"Si, al igual que yo, sois de los que creeis que tenéis poco que enseñar, mucho que aprender y aún más que compartir, éste es vuestro blog".

sábado, 28 de diciembre de 2013

JP-683. COTO DE ANGLÈS - EL PASTERAL INTENSIVO S. M. TE15B. Sábado, 28/12/2013

El año 2013 se despide, en lo que a mis jornadas de pesca se refiere, con un día de truchas activas y diversión pescando a mosca seca en Anglès, un lugar muy habitual para las despedidas de año de este tipo.  

No suelo hacer muchas fotos de truchas arco-iris, pero con esta gladiadora fluvial si que voy a hacer una excepción, pues es mi última irisada de este año. 

Mi última fario del año. De tan preciosa librea como de escasa combatividad. Espero llevarme muchas más al salabre el año que viene.

En una tarde presuntamente de invierno, pero con un cierto ambiente de primavera, me he despedido del Ter, en nombre de todos lo ríos que he pescado este año, con el deseo de volver pronto a pescar, pues es ese uno de mis mejores propósitos para el año venidero, que vengo repitiendo a lo largo de ya mucho tiempo.


JORNADA DE PESCA Nº 683.

Esta, que ha coincidido con el día de los Santos Inocentes, ha sido la última jornada de pesca del año en curso que está muy pronto a terminar. No os preocupéis, queridos lectores, que no voy a atosigaros con los, por otra parte tan habituales en estas fechas, balances y resúmenes del año. De verdad que no, pues no es lugar este para números y rankings, sino para contar historias de nuestros días de pesca, y hacerlo del modo más divertido posible, o por lo menos intentarlo.
Sin pena ni nostalgia me despido, a nivel pesca, de este año 2013. Poco significa para mi el concepto "año" en esto de la pesca, cuando incluso el para todavía sacrosanto concepto de "temporada" lo tengo absolutamente superado, al disponer tanto la suerte como la voluntad de ir a pescar a lo largo del año y de todas sus estaciones. Si todo va bien, en breve volveré a pisar el río con la caña en la mano. Será ya 2014, pero eso sólo es una cifra, una anualidad de un calendario que alguien inventó. Lo más importante es que seguiré pescando, esa es mi intención, y disfrutando de un entorno como es el río y también y con todo el respeto que se les debe de sus habitantes, en el que, y al igual que en toda la naturaleza en general,  poco cuentan nuestros números y nuestros calendarios. Moriremos un día y el agua seguirá fluyendo por donde la ley de la gravedad le dicte; desaparecerá nuestra civilización y los peces, que ya eran viejos cuando nuestros antepasados se colgaban del rabo en las ramas de los árboles, seguirán cebándose a insectos, aún más longevos que ellos, en cualquier río. Relajémonos, pasemos un poco o un mucho de los tiempos pretéritos y venideros y disfrutemos del presente. Por suerte, y como dedujo Nietzsche, la naturaleza no tiene opinión de nosotros, y afortunadamente no somos tan importantes; Ya lo Mark Twain "¿Se cree usted importante? Dese una vuelta por el cementerio. Allí verá a gente más importante que usted, y la vida continúa".
Pese a haber entrado hace recién una semana en la estación invernal, y pese al paso de un pequeño frente poco activo, esta última jornada del año se ha movido dentro de unos baremos de temperatura muy agradables para la época del año, primaverales diría yo: cuatro grados a eso de las nueve de la mañana, mientras me enfundaba el váder, y sobre unos quince a primera hora de la tarde. Un día en que pese a la nubosidad variable del mediodía y a un cierto episodio de viento reseco de poniente, ya entrada la tarde, las truchas han estado muy activas en superficie e incluso han empezado a dar señales de actividad un poco antes de lo que es habitual en estas fechas.
La triunfadora indiscutible de la jornada ha sido la imitación de quironómido, ese dipterín cojonero de las aguas paradas, a poder ser un tanto guarras, por el que sienten auténtica pasión las truchas delicadas y sibaritas que viven, a menudo sin ser su hábitat natural, en ríos de llanura. Lo de esta jornada ha sido realmente excepcional, pues este ínfimo bichín me ha servido para capturar siete truchas (cinco arco-iris y dos farios), mejorando bastante mis pobres resultados de estas últimas semanas en "Magic-Anglès", sin utilizar otra mosca más en toda la acción de pesca del día, que ha sido a mosca seca de principio a fin.
Ahora viene cuando, si no fuera Ferran Rubinstein quien estuviera redactando esta crónica, otro os contaría que las capturas fueron gracias a un mágico montaje de quironómido elaborado tras largos y sesudos estudios de materiales que, por supuesto, no puede revelar pues son secreto de sumario. Don´t worry my friends! No hay secretos entre nosotros: por no ser, el modelo de quironómido que tanto éxito ha tenido en esta jornada no es ni de mi invención, ni mucho menos lo he montado yo. Forma parte de ese stock de moscas que tengo en alguna de mis cajas que o bien he comprado, o bien me han regalado alguno de mis amigos montadores. En concreto, y si queréis uno (o varios) igual, sólo tenéis que ir al catálogo de moscas de Jon Huerga Landa, y allí está: gris y pequeñín. Order there.
Tampoco vayáis a pensar ahora que este dipterín es la piedra filosofal y la clave para pescar truchas presionadas. El que haya funcionado relativamente bien en esta ocasión, tanto en aguas casi paradas como en corrientes, quiere decir bien poco, y tratándose de Anglès, posiblemente nada. Hoy les ha dado por ahí a las truchas, pero en otras ocasiones he apostado mucho al quironómido como caballo ganador, y me he acabado comiendo lo que se comió Clavijo. Las truchas son así de impredecibles, y las de Anglès tienen el don de poder desquiciar a más de alguno, empezando por mi, sobre todo de entre los que creen que hay axiomas en esto de la pesca a mosca, e incluso en la pesca en general.     
Sin duda alguna, lo mejor del día fue el pescar a seca de principio a fin. Esta vez ni he montado un tándem ligero para tantear las aguas en las horas de poco o nulo movimiento, que suelen ser las de la mañana. Antes que eso, he preferido andar y observar el río. La jornada se dividió en dos partes, una de mañana y mediodía, mas dedicada a andar que a pescar, y otra con mucho rato de acción de pesca efectiva a partir de primera hora de la tarde, separadas por un breve interludio fuera del río, pues acabada la primera manga con el bolo evitado (2 truchas arco-iris capturadas) antes de las doce y media, tuve que darme una pequeña caminata hasta el coche, aparcado en el casco urbano de Anglès, pues había olvidado la documentación de pesca en el vehículo.
Para empezar el día, en vez de ir a directamente a zurrar el río decidí darme un paseo por la zona libre sin muerte que hay más abajo del puente de Sant Julià de Llor, y en  la que, de vez en cuando, he tenido alguna alegría, y en otras veces me he llevado un buen bolo. En esta ocasión, ni llegué a hacer un solo lance, pues no ví ni un indicio de actividad de peces en superficie. Todo lo más, unos cuantos barbos -muy gordos, eso si- hociqueando en las inmediaciones del puente.
Tras el paseo caña en mano y con la mosca en seco, y ya que estaba en el puente, decidí continuar el mismo en el primer tramo del coto y ¡sorpresa! truchas cebándose en un bajío de tan escasa profundidad como corriente. Tras un par de correcciones de bajo de línea (demasiado largo para mi gusto), tuve una picada por sorpresa de una trucha irisada cuando no veía ni la mosca (debió ahogarse), y partí con mucha desventaja de inicio en la pelea; me ganó la corriente que cobra vitalidad tras el bajío y se me desclavó. Sin embargo, esto probó de que no le hacían ascos al quironómido, y así, a base de insistir sobre un terriotrio de cebas esporádicas conseguí pescar, esta vez metiendo los peces en el salabre, un par de esas vigorosas truchas arco-iris tan típicas de Anglès, que si bien no son torpedos con aletas, si que pueden presumir de una talla que sería considerable en otros pagos, y que se mueve entre los treinta y treinta y cinco centímetros.
Después del forzado retorno anticipado al coche, decidí probar suerte en la zona de los polígonos de La Cellera de Ter, dándome otra caminata, cosa muy buena, por otra parte, para quemar los excesos en la mesa de estas recién terminadas primeras fiestas navideñas. Cuando me encontré con dos pescadores ocupando la postura que pretendía pescar no llegué a saber el favor que me hicieron, pues un poco más adelante y libre, solo para mi, me encontré un pequeño tramo de río que literalmente hervía de cebas.
Desde luego que no lo tuve fácil para lanzar desde el primer momento, y no tan solo por lo emboscado de mi orilla, sino también porque de haberme metido en medio del cauce hubiese ahuyentado a un buen montón de peces que allí se estaban dando el festín. Tuve que recurrir a lances laterales y a algún rodado que otro, pero el quironómido hizo su labor, incluso en una corriente más viva, y en esta manga, interrumpida solo por un intermedio para hacer pis y beberme uno de mis habituales tes con limón, terminé capturando cinco truchas más: cuatro grandes y peleonas arco-iris, auténticas gladiadoras fluviales, y un par de preciosas fario de tamaño bastante contenido en patrones Anglès (una quedó por debajo de los treinta centímetros, y la otra no llegó a los veinticinco), que pese a su aristocrática y señorial librea se entregaron con facilidad, entrando muy mansas en la sacadera.
Machaqué mucho la postura; le exprimí bien el jugo, y pasadas las tres y media de una tarde que parecía de primavera más que de invierno, las truchas ralentizaron la actividad, y tomé la decisión de irme con la caña a otra parte. Sin embargo, a medida que bajaba por el camino río abajo, o bien encontraba posturas ya ocupadas por otros pescadores, o no veía actividad. Al final, terminé esta jornada más que aceptable dando varazos al agua, por si sonaba la flauta por casualidad, en la desembocadura de la Riera de Osor en el Ter, un lugar que antaño había sido muy productivo, pero que últimamente me viene decepcionando un tanto, todo y que a nivel paisaje y estética es, para mi gusto, uno de los lugares más bonitos del coto.
No conviene mucho alargar la jornada, pescando por pescar, cuando el sol se oculta tras las montañas de Les Guilleries, y más cuando a las cinco de la tarde abren la pastelería. No sea que, cuando el reino de las sombras extiende su diario dominio sobre el río y la arboleda que lo rodea, comencemos a sentir como si algo o alguien nos observara, y como si aquello que hay en las ramas de los árboles pelados de hojas fuera demasiado grande para ser un pájaro, demasiado grande y demasiado oscuro.
Por cierto, mientras volvía a casa, disfrutando de mi habitual y siempre grata sesión de música clásica, caí en la cuenta de que era el día de los Santos Inocentes, día de bromas y chanzas. Me da la impresión de que esto de las inocentadas se celebra, a nivel popular, bien poco de unos años a esta parte. Seguramente, en nuestro país estamos perdiendo el sentido del humor a pasos agigantados, cosa muy comprensible dados los muchos sufrimientos del pueblo para pagar la gestión depredadora de políticos infames al servicio de la Europa de los capitalistas, los mercaderes y los especuladores, modernos Herodes a los que sus sicarios, tras haber secuestrado la democracia, sirven para seguir disfrutando de sus privilegios a costa de los inocentes, que no son otros que el pueblo que los ha elegido, a menudo bajo engaños, y al que tendrían que proteger y servir .      


