"Si, al igual que yo, sois de los que creeis que tenéis poco que enseñar, mucho que aprender y aún más que compartir, éste es vuestro blog".

sábado, 7 de junio de 2014

JP-699. VIAJE AL "OTRO" RIPOLL. Sábado, 07/06/2014.

Gran parte de la jornada de hoy, más de tres cuartas partes de la misma, ha transcurrido en el "otro" Ripoll, o sea en la zona libre sin muerte, por la que discurre un río Ter que  bajaba con bastante más agua de lo que me esperaba.

En la "dimensión paralela" en donde no se paga ticket de Ripoll, he estado mucho rato para recorrer poco tramo e río: hoy estaba especialmente incómodo de vadear, y el calor ha hecho que me cansase mucho buscando como entrar y salir del río sin partirme algún hueso: decididamente, me estoy haciendo viejo para tanto trote.

Día de verano, de pleno verano, con un calor aplastante: pese a las bondades del estío, las truchas apenas si han dado la cara por arribe, y con más agua de la prevista, he tenido que recurrir a pescar a ninfa, e incluso a recurrir a San Tungsteno Glorioso para placar más los señuelos a las piedras.

Al final, con mucha paciencia, las truchas han terminado dando la cara, pero en esta ocasión siempre en las corrientes, tanto en la zona libre sin muerte, como en el coto, en donde estuve pescando un rato por la tarde.
Aunque se trate de truchas de pequeño tamaño, siempre es una alegría hacer un doblete: en este caso, dos ninfas, dos truchas. Este par de preciosidades son del coto, y ya en "edición de tarde". El tamaño, en la foto, engaña mucho. Ya lo quisieran para ellos más de algún actor porno, o boys de show de despedida de solteras.

Con la llegada del calor, las truchas comienzan a preferir esta en las corrientes, cuando más batidas, mejor.


