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domingo, 24 de marzo de 2013

JP-645. COTO DE GUARDIOLA DE BERGUEDÀ - LA POBLA DE LILLET S. M. - LL01B. Sábado, 23/03/2013

Una mañana nublada, pero templada, y un río más bajo de caudal de lo esperado y con el agua muy fría. Un panorama muy típico de los primeros compases de la temporada en el coto de Guardiola de Berguedà.
   

¿La "sirenita de Copenhague"? No, es mi amigo Carles Vivé que en esta jornada parece más haber venido de vacaciones al río que no a pescar.

No se han pescado grandes truchas en la jornada de hoy, pero hay que reconocer que  las "sardinillas " del país son realmente preciosas.  

Al final de la jornada, contra pronóstico y de un modo inesperado terminé pescando a mosca seca, sobre las únicas cebas evidentes que vi en una larga jornada de cerca de ocho horas pateando río.   

Los pilares en ruinas de antiguas pasarelas sobre el río son mudos testigos de un tiempo pasado, en donde había mucha más actividad agrícola y ganadera en esta subcomarca montañosa del Berguedà.


JORNADA DE PESCA Nº 645



Tras haber inaugurado la pasada semana la presente temporada de salmónidos en un intensivo como es Pedret, esta segunda jornada, en Guardiola de Berguedà ha tenido un algo de inicio real de la misma, más que nada por volver, tras más de medio año de espera, a uno de esos cotos que mantienen un calendario tradicional, sujetos a una larga veda.
En  esta jornada,  he contado con la compañía de mi amigo Carles Vivé, que ha venido a pescar de nuevo conmigo desde nuestro fiasco compartido en Alós de Balaguer del mes pasado (leer JP-642 en este blog), aunque ha pescado bastante menos horas que yo, ya que se ha enfundado el vader casi tres horas después que yo, y ha salido del río casi una hora antes de que yo plegase la caña. Ya que por la mañana no hemos podido compartir desayuno, por la tarde si hemos compartido una larga merienda de bocatas, tapas y helados en Guardiola de Berguedà, más que nada por el placer de la conversación, que no de celebrar ninguna pescata escandalosa, pues ya os avanzo que el día ha sido muy pobre en capturas, cosa por otra parte bastante habitual en los primeros compases de la temporada en este coto.
Todo y el frío de primera hora de la mañana, cosa bastante normal pues todavía estamos en marzo y la recién nacida primavera aún no tiene ni una semana de vida, el día ha sido de temperatura templada llegando incluso ha hacer calor en las horas centrales del día. El cielo ha permanecido nublado o muy nublado a lo largo de las horas, pero han habido unas cuantas aperturas de claros que han permitido que el sol calentase el ambiente de un modo muy agradable, máxime cuando no ha hecho viento. Esto último, unido a la humedad ambiental, ha dado lugar a una sensación de bochorno. A primera hora de la tarde, por un momento creímos que llegaría a llover, pero contra pronóstico se terminaron abriendo claros.
Tras más de medio año pescando ríos grandes y despejados, la vuelta a un río pequeño y enmarañado como es el Alto Llobregat, me ha hecho desempolvar la Guideline Fario de 10 pies, caña larga para pescar de punta y al hilo, que he tenido inactiva en beneficio de la Vision GT four, caña corta -9 pies-  con la que he estado pescando ríos grandes (Ter, Segre) pues lanza con suma facilidad y con gran comodidad para el usuario.
Paradojas de nuestros tiempos de abundancia y diversificación. Antes te apañabas con una solo caña, y te adaptabas a lo que había. Hoy en día tenemos, por suerte, cañas de muy diferentes acciones para elegir y encima a precios razonables, lejos de las fortunas que costaban las cañas de alta gama hace tan solo quince o veinte años atrás. Así pues, a río pequeño caña larga y bajo kilométrico para pescar de punta al hilo, y a río grande, por lo menos para mi, caña como mucho de nueve pies para poder lanzar cómodo, bien sea secas o ninfas. Todo y lo de moda que está, no me convence mucho lo de ir pescando de punta y con cañas como las lanzas de la "La Rendición de Breda" en ríos grandes, más que nada porque es cómodo, se pesca la mar de bien y vicia mucho, de manera que se corre el riesgo de olvidarse de buenos hábitos como el de lanzar lejos y hacer posadas minimamente decentes.