JORNADA DE PESCA Nº 683

Sábado, 28 de diciembre de 2013

Temporada 2013 - 2014 - Nº 11
Temporada de cotos intensivos de salmónidos 2013 - 2014 - Nº 11

Coto Intensivo de Anglès - El Pasteral S. M.
Río Ter

Pescador:


Ferran RUBINSTEIN

Capturas: 

5 truchas arco-iris a mosca seca y 2 truchas fario a mosca seca

Caudal: bajo (4 m3/seg. aprox.).
Condiciones de vadeo: sin dificultad y sin la ayuda del bastón.

Climatología: mañana: nubes altas y templado; mediodía y tarde: soleado y templado con ráfagas de aire.

Hora de inicio de la jornada: 10,15 h.
Hora de finalización de la jornada: 16,00 h.

La música de hoy:

Viaje de ida:

"Hungaria"

"Festklänge"
Franz Liszt
Scherzo para orquesta

Hans Pfintzer

Viaje de vuelta:


Concierto para violín y orquesta

Hans Pfintzer

"Polonia"

Marcha del centenario americano
Richard Wagner
"Una fiesta eslava"
Alexander Glazunov 




Lineas Tensas!


Ferran RUBINSTEIN.

sábado, 21 de diciembre de 2013

JP-682. COTO DE ANGLÈS - EL PASTERAL INTENSIVO S. M. TE15B. Sábado, 21/12/2013

Siempre es un motivo de gran alegría el poder compartir una jornada de pesca con mi gran amigo Francesc Bernal, todo y que hemos estado, por motivos laborales y familiares, casi un año sin tener la ocasión de ir a remojar moscas juntos.   

La única fario del día ha resultado ser la trucha de más tamaño de las capturadas en esta jornada. Paradojas de la pesca, ha sido la de picada más franca a la mosca y la que menos batalla ha dado antes de entrar en la sacadera. La pesca nunca dejará de sorprendernos.  

Mi amigo Francesc ha sido el gran triunfador de la jornada, con siete truchas arco-iris en su haber, incluyendo el buen ejemplar con el que sale en esta foto. Todo un gran mérito, habida cuenta lo muy selectivas e impredecibles que están  las truchas en Anglès de un tiempo a esta parte.     

