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sábado, 19 de julio de 2014

JP-705. INVASIÓN VAMPÍRICA EN EL REGRESO A LA PATAGONIA CATALANA. Sábado, 19/07/2014.

Una invasión de  luciopercas en el río ha sido el hecho más relevante del día del retorno a Oliana.

Entre pantano y pantano, lo que queda del antaño gran Segre a su paso por Oliana baja con más agua que otros veranos, un tanto turbia aún, pero perfectamente pescable.

Los ciprínidos no han faltado a la cita con los pescadores en Oliana. Este simpático barbo fue para mi un "premio de consolación", tras haber perdido en la pelea un carpa de grandes dimensiones.  

Todo y quedar encajonado entre dos pantanos, el exiguo tramo del Segre en Oliana todavía ofrece estampas de gran belleza, como este paisaje de verano en las cercanías del puente de Tragó. 

JORNADA DE PESCA Nº 705

El día de mi tan esperado, y tantas veces pospuesto, regreso a Oliana, ha estado marcado por una extraña "invasión vampírica" en el río, y ha terminado siendo una jornada que, pese a tener como destino un coto intensivo sin muerte de truchas, ha acabado con una pescata de dos dígitos de otras especies de peces, pero con ninguna  trucha, ni fario ni irisada, en el salabre.
Llevaba mucho tiempo sin pìsar el Segre en Oliana, concretamente desde principios de octubre de 2012. Desde aquel entonces, un cúmulo de malas noticias me ha mantenido lejos de este destino, que durante tantos años ha formado parte de mi paisaje habitual, en lo que a mi afición a la pesca se refiere, tales como: desembalses brutales, furtivismo descontrolado, y meses y meses de bajar un aluvión de agua del color del chocolate, debido a una supuesta avería en la compuerta de fondo del pantano..
Pero cuando ya estaba resignado a seguir sin volver a pescar en La Patagonia Catalana, han ido llegando, con cuentagotas eso si, dada la perversa tendencia al secretismo en este mundo de la pesca (1), noticias de una ligera mejora tanto en lo que a caudal como a repoblación de peces se refiere, y finalmente me he decidido a volver a este río que, herido y mutilado, encerrado entre lagos artificiales y sometido a la merced y soberbia de los hombres, todavía tiene el poder de poner a más de algún pescador en su sitio, como bien dice mi amigo Daniel Somolinos, un devoto admirador del padre Segre.
En el exiguo tramo de Oliana, de apenas cinco kilómetros, sobrevive, rehén de la ingeniería hidráulica y de la ávida de sed de campos e industrias, lo que queda de uno de los tramos del que fuera el mejor río truchero de baja montaña del sur de Europa. Y todo y así, preso y mutilado, el Segre Olianero había ganado la fama, por su extensión de lámina de agua y por las descomunales truchas trofeo con las que se repoblaba el coto, de ser un destino de pesca "premium", para el cual incluso alguno que otro se había comprado hasta una caña de 12 pies para dos manos, para uso del lance Spey, y no tardó en ser conocido como La Patagonia Catalana.
Sin embargo, con el pantano inferior (Rialb, actualmente el de mayor capacidad de Catalunya) rozando el 100% de su capacidad e invadiendo parte del tramo inicial del coto, y con el superior (Oliana) desembalsando agua a buen ritmo casi un año entero, lo raro hubiese sido que estos hechos no hubieran tenido repercusión sobre el río. De momento, las luciopercas -hasta ahora invitadas esporádicas- se cuentan ya por cardúmenes, y a saber que otra fauna irá apareciendo. Por otro lado, y cosa perfectamente normal, como cada verano muchos ciprínidos, especialmente barbos, han marchado del pantano, remontando el río, en busca del frescor del agua más oxigenada por las corrientes.
Dejando de lado consideraciones éticas y ecológicas, la verdad es que la aparición de las luciopercas supuso para mi el poder engrosar la lista de las especies que he conseguido pescar a mosca, y eso me hizo muy feliz, casi tanto como el poder pescar de nuevo un gran río, de grandes dimensiones y con variedad de especies que pescar, cosa que para mi siempre es un gran aliciente.
Con sus afilados colmillos y sus grandes ojos saltones, las luciopercas (a las que los asiduos de La Baells en los años 90 llamábamos sandras) tienen un aspecto vampírico y siniestro, y aquí termina toda la mística, pues a la hora de la verdad es uno de los peces menos deportivos que conozco. Todo y que las diecisiete sandras que capturé eran de contenido tamaño (la mayor pasó un poco de 25 cms.), su pelea fue tan breve y decepcionante como las de grandes dimensiones que había pescado hace años en los pantanos y en el río Ebro, o sea una picada brusca, como si el señuelo se hubiera trabado en un tronco o una piedra, y al segundo o tercer castigo con la puntera de la caña el ejemplar se entrega mansamente, a menudo panza arriba.
Bien sabido es el valor gastronómico de las sandras. En Centroeuropa es pez de mercado y mesa, y yo mismo he tenido el placer de degustarlas en Hungría. Por eso, ayer unos cuantos pescadores, la mayoría mosqueros o gente de esta guisa ataviados,  no dudaron en hacer una masacre de sandras, llevándoselas en bolsas de plástico a las neveras portátiles de sus coches, al amparo de la legislación que exige el exterminio de peces alóctonos. Por mi parte, ya sabéis de mi firme compromiso con la pesca sin muerte, sea con el pez que sea. Y tampoco creo haber incumplido ninguna normativa por haber sido fiel a mis planteamientos éticos: lo que pasa es que soy muy torpe, además de tener principios de Parkinson, y cada vez que iba a darle matarile a alguna, se me escuría de mis temblorosas manos y terminaba nuevamente en el río, que es en donde creo humildemente que deben estar los peces, todos ellos, pues estos animales, objetos de nuestros sueños, ni son conscientes de lo que es legal o no, y ni mucho menos tienen la culpa de estar donde están. 
El día de mi retorno a La Patagonia Catalana, fue de esos de tan elevada temperatura (34 grados a las dos la tarde), como de insoportable grado de humedad, con un cielo nublado en el que de modo esporádico aparecía el sol. Un día de muy poco confort, de esos de sudar copiosamente al más mínimo esfuerzo.
El caudal del Segre, aguas abajo del embalse de Oliana, sigue estando un poco más alto de lo que era normal en estas fechas, y con el agua más turbia de lo que era habitual. Pero pese a estas circunstancias está perfectamente pescable. En cuanto a la vadeabilidad y transito por el lecho del río, tampoco hay mucho problema, siempre y cuando se extremen las precauciones y se haga servir el bastón de vadeo. En mi caso, no dudé en usar los crampones de río, atados a las botas, permitiéndome su uso un extra de seguridad que nunca viene mal a patosos como yo, siempre propensos al inesperado chapuzón con la ropa puesta.
El día de pesca, en cuanto a acción se refiere, se dividió en las siguientes tres partes:

1- Por la mañana, en la parte alta del coto. En esta manga se frustraron mis intenciones iniciales de pescar las siempre querenciosas tablas del Camí de l´Oliva, pues todo y madrugar bastante cuando llegué las mismas ya estaban llenas de pescadores. Así pues, estuve faenando en las corrientes de la zona del chorro de la antigua piscifactoria, con un par de perdigones pescando largo, y lo único que obtuve fueron dos picadas de "algo" que quiero suponer eran truchas, pero que ni llegué a ver porque se soltaron enseguida.

2- A mediodía y hasta primera hora de la tarde. Un cambio de zona con el coche, para evitar la masificación, me llevó a otro de los tramos clásicos del coto, el de la enorme poza del puente de Tragó. Aquí tuvo lugar el episodio de las luciopercas, y en el punto en que la corriente entra en la poza tuve mi "momento ciprínidos", un ratillo de relativa gloria en el que perdí una carpa realmente descomunal, por culpa de un nudo mal hecho, y en el que conseguí ensalabrar un barbo muy majete y gracioso, a modo de digno premio de consolación. Al tratarse de un escenario con relativa profundidad, lo trabajé con un par de ninfas pesadas, siendo una de ellas una atractora "pompón", la cual se llevó la inmensa mayoría de las picadas de las luciopercas. El barbo, picó a una pheasant tail de color verde, con cabeza de tungsteno del 3 en un anzuelo del 11, ninfa muy similar a la que había provocado la picada de la carpa, todo y que esta última era de color rosa.

3- Por la tarde. La mayoría de gente que había pescando por la zona se marchó a comer entre la una y media y las dos de la tarde. A esa hora, y tras una pausa para hidratarme y rehacer el bajo de linea, fui a pescar las corrientes que hay un poco más abajo del puente. Esta manga fue tan excitante como desafortunada. Seguí pescando con el combo de ninfas pesadas del escenario anterior, y en un blando de corriente lateral perdí, en poco tiempo, no una, sino dos, luciopercas con la salvedad que estas si que eran de un tamaño considerable, mucho mayores que con las que me estuve divirtiendo en la poza del puente. Además, se me desclavó a tocar del salabre una bagra, y pesqué un alburnó "al robo", y al venir enganchado por el lomo no pude contabilizarlo como captura.

En fin queridos lectores y seguidores, un día muy "rarito", y sobre todo sorprendente, este de mi retorno a La Patagonia Catalana, lugar en el que no dudéis siguen habiendo truchas, todo y que no llegase a ver ni una. A mitad de la jornada, mientras estaba entestado con los ciprínidos, tuve el placer de saludar a mi amigo Epeorus, un excelente pescador y mejor persona, que está disfrutando de su bien merecida jubilación dedicándose a su hobby preferido: la pesca a mosca. Por si tenía dudas de si habían truchas, Epeorus me sacó de ellas... había capturado dieciocho, y la mayoría farios.
Por suerte, ya se acercan las vacaciones de verano. Todo y que por otros compromisos (familiares, montañeros y turísticos) voy a poder pescar menos de los que quisiera, no dudéis que a esta Patagonia Catalana de ciencia-ficción, como dijeron tanto el General Mac Arthur, como Terminator...¡Volveré!.   
             


JORNADA DE PESCA Nº 705

Sábado, 19 de julio de 2014

Coto Intensivo de Oliana S. M.- SE08
Río Segre

Temporada 2013 - 2014 - Nº 33
Temporada de Salmónidos 2014 - Nº 17

Pescador:
Ferran RUBINSTEIN

Capturas: 17 luciopercas a ninfa y 1 barbo a ninfa.

Climatología: alternancia de nubes y claros, con fuerte calor y elevado grado de humedad.

Caudal: medio-alto, aproximadamente unos 20 m3/seg.
Condiciones de vadeo: vadeable con precaución, y mejor con la ayuda de un bastón de vadeo.

Hora de inicio de la jornada: 09,15 h.
Hora de finalización de la jornada: 16,45 h.

La música de hoy:

Viaje de ida:

Sinfonía nº 3
Anton Rubinstein

Concierto para violoncello y orquesta nº 1
Concierto para violoncello y orquesta nº 2
Joachim Raff

Viaje de vuelta:

Sinfonía nº 1
Sinfonía nº 2
Robert Fuchs

Pieza de Concierto, Op. 113
Anton Rubinstein


Líneas Tensas!


Ferran RUBINSTEIN.



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