Tras el fiasco de la "ofensiva relámpago" en Malagarriga (pescando solo la trucha de salvar el bolo), las truchas de Pedret salvaron una jornada doble que parecía condenada a la mediocridad. |
JORNADA DE PESCA Nº 765
De uvas a peras, de tanto en tanto, aunque en absoluto con frecuencia, hay que ir pasando por el Coto de Malagarriga, en el río Cardener. Más que nada, porque este coto, y también este río, dan muchas sorpresas, y aunque la mediocridad parezca la tónica dominante, no es descartable que algún día, totalmente a contra pronóstico, terminemos aquí haciendo una pescata de escándalo, o metiendo en el salabre un salmónido o un ciprínido de esos que quitan el hipo. Ya os digo: no es lo normal, ni lo habitual, ni tan solo sucede con asiduidad, pero sorpresas te da la vida y la pesca aún más, y el Cardener en su tramo medio, sobre todo entre Súria y Cardona puede darnos más de una.
Sigo con mucho retraso en el reporte de mis jornadas de pesca en este, nuestro blog. Es lo que tiene el haber disfrutado de muchos días de pesca por un lado, y por otro el tener muy poco tiempo, entre obligaciones laborales y familiares, para sentarse delante del ordenador a escribir los pertinentes artículos.
Ahora mismo, y a tiempo real, estamos encarando la recta final de noviembre, y aquí estoy, en un atardecer ya oscuro, escuchando la Sinfonía nº 4 de Emilie Mayer mientras escribo sobre un día de pesca de mediados de octubre pasado, en concreto su segundo sábado, en el que se me ocurrió acercarme a Malagarriga a ver si por casualidad sonaba la flauta. .
Como todas las referencias que había compilado últimamente, sobre este coto intensivo, no eran precisamente halagüeñas (caudal alto y turbio, poca trucha y abandono general de las orillas y caminos al dominio de la maleza), me curé en salud y, siendo previsor, también saqué un ticket para ir a Pedret "por si acaso".
Tras un viaje relativamente corto, pues Malagarriga es uno de los destinos de pesca que tengo más cerca de mi domicilio, y un frugal y rápido desayuno en Súria, un poco antes de las ocho de la mañana estaba ya en la parte más accesible para vehículos del coto, en concreto junto a la pasarela, viendo como el río bajaba ligeramente crecido y con el agua de un marrón claro todo y que no había llovido en toda la semana.
El color del agua, y el caudal poco confortable para el vadeo, me aconsejaban tomar las de Villadiego e irme a Pedret, en donde a buen seguro bajaría el caudal mucho más manso, y el agua tendría una claridad más prístina. Sin embargo, ya que tenía el ticket comprado, que menos que probarlo, ni que fuera un par de horitas, a ver si todo y las malas condiciones para la pesca se daba alguna sorpresa. Sin embargo, la primera y desagradable fue que, mientras me cambiaba de ropa tranquilamente, llegó un coche con tres pescadores de una cierta edad (digamos que de la tercera), y en un pis pas, aprovechando que ya iban medio cambiados, montaron con celeridad dos de ellos las cañas de cucharilla, y un tercero la de cebo, y se pusieron a pescar justo en donde yo pensaba empezar a hacerlo. En fin, el río es de todos, y todo eso... y total ¡será por río!. Así que tras darles los corteses buenos días y desearles buena pesca, me fui caminando por el camino que lleva a la caseta de pescadores, a fecha de hoy en bastante estado de abandono, con la intención de hacer unos lances justo en la tabla cercana, para luego ir bajando por la orilla, hasta las cercanías de Can Flautes con miras a volver hacia el coche pescando río arriba.
Quiso la suerte, que a las primeras de cambio, y pescando corto con la ninfa, capturase al tercer lance como mucho, una trucha irisada de las típicas, anodinas y muñonas con las que suelen repoblar este y otros cotos intensivos, y que estaba realmente pegada a la orilla. La cosa comenzaba bien, evitando el bolo a escasos minutos de comenzar a pescar, pero ahí terminaría todo: esa fue la única captura del día en Malagarriga. tras una mini-jornada que acabaría apenas dos horas mas tarde.
Al no recibir más picadas en esa postura, salí del río y volví a bajar por el sendero que lleva a la curva de Can Flautes, con la intención de volver luego al coche pescando aguas arriba. Esta excursión también fue breve pues, nada más observar la orilla, me dí cuenta de que volver a entrar en el río sería toda una odisea, dado el estado de abandono de la misma al reino de la maleza y las zarzas. Por eso, en vez de alejarme demasiado del coche, preferí buscar un hueco por donde entrar en el río sin rasgarme el vader, ni dejarme la ropa hecha trizas.
