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sábado, 8 de diciembre de 2012

JP-635. COTO DE ANGLÈS - EL PASTERAL INTENSIVO S. M. TE15 - Viernes, 07/12/2012

El viento y las pocas eclosiones hicieron que las truchas estuvieran un poco rácanas este viernes del Puente de la Inmaculada en "Magic Anglès".  

Siguen saliendo farios preciosas en Anglès. Está, que picó a la ninfa del tándem, estaba al acecho bien pegada a una orilla muy enmarañada y llena de troncos sumergidos.


JORNADA DE PESCA Nº 635

En este viernes del Puente de la Purísima, y con el fin de poder atender compromisos familiares el día de la Inmaculada, he vuelto a Anglès, uno de mis "cuarteles de invierno" por autonomasia. Lejos de las alegrías de las maravillosas y fructíferas jornadas de pesca del pasado verano, este retorno a "Magic Anglès" me ha devuelto a la realidad: el invierno ha llegado ya al río, y especialmente este coto intensivo sin muerte muestra la cara habitual que más conozco, y más teniendo en cuenta que cuando más lo frecuento es en el período que va del Puente de la Inmaculada hasta principios de marzo, y que no es otra que la de un escenario nada fácil de pescar, máxime cuando el caudal del río Ter más abajo de la presa del Pasteral se mantiene en unos escasos 4 m3/seg, hace frío y encima sopla un aire muy molesto.
Las truchas estuvieron o ausentes o muy bien escondidas en las corrientes, y cuando por fin las pude encontrar comiendo arriba, lo hacían en aguas muy paradas y estaban terriblemente resabiadas y selectivas. Vamos, la radiografía perfecta de tantas y tantas jornadas de pesca en Anglès en el pasado. Bienvenidos pues, a una nueva edición de "Magic Anglès" ´ Winter Season. Al menos, y para que sirva de consuelo, el "jogo bonito" está garantizado, dado que con el poco caudal que lleva el río (rozando el mínimo ecológico), es francamente difícil recurrir a pescas pesadas y tungstenizadas, salvo en cuatro pozas contadas.
También el viaje a Anglès respondió a mis expectativas estéticas, y a lo que suele ser habitual en mis desplazamientos invernales a este coto: un viaje bajo las estrellas de una noche glacial hacia un amanecer límpido en le que se puede disfrutar tanto de todas las tonalidades del rosa y del naranja de la salida del sol como de escuchar la "Balada" de Glazunov, y una llegada a Anglès aún con temperaturas negativas y con muy poca gente en unas calles que el sol recién salido todavía no ilumina , escuchando los primeros compases de otra obra de este compositor ruso: "A la memoria de un héroe".
Tras un desayuno en el que no me recreé demasiado, hojeando un periódico que ya tuve tiempo de leer un poco más detenidamente a la hora de la merienda, llegó por fin la hora de cambiarme, en el enorme aparcamiento público de un centro comercial, con el fin de tener el coche a salvo de cacos, y de emprender una pequeña excursión a pie hasta el inicio de la zona de los polígonos de La Cellera del Ter, punto en el cual iba a comenzar un periplo que terminó llevándome hasta la chopera unas horas después.
Todo y la helada matinal, el sol brilló a lo largo del día en un cielo apenas decorado con cuatro inocentes nubes. A diferencia de la semana pasada en el siempre umbrio y encajonado Pedret, aquí las temperaturas negativas duraron bien poco, y sobre el mediodía se llegó a alcanzar una confortable temperatura de doce grados. Sin embargo, a diferencia de la semana anterior, a lo largo de la jornada sopló un molesto aire, que todo y no convertirse en auténtica ventolera, dificultó en ocasiones el lance, especialmente a la hora de pescar a  mosca seca, y creo que fue uno de los factores determinantes para desactivar la actividad de las truchas.
La única sorpresa desagradable de la jornada fue el encontrarme un cormorán, erguido sobre una piedra en medio del río. El pajarraco estaba tan al acecho de los peces como yo, pero con una finalidad bien distinta a la mía, y que como pueden los lectores suponer no incluye el captura y suelta. ¡Para cuando se va a decretar escopeta para esta plaga!.
La arboleda está pelada, y el viento mueve las ramas sin hojas. El sol apenas calienta. Las horas pasan volando mientras intento conseguir una picada, y el olor de leña y hojarasca quemada de los huertos y explotaciones forestales cercanas al río me acompaña, haciéndome pensar en chuletones asándose. Es el invierno de "Magic Anglès", un invierno menos riguroso que el de Pedret, Alfarràs u Oliana, pero en un escenario en donde es difícil pescar especialmente en esos días en que las truchas se cierran en banda, y como es el caso de este día simplemente no hay eclosiones: eran ya casi la una de la tarde, y en mi largo periplo ni había visto ni una ceba, ni había visto ni tan solo una mosca. Pese al mutismo total, había podido sacar oro de las piedras de  mis medidas y selectivas prospecciones de rinconcillos que mi memoria de pescador recuerda como productivos en días así en este coto: una buena trucha arco-iris de cerca de cuarenta centímetros había terminado en mi salabre, pescada en largo con la micro-ninfa del tandem en un blando de corriente pegado a mi propia orilla en el que no habrían apenas dos palmos de agua.
