miércoles, 2 de diciembre de 2015
JP-774. "MOMENTOS PICO" Y "MOMENTOS VALLE", DENTRO DE LA ACTIVIDAD CONTINUA DE LAS TRUCHAS. Martes, 01/12/2015
JORNADA DE PESCA Nº 774
¡Que vicio! No habían pasado ni tres días desde mi última salida de pesca, el último sábado de noviembre, que ya estaba de nuevo metido en el río, con la caña en ristre, aprovechando mi último día de vacaciones del año 2015, de entre los del haber de mi calendario laboral.
¡Ya veis! Primer día de Diciembre y pescando. Y por si fuera poco, disfrutando del río en un día bonancible y de temperaturas inusualmente altas para la época del año, cosa habitual en el otoño de 2015, que efectivamente pasó a ser uno de los más cálidos y secos de lo que llevamos de siglo. Y os lo puedo confirmar porque estoy escribiendo este artículo tan a "toro pasado" como a mediados de febrero de 2016.
El caudal del río Ter´, aguas abajo de la presa del Pasteral, no había variado para nada desde el sábado, así como tampoco lo había hecho a lo largo del otoño. O sea, seguía con ese ridículo "mínimo ecológico" que no llega ni a los 5 m3/seg., y que junto con lo pinchadas y escarmentadas que están las truchas en el sobrepescado "Magic Anglès" es uno de los factores que se pueden combinar para llevarte un buen bolo.
De nuevo, como "animal de costumbres" que soy (además de la sublimación del poco riesgo y escasa innovación pescando) volví a la parte de baja del coto, animado por los relativamente buenos resultados de tres días antes (1).
En esta ocasión, los resultados de las primeras dos horas de pesca, entre el puente de Sant Julià de Llor y la desembocadura de la Riera de Osor, no pudieron ser más descorazonadores: ni una picada, en un río "mudo" en el que no vi ni una ceba por asomo, cosa esta última quizás un poco normal, dada la ausencia de eclosiones que hubo en ese intervalo de tiempo. Lo probé lanzando largo con ninfa ligera, pero la verdad es que la cosa no funcionó tan bien como había funcionado tres días antes en ese mismo sitio.
A diferencia del sábado anterior, relativamente contra pronóstico al tratarse de un laborable, en este primer día de diciembre sí que vi más gente pescando en la parte baja del coto. En concreto, desistí de pescar la parte justo encima de la desembocadura de la Riera de Osor en el Ter, para no molestar a un pescador que estaba allí faenando.
Dando un rodeo por la angostura del riachuelo, recuperé el cauce del río principal con el fin de ir a pescar la postura siempre tan querenciosa del inicio del Tramo 2 (2), en la que había triunfado en mi última y reciente edición de "Magic Anglès".
¡Rayos y truenos! La postura de mis deseos, ese fuerte en donde atrincherarme si las truchas estaban activas, estaba ocupada no ya por uno, sino por dos pescadores. En vez de desesperarme, esta vez decidí ser paciente y aguardar turno.
Como estaban enfrascados a lo suyo, los pescadores ni repararon en mi presencia. Pescaban con cañas largas, de esas de 10 pies o mas, y por el gesto repetido vi enseguida que lo intentaban con ninfa al hilo. Desafortunadamente para sus intereses, no recibieron ninguna picada en el relativamente corto intervalo de tiempo en que ametrallaron literalmente la postura. Lo que me llamó la atención fue que habiendo una buena colección de peces cebándose en superficie, en ningún momento se plantearon pescarlos a mosca seca. Me da la impresión de que el monotema ninfa está limitando, más que ampliando, los horizontes de muchos pescadores, sobre todo de los recién llegados a esto de la pesca a mosca, y especialmente de los que están encadenados al resultadismo de sacar peces al precio que sea.
