"Si, al igual que yo, sois de los que creeis que tenéis poco que enseñar, mucho que aprender y aún más que compartir, éste es vuestro blog".

sábado, 30 de marzo de 2013

JP-646. COTO DE RIPOLL - CAMPDEVÀNOL S. M. TE09B. Jueves, 28/03/2013



El retorno a Ripoll de esta temporada ha sido en un Jueves Santo de gran  variabilidad  meteorológica, cosa muy habitual en Semana Santa. Por suerte, el río bajaba con un caudal ideal tanto para la pesca como para el vadeo.

La primera trucha del día, pescada en las corrientes del Jardín Botánico me hizo pensar que las "sardinillas" volverían a ser protagonistas de la jornada, como lo fueron la semana pasada en Guardiola de Berguedà. 

El coto unificado de Ripoll y Campdevànol no es una reserva genética como  las que hay unos kilómetros río arriba, y por ello también se pueden sacar truchas con un claro origen de repoblación.

Incluso bajo un cielo gris, plomizo y todavía invernal, la ciudad de Ripoll ofrece estampas urbanas de gran belleza

Una de las muchas aperturas de claros a lo largo del día. Esta coincidió con el inicio de mi acción de pesca en Ordina, a primera hora de la tarde, tras haber estado pescando en Font Viva por la mañana.  

Preciosa trucha fario de Ordina. unas de mis queridas "Ordinetas". Gran parte de las capturas el día las hice en blandos laterales de la corriente.

Tras un gran concierto de truenos, que quedo en cuatro gotas mal contadas, tuve la suerte de que el final de la jornada coicidiese con un largo rato de sol, tras otra apertura de claros, lo que me permitió cambiarme de ropa en seco antes de ir a tomar una bien merecida merienda.


JORNADA DE PESCA Nº 646


Como viene siendo habitual de unos años a esta parte, la jornada de pesca de la semana de vacaciones de Semana Santa ha sido trasladada al Jueves Santo, para poder atender a una larga lista de compromisos familiares durante el resto de las vacaciones.
La jornada de este Jueves Santo ha supuesto mi regreso a Ripoll, en un día de gran variabilidad meteorológica, como suele ser habitual en Semana Santa. Cielo gris y plomizo por la mañana, apertura de claros a mediodía, amenaza de tormenta y cuatro gotas mal contadas a primera hora de la tarde y finalmente una nueva apertura de claros para dar paso a una primaveral tarde soleada. Por suerte, el río bajaba con un caudal ideal, tanto para la pesca como para el vadeo.
Todo y la unificación de los cotos de Ripoll con los de Campdevànol en uno solo, decretada el año pasado, he tenido muy claro que la jornada de pesca de hoy ha estado dedicada a los cotos de la ciudad "Bressol de Catalunya" (1), pescando tanto el corto tramo del antiguo coto sin muerte de Font Viva que está situado sobre el río Freser, como el antiguo y mucho más largo coto tradicional (hoy también, y por suerte, convertido en sin muerte) de Ordina, sobre el mismo río. Espero dentro de poco poder visitar los antiguos cotos de Campdevànol que, todo y estar en el mismo Freser todo y que unos kilómetros más arriba, son otra historia.
Al igual que la semana pasada, he vuelto en esta ocasión a recurrir a los servicios de mi Guideline Fario de 10 pies, a la que he equipado con una largo bajo de línea para pescar "al hilo", tanto con tandems ligeros como "a la polaca" con ninfas de mayor entidad que pequeños perdigones. Seguramente, hubiese pescado mucho más cómodo con la Vision GT Four de 9 pies, pero sabía de antemano que tarde o temprano terminaría pescando el Freser en Ordina cuando este se convierte en un "río pequeño", o sea desde la salida de aguas de la hidroeléctrica hasta el azud de la fábrica Soler y Palau, y ese tipo de ríos encuentro que se pescan con más comodidad con una caña larga que con una caña corta. Supongo que es cuestión no ya de gustos, sino más bien de hábitos.  
Como he dicho un poco más arriba, la mañana transcurrió en exiguo tramo del Freser que antes estaba encuadrado dentro del antiguo coto sin muerte de Font Viva. Todo y lo corto del dominio pescable (no llega ni a doscientos metros, o sea la mitad que la cuerda de una pista de atletismo), y tal como suele sucede a menudo en el mismo, la pesca de las pocas posturas que van desde las corrientes de los dos brazos de río separados por una isla que discurren debajo del muro del jardín botánico hasta el puente peatonal del Raval de Barcelona ha dado bastante de si, arrojó el balance de cuatro truchas fario capturadas y tres picadas más que no se han materializado en captura.
En las corrientes el tándem funcionó de maravilla. Empeñadas en llevar la contraria a los doctores con cátedra en esto de la pesca a mosca, que sentencian que es perder el tiempo plantarse en el río antes de las diez de la mañana en esta época del año, las truchas ya se mostraron activas nada más empezar la jornada a las nueve y media de la mañana. La primera trucha del día, una pequeña fario que no llegaba a un palmo, pescada a ninfa en las corrientes que lamen el muro del jardín botánico, me hizo pensar que las "sardinillas" serían las protagonistas de la jornada, como lo fueron la semana pasada en Guardiola de Berguedà. Pasado el puente del ferrocarril, en esas corrientes para mi míticas en las que tantas jornadas de gloria (2) viví a mitad de la década pasada, otra truchita se clavó, visto y no visto, en el trico del aparejo. Además, tuve dos picadas adicionales a la ninfa que no pude resolver en capturas. ¡Esto se anima!.
Para afrontar las dos únicas pozas del tramo, las que quedan entre el puente del paso a nivel y el puente peatonal, recurrí a un combo de ninfas más pesadas. La ninfa de fondo, una imitación blanca con destellos perla funcionó de maravilla y con ella conseguí capturar dos truchas más, siendo las mismas ya de más entidad que las bellas pero justitas de medida "sardinillas". Una de ellas, con una librea muy blanquecina y sin apenas pintas rojas, es testimonio de que en este coto se hace alguna que otra repoblación, todo y que convive con un buen montón de truchas nacidas en el mismo río (si, si, en un entrono urbano y suburbano, aunque parezca difícil de creer para algunos) e incluso con truchas de las reservas  genéticas de la Vall de Ribes, que se descuelgan  río abajo en los muchos aluviones de agua que son habituales en esta cuenca.
No dudo que un buen repaso a las escasas pero productivas posturas ya pescadas me hubieran dado alguna trucha más, pero al mediodía y coincidiendo con una apertura de claros y una notable subida de temperatura, me puse rumbo al antiguo Coto de Ordina, con la intención de pescar uno de mis tramos favoritos del mismo, el que queda detrás del largo muro de la fábrica "Comforsa", poco después de la salida de aguas de la hidroeléctrica.
A partir del desagüe antes mencionado, el caudal del río mengua, y desde allí hasta la presa del Pla d´Ordina y a veces más arriba incluso, el Freser se convierte en un "río pequeño". Es lo que suele sucede con los ríos secuestrados por multitud de compuertas y canales. Todo fue comenzar a pescar este tramo y el río creció ligeramente y el agua se ensució: nada que no sea habitual en este río, y que se produce cada vez que por algún motivo alguien abre alguna de las múltiples compuertas de los canales. Seguramente, había llegado la hora de darle a la turbina en cualquiera de las muchas minicentrales que hay entr Ripoll y Ribes de Freser.
Las capturas en de este tramo comenzaron en el tramo angosto que hay tras el muro de la fábrica Conforsa, y se fueron prolongando de un modo espaciado, pero sin grandes intervalos de inactividad prolongada, hasta llegar a la presa.
Fueron cinco truchas fario en total, cuatro "ordinetas" (3) muy majas, y otra trucha de esas de librea plateada y claro origen de repoblación. En casi todos los casos, triunfó el pescar blandos laterales de corriente, excepto en la trucha que cerró la cuenta que fue pescada en una débil corriente con apenas dos palmos de agua. Pesca divertida y vistosa, usando una pequeña ninfa con bola de tungsteno de color rojo. No tanto como hubiera sido pescar a seca, pero la verdad es que no había evidencias de actividad por arriba, y la escasez de eclosiones (apenas si se vieron unas pocas rhodani a lo largo del día) me hizo desistir de ir pescando a seca "al agua", máxime cuando tampoco el trico que hacía más de indicador de picada que de otra cosa, fué victima de ningún súbito ataque como lo había sido, todo y que fuera solo una vez, por la mañana en Font Viva.
Poco antes del fin del periplo, a escasos metros del refugio de pesca obligatorio que marca el salto de agua de la presa, comenzó un tremendo concierto de truenos, que junto con el oscurecimiento del cielo hizo presagiar que acabaría volviendo al coche empapado y bajo un auténtico diluvio. Sin embargo, en esta ocasión y siguiendo la tónica de extrema variabilidad meteorológica del día, todo terminó en cuatro gotas mal contadas, y en una rápida nueva apertura de claros que dio paso a una tarde soleada y de benigna temperatura.
Como ya eran casi las cuatro de la tarde, y estaba ya muy cansado al llevar pescando y andando por el río desde las nueve y media de la mañana, no me tomé la molestia de dar un buen rodeo para esquivar la presa y ponerme a pescar río arriba en dirección hacia Campdevànol. En vez de eso, volví dando un paseo y fui a terminar la jornada pescando, durante la última media hora de la misma, algunas posturas de las corrientes que hay entre la comisaría de los Mossos d´Esquadra y el puente de la carretera. En esta ocasión, y sobre todo debido a que esta parte del curso del río queda por debajo de la salida de aguas de la hidroeléctrica, las corrientes bajaban muy vivas y caudalosas, y dado que ni quise arriesgar demasiado en le vadeo, y que seguí pescando muy ligero para tanto caudal, ya no obtuve ni una picada más, y terminé plegando la caña bien cerca de donde tenía aparcado el coche.
Como colofón a esta primera jornada de pesca de la temporada en Ripoll, nada mejor que una buena merienda pastelera, en este caso en la pastelería Costa enfrente mismo del famoso Monasterio de Ripoll, lo que me permitió degustar un croissant de nata y una sara de almendras contemplando esta maravilla del Románico, otro de los muchos alicientes de visitar esta ciudad, cuna de lo que fueron los primeros Condados Catalanes en tiempos Carolingios.  
      



