lunes, 31 de mayo de 2010
THE ARGENTINIAN CONNECTION - FISHING CHRONICLES FROM PATAGONIA.
Hoy contamos en “Rubinsteinfishing” con la colaboración de mi amigo Diego Adam, excelente pescador y aún mejor persona, que se conviritió a la “Fe del Mosquerío” en su estancia en España hace unos años.
En esta ocasión, Diego comparte con nosotros, en un relato de tipo epistolar, sus experiencias de vacaciones de verano (austral, por supuesto), en ese destino de pesca mítico y mágico que se llama Patagonia.
Os dejo con el relato de Diego, al que agradezco su amabilidad, que espero os guste tanto como a mi.
Fer,
Tarde pero seguro……. Te cuento que hoy domingo tengo un rato de tranquilidad para escribir unas líneas de las vacaciones en Patagonia.
Cada año es más difícil viajar a la Patagonia, ya que nos separan 1500 km y solo puedo ir en época de vacaciones. Como tú sabes cuando uno está en pareja aparece una palabrita llamada “compartir” lo que es incompatible con elegir el mismo destino de vacaciones año tras año.
Quizás una de las razones puede ser que los ríos que visito son lugares poco visitado por los turistas y no se parecen en nada a “Resorts” súper poblados de turistas con ganas de echarse al sol a no hacer nada y dejar pasar las horas.
Este año tuve la suerte de compartir las vacaciones con mi cuñado “gran pescador de cebo” y su familia. Conversando en charlas previas demostró gran interés por iniciarse en la pesca con mosca.
Así que fijamos fecha, realizamos todos los preparativos y elegimos comenzar por villa pehuenía (provincia de Neuquén).
A diferencia de temporadas anteriores que viajo fines de diciembre este año partimos los primeros días de febrero. Es increíble cómo cambian las condiciones de pesca en tan poco tiempo. Desde la cantidad de agua que traen los ríos, el clima y el consiguiente comportamiento de las truchas.
Luego de 16 hs de viaje en auto non-stop llegamos a villa Pehuenía. Una tarde digna del invierno, lluvia – frío 10º y neblina. Pero era el momento que esperé durante todo el año. Así que sin dudarlo me puse el wader me metí en el lago que teníamos frente a la cabaña.
Lamentablemente no pude observar actividad alguna en el lago, generalmente poco antes que caiga el sol se ven saltar las truchas comiendo la nube de caddies que sobre vuelan el lago.
La verdad era tanta la felicidad que sentía de estar ahí y los días que nos esperaban que poco me importo la lluvia que caía y el frío.
Al día siguiente luego de hacer un poco de turismo con la familia y un buen almuerzo emprendimos viaje a un río cercano. Era el gran debut de mi cuñado Alejandro y un río que desconocía por completo. El clima idéntico al día anterior y no se notaba actividad de truchas.
El río traía mucha agua y su desarrollo presentaba muchas corrientes y obstáculos que lo hacían muy difícil de wadear. No era el mejor sitio para el inicio de Ale.
Lo positivo fue enseñarle algunas nociones básicas de cómo moverse en el río.
Parece mentira, recuerdo como si fuese ayer aquella maravillosa mañana en Alfarras en la que cumpliste mi sueño.
Recuerdo aquel pozón donde se movían los barbos y pude capturar mi primera trucha a mosca!!!!.
Lamentablemente Alejandro no contó con un instructor tan preparado como vos, que planificaste minuciosamente mi inicio en este hermoso mundo.
Los días pasaban en ríos desconocidos para mí y el clima no ayudaba. Hasta que decidimos cambiar la estrategia y adelantar la partida hacia San Martín de los andes (sitio que Amo y visito año tras año). Al llegar me sentía en casa, como si continuaran los días de la temporada anterior.