JORNADA DE PESCA Nº 682

Siempre es motivo de gran alegría el poder compartir una jornada de pesca con mi buen amigo Francesc Bernal, de Reus, de quién ya he hablado en muchos otros artículos de este blog, todo y que hemos estado, por motivos familiares y profesionales, casi un año sin poder ir a remojar moscas juntos.
En este dia pesca previo a las fiestas de Navidad, mi amigo Francesc -que se ha tomado la molestia de venir desde Reus hasta Anglès- ha sido el gran triunfador de la jornada, con siete truchas arco-iris de muy buen porte pescadas a seca. Todo un mérito, habida cuenta lo muy selectivas e impredecibles que están las truchas en Anglès de un tiempo a esta parte.
Antes de comenzar la perorata habitual sobre ríos, peces y moscas, quisiera hacer servir estás páginas virtuales para alabar las muchas virtudes de mi amigo Francesc. Persona afable, generosa y tolerante donde las haya, me conoció cuando yo todavía estaba en mi infancia como pescador a mosca, y todo y que él ya llevaba muchos años practicando este arte, jamás me tutorizó, ni se puso a darle lecciones a un novato; antes al contrario, no dudó en compartir conmigo todo el material didáctico de los cursos sobre pesca a mosca que él había hecho, me llevó a descubrir sitios en los que mi habitual pereza y conformismo no he hubieran permitido ni imaginar ir a pescar, y sobre todo dejó que me desenvolviera en el río por mi mismo, sacando mis propias conclusiones, en vez de intentar modelarme en un estilo de pesca determinado. Es por eso que, a buen seguro, de no haber conocido a Francesc  mi vida como pescador hubiera sido bien otra, probablemente muy pobre y aburrida.
Tras el preceptivo desayuno, esta vez más largo de lo habitual  para ponernos al día de como nos ha maltratado la vida en este último año, aparecimos por el río, en el sector de los polígonos de La Cellera de Ter, bien pasadas las diez de la mañana,  y lo primero que hicimos fue presentar nuestras credenciales a Montse T., la tan amable como eficaz agente de Catalana Forestal que patrulla por Anglès de un tiempo a esta parte. Como no había ninguna actividad por parte de los peces, aprovechamos para hacer un rato de tertulia. Comenzamos hablando de lo mala que había sido la temporada de bolets (Francesc es un experto boletaire (1)), y terminamos hablando de Cabalgatas de Reyes, pues Montse también tiene niños pequeños  a los que llevar a esos eventos, como es mi caso.  
A grandes rasgos, esta jornada difirió bien poco de las últimas en que he pescado en Anglès: escasa actividad de los peces por la mañana, por no decir nula en largos tramos de río, y a partir de mediodía, y de allí en adelante, mucha animación en superficie de truchas a las que es muy difícil engañar. Salvo la presencia de nubes altas hasta el mediodía, el tiempo anticiclónico también fue el mismo que en estas últimas tres semanas; bueno quizás en este caso la primera hora de la tarde fue casi calurosa, como si más bien se tratase de la tarde de un día de ya entrada la primavera, que no realmente de la fecha del solsticio de invierno (2). Incluso el caudal del río y las condiciones de vadeo fueron las mismas, todo y que a primera hora me dio la impresión de que bajaba un poco más de agua, un metro cúbico por segundo como mucho por encima de los cuatro que vienen bajando últimamente, todo y que Montse nos comentó que entre semana, y durante un par de días, habían abierto un poco las compuertas del pantano de El Pasteral.
Hasta bien pasado el mediodía anduvimos más que pescamos, echando una varada aquí y otra allí, aprovechando que, por lo menos en aquel sector, no habíamos visto todavía a nadie de la competencia. Como en semanas anteriores, bastó con que se levantase un poco el sol para que los peces se animaran. A esa hora, procuré llevar a Francesc a una de esas posturas en que "siempre suben", para que pudiera tanto quitarse "el mono" de un año sin pescar, como dar rienda suelta a su pasión por la pesca a mosca seca, la única modalidad que voluntariamente practica.
En el reparto de la postura, a priori le tocó a Francesc la parte más compleja (agua casi parada, con apenas una veta de corriente), mientras que a mi correspondió la, en teoría, mejor, con mucha más corriente para enmascarar errores y no requerir presentaciones demasiado exigentes. Al principio, las cebas eran esporádicas, pero en un abrir y cerrar de ojos el pequeño tramo de río comenzó a bullir de actividad, tanto de unas truchas comiendo francas la eclosión de efemeras que había en aquel momento, como de otras lomeando y supuestamente comiendo la fase emergente de las mismas. En poco tiempo ¡plis, plas! Francesc comenzó a capturar truchas, arco-iris todas ellas y de muy buena talla, una detrás de otra hasta un total de cuatro, mientras que yo me las veía y deseaba con unos peces que se cebaban descaradamente a un palmo escaso de mis narices, y miraban con auténtica insolencia el desfile de pasarela de imitaciones que les estaba presentando. Nada nuevo en Anglès, en definitiva. Todo y así, en el enésimo lance de la, creo, sexta mosca que empataba a mi bajo de línea, una efémera de hackle de gallo que tampoco se parecía mucho a lo bajaba por el río, tuve la rotunda picada de la que sería tanto la única fario, como la trucha más grande de las que capturaríamos, y además, paradojas de la pesca, la que menos batalla iba dar antes de entrar en la sacadera.
El tiempo pasa muy deprisa cuando te lo estás pasando bien y en buena compañía, y cuando nos dimos cuenta e hicimos una pequeña pausa para fumar y cambiar impresiones ya eran casi las dos de la tarde. Francesc aceptó el desafío de vérselas con las truchas que tan difícil me lo estaban poniendo, quedándose en la postura, mientras que yo decidí probar suerte río arriba, en un par de esas "zonas querenciosas" por si allí las truchas estaban un poco menos putas. Sin embargo, mi gozo en un pozo, todo fue llegar a las choperas de la parte alta del coto y encontrarme toda la gente que no nos habíamos encontrado hasta ese momento, y todos pescando precisamente las posturas que hubiera querido pescar. En fin , como dicen por ahí "si hubieras venido antes, hubieras visto bailar a los elefantes; como no has venido, han bailado y se han ido".  
Volví a reunirme con Francesc, que estaba lidiando con las truchas difíciles y que le estaban casi sacando tanto de quicio como a mi. Pese a una captura, de otra trucha arco-iris más, de buenas a primeras, tras dejar "descansar el gallinero", y quizás debida al "factor sorpresa", ahora mi amigo llevaba ya un buen rato, el que yo había empleado en el paseo por fuera del río, cambiando moscas y rectificando el bajo de línea. Acordé con él en vernos de nuevo en la zona de polígonos lo más tardar a las cuatro de la tarde, ya que tomé la decisión de ir a ver  si por allí había tanto actividad de los peces como escasa presencia de pescadores.
El camino de vuelta fue lento, pues de tanto en tanto me iba acercando al río a ver si veía alguna ceba que otra. Paré varias veces, tenté a varias truchas cada vez con menos convicción, y cuando menos convencido estaba de pescar algo más que la fario mansa que había sido mi única recompensa del día hasta ese momento, tuve la picada, en un blando de corriente lateral, de una trucha arco-iris que, todo y que creo fue la más pequeña del día, dio una pelea mucho más digna que la glamourosa marrón.
Precisamente, en el camino de vuelta a la zona de los polígonos, tuve el placer de trabar conversación y amistad con Luis, un simpático pescador que es tanto seguidor de este blog, como también aficionado a la Música Clásica. Comenzamos hablando, como no, de lo muy difíciles que estaban las truchas (el sólo había conseguido capturar tres, con penas y esfuerzos, en todo el día) y terminamos hablando de música, del Concierto para violín y orquesta de Tchaikovsky en particular, y de la película francesa "Concierto", que todavía no he tenido ocasión de visionar, y que Luis me recomendó ver, ya en descarga de Internet o en DVD, en cuanto pudiera.
El día de pesca estaba a punto de expirar, cuando ya cerca de las cuatro de la tarde Francesc me encontró pescando, o por lo menos remojando moscas, en una postura de la zona de los polígonos. A él las truchas que a mi habían desquiciado le habían supuesto un gran desafío, pero con mucha paciencia y las dosis de perseverancia que le caracterizan, todavía había podido meter un par más de las mismas (arco-iris, como no) en la sacadera antes de salir del río para reunirse conmigo. 
Esta visto que, y no me canso de repetirlo, los partidos no terminan hasta que el arbitro pita el final, y que se han de jugar con los minutos de tiempo añadido y la prórroga si es necesario. A punto de plegar la caña, y con el sol a escasos minutos de ocultarse detrás de la montaña, mientras probaba suerte en una corriente muy viva con un tándem de ahogadas, tuve la picada, a la ahogada conocida como "butano", de un auténtico torpedo que me forzó a una gran batalla que tuve que afrontar a última hora, de improviso y con mis energías un tanto agotadas. Tras la pelea, de casi diez minutos, con un bicho que no daba la aleta a torcer y que por un par de veces intentó refugiarse bajo las ramas caídas de los árboles, pude meter en la sacadera a una trucha arco-iris que apenas era un poco más pequeña que la única fario del día. Volvió al agua, la gladiadora fluvial, nadando orgullosa con sus grandes aletas y regaládonos unos destellos rosados y anaranjados. Me hago cruces de como todavía haya desagradecidos que desprecien y hagan de menos a estos bravos animales solo por no vestir la librea que ellos consideran "noble", pero que las más de las veces poco o nada tienen que ver, como sus primas las irisadas, con lo autóctono del río, por lo que al desagradecimiento hay que sumarle, a menudo, la ignorancia.
Fuera del río, y ya con la caña plegada, todavía quedaban emociones en esta jornada de pesca. Primero, llevar a Francesc a la pastelería para proveernos de algunas cocas para merendar, luego meternos las mismas entre pecho y espalda y aprovechar para seguir hablando de pesca y de peces aunque sea un poco más, y finalmente volver a casa escuchando música clásica, esta vez con la doble satisfacción de haber pasado un día de pesca muy divertido en compañía de un buen amigo, y que este, a su vez, se lo haya pasado muy bien. Ahora, tengo la esperanza de que  no pase tanto tiempo como casi un año para poder volver a compartir una jornada de pesca juntos.
            
      


(1) en Català, boletaire es un buscador de setas (bolets), bien sea aficionado o profesional.
(2) El invierno astrónómico ha comenzado este año el día 21 de diciembre a las 18,45 h.

JORNADA DE PESCA Nº 682

Sábado, 21 de diciembre de 2013


Temporada 2013 - 2014 - Nº 10

Temporada de cotos intensivos de salmónidos 2013 - 2014 - Nº 10

Coto Intensivo de Anglès - El Pasteral S. M.