(1) En catalán: Ripoll, cuna de Catalunya.
(2) Muchas fueron las jornadas de pesca memorables en el antiguo coto sin muerte de Font Viva ente los años 2004 y 2008. En esa época era uno de los cotos que más visitaba a lo largo de la temporada. Además de una excelente población truchera, había una muy escasa presión pesquera, pues el mosquerío de "morro fino" estaba más interesado en otras aguas y en otras truchas, y a muchos otros pescadores no les acababa de convencer eso de pescar en aguas urbanas y suburbanas, por lo que durante unos años tuve la suerte de disfrutar de este coto sin apenas "competencia". Con el tiempo, también mi interés por Font Viva fue decayendo, más que nada porque sus dominios pescables eran muy pequeños, y podía terminar encasillándome por comodidad en un mismo sitio, y perdiendo -por pereza- la oportunidad de conocer y pescar otros ríos. De entre esas jornadas memorables, destaca la del 8 de julio de 2006 en la que batí uno de mis records de truchas pescadas a mosca, y que durante años fue para mi un referente de lo que debe ser una jornada de pesca a mosca perfecta. Con el paso de los años, ese record se batió, y he vivido otras jornadas con más y sobre todo con menos capturas que han sido incluso más ricas en emociones. Sin embargo, todavía hoy recuerdo ese día, como sigo recordando con inmensa gratitud el antiguo coto sin muerte de Font Viva, y por ello os invito a compartir el relato que de aquella jornada hice para los foros de la revista digital "Con Mosca", en los foros de la cual participo de forma asidua desde principios del año 2004.      



RIPOLL, BRESSOL DE CATALUNYA. EPISODIO 9.  LAS 31 TRUCHAS DEL APOTEOSIS..


Hola amigos:

