"Si, al igual que yo, sois de los que creeis que tenéis poco que enseñar, mucho que aprender y aún más que compartir, éste es vuestro blog".

sábado, 28 de marzo de 2015

JP-736. CARPAS (Y SILUROS TAMBIÉN) JUEGAN Y GANAN. Sábado, 28/03/2015.


Todo y que lo habitual es echar la culpa de los malos resultados, en una jornada de pesca que ha terminado sin capturas, a los peces, a la climatología o a la mala suerte, la verdad es que el único y último responsable de un resultado negativo es el pescador, con sus decisiones y con el desarrollo de sus conocimientos y habilidades.



JORNADA DE PESCA Nº 736


Todo y haber comenzado hace apenas dos semanas la temporada truchera, para este último sábado de marzo, este año víspera de Domingo de Ramos y último día del horario de invierno, he hecho un paréntesis en la pesca de la trucha, para dedicarle un tiempo al intento de capturar otras especies, en concreto ciprínidos.
Para la aventura que tenía en la cabeza, consistente en explorar la tan cercana a mi casa, como desconocida para mi, parte baja del Llobregat (zona libre sin muerte de gran extensión, en medio de uno de los hinterlands más densamente poblados de Catalunya, como es el área metropolitana de Barcelona), conté con mi amigo Dmitriy Girshin, que se animó a explorarla conmigo a sabiendas de que en la misma habita el siluro, y este coloso bigotudo, que conoce bien tanto en su país, como de sus jornadas de pesca en Mequinenza, es siempre objeto de su deseo.
Sin embargo, ni Dmitriy ni un servidor hemos tenido un buen día de pesca, y la jornada ha terminado en un bolo compartido. No puedo hablar mucho de los planteamientos de Dmitriy, pues  ya los publica en su blog en ruso "S Spinningom v Ispaniye" (1) , pero por lo que hace a los míos creo que por esta vez se aunaron la mala suerte con los errores. O sea, estuve donde no tenía que estar, dadas unas circunstancias muy desfavorables, y mis conocimientos y esfuerzos no fueron suficientes para poder dar un giro a la situación.
Pero la jornada no fue totalmente negativa, pues en el transcurso de la misma tuve el inmenso placer de poder conocer ¡por fin! en carne y hueso a Manolo Gracia, un pescador que derrocha alegría, vitalidad y buen rollo por los cuatro costados, y que además es uno de los pescadores "todo terreno" más reputados de los ambientes de pesca deportiva, y en especial de pesca a mosca, de nuestra Comunidad Autónoma.
Dado que Manolo es ribereño, y vive no muy lejos del tramo de zona libre que estaba pescando, fue tan amable de venir a verme un rato, ya que le había avisado de mi presencia por SMS (toda una reliquia en los tiempos del Whatsapp) , para poder conversar a pie de río. Una conversación que valió su peso en oro, pues Manolo lleva pescando desde su más tierna infancia, y todo y que ha recorrido muchísimos ríos, y en especial los trucheros, este bajo Llobregat es "su río", el que le ha visto crecer como pescador y como persona. Lástima que no pudimos compartir jornada de pesca, ya que unos problemas de salud, muy prontos a resolverse, le tienen apartado temporalmente de la pesca.  
No una, sino dos veces se acercó Manolo a verme. La segunda vez, por la tarde, iba  con  su padre a echar un paseo después de comer (un hábito muy saludable, para hacer una buena digestión). Así que tuve la ocasión, y el enorme privilegio, de conocer al maestro y mentor de Manolo, el señor Manuel Gracia, padre, quien es uno de los pescadores decanos de la comarca, y además una auténtica enciclopedia de este río, en el que lleva pescando desde hace más de seis décadas, y al que ha visto renacer, como el Ave Fénix de sus cenizas, tras haberlo dado incluso las Administraciones del pasado por muerto, transformado durante largos años, por la desidia del hombre y las exigencias del tan pretendido, como irracional, progreso, en poco más que una cloaca a cielo abierto.
