domingo, 29 de noviembre de 2015
JP-773. BAJOS DE LÍNEA EXCELENTES, Y BATALLA PERDIDA CONTRA UN MONSTRUO DEL RÍO. Sábado, 28/11/2015
JORNADA DE PESCA Nº 773
Viéndolo con la perspectiva que da el escribir los artículos con casi dos meses de retraso, con respecto a la fecha efectiva de la jornada de pesca, a partir de esta última del mes de noviembre se produce un hecho un tanto determinante en la mejora de la calidad del lance en acción de pesca: la adopción de un nuevo sistema de bajos de línea mucho mejores y polivalentes, que ayudan a proyectar y posar moscas con mayor eficiencia, incluso a un lanzador tan mediocre como yo.
Hacía apenas dos semanas atrás, tras terminar una aciaga jornada de pesca con el bajo de línea hecho unos zorros de nudos de viento, me puse en contacto con un gran especialista en pesca a mosca seca, mi amigo Alfredo Castro, un experimentadísimo pescador y montador de La Rioja, quien, muy en su estilo de hombre franco y práctico, me envió por correo unas cuantas muestras de los bajos de línea que el hace, totalmente ajustados tanto al tipo de pesca que practico, como a las cañas y líneas que uso. Facta non verba; Alfredo es así, directo y poco dado a florituras innecesarias. Lo mejor: probar sus bajos en el río y no perder el tiempo en historias para no dormir o teoremas matemáticos Leonardinos.
La verdad es que el uso de estos bajos de línea, tan bien diseñados, me ha abierto los ojos respecto a este tema que, en realidad, es todo un mundo en si mismo. A menudo, nos entestamos en grandes teorías y prácticas del lance, cuando en realidad necesitamos que no falle la parte final de la proyección de la mosca, y esta no es otra que el bajo de línea.
Agradezco mucho a Alfredo sus bajos de línea, pero aun más su amistad y sobre todo su generosidad. Curiosamente, mi amigo riojano y un servidor somos antagonistas en alguna que otra cosa, especialmente en terreno futbolístico, je, je, je... pero la verdad es que en materia de pesca a mosca, algo tan importante en mi vida como, supongo, en la suya, es un placer escucharle y recibir sus consejos, pues se nota que es de esas personas que sabe un montón sobre pesca -especialmente a mosca seca- y montaje, pero tiene esa maravillosa actitud, ese bien tan escaso en la actualidad, de no hacer ostentación, que tanto es de valorar hoy en día, en que cualquier recién llegado a este mundo de la pesca con sedal pesado ya se cree lo suficientemente docto como para aconsejar a los demás, por el simple hecho de haber masacrado alguna cuba que otra de peces repoblados, generalmente a golpe de perdigón. .
Podría aquí desgranar las fórmulas de sus bajos y de los hilos con que están hechos, pero evidentemente no lo voy a hacer. Son su propiedad intelectual, y solo a él le corresponde hablar de sus creaciones. Lo máximo que puedo hacer, si tenéis curiosidad por sus trabajos, es invitaros a conocer su excelente blog "Solo seca, pasión por el montaje", uno de los mejores en su materia y de los muy pocos que realmente vale la pena visitar, si es que queremos aprender algo positivo para nuestra afición .
Preparada ya mi línea habitual con uno de los bajos "made in La Rioja", solo me quedaba esperar a la llegada del último sábado de noviembre para probarlos.
El martes de esa misma semana, había estado pescando en Anglès en uno de los días más fríos del año, incluyendo los de los pasados enero y febrero del pasado invierno. Sin embargo, ese ataque en toda regla del "General Invierno" quedó en apenas una escaramuza, pues hacia finales de semana ya se habían recuperado las habituales temperaturas inusualmente altas de este otoño tan bonancible. Es más, salvo este cortísimo episodio de temperaturas negativas en pleno otoño, la verdad es que con la excepción de un par de días de bajas temperaturas por Reyes aun es la hora, en este invierno de 2016 desde el que estoy escribiendo este artículo, que hemos de pasar frío de verdad en el Principado, y eso que estamos ya en los primeros días de febrero.