¡Sencillamente espectacular! ¡Simplemente brutal!
Ayer las truchas del brazo del Freser del sin muerte de Ripoll entraron en frenesí, y yo supe darles lo que pedían, aunque la verdad sea dicha no le hicieron ascos a nada, pues salí finalmente del río ante la amenaza de otra tormenta con manga de agua y granizo incluida, habiendo capturado (y soltado) nada menos que 31 truchas fario y 1 bagra, que se sumó a la fiesta en representación del partido de los ciprínidos. 
Este es el mejor resultado en capturas que he tenido jamás en una jornada de pesca de salmónidos, incluyendo las de los años en los que aún no pescaba a mosca.
Y lo que es más, resultado obtenido fuera de un coto intensivo de repoblación, en donde todo depende en gran porcentaje de la suelta desde la cuba.
Y por ende en un coto que no tiene precisamente fama de fácil, precisamente por ser un sin muerte y con un gran porcentaje de trucha nacida en el mismo rio.
Estoy empezando a pensar que el secreto de que el sin muerte de Ripoll dé tanta trucha es precisamente que está inusualmente descansado y sus truchas muy relajadas y confiadas. Ayer volví a ser el único pescador allí, al igual que en tántos sábados de esta y la anterior temporada. Por lo que me contaron en el Bar Parada, en donde venden los tickets, este año no viene ni la mitad de gente que venía a pescar a Ripoll, y si lo hacen van a Ordina, el coto con muerte.
Gracias amigos por no venir a Ripoll. Mientras la gente siga teniendo tan pobre opinión de sus cotos y sus rios, los habrán, como yo, que seguirán sacando buen partido y disfrutando de jornadas de pesca tan extraordinarias como la de ayer. 
Creo, sinceramente, que me merecía un día así, una jornada de gloria de este tipo. Los que me conocen saben que soy uno de esos majaras recalcitrantes de la pesca, para los cuales siempre hace buen día para ir al río, aunque esté nevando, diluviando y aunque haya que hacer un montón de kilómetros por carreteras heladas y peligrosas para ir a tiritar metido en el agua y a quitar a sacudidas el hielo acumulado en las anillas de la caña.
Los contertulios que me conocen, saben que he soportado bolos sin rechistar bajo soles de justicia, a pie de ríos desbordados y sucios. Por tanto, creo que a veces, los dioses de la pesca, las ninfas y ondinas de los ríos en nombre de Poseidón, rector de todas las aguas  se apiadan de hombres de tanta fé y de tanta voluntad, y perdonan sus limitaciones regalándoles una jornada como la de ayer, permitiéndoles disfrutar de tener tantas de sus criaturas protegidas en sus manos, sabedores de que las devolveran a esas aguas que son su Reino y de que administrarán su éxito con la humildad necesaria para empezar la siguiente jornada como si lo hicieran desde cero y seguir soportando bolos, remojones, granizadas, políticos corruptos, prohibicionistas con piel de ecologista, y lo que haga falta. 
En acción de pesca, sólo he de decir que pesqué con todo el arsenal (excepto claro, con estrímer que está prohibido en los cotos sin muerte). Pero la estrella indiscutible del día fueron las tan olvidadas y denostadas por la moda moscas ahogadas de pluma de gallo de León. Con un tándem de ellas atado al final del tippet conseguí nada menos que 20 de las 31 truchas... además de la bagra. Estas imitaciones, tan asociadas a la pesca en corrientes, funcionaron incluso en las aguas paradas haciéndolo a ceba vista como si de pesca a seca se tratase. 
Ni tan solo visité el brazo del río Ter. Tan sólo en el brazo del Freser, las pintonas me tuvieron ocupado desde las diez de la mañana hasta las cinco y media de la tarde, hora en la cual me percaté de que de seguir con ese desenfreno, me pillaría otra buena tormenta en el río, y no era cuestión de tentar la suerte
Al terminar mi habitual merienda pastelera,  comenzó a llover. “Ahí está lo que es para mi un perfecto dia de verano” –pensé- “Por la mañana, pesca, por la tarde lluvia y por la noche una buena novela de Stephen King o de Clive Barker mientras escucho los grillos”. La lluvia se convirtió en diluvio en la primera rotonda de salida de Ripoll, y en granizada desde la Farga de Bebié hasta Sant Quirze de Besora. Improvisada percusión para el Concierto para Piano y Orquesta nº 3 de Scharwenka, una de mis piezas habituales para regresos a casa con climatología adversa.  

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TEMPORADA DE SALMÓNIDOS 2.006

Jornada nº  18
Sábado, 8 de Julio de 2.006


Coto Font Viva sin muerte (Ripoll).
Rios Ter y Freser.

Climatología :mañana: soleado y caluroso. Tarde: tormenta.

Pescador:  Ferran RUBINSTEIN.

Capturas: 20 truchas fario y 1 bagra a mosca ahogada, 6 truchas fario a mosca seca y 5 truchas fario a ninfa.
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Por supuesto, lo habeis adivinado. Ayer no hubo remojón con Brummel. ¡Hubo una auténtica ducha con el “olor de la victoria”!.
Y recordad, en los cotos sin muerte, siempre anzuelos sin muerte.
Buena Pesca y Lineas Tensas!


Ferran RUBINSTEIN.

 Mosquero por elección, pero ante todo pescador por devoción.

(3) Nombre cariñoso con el que he bautizado a las truchas fario de Ordina, todo y que no tienen las truchas de este coto un origen homogéneo: la inmensa mayoría de las truchas de este tramo son nacidas en el mismo río, todo y que de vez en cuando se hacen repoblaciones, y que tanto aquí como en Font Viva se pueden sacar incluso truchas arco-iris procedentes de repoblaciones de antaño. Tanto en Ordina como en Font Viva hay una buena población de barbos de montaña o "cua-roig" y de vez en cuando aparece algún que otro barbo común. Las bagras son muy abundantes en Font Viva, pero mayormente en el tramo del Ter, que hoy en día es zona libre sin muerte. En esa zona libre, también hay carpas y barbos comunes. Por supuesto, y al igual que en Ordina, alguna que otra trucha arco-iris puede darnos alguna sorpresa.



JORNADA DE PESCA Nº 646

Jueves, 28 de Marzo de 2013


Temporada de pesca 2012 - 2013 - Nº 19
Temporada de Salmónidos 2013 - Nº 3


Coto de Ripoll - Campdevànol  S. M. - TE09B
Ríos Ter y Freser
(pesca solo en el Freser en esta jornada)

Pescador: Ferran RUBINSTEIN

Capturas: 8 truchas fario a ninfa y 1 trucha fario a mosca seca

Climatología: muy variable: nublado, apertura de claros, amenaza de tormenta, llovizna ligera y sol; temperatura templada.

Hora de inicio de la jornada: 09,30 h.
Hora de finalización de la jornada: 16,45 h.

La música de hoy:

Viaje de ida:

Concierto para piano y orquesta en "DO" menor
Obertura-Concierto en "FA" mayor
Joachim Raff

Concierto para piano y orquesta nº 2
Alexander Glazunov

Viaje de vuelta:

Sinfonía nº 8
Obertura Solemne
Alexander Glazunov

Rapsodia para violín y orquesta nº 1
Béla Bartók

Líneas Tensas!


Ferran RUBINSTEIN.

domingo, 24 de marzo de 2013

JP-645. COTO DE GUARDIOLA DE BERGUEDÀ - LA POBLA DE LILLET S. M. - LL01B. Sábado, 23/03/2013

Una mañana nublada, pero templada, y un río más bajo de caudal de lo esperado y con el agua muy fría. Un panorama muy típico de los primeros compases de la temporada en el coto de Guardiola de Berguedà.
   

¿La "sirenita de Copenhague"? No, es mi amigo Carles Vivé que en esta jornada parece más haber venido de vacaciones al río que no a pescar.

No se han pescado grandes truchas en la jornada de hoy, pero hay que reconocer que  las "sardinillas " del país son realmente preciosas.  