La pareja de pescadores marchó de la postura mucho antes de lo previsto, con lo que pude tomar posesión de "El Álamo" sin disparar ni un solo tiro. ¡Todo el fuerte para mi! Ahora...¡a defender el mismo con uñas y dientes!.
Antes de adentrarme en el territorio de la corriente peiné un poco la poza, que cierra la gran roca roma en medio del río, a base de lanzar largo, con la ayuda de la cola de rata, el pequeño perdigón rojo que tanto éxito me proporciona siempre. El éxito fue inmediato, y en pocos lances capturé tanto una irisada de buen tamaño, como una fario también por encima de 35 cms., con esa técnica y ese señuelo.
Esta fario, que resultó ser la de mayor tamaño del día, tenía una curiosa lesión en la boca, de manera que presentaba una siniestra sonrisa. Quizás el pobre animal fuese víctima del desanzuelado chapucero de un gran streamer o de una cucharilla de anzuelo triple, que le dejó la boca totalmente torcida. El caso es que el animal, bravo por naturaleza, seguía en el río cazando y comiendo para sobrevivir. Mi pequeño perdigón sin arponcillo le debió de parecer casi una caricia, comparado con lo que posiblemente haya tenido que sufrir.
Pero no había plantado mi bandera en el mástil del fuerte para eso. Seguramente, si hubiera seguido pescando de un modo más especulativo, en este caso lanzando el perdigón, hubiese optimizado mucho los resultados cuantitativos de la jornada. Pero no había venido para esto. La actividad en superficie, ahora que la había y de un modo constante, me pedía que disfrutase de extender los excelentes bajos de línea de mi amigo Alfredo C. (3), y de que diera alegría a mis sentidos pescando a seca, disfrutando de ese espectáculo impagable que es ver subir a las truchas a tomar la mosca.
No fue de los días más fáciles, pescando a mosca seca en esta postura tan habitual en mis visitas a la parte baja del coto, pero tampoco fue de los más difíciles. Los resultados de cerca de dos horas pescando sobre una buena cantidad de bocas suelen ser de los habituales en esta postura en concreto, en esta época del año, con el río tan bajo de caudal y para un pescador mediocre como yo: cuatro truchas fario (todas de entre 30 y 35 cms.), y dos más, también pintonas, que se me desclavaron a las primeras de cambio.
Todo y que la actividad de las truchas en superficie no cesó por completo a lo largo de la tarde, y que persistían en ello a la hora en que me fui a merendar, la verdad es que mientras estuve pescando hubo momentos "pico" y momentos "valle". Los momentos "pico", en los que la actividad devenía casi en frenesí, coincidieron por el interés de los peces por tomar las moscas en superficie, mientras que en los momentos "valle", en que la actividad se relentizaba un tanto, los peces comían justo debajo de la película del agua, tomando subímagos.
Estaba más que claro, que las truchas se estaban cebando mayoritariamente a los estadios finales de la metamorfosis de una efémera, concretamente de un bétido de esos que como insecto adulto le llaman "oliva" (una simpática coincidencia con mi apellido real), pero no era desdeñable tampoco la presencia de dípteros, especialmente los quironómidos, auténticos adictos a cursos de aguas de cuencas medias y bajas, especialmente allí donde no funciona cerca una depuradora.
La rotación de mis moscas no fue mucha: en los momentos "pico" pesqué con efémeras de CDC o de hackle de gallo, siempre en un anzuelo del 17, y siempre en colores amarillentos o verdosos, mientras que en los momentos "valle" lo hice con mi comodín habitual de estadios emergentes: una emergente grisácea, con hackle, alas y exhuvia dorada de polywing. En cuanto a resultados, de las cuatro truchas solo una fue capturada en un momento "valle" con la emergente, mientras las que capturé en momentos "pico" se repartieron las moscas engullidas del siguiente modo: tres al "velero" de CDC y una al patrón con hackle. Además, también en momentos "valle" tuve un par de picadas más de peces que se zafaron del anzuelo al primer revolcón.
