abajo de mi posición.
2ª - Mismo escenario, misma hora del día. Trucha fario, misma ninfa que la anterior, en el centro de la corriente y ligeramente aguas arriba de mi posición.
3ª - Mismo escenario, misma hora del día. .Trucha arco-iris que pica a la misma ninfa en la orilla contraria y ligeramente aguas arriba de mi posición.
4ª - Mismo escenario, orilla contraria, misma hora del día. Trucha arco-iris que pica a la misma ninfa justo en el inicio de la tabla y en donde unas corrientes más enérgicas pierden fuerza.
5ª - Escenario 2, aproximadamente mediodía horario: otra corriente, esta con un gran blando lateral. Picada por sorpresa de una trucha fario al tricóptero de pelo de ciervo del tándem en medio de la corriente, tras haber perdido, poco antes, otra trucha fario en el blando lateral.
6ª - Escenario 3, gran parado de agua. Captura de una trucha fario a mosca seca, sobre ceba vista, tras la oportuna rectificación del bajo de línea para pasar de corto a largo. Tomó una ignita de hackle de gallo en anzuelo del dieciocho.
7ª - Escenario 1, segunda ronda, primera hora de la tarde. Trucha arco-iris que pica a la microninfa del tándem allí donde la corriente pierde fuerza al final de la tabla.
8ª - Escenario 1, segunda ronda, primera hora de la tarde. Trucha fario que pica, nuevamente por sorpresa, al tricóptero de pelo de ciervo, mientras pescaba lanzando largo y aguas arriba el tándem, estando posicionado en el centro de la tabla.
9ª - Escenario 4, otro parado de agua, este con un ligera y casi imperceptible corriente. Pesca a ceba vista de una trucha fario que me obliga a una rectificación del bajo de linea, y a un cambio de mosca tras rechazar la ignita. Termina sucumbiendo ante una emergente en parachute de...¡color rosa!, con el poste del mismo color.
Al final, terminó lloviendo, tal y como vaticinaban los modernos y mediáticos augures de la meteorología. Tuve suerte de estar ya cambiado y con los aparejos guardados cuando a eso de las cinco y cuarto comenzó a chispear. Aún no había llegado a Cal Rosal que llovía con ganas, y de allí hasta Gironella diluvió y el poder llegar a merendar se convirtió en una auténtica odisea, conduciendo el coche a la velocidad de un tractor y con los limpiaparabrisas sin dar abasto en una carretera que se había convertido, en apenas unos minutos, en un auténtica piscina. Este es el otro rostro, menos amable, del verano. No todo son apacibles "serenos". En el interior y especialmente en el Pririneo y Prepirineo, a menudo hemos de ajustar nuestras jornadas de pesca a aprovechar al máximo la mañana, pues la tarde terminará en tormenta... especialmente fuerte si es fin de semana o estamos de vacaciones, faltaría más Mr. Murphy.
(1) Fiesta tradicional de la ciudad de Berga, y de la comarca del Berguedà por extensión, que ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad.
(2) Tal y como figura en la Orden de Vedas de este año.
(3) Leer Jornada de Pesca nº 661 del 13 de julio de 2013, en este blog.
JORNADA DE PESCA Nº 667
Sábado, 24 de agosto de 2013
Temporada 2012 - 2013 - Nº 40
Temporada de Salmónidos 2013 - Nº 24
Coto Intensivo del Pedret S. M.
Río Llobregat
Capturas: 4 truchas fario a mosca seca, 2 truchas fario a ninfa y 3 truchas arco-iris a ninfa.
Climatología: mañana: nubes y claros, fresco; tarde: nublado con amenza de tormenta, fresco.
Caudal: medio-bajo
Condiciones de vadeo: vadeable sin problemas y sin ser necesario el bastón.
Hora de inicio de la jornada: 09,00 h.
Hora de finalización de la jornada: 16,45 h.
La música de hoy:
Viaje de ida:
Sinfonía nº 6
"Una fiesta eslava"
Alexander Glazunov.
Viaje de vuelta:
Concierto para violoncello y orquesta en "DO" mayor
Eugen d´Albert
Rapsodia para violín y orquesta nº 2
Bela Bartók
"Danzas de Galánta"
Zoltan Kodály
Líneas Tensas!
Ferran RUBINSTEIN..
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