Al final de la jornada, contra pronóstico y de un modo inesperado terminé pescando a mosca seca, sobre las únicas cebas evidentes que vi en una larga jornada de cerca de ocho horas pateando río.   

Los pilares en ruinas de antiguas pasarelas sobre el río son mudos testigos de un tiempo pasado, en donde había mucha más actividad agrícola y ganadera en esta subcomarca montañosa del Berguedà.


JORNADA DE PESCA Nº 645



Tras haber inaugurado la pasada semana la presente temporada de salmónidos en un intensivo como es Pedret, esta segunda jornada, en Guardiola de Berguedà ha tenido un algo de inicio real de la misma, más que nada por volver, tras más de medio año de espera, a uno de esos cotos que mantienen un calendario tradicional, sujetos a una larga veda.
En  esta jornada,  he contado con la compañía de mi amigo Carles Vivé, que ha venido a pescar de nuevo conmigo desde nuestro fiasco compartido en Alós de Balaguer del mes pasado (leer JP-642 en este blog), aunque ha pescado bastante menos horas que yo, ya que se ha enfundado el vader casi tres horas después que yo, y ha salido del río casi una hora antes de que yo plegase la caña. Ya que por la mañana no hemos podido compartir desayuno, por la tarde si hemos compartido una larga merienda de bocatas, tapas y helados en Guardiola de Berguedà, más que nada por el placer de la conversación, que no de celebrar ninguna pescata escandalosa, pues ya os avanzo que el día ha sido muy pobre en capturas, cosa por otra parte bastante habitual en los primeros compases de la temporada en este coto.
Todo y el frío de primera hora de la mañana, cosa bastante normal pues todavía estamos en marzo y la recién nacida primavera aún no tiene ni una semana de vida, el día ha sido de temperatura templada llegando incluso ha hacer calor en las horas centrales del día. El cielo ha permanecido nublado o muy nublado a lo largo de las horas, pero han habido unas cuantas aperturas de claros que han permitido que el sol calentase el ambiente de un modo muy agradable, máxime cuando no ha hecho viento. Esto último, unido a la humedad ambiental, ha dado lugar a una sensación de bochorno. A primera hora de la tarde, por un momento creímos que llegaría a llover, pero contra pronóstico se terminaron abriendo claros.
Tras más de medio año pescando ríos grandes y despejados, la vuelta a un río pequeño y enmarañado como es el Alto Llobregat, me ha hecho desempolvar la Guideline Fario de 10 pies, caña larga para pescar de punta y al hilo, que he tenido inactiva en beneficio de la Vision GT four, caña corta -9 pies-  con la que he estado pescando ríos grandes (Ter, Segre) pues lanza con suma facilidad y con gran comodidad para el usuario.
Paradojas de nuestros tiempos de abundancia y diversificación. Antes te apañabas con una solo caña, y te adaptabas a lo que había. Hoy en día tenemos, por suerte, cañas de muy diferentes acciones para elegir y encima a precios razonables, lejos de las fortunas que costaban las cañas de alta gama hace tan solo quince o veinte años atrás. Así pues, a río pequeño caña larga y bajo kilométrico para pescar de punta al hilo, y a río grande, por lo menos para mi, caña como mucho de nueve pies para poder lanzar cómodo, bien sea secas o ninfas. Todo y lo de moda que está, no me convence mucho lo de ir pescando de punta y con cañas como las lanzas de la "La Rendición de Breda" en ríos grandes, más que nada porque es cómodo, se pesca la mar de bien y vicia mucho, de manera que se corre el riesgo de olvidarse de buenos hábitos como el de lanzar lejos y hacer posadas minimamente decentes.
Armado pues con mi sarisa macedónica (1) puse los pies en el río de mi querido coto de Guardiola de Berguedà (quizás el coto que más pesco en temporada desde la recalificación de Pedret como intensivo) cuando solo pasaba un cuarto de hora de las nueve de la mañana. Esperaba encontrarme un río más vigoroso, pero la verdad es que el caudal, de un agua bastante fría, era similar al que puede haber a finales de la primavera. Como siempre, el Bastareny bajaba con más agua que el Llobregat, cosa también habitual en esta época del año, y todavía de un color verdoso, coloración que el Llobregat no luce ya, más que nada porque el agua ya no baja directa de la nieve dado que el deshielo, siempre de muy corta duración en esta cuenca, ya se ha terminado. Día pues de muy cómodo vadeo. La gran inquietud es que si no se mantiene un régimen regular de precipitaciones a lo largo de la primavera, el río puede quedar seco como un bacalao antes incluso de San Juan.  Un caudal así me dio la oportunidad de probar, a lo largo del día, un montón de combinaciones de tandems ligeros, incluyendo uno combinando una ahogada con un perdigón, Lo que si es evidente, es que cualquier exceso con el tungsteno conllevaría el inmediato dragado del fondo del río y la segura pérdida de material, todo y que dada la precariedad de tiempo que tengo para el montaje ya hace tiempo que corro riesgo de remojón con tal de no perder imitaciones
Prescindiendo de la presencia de Carles, hecho que en esta ocasión no tuvo trascendencia alguna en el devenir de los acontecimientos, el día se dividió en dos partes: una larguísima mañana de aburrimiento, con una nula actividad de los peces, y una tarde en la que por lo menos algunas truchas dieron fe de su presencia en el río e incluso terminé pescando, de un modo imprevisto y contra pronóstico, a mosca seca.
La mañana transcurrió en la parte del coto que va desde el puente del kilómetro 1 de la carretera de La Pobla de Lillet hasta la caseta del antiguo camping. A la media hora de empezar, capturé con la ninfa del tándem una trucha "palmera", que por lo menos atestiguaba que peces haberlos los hay y que durante muchas horas se convirtió en testimonio del "semibolo", o resultado catastrófico tanto o peor que el "bolo", pues por lo menos con el bolo siempre puedes decir que no habían peces en el río, mientras que con el "semibolo" queda patente que hay peces en el río (por lo menos uno) y no has sabido pescarlos.
Esperaba la llegada de Carles sobre las diez de la mañana, pero al final recibí una llamada suya a eso de las doce menos cuarto diciéndome que había aparcado a lado de mi coche, en el desvío de Can Companyó. Aproveché el tener que salir del río para reunirme con el (por suerte no estaba pescando demasiado lejos) para aligerarme un poco de ropa ya que hacía incluso calor. Tras contarle como estaba yendo la jornada, decidimos coger los coches y cambiar radicalmente de escenario, para comenzar a pescar un poco antes de la desembocadura del Gabarrós en el Llobregat.
La verdad es que creo que Carles vino más a pasar el rato y a conversar conmigo que a pescar este sábado.
