JORNADA DE PESCA Nº 760
Tras el larguísimo verano de calor extremo, que no lograron mitigar las tormentas del mes de agosto, el primer fin de semana de septiembre, tras el paso de un enésimo frente, fue inesperadamente fresco, y el alivio térmico, declarado descenso en las comarcas pirenaicas, nos hizo vivir la ilusión de que el otoño estaba llamando a la puerta. Vana ilusión, pues el verano regresó con fuerza a los pocos días.
Tras las vacaciones de verano, y de un poco mas de un mes sin vernos, en la jornada de pesca que nos ocupa, del primer sábado de septiembre, tuve el placer y la ocasión de volver a pescar con mi amigo Dmitriy Girshin, un joven aunque muy experimentado pescador de lance ligero ruso, que los asiduos lectores ya conocen de otras aventuras de este blog.
Todo y que el Ter bajaba ligeramente chocolateado por Sant Quirze de Besora, en donde paramos a tomar un café de camino hacia Ripoll, al llegar a la ciudad cuna de Catalunya nos encontramos con sus ríos, tanto el Ter como el Freser, con un caudal medio y tan solo con una ligera turbidez verdosa. O sea, en condiciones totalmente pescables.
Lloviznaba sobre la villa, como lo había hecho a ratos durante el viaje por carretera, cuando fuimos a desayunar a la pastelería a paso ligero, pues los escasos 9 º C de temperatura, unidos a nuestra vestimenta de verano, invitaban a buscar cobijo y café con leche caliente sin demora.
Satisfecha la primera colación, Dmitriy se cambió mucho mas raudo que yo, y antes de las nueve de la mañana ya había partido hacia el río. Yo, por mi parte, enfrascado en tareas como rehacer el bajo de línea y ordenar un poco el maletero del coche, tardé como media hora más, el tiempo justo para que dejara de lloviznar e incluso saliera un sol que no se impondría a las nubes en todo el día, y que apenas hizo subir el mercurio más allá de los 21 º C a primera hora de la tarde.
Confieso que esperaba mucho más de esta jornada en Ripoll, compartida -como siempre, de un modo relativo, ya que como pescadores de diferentes modalidades cada cual fue a su avío- con mi amigo Dmitriy . Capturamos quince truchas cada uno, pero muy pocas pudieron considerarse unas dignas adversarias. Mucha fario pequeña, pero las grandes no dieron la cara en ningún momento. Como mucho, Dmitriy capturó cinco truchas que pasaban de los 30 cms., sin llegar a rozar los 35, mientras que yo solo conseguí un par de ejemplares de esa longitud. Sin embargo, e hilando fino, quizás mi jornada fue mas rentable que la de Dmitriy, ya que terminé capturando el mismo número de truchas empleando menos tiempo de pesca y prospectando menos longitud de río.
Al igual que en la última jornada de pesca en Ripoll, pescando en el mismo y exiguo tramo del Freser que en aquella ocasión, y con un aparejo de dos ninfas muy similar (1), el inicio del día fue fulgurante en resultados: en menos de media hora ya había capturado ocho truchas casi seguidas, incluyendo un doblete con las dos ninfas (truchas 5 y 6) y se me habían desclavado, tras rápidos ataques, al menos cuatro truchas más. Luego, a medida que me acercaba al puente peatonal, que marca el límite con el refugio de pesca, las picadas se fueron espaciando, así como las capturas efectivas, por lo que cerca del mediodía había conseguido capturar doce pintonas, todas de un tamaño muy contenido, con la excepción de un par que estarían, a mucho estirar, un poco por encima de los treinta centímetros.
Posiblemente, uno de mis peores males como pescador sea lo rápido que me acomodo cuando las cosas van medianamente bien. Lo reconozco; soy muy poco competitivo, ni tan solo conmigo mismo, y el conformismo puede con la ambición. De lo peor que me puede suceder, es que, rota la amenaza del bolo. a hora muy temprana, cuando no lleve ni media jornada ya haya pescado más de diez truchas, pues entonces viene un bajón psíquico que se traduce en una total laxitud. Así pues, lejos de ir a prospectar nuevas zonas, o de moverme para seguir capturando truchas, estuve más preocupado en pescar largo que no en pescar efectivo, y prueba de ello es que volví a repasar todo el escenario pescado, pero haciéndolo aguas abajo, lanzando a la corriente un tándem de seca (tricóptero) y ninfa muy pequeña (perdigón) en busca de picadas en superficie.