JORNADA DE PESCA Nº 699

Todo ha sido llegar junio y dispararse los termómetros. Este primer fin de semana del mes del solsticio de verano ha sido plenamente estival, pese a estar, todavía, en la primavera a nivel astronómico. En donde más se ha notado la llegada del verano real, el climatológico, ha sido en el interior del Principado, lejos de las brisas marinas y nieblas costeras tan típicas de esta época del año, donde en muchas localidades la temperatura ha sobrepasado los 30 grados.
Ha llegado el verano, un año más, y comienzan los éxodos de fin de semana hacia las playas, las farras de chiringuito hasta las tantas y las noches de insomnio por el calor. Como cada año, vuelven la canción del verano (siempre banal y machacona), los anuncios de lociones anti-mosquitos (para normales y para tigres) y las quemaduras por no ponerse crema solar (el bronceado, esa estupidez estética que nos han impuesto, y que tan nociva es para la salud). No tardarán en cantar las cigarras de sol a sol, y tarde o temprano llegarán las vacaciones. De nuevo es verano, una estación del año con muchos entusiastas, y algún que otro detractor, como yo. Si, amigos, a mi mayormente no me gusta el verano, no me gusta esta farra colectiva, no me gusta esta obligación de ser feliz solo por cuatro rayos de sol; es más, encerrado en el cubículo en donde tengo que trabajar, mientras veo como una eclosión de vida y luz estalla fuera de los cristales de la oficina, atendiendo las mismas obligaciones de cada día fuera y dentro el trabajo, pero soportándolas bajo el calor, la verdad es que esta estación me deprime, y mucho. Pero no todo va a ser tan malo. El verano también tiene sus cosas buenas, y entre ellas que las truchas y otros peces, siempre codiciados objetos de deseo de los pescadores, están activos muchas más horas, y eso hay que aprovecharlo. Cada estación del año tiene sus cosas buenas y malas, pero la verdad es que el verano siempre ha sido bueno para pescar, especialmente a mosca seca.
En este primer sábado de junio, día ya de pleno verano, me he animado a volver a Ripoll, dados los muy buenos informes que a lo largo de la semana me estuvo pasando un buen amigo, pescador de lance ligero(1),  que estaba pasando unos días de vacaciones en el "Bressol de Catalunya" (2), y quien pescando tanto en el coto como en la zona libre había capturado y soltado cerca de cincuenta truchas en tres días, muchas de ellas de buen tamaño e incluyendo varios "monstruítos" de más de 50 cms.
Ya en las fotos que me había pasado mi amigo por Whatsapp, me di cuenta de que tanto el Ter como el Freser, los dos ríos que confluyen en Ripoll bajaban con bastante más agua de lo que yo me pensaba, dado lo avanzado de la estación primaveral, con el caudal más propicio para pescar a cucharilla que para hacerlo a mosca con comodidad, pero todo y así me animé ha llevar a cabo uno de esos proyectos que tenía aplazados sine die desde hacía tiempo: explorar la zona libre sin muerte del Ter en Ripoll, más allá del pequeño tramo que antes incluía el hoy extinto coto sin muerte de Font Viva, y en donde mi amigo había capturado y soltado 18 truchas el día que lo había pescado.
Supongo que alguno se preguntará ¿porque en tantos años de pescar en el antiguo coto de Font Viva no te dio por explorar esta zona, que antes ya era libre? Pues bien, tan sencillo como que en los buenos tiempos de este coto, y especialmente en la parte central de la pasada década, había tanta trucha y era tan entretenido pescar en Font Viva que el exiguo tramo de este pequeño sin muerte te garantizaba diversión para todo el día... y no te aburrías nunca como para ir a hacer experimentos, buscando lo que ya  tenías cómodamente y sin esforzarte: truchas en profusión y actividad de las mismas todo el día, todo lo contrario que ahora, en que el tramo urbano de Ripoll ya no se parece, ni por asomo, a lo que fue en su pasado glorioso.
Mi periplo de pesca por la zona libre sin muerte incluyó, al principio de la jornada, un tramo del antiguo coto sin muerte de Font Viva, sobre el río Ter, que he pescado muchas veces, e incluso recientemente, para adentrarme después en la "dimensión desconocida", en donde en ocasiones tuve serios problemas para pescar, debido a que bajaba demasiado caudal de agua como para transitar por el río cómodamente, y en donde además tuve que sortear parados de agua de gran profundidad, no quedándome más remedio que salir del río en ocasiones, dar un par de rodeos por un polígono industrial (con una buena caminata bajo un sol de justicia) e incluso bajar por un talud de auténtico vértigo. Si a todas estas peripecias, sumamos el calor, a eso de la una y media de la tarde, cuando llegué a una presa y decidí salir al camino (3) "por las bravas", estaba realmente fundido y agotado, todo y que sobre el mismo río quizás había recorrido poco menos de medio kilómetro. Todo y reconocer de que quizás no había elegido el día más oportuno para hacer esta exploración, lo cierto es que, es innegable, ¡me estoy haciendo viejo!.