Aparte de nuestras siempre amenas tertulias de pesca, no le vi echar ni una varada al agua hasta que terminó de fumarse un puro, y cuando finalmente se decidió me avanzó mucho, dejándome mucho río por delante y ya no le volví a ver hasta el final de la jornada. Está visto que no le gustan mucho los ríos pequeños: los pescó mucho en otras etapas de su dilatada vida como pescador a mosca, pero me confesó que a fecha de hoy ya no le suscitan gran pasión. A el le gustan más los ríos grandes y sobre todo lanzar largo y pescar peces potentes, que en río pequeños son generalmente escasos, y si puede ser a mosca seca mucho mejor.
A primera hora de la tarde, la decoración cambió un poco, y las truchas comenzaron a dar tímidas señales de vida. Primero con dos subidas seguidas al trico del tándem, un estupendo atactor con penacho naranja para mejor visualización que me regaló mi amigo Ramon Terricabras, un gran especialista en ríos de montaña, y luego con un par de picadas a la ninfa, que igual que las de la seca no había podido materializar en capturas. Estaba visto que cerca de las dos de las tarde el partido no había hecho más que comenzar.  
Paciencia y fe. Me tomé un descanso para beber mi habitual te con limón y fumarme un cigarrillo, y volví a las posturas en donde había tenido las picadas. Allí donde había tenido los dos ataques y dos rechazos al trico, machaqué largamente la postura, haciéndolo tanto bajar natural como saltar por el agua hasta que ¡por fin! la clavé: una sardinilla más, de las muy habituales en este coto, pero preciosa como toda trucha nacida en el mismo río, hecho el cual viendo la foto pudo corroborar Carles cuando volvimos a reunirnos al final del día.
Para abordar de nuevo la postura en donde había tenido las picadas a la ninfa, me decidí por la "contrapesca" o pesca "a la française",  que no es nada más que algo tan viejo como dejar bajar por la corriente la artificial, en este caso una ninfa un poco más pesada que la ultraligera que llevaba, y esperar las picadas cuando la misma ya draga o poco antes. En esta ocasión, la jugada resultó perfecta, pus en menos de cinco minutos conseguí capturar dos truchas más, que por lo menos tenían un par de centímetros más que las dos "sardinillas" anteriores.
A eso de las tres de la tarde, tenía las lumbares molidas. Me estoy haciendo viejo para estas jornadas de pesca realmente maratonianas. Estaba realmente cansado y había perdido a Carles de vista hacía rato. Sin embargo, me resistía a acabar tan pronto la jornada, y más cuando la cosa se había animado desde hacía ya un rato. Seguí pescando bastante como un autómata, sin mucha fe ni convicción visto que la actividad habia vuelto a desaparecer desde hacía rato, cuando de repente, y en unas aguas someras sin apenas corriente vi de golpe, una, dos, tres cebas. Si, si ¡tres cebas cuando en todo el día no había visto actividad alguna en superficie!.
Consciente de que iba a quemar mis últimos cartuchos, pues eran pasadas las cuatro y cuarto de la tarde, rehice en un plis plas el bajo de línea, y me dispuse a sacar partido de esta gran oportunidad de pescar a seca, todo y que tendría que varear una caña que inicialmente no está diseñada para este uso. Sin embargo, no es la primera vez que pesco a seca con ella, y sólo es cuestión de recordar el tranquillo de que como caña semiparabólica que es sólo requiere un poco más de tiempo en las paradas... y vigilar que no haya obstáculos, por supuesto.  
Tras cinco lances tuve dos rechazos, pero a la sexta varada conseguí que una pequeña fario le diese un buen bocado a mi sempiterna eférnera de CDC y se clavase en la misma. La pelea fué muy corta, y por fin pude ensalabrar la única trucha del día mayor de 22 cms. Liberada la fario, aún tuve tiempo de  tener un rechazo más y revolcar otra trucha, que se desclavó enseguida, ante que de de golpe y porrazo un mutismo total se apoderse de la postura y diera la impresión de nuevo de que no había peces.
Esta pequeña aventura de final de jornada pescando con la seca, me ha aleccionado nuevamente, por si lo había olvidado, de la necesidad de andar por el río con discrección y no confiar ciegamente en la vista para sentenciar que en tal o cual sitio no hay peces. Si hubuiese andado como el caballo de Atila por enmedio del río, seguramente habría espantado a las poquísimas truchas que estuvieron activas en esta jornada; por otro lado, y todo y lo cristalino del agua y de no haber ni dos palmos de profundidad, os puedo asegurar que a simple vista no se veían peces ¡ni uno! y sin embargo, las cebas aparecían como por arte de un encanterio. Son estos, los misterios de las aguas, los que seguramente me tienen tan enganchado a la pesca en el río, y ser testimonio de los mismos no hace más que reforzar mi fe en la pesca, y mi adicción a hacerlo a mosca.
Plegada ya la caña, y tras un rápido paseo por el bosque, llegué a la carretera en donde me sorprendió Carles, que al volante de su coche estaba "apatrullando" a ver si me veía. Como estaba muy cerca del lugar en donde tenía aparcado el mío y era un mal sitio para pararse, quedamos allí. Sin embargo, y en el momento de encender mi cigarrillo tropecientos del día me di cuenta de que ...tenía en la mano solo tres tramos de la caña en vez de cuatro. ¡Vaya susto! Esto me forzó a dar media vuelta para buscar el tramo perdido, y esta vez tuve el santo de cara, pues al poco de rehacer el camino a la inversa me encontré el (caro) pedazo de vara enmedio de una vereda que había atravesado de camino al asfalto.
Mientras me cambiaba de ropa, Carles me contó un poco de sus aventuras el largo rato que no nos vimos. Se había aburrido mucho con las pocas varadas a ninfa que hizo, y ante la ausencia de picadas se puso a pescar a seca al agua, pero con nulos resultados. Al final, aburrido se había ido del río a eso de las cuatro. La verdad es que no se había sentido motivado en ningún momento, ya que hace años los ríos pequeños le han dejado de interesar.
Un rato después estabamos de nuevo de tertulia en un bar de Guardiola de Berguedà. Esta semana, y en deferencia a Carles que no es amigo de dulces, cambié la merienda pastelera habitual por una de bocatas y tapas, todo y que no pude resistir la tentación de meterme un helado de postre, je, je, je.
En fin, mientras volvía a casa, conduciendo bajo la luvia al igual que la seman pasada, pero escuchando a Wagner en vez de a Beethoven, no podía dejar de hacerme la siguiente reflexión: quizás para muchos hecho he tenido que echar mano de muchos recursos para pescar cinco miserables truchas en miniatura; sin embargo, para mi es una gran satisfacción que esas truchas, por pequeñas que sean, me hayan dado la oportunidad de poder poner en práctica esos recursos.       