Esta vez, tampoco la estrategia de "contrapescar" las corrientes fue productiva. Como mucho, en el bullir del espumerío, justo debajo del puente del paso a nivel, capturé la única trucha a mosca seca del día, todo y que, apurando la prospección hasta justo antes del puente del ferrocarril, aun tuve tres picadas más al tricóptero que no conseguí materializar en capturas.
Pasada la una de la tarde, tuve que hacer auténticos esfuerzos de voluntad para no volver oootraaaaaaa veeeeeez a repasar el mismo escenario, que ya había pescado de subida y de bajada. Abandoné el Freser, y hecho un mar de dudas, sobre que hacer, cómo pescar y a donde ir, me perdí un rato por el dédalo de callejuelas del barrio mas cercano al río Ter, para acabar, al final, junto al coche, aparcado en Can Guetes (2), tomando un te con limón de mi neverita portátil y rehaciendo el bajo de linea.
Ya que estaba en plena zona libre sin muerte, probé otro escenario que me había sido muy propicio la semana anterior, pero esta vez, el precio a pagar de pincharme con zarzales e irritar la piel con ortigas, no tuvo ninguna recompensa.
Para no tirar la toalla a una hora demasiado temprana, salí del río y me encaminé a un sector más "civilizado" de la zona libre sin muerte: la salida de aguas de la Font Viva, en el pequeño parque fluvial en medio de la villa. Allí estaba, pescando largo con el tándem, sobre las corrientes que confluyen con la salida del manantial al río, cuando me alcanzó Dmitriy, que como buen correcaminos fluvial venía andando desde muy río abajo. Mientras peleaba yo con la que sería la penúltima de mis truchas del día, que había picado al perdigón del aparejo, Dmitriy clavaba con la cucharilla ondulante la que también era su trucha número catorce. Antes de que el siguiera con sus raudas prospecciones, y yo con las mías más lentas, tuvimos tiempo de ponernos al día de nuestras andanzas: para ambos, un día de mucha actividad, pero poca tensión de línea que doblara en serio la caña.
Poco antes de llegar a la gran balsa de aguas paradas, que hay cerca ya de Can Guetes, en las corrientes vivas un poco más arriba del puente peatonal aun tuve la ocasión de clavar, otra vez con la ninfa del tándem, la que sería mi última trucha del día, un día de pesca que terminó en la balsa, pescando a mosca seca sobre cebas muy tenues de peces que no sabía muy bien si se interesaban por pequeños dípteros, o por una mínima eclosión de ignitas. El caso es que con una imitación de pequeño cénido conseguí la picada de "algo" (¿trucha?,¿bagra') cuya captura no logré. pues se me desclavó enseguida. Y aquí terminó todo lo que a pesca, por mi parte, hubo en este día.
Una vez cambiado de ropa, aun tuve que esperar un rato a que Dmitriy se reuniera conmigo, pues quería apurar al máximo el día. Cuando por fin llegó al aparcamiento, venía también exhausto, y en ese última tramo de jornada, desde que nos habíamos visto en el parque fluvial, había capturado solo una trucha más, la número quince de su cuenta particular..
Anduvo mucho Dmitriy, remontando el Ter desde casi la Colonia Santa María hasta el casco urbano de la ciudad, dando un repaso al mismo tramo del Freser que había machacado yo hasta la saciedad, y vuelto al Ter para pescar la zona libre sin muerte, desde el puente del ferrocarril hasta un poco más arriba de Can Guetes. Un gran desgaste físico, pero que está al abasto de su excelente condición física, a sus envidiables treinta y pocos años...¡quien los pillara!.