Río Ter

Pescadores:


Francesc Bernal
Ferran RUBINSTEIN

Capturas: 


Francesc Bernal: 7 truchas arco-iris a mosca seca

Ferran Rubinstein: 1 trucha arco-iris a mosca seca, 1 trucha arco iris con mosca ahogada y 1 trucha fario a mosca seca

Caudal: bajo (4 m3/seg. aprox.).

Condiciones de vadeo: sin dificultad y sin la ayuda del bastón.

Climatología: mañana: nubes altas y templado; mediodía y tarde: soleado y templado.  


Hora de inicio de la jornada: 10,45 h.

Hora de finalización de la jornada: 16,15 h.

La música de hoy:


Viaje de ida:


Concierto para piano y orquesta nº 2

Xaver Scharwenka

Obertura de "Rienzi"
Richard Wagner

Viaje de vuelta:


"Rule Britannia"

Marcha Imperial
Richard Wagner


"La batalla de los hunos"
Franz Liszt

"Una fiesta eslava"
Alexander Glazunov 

"Scherzo Capriccioso"
Anton Dvorák



Lineas Tensas!


Ferran RUBINSTEIN.

lunes, 16 de diciembre de 2013

RUBINSTEINFISHING OS DESEA FELIZ NAVIDAD.

Rubinsteinfishing, el blog de pesca de los que  tienen poco que enseñar, mucho que aprender y aun más que compartir, desea a sus lectores



FELIZ NAVIDAD Y PRÓSPERO AÑO NUEVO

BON NADAL I FELIÇ ANY NOU

MERRY CHRISTMAS AND HAPPY NEW YEAR

Веселого Рождества и счастливого Нового года




domingo, 15 de diciembre de 2013

JP-681. COTO DE ANGLÈS - EL PASTERAL INTENSIVO S. M. TE15B. Martes, 10/12/2013.


Una buena helada matinal me dio la bienvenida a la zona de los polígonos de La Cellera del Ter, en donde estuve pescando hasta el mediodía para después pasar a pescar la zona de la chopera de la parte alta del coto. Sin embargo, bastó con que el sol se levantara un poco en el horizonte para que, sin ninguna nube que eclipsase su brillo, subiera la temperatura con celeridad.

El río, que bajaba igual de magro de caudal que el sábado, estaba perfectamente pescable, todo y a tener que adaptarse el pescador a pescar con tan poco volumen de agua, y cómodamente vadeable. Todo y el intenso frío de la primera hora y media de pesca (comencé a faenar a las diez de la mañana, y todavía estaban el camino y la vegetación escarchados) se veían algunas muy esporádicas y tímidas cebas y lomeadas.

En un lance aguas abajo que fue un auténtico churro, picó la trucha más grande de la jornada, un bicho de muy buen tamaño pero que me dio una pelea ridícula antes de entrar en el salabre y llenármelo de huevas...¡había pillado una hembra "ponedora"! así que hubo desanzuelado rápido y foto aún más rápida (aprovechando que le aireaba las agallas en el agua) 



JORNADA DE PESCA Nº 681

No habían pasado ni setenta y dos horas desde que me había quitado el váder y plegado la caña por última vez, que ya volvía a estar en la carretera, escuchando a Dvorák en esta ocasión, rumbo a otro día de pesca, de nuevo en Anglès.
El porque de este tan rápido retorno, que no precisó de la habitual llegada del sábado, se debió a la ocasión de disfrutar de un día de vacaciones que aún no había tenido oportunidad de gastar de ente los que me pertenecen este año, y al que, evidentemente, no iba a renunciar.     
Esta claro que hubiese preferido que este día de asueto dedicado a la pesca, hubiera tenido lugar en  otra estación del año en donde estar bastante tiempo a la intemperie fuese mucho más grato, y de paso las más horas de sol me hubiesen permitido pescar un rato adicional. Pero uno no es dueño de su tiempo, ni en el trabajo ni en casa, y las oportunidades se presentan cuando se presentan, y hay que aprovecharlas,
Desde un principio tuve la sensación de que esta jornada de pesca sería muy parecido, casi clónica, a la anterior de hace apenas tres días: tiempo anticiclónico, "calma chicha" y poca actividad de los peces. Y desde luego que no me equivoqué, como tampoco puedo negar que al final de la misma me fuí bastante satisfecho del río, pues a veces la poca pesca a nivel resultados no tiene por que estar reñida con la diversión. Al fin y al cabo, las truchas tardaron mucho en dar la cara, pero cuando la dieron lo hicieron no tan solo con ganas, sino desafiando al pescador y a sus habilidades que, en mi caso, ya os adelanto que son bien escasas.
Una buena helada matinal me dio la bienvenida a la zona de los polígonos de La Cellera del Ter, en donde estuve pescando hasta el mediodía para después pasar a pescar la zona de la chopera de la parte alta del coto. Sin embargo, bastó con que el sol se levantara un poco en el horizonte para que, sin ninguna nube que eclipsase su brillo, subiera la temperatura con celeridad.
El río, que bajaba igual de magro de caudal que el sábado, estaba perfectamente pescable, todo y a tener que adaptarse el pescador a pescar con tan poco volumen de agua, y cómodamente vadeable. A pesar del intenso frío de la primera hora y media de pesca (comencé a faenar a las diez de la mañana, y todavía estaban el camino y la vegetación escarchados) se veían algunas muy esporádicas y tímidas cebas y lomeadas. Como no, viendo la poca actividad por arriba, me dediqué hasta pasado el mediodía a prospectar el río con un tándem muy ligero y lanzando lo más lejos posible. Para la ocasión, habilité un combo de microninfa de tipo perdigón y una emergente como "pareja de baile". Pasó mucho rato pescando con esta combinación hecha para el "jogo bonito" sin tener ni una picada, hasta que cerca ya de las doce y media, y en un blando de corriente lateral, tuve la picada de una fario a la ninfa, que terminó en trucha desclavada. Bueno, por lo menos alguna estaba por la labor, y solo era un poco más del mediodía, por lo que "quedaba partido".
Sobre la una, con la sombra del "bolo" bien presente, salí del río por el tramo 7 (planteles de abedules justo después del polígono industrial), para ir a ver si las truchas se habían activado en uno de esos escenarios en donde "siempre suben", contando que lo muy avanzado del día jugase a mi favor.
Todo fue llegar al nuevo destino, y ver un montón de truchas activas, la inmensa mayoría de ellas más lomeando que comiendo decididas, señal de que estaban poniéndose moradas de emergentes. Precisamente, y usando la emergente que llevaba puesta en el tandem, clavé de buenas a primeras una potente trucha arco-iris, que me regaló una buena pelea antes de entrar en la sacadera. A partir de esa primera y única captura en este escenario, vino la indiferencia total de las muchas truchas que se estaban cebando, no ya en la parte más viva de la corriente, sino también en el blando lateral y la corriente con menos tiro aguas abajo. Pasaban olímpicamente de la emergente que había capturado la primera trucha, de otras emergentes que les presentaba e incluso de ese socorrido comodín que es la imitación de CDC... por una lado, estaba claro que sí comían de la eclosión de olivas que había en ese momento, pero lo hacían en la fase de emergencia; por otro lado, mis moscas derivaban fatal en la corriente, dragando enseguida todo y ha efectuar varias correcciones de longitud del bajo de línea y de esmerarme con la posada de la mosca, intentando dejarla caer con la menor cantidad de hilo tenso posible. No me cupo duda: mi bajo trenzado cónico estaba totalmente desengrasado, se había empapado, y creaba una panza bajo el agua que traccionaba la mosca a las primeras de cambio. Por desgracia, era ya demasiado tarde para secarlo a fondo en lo que quedaba de jornada, y encima no llevaba encima el tarrito de silicona para flotabilizarlo. En fin, resignación, y viendo lo caro que vendían la escama las truchas devoradoras de emergentes, salí del río para pasear un rato, rumbo a la chopera, a ver si allí encontraba actividad, esperando que la misma fuera por parte de truchas menos selectivas o por lo menos no tan de morro fino con la comida que bajaba por el río.
En la siempre concurrida zona de la chopera, vi de lejos al único pescador metido en faena de todo el día. Cuando hacía unas horas estaba a punto de empezar a pescar había visto a otros dos cambiándose, y un poco antes de terminar la jornada me crucé con otra pareja. Poca concurrencia, en día laborable en Anglès, todo y que raro es no encontrar nadie pescando. Eso si, con todos los que me crucé, y a excepción del que vi de lejos, tenían una edad bastante avanzada, pero aspecto bastante saludable, por lo que me dio la impresión de que entre semana tienen el privilegio de pescar aquí (y en otros sitios supongo que también) aquellos afortunados que han llegado bien de salud y aun mejor de ánimo a esa merecida jubilación a la que algunos, como es mi caso -y todo y llevar treinta y dos años cotizando- no llegaremos a disfrutar ni con dinero, ni seguramente con salud y aun menos con ánimo (poco de este último hay si te has tenido que jubilar cerca de los setenta años), gracias a la mala gestión (por no decir despilfarro o malversación) de los gobernantes que tuvimos y que tenemos.
Llegó la recta final de la jornada con, al menos, el bolo evitado, pero con la sensación de que podía haber habido más diversión. Sin embargo, y como suele suceder, el partido no había terminado y en la última hora y media llegaría la oportunidad de, al menos, remontar el marcador.
Tuve suerte de que el pescador al que vi de lejos estuviese pescando la postura en quería hacerlo yo, pues esto me hizo valorar el pescar otra un tanto más complicada, dado que la corriente es muy débil y termina enseguida en un gran dominio de aguas paradas. Mientras aprovechaba para orinar, momento nada místico pero en el que a menudo se suelen ver las cosas de otro modo, le estuve dando un vistazo, y ¡vaya! se estaban cebando también bastantes truchas, y estas parecían subir más francas a las efémeras... lo malo es que la mayoría de las cebas se situaban sobre las aguas paradas.
Terminada la micción, decidí jugar las últimas bazas en esta postura, y comencé pescando con éxito relativo, y con el sempiterno valor seguro de la efémera de CDC, la débil corriente. Y digo relativo porque hubo dos picadas casi seguidas, la una de una fario, que ¡patoso de mi! se desclavó a las primeras de cambio, y luego de "algo" (supongo que era un pez), que tiraba como un auténtico corcel y tras sacarme tres cuartas partes de la línea sin que pudiera evitarlo,  consiguió meterse bajo un árbol y allí me devolvió solo el hilo.
Ajeno al desencanto, y viendo que el festival de cebas no cesaba pese al guirigay que el monstruo subacuático había liado, seguí pescando con fe, y ¡por fin! picó una fario que pese a su estupendo tamaño terminó entrando en el salabre. Bueno, la cosa se animaba, y decidí hacerle una foto al simpático animalito pero... me dí cuenta que todo y su buen tamaño apenas tenía aletas. Ya se sabe, en Anglès hay de todo, e igual pillas unas truchas muy viejas, con muchas moscas vistas y mucho río en sus aletas que otras que pese a su vistosa librea igual han sido repobladas en tiempos recientes.
Había comenzado a pescar esta postura de "la última oportunidad" bajo un confortable sol de primera hora de la tarde,  pero mientras estaba enfrascado pescando no me había dado cuenta de que el cielo se había cubierto de una fina capa de nubes, las mismas que en envolvían de niebla las montañas cercanas. Todo y no bajar la temperatura, la tarde quedó gris e incluso fantasmagórica. No se si fue esa bajada de luz la que hizo que la actividad de las truchas, sobre todo las que antes se cebaban con alegría sobre la débil corriente, se ralentizó primero un tanto y luego un mucho, hasta llegar al punto de que la mayoría de las esporádicas cebas se producían en el parado de agua. Nunca he sido un entusiasta de las aguas paradas, pero no me quedó más remedio que por lo menos probarlo, y contra pronóstico y en un lance aguas abajo que fue un auténtico churro, picó la trucha más grande de la jornada, un bicho de muy buen tamaño pero que me dio una pelea ridícula antes de entrar en el salabre y llenármelo de huevas...¡había pillado una hembra "ponedora"! así que hubo desanzuelado rápido y foto aún más rápida (aprovechando que le aireaba las agallas en el agua) y casi fin del partido. Aún quedaría tiempo para unas cuantas varadas más, e incluso para fallar la picada de una última trucha, pegada a mi propia orilla, por culpa de la comba de mi empapado bajo de linea trenzado, antes de volver bastante satisfecho al coche, pues el día, too y que magro en resultados, me había dado diversión suficiente para un martes cualquiera en que, de no estar metido en el río hubiera estado envuelto en la vorágine de la estresante y a la vez rutinaria vida cotidiana de los días laborables de este urbanita forzoso que ya puede empezar a confiar más en los azares de la lotería, tanto da si es nacional o autonómica, que no en la llegada de una jubilación digna que le permita ir a practicar sus aficiones favoritas, la pesca a mosca y el excursionismo, entre semana.
 
