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martes, 7 de abril de 2015

JP-737.YA LLEGÓ LA PRIMAVERA A UN "MAGIC ANGLÈS" SIN MAGIA. Jueves, 02/04/2015.


El río Ter, a su paso por "Magic Anglès", en un soleado día de primavera. Esperaba mucho de esta jornada de pesca de Jueves Santo, pero la verdad es que he tenido que conformarme con unos resultados más bien pobres.  


Esta preciosa trucha arco-iris, con pinta de llevar mucho tiempo en el río, junto con otra bastante más mayor, y aún más veterana, fueron las dos únicas capturas del día, fruto de las dos únicas picadas que tuve. Pesca pobre, pero efectividad al 100% y mucha tensión de lineas, todo y que concentrada en dos momentos punta. Quien no se consuela, es porque no quiere.



JORNADA DE PESCA Nº 737



De un modo excepcional, realmente inusual, y estadisticamente poco frecuente, este año ha hecho buen tiempo en Semana Santa, pues dejando aparte algún fenómeno tormentoso puntual y muy localizado, el sol y las altas temperaturas se han impuesto a lo largo de más de una semana en todo el Principado. Así, en un ambiente casi estival, según comarcas, la gente ha podido gozar del placer de llevar a cabo actividades al aire libre, desde tan  poco esforzadas como tomarse el vermut en un chiringuito playero, hasta las de alto gasto calórico, como hacer senderismo, ir a correr o hacerse unos kilometros en bicicleta, e incluso las de cierto riesgo, como escalar en roca o hacer recorridos, todavía con nieve, por la alta montaña.