(1) Lanza de 6 metros de largo, de vara de fresno, usada por la falange macedónica, como arma de combate.



JORNADA DE PESCA Nº 645

Sábado, 23 de marzo de 2013

Coto de Guardiola de Berguedà - La Pobla de Lillet S. M.

Ríos Llobregat, Bastareny y Riera de Saldes
(pesca solo en el Llobregat en esta jornada)

Pescadores:
Carles Vivé
Ferran RUBINSTEIN

Capturas por pescadores:

Carels Vivé: 0
Ferran RUBINSTEIN: 3 truchas fario a ninfa y 2 truchas fario a mosca seca.

Climatología: nublado, con apertura ocasional de claros y templado.

Hora de inicio de la jornada:

Ferran RÜBINSTEIN: 09,15 h.
Carles Vivé: 12,30 h.

Hora de finalización de la jornada:

Ferran RUBINSTEIN: 17,00 h.
Carles Vivé: 16,00 h.

La música de hoy:

Viaje de ida:

Sinfonía nº 4
Johannes Brahms

"Ball Suite" (Suite de bailes del Siglo XIX)
Franz Lachner

Viaje de vuelta:

Especial Festival Wagneriano

Obertura y "Música de la Corte de Venus" de "Tannhauser"
Obertura de "Los Maestros Cantores de Nüremberg"
Preludio y "Muerte de Amor" de "Tristán e Isolda"
Idilio de Sigfrido
Preludio del Acto III de "Lohengrin"
Cabalgata de las Walkyrias
Richard Wagner

Líneas Tensas!


Ferran RUBINSTEIN.

domingo, 17 de marzo de 2013

JP-644. COTO INTENSIVO DEL PEDRET S. M.-LL03B. Sábado, 16/03/2013.

Una mañana soleada y fría ha saludado la llegada de una nueva temporada de  salmónidos. Ha sido un día de intensa nostalgia y poca pesca. Por la tarde llegaría la lluvia, que también ha sido protagonista de muchas de mis jornadas inaugurales a lo largo de los años. 

Todo y lo bajo de caudal del Llobregat aguas abajo de la presa de La Baells,  no hubo ni atisbo de actividad de las truchas en superficie, y para evitar un bolo tuve que recurrir a pescar a ninfa las pozas, pues era allí en donde estaban, todo y que realmente apáticas, desganadas y picando con muy poca convicción y decisión.  


JORNADA DE PESCA Nº 644


SOMBRAS DEL AYER.

Por fin ha comenzado la tan ansiada temporada de pesca de la trucha, y para mi lo ha hecho en un día cargado de nostalgia, de poca pesca, y en encima un coto intensivo como es el de Pedret, que conoció tiempos mucho mejores hace muchos años siendo coto de temporada.
Todo y que soy un pescador de todo el año, y a ir casi cada semana al río haga frío o calor, llueva torrencialmente o haga un calor que parta las piedras, por principios y por ética me niego a "ir de sobrado", y en este día tan especial, me dejo llevar con auténtico placer por la excitación que da el sentimiento de que algo nuevo va a comenzar. En esta jornada, compartiré río con aquellos que a lo mejor pescarán este día y contados más a lo largo de la temporada, con fulano que estrena carrete y caña para tan magna ocasión y con mengano que se queja del aluvión de gente que abarrota el río. Para mí, es una gran satisfacción ver tanto movimiento de gente, pues es señal de que la afición a la pesca está bien viva. Desgraciadamente, la percepción que he tenido en esta jornada inaugural en El Berguedà ha sido bien triste: la de que la euforia por la pesca de hace años se ha estancado, y que la elección de dicha comarca como destino de pesca está francamente en regresión.
¡Que sensación más triste! Comparada esta inauguración con la de hace, por ejemplo, diez años atrás la imagen del día parece un negativo de la otra. El antaño extensísimo coto de Gironella es hoy una zona de pesca de ciprínidos, el prestigioso coto sin muerte de Pedret, en Cal Rosal, es hoy una zona libre sin muerte enfangada, abandonada y sin ningún tipo de gestión ni vigilancia y Pedret tradicional, antaño auténtica joya de la corona del Berguedà hace ya años que es un intensivo en donde se vuelcan de la cuba una repoblaciones de cada vez más escaso presupuesto. Por supuesto queda la parte alta de la cuenca del Llobregat, los cotos unificados la temporada pasada de Guardiola de Berguedà y la Pobla de Lillet, y no puedo emitir una opinión hasta que no vaya, pero el caso es que a fecha de hoy más de la mitad de la longitud de aguas pescables del Berguedà, curiosamente las más alejadas de la montaña -lugar en donde la minoría de urbanitas , "camacus" (1) y "pixapins" (2) adinerados ha decidido establecer su parque temático de fin de semana- o bien no tienen trucha, o bien son coto intensivo.
Excitado como un niño ante la perspectiva de comenzar una nueva temporada, y nostálgico como un anciano recordando tantas y tantas jornadas de pesca en Pedret, me puse rumbo al Berguedà. Poco iba a tardar en darme cuenta de cuanto han cambiado las cosas. La primera prueba la tuve cuando a las ocho de la mañana el bar de la Cooperativa de Bassacs tenía bajada la persiana, cuando hasta hace solo unos pocos años atrás era el centro neurálgico y punto de reunión de los pescadores del Baix Berguedà, máxime cuando la Sociedad que gestionaba el coto de Gironella tenía allí su sede. Como es habitual en mis visitas por la comarca, desayuné en el Bar Carmona de Gironella, en donde antaño también se vendían tickets de pesca, y en esta ocasión la dueña ni sabía que era el día de la inauguración de la temporada. El summum de la decepción fue ver el legendario Bar "El Rovelló" de Cal Rosal, que regentaba el genial y no menos legendario "Pigui" y en donde igual se preparaban opíparos desayunos que se vendían tickets, moscas hechas personalmente por el dueño, lombrices y accesorios diversos de pesca (aún recuerdo las famosas moscas "Rovfly",  la exposición de cañas y carretes en una vitrina y los posters de cañas Sage y de la revista Fario en las paredes), con apenas cuatro clientes contados a eso de las nueve de la mañana cuando en otros tiempos ese y los otros bares de este enclave comercial eran un hervidero de pescadores apurando sus desayunos y cafés antes de enfundarse el vadeador. Realmente triste, en menos de diez años que terrible decadencia la de la pesca en El Berguedà, un declive del que la crisis económica actual no es totalmente responsable, y que comenzó ya hace años y que no tiene un sólo origen sino varios: comenzó con una degradación de la calidad de las aguas del río por debajo del pantano de La Baells a principios de la década pasada, con largos periodos de colmatación por lodos y crecimiento de algas por eutrofización; continuó con la nefasta gestión de la pesca recreativa llevada a cabo por el Segundo Tripartito; recibió un buen mazazo con la arbitrariedad de la gestión de permisos de pesca por internet, que alejó del río a mucha gente mayor que ni tan solo ha vuelto a pescar ante tanto lío para una gestión antaño tan sencilla y que se resolvía fomentando el comercio de proximidad (tickets presenciales en bares y tiendas de pesca) y finalmente la crisis y otra política no menos nefasta de los victoriosos conservadores de convertirlo todo en intensivo para ganar pasta, pero ofreciendo bien poca trucha , y encima de muy mala calidad, es lo que ha llevado a esta decadencia.
Sin embargo, los que no nos dejamos llevar por el desaliento, sabemos que la historia suele ser algo cíclico, y que todo es reversible si hay voluntad de que así sea. De momento, seguimos soñando en la resurrección de la pesca en el Baix Berguedà. Mientras, vamos a predicar con el ejemplo, y yo al menos seguiré viniendo a esta comarca a pescar con regularidad a lo largo del año (cosa que no he dejado de hacer hasta el día de hoy), ni que sea las truchas intensivas de Pedret, pues aparte de seguir aferrado a una ilusión, el no abandonar la comarca significa no renunciar al sueño anteriormente mencionado.