En acción de pesca, el hecho de que bajase más agua limitó mucho las posibilidades del "jogo bonito", o pesca lo más ligera posible, y me vi forzado a pescar con un combo de dos ninfas, una pheasant tail más pesada y un perdigón más ligero. Al principio, y dentro todavía de la "zona conocida" tuve dos picadas casi seguidas, de truchas que se me desclavaron a las primeras de cambio, pero todo fue entrar en la "dimensión paralela" y tomar nota de que no iba a ser nada fácil tocar escama. Al final, con mucha paciencia e insistiendo todo lo que pude, conseguí clavar y ensalabrar cinco farios, muy bonitas pero más bien pequeñas, siempre pescando en las corrientes, cuando más batidas mejor. Parece ser que las truchas tenían calor, y se habían ido a buscar el frescor de su propio "aire acondicionado".
De regreso al coche, y aprovechando que en esta ocasión estaba aparcado en "Can Guetes", me tomé una coca cola bien fría en el bar de la zona de caravaning, me lavé bien la cara en el lavabo y aproveché para poner un poco de orden a mis ideas. Se me hizo un mundo la idea de desmontar la caña, meterme en el coche recalentado e irme a probar suerte. mediante transbordo automovilístico, al polígono "Els Pintors", prolongando así mi estancia en la zona libre sin muerte. Tocaba pues, pasar al "plan B".
Como soy tan previsor (los Virgo lo somo, y mucho), y poco dado a dejar las cosas al azar, me había guardado el as en la manga de sacarme el ticket del coto, por si las cosas no iban en la "dimensión paralela" como me esperaba. Así pues, rehecho un tanto del pequeño golpe de calor que me había dejado medio atontado (un poco más de lo que es habitual sin ayuda de golpes de calor, no os vayáis a pensar), en poco menos de cinco minutos me planté en las corrientes que hay paralelas al muro del jardín botánico, para mirar de continuar la acción de pesca, pero esta vez en el río Freser.
Entre pitos y flautas, se había hecho más tarde de lo que pensaba, y eran bien pasadas las dos de la tarde cuando volvía a pescar. Visto lo visto en la zona libre, esta vez no dudé, y fui directo las corrientes más batidas que pude elegir, de entre las que tenía más al abasto desde mi coche, para no forzar otra caminata bajo el sol, por ejemplo hasta Ordina.
Esta vez mi intuición no me fallo, y todo fue entrar en el tumultuoso y espumeante escenario y hacer un doblete de truchas con las dos ninfas, con los mismos modelos que había utilizado en la zona libre sin muerte. A partir de aquí, hubo mucha acción y mucha diversión, todo y que capturando y soltando trucha de no mucho porte, hasta llegar a meter en el salabre tres truchas más, y perder tres más en el combate tras una corta pelea. 
A eso de las cuatro de la tarde, vi que un chaval joven, que iba con otro chico y una chica, me saludaba desde el puente del paso a nivel. Le devolví el saludo, pero sin identificarle. Más tarde, me enteré gracias a las nuevas tecnologías, de que era Bruno, el joven pescador de Campdevànol con el que compartí jornada de pesca hace dos semanas. Es un placer tener amigos en todas partes, y si son de una comarca que tanto me gusta y tanto frecuento como El Ripollès, aún mejor.
La última media de esta jornada un tanto aciaga, realmente agotado por el calor, la dediqué a pescar con mosca seca "al agua", a ver si conseguía hacer subir alguna trucha curiosa, en un tramo como el que va del puente del paso a nivel hasta el puente peatonal que marca el inicio del refugio de pesca. Un tramo que en los mejores tiempos de del antiguo coto de Font Viva era emblemático, básico, fundamental, y en el que habían truchas cebándose a todas horas. ¡Como ha cambiado todo!. En un día de pleno verano "de facto", no valiendo ni la excusa de que bajaba un poco más de agua de lo normal, apenas si vi un par de cebas esporádicas, y poco más, y eso que comida, entre efémeras y algún tricóptero que otro la había de sobras, y por supuesto, no tuve ni una picada en esa última media hora, cuando hace años lo raro hubiera sido clavar por lo menos dos o tres, sobre todo en la pequeña poza que quedaba a mitad del tramo, y que ahora está completamente desaparecida debido a la sedimentación. 
Jornada agridulce esta. En esto pensaba cuando, ya cambiado de ropa, me dirigía a merendar en "Can Costa", una de mis pastelerías favoritas de la localidad, y cruzaba de nuevo el río Ter por otro de los muchos puentes de la ciudad. Por una parte, no puedo evitar cierta tristeza al ver como ha cambiado, para mal, mi antiguo y querido coto de Font Viva, hoy extinto y fraccionado. Por otra, siempre hay esperanza: cierto en la zona libre sin muerte hay truchas. Hoy, admitámoslo, el río bajaba más para la cucharilla que para la mosca, pero pronto las aguas bajarán, se afianzará el estío, y será hora de explorar esta "dimensión paralela" con mucha más comodidad.