Armado pues con mi sarisa macedónica (1) puse los pies en el río de mi querido coto de Guardiola de Berguedà (quizás el coto que más pesco en temporada desde la recalificación de Pedret como intensivo) cuando solo pasaba un cuarto de hora de las nueve de la mañana. Esperaba encontrarme un río más vigoroso, pero la verdad es que el caudal, de un agua bastante fría, era similar al que puede haber a finales de la primavera. Como siempre, el Bastareny bajaba con más agua que el Llobregat, cosa también habitual en esta época del año, y todavía de un color verdoso, coloración que el Llobregat no luce ya, más que nada porque el agua ya no baja directa de la nieve dado que el deshielo, siempre de muy corta duración en esta cuenca, ya se ha terminado. Día pues de muy cómodo vadeo. La gran inquietud es que si no se mantiene un régimen regular de precipitaciones a lo largo de la primavera, el río puede quedar seco como un bacalao antes incluso de San Juan.  Un caudal así me dio la oportunidad de probar, a lo largo del día, un montón de combinaciones de tandems ligeros, incluyendo uno combinando una ahogada con un perdigón, Lo que si es evidente, es que cualquier exceso con el tungsteno conllevaría el inmediato dragado del fondo del río y la segura pérdida de material, todo y que dada la precariedad de tiempo que tengo para el montaje ya hace tiempo que corro riesgo de remojón con tal de no perder imitaciones
Prescindiendo de la presencia de Carles, hecho que en esta ocasión no tuvo trascendencia alguna en el devenir de los acontecimientos, el día se dividió en dos partes: una larguísima mañana de aburrimiento, con una nula actividad de los peces, y una tarde en la que por lo menos algunas truchas dieron fe de su presencia en el río e incluso terminé pescando, de un modo imprevisto y contra pronóstico, a mosca seca.
La mañana transcurrió en la parte del coto que va desde el puente del kilómetro 1 de la carretera de La Pobla de Lillet hasta la caseta del antiguo camping. A la media hora de empezar, capturé con la ninfa del tándem una trucha "palmera", que por lo menos atestiguaba que peces haberlos los hay y que durante muchas horas se convirtió en testimonio del "semibolo", o resultado catastrófico tanto o peor que el "bolo", pues por lo menos con el bolo siempre puedes decir que no habían peces en el río, mientras que con el "semibolo" queda patente que hay peces en el río (por lo menos uno) y no has sabido pescarlos.
Esperaba la llegada de Carles sobre las diez de la mañana, pero al final recibí una llamada suya a eso de las doce menos cuarto diciéndome que había aparcado a lado de mi coche, en el desvío de Can Companyó. Aproveché el tener que salir del río para reunirme con el (por suerte no estaba pescando demasiado lejos) para aligerarme un poco de ropa ya que hacía incluso calor. Tras contarle como estaba yendo la jornada, decidimos coger los coches y cambiar radicalmente de escenario, para comenzar a pescar un poco antes de la desembocadura del Gabarrós en el Llobregat.
La verdad es que creo que Carles vino más a pasar el rato y a conversar conmigo que a pescar este sábado.
Aparte de nuestras siempre amenas tertulias de pesca, no le vi echar ni una varada al agua hasta que terminó de fumarse un puro, y cuando finalmente se decidió me avanzó mucho, dejándome mucho río por delante y ya no le volví a ver hasta el final de la jornada. Está visto que no le gustan mucho los ríos pequeños: los pescó mucho en otras etapas de su dilatada vida como pescador a mosca, pero me confesó que a fecha de hoy ya no le suscitan gran pasión. A el le gustan más los ríos grandes y sobre todo lanzar largo y pescar peces potentes, que en río pequeños son generalmente escasos, y si puede ser a mosca seca mucho mejor.
A primera hora de la tarde, la decoración cambió un poco, y las truchas comenzaron a dar tímidas señales de vida. Primero con dos subidas seguidas al trico del tándem, un estupendo atactor con penacho naranja para mejor visualización que me regaló mi amigo Ramon Terricabras, un gran especialista en ríos de montaña, y luego con un par de picadas a la ninfa, que igual que las de la seca no había podido materializar en capturas. Estaba visto que cerca de las dos de las tarde el partido no había hecho más que comenzar.  
Paciencia y fe. Me tomé un descanso para beber mi habitual te con limón y fumarme un cigarrillo, y volví a las posturas en donde había tenido las picadas. Allí donde había tenido los dos ataques y dos rechazos al trico, machaqué largamente la postura, haciéndolo tanto bajar natural como saltar por el agua hasta que ¡por fin! la clavé: una sardinilla más, de las muy habituales en este coto, pero preciosa como toda trucha nacida en el mismo río, hecho el cual viendo la foto pudo corroborar Carles cuando volvimos a reunirnos al final del día.
Para abordar de nuevo la postura en donde había tenido las picadas a la ninfa, me decidí por la "contrapesca" o pesca "a la française",  que no es nada más que algo tan viejo como dejar bajar por la corriente la artificial, en este caso una ninfa un poco más pesada que la ultraligera que llevaba, y esperar las picadas cuando la misma ya draga o poco antes. En esta ocasión, la jugada resultó perfecta, pus en menos de cinco minutos conseguí capturar dos truchas más, que por lo menos tenían un par de centímetros más que las dos "sardinillas" anteriores.