  
 


JORNADA DE PESCA Nº 681

Martes, 10 de diciembre de 2013


Temporada 2013 - 2014 - Nº 9

Temporada de cotos intensivos de salmónidos 2013 - 2014 - Nº 9

Coto Intensivo de Anglès - El Pasteral S. M.

Río Ter

Pescador:

Ferran RUBINSTEIN

Capturas: 2 truchas fario a mosca seca y  1 trucha arco-iris a mosca seca.


Caudal: bajo (4 m3/seg. aprox.).

Condiciones de vadeo: sin dificultad y sin la ayuda del bastón.

Climatología: mañana y mediodía soleados y fríos; tarde con nubes altas y frío.


Hora de inicio de la jornada: 10,00 h.

Hora de finalización de la jornada: 16,15 h.

La música de hoy:


Viaje de ida:


Sinfonía nº 9 "Del Nuevo Mundo"
"Scherzo Caprichoso"
Anton Dvorák.





Viaje de vuelta:


Concierto para violín y orquesta nº 2 "en estilo húngaro"
Joseph Joachim

Obertura de "Rienzi"
Richard Wagner

Polonesa y Vals de "Eugen Onegin"

Piotr I. Tchaikovsky




Lineas Tensas!


Ferran RUBINSTEIN.

domingo, 8 de diciembre de 2013

JP-680. COTO DE ANGLÈS - EL PASTERAL INTENSIVO S. M. TE15B. Sábado, 07/12/2013.

Este artículo está dedicado a la memoria de Juan Ramón Mitjans Godino, de Súria (Barcelona), fallecido recientemente en un accidente laboral en una mina de esa localidad. Pescador y seguidor de nuestro grupo de Facebook "Rubinsteinfishing y Amigos", nos ha dejado tristemente cuando le quedaba poco para jubilarse, y cuando hubiera podido dedicar mucho más tiempo a su gran afición: la pesca. Sirva como homenaje a su persona, desde este blog, la  Marcha Fúnebre de "Sigfrido" de Wagner, que podéis escuchar poniendo el siguiente enlace en vuesto buscador

 http://www.youtube.com/watch?v=Zn4Iuxy0X4I

     
Descansa en paz, compañero, y que haya mucha pesca allá en el Paraíso en donde mereces estar. 