Penoso, pero cierto: los accesos al río están completamente enmarañados, cosa que da a pensar de que cada día pesca menos gente en este intensivo, y que la poca que lo hace se centra en la zona de la pasarela, que es la que todavía tiene los accesos al río más expeditos.
Como pude, y no sin esfuerzo, entré y salí varias veces del río, de donde tuve que salir apenas dadas cuatro varadas, con las ninfas, al agua marrón (incluso me pareció que el caudal había aumentado ligeramente, y que bajaba todavía más turbio), dado que la poca transparencia del agua no me garantizaba un vadeo seguro.
Así pues, cada vez que salía del río era labor de Sísifo el volver a entrar en él, y cuando lo conseguía pescaba inseguro y estresado, temiendo perder pie, resbalar en una roca o quedarme adherido a una costra de barro pestilente, estando más pendiente de asegurar mi posición que no de pescar con atención. Para mayor contratiempo, comencé a perder material, enganchando ninfas en rocas y troncos que no veía, y que ni tan solo podía intuir.
Fiasco total, pues. Este vez, la visita a Malagarriga se saldó con apenas la trucha de "salvar el bolo". De vuelta al coche, dispuesto a recoger bártulos, con miras a ir a aprovechar el día en las aguas más claras y menos revueltas del Llobregat, me encontré con el trío de pescadores que habían corrido a pillar la postura en la que yo hubiese querido empezar a pescar. Todo y estar en la zona más querenciosa del coto, allí donde se sueltan -para comodidad de los encargados de las (pobres) repoblaciones- las escasas truchas que cada tres semanas le tocan a este intensivo, ni los dos pescadores de spinning, cubriendo más agua con sus lances, ni el de cebo, con la ventaja añadida de pescar con la modalidad reina de las aguas turbias, habían hecho gran cosa, y de ello se quejaban, repitiendo el mismo mantra: "es que dicen que echan y no echan", "es que dicen que echan y no echan", "es que dicen que echan y no echan", pues solo habían capturado cuatro truchas ente tres pescadores. En fin, buenos días de nuevo, que les vaya bien y como decimos en Catalunya: bon vent, i barca nova (1).
El viaje de Malagarriga a Pedret me ocupó apenas cuarenta y cinco minutos, evitando la ratonera que siempe supone la estrecha y sinuosa carretera, repleta de curvas, que va de Súria, en el Valle del Cardener, a Balsareny, en el Valle del Llobregat, y dando un rodeo por Sant Joan de Vilatorrada para ir siempre por carreteras principales y vías rápidas.
El día había comenzado con sol, aunque con temperaturas más bien contenidas (unos 8º C a la hora de iniciar la acción de pesca). Al llegar a Pedret, seguía luciendo el sol, pero la temperatura, a diferencia de otros sábados del presente y mayormente caluroso otoño, no se disparó, y apenas alcanzó el mercurio los 12º C cuando llegué a mi destino, la parte media del intensivo de referencia de la cuenca media del Llobregat.
Comenzar la segunda parte de la jornada a una hora tan tardía como las doce menos cuarto. y además arrastrar "hambre de pesca" de la primera parte, me hizo ir directamente a las "zonas calientes" del río, en donde en las jornadas precedentes (tres de seguidas en este coto) había encontrado mucha actividad.
No fallaron mis previsiones: allí estaban las truchas, moscardeando con ganas, precisamente en el mismo sitio en que la semana pasada había estado de Training Day de lance con mi amigo Josep S. (2). Reconozco que esta vez, y tras el semi-bolo de horas antes en el intensivo del Cardener, estuve quizás demasiado especulativo, y en vez de empezar pescando directamente a mosca seca, lo hice con el tándem de seca y ninfa que en semanas anteriores, y en este mismo coto, resultó definitivamente killer, o sea: imitación de rhytrogenas y mini-perdigón rojo chillón.
El inicio de la acción de pesca, en esta segunda parte de la jornada, fue realmente explosivo: en poco menos de un veinte minutos ya había capturado, con la imitación subacuática, tres truchas irisidas y una fario.
Temiendo que la excesiva eficacia del perdigón me privase de tomadas en superficie, y satisfechas ya las ansias por volver a tocar escama, rehice el bajo de línea y pasé directamente a pescar a mosca seca, optando por tentar a las truchas con una imitación de efémera generalista, ya que en aquel momento estaban eclosionando bétidos.
A pesar de que las picadas se espaciaron en el tiempo, las truchas siguieron respondiendo de un modo positivo, y no me importó mucho el que me llevase más tiempo hacerlas picar, ya que estaba gozando de la pesca como a mi me gusta, o sea a mosca seca y sobre cebas vistas, y de un tipo de escenario de los que me encanta pescar: una larga tabla de escasa corriente y poca profundidad. Todo un lujo, a pesar de que cuando uno está así de entretenido, y así de relajado, el tiempo no corre sino vuela, y cuando me dí cuenta ya eran las cuatro y media de la tarde, mis lumbares pedían reposo, y mi estómago una bien merecida merienda.
