JORNADA DE PESCA Nº 721
Tres los tempestuosos meses de agosto y septiembre, octubre ha transcurrido bajo una calma y placidez atmosférica total. Como mucho, han ido bajando un poco las temperaturas nocturnas, cosa lógica dado que las noches ya son, en pleno otoño, más largas que los días. Por todo lo demás, este octubre ha sido, en medida muy parecida a la mayoría de los de los últimos diez años, un pequeño verano desplazado fuera de lugar en el calendario, siendo el del año en curso el más caluroso de todos, en el que se han alcanzado temperaturas positivas récord, en algunos puntos incluso desde que se tienen registros, .Muy lejos quedan, en mi infancia en blanco y negro (españoles, Franco a muerto, la gallina Turuleca, el penalty de Guruceta, y todo eso), esos octubres en los que era necesario, en mi caso para ir al colegio, abrigarse con bufanda y guantes. Supongo que será el cambio climático. Supongo eso, hasta que los expertos digan lo contrario.
Pero con cambio climático, o sin el, la verdad es que, a nivel pesca, ha sido una gozada volver a vivir uno de estos "otoños dorados", en los que tan activa hemos tenido a la trucha, y en donde tanto hemos podido disfrutar pescándola (allí en donde se permita hacerlo, a estas alturas del calendario, claro está), y más este año en que la temporada de salmónidos, incluso en baja montaña, se ha prolongado, para los que pescamos sin muerte, hasta tan tardía fecha como el 15 de octubre.
Como colofón a tan positivo, productivo y divertido mes, he tenido ocasión de cerrarlo en "Magic Anglés", en una plácida jornada llena de diversión, que he tenido que trasladar a viernes, en vez de llevarla a cabo en fin de semana, como suele ser habitual, para poder atender un compromiso familiar en sábado, y para poder llevar a mi hija, un año más, un octubre más, a la Festa dels Súpers, el festival infantil má multitudinario de entre los que se celebran, a fecha de hoy, en el Estado Español.
Lo peor del día, fue que me planté en el río demasiado tarde para mi gusto, y comencé a pescar cerca de las once de la mañana. Supongo que para muchos es una hora excelente para comenzar a faenar, pero a mi siempre me parece demasiado tardía, salvo cuando el frío aprieta. El motivo de mi falta de puntualidad, en el reencuentro con el río, se debió a un atasco en la salida de Barcelona, motivado por un autocar averiado, que complicó aún más la circulación rodada de un día laborable.
Por todo lo demás, y al igual que en otras ocasiones que he tenido el privilegio de pescar en laborable, haciendo uso de los días pendientes de gastar del cómputo total anual de vacaciones, pactado con la empresa para la que trabajo, la jornada de pesca ha transcurrido en una gran placidez, y me he dedicado a pescar con aún más calma y parsimonia de la que suelo hacer gala en fin de semana.
Para nada me ha extrañado encontrarme, nada más llegar al río, con un buen caudal que rondaría los 12 m3/seg. Al Ter bajo mínimos, con el grifo del Pasteral casi cerrado, lo asocio más con el final del otoño y con el largo invierno. Supongo que, con el calor que todavía hace, incluso no ha terminado ni la campaña de regadíos anual. En fin, ningún problema. Esos 12 m3/seg. no son impedimento alguno para pescar, todo y que requieran bastante precaución en el vadeo, y generalmente activan la trucha, y a menudo permite que se muevan más las grandes.
Tampoco ha supuesto para mi sorpresa alguna, el encontrar bastante gente, al menos cinco pescadores más, en la zona de las primeras choperas, justo donde termina la zona de polígonos de La Cellera de Ter. Al fin y al cabo, es una de la zonas más frecuentadas del coto, y hoy en día entre jubilados y activos con días sueltos de vacaciones, como es mi caso, raro es no encontrar pescadores en "Magic Anglès", y más sabiendo la buena fama que tiene, allende incluso de Catalunya, este fantástico y bien gestionado intensivo sin muerte de calidad. Todo y el gentío, ningún problema. Gente educada, un escueto saludo como mucho, a pescar que para eso hemos venido, y sin ninguna dificultad, ni causar perjuicio a a nadie, he encontrado un lugar en donde poder echar mis primeras varadas. Cosa curiosa, poco después del mediodía han desaparecido los otros pescadores, y hasta el final de la jornada, cuando ya salía del río, no volví a encontrarme con otros, pudiendo vivir la misma en esa gratificante soledad, que a menudo suele desear ese pescador que no pesca para los demás, sino para darse el gusto de ver transcurrir las horas en compañía solo del río y de los
peces,
En acción de pesca, solo las dos primeras capturas, un par de truchas fario, entraron en el salabre usando un combo de ninfas pescando a la polaca, en este caso usando los tan de moda perdigones. A partir de que los pescadores que tenía cerca marcharon del río, aproveché la circunstancia para moverme de sitio, e ir a ocupar un bajío con vetas de corriente más ralentizadas, el cual, tras dejarlo descansar un rato, comenzó a darme capturas pescando mucho más ligero, y para mi gusto más divertido, con tándem de seca y ninfa, dando trabajo a la cola de rata, y sacando rendimiento de la potencia y acción de la caña. De este episodio, pescando siempre con gran calma, e incluso saliendo una vez del río para beber algo y hacer mis necesidades, obtuve tres truchas más, una arco-iris, la única del día, que picó al tricóptero del tándem, y un par de farios, que se interesaron muy vivamente por un perdigoncillo de un rojo rabioso.