JORNADA DE PESCA Nº 680

Tras el largo episodio de frío, lluvia y nieve, un potente anticiclón se ha asentado sobre el Principado y gran parte del resto de la Península Ibérica. Esto quiere decir noches heladoras, inversión térmica con nieblas persistentes en el fondo de los valles y mediodías en los que al sol sobra más de algún jersey. Tiempo de resfriados, de contaminación y un auténtico caldo de virus, pero también tiempo de disfrutar, allá donde no haya niebla, del gran espectáculo de firmamentos nocturnos estrellados y amaneceres y puestas de sol de una colorida y singular belleza.
Este primer día de pesca de diciembre, que este año ha caído dentro del, corto en esta ocasión, Puente de la Purísima, ha sido un día más de este largo episodio anticiclónico. En el coto de Anglés, que es donde he estado pescando, he vivido a lo largo de muchos otoños e inviernos bastantes días así, que suelen ser de "calma chicha" y poca pesca.
Esta vez la Guardería Fluvial si ha cumplido, y aún no había puesto los pies en el río que, andado por la carretera que va a Sant Julià del Llor fui gratamente interceptado por Montse, la agente de Catalana Forestal que se ha encargó muy amablemente de verificar mi presencia legal en acción de pesca en el coto.
Como en la visita anterior, el estado del río contribuyó mucho a acrecentar esa sensación de "calma chicha" y de laxitud que el tiempo anticiclónico dá ya de por si. Con sus escasos 4 m3/seg. el caudal del Ter ha determinado otra jornada de "obligatto" en el "jogo bonito" o pesca lo más ligera posible, y sobre todo a andar por el río con el mayor sigilo y discreción posible.
Todo y que la madrugada había sido glacial (- 4 º C en el Area de las Cuatro Carreteras, en Tona, en donde había parado ha hacer el café, - 6 ºC en el Coll de Ravell viajando por el Eix Transversal y -1 º C al llegar a Anglès antes de desayunar), bastó con que saliese el sol para que la temperatura subiese rápidamente y antes del mediodía ya me sobraba incluso un jersey que llevaba por debajo del forro polar. Situado en una latitud más al sur que, por ejemplo, Pedret u Oliana -por citar otro par de intensivos abiertos en estas fechas- y en un valle mucho más ancho y soleado, en Anglès ya suelen ser frecuentes estas alegrías térmicas incluso en los más rigurosos días del invierno, siempre y que haga sol. A diferencia de otras latitudes, dentro de nuestra geografía, la arboleda del bosque de ribera todavía conserva parte de sus hojas en esta parte de la comarca de La Selva, y el piar de los pájaros a la que el sol calentó el ambiente propició la sensación de una extraña primavera ya en las postrimerías del otoño.
La primera parte de la jornada, hasta pasado el mediodía, transcurrió en la parte baja del coto. Muy poca actividad, reducida a algunas cebas esporádicas, y menos historia aún, salvo el ir pescando con más fe que otra cosa, siempre largo con un tándem de mosca ahogada y una ninfa de mínima expresión, apenas unas cuantas fibras de pluma de gallo de León a modo de cola y unas cuantas vueltas de seda floss verde enrrolladas en tan exiguo anzuelo como uno del nº 19, todo ello rematado por una bolita dorada del número 00. Precisamente fue este señuelo el que propició la única captura de esta primera parte de la jornada, una trucha irisada de un poco más de 40 cms., uno de esos peces que en otros pagos sería considerado un auténtico "pepino" y que, sin embargo, es moneda de pago común aquí en Anglès.
Como suele suceder en ocasiones en los otoños e inviernos de Anglès (al fin y al cabo, este día fué bastante el calco de otros muchos vivídos en las bajas temporadas de este coto), vista la escasa actividad de los peces en la parte baja del coto, pasada la una de la tarde me fuí dando un paseo hasta la contigua zona de los polígonos de La Cellera de Ter, buscando la ocasión de ver peces activos por arriba y poder pescar a mosca seca.
No tuve que andar mucho por el camino paralelo al río, llegado a la zona de los polígonos, pues a las primeras de cambio me encontré un escenario en donde se estaban cebando bastantes truchas y de un  modo continuado. Además, el mismo daba mucho de si, dada su complejidad: una corriente moderada con un remolino central causado por el desagué de un riachuelo al cauce principal en mi orilla (la derecha, en sentido ascendente del río) que se amansa paulatinamente hasta formar una poza. Y por su fuera poco, truchas cebándose por todos los rincones. Como ya podéis imaginar exprimí el escenario al máximo, y pescar detenidamente el mismo ocupó casi todo el tiempo de esta segunda parte de la jornada.         
Viendo que mucha actividad se concentraba en el remolino, decidí comenzar a pescar, con una sola mosca ahogada, el mismo, y al cabo de unos pocos lances conseguí la segunda trucha del día, otra irisada de tamaño muy parecido a la anterior. Seguí insistiendo un rato más en la turbulencia, en donde no paraban de verse más lomeadas que cebas decididas, y viendo que el "factor sorpresa" ya había dado suficiente rédito pasé a pescar cebas más francas en la corriente, los blando laterales y la traza de corriente todavía viva que recorría la poza de principio a fin.
No debemos olvidar que si en algún sitio están las truchas más pinchadas que en ningún otro, ese es Anglès. Como podéis suponer, no fué nada facil hacerlas picar. De las dos picadas que consegí en plena corriente, ambos peces se me desclavaron enseguida tras haber subido a coger una efémera de hackle generalista con un penacho de color rojo para mejorar su visualización. Las picadas más francas, y con final más provechoso, llegaron pescando el blando lateral de la orilla de enfrente (izquierda, en sentido ascendente del río), en donde pude capturar tres truchas irisadas más, dos también de entre 35 y 40 cms.. y otra más que fué la última de la jornada y la menor en tamaño al no llegar a los 30 cms.
Cuando pasaba un poco de las tres de la tarde, tuve un desafortunado percance al resbalar en una piedra muy lis y llena de algas, y llegó el "momento patoso" del día con una buena caída al río que terminó sólo en remojón del brazo derecho, eso si, a precio de parar el golpe con las rodillas. Afortunadamente, en esta ocasión el río bajaba con muy poco caudal y encima fue una de esas caídas que las ves venir, todo y que no las puedes evitar. Con el brazo derecho empapado, salí a dar un paseo por el río para desestresarrme del mal momento, aproveché para fumar un cigarrillo (el lado izquierdo del chaleco, en donde está el bolsillo para el vicio no se mojó) y echar una MUR (recordad: Micción Ultra Rápida). Todavía tuve tiempo para echar unas cuantas varadas en otra postura, en donde había visto algunas cebas esporádicas, pero con poca convicción por mi parte y nulo interés por parte de las truchas.
Cuando estaba a punto de salir definitivamente del río y plegar la caña, tuve el placer de encontrarme con mi amigo y seguidor de este blog Ramón Sorribes, de Mollerussa, que junto con su amigo Mateu habían venido de la tierra de la niebla a probar suerte bajo el sol de las comarcas de Girona. No habían tenido precisamente un día de gran pesca; mucha inactividad de los peces y mucha gente, quizás demasiada, en la parte de arriba del coto en donde habían estado pescando o por lo menos intentándolo. Más de lo mismo en Anglès. Yo tuve la suerte de haber podido pescar en soledad al elegir la parte del coto menos accesible y conocida por el gran público. Al menos, les había compensado que las pocas capturas fueron de un tamaño que se podría llamar trofeo, pues Ramón había conseguido a mosca seca una de esas "barras de pan" que, poca broma, rondaba los 70 cms.
Todo fue ocultarse el sol tras la montaña, a las cuatro y cuarto de la tarde, y bajar la temperatura con celeridad. Con la ropa de mi lado derecho empapada, tuve ya excusa para no apurar más la jornada y retirarme sin más dilación, dando una tonificante caminata, hacia el casco urbano de Anglès en donde tenía aparcado el coche.
Esta visto que la aventura siempre acecha en los días de pesca. A pesar de que la acción de pesca se movió dentro de lo muy previsible para este tipo de días y en esta época del año, tras merendar a base de cocas de la pastelería de la Sra. Mercè (Pastisseria Piferrer) y durante el viaje de vuelta casa iba a llegar la dosis de aventura del día cuando,  gozando de la buena música y de la calefacción durante un viaje nocturno muy frío, un inesperado atasco de tráfico en Vic me hizo tomar el Eix Transversal para evitar quedarme parado gastando gasolina. Unos kilómetros más adelante, se me ocurrió la idea de atajar el camino yendo a buscar la carretera C-59 en Moià. Así comenzó un largo viaje por una sinuosa carretera llena de curvas en uno de esos "culos de saco" de nuestra geografía, boscoso y despoblado. Una buena noche para ver OVNIS o para toparse con la "chica de la curva" u otras apariciones, todo y que todo se saldo con un buen rally, la llegada a casa un poco más tarde de lo previsto y el aprovechamiento de este tiempo adicional al volante para escuchar aun más música, tal y como podréis leer en el resumen que sigue a este artículo.                     
     
  

JORNADA DE PESCA Nº 680

Sábado, 7 de diciembre de 2013


Temporada 2013 - 2014 - Nº 8

Temporada de cotos intensivos de salmónidos 2013 - 2014 - Nº 8

Coto Intensivo de Anglès - El Pasteral S. M.