El déficit de precipitaciones de este otoño sorprendentemente cálido, ha dado para nulas alegrías en el caudal de los ríos, especialmente en los de las cuencas interiores (sistema Ter-Llobregat). Vivir para ver: en esta jornada de pesca estábamos en las vísperas del aniversario de la tremenda e histórica riada del 1 de diciembre de 2014, cuando un tsunami fluvial puso patas arriba toda la cuenca media del Ter. Un año después, en pleno epicentro de ese tsunami, el caudal del río apenas alcanzaba el mínimo ecológico..y.así sigue, a fecha de escribir este artículo, y va para largo, pues son ya cerca de noventa los días sin precipitaciones significativas en Catalunya, no viéndose en perspectiva la llegada de ninguna potente borrasca que pueda desplazar el persistente anticiclón, cuya tiranía meteorológica nos somete desde hace casi un trimestre.
De vuelta a Anglès, en menos de una semana, aposté esta vez por un pequeño cambio de aires, abandonando la parte central del coto, a la que estuve abonado desde el final del pasado verano, para ir a faenar la parte más baja del mismo.
Salvo en contadas excepciones, la parte baja de este acotado intensivo siempre es visitada por un número significativamente menor de pescadores. Supongo que la dificultad de los accesos, lo tupido de maleza del sotobosque y la lejanía de pistas y caminos donde dejar el coche son las causantes de esta relativa soledad. Para mi.ningún problema: coche en el pueblo, lo más a salvo posible de los cacos, y encima una buena caminata hasta el río, para hacer un tanto de saludable ejercicio aeróbico de baja intensidad.
En lo que a la meteorología de la jornada pertoca, el día comenzó muy nublado, pero sin amenazar lluvia, con temperatura positiva relativamente alta para ser una mañana de finales del otoño (unos 6 º C). El cielo se mantuvo gris hasta un poco después del mediodía horario, momento en el que se abrieron claros
Como suele suceder en mis visitas a Anglès, y las que hago a su parte baja no son una excepción, dado lo activas que están las truchas, me basta con pocos escenarios, profusamente trabajados, para ocupar todo el día de pesca. En el caso que nos ocupa, con tres tuve suficiente.
Para empezar, de buena mañana, tocó pescar una tabla de escasa profundidad. No había indicio alguno de actividad en superficie, pero estaba seguro de que de la misma iba a sacar algo con escamas. Para afrontar el desafío, recurrí a la filosofía de "máxima simplicidad", que siempre pregona mi buen amigo Carles Vivé, pescando largo con una sola ninfa sin tan siquiera indicador de picada. El bajo de Alfredo se mostró tan eficaz con la pequeña imitación subacuática, como lo hubiese hecho con una mosca seca, y la reserva de potencia de la linea 6 permitió moverla sin ninguna dificultad. Simple y sencillo: lanzar lo más lejos posible, recoger acompasadamente y estar siempre pendiente al más mínimo movimiento de la punta de la cola de rata. Una irisada y tres farios fueron las capturas de este tramo; bonitas truchas muy hechas al río, todas ellas de entre 30 y 35 cms.
Terminada la tabla, entré en un tramo de corrientes, que seguí pescando con la misma técnica de lanzar largo con una sola ninfa. De hecho, seguí con la misma con la que había tenido éxito en la postura anterior: el sempiterno perdigón de color rojo chillón (inigualable, el efecto brillo de Rayón Madeira) que parece funcionar bien en todas partes. Aquí, la estrategia funcionó igual de bien, y me llevé como recompensa otras dos preciosas farios más, una de ellas la que sería la más grande del día, rondando los 40 cms.