Por supuesto, el buen tiempo también ha invitado a la práctica de la pesca, pero en mi caso, como suele ser habitual, mi tiempo para esta actividad en esta Semana Santa del año en curso, se ha limitado, al igual que otros años, a un solo día, en concreto el Jueves Santo, debido a que en estas fechas siempre aprovecho para poder cumplir con compromisos familiares pendientes, que se me van acumulando a lo largo del año.
Para este Jueves Santo, un dia soleado y plenamente primaveral, esperaba contar con la presencia de mi amigo Carles Vivé, pero unos problemillas de salud de última hora, relacionados con su espalda, me privaron de su siempre grata y docta compañía. Por suerte, a fecha de escribir el presente artículo, se encuentra mucho mejor.
En un principio, había pensado ir con Carles a pescar por la extensa zona libre del Ter, aguas abajo del Coto de Anglès, de la que es un gran conocedor, ya que hace mas de veinte años que la frecuenta. Por eso, todo y la inesperada ausencia de mi amigo, puse rumbo a la cuenca media del Ter, con la intención de revisitar algunos sectores de esa zona, explorados este pasado otoño. Pero lo planes se truncaron pronto, ya que en varios puntos en que me detuve para observar el río, vi que el mismo bajaba con un amplio caudal, lo auguraba una jornada tan complicada para la pesca, como incómoda para el vadeo. Por ese motivo, y sobre la marcha, decidí llegarme hasta el Coto de Anglès a ver que tal pintaban por allí la cosas.
Curiosamente, por "Magic Anglès", ese intensivo sin muerte siempre tan legendario, como codiciado a la hora de pescarlo, el rio Ter bajaba con un caudal mucho más comedido: unos 11 m3/seg. de agua limpia, perfectamente pescable y vadeable con precaución.
Tras cumplir con el trámite de solicitar el permiso por vía telemática, a través de la aplicación oportuna de mi móvil, y de llevar a cabo un rápido desayuno, me encaminé a la parte media del coto, con todas las buenas vibraciones que uno puede sentir en un día soleado y de de bonancible temperatura, en el que uno tiene muchas horas por delante para pescar un río que baja perfecto para la pesca, y en el que, en teoría, han repoblado con 200 kilos de truchas, o eso decía el Plan Semanal de Repoblaciones.
Las buenas sensaciones se esfumaron bien pronto. Primero, por una sospechosa ausencia total de pescadores, y más tratándose de un coto intensivo que siempre suele agotar cupos diarios de cañas, e inmediatamente después por una total inactividad de los peces, y confirmada por una ausencia total de picadas.
De pescadores, solo vi dos en toda la jornada, y les vi de lejos. Se me hizo bien extraño estar completamente solo, durante horas, en una parte del coto en la que hay días en que tendrían que poner una máquina de tickets para pescar según que posturas. Sospechoso, realmente sospechoso.
Pero más sospechoso aún, es que con un río en tan buen estado para pescarlo, y concretamente en un sector en donde siempre suele haber, tarde o temprano, actividad en superficie, no se viera ni una sola ceba, ni recibiera una sola picada durante horas.
Aprovecho aquí la ocasión, para dejar constancia de que, por lo menos en la parte media del coto (polígono de La Cellera de Ter y primeros planteles de árboles), no vi ni rastro del presunto chapapote que dicen ensució el río hace dos fines de semana, y mató a cientos de truchas. Quizás hayan quedados restos de lodos más río arriba, cerca ya de la presa de El Pasteral, pero por lo menos en el sector de polígonos en que estuve a lo largo del día de pesca, no vi ningún rastro de acumulaciones de cieno. Es más, el río bajaba limpio como hace tiempo no lo veía, todo y que, me temo, también bajaba limpio de peces.
El paso de las horas, pescando especulativamente las tablas a tandem de seca y ninfa, y las corrientes con combos de ninfas para alcanzar diferenes profundidades, se me hizo fatigoso y cansino. Cerca de las dos de la tarde, cuando estaba considerando seriamente irme a la zona libre, todo y lo amazónico del estado del río este día, tuve la primera de las dos únicas picadas de la jornada, una jornada en que estuve lo bastante afortunado como para convertir cada picada en una captura efectiva.
En un blando de corriente lateral, de una postura de las pocas que se suelen pescar bajo una cobertura de árboles, cuyas ramas se comban sobre casi la corriente misma del río, pude capturar, a media agua y con una pheasant tail de color verde, una trucha arco-iris realmente original. Lo más destacable de la misma no era su tamaño, pues haría poco más 35 cms., sino su librea intensamente plaetada con muy escasas pintas negras y su casi ausencia de irisación, y también lo bien formado de sus aletas, de una tonalidad rojiza. A mi me dió la impresión de que era una trucha arco-iris nacida en el mismo río, pero para que eso pueda ser corroborado por personal más experto en zoología que un servidor, dejo colgada la foto en la cabecera de este artículo, agradeciendo de antemano su opinión en las líneas de comentarios.           
Esta primera captura, me dio algo de esperanza en lo respectivo a que aún se podía terminar la jornada de un modo más o menos digno. Por lo menos, el bolo ya estaba evitado. Pero todo terminó en eso, una pequeña inyección de ilusión y poco más, pues la ausencia de picadas fue la tónica dominante de la tarde, como lo había sido de la mañana.
La segunda y última picada, no llegó hasta bien pasadas las tres y media de la tarde, cuando estaba prospectando, bien a fondo y con una ninfa blanca de doble bola (un modelo comercial de ninfa "andadora", al que previamente había aplastado el arponcillo), una poza bastante profunda que es recorrida por dos potentes venas de corriente.
La picada se produjo cuando la ninfa rascaba literalmente las piedras del fondo del blando que queda justo antes de la turbulenta confluencia de corrientes (la principal del río y la de un brazo lateral), y enseguida supe que se trataba de un bicho grande. El animal prendido, ganó enseguida la corriente, ya unificada, y allí se hizo fuerte, por lo que comenzó una pelea titánica, que iba a durar casi un cuarto de hora, y en el que eché de menos llevar una caña con un pie más y ligeramente más potente que mi Vision GT four de 9 pies. Al estar pescando con un terminal del 12, tampoco podía forzar la situación, así que tuve que cansarla no dejando de perder tensión, pero sin forzar demasiado y dando juego al carrete cuando era necesario. Tras cuatro intentos de que se estuviera quieta en el blando lateral de mi orilla, la pude al fin dominar.
No es que fuera la trucha más grande que he pescado en Anglès, pero si que era una preciosa irisada de un poco más de 50 cms., con unos colores de una vividez casi impresionista: un rosa chillón en su banda lateral, un amarillo encendido en su vientre, y una coloración carmesí en sus aletas...¡todo un truchón, presuntamente un macho, con toda la pinta de ser nativo del río!. Desgraciadamente, la pelea que había sido brutal de necesidad, hizo que en los últimos compases de la misma el bravo pez viniera tocadísimo, completamente estresado y vuelto de panza arriba, así que tras un ensalabrado rápido, ni se me pasó por la cabeza el perder ni un segundo en hacer fotos (bastantes tengo ya de truchas de Anglès), y me dediqué en cuerpo y alma en reanimar a ese pez, que me había regalado un combate tan fiero como noble. Tras un buen rato de mecerle con cariño, para hacer circular agua por sus agallas, pude soltarlo con la satisfacción enorme de verle partir nadando lentamente, pero con desenvoltura, a través del blando lateral, y de allí, con ya más energía, hacia el centro de la vivificante y oxigenada corriente.
Todavía estuve pescando un rato más la misma postura, pero parecía como si la prolongada batalla hubiese puesto en estado de alerta a los otros posibles moradores de la misma, pues ya no obtuve ni una picada más.
La verdad, es que, a priori,  esperaba poder quedarme un rato más allá de lo habitual pescando en el río, ya que estaba de vacaciones y ya había avisado en casa de que podía demorar un poco mi regreso. Sin embargo, cuando ya estaba pescando en otra postura, bastó un engorroso enganche de la ninfa en un árbol, con la consiguiente pérdida de tiempo debido al lío en la línea, para que se me quitasen de golpe las ganas de seguir en el río. Esta vez, como en alguna que otra, sobre todo en jornadas de muy poca actividad, sucumbí a ese extraño hechizo negativo que tienen algunas tardes, sobre todo las soleadas (cosa curiosa, pero me pasa más que en las tardes con nubes, o incluso con amenaza de tormenta), en las que la canción del agua es sustituida por una cacofonía repetitiva y banal, y en las que el vuelo de las golondrinas solo traza rimas de puro aburrimiento. Es la hora fatídica en que un ligero dolor de los pies, constreñidos dentro de la bota, o un apretón de vejiga, cuyo vaciado hemos ido postergando en aras de no parar de pescar, nos llevarán irremisiblemente a salir del río, al cual ya, por ese día, no volveremos a entrar. 
En fin, esto es todo lo que dio de si esta primera edición de primavera de un "Magic Anglès" que parece haber perdido su magia. Tampoco voy a calentarme la cabeza buscando explicaciones: que si no han repoblado, que si los furtivos han arrasado la repoblación, que si después del "tsunami fluvial" del pasado diciembre el coto (y todo el río Ter, aguas abajo del pantano de Susqueda, por añadidura) están seriamente heridos... la verdad es que prefiero pensar que no he tenido un buen día de pesca, y que mis habilidades como pescador no han estado a la altura de las circunstancias.
De camino a la merienda, sudo bajo ropas inapropiadas para una tarde primavera que más bien parece de verano. Es esta una Semana Santa excepcional, una Semana Santa de las de playa, primeros baños de agua salada y primeras quemaduras en la piel. Algunas chicas, y mas de alguna señora, se han atrevido con las camisetas de tirantes. Toda una promesa del verano que nos espera, y en que los escotes, rajas de falda y tangas que asoman por encima de esos pantalones tan increíblemente bajos de cintura, nos harán sentir la irresistible atracción por la belleza de la femenina corporalidad...o por lo menos nos la harán sentir hasta que veamos la primera ceba del sereno, sea en "Magic Anglès", o sea donde sea.    