Río Ter

Pescador:

Ferran RUBINSTEIN

Capturas: 3 truchas arco-iris a mosca seca, 1 trucha arco-iris con mosca ahogada y 1 trucha arco-iris a ninfa.


Caudal: bajo (4 m3/seg. aprox.).

Condiciones de vadeo: sin dificultad y sin la ayuda del bastón.

Climatología: mañana soleada y fría; mediodía y tarde soleados y con temperatura superior a 15 º C.


Hora de inicio de la jornada: 10,15 h.

Hora de finalización de la jornada: 16,30 h.

La música de hoy:


Viaje de ida:


"Marcha Triunfal Americana"
"Balada" (Op. 78)
Obertura nº 1 sobre temas griegos
Obertura nº 2 sobre temas griegos
"A la memoria de un héroe"
"La canción del trovador"
Alexander Glazunov

Viaje de vuelta:

Sinfonía nº 8
Obertura Solemne
Alexander Glazunov


Concierto para piano y orquesta nº 3
Concierto para piano y orquesta nº 4
Carl Reinecke

Lineas Tensas!


Ferran RUBINSTEIN.


sábado, 30 de noviembre de 2013

JP-679. COTO INTENSIVO DE ALFARRÀS S. M. NR12B. Sábado, 30/11/2013.

Este año he demorado tanto mi retorno a Alfarràs que he perdido todo el encanto del "Otoño Alfarraseño". De hecho, la jornada de hoy ha sido de pleno invierno todo y que todavía no ha llegado ni siquiera diciembre.  

Preciosa imagen de la tarde, que evidentemente no recoge le frío que ha hecho. Pese a las baja temperatura, las truchas se dado un buen festín de efémeras en la tabla de la chopera. Sin embargo, estaban tan pinchadas y resabiadas que he tenido que pescar muy fino para poder echar unas cuantas a la sacadera. La alegría ha durado poco, pues la irrupción de fuertes ráfagas de viento ha convertido el río en una sopa de hojas caídas y ha desactivado la actividad de los peces.   


