Las pequeñas truchas fario han vuelto a aparecer en el "Pedret del Sur", e incluso río más abajo. |
JORNADA DE PESCA Nº 739
Dice el refrán que "quien mucho abarca, poco aprieta", y quizás sea este uno de los más acertados dichos del refranero español. Precisamente, el mismo podría aplicárseme, a tenor de lo sucedido en la jornada de pesca que paso a relataros, en la que quise estar en demasiados sitios en un solo día, para acabar estando siempre lejos del lugar en donde los peces entraban en actividad. Pese a eso, no fue esta una jornada mala, pues capturas las hubo, y emociones también, pero la verdad es que, con tanta dispersión de objetivos, los resultados quedaron muy por debajo de las expectativas que me había hecho previamente.
Ya hace tiempo que soy consciente, de que mi tiempo de pesca es muy limitado, debido tanto a las obligaciones laborales, como a las familiares, todo y que, comparado con otros trabajadores y padres de familia, tengo mucha suerte de poder, salvo contadas excepciones, disponer casi todos los sábados del año para la práctica regular de mi afición favorita.
Sin embargo, algo en mi se niega a resignarse. De un tiempo a esta parte, estoy siempre poseído por unas ansias insaciables de ir a pescar, de disfrutar de largos días en el río y de poder darme el lujo de gastar más tiempo del que en realidad tengo, pescando, o por lo menos intentándolo, de tal manera que me causa una frustración terrible, y me atormenta una auténtica rabia, el ver discurrir mis días en los espacios cerrados en donde mayormente transcurre mi vida cotidiana, alejado de esa sensación de libertad, y de esa paz de espíritu, que sientes cuando estas en el río caña en mano. Supongo que mucho de ello tiene que ver el que la jubilación aún esta lejana en el tiempo, o quizás sea que pasada ya la cincuentena la vida no parece ya tan larga, ni el porvenir demasiado brillante. Como decían los Jethro Tull, quizás es que soy "too old to rock and toll, too young to die" (1), o lo que es lo mismo: que se me ha "pasado el arroz" para muchas cosas, pero soy todavía demasiado joven para poder tener el pleno control de mi tiempo, sin que por ello se resienta mi economía.
Supongo que es este sentimiento de frustración, lo que ha generado la reacción de querer aprovechar al máximo mi tiempo libre, y en especial mis días de pesca, todo y a sabiendas de que este sobreesfuerzo físico, y también psicológico, puede llevarme al agotamiento.
El caso es que en esta jornada de pesca, pasada ya la Semana Santa (que aproveché bien poco, a nivel pesca, un año más) y bien entrada ya la primavera (este año más seca que de costumbre), me propuse para "aprovechar el tiempo" el pescar nada más y nada menos que en tres sitios distintos en el mismo día: en dos zonas libres sin muerte del Llobregat y en la parte baja del Coto del Pedret.
A la primera zona libre, de donde tenia referencias, mediante mis informadores, de buenas capturas a mosca seca la semana anterior, llegué demasiado temprano, y me fuí también demasiado pronto. Era poco después de las nueve que comenzaba a pescar, a ninfa ya que no veía atisbos de actividad, y me fui cerca de las doce y media, sin haber visto ni una sola ceba, y con la magra recompensa de haber pescado solo una trucha arco-iris y otra fario, ambas con la imitación subacuática. La irisada tenía toda la pinta de proceder de alguna repoblación del coto del Pedret, todo y que la zona de influencia de las repoblaciones del mismo quedaría muy lejos de esta zona libre, pero esto se explica facilmente porque, bien sea por la intrincada red de canales del Llobregat, o debido a alguna crecida del río, mediante apertura de compuerta del pantano de La Baells, las truchas de repoblación, sean mikiis o fario, lo tienen fácil para colonizar tramos inferiores de río.
Según supe más tarde, un amigo mío, que estuvo pescando el mismo día esta zona, llegó cuando yo ya me había ido, y se encontró con el río con el mismo amable caudal que yo para pescar, y además con las truchas muy activas en superficie, por lo que disfrutó de una estupenda jornada pescando incluso a trucha vista.