Nada más llegar al río, ya me di cuenta de que iba a ser un día tremendamente complicado, por lo menos para mis intereses. A priori, para Dmitriy pintaba un poco mejor, dado su interés en los siluros, peces en los que confieso no tengo demasiado interés, todo y el "tamaño del trofeo". Sin embargo, para los ciprínidos la cosa estaba bastante fea: a diferencia de mi corta, y relativamente exitosa, visita de mediados del pasado mes de febrero (ver Jornada de Pesca Nº 732, de 14 de febrero, en este blog), el río bajaba con el mismo caudal pero con el agua muy, pero que muy turbia, y esto complicaba enormemente la posibilidad de localizar los peces para poder presentarles el señuelo. Esta claro, que iba a quedarme sin el recurso principal de la pesca de ciprínidos a mosca, sobre todo en el caso de las carpas: el poder rececharlas a vista y presentarles la imitación a tocar de morros. Sin esta posibilidad, todo "plan B" pasaría por batir el río, de un modo incesante, con las ninfas, pescando bien "a la polaca", o bien lanzando largo, algo muy productivo en ríos pequeños, pero que puede resultar agotador, aparte de depender de una auténtica lotería, ya que en este tramo bajo del Llobregat la lámina de agua es realmente extensa.
Para complicar más las cosas, hacía un viento muy molesto, de componente noroeste (o sea, soplaba de Montserrat hacia la desembocadura del río), que dificultaba enormemente el lance, obligándome incluso a pescar corto, so pena de hacer grandes enredos en el bajo de línea. Hubo un pequeña pausa, antes del mediodía horario, pero cuando volvió a arreciar había cambiado de componente, y soplaba de sudeste (o sea de mar hacia tierra): según Manolo, el peor viento para pescar este río, porque es el que siempre desactiva a los ciprínidos y a otras especies, quizás con la excepción de los siluros.
Dmitriy marchó raudo, rumbo a un punto del río que a su entender era querencioso para el siluro, y yo me quedé bastante río abajo, con una enorme masa de agua por prospectar. Por lo menos competencia no iba a tener, pues es más bien escasa la parroquia que frecuenta esta zona libre, supongo que más que nada por conceptos apriorísticamente estéticos.
Como primer recurso, batí a golpe de ninfas (una pheasant tail y una atractora pompom), la misma larga tabla que había pescado hacía algo más de un mes, pero esta vez no tuve ni una picada. Era realmetne frustrante la sensación de "pescar a ciegas".
Tras esta prospección, tuvo lugar la primera visita de Manolo, en solitario, y siguiendo sus consejos, pasé a pescar los blandos laterales de mi orilla, en donde el agua se aclaraba, ni que fuera un poco, y en donde bajo el sol se suelen poner carpas a pastar comodamente lejos del tiro de la corriente. Estando con Manolo, consegui presentar de un modo correcto las ninfas, pero la carpa debió notal el hilo rozándole el lomo, y muy desconfiada se alejó con la parsiomonia que suele caracterizar a estos peces cuando no se ven amenazados.
Si algo me retuvo en el río, en vez de tomar la que hubiera sido sensata decisión de retirarme (en el fondo era todavía temprano, y en apenas una hora de coche hubiera podido acceder a ríos con mejores condiciones en ese momento), fue el ver la cantidad de enormes carpas y barbos saltando, tanto en el centro mismo la corriente, como en los blandos laterales. ¡Que monstruos!. Ests visiones creo que me trastocaron, y me hicieron tomar la peor de las decisiones: quedarme pescando en esa zona.  
Con todo, y prueba de que durante un rato escaso al menos no hice tan mal las cosas, tuve la ocasión de haber podido por lo menos capturar uno de esos codiciados ciprínidos, cuando en otro lance similar al anterior,  un rato después de marcharse Manolo, clavé una carpa "a vista", pero tras una muy breve pelea... se desclavó, y me dejó con un palmo de narices. No se como se lo hacen, con esa boquita tan blanda que tienen, tan apta para que se le claven los anzuelos, que consiguen escupir la ninfa...supongo que sigo pensando, en el fondo, que estoy pescando truchas, y le doy el cachete demasiado rápido. Tendré que aprender a esperar más, templando los nervios y conteniendo la adrenalina, para no precipitarme y dejar que engullan la imitación.
Y aquí terminó todo por esta jornada, cuando no eran ni tan solo la una de la tarde. Se levantó de nuevo el viento, y esta vez de componente contrario, el que es mas negativo según Manolo, ya que levanta oleaje contra corriente. El río se cerró completamente, los peces abandonaron las orillas y el lance se convirtió en un calvario aún peor, ya que este viento cálido y húmedo, con regusto salado de un mar muy cercano, era más fuerte que el ligeramente fresco, proveniente de las tierras interiores, frescas aún por las lluvias y nieves recientes, que había protagonizado, a nivel meteorológico, la mañana.
