JORNADA DE PESCA Nº 532
Este Sábado, el último antes de la llegada de las vacaciones de verano, conseguí salir airoso del desafío del pescar en el coto de Ratavilla, y lo que es más, volver a casa sin que la corriente del desbocado Cardener diera con mis huesos y pertrechos en el Pantano de Sant Ponç, gracias a mis amigos Lluixet y Tonipintor, con los cuales compartí una jornada que podría tildarse más de deportes de aventura, que de pesca a mosca.
Fué mi estreno en el Coto de Ratavilla, en donde no había pescado hasta la fecha, y del mismo, había tenido siempre referencias muy contradictorias: por una parte, rio muy bonito en un entorno natural de gran belleza, pero de peligroso tránsito si no se conoce bien, y por otra, truchas muy hermosas, pero tremendamente selectivas.
Para ser el dia del estreno, y más habiendo estado toda la semana anterior presa de la típica excitación de cuando te enfrentas a un nuevo desafío, se puede decir que no acerté con el dia, pues –y esto es una opinión de Tonipintor, que conoce muy bien ese tramo del Cardener- no estaba el rio para pescarlo de un modo que fuera muy productivo, debido a que bajaba una fuerte y turbulenta corriente, procedente de la compuerta del pantano de la Llosa del Cavall, que tiene que ir aliviando capacidad, al estar actualmente al 95% de la misma.
Fué gracias a Tonipintor y a Lluixet, hombres corpulentos y fuertes, y pescadores acostumbrados a escenarios revueltos y turbulentos, a los que otros ni se acercarían, que conseguí salir airoso de este desafío de atreverse con el Ratavilla crecido –algo más parecido a un deporte de aventura, de esos que están tan de moda ahora, que a pescar a mosca- y no terminar, en el peor de los casos, arrastrado corriente abajo hasta el Pantano de Sant Ponç, convertido en pasto para las luciopercas, o cuanto menos bañándome vestido al menos dos o tres veces. Gracias a su impagable ayuda, pude vadear las veces que hizo falta el rio (e hicieron falta muchas, os lo aseguro), y me sentí seguro en medio de esa vorágine de agua, que con mi estatura y envergadura de talla “hobbit” no hubiera podido resistir ni el primero de los cruces del rio. Peor aún, fué el tránsito fuera del mismo, pues transcurre por un paraje embarrancado de una singular belleza, y como mucho tiene accesos bien definidos en el inicio del coto y en la zona infantil, pero fuera de allí, tiene muy poco sitio por donde escaparse, y encima las crecidas de esta primavera han terminado con todo vestigio de camino de acceso, y enmarañando aún más la auténtica jungla que es de por si la vegetación de la ribera. Así pues, cada vez que el caminar por el rio ya era imposible, no nos quedó otra que desmontar caña, y abrirnos paso entre zarzas y maleza diversa, e incluso a trepar y destrepar rocas con las botas del váder, que no son precisamente “pies de gato” en lo que a arraparse a la piedra se refiere.
Eso si, todo y sudar adrenalina, y estar alguna que otra vez realmente agobiado, no pude dejar de admirar el maravilloso entorno del rio. Por lo que nos contó Toni, que ejercía como guia, estabamos pescando la parte “más fea” del coto, pues aguas arriba aún se embarrancaba más, de tal manera que tanto en la parte alta del mismo, como en el sin muerte del Mas del Cavall, que es el coto que sigue al que estábamos pescando, uno podía sentirse sobrecogido por los inmensos acantilados que flanquean el rio por uno y otro lado.
La acción de pesca, estuvo plenamente condicionada a las circunstancias de como bajaba el rio. Tocó pescar por turnos, y en muchos de ellos, tuve que renunciar a hacerlo, pues no me sentía seguro tan metido en la corriente, ni a gusto al no poder concentrarme en estar pescando, y estar pendiente a la vez de que no me fallasen las piernas, o cediesen los guijarros sobre los que me apoyaba.
Pronto vimos que ese no iba a ser un dia para grandes alegrías en lo que a capturas se refiere, y menos aún de pescas de tipo “jogo bonito”, o sea, tándems de seca y ninfa, o seca bien “al agua” o sobre ceba vista. De hecho. Lluixet lo tuvo claro desde el primer momento, y fué el que más rápido cambio el tándem “de verano”, por un par de rigurosas toda vez que eficaces ninfas de las de “rascar fondos”. Toni, que de los tres es el pescador de competición, curtido además por la experiencia de un buen montón de campeonatos y concursos, pescó mucho menos tiempo del que es habitual, ocupado en sus funciones, para ese dia, de guia, pero todo y así nos deleitó con una exhibición ¡a seca! de como pescar blandos de corriente. Yo, por supuesto, conservador donde los haya, y adicto al tungsteno, como buen rascapozas pedretiano, no tardé en seguir los pasos de Lluixet, y en poner a secar en la almohadilla de mi váder tanto el peludo y flotabilizado tricóptero, como la apetitosa microninfa.
Lluixet fué el que tuvo la jornada más produtiva, pues el terminó su “Desafío Ratavilla” (también era su estreno en este coto) con los galones de “Ratavillero” con rango al menos de teniente, al capturar 15 truchas, que tal y como bajaba el rio ya es un resultado excepcional.
Toni, al que tanto Lluixet como un servidor agradecemos mucho el tiempo que dedicó tanto ha hacernos de guia, como a darnos consejos, pescó muy por debajo de lo que son sus niveles de capturas, todo y que en el rato que pescó a ninfa, se le escaparon un buen montón de peces que “mordieron hierro”. Ocho truchas son una justa pero corta recompensa por sus servicios, que por lo menos para mi, fueron impagables.
Por mi parte, y todo y ser el que menos tiempo pude pescar, dadas las circunstancias, se puede decir que amorticé lo mejor que pude las ocasiones de las que dispuse, de poder pescar sin acabar haciendo “rafting” sin barca, y terminé capturando 3 truchas y 1 alburno, que supongo se debió descolgar desde el pantano que hay aguas arriba. Una pescata muy modesta, pero que me sirve (Toni lo dice, y eso es artículo de fe) para ganarme también los “galones de Ratavillero”, si bien no con las rutilantes estrellas de oficial, al menos con las tirillas de cabo chusquero y reenganchado.
Como la jornada terminó antes de lo previsto, más que nada por mi lamentable estado de agotamiento, tuvimos tiempo de una merienda con tertulia de pesca incluída en Solsona. Toni y Lluixet, como si de dos “chicarrones del norte” se tratase, se metieron entre pecho y espalda unas habas a la catalana, un plato de pies de cerdo y otro de conejo guisado con salsa. Yo, como siempre, y dados mis hábitos más guiris que nacionales, me traje de la pastelería más cercana un “bracito de gitano” de nata, una “sara” de almendras y un pastelito de chocolate.
De vuelta a casa, pasados ya los efectos del subidón de adrenalina, y repuestas las fuerzas tras el cansancio de un dia tan azaroso, no pude dejar de reconocer que pese a todo había sido una jornada muy divertida, disfrutada además en muy buena compañía.
Espero que ahora, no les dé a los locos de los deportes de aventura, poner de moda el “remonting”, que sería algo así como remontar por fuerza bruta rios desbordados. De lo contrario, los Bomberos de la Generalitat, ya de por si ocupados por tanto majara jugándose la piel por la montaña, iban a tener aún más trabajo añadido.
No quiero despedirme de los lectores de este, vuestro blog, sin volver a dar las gracias por todo, pero sobre todo por ayudarme en tan difíciles vadeos, a Lluixet y a Toni.
TEMPORADA 2.009 - 2.010 - Nº 35
Sábado, 24 de Julio de 2.010
TEMPORADA DE SALMÓNIDOS 2.010 Nº 18
Coto de Ratavilla
Rio Cardener
Capturas: 20 truchas fario a ninfa, 7 truchas fario a mosca seca y 1 alburno a ninfa.
Pescadores: Lluixet, Tonipintor y Ferran RUBINSTEIN
Capturas por pescadores:
Luixet: 14 truchas fario a ninfa y 1 trucha fario a mosca seca.
Tonipintor: 6 truchas fario a mosca seca y 2 truchas fario a ninfa.
Ferran RUBINSTEIN: 3 truchas fario a ninfa y 1 alburno a ninfa.
Climatología: soleado y caluroso, con bajo nivel de humedad ( o sea, sin bochorno)
Hora de inicio de la jornada: 10,15 h.
Hora finalización jornada: 16,45 h.
La música de hoy:
Viaje de Ida:
Concierto para violín y orquesta nº 2 “en estilo Húngaro”
De Joseph Joachim
“Andante”, Op. 69 – Nº 2
de Giuseppe Martucci
Cortejo Solemne, Op. 50
Cortejo Solemne, Op. 91
De Alexander Glazunov
Viaje de vuelta:
“Ball Suite”
de Franz Lachner
“Ein Festes Burg”
de Joachim Raff
“Hungaria”
de Franz Liszt
Lineas Tensas!
Ferran RUBINSTEIN.