A eso de las tres de la tarde, tenía las lumbares molidas. Me estoy haciendo viejo para estas jornadas de pesca realmente maratonianas. Estaba realmente cansado y había perdido a Carles de vista hacía rato. Sin embargo, me resistía a acabar tan pronto la jornada, y más cuando la cosa se había animado desde hacía ya un rato. Seguí pescando bastante como un autómata, sin mucha fe ni convicción visto que la actividad habia vuelto a desaparecer desde hacía rato, cuando de repente, y en unas aguas someras sin apenas corriente vi de golpe, una, dos, tres cebas. Si, si ¡tres cebas cuando en todo el día no había visto actividad alguna en superficie!.
Consciente de que iba a quemar mis últimos cartuchos, pues eran pasadas las cuatro y cuarto de la tarde, rehice en un plis plas el bajo de línea, y me dispuse a sacar partido de esta gran oportunidad de pescar a seca, todo y que tendría que varear una caña que inicialmente no está diseñada para este uso. Sin embargo, no es la primera vez que pesco a seca con ella, y sólo es cuestión de recordar el tranquillo de que como caña semiparabólica que es sólo requiere un poco más de tiempo en las paradas... y vigilar que no haya obstáculos, por supuesto.  
Tras cinco lances tuve dos rechazos, pero a la sexta varada conseguí que una pequeña fario le diese un buen bocado a mi sempiterna eférnera de CDC y se clavase en la misma. La pelea fué muy corta, y por fin pude ensalabrar la única trucha del día mayor de 22 cms. Liberada la fario, aún tuve tiempo de  tener un rechazo más y revolcar otra trucha, que se desclavó enseguida, ante que de de golpe y porrazo un mutismo total se apoderse de la postura y diera la impresión de nuevo de que no había peces.
Esta pequeña aventura de final de jornada pescando con la seca, me ha aleccionado nuevamente, por si lo había olvidado, de la necesidad de andar por el río con discrección y no confiar ciegamente en la vista para sentenciar que en tal o cual sitio no hay peces. Si hubuiese andado como el caballo de Atila por enmedio del río, seguramente habría espantado a las poquísimas truchas que estuvieron activas en esta jornada; por otro lado, y todo y lo cristalino del agua y de no haber ni dos palmos de profundidad, os puedo asegurar que a simple vista no se veían peces ¡ni uno! y sin embargo, las cebas aparecían como por arte de un encanterio. Son estos, los misterios de las aguas, los que seguramente me tienen tan enganchado a la pesca en el río, y ser testimonio de los mismos no hace más que reforzar mi fe en la pesca, y mi adicción a hacerlo a mosca.
Plegada ya la caña, y tras un rápido paseo por el bosque, llegué a la carretera en donde me sorprendió Carles, que al volante de su coche estaba "apatrullando" a ver si me veía. Como estaba muy cerca del lugar en donde tenía aparcado el mío y era un mal sitio para pararse, quedamos allí. Sin embargo, y en el momento de encender mi cigarrillo tropecientos del día me di cuenta de que ...tenía en la mano solo tres tramos de la caña en vez de cuatro. ¡Vaya susto! Esto me forzó a dar media vuelta para buscar el tramo perdido, y esta vez tuve el santo de cara, pues al poco de rehacer el camino a la inversa me encontré el (caro) pedazo de vara enmedio de una vereda que había atravesado de camino al asfalto.
Mientras me cambiaba de ropa, Carles me contó un poco de sus aventuras el largo rato que no nos vimos. Se había aburrido mucho con las pocas varadas a ninfa que hizo, y ante la ausencia de picadas se puso a pescar a seca al agua, pero con nulos resultados. Al final, aburrido se había ido del río a eso de las cuatro. La verdad es que no se había sentido motivado en ningún momento, ya que hace años los ríos pequeños le han dejado de interesar.
Un rato después estabamos de nuevo de tertulia en un bar de Guardiola de Berguedà. Esta semana, y en deferencia a Carles que no es amigo de dulces, cambié la merienda pastelera habitual por una de bocatas y tapas, todo y que no pude resistir la tentación de meterme un helado de postre, je, je, je.
En fin, mientras volvía a casa, conduciendo bajo la luvia al igual que la seman pasada, pero escuchando a Wagner en vez de a Beethoven, no podía dejar de hacerme la siguiente reflexión: quizás para muchos hecho he tenido que echar mano de muchos recursos para pescar cinco miserables truchas en miniatura; sin embargo, para mi es una gran satisfacción que esas truchas, por pequeñas que sean, me hayan dado la oportunidad de poder poner en práctica esos recursos.       