Pero uno es de los que quieren jugar el partido hasta la prórroga y los penaltys, y plantee para la jornada de tarde el ir pescando corrientes con ninfas "a la polaca", para el menos intentar conseguir la picada de un barbo, del mismo modo que hago en el Segre en Oliana. En eso estaba, cuando me crucé con Dmitriy que, un tanto abatido bajaba caminando por el sendero al lado del río. Pese al uso de vinilos muy contrastados en la pesca eficaz del ictalúrido, lo máximo que había conseguido en horas de prospección incansable de la "zona caliente" fue una sola picada de "algo" que se le desclavó enseguida, seguido del levantamiento de una nube de lodo en el fondo del ya enturbiado río.  
Dmitriy ya se retiraba, cansado y aburrido, pero todo y así le convencí para pescar un rato más, a ver si en su zona lograba yo alguna picada de las carpas y barbos que él había visto saltar, en gran número, también a la hora en que amainó el viento. Sin embargo, nuestros esfuerzos fueron vanos, por más que lo intentamos, y mi amigo ruso se retiró un tanto decepcionado. Estaba visto que la "hora mágica" de los ciprínidos se había acabado allí también, barrida por el viento. Como tampoco estaba tan lejos de su domicilio de fin de semana, le bastó con llamar con el móvil a su pareja, para que le viniese a buscar con el coche a la estación de ferrocarril de una población cercana al río.
 Solo, pero inasequible al desaliento, quemé mis últimos cartuchos en pescar una zona, presidida por una gran poza, que Manolo y su padre me habían señalado como muy frecuentada por carpas y barbos, todo y que... con ese maldito viento no le tenía nada fácil. Y así, apedreando literalmente la poza con grandes y pesadas ninfas, terminó una jornada de pesca muy mala en resultados, pero muy enriquecedora en experiencias.
Mientras me cambiaba de ropa, en el aparcamiento de un centro comercial de una localidad ribereña, recibí una foto por Whatsapp del pastel que se estaban comiendo Dmitriy y su chica, así que para rematar la faena, tras una dura partida en que las carpas (y los siluros) jugaron y ganaron, no tardé en imitarles yendo a celebrar, en la pastelería más próxima, ese gran éxito que siempre es, no lo dudéis nunca, y con los años me daréis la razón, el simple hecho de poder ir a pescar.
He de seguir dando no una, sino muchas más oportunidades a esta zona baja del Llobregat. Pescarla no es fácil, pero las recompensas, a la que uno aprenda a leer e interpretar este río que la mayor parte del año nos hace "pescar a ciegas" (casi todo, excepto los meses de largo anticiclón invernal), pueden ser increíbles. 
Pero nada es perfecto, y lo que parece la gran ventaja de este largo tramo de río es a la vez su mayor inconveniente pues... está tan cerca de mi casa que ¡apenas me da tiempo a escuchar música clásica!. Y es que en ese arte de vivir que se llama ir de pesca, los peces cuentan y mucho, pero otras cosas, muchas de ellas de índole estético, también, para que negarlo.  




(1) En ruso: "A spinning por España".




JORNADA DE PESCA Nº 736



Sábado, 28 de marzo de 2015

Temporada 2014 - 2015 - Nº  17

Zona libre sin muerte del llobregat - ZLLSM-LL-32. Del puente de Mercabarna (El Prat de Llobregat) a la Riera del Morral del Molí (Abrera).
Río Llobregat.

Pescadores:
Dmitriy Girshin
Ferran RUBINSTEIN

Equipo de pesca a mosca (solo Ferran RUBINSTEIN)

Caña: Adams - 9 pies - línea 8
Línea: Adams 8 WF-Flotante
Carrete: Adams

Capturas: 0

Climatología: soleado y caluroso con viento.

Caudal: bajo.

Condiciones de vadeo: sin dificultad, pero recomendable la ayuda de un bastón de vadeo.

Hora de inicio de la jornada: 10,15
Hora de finalización de la jornada:
Dmitriy Girshin: 16,15 h.
Ferran RUBINSTEIN: 17,30 h.

 La música de hoy:

Hoy no han habido audiciones de música clásica, debido a que mi amigo Dmitriy y yo hemos empleado el muy corto tiempo de viaje en conversaciones de pesca.

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