JORNADA DE PESCA Nº 737



Jueves, 2 de abril de 2015


Coto Intensivo de Anglès-El Pasteral S. M.TE015

Río Ter

Temporada 2014 - 2015 - Nº 18

Temporada de Salmónidos 2015 - Nº 3

Pescador:

Ferran RUBINSTEIN

Capturas:

2 truchas arco-iris a ninfa.

Equipo de pesca a mosca:

Caña: Vision GT-Four - 9 pies - línea 5
Línea: Adams 5 WF - Flotante
Carrete: Sage 4550

Climatología: soleado y caluroso.


Caudal: medio-alto. 11 m3/seg.


Condiciones de vadeo: vadeable con precaución, siendo recomendable el uso del bastón de vadeo.


Hora de inicio de la jornada: 10,15 h.

Hora de finalización de la jornada: 16,45 h.

La música de hoy:


Viaje de ida:


Concierto para piano y orquesta en "LA" bemol mayor "Saludo del Rin"

Concierto para piano y orquesta en "DO" mayor
Ferdinand Ries

Viaje de vuelta:


Concierto para violín y orquesta nº 2 "al estilo húngaro"

Joseph Joachim

Concierto para órgano y orquesta nº 1

Joseph G. Rheimberger

"Festklänge"

Franz Liszt

Líneas Tensas!



Ferran RUBINSTEIN.





1 comentario:

  1. Triste, nosotros pescamos el ter por cima y debaje de san juan y nada, aguas claras vacias sin insectos mucha arena , terrible!

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