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sábado, 13 de septiembre de 2014

JP-713. LA NIEBLA Y EL VIAJE EN EL TIEMPO HACIA EL PASADO. Viernes, 12/09/2014


Episodios de niebla, sobre la superficie del río, se han sucedido a lo largo del día, dando un aspecto fantasmagórico al paisaje, y recordándonos que, aunque gran parte del país vive todavía los calores del verano, en las comarcas de montaña el otoño da avisos de querer llegar.  

Nuevamente, la pesca a mosca seca de pequeñas farios muy activas fue la gran protagonista del día.

La incansable actividad de pequeñas farios en superficie me hizo viajar hacia atrás en el tiempo, cuando el Pedret era un coto de temporada, en vez de un intensivo, y se repoblaba con este tipo de trucha.

No todo fue niebla en este día. A ratos, la misma se disipaba, y al salir el sol se podía gozar de la belleza y serenidad del paisaje fluvial, en un río Llobregat que en este día bajaba con un caudal muy contenido.  



JORNADA DE PESCA Nº 713

Ha llegado el puente de la Diada (1), y dejando aparte la tremenda agitación política y las fiestas reivindicativas, una serie de compromisos familiares me han obligado a cambiar mi habitual día de pesca, el sábado, por el viernes.
Como hasta última hora no supe no tan solo el día en que podría ir a pescar, sino incluso si podría pescar este largo fin de semana (para los que hemos tenido fiesta el viernes, claro está), nuevamente me he apuntado a la socorrida opción de ir a Pedret, el eterno "Plan B", más que nada porque después de una semana de intenso ajetreo (he tenido a mi hermano en el hospital, en donde le han puesto una prótesis en la rodilla), no tenía muchas ganas de embarcarme en un largo viaje, toda vez que tenía la intención de aprovechar al máximo el tiempo de pesca, estando mas rato en el río, y menos en el coche.
Dos han sido los protagonistas de este día, en el que el desarrollo de los acontecimientos me han hecho viajar en el tiempo hacia el pasado, como veremos más adelante: la niebla, pegada a ras de la superficie del río, abriéndose y cerrándose, pero nunca yéndose, a lo largo de las horas, y las pequeñas, activas y vivarachas truchas fario, la mayoría de ellas de repoblación, pero con algunas gratas salvedades en forma de peces con aletas bien desarrolladas, en vez de muñones.
Casualmente, en una gasolinera del Berguedà, durante el viaje de ida hacia Pedret, tuve la suerte de conocer en persona a Juan Karp, con quien mantengo amistad y compartimos pasión por la pesca, a través de su grupo de Facebook "Rius i basses de Catalunya". Fue un placer poder, por fin, estrechar la mano de este excelente pescador, especializado en ciprínidos a mosca, todo y que en esta ocasión se dirigía, junto con su familia, a practicar una actividad tan típica de Catalunya como anar a buscar bolets (2).
Al igual que la semana pasada, el río bajaba turbio y ligeramente chocolateado en Gironella, pero en Cal Rosal el color de las aguas ya se había trocado en el habitual verdoso, con un poco más de transparencia, con el que suele salir el agua desde el Canal de Carburos. Pasada la salida de dicho canal al río, el mismo bajaba con el agua limpia y un altísimo grado de transparencia, y en esta ocasión, incluso con un poco menos de caudal que hace aproximadamente una semana, o sea bajito, de muy buen vadear e ideal para pescas lo más ligeras posibles.
Como era de esperar, y más en un viernes de puente, había mucha gente pescando en Pedret, como la hubo el día antes, que tendría que haber sido día de descanso del coto, pero que al ser festivo se permitió pescar. Como la magra repoblación de truchas se llevó a cabo, de modo excepcional el día antes, supongo que los habituales oportunistas del viernes dieron buena cuenta de las truchas recién llegadas al río el jueves, y supongo que, por eso, algunos pescadores de cebo y lance con los que hablé, se quejaron de que habían repoblado poco, e incluso  hubo alguno que dudaba de que se hubiese repoblado.
Nada más comenzar a pescar, me dí cuenta de que una capa de niebla se pegaba a la superficie del agua, y en ocasiones no dejaba ni ver el señuelo.El día, en lo tocante a lo meteorológico, fue de una alternancia de nubes y claros continua, predominando más el cielo gris. Supongo que el altísimo grado de humedad, junto con el contraste de temperaturas, fue el causante de estos episodios de niebla baja, que fueron apareciendo y desapareciendo a lo largo del toda la jornada. Una niebla que daba un aspecto fantasmagórico al paisaje, y que se encargaba de recordarnos que, aunque gran parte del país vive aún los rigores del calor del verano, en las comarcas de montaña el otoño da avisos de querer llegar.   .
Ya en acción de pesca,. la jornada en si no pudo comenzar peor. Decidí iniciarla pescando a ninfa unas corrientes de la parte baja del coto, y para mi desesperación perdí más peces de los que conseguí llevar a la sacadera. Supongo que tendría el día de un torpe subido, pues solo pude ensalabrar una fario, de las pequeñas de repoblación, mientras que vi como se me desclavaban cuatro arco-iris de muy buen tamaño y otra fario, similar a la capturada, más.
Hasta media mañana, estuve deambulando más que pescando, en pos de un sitio en donde faenar lo más tranquilo posible, y hacerlo, a poder ser, a mosca seca, pues estaba mas que seguro de que esquilmada la cuba semanal, y sin tener intrusas recién llegadas perturbando la paz, las farios darían la cara, y visto el óptimo caudal del río, la darían por arriba.
Esta vez, no me equivoque ni un ápice: al igual que la semana pasada, algunos rincones del río eran verdaderos festivales de cebas, sobre todo a la que quedaban descansados un rato de gente pescándolos.
También, al igual que la semana anterior, no fue fácil hacerlas picar, pues todo y ser, la mayoría, truchas juveniles ya llevan un tiempo en el río, y resulta hasta desesperante ver como estos humildes sparrings te pueden obligar a rebuscar en la caja de moscas hasta la desesperación.  
En un día de moderadas eclosiones, pero variado menú, las truchas parecían perderse por comer emergentes, como la semana anterior. Volaban tricópteros, además de unas moscas grandes de color avellanado, que yo diría que eran rhitrogenas, pero lo que no paraban de comer las pintonas era la emergencia de una pequeña efémera oliva, de la cual encontré una imitación muy sui generis en mi caja de moscas, en forma de montaje con hackle, alas y una exhuvia de un material parecido al polywing.
Y el día, hasta el final, transcurrió pescando a seca, viendo dorados relámpagos en el agua y divirtiéndome mucho, todo y que el tamaño de las contrincantes no era como para entablar batallas de esas de sacar backing del carrete. Todo y así, si que de las veinte truchas capturas y soltadas a mosca seca, durante las horas que o bien las fui pescando a ceba vista, o directamente "al agua", al menos cinco pasaron un poco de los veinticinco centímetros, e incluso una arco-iris moscardeadora me sorprendío con un rápido ataque a la mosca, que termino en su captura y posterior devolución: fue la captura de mayor tamaño del día, y rondó los treinta centímetros.
Quiso la casualidad, que la última hora de la jornada de pesca, envuelto en la neblina, que se disipaba a ratos y a otros se hacía bien espesa, y bajo un cielo nublado y otoñal, la pasase pescando a mosca seca, sobre un montón de truchas activas, en el mismo sitio en que en una tarde de verano, del ya muy lejano en el tiempo año 1999, capturase la primera trucha a mosca de mi vida. Supongo que esto, unido a la actvidad de las pequeñas farios, desató en mi toda la melancolía que suelo llevar dentro, y por un momento me vi trasladado en el tiempo a otras épocas, que cada día van quedando más en el recuerdo, en las que el Pedret era un coto tradicional de temporada, y se repoblaba con estas pequeñas farios, que tanto nos han hecho disfrutar a los humildes perseguidores de ilusiones, y supongo decepcionarían a los partidarios de la tensión extrema en la línea. 
Lloviznaba mientras me quitaba el vadeador, tras pasar un día muy entretenido y haber viajado en el tiempo. No se si fueron los efectos de la borrachera de nostalgia, pero, por un momento, incluso creí ver, traqueteando por la pista, la vieja furgoneta, marrón y crema con el logotipo de la SPE Pedret, de mi amigo Josep Canturri, el que tantos años fuera el guarda del coto, y que hoy está felizmente jubilado. Solo fue un espejismo... era otra furgoneta. Seguramente ese viejo vehículo hace mucho que fue desguazado, y posiblemente mi amigo Josep estuviera en casa viendo la tele, en la larga hora de la sobremesa. Mientras, llega la llovizna y no resisto la tentación de asomarme de nuevo al río, ya sin el vader y sin las botas. Ahora, ya no es más que una cinta de niebla que, al abrirse por un momento, descubre varias cebas de truchas. Si, ahora estoy seguro: he viajado en el tiempo.   