Quizás por haber empezado más tarde de lo habitual, las horas pasaron volando, y cuando me dí cuenta eran cerca de las tres de la tarde, había salido de la larga tabla en donde había estado pescando, y volvía a adentrarme en las corrientes. Posiblemente, hubiese cambiado de sitio, e incluso de zona, si no fuera porque observé muchas actividad de truchas en superficie, pero no en las vetas de corriente, sino pegadas a un larguísimo blando lateral. Estaban tan arrimadas, que algunas cebas se veían a tocar de las raíces, ahora sumergidas, de los árboles. Ya no hubo lugar para cambios de zona: en esa sería en donde pondría "toda la carne en el asador", y en donde, para bien o para mal, terminaría el día pescando a mosca seca.
Cambio de estrategia, pues. El pescador, en medio de la corriente, a batir casi la misma orilla con la mosca, y la trucha, por poco ahora en la pradera, a ponérselo difícil, y más cuando que el que menea la vara ha de ir con precaución, vadeando donde el agua crea espuma, y tiene que lanzar con cuidado para evitar enganches con las ramas. Al final , todo fue mejor que esperaba el pescador. Sin tener que usar otra mosca que un simple tricóptero de pelo de ciervo, en tamaño más pequeño del que llevaba en el tándem, y sin registrar más que una enganchada de la mosca en las ramas de un aliso, obtuve seis estupendas truchas, fario todas ellas, y se me desclavaron un par mas, antes de que la posición del sol, más que el mirar el reloj, me alertase de lo muy avanzado de la tarde, y que tocaba retirarse so riesgo de pérdida de merienda y vuelta a casa con conducción estresada.
Por cierto, tal y como he comentado antes, justo cuando salía del río, tuve la ocasión de saludar a mi amigo Lluiset, de La Seu d´Urgell, a quien no veía, en persona, desde nuestra aventura en el Ratavilla hace cuatro años, junto con nuestro común amigo Antonio "El Pintor". De paso, aprovechó para presentarme a Agustí M., un reputado pescador especializado en mosca seca, del que tan bien había oído hablar, y de quien fue un placer estrechar la mano.
Antes de terminar, quisiera comentaros, a nivel de curiosidad, lo mucho que me llamó la atención lo estandarizado del tamaño de casi todas las farios capturadas, que se movieron entre los 35 y 40 cms., salvo una que quedó rozando los 30 cms., medida similar a la única arco-iris capturada en esta jornada. Supongo que se tratará de los efectos de la repoblación para el último máster, celebrado el primer fin de semana de este octubre pronto a finalizar. El caso es que eché bastante de menos, aquellos "torpedos con aletas", mayormente irisados, que tanta fama habían dado al coto De hecho, hace tiempo, desde este pasado verano que observó un gran declive de la trucha arco-iris en "Mágic Anglès": este año incluso he pescado bastantes menos de esas "iris tigre", con sus aletas rojizas, que parecen haber nacido en el mismo río, o en algún tributario del mismo.
Y otro detalle que me he dejado para el final. Para esta ocasión, con el río grande, y para trucha de la que tensa línea, he resucitado mi caña más potente, la Scott A2 para línea 6, y la verdad es que se ha portado de maravilla, mostando su potencia para lanzar, sin esfuerzo, tándems de seca, incluso voluminosa, y ninfa, extendiendo bajos de línea que puedan parecer demasiado largos para este tipo concreto de pesca, y se ha mostrado precisa y fiable pescando a mosca seca; el pie de más, con respecto a mi habitual caña de 9 pies no ha sido estorbo alguno, y encima ha servido para controlar mejor la pelea con peces tirando a grandes, incluso cuando estos han ganado la ventaja de la corriente aguas abajo. Buena herramienta, la Scott A2, que combinada con el excelente carrete Adams, recientemente adquirido, que tiene unas prestaciones para nada inferiores a otros de marcas más reputadas, y por supuesto más caras, apunta a ser fiel compañera, junto con mi nuevo carrete, en todas aquellas salidas en que río ancho y peces de buena talla, exijan el uso de potencia adicional en el equipo.
JORNADA DE PESCA Nº 721
Viernes, 24 de octubre de 2014
Coto Intensivo de Anglès-El Pasteral S. M. TE015
Río Ter
Temporada 2014 - 2015 - Nº 2
Temporada de cotos intensivos de salmónidos 2014-2015 - Nº 2
Pescador:
Ferran RUBINSTEIN
Capturas:
6 truchas fario a mosca seca, 1 trucha arco-iris a mosca seca y 4 truchas fario a ninfa
Climatología: soleado y caluroso.
Cauda: medio-alto. 12 m3/seg.
Condiciones de vadeo: vadeable con precaución, siendo recomendable el uso del bastón de vadeo.
Hora de inicio de la jornada: 10,45 h.
Hora de finalización de la jornada: 17,00 h.
La música de hoy:
Viaje de ida:
Marcha triunfal americana
Balada, Op. 78
Oberturas nºs 1 y 2 sobre temas griegos
Alexander Glazunov
Viaje de vuelta:
Sinfonía º 8
Alexander Glazunov
Concierto para piano y orquesta en SOL menor
Anton Dvorák
Líneas Tensas!
Ferran RUBINSTEIN.
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