Esa misma tarde fuimos a probar suerte al Chimehuín, un lugar de ensueño. Dejamos el auto a un costado de la carretera y tras cruzar el puente caminamos cerca de 2 kms por un campo que bordea el río. Un sitio digno de visitar en donde nos encontramos con vacas, liebres flores montañas de fondo y el río a un lado. UN CUADRO DE PICASO!!!!!.
A diferencia del mes de diciembre de 2009 el río traía muchas más agua y bajaba con mucha fuerza. De todas formas ingresamos al río y a los pocos minutos ya tenía mi reencuentro con mis amigas. No así Alejandro que estaba haciendo sus primeras armas y comprendiendo la diferencia con la pesca de cebo.
La tarde se desarrollo entre piques , risas y mucha naturaleza!!. Te cuento también un momento no muy agradable que pasamos. Resulta que veníamos pescando río abajo en el sentido que corría la corriente , Alejandro por el centro y yo buscando el veril izquierdo de río, en determinado momento me encuentro con un colega que venía pescando río arriba el mismo veril que yo.
Unos 35 metros antes de nuestro encuentro, cambio mi postura hacia el centro del río (para que tengas una referencia es un río ancho y en ese momento más o menos tendría unos 20 mts de costa a costa). Alejandro percibe que este colega se había molestado conmigo, la jornada concluye y regresamos al auto. Comenzamos a cambiarnos y a nuestro lado teníamos un pescador que estaba también desarmando los equipos. Le pregunté qué tal la jornada? y me dice bien hasta que apareciste tu, en ese momento supuse que se trataba de una broma pero al instante recordé que era el pescador que encontramos en el río. Le pregunté porque estaba molesto y de mala manera me dice “por tu mala leche y falta de ética” me subió un calor y le dije “a lo sumo desconocimiento pero nada de lo que tú dices”. Le vuelvo a preguntar y me contesta de la misma forma como sobrándome, Alejandro a un lado atento no podía creer lo que estaba pasando.
Entonces le digo, mira yo estoy aprendiendo y hay cosas que todavía no conozco, si realice una mala maniobra te pido que me indiques cual fue y tratare de modificarla en futuras salidas, a lo que nuevamente me contesta sentido común!!!. Acto seguido se presenta como guía de la zona y nos comenta que su pasión sobrepasaba su espíritu de docencia y que ya no lleva clientes novatos a pescar porque termina enojándose con ellos. En ese momento le digo con más razón si eres guía tienes que dar el ejemplo y aconsejar a los pescadores con menos experiencia. Al escuchar esto lo mira a Alejandro y se da cuenta que éramos dos pescadores novatos e intentó arreglar las cosas.
La verdad para mi gusto con poca humildad ya que en cada actitud realzaba sus virtudes y experiencia. Intentó darle algunos consejos a Alejandro pero lejos de lo práctico y aplicable para una persona que se inicia. Ejemplo: para explicarle a Alejandro el rollcast, nos enseñó como él podía castear la línea sin el uso de la caña y algunas otras vanidades.
En fin…. La jornada terminó con algún gustito amargo porque no pude lograr que Ale capture su primera trucha. Esa tarde me contacté con un amigo que vive en san Martín y quedamos para el día siguiente.
Nos encontramos pasado el mediodía y el destino era nuevamente el Chimehuín pero en esta oportunidad un sector del río que yo desconocía. Mi amigo lo recomendó por su baja presión de pesca ya que es difícil acceder para las balsas de los guías.
Las horas pasaban y no obteníamos piques, la paciencia de Alejandro se estaba terminando hasta que llegamos un sitio más tranquilo del río en donde de un momento a otro las truchas se activaron y Alejandro pude festejar su primera trucha!!!! Una emoción seguida de otra.
Se escuchaba la risa de Ale pique tras pique. Una tarde que recordamos en cada charla de pesca.
El viaje estaba llegando a su fin y solo nos quedaba una mañana de pesca.