Después de pescar lenta y concienzudamente, pero siempre en movimiento, pasado el mediodía y coincidiendo con la aparición del sol rebasé la desembocadura de la Riera de Osor en el Ter. Como siempre, el parado de aguas que hay justo encima de esta desembocadura fue debidamente visitado, ya que es uno de los lugares de la parte baja del coto en la que más actividad en superficie suele haber. En esta ocasión, la actividad era bien poca, y todo y que probé el "efecto sorpresa" paseando una efémera de CDC, no obtuve ninguna respuesta y preferí ir a buscar truchas puestas a seca o a emergente en unas corrientes que están unos doscientos metros río arriba.
La sesión de tarde, quizás menos productiva que la de la mañana pero no por ello menos divertida, tuvo lugar en una de mis posturas favoritas de la parte baja del coto: esa gran entrada de la corriente en una poza, en cuya salida hay una gran piedra en medio del río (inicio del tramo nº 2). Seguramente, serán muchos los asiduos de "Magic-Anglès" que la conozcan, e incluso que la hayan pescado en más de una ocasión.
¡Por fin llegó la hora de probar los bajos de Alfredo a mosca seca!! La ocasión no podía ser más propicia, pues se veían muchas truchas cebándose, sobre todo en la corriente, allí donde es siempre más fácil enmascarar presentaciones mediocres. Estaba claro que estaban comiendo varios estadios de efémera de bétido: las había que enseñaban el lomo, o sea comían emergentes, pero también se veía a otras abrir bien la boca para tragar "veleros" con fruición.
He de admitir que el comportamiento del bajo de línea de mi amigo me sorprendió desde el primer momento: estiramiento perfecto y posada suave sin esfuerzo, todo y llevar una línea sobredimensionada. Un gran trabajo, que hace la vida más fácil aun al lanzador. Eso si, las truchas de "Magic Anglès" son de las que están pinchadas y repinchadas, sobre todo a mosca seca, y la cosa no iba a ser nada fácil.
Para empezar con lo que era evidente no dudé en hacer derivar, a lo largo de la "zona caliente" una de las típicas imitaciones de CDC . El "plumerito" consiguió la picada de una trucha irisada de buen tamaño que se me desclavó a las primeras de cambio...¡mecachis! ¡siempre estoy en las nubes!.
Poco convencido por la gracia que les hacía a las truchas el "plumerito", pasé a apostar por otro de mis "clásicos comodines": la emergente generalista, con hackle de gallo y exhuvia de polywing. Este patrón parece que hizo más gracia a la parroquia, y no tardé mucho en capturar dos farios más, de las buenas medidas habituales en esta jornada.
Todo y pescar casi a cámara lenta, esta postura tampoco es un portento de longitud, y sobre las tres de la tarde estaba en la entrada de las corrientes, una zona donde el agua "bulle" dado lo rápido de las mismas, y de su escasa profundidad. Antes de decidir que hacer, pues ahora tenía peces activos por todas partes (de cara, en el fragor de la corriente, de lado pegados a la orilla de enfrente, y atrás en el amansamiento del agua dentro de la poza) preferí darme un pequeño respiro, y estudiar un poco la estrategia a seguir después de esa pausa para bebida y cigarrillo.
Mientras me hidrataba y fumaba, vi en medio de fragor del espumerío varias aletas y colas, incluyendo una cola realmente enorme. A esa hora, y en ese momento, a finales de noviembre, un buen montón de truchas estaban poniéndose moradas de emergentes en una postura muy fresquita, que podríamos considerar de plenamente veraniega.