(1) La Diada, es el Dia Nacional de Catalunya, y se celebra el 11 de septiembre.
(2) En castellano: ir a recolectar setas.


JORNADA DE PESCA Nº 713

Viernes, 12 de septiembre de 2014

Coto Intensivo del Pedret S. M.  LL03B
Modalidad del permiso: sin muerte

Temporada 20113 - 2014 - Nº 41
Temporada de salmónidos 2014 - Nº 24

Pescador:
Ferran RUBINSTEIN

Capturas: 19 truchas fario a mosca seca, 1 trucha fario a ninfa y 1 trucha arco-iris a mosca seca.

Climatología: nubes y claros con temperatura templada y un alto nivel de humedad; episodios de niebla, a lo largo del río, sobre la misma superficie del río.

Caudal: bajo

Condiciones de vadeo: vadeable sin dificultad, excepto en las grandes pozas, y sin ayuda de bastón de vadeo.

Hora de inicio de la jornada: 09,00 h.
Hora de finalización de la jornada: 17,45 h.

La música de hoy:

Viaje de ida:

Concierto para violín y orquesta nº 1
Joachim Raff

Concierto para violoncelo y orquesta en "LA" menor
Robert Volkmann

"Andante" (Op. 69 - Nº 2)
Giuseppe Martucci

Viaje de vuelta:

Concierto para piano y orquesta nº 3
Sonatina en "MI" menor
Dos danzas polacas
Xaver Schawenka

Líneas Tensas!


Ferran RUBINSTEIN.



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