Las capturas de Dmitriy se espaciaron mucho a lo largo del tiempo efectivo de pesca, y no hubo una zona concreta que se pudiera considerar "caliente", ni tan solo la de los aledaños de la estación del ferrocarril, que tiene fama de dar "truchones"; allí precisamente apenas si clavó un par de las este día habituales truchas fario pequeñas. Le fallaron algunas zonas, que en otras visitas le habían sido muy propicias y, por el contrario, capturó los mejores peces del día en lugares en donde no se lo esperaba. En fin, la pesca es así, una caja de sorpresas, un partido de resultado incierto, que siempre comienza con el marcador a cero, o un melón por abrir que puede resultar ambrosía o pepino, y esta visto que todo esto vale tanto para los pescadores del metal giratorio u ondulante, como para los que utilizamos el sedal pesado.
En fin, por capturas no nos pudimos quejar. Lo de la tensión de líneas y el tamaño de los peces ya es otra cosa, pero a la hora de la merienda, justa recompensa a nuestros esfuerzos a pie de río y dentro del mismo, el único tamaño que nos importó fue el de los brazos de gitano y palos de nata, trufa e incluso fresa que nos comimos. Y es que Ripoll, es una ciudad pródiga en arte, rica en truchas y cuenta con excelentes pastelerías, atractivo para mi tan importante como puede ser su famoso monasterio.
(1) Leer el artículo Jornada de Pesca Nº 758, del 20 de Agosto de 2015, en este blog.
(2) Bar y alquiler de bicicletas junto al aparcamiento de la "Ruta del Ferro", junto al río Ter.
JORNADA DE PESCA Nº 760
Sábado, 5 de septiembre de 2015
Temporada 2014 - 2015 - Nº 41
Temporada de Salmónidos 2015 - Nº 26
Coto de Ripoll-Campdavànol S. M. TE09B
Ríos Ter y Freser
Zona Libre S. M. de Ripoll - ZLLSM-TE09
Río Ter
Pescadores:
Dmitriy Girshin
Ferran RUBINSTEIN
Capturas:
En el Coto de Ripoll-Campdavànol S. M. TE09B:
Dmitriy Girshin: 10 truchas fario con cucharilla
Ferran RUBINSTEIN: 13 truchas fario a ninfa y 1 trucha fario a mosca seca
En la .Zona Libre S. M. de Ripoll - ZLLSM-TE09:
Dmitriy Girshin: 5 truchas fario con cucharilla
Ferran RUBINSTEIN: 1 trucha fario a ninfa
Equipo de pesca a mosca (solo Ferran RUBINSTEIN):
Caña: Vision GT four - 9 pies - línea 5
Línea: Adams 6 WF - flotante
Carrete: Adams
Climatología; nubes y claros, con temperatura fresca.
Caudal: medio
Condiciones de vadeo: ríos vadeables con precaución, siendo recomendable el uso del bastón de vadeo .
Hora de inicio de la jornada (en el coto):
Dmitriy Girshin: 09,00 h.
Ferran RUBINSTEIN: 09,30 h.
Hora de finalización de la jornada (en el coto):
Dmitriy Girshin: 13,55 h.
Ferran RUBINSTEIN: 13,15 h.
Hora de inicio de la jornada (en la zona libre sin muerte):
Dmitriy Girshin: 14,00 h.
Ferran RUBINSTEIN: 13,30 h.
Hora de finalización de la jornada (en la zona libre sin muerte):
Dmitriy Girshin: 17,30 h.
Ferran RUBINSTEIN: 17,00 h.
La música de hoy:
No han habido audiciones, en la jornada de hoy, debido a que he aprovechado el tiempo de viaje para conversar con mi amigo Dmitriy Girshin. No obstante, como música de fondo, han sonado obras de Raff, Glazunov, Schumann y Rheimberger.
Líneas Tensas!
Ferran RUBINSTEIN.
Buenas
ResponderEliminarDesde luego que preciosidad de ejemplares. Se disfruta mas (personalmente) de sacar bellezas así, que no en sacar muchas piezas
Enhorabuena
Saludos
Totalmente de acuerdo, amigo MAN. Cada cual que pesque como quiera, pero a mi que me dejen disfrutar de la calma del río, y de pescar sin especular, libre de presión, y viéndome muy libre de opiniones ajenas, sobre todo de aquellos que pretenden más adoctrinar que enseñar, y que venderían su caña al diablo por un mísero "like" en Facebook. Un abrazo y Líneas Tensas!
ResponderEliminarFerran.