Al llegar a la chopera, todo cambió de golpe, pero desde luego no a mejor. La poca gente que vi pescando este viernes, se concentraba en esta zona, y con razón, pues era la única en la que se veían cebas, y aunque no era un actividad frenética, la novedad me hizo frotar las manos pensando que, como pasa en otras ocasiones, la jornada de tarde y el recurso de la pesca a mosca seca iban a terminar alegrándome el día. 
Evidentemente, los pocos pescadores que había por la zona, ocupaban los mejores sitios, o por lo menos los que yo recordaba como mejores de mis anteriores visitas por estos pagos. No obstante, conseguí encontrar un hueco, sin molestar a nadie, en un tramo de aguas casi paradas -escenario siempre complicado- para ponerme inmediatamente manos a la obra con la mosca seca.
Todo y que las cebas aumentaron en cantidad, sobre todo en el rato en que el escenario estuvo completamente al sol, tanto el viento que complicó el lance como lo selectivo de las truchas hicieron que pasase más de una hora consiguiendo tan solo un claro rechace a la mosca de entre una multitud de lances. Me vi obligado a cambiar varias veces de mosca, y a alargar el bajo, pese al molesto aire, en busca de un picada que finalmente no se produjo hasta que el pescador que tenía justo aguar arriba desalojó el sitio, y me pude poner a pescarlo. Allí, con la ventaja de la leve corriente, reduciendo más el tamaño de la mosca, y a la que esta se empapó, conseguí la picada de otra arco-iris, esta vez de tamaño mas "convencional", que ¡por fin! terminó en el salabre. Vi muy poca mosca volando, señal de que las pocas eclosiones que habían no llegaban a la superficie dado que las truchas se las comían en fase emergente.
Seguí probando en la postura, a seca, insitiendo hasta la saciedad, y lo único que conseguí fue darle un revolcón a un par de truchas más. Picaban fatal, con mucho recelo, y finalmente, cuando el sol se ocultó tras la arboleda, las cebas fueron espaciándose más en el tiempo.
Todo y haber marchado el sol, quedaba aún partido, pues eran apenas las tres y media de la tarde. En un día de verano y en Anglès, eso quiere decir que lo mejor puede estar incluso por llegar, pero en las cercanías de Santa Lucía, en los días más cortos del año, esas tres de la tarde son una hora ya muy tardía, momento en que uno debe jugarse los últimos cartuchos, y más en un día así de complicado.
Para quemar esos últimos cartuchos, decidí insistir en una corriente, un poco aguas más arriba,  hacerlo pescando con el tándem, y confiando sobre todo en la microninfa, mi sempiterna pheasant tail de bola plateada y en esta ocasión en tonalidad verde. Cuando ya me quedaban tan poca munición como argumentos, ¡hurra! conseguí una brutal picada justo al pasar la ninfa pegada a la muy enmarañada y llena de troncos sumergidos orilla de enfrente (en realidad la tenía a poco más de caña y media de distancia). En este caso, pude evitar sacar el pez rápidamente de esa orilla tan peligrosa para mi como oportuna para los propósitos de fuga del animal, y llevándolo al centro de la corriente pude gestionar la pelea con mejor solvencia y con un final más feliz para mi: la alegría de tener en mis manos nuevamente una de esas preciosas farios de Anglès, en este caso cercana a los cuarenta centímetros.
Todo y obtener una picada más con la ninfa, en este caso de un pez al que le dí un buen revolcón pero que no llegué a ver, la llegada de las cuatro de la tarde, y la caída de la oscuridad sobre el río al haberse ocultado el sol tras las montañas de les Guilleries, me hizo pensar en que me quedaba un largo camino de vuelta al coche.
De regreso, disfrutando de una vivificante caminata y disfrutando de la serenidad de una tarde de otoño con aires definitivamente invernales, aún me detuve a dar unos cuantos varazos en un par de posturas que había probado por la mañana, por aquello del "por si acaso", y sobre todo porque tanto soy un vicioso de la pesca como un auténtico adicto a ir de pesca. Ya hace muchos años que los resultados han dejado de contar para mi: hay días en que los peces pican más, y otros en los que pican menos, pero eso es sólo un aliciente más de ir (y volver) de pesca, todo un ritual de sensaciones que hacen que para mi el ir de pesca sea mucho más que capturar peces. Y en eso pensaba, aunque por muy poco tiempo, mientras volvía a casa tras merendar, y avanzaba raudo bajo otro cielo tachonado de estrellas, escuchando la Fantasía Sinfónica de "La Mujer sin Sombra" de Richard Strauss.                                     



JORNADA DE PESCA Nº 635

Viernes, 7 de Diciembre de 2012

Temporada 2012 - 2013 - Nº 8
Temporada de Cotos Intensivos de Salmónidos 2012 - 2013 -Nº 8

Coto Intensivo de Anglès - El Pasteral S. M.
Río Ter

Pescador:
Ferran RUBINSTEIN.

Capturas:
1 trucha arco-iris a mosca seca, 1 trucha arco-iris con ninfa t 1 trucha fario a ninfa.

Climatología: mañana, soleada y fría con helada matinal; mediodía y tarde: soleado y templado con viento.

Hora de inicio de la jornada: 10,30 h.
Hora de finalización de la jornada: 17,00 h.

La música de hoy:

Viaje de ida:

"Marcha Triunfal Americana"
"Balada", Op. 78
Obertura nº 1, sobre temas griegos
Obertura nº 2, sobre temas griegos
"La Canción del Trovador"
Alexander Glazunov.

Viaje de vuelta:

Sinfonía nº 1
Sergei Rachmaninov

Fantasía sinfónica sobre temas
de la ópera "La Mujer sin Sombra"
Richard Strauss.

Líneas Tensas!


Ferran RUBINSTEIN.



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