Este año, como el anterior, y desde que han ido suprimiendo cotos intensivos en la Catalunya Central, Pedret vuelve a estar, los fines de semana, igual de patético que estaba la temporada pasada. O sea, que la cuba del jueves, cada vez más vacía (esta semana echaron solo 100 kgs.) es masacrada ya el viernes, día en que llegan a venderse entre 50 y 70 tickets, siendo el 95% de los mismos permisos con muerte. Al igual que el año pasado, caso de visitar Pedret antes de final del verano (a partir del 1 de septiembre sólo se puede pescar sin muerte), sale más a cuenta, por lo menos para mi, quedarse en ese "Sur del Pedret", en donde no se repuebla, pero en donde, con paciencia, uno puede tensar líneas a costa tanto de truchas arco-iris repobladas, aunque con cierto grado de veteranía, que se han descolgado río abajo, como con farios, mayormente ejemplares juveniles, que también proceden de las repoblaciones puntuales que se hacen con las mismas, también con otras comunes, procedentes de la cabecera del río y que han viajado hasta aquí, e incluso más río abajo, gracias al Canal Industrial de Berga, que desagua en estas latitudes meridionales del coto, e incluso con alguna que otra autóctona de la Riera de Metge, pequeño afluente del Llobregat , que desemboca en el mismo cerca de la pared de la presa del pantano de La Baells,
El intervalo de tiempo que dediqué a este Pedret Meridional fue el más productivo de la jornada, ya que pesqué un par de irisadas muy combativas (una de ellas con toda la pinta, a tenor de sus muy bien formadas aletas, de llevar bastante tiempo en el río), y un par de preciosas farios juveniles con aspecto de no proceder de la última repoblación con jaramugos (2).
Al igual que en el rato en que estuve pescando, previamente, en la zona libre sin muerte, pude gozar del relax de la pesca en soledad, con la excepción puntual de la aparición en el río de un único otro pescador; un anciano que pescaba con caña larga de cebo, y que se quejaba de que río arriba no había quien pescase de lo abarrotado que estaba (me suena que igual había un concurso informal de alguna sociedad de pesca), y que encima no se veían truchas por ninguna parte. En todo el día, desde buena mañana, solo había revolcado un par de peces, y se le habían escapado. Por lo que vi, el buen hombre tenía un día aún menos afortunado que el mio, pues todo fue lanzar la caña y colgar un vinilo que llevaba en las ramas de un árbol de la orilla de enfrente...definitivamente, no era su día.
Y la historia, en lo que a pesca se refiere, terminó a eso de las dos de la tarde, de una tarde de las típicas de primavera, en la que las nubes cubrían el sol a ratos, amenazando lluvia de un momento a otro, para acabar disipándose como por arte de encantamiento, dando paso, otra vez, a un astro rey de esos que preludian el verano. Pero claro, yo en ese momento no era consciente que tras la sexta trucha se acabaría todo (Eso es to-tototo.tototodoooo amigooooos, que decía el cerdito Porky al final de cada episodio de Merry Melodies) (3), pues confiaba en que el día, que hasta ese momento transcurría más bien por debajo de las expectativas que me había hecho, terminaría de un modo triunfal, y encima pescando a mosca seca, ya que me guardaba como último "as en la manga", el ir a otra zona libre sin muerte, situada aún más río abajo que la que había pescado hasta el mediodía, en donde esperaba medir mis fuerzas con peces resabiados que desafiarían la presentación de mis moscas en superficie.
Aquí es donde calculé mal mis fuerzas, y creo que perdí todo contacto con la realidad. Podía haberme quedado en el Sur del Pedret, y seguro que alguna que otra trucha más hubiese clavado. Tan solo que se me hubiese pasado por la cabeza volver a la primera zona libre sin muerte, hubiera encontrado un festival de cebas, pues más tarde supe que las eclosiones que no había habido en todo el día, sobre todo de rhodanys y baetis varias , las hubo en las horas en que estuve entestado en mis sueños de Don Quijote y mis quimeras del Rey Loco (4). Efectivamente, lo más interesante del partido se jugaba en otro sitio, mientras yo conducía un buen montón de kilómetros, y me agotaba andando, ataviado de pescador, por un vericueto de senderos comidos por la maleza, para llegar a una tabla al fondo de un barranco, un escenario "de cine", eso si, pero en el que no vi ni una puñetera ceba en casi dos horas y media.
Todo y así, no me resigné a que la última de tres mangas, en que había planeado el día, quedase sin acción de pesca, y prospecté bien a fondo esa tabla de mis sueños a golpe de tándem de seca y ninfa; un "jogo bonito" muy ligero, que como mucho sirvió para hacer prácticas de lance, que nunca vienen mal, y poco más, pues al mutismo de los peces, por lo menos a ras de superficie, siguió una ausencia total de picadas, incluso por debajo de la misma..