(1) Lanza de 6 metros de largo, de vara de fresno, usada por la falange macedónica, como arma de combate.



JORNADA DE PESCA Nº 645

Sábado, 23 de marzo de 2013

Coto de Guardiola de Berguedà - La Pobla de Lillet S. M.

Ríos Llobregat, Bastareny y Riera de Saldes
(pesca solo en el Llobregat en esta jornada)

Pescadores:
Carles Vivé
Ferran RUBINSTEIN

Capturas por pescadores:

Carels Vivé: 0
Ferran RUBINSTEIN: 3 truchas fario a ninfa y 2 truchas fario a mosca seca.

Climatología: nublado, con apertura ocasional de claros y templado.

Hora de inicio de la jornada:

Ferran RÜBINSTEIN: 09,15 h.
Carles Vivé: 12,30 h.

Hora de finalización de la jornada:

Ferran RUBINSTEIN: 17,00 h.
Carles Vivé: 16,00 h.

La música de hoy:

Viaje de ida:

Sinfonía nº 4
Johannes Brahms

"Ball Suite" (Suite de bailes del Siglo XIX)
Franz Lachner

Viaje de vuelta:

Especial Festival Wagneriano

Obertura y "Música de la Corte de Venus" de "Tannhauser"
Obertura de "Los Maestros Cantores de Nüremberg"
Preludio y "Muerte de Amor" de "Tristán e Isolda"
Idilio de Sigfrido
Preludio del Acto III de "Lohengrin"
Cabalgata de las Walkyrias
Richard Wagner

Líneas Tensas!


Ferran RUBINSTEIN.

3 comentarios:

  1. Hola,

    yo también estuve este día en ese coto, lástima no haber coincidido porque me hubiera gustado saludarte.

    Por lo demás, a mi me fue todavía peor (lógico por otro lado, porque no soy precisamente lo que se dice un pescador avezado): sólo toqué escama de una sardinilla, como tú las llamas, a ninfa. Y no vi ni un sólo movimiento arriba, supongo que es normal a estas alturas de la temporada.

    Un saludo,

    Pablo

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  2. Amigo Pablo, lo de este sábado es perfectamente normal en esta época del año. De hecho, vuelvo tan pronto a este coto por "morriña" y por ganas de volver a estar allí después de más de medio año de espera, pero lo provechoso sería comenzar a pescarlo a finales de abril o primeros de mayo, dependiendo siempre del caudal del río.
    Un abrazo y Líneas Tensas!


    Ferran.

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  3. Hola , alguien me podria indicar donde se compra los tikets de pesca del coto del Pedret, me gustaria conocer ese coto. Gracias y buena pesca.
    XAVI

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