En esta segunda fase, a mosca seca, de la segunda parte de la jornada, terminé capturando cuatro truchas irisadas y una trucha fario. El subtotal de Pedret no mentía: siete irisadas y dos fario, o sea predomino aplastante de las recién repobladas, posiblemente causado por la llegada del camión cisterna de la piscifactoría a las latitudes del coto que quedan más abajo del puente que fue del ferrocarril, tras la reciente reparación del mismo (3).
Cosa curiosa, y para ser un sábado de relativo buen tiempo, en Pedret vi bien pocos pescadores, como mucho un par que pescaban a cucharilla y bien de lejos. Puede que muchos sigan pensando que solo se repuebla la parte de arriba... o puede que la fiebre por anar a buscar bolets (4) siga apartando a la parroquia del río. Si se trata de esto último, por mi, que continúen.
No fue hasta que me estaba cambiando de ropa, tras pescar, que reparé en que ese había sido el último sábado de la Temporada de Salmónidos 2015, por lo menos en la baja montaña y para los que pescamos sin muerte. Una larga temporada que había comenzado en Ripoll, en un día frío que termino en nevada, y durante la cual había soportado uno de los veranos más calurosos de los últimos tiempos. Otra temporada más de la que me resisto a hacer balance alguno, más que nada porque para mi dejó de tener sentido ese concepto ya que pesco todo el año, y pienso seguir haciéndolo si la suerte y las fuerzas me acompañan.
(1) Una frase hecha, que viene a decir algo así como "Ahí os quedáis".
(2) Ver el artículo JP-764, del 03/10/2015 en este blog.
(3) Ver el artículo JP-763, del 29/09/2015 en este blog.
(4) Ir a buscar setas. Una actividad lúdico-recolectora muy popular en toda España, que en Catalunya alcanza cotas de auténtica histeria colectiva.
JORNADA DE PESCA Nº 765
Sábado, 10 de octubre de 2015
Temporada 2014 - 2015 - Nº 46
Temporada de Salmónidos 2015 - Nº 31
Coto Intensivo de Malagarriga - LL25 A/B
Río Cardener
Modalidad del ticket: sin muerte
Coto Intensivo del Pedret - LL03 A/B
Río Llobregat
Modalidad del ticket: sin muerte
Pescador: Ferran RUBINSTEIN
Capturas:
En el Coto Intensivo de Malagarriga - LL25 A/B: 1 trucha arco-iris a ninfa.
En el Coto Intensivo del Pedret - LL03 A/B: 4 truchas arco-iris a mosca seca, 3 truchas arco-iris a ninfa, 1 trucha fario a mosca seca y 1 trucha fario a ninfa.
Equipo de pesca a mosca:
Caña: Vision GT four - 9 pies - línea 5
Línea: Adams 6 WF - flotante
Carrete: Adams
Climatología; soleado y fresco.
Caudal:
En el Coto Intensivo de Malagarriga - LL25 A/B: medio-alto, con el agua muy turbia..
En el Coto Intensivo del Pedret - LL03 A/B: medio-bajo.
Condiciones de vadeo:
En el Coto Intensivo de Malagarriga - LL25 A/B: río vadeable con dificultad, debido a la poca transparencia del agua, siendo aconsejable el uso del bastón de vadeo.
En el Coto Intensivo del Pedret - LL03 A/B: río vadeable con facilidad, salvo en las grandes pozas, no siendo imprescindible, aunque si recomendable, el bastón de vadeo.
Hora de inicio de la jornada:
En el Coto Intensivo de Malagarriga - LL25 A/B: 08,15 h.
En el Coto Intensivo del Pedret - LL03 A/B: 11,45 h.
Hora de finalización de la jornada:
En el Coto Intensivo de Malagarriga - LL25 A/B: 10,30 h.
En el Coto Intensivo del Pedret - LL03 A/B: 16,30 h.
La música de hoy:
Viaje de ida (a Malagarriga):
Sinfonía nº 3
Johannes Brahms
"Ball Suite"
Franz Lachner
Viaje de vuelta (desde Pedret):
Sinfonía en "SI" bemol menor
"Viviane"
Ernest Chausson
"Variaciones sobre un tema de Haydn"
Johannes Brahms
Rapsodia Húngara nº 2 (versión orquestal)
Franz Liszt
(Durante el viaje entre Malagarriga y Pedret no escuché música, ya que estuve oyendo las noticias de la radio).
Líneas Tensas!
Ferran RUBINSTEIN
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