Tras zurrar a base de bien la postura, fue visto y no visto que llegase casi la hora de plegar la caña, si es que quería merendar tranquilo y volver a casa sin prisas, todo y saber que en día laborable es casi seguro pillar tráfico intenso a la entrada de la gran ciudad. Para terminar la jornada, batí las corrientes vivas aguas arriba de la postura, en que tan ocupado había estado, de nuevo lanzando largo una ninfa de escaso peso. En esta ocasión, hubo guinda que coronó el pastelito: una última captura en forma de fario de más que aceptable tamaño. Eso si, nada que ver con el monstruo de río con el que, en el mismo sitio, había combatido tres días atrás (4).
Un día muy divertido, pescando como a mi más me gusta había llegado casi a su fin. Quedaba la merienda, releyendo con calma la prensa que ya había ojeado por la mañana, a la hora del desayuno, y el atracón de buena música camino de casa. Pequeños e impagables placeres de los días de pesca, que aspiraba a repetir el sábado del Puente de la Inmaculada, preámbulo siempre de la vorágine consumista navideña y habitual prólogo festivo de la estación invernal que ya se aproximaba. Pero las aventuras de ese día ya son otra historia, que tarde o temprano os contaré.
(1), (2), (3) y (4). Leer más detalles en el artículo anterior Jornada de Pesca nº 773 del 28/11/2015
JORNADA DE PESCA Nº 774
Martes, 1 de diciembre de 2015
Temporada 2015 - 2016 - Nº 9
Temporada de Cotos Intensivos de Salmónidos 2015 - 2016 - Nº9
Coto Intensivo de Anglès - El Pasteral S. M. - TE015
Río Ter
Pescador: Ferran RUBINSTEIN
Capturas: 4 truchas fario a mosca seca, 2 truchas fario a ninfa y 1 trucha arco-iris a ninfa.
Equipo de pesca a mosca:
Caña: Vision GT-Four - 9 pies - línea 5
Línea: Adams 6 WF - flotante
Carrete: Sage 4550
Climatología: mañana soleada y fría pero sin valores negativos; mediodía y tarde soleados y templados.
Caudal: medio-bajo
Condiciones de vadeo: vadeo sin dificultad, siendo recomendable el uso del bastón de vadeo.
Hora de inicio de la jornada: 10,00 h.
Hora de finalización de la jornada: 16,30 h.
La música de hoy:
Viaje de ida:
Fantasía en "MI" menor
Anton Rubinstein
Rapsodia húngara nº 4 (versión orquestal)
Franz Liszt
Viaje de vuelta:
Concierto para piano y orquesta en "SOL" menor
Anton Dvorák
Concierto para violoncello y orquesta nº 2
Joachim Raff
Líneas Tensas!
Ferran RUBINSTEIN.
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Buenos días Ferran.
ResponderEliminarTengo que decir que me encanta tu blog aunque no pueda ir mucho a pescar en Cataluña. Esta semana santa iré con la familia a pasar una semanita a Ponts. El año pasado también fuimos y estuve y pesque en el intensivo y la verdad es que muy bien. Me podrias recomendar algun tramo libre en el segre y al ser posible no muy lejos de ponts?
eskerrikasko de antemano
GORKA
Amigo Gorka, perdona la tardanza en responderte pero es que voy siempre liado con muchs cosas, entre ellas la familia y el trabajo. El tramo libre de Artesa de Segre, en el Segre, y aguas abajo de Ponts tiene trucha pero es de muy mal entrar y salir del río, y el caudal -tal y como sucede en Ponts- es muy irregular e incluso imprevisible. Una apuesta más segura, es ir a pescar a Alós de Balaguer, pero también es un coto intensivo, aunque la calidad de la trucha es infinitamente mejor que la de Ponts.
ResponderEliminarUn abrazo, gracias por leerme y espero que pases unas estupendas vacaciones de pesca.
Líneas Tensas!!
Ferran.