Ni corto ni perezoso, empecé a zurrar las aguas batidas con la emergente generalista que llevaba, y de repente... la línea pareció haber trabado el tronco sumergido más grande del río, con la salvedad de que ese tronco se meneaba con salvaje violencia. Una carrera corriente arriba, que pude frenar, seguida de otra hacia la orilla contraria, que también pude parar sin romper el aparejo, y entonces pegó un salto fuera del agua una trucha irisada de las que realmente quitan el hipo....¡que tremendo monstruo! Equipado solo con una terminal de punta del 0,12 vi muy difícil poder llevar aquel monstruo de río al salabre (del que estaba seguro sobresaldría casi un cuarto de su longitud), pero ya que estaba allí y a eso había venido, decidí presentar batalla.todo y tener casi seguro las de perder. En un principio, el freno progresivo de mi siempre fiel y eficaz carrete Sage me permitió combatir el pez con mediana solvencia. Estirando los brazos arriba a tope, para que mi caña de solo nueve pies ganase arco de flexión, conseguí primero sacar al torpedo con aletas de debajo de una maraña de troncos, en la orilla de enfrente, y después dominar una alocada carrera rió abajo que se me llevó más de la mitad de la línea. Por un par de veces, logré tener al morlaco fluvial a escasos metros de mi, cosa que me hizo pensar por un momento en un feliz desenlace de la batalla que estaba librando. Sin embargo, a fieras así no se les puede dar tanta cancha. A mi me dolía ya el brazo, pero el torpedo con aletas no daba signos de cansancio. En uno de los muchos tiras y aflojas, simplemente la línea se destensó y el pez se volatizó como por arte de magia. No tardé mucho en comprender que había ganado su libertad cortando limpiamente el hilo con sus dientes, llevándose la mosca bien clavada en la boca.
La batalla había sido épica, así que me senté en una piedra de la orilla, a fumar un cigarrillo con calma,. para reponerme de la descarga de adrenalina. Nunca dejará de sorprenderme la buena cantidad de truchas de extraordinario gran tamaño que hay en este río.
Cuando volví a la carga, la actividad en superficie había decaído un tanto. Como ya no quedaba mucho para la hora en que pensaba marchar a Anglès a merendar, terminé la jornada dando un repaso a toda la postura con la técnica de ninfa ligera a distancia. No fue mal del todo, pues me permitió cerrar la sesión con otro buen par de farios, muy en la linea de las capturadas a lo largo del día.
Fin de noviembre, por lo menos en lo que a pesca se refiere, con una jornada que me había permitido descubrir las altas prestaciones de los bajos de línea de mi amigo Alfredo, tocar bastante escama y mantener una batalla de titanes mitológicos contra un auténtico monstruo del río. ¿Que más se podía pedir?. Como hombre realista y pragmático que soy la verdad es que, después de tantas emociones, con ir a merendar y escuchar buena música mientras conduzco ya me conformé por ese día.
JORNADA DE PESCA Nº 773
Sábado, 28 de noviembre de 2015
Temporada 2015 - 2016 - Nº 8
Temporada de Cotos Intensivos de Salmónidos 2015 - 2016 - Nº 8
Coto Intensivo de Anglès - El Pasteral S. M. - TE015
Río Ter
Pescador: Ferran RUBINSTEIN
Capturas: 6 truchas fario a ninfa, 2 truchas fario a mosca seca y 1 trucha arco-iris a ninfa.
Equipo de pesca a mosca:
Caña: Vision GT-Four - 9 pies - línea 5
Línea: Adams 6 WF - flotante
Carrete: Sage 4550
Climatología: mañana con nubes altas y temperatura fría pero sin valores negativos; mediodía y tarde soleados y templados.
Caudal: medio-bajo
Condiciones de vadeo: vadeo sin dificultad, siendo recomendable el uso del bastón de vadeo.
Hora de inicio de la jornada: 10,15 h.
Hora de finalización de la jornada: 16,30 h.
La música de hoy:
Viaje de ida:
Concierto para violín y orquesta nº 1
Joachim Raff
Concierto para violoncello y orquesta en "LA" menor
Robert Volkmann
Viaje de vuelta:
Concierto para piano y orquesta nº 3
Sonatina en "MI" menor
"Dos danzas polacas"
Xaver Scharwenka
Obertura "Dmitriy Donskoy"
Anton Rubiinstein
Líneas Tensas!
Ferran RUBINSTEIN.
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