Mi sempiterna neverita portátil, con mis no menos sempiternos tes con limón, se había quedado en el coche, así que tras la agotadora caminata de vuelta, llegué al mismo totalmente agotado y sudando a mares, con la pinta más de un pordiosero que de un pescador. Seguro que a esa hora, en alguna que otra zona libre sin muerte, o incluso en el Sur del Pedret, habría truchas poniéndose las botas. Incluso se me pasó por la cabeza emprender un nuevo viaje en coche, pero el agotamiento hizo mella en mi ánimo, y terminé desmontando, a regañadientes, la caña, antes de cambiarme de ropa previo ir a merendar para recuperar fuerzas.
Lo peor de todo, es que mientras merendaba, no terminaba de evaluar un día realmente tan decepcionante como un mal día de pesca. Al fin y al cabo, alguna que otra trucha había entrado en el salabre y, además, la Sinfonía nº 1 de Rachmaninov había sonado simplemente gloriosa, en las horas del amanecer, mientras la escuchaba conduciendo hacia El Berguedà.
Y lo que quizás es más terrible, es que es el momento en que estoy escribiendo el final de este artículo, y no termino de estar arrepentido de las decisiones que tomé en esta jornada. Al fin y al cabo, la llama de la ilusión no se apagó ni por un momento, y flotó en el ambiente un aire de gran aventura hasta el varazo final. No se si esto es bueno, o es malo, pero simplemente es... no puedo evitarlo; últimamente unas ganas locas de vivir al máximo mis días de pesca hacen suyas mis planes, y gobiernan mis actos. Es la búsqueda de la quimera, mítico monstruo o animal realmente extraño, o lo que viene a ser, para mi, no cejar en el empeño de encontrar alguno de esos momentos de gloria (captura de grandes peces nativos del río, a poder ser a mosca seca y tras una batalla titánica) que jalonan la vida de todo pescador, incluso la de uno tan malo como yo.
(1) "Demasiado viejo para el rock and roll, demasiado joven para morir". Esta es una de las canciones más conocidas de Jethro Tull, aunque menos que "Aqualung", "Teacher", o que su poema de rock sinfónico "Thick as a Brick".
(2) Nombre por el que se conoce una trucha en edad juvenil.
(3) Dibujos animados de la Warner Bros. muy populares en mi infancia, entre los años 60 y 70, y que estaban protagonizados por el conejo Bugs Bonny, el Pato Lucas, el cerdito Porky o Silvestre y Piolín, entre otros personajes.
(4) Luis II de Baviera.
JORNADA DE PESCA Nº 739
Sábado, 18 de abril de 2015
Temporada 2014 - 2015 - Nº 20
Temporada de Salmónidos 2015 - Nº 5
Coto Intensivo del Pedret S. M. LL03B (Sur del Pedret, tramo sin repoblaciones).
Zonas libres sin muerte del Llobregat (dos zonas)
Río Llobregat
Pescador:
Ferran RUBINSTEIN
Capturas:
En las Zonas libres sin muerte del Llobregat: 1 trucha fario a ninfa y 1 trucha arco-iris a ninfa (todas las capturas en una de las dos zonas pescadas)
En el Coto Intensivo del Pedret S. M (Sur del Pedret, tramo sin repoblaciones) : 2 truchas fario a ninfa y 2 truchas arco-iris a ninfa.
Equipo de pesca a mosca:
Caña: Vision GT Four - 9 pies - línea 5
Línea: Adams 5 WF - Flotante
Carrete: Sage 4550
Climatología:
Día soleado y caluroso, con intervalos de nubes.
Caudal:
En las Zonas libres sin muerte. medio-bajo. (una de las dos zonas queda por debajo de la salida de un canal; por encima de la misma el río bajaba casi seco).
En el Coto Intensivo del Pedret S. M: bajo.
CondIciones de vadeo:
En las Zonas libres sin muerte. sin dificultad, pero siendo recomendable el uso del bastón de vadeo.
En el Coto Intensivo del Pedret S. M: sin dificultad, y pudiendo prescindir del bastón de vadeo.
Hora de incio de la jornada:
En las Zonas libres sin muerte: 09,15 y 15,30
En el Coto Intensivo del Pedret S. M: 12,30
Hora de finalización de la jornada:
En las Zonas libres sin muerte: 12,00 y 17,00
En el Coto Intensivo del Pedret S. M: 14,30
La música de hoy:
Viaje de ida:
Sinfonía nº 1
Sergei Rachmaninov
Obertura Solemne
Alexander Glazunov
Viaje de vuelta:
Sinfonía nº 4
Concierto para piano y orquesta nº 4 "Encantamientos"
"Tre Ricercari"
Bohuslav Martinú
Líneas Tensas!
Ferran RUBINSTEIN