JORNADA INAUGURAL MUY POBRE EN RESULTADOS (OTRA MÁS).

Como suele suceder (por lo menos a mi me pasa con bastante frecuencia), las jornadas inaugurales no suelen ser paras echar cohetes en lo que a pesca se refiere. Si vas a un coto de temporada tradicional, "porque todavía hace mucho frío, que si tampoco hace tanto que han desovado y están cansadas, que si patatín, que si patatán," y si vas a un intensivo o a un coto de temporada que funciona como un intensivo (de hecho Pedret y Gironella funcionaban así, y con mucho éxito en otros y mejores tiempos), "que si no han echado trucha suficiente, que si con tanta gente no hay quien pesque, que si patatán, que si patatín". En fin, no hace falta recurrir a excusas. Confieso que lo de las jornadas inaugurales no es mucho lo mío en cuanto a pesca se refiere, y todo y haber tenido alguna jornada de estas características la mar de decente, lo cierto es que sin retroceder eones en el pasado, os puedo decir algunos de mis bolos y fiascos en jornada inaugural en tiempos recientes, o por lo menos desde que en su día tomé el hábito de anotar los resultados de mis jornadas de pesca. El hecho de que casi todos hayan sido en Pedret, se debe a que es el lugar en donde más veces he inaugurado la temporada

1999 (Pantano de Vallforners) = semibolo, 1 trucha
2003 (Pedret) = semibolo, 1 trucha
2005 (Pedret) = bolo
2007 (Pedret) =  bolo
2009 (Pedret) = semibolo, 1 trucha
2010 (Guardiola de Berguedà) = semibolo, 1 trucha

En el caso de este sábado, todo y el pobre resultado de 3 truchas irisadas pescadas a ninfa, me puedo dar con un canto en los dientes al haber roto la maldición de la jornada inaugural. Venga, va, para los que les vaya el morbo,  aquí va el mejor de mis resultados en una apertura de temporada

2006 (Pedret) = 12 truchas (todas devueltas)

El día fue muy variado, en lo que a climatología se refiere. Por la mañana hizo sol, pero la temperatura permaneció fría hasta mediodía, momento en el cual se empezó a nublar. A partir de las dos de la tarde comenzó a llover, primero una débil y persistente llovizna que devino en poco más que un flojo chaparrón a eso de las tres y media. A partir de las cuatro paró de llover, pero ya no volvió a salir el sol, y volvió a lloviznar cuando a las seis y media de la tarde, ya cambiado y con las manos embadurnadas de "Brummel", me dirigía de nuevo a Gironella para merendar.          
Viendo lo bajo del caudal del río, me prometía una jornada muy feliz, pescando incluso a seca a la que las truchas se pusieran en la labor, pero la verdad es que cuando llevaba más de dos horas pescando, y prospectando posturas de las que "siempre funcionan" vi que aún no había no ya tenido alguna picada, sino tampoco visto ni una trucha, tuve la certeza de que me esperaba otra aciaga jornada inaugural.
Tampoco es que faltasen truchas, pues según Eudald, el agente de Catalana Forestal que está llevando a cabo una excelente labor, con quien estuve hablando mientras me cambiaba de ropa, habían repoblado con 150 kgs. de trucha arco-iris esa misma semana. El caso es que los peces debían estar muy inactivos, pues la gente con la que me fuí cruzando, mayormente  pescadores de cucharilla o de cebo, decían haber pescado más bien poco: uno o dos peces a lo sumo.
Viendo el estado del río, me preparé para pescar lo más ligero posible, con un tándem de seca y ninfa. con el que lo máximo que conseguí, bastante pasado el mediodía fue la captura de una única trucha, con la ninfa, una irisada de aspecto y talla bastante anodinos, seguramente procedente de la última cuba.
A primera hora de la tarde, comenzó a encapotarse el cielo. Todo y a evitar el bolo, estaba ya cansado de que el "jogo bonito" no me funcionase, y tuve que apearme del burro para comenzar a buscar las truchas allí donde estaban, o sea bien pegadas al fondo de pozas y badinas, sin tungstenizar demasiado el asunto pues dada la mengua de profundidad no era cuestión de dragar fondos permanentemente, con la consiguiente sangría de material. Así de este modo, y con una sola ninfa atractora de color blanco con destellos perla brillante comencé a mover algunas truchas: una, dos y hasta tres que picaron fatal y se soltaron a las primeras de cambio, hasta que a la cuarta fué la vencida y pude ensalabrar la segunda trucha de la jornada, otra irisada de origen "cubano" (de cuba de repoblación, claro) que se rindió a las primeras de cambio tras una pelea con escasa historia.
Bajo la lluvia de la tarda, y a medida que  el río se fue quedando desierto de pescadores, tuve la suerte de clavar, con la ninfa blanca atractora, la única de las truchas del día que me presentó una batalla digna, no ya por su tamaño ni por su fiereza, sino por la serie de cabriolas y saltos que me regaló antes de ensalabrarla y soltarla. Parece mentira que espectáculo dan a veces estos peces que apenas si tienen aletas. Con perserverancia y ajeno al "calabobos", todavía conseguí hacer picar un par más de estas truchas de repoblación, pero la falta de concentración en una pelea que a veces crees ganada de antemano (con los "torpedos" de Anglès y Oliana ya se te habría disparado la adrenalina y tendrías los cinco sentidos puestos en pelear con el pez) hizo que se me desclavasen cuando aún no había tenido ni tiempo de echar mano a la sacadera.
A última hora de mi jornada, cuando paró de llover y el río llevaba ya mucho rato vacío de pescadores, las truchas comenzaron a asomar el morro. Si bien no a comer por arriba, por lo menos empecé a verlas nadando que algo es algo. Lo de comer por arriba fue una esperanza bastante vana, no ya porque la trucha estuviese muy zurrada y escarmentada, sino sombre todo porque a lo largo del día no vi ni una puñetera eclosión: nada de comida derivando río abajo. Esto de las eclosiones es todo un misterio; en mi última visita al Pedret, el primer día de diciembre del año pasado, y en una jornada de temperaturas glaciales, no dejó de eclosionar efémera, y todo y que a mediodía de esa jornada apenas si llegamos a estar a cuatro grados positivos, las truchas -también repobladas, y en una similar proporción a esta última semana- no pararon de comer en superficie durante todo el día. Misterios tienen los ríos.
Dado que las truchas, seguramente por la tranquilidad del momento, por lo menos se dejaban ver, terminé la jornada intentando pescar nuevamente con el "jogo bonito", con un tandem muy ligero, pero las irisadas estaban realmente escarmentadas o realmente pasaban de todo, pues lo máximo que conseguí fue que alguna arrancase alguna tímida carrera para dar media vuelta nada más ver la ninfa.
Nuevamente bajo la lluvia, que esta vez y por fortuna no me pilló cambiándome, volví a Gironella para comprar el pastelito de turno y saludar a mis amigos de la pastelería "El Globus". Mientras me lo comía, en el mismo bar de la mañana, en donde de tratarse de la misma fecha, pero de años atrás, seguramente habría una buena tertulia de pescadores comentando las aventuras del primer día de temporada, tuve la ocasión de saludar a mi amigo Xavier C., pescador de Gironella y auténtico devoto de la pesca a mosca, e intercambiar algunas impresiones con el sobre el inicio de la nueva temporada. Por temas laborales no había podido ir a pescar, pero por su semblante deduje que -viendo como andan las cosas por la comarca- este hecho no le había supuesto frustración alguna.  
Lo más paradójico de todo, es que durante el viaje de regreso, conduciendo con precaución bajo la lluvia y escuchando a Beethoven, tuve la extraña sensación de habérmelo pasado incluso bien. Será porque soy de fácil conformar, o será porque comparado con lo estresante de la vida cotidiana, y más en tiempos de crisis, cualquier día de pesca parece bueno con tal de evadirse de tantos problemas, pero también puede ser, y hay de ello muchas probabilidades, de que mi alegría devenía del hecho de haber vuelto a Pedret, una inauguración más y un año más. Que no nos falten los recuerdos. Nunca renunciaré a revisitar el pasado con gratitud las veces que haga falta: en ello encontraré la fuerza para seguir alimentando mi fe en la resurrección de los buenos tiempos de la pesca en la comarca del Berguedà.  