JORNADA DE PESCA Nº 679

Tras dos semanas sin publicar ningún artículo, ha llegado la hora de reencontrarme con mis queridos lectores y seguidores de este blog.
Han sido dos semanas sin ir a pescar, pero en esta ocasión no he tenido ningún "síndrome de abstinencia", debido a que he estado gratamente ocupado. Hace dos fines de semana, estuvimos celebrando el aniversario de mi hija; siete años ya ¡cómo pasa el tiempo!. El fin de semana pasado me reencontré con mis amigos del centro excursionista para dedicar un sábado a otra de mis grandes pasiones: la montaña. De aquí al mes de marzo tengo previsto asistir a otras seis excursiones, actividades estas que harán más llevadero el largo invierno del mosquero que se avecina.
Han bastado dos semanas sin enfundarme el vadeador para que todo lo relativo al río y la pesca en el mismo haya cambiado sustancialmente. Si a principios de noviembre estábamos inmersos en un otoño de temperaturas tan benignas que mantenía a los peces activos a toda hora y daba gusto deambular por el río y su entorno, la llegada de un frente frío, a mitad de mes, que ha traído las primeras nevadas de la temporada incluso en cotas bajas, ha cambiado radicalmente la situación, y la vuelta  a la actividad, en lo que a pesca se refiere, ha venido marcada por las bajas temperaturas y el ambiente desapacible, en un adelanto de lo duro que se va hacer pescar de ahora en adelante: temperaturas gélidas, días muy cortos, unos intensivos con pocas truchas y muy resabiadas, y unas zonas libres en donde lo que hay sabe latín y arameo y  puede poner a prueba la pericia de los mosqueros más finos.
Por suerte, en el transcurso de estas dos semanas he recibido de uno de mis proveedores habituales el tramo central de la caña Vision GT Four, que se había partido en un desafortunado lance que narré en el artículo referente a la jornada de pesca nº 676, del sábado 26 de octubre. Ha sido todo un placer reencontrarme con mi herramienta favorita para pescar a seca, máxime cuando la pesca en superficie y sobre ceba vista ha sido la clave para no terminar la presente jornada de un modo infama, como podréis leer más adelante.
Para este retorno a la actividad, tras el primer paréntesis de la baja temporada, me decidí a volver a Alfarràs, el coto que fuera antaño la "Fábrica de Sueños", y que ahora sólo revive esos tiempos de abundancia las dos semanas posteniores a la super repoblación hecha para celebrar los másters de las dos primeras semanas de octubre, y poco más.
Este año he demorado en demasía mi retorno a este escenario, del que tengo tan gratos recuerdos y en el que he conocido a tantos amigos, más que nada por lo muy bien que se ha dado la pesca en Pedret, coto que tengo a una hora escasa de mi domicilio. La demora ha sido tanta, que  me he perdido todo el encanto del "Otoño Alfarraseño" (sobre todo el espectáculo del cambio de color de las hojas de su bosque de ribera). De hecho, esta última jornada del mes de noviembre ha estado marcada  por un ambiente plenamente invernal todo y que aún no hemos llegado ni a diciembre ni al solsticio de invierno.
No esperaba encontrarme un coto con la superabundancia de truchas del mes de octubre, pero me ha sorprendido la evidente falta de peces en la parte baja del mismo. Tanto, como la gran cantidad de truchas que están activas en la parte alta. De hecho, esto no es nada nuevo, de siempre la parte alta del coto ha tenido más trucha que la parte baja, y de siempre en la parte alta hay muchísima actividad en superficie, incluso en pleno invierno, que no en la de abajo. La frontera que marca el puente de la C-26 sobre la Noguera Ribagorçana siempre da la impresión de partir el coto en dos de bien diferentes: uno para mosqueros y otro para pescadores de lance; uno en donde quedan siempre truchas por mucho que los cormoranes y furtivos castiguen el río, y otro en donde a la que se acaban las repoblaciones la presencia de peces es algo testimonial. Todo y así, a mi siempre me ha gustado mucho más pescar en la de abajo, más que nada porque siempre hay menos gente.
En lo que a climatología se refiere, el día ha sido desapacible, frío ( - 1º C a la hora de llegar al río, y 8º C  a mediodía) y de una gran variabilidad. La mañana nublada ha dado paso a un mediodía de nubes y claros, y todo y que a primera hora de la tarde ha caído un breve chaparrón que no ha durado ni diez minutos, se ha terminado imponiendo un sol radiante con la llegada de un molesto y frío viento, que ha convertido el río en una sopa de hojas y ramas caídas y se ha convertido en el motivo principal de un adelanto del fin jornada a las cuatro de la tarde.  
Del río en si mismo no puedo tener queja: bajito y con el agua clara y limpia. Ni ex-profeso para un buen día de pesca... siempre que los peces quieran colaborar, o que los haya, que eso ya es otra cosa.
A eso de las diez menos cuarto ya estaba pescando en uno de los tramos altos de la parte baja del coto, unos doscientos metros por debajo de las instalaciones de la gravera Arnó. La captura de una buena trucha arco-iris, de unos treinta centímetros, con la ninfa tipo mini pheasant tail del tándem cuando no llevaba ni diez minutos pescando me hizo creer que tendría un buen día de pesca al fin y al cabo. Eso fué puro espejismo, y también todo lo que conseguí de las dos primeras horas de la jornada, machacando con insistencia sitios en los que, en circunstancias normales, casi siempre sacas alguna trucha por mal que pesques.
Cuando volvía por la carretera de servicio hacia el coche, tuve el placer de reencontrarme y saludar a mi amigo el Sr. Antonio, el guardia del coto. Tras los saludos, los recuerdos para la familia y la evocación de gratos tiempos pasados, el Sr. Antonio me animó a que fuera a pescar a la parte alta del coto, pues en la parte baja poca trucha queda. Según sus palabras, la semana anterior el Departament de Medi Ambient llevo a cabo un estudio de pòblaciones mediante pesca eléctrica precisamente en esta parte baja del coto, y los resultados no pueden ser menos que alarmantes: en tres tramos correlativos (esto es cerca de un kilómetro de río) se capturaron solo veinticuatro truchas...todas fario. Cada cual que saque sus conclusiones. ¿Dónde están las truchas arco-iris que en tanta cantidad como 700 kgs. se echaron al río para celebrar los másters? No hay duda de que los cormoranes y los furtivos se han puesto las botas. Aparte de esto, supongo que con el frío muchas truchas habrán optado por buscar refugio en el intrincado laberinto de riachuelos, canalillos y acequias que hay entre el espeso cañaveral. Alguna irisada quedará, no lo duden. Por lo menos, yo doy fe de que la que capturé allí sigue, o eso espero.
Visto lo alarmente de la situación, y tras la conversación con el Sr. Antonio ya no perdí más el tiempo, y a eso del mediodía me planté en la chopera, plazoleta en la arboleda bien conocida por los habituales de Alfarràs que son asiduos de la parte alta del coto y la antigua "zona mosquito".
Aquí la situación cambió radicalmente, y me dí cuenta de que a fecha de hoy, el coto de Alfarràs se limita a eso, a menos de una cuarta parte de su extensión como dominio pescable. Quería pescar en la siempre querenciosa tabla de la chopera, pero ya había un par de pescadores haciéndolo,  así que seguí un poco hacia arriba, y no tuve que andar ni cincuenta metros de donde tenía el coche que ya me encontré con una pequeña badina en donde había un buen montón de truchas comiendo efémeras sin parar: algunas lomeando, otras boqueando e incluso algunas sacando medio cuerpo fuera del agua.
La postura tampoco es que fuera muy fácil de pescar, pues exigía o bien rodados, o bien lances laterales, debido a tener el un talud a la espalda y ramas de árboles haciendo cúpula en todo el escenario. A las primeras de cambio ya ví que no sería coser y cantar: la mosca dragaba y las truchas no le hacían ni caso. Paso primero: adaptar el bajo de línea para pescar a mosca seca, pues el que llevaba era para pescar a tandem o con ninfa. Una vez alargado el bajo y testada la navegación de la mosca, paso segundo: desfile de modelos. Esta vez, comencé pescando con mosca ahogada de cara, por si sonaba la flauta, pero no dio ni sol ni fa. Era evidente que las truchas estaban comiendo una efémera pequeña, verdosa con las alas de color gris humo que a mi me pareció una ignita. Probada de una ignita de hackle de mi caja y ¡pasotismo absoluto!. Viendo que comían emergentes, recurrí a varios modelos que tuvieran un parecido razonable con las efémeras que de modo exclusivo eran las protagonistas de la película, y ¡que te las comas tu!. Finalmente, y recurriendo al eterno comodín de la emergente de CDC, modelo generalista y todo terreno donde los haya, comenzaron las capturas, y con una gran paciencia, insistiendo y volviendo a insistir conseguí capturar un par de esas  truchas que resultaron ser arco-iris de lo más habitual, pese a tener ambas un poco más de treinta centímetros. Hasta que punto las han tenido que zurrar y pinchar para que se hayan vuelto tan resabiadas y desconfiadas. La segunda de las capturas de esta postura vino justo en el momento en que el Sr. Antonio, que estaba patrullando, se había detenido a darme conversación, por lo que su llegada me trajo suerte, y le dije que siguiera pasando.        .  
Medio congelado, debido a que estaba pescando con el agua un poco más abajo de la cintura, volví al coche para beber un poco, dar un bocado a una pasta de chocolate que llevaba y hacer una MUR (Micción Ultra Rápida) antes de ¡por fin! pescar la siempre querenciosa tabla de la chopera, que se había vaciado de pescadores.
Eran las dos de la tarde, y nada más entrar, con todo sigilo y discreción, en el río la cosa prometía. ¡Que cantidad de truchas había comiendo en superficie! Una auténtica miriada de cebas. Como siempre, en estos casos, nada de perder los nervios, y lo primero que hice fué trazar un plan de acción mientras fumaba un cigarrillo. Empecé  con la emergente de CDC que había sido determinante a la hora de triunfar en la postura antierior, pescando primero corto y luego largo, esta vez en lances sobre la espalma muy cómodos al no tener obstáculos detrás mío.. Sólo tuve una picada, y se me desclavó enseguida. Primer fracaso de patrón, busquemos otros recuersos. Sin apenas avanzar, para no espantar a la gran cantidad de peces que tenía comiendo a escasa distancia de mi posición, y otros incluso aguas abajo, pasé a pescar con una efémera de hackle muy generalista y con un poste de color rojo para mejor visualización, que ¡por fin! obtuvo una picada por sorpresa, cuando esteba casi a punto de iniciar un nuevo lance, de otra trucha arco-iris de muy buen tamaño.
A partir de ese momento, se levantó el fuerte y frío viento que comenzó a llenar de hojas y ramas el río. Pese a ello, las truchas seguían cebándose sobre una continua eclosión de ignitas, y con mucha insistencia, tras el breve paréntesis de una nueva MUR que me obligó a salir por un momento del río, y gracias a la emergente de CDC pude capturar todavía dos truchas arco-iris más, la segunda de la cuales me la encontré ya clavada en una mosca que ni distinguía entre la auténtica sopa de  hojas y materia en suspensión en que el río se había convertido por obra del vendaval, cuando iba recogiendo la línea para volver a lanzar.
Como he dicho antes, el viento me obligó a precipitar el fin de la jornada. Mientras me cambiaba, todavía tuve tiempo de charlar con algunos pescadores, que mayoritariamente habían optado por pescar corrientes a ninfa, y de despedirme del Sr. Antonio al que volví a ver pasar patrullando por el río.
Esta vez el viaje a de vuelta a casa se me hizo muy largo, todo y lo ameno de la buena música y de mis rituales habituales ("café de descongelación" en Bellcaire d´Urgell y merienda en La Panadella). Realmente, me estoy desacostumbrando de ir a Alfarràs, y una vez ha dejado de ser la "Fábrica de Sueños" que fue antaño cada vez se me antoja el ir a pescar a ese destino, del que antes era tan adicto e incondicional, como un esfuerzo de voluntad muy grande, máxime cuando resultados similares a los que vengo obteniendo en él de unos años a esta parte los puedo tener en destinos de pesca más cercanos a mi casa en kilómetros, y por tanto menos caros en consumo de combustible.
Parece ser que, pasado el inusual verano que invadió al otoño, el "General Invierno" nos ha traído un tiempo de "vacas flacas". Un consejo para aquellos duden en si enfundarse el váder en este duro invierno que se nos viene encima va a valer la pena o no: hay que gestionar los éxitos y la abundancia con humildad, y los fracasos y la escasez con perseverancia. Tarde o temprano vendrán tiempos mejores, pero mientras llegan pensemos que el mayor éxito es seguir pescando o por lo menos intentándolo.         
             

JORNADA DE PESCA Nº 679

Sábado, 30 de noviembre de 2013

Temporada 2013 - 2014 - Nº 7

Temporada de cotos intensivos de salmónidos 2013 - 2014 - Nº 7

Coto Intensivo de Alfarràs S. M. - NR12B
Río Noguera Ribagorçana

Pescador:
Ferran RUBINSTEIN

Capturas: 5 truchas arco-iris a mosca seca y 1 trucha arco-iris a ninfa.

Caudal: bajo.
Condiciones de vadeo: sin ninguna dificultad; bastón de vadeo totalmente prescindible.

Climatología: mañana de nubes y claros, primera hora de la tarde con llovizna ocasional y tarde soleada con fuertes rachas de viento. La temperatura muy baja durante todo el día: a la hora de inicio de la jornada -1 º C, siendo la máxima alcanzada 8 º C a las dos de la tarde.

Hora de inicio de la jornada: 09,45 h.
Hora de finalización de la jornada: 16,00 h.

La música de hoy:

Viaje de ida:

Sinfonía nº 3
Obertura "Dimitri Donskoy"
Anton Rubinstein

Sinfonía nº 3
Leevi Madetoja

Viaje de vuelta:

Concierto para piano y orquesta nº 5
"Capricho Ruso"
Anton Rubinstein

Sinfonía nº 8
Franz Lachner

Líneas Tensas!


Ferran RUBINSTEIN.




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