            
(1) He notado que desde hace tiempo, la información ente pescadores de lance es muy fluida, mientras que dentro del colectivo mosquero no tan solo se informan los miembros unos a otros cada vez menos, sino que el hecho de hablar de según que ríos o según que escenarios dentro de los mismos se está convirtiendo en tabú. Esto, unido a que una minoría del colectivo se ha abrogado el papel de amos absolutos de los ríos, está haciendo a nuestro colectivo del sedal pesado más mal que bien, pues por una parte tendemos a desunirnos en clanes cada vez más herméticos, y por otra nuestra imagen es cada vez más detestada y aborrecida por otros colectivos de pescadores, y esto debería hacernos más humildes y reflexionar: recordemos que pese a la prepotencia de unos pocos, seguimos siendo una minoría de minorías, que quede esto muy claro.

(2) Bressol de Catalunya. En castellano "Cuna de Catalunya", en alusión a que a esta ciudad y a su monasterio se les considera cuna de la Nación Catalana, o por lo menos de los primitivos Condados Catalanes, en un principio marcas allende de los Pirineos del Imperio Carolingio.  

(3) La "Ruta del Ferro", un camino para ciclistas y senderistas, que une Ripoll con Sant Joan de les Abadesses por el trazado del antiguo ferrocarril, y que en las afueras de Ripoll va paralelo a la carretera. 



JORNADA DE PESCA Nº 699

Sábado, 7 de junio de 2014

Temporada 2013 - 2014 - Nº 27
TEmporada de salmónidos 2014 - Nº 11

Zona libre sin muerte de Ripoll  ZLLSM-TE09 y Coto de Ripoll-Campdevànol S. M.- TE09B
Ríos Ter y Freser

Pescador:
Ferran Rubinstein

Capturas:

En la zona libre sin muerte: 5 truchas fario a ninfa.
En el coto: 7 truchas fario ninfa

Climatología: soleado y caluroso, con algún intervalo de paso de nubes altas.

Caudal: medio en ambos ríos.
Condiciones de vadeo: vadeables con precaución, y mejor con la ayuda de un bastón de vadeo.

Hora de inicio de la jornada: 09,00 h.
Hora de finalización de la jornada: 16,30 h.

La música de hoy:

Viaje de ida:

Concierto para piano y orquesta en "DO" menor
Obertura-Concierto en "FA" mayor
Joachim Raff

Concierto para piano y orquesta nº 2
Alexander Glazunov

Viaje de vuelta:

"Te Deum"
Marc Antoine Charpentier

Sinfonía nº 6
Ralph Vaughan-Williams

"La Rueca de Oro"
Anton Dvorák

Líneas Tensas!

Ferran RUBINSTEIN.



2 comentarios:

  1. que alegría ver que se sigue disfrutando en mi zona preferida de truchas de antaño. Hace unos añitos que no voy pero desde Ripoll hasta Núria y Coma de vaca el Ter y el Freser eran mis válvulas de escape. Pasó por momentos malos pero me alegra ver que hay bonitas truchas dispuestas a hacer disfrutar al pescador. Buena jornada Ferran, aunque ya se sabe que con el calor uno suda la gota gorda.... por lo demás...ya sabes como pienso....cada vez más los mosqueros son más cerrados y más desunidos están del resto de aficionados y todo por la cabezonería de algunos.Un placer leerte, como siempre ;)

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  2. Amigo Toni: un placer tenerte como seguidor de este blog. Todo va y viene, todo es cíclico como la Historia, y las fuerzas de las naturaleza nos enseñan tanto a ser humildes, como a confiar en las mismas: estoy seguro de que tarde o temprano volverán los tiempos de esplendor a Ripoll.
    Un fuerte abrazo,


    Ferran.

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