(1) Para los no catalanes: urbanita embobado ante las beldades de la naturaleza que no cesa de repetir "que maco, que maco" (que bonito, que bonito) cada vez que sale al campo.
(2) Para los no catalanes: literalmente "meapinos". Lo mismo que "camacu". Supongo que lo de mear contra un pino, o en la base del mismo en el caso de las señoras, es toda una excitante novedad para algunos habitantes de la urbe.


JORNADA DE PESCA Nº 644

Sábado, 16 de Marzo de 2013
Inauguración de la Temporada de Salmónidos 2013

Coto Intensivo del Pedret S. M.
Río Llobregat

Temporada de pesca 2012 - 2013 - Nº 17
Temporada de salmónidos 2012 - Nº 1

Pescador::
Ferran RUBINSTEIN

Capturas: 3 truchas arco-iris a ninfa

Climatología. mañana soleada y fría; mediodía nublado y templado; tarde nublada y lluviosa con bajada de temperatura.

Hora de inicio de la jornada: 10,00 h.
Hora de finalización de la jornada: 17,45 h.

La música de hoy:

Viaje de ida:

Sinfonía nº 6
"Una fiesta eslava"
Alexander Glazunov

Danzas Húngaras nºs 5, 6, 3 y 1
Johannes Brahms

Viaje de vuelta:

Sinfonia nº 5
Ludwig Van Beethoven

"Hungaria"
Franz Liszt

Obertura para un festival académico
Johannes Brahms

Líneas Tensas!


Ferran RUBINSTEIN.

miércoles, 6 de marzo de 2013

GALERÍA DE FOTOS. RECUERDOS DE TIEMPOS LEJANOS, CUANDO AÚN NO PESCABA A MOSCA.

Hubo un tiempo, que comienza a parecer muy lejano, en que aún no pescaba a mosca, pero no por ello las jornadas de pesca estaban menos exentas de emoción. Hoy me apetece compartir con los lectores del blog unas imágenes del pasado.  Espero que os gusten.


Pescando en Menorca en Julio de 1.980 en compañía de mi padre, que junto con mi hermano mayor fueron mis primeros compañeros de pesca. En esta foto tenía 16 años. El chucho de la fotografía es "Lili", la perra que por aquel entonces tenía mi hermano mayor.

Mi amigo Jordi pescando en el Pantano de Vallvidrera en la primavera de 1.982. Con los años, Jordi se distanciaría de la pesca, pero todavía a fecha de hoy nos une una gran amistad y una pasión en común: el montañismo.  

Inauguración de la temporada en Pedret a finales de los años 90.  Fijaos que todo y lo antigua que es la foto ya llevaba mi sempiterna "gorra de Podolia", y es que dicha prenda también tan añeja como incombustible.

Pescando a cucharilla en Pedret en el verano del año 2.001. Todo y que por aquel tiempo ya pescaba a mosca, todavía alternaba muchas jornadas con el lance ligero. A finales de la temporada de aquel año guardé definitivamente mi caña y mi carrete de cucharilla en el armario de los trastos, en donde aún sigue. 

A finales de la década los 90 se pescaban luciopercas como la de la foto en el Pantano de La Baells. 

Mi sobrino Edu, en el año 1.999, con una buena carpa del Pantano de La Baells.  Más tarde, y antes de terminar la carrera y trabajar en el extranjero, se iniciaría conmigo en el muy noble arte  de la pesca a mosca.

¡Lo que hace el amor! Incluso mi mujer, en nuestros primeros tiempos de casados, se atrevía  con las carpas. Otra foto de los buenos  tiempos del Pantano de La Baells, a mediados de la década de los 90, coincidiendo con un gran auge de la pesca tanto de ciprínidos como del black-bass en nuestro país.