Arrancamos muy temprano y a las 7:30 estábamos ingresando al agua!!!!!. La estrategia era la misma del primer día que aplicamos en aguas del Chimehuín. Así que nos metimos en el río y antes de llegar a la otra orilla me detuve, la estrategia era pescar a la Polaca debajo de los arbustos como me enseñaste.
La mosca elegida era una ninfa color verde oliva. En la primera presentación sentí un pique muy brusco a muy poca distancia de mi posición. Tan bruto fue el embate que se llevo toda la línea y comenzaba a llevarse el backing. Una macho fario de muy buen tamaño. Cuando parecía que la acercaba encaraba aguas abajo y se alejaba. Esto duró unos 18 minutos aprox. hasta que parece que se rinde, digo parece porque se encontraba a una distancia que no la podía tomar con mis manos (tenía toda la línea fuera y buena cantidad de backing. La fuerza del río quería arrastrarla y se encontraba en una zona donde un metro más y entraba en un sitio donde el agua hacía una pequeña caída y despedía con mucha fuerza.
Imposible de acercarme y con el tipet 4X no podía hacer mucha fuerza. Me era muy difícil mantener la estabilidad en el lugar ya que la fuerza del río se hacía sentir en mis piernas y cintura. Alejandro intenta acercarse a la trucha pero se hacía muy difícil, en un momento llegó a ponerse muy cerca de la línea pero aún lejos de este hermoso ejemplar y quiso tomar la línea con la mano, ni bien la tocó, la trucha hizo fuerza y el delgado tipet cedió.
Una vez más me di cuenta de cuánto me falta aprender…… Fue un momento mágico mezcla de desazón y alegría. Cuando intento guardar línea en el carrete me doy cuenta que el mismo estaba flojo y que se salió el tornillo que lo ajusta. El carrete cae al agua desenrollando línea y backing al querer recuperarlo. No me quedo otra que meter la mano y medio torso incluida la cabeza bajo el agua ya que la profundidad que tenía era un poco por encima de la cintura. Pude recuperar el carrete pero el torillo obvio ya estaría muy lejos. Al mismo tiempo Alejandro que había quedado en la posición cercana a donde el agua entraba en la zona rápida me dice “Diego ayúdame que me lleva el agua”, no podía volver hacia atrás en contra de la corriente y tampoco avanzar con la corriente porque tomaba mucha fuerza. Al intentar moverse en forma lateral el agua tendía a llevarlo hacia adelante. Así que desde afuera me acerque como pude a intentar ayudarlo, busque una rama fuerte y se la extendí, la tomó con fuerza y pudo salir. Qué momento!!!!!
Caminamos junto al río reflexionando de lo ocurrido por un rato hasta pasar la zona de rápidos y la adrenalina de la fario nos lleva a olvidar el susto y volver nuevamente al río.
A los pocos minutos la risa de Alejandro volvió y los piques la acompañaban. Esta ninfa seguía regalándonos alegría. Por mi parte tenía el carrete sin la fijación del tornillo, por este motivo solo podía sacar línea con mucho cuidado porque sino este volvía al agua cosa que me pasó en varias oportunidades.
La mañana pasaba y mi cabeza seguía recordando la Fario. Alejandro disfruto de muchos piques hasta que una linda arco Iris se llevo su ninfa de piercing. Disfrutamos un rato más de ese lugar increíble y decidimos dar por finalizada la jornada y por consiguiente nuestra temporada hasta el próximo año.
A la noche ya en cama, luego de disfrutar de un rico cordero patagónico a la parrilla que preparó mi amigo Alejandro, la película de ese momento en el río no dejaba de pasar e imaginar distintas formas de actuar, hasta la fantasía de dejarme llevar río abajo con la fario prendida al mejor estilo Brad Pitt en “Los ríos de la vida”.
Hoy forma parte de mis recuerdos y estoy contando los días para tener mi revancha la próxima temporada!!!!
Espero que te guste el relato, te mando un fuerte abrazo.
Diego
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario