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sábado, 17 de julio de 2010

JP-531. COTO EL FRESER-2 S. M. - CAMPDEVÀNOL.








JORNADA DE PESCA Nº 531



El coto sin muerte de Campdevànol, una zona de pesca suburbana en un entorno ajardinado y agradable, me ha proporcionado este pasado sábado mi primera pescata de más de veinte truchas, concretamente veintiuna. Pero incluso este resultado tan positivo puede tener una lectura crítica, como expondré más adelante.
En esta jornada, conté con la presencia de mi amigo Pep, que suele acompañarme en mis salidas de pesca aunque él no sea pescador, ni tenga ningún interés específico por temas fluviales. Generalmente, solemos amenizar los viajes de ida y vuelta hablando de un tema que nos apasiona a ambos: la historia. Además, aprovechamos para desayunar y merendar, mientras seguimos con nuestras conversaciones. En las largas horas en las que me dedico a mi jornada non-stop de pesca, Pep aprovecha para hacer alguna excursioncilla de senderismo, o para ir a ver alguna curiosidad natural o arquitectónica.
Como no, nada más llegar a Campdevànol, fuimos raudos a reservar nuestra “boina” para la merienda en Can Nasiet, la reputada pastelería de donde proceden tales exquisiteces.
Una vez satisfechas las necesidades alimenticias, con el consabido desayuno de “pa amb tomàqauet i embotits”, Pep se fué de exploración por los senderos de la zona, y yo de cabeza, o mejor dicho, de pies al rio, que este sábado bajaba con un caudal no tan sólo óptimo, sino envidiable, para ser un mes de Julio: casi unos cuatro metros cúbicos por segundo.
Este coto sin muerte, llamado oficialmente “El Freser-2”, es un corto pero coquetón tramo de rio, con una muy buena población de trucha fario, mayormente autóctona. Está ubicado casi en su totalidad en un entorno ajardinado, con profusión de césped, árboles, bancos y áreas de juego infantil, y sólo en su tramo final tiene uno la sensación de estar pescando dentro de un casco urbano. Además, y a diferencia de otros sin muerte, urbanos o suburbanos, el agua está limpia, y no hay barro ni otros sedimentos malolientes. El único defecto que se le podría achacar, es que es muy, pero que muy corto: apenas llega a los dos kilómetros de longitud. Es una pena que al coto con muerte de esta misma población, ubicado en el mismo río e inmediatamente después del sin muerte, un coto en donde se permite matar y utilizar todo tipo de artes y cebos, incluso la lombriz, la administración le haya otorgado más del doble de longitud que a la zona de pesca controlada en donde se han devolver las capturas. Lamentablemente, en este país se siguen dando todo tipo de ventajas a los pescateros, y muy pocas a los pescadores. Hoy por hoy, seguimos teniendo un porcentaje realmente ridículo de cotos sin muerte, para un país civilizado.
La prueba de que la pesca sin muerte, siempre acaba dando muchas más satisfacciones que el esquilmamiento consentido de la población piscícola, no es otra que la productividad. Pescando dos sábados consecutivos con casi idénticas condiciones climatológicas, y con la misma técnica e idénticos señuelos, pero habiéndolo hecho el pasado en el coto tradicional, y este último en el de captura y suelta, resulta que en el primero –con mucha más longitud prospectada incluso- sólo capturé nueve truchas, mientras que en el segundo pasé de largo del doble de ese resultado.
Las emociones comenzaron bien pronto en esta jornada: en los primeros diez minutos ya había capturado una trucha y perdido otra en la pelea. No había pescado ni dos horas y llevaba doce truchas ensalabradas, y por lo menos nueve picadas no resueltas o perdidas en el combate. La cosa pintaba de escándalo.
Sin embargo, y justo al mediodía, sucedió un extraño “poltergeist” fluvial, que no es la primera vez que observo en el Rio Freser. De repente, el agua se enturbió y el nivel del rio creció, si no ostensiblemente, si por lo menos lo suficiente para darse uno cuenta de que el nivel ha variado, aunque sea muy ligeramente, a más.
Durante todo este episodio, y que duró casi una hora, la actividad de las truchas cesó por completo, por lo menos en la vena central de la corriente, y en las sobaqueras y blandos de corriente de la orilla opuesta, que estaban siendo los escenarios más productivos, de momento. Como en un principio no sabía si esa crecida iría a más, opté por la estrategia –tan propia de esta ocasiones- de pescar bien arrimado a mi propia orilla, allá en donde el agua clarea. De este modo, este interludio no fue del todo inproductivo, pues clavé tres truchas, una de las cuales terminó, como las otras, en el agua, pero después haber visitado el interior de mi salabre por un corto espacio de tiempo.
Tras traspasar el azud que está a la mitad del acotado, el nivel volvió a la normalidad, y el color a la transparencia, del inicio de la jornada.
Al ser el mediodia solar, y pescar una zona muy somera, decidí pasar a pescar a seca, con tricópteros, como estrategia preferente. Pronto obtuve un montón de subidas que no pude materializar en clavadas, hasta que me di cuenta de que se trataba de rechazos. Cambié un par de tricópteros más, pero el resultado fue el mismo, o peor aún, la indiferencia.
La llegada a unas corrientes ya más vivas, a partir del puente de la carretera de entrada al pueblo, y hasta el límite superior del coto, me hizo optar por volver a pescar con tándem, con un resultado tan productivo en ese tramo de 9 truchas más.
En fin, un dia de pesca de alta productividad y muchísima diversión. Pero, como decía la principio, con un resultado sujeto a una revisión critica. De las veintiuna truchas capturadas, veinte lo fueron con las microninfas del tándem, y sólo una, precisamente la que pesqué en donde clareaba el agua de mi propia orilla, durante el episodio de crecida y enturbiamiento del rio, lo fué a mosca seca. Esto quiere decir que, en un dia de tanta actividad, si hubiera acertado por arriba, tanto como lo hice por abajo, hubiera podido terminar la jornada con un resultado realmente escandaloso.
Suele suceder, que a veces, por pereza, o por pocas ganas de calentarnos la cabeza, algunos seguimos pescando dentro de los campos del posibilismo. De haber sido más atrevido, o menos perezoso, o todo junto a la vez, quizás ahora estaría hablando de una pescata de escándalo en vez de una muy generosa. Suele suceder en este arte que es la pesca con mosca que un pequeño detalle marca la diferencia, a veces entre todo o nada, y otras entre mucho y aún más.




TEMPORADA 2.009 - 2.010 - Nº 34

Sábado, 17 de Julio de 2.010

TEMPORADA DE SALMÓNIDOS 2.010 Nº 17

Coto El Freser-2 sin muerte - Campdevànol

Rio Freser

Capturas: 20 truchas fario a ninfa y 1 trucha fario a mosca seca

Pescador: Ferran RUBINSTEIN


Climatología: mañana: soleado y caluroso, tarde: nubes y claros, caluroso.

Hora de inicio de la jornada: 10,15 h.


Hora finalización jornada: 16,45 h.


La música de hoy:

En esta jornada no hubo sesionesde música clásica, ni de ninguna otra, tanto en el viaje de ida, como en el de vuelta, pues el tiempo de viaje estuvo ocupado por conversaciones con mi amigo Pep, mayormente sobre temas históricos varios, como el Imperio Bizantino, el reinado de Enrique VIII de Inglaterra, el reinado de Isabel I de España, del Duque de Berwick y su participaración e varias guerras a lo largo de los siglos XVII y XVII o de los origenes de la Corona de Aragón. Por supuesto, también hablamos de fútbol, de España como Campeona del Mundo de Fútbol, y de los posibles éxitos en la nueva temporada de nuestro equipo, el Barça.

Lineas Tensas!



Ferran RUBINSTEIN.

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