"Si, al igual que yo, sois de los que creeis que tenéis poco que enseñar, mucho que aprender y aún más que compartir, éste es vuestro blog".

domingo, 15 de diciembre de 2013

JP-681. COTO DE ANGLÈS - EL PASTERAL INTENSIVO S. M. TE15B. Martes, 10/12/2013.


Una buena helada matinal me dio la bienvenida a la zona de los polígonos de La Cellera del Ter, en donde estuve pescando hasta el mediodía para después pasar a pescar la zona de la chopera de la parte alta del coto. Sin embargo, bastó con que el sol se levantara un poco en el horizonte para que, sin ninguna nube que eclipsase su brillo, subiera la temperatura con celeridad.

El río, que bajaba igual de magro de caudal que el sábado, estaba perfectamente pescable, todo y a tener que adaptarse el pescador a pescar con tan poco volumen de agua, y cómodamente vadeable. Todo y el intenso frío de la primera hora y media de pesca (comencé a faenar a las diez de la mañana, y todavía estaban el camino y la vegetación escarchados) se veían algunas muy esporádicas y tímidas cebas y lomeadas.

En un lance aguas abajo que fue un auténtico churro, picó la trucha más grande de la jornada, un bicho de muy buen tamaño pero que me dio una pelea ridícula antes de entrar en el salabre y llenármelo de huevas...¡había pillado una hembra "ponedora"! así que hubo desanzuelado rápido y foto aún más rápida (aprovechando que le aireaba las agallas en el agua) 



JORNADA DE PESCA Nº 681

No habían pasado ni setenta y dos horas desde que me había quitado el váder y plegado la caña por última vez, que ya volvía a estar en la carretera, escuchando a Dvorák en esta ocasión, rumbo a otro día de pesca, de nuevo en Anglès.
El porque de este tan rápido retorno, que no precisó de la habitual llegada del sábado, se debió a la ocasión de disfrutar de un día de vacaciones que aún no había tenido oportunidad de gastar de ente los que me pertenecen este año, y al que, evidentemente, no iba a renunciar.     
Esta claro que hubiese preferido que este día de asueto dedicado a la pesca, hubiera tenido lugar en  otra estación del año en donde estar bastante tiempo a la intemperie fuese mucho más grato, y de paso las más horas de sol me hubiesen permitido pescar un rato adicional. Pero uno no es dueño de su tiempo, ni en el trabajo ni en casa, y las oportunidades se presentan cuando se presentan, y hay que aprovecharlas,
Desde un principio tuve la sensación de que esta jornada de pesca sería muy parecido, casi clónica, a la anterior de hace apenas tres días: tiempo anticiclónico, "calma chicha" y poca actividad de los peces. Y desde luego que no me equivoqué, como tampoco puedo negar que al final de la misma me fuí bastante satisfecho del río, pues a veces la poca pesca a nivel resultados no tiene por que estar reñida con la diversión. Al fin y al cabo, las truchas tardaron mucho en dar la cara, pero cuando la dieron lo hicieron no tan solo con ganas, sino desafiando al pescador y a sus habilidades que, en mi caso, ya os adelanto que son bien escasas.
Una buena helada matinal me dio la bienvenida a la zona de los polígonos de La Cellera del Ter, en donde estuve pescando hasta el mediodía para después pasar a pescar la zona de la chopera de la parte alta del coto. Sin embargo, bastó con que el sol se levantara un poco en el horizonte para que, sin ninguna nube que eclipsase su brillo, subiera la temperatura con celeridad.
El río, que bajaba igual de magro de caudal que el sábado, estaba perfectamente pescable, todo y a tener que adaptarse el pescador a pescar con tan poco volumen de agua, y cómodamente vadeable. A pesar del intenso frío de la primera hora y media de pesca (comencé a faenar a las diez de la mañana, y todavía estaban el camino y la vegetación escarchados) se veían algunas muy esporádicas y tímidas cebas y lomeadas. Como no, viendo la poca actividad por arriba, me dediqué hasta pasado el mediodía a prospectar el río con un tándem muy ligero y lanzando lo más lejos posible. Para la ocasión, habilité un combo de microninfa de tipo perdigón y una emergente como "pareja de baile". Pasó mucho rato pescando con esta combinación hecha para el "jogo bonito" sin tener ni una picada, hasta que cerca ya de las doce y media, y en un blando de corriente lateral, tuve la picada de una fario a la ninfa, que terminó en trucha desclavada. Bueno, por lo menos alguna estaba por la labor, y solo era un poco más del mediodía, por lo que "quedaba partido".
Sobre la una, con la sombra del "bolo" bien presente, salí del río por el tramo 7 (planteles de abedules justo después del polígono industrial), para ir a ver si las truchas se habían activado en uno de esos escenarios en donde "siempre suben", contando que lo muy avanzado del día jugase a mi favor.
Todo fue llegar al nuevo destino, y ver un montón de truchas activas, la inmensa mayoría de ellas más lomeando que comiendo decididas, señal de que estaban poniéndose moradas de emergentes. Precisamente, y usando la emergente que llevaba puesta en el tandem, clavé de buenas a primeras una potente trucha arco-iris, que me regaló una buena pelea antes de entrar en la sacadera. A partir de esa primera y única captura en este escenario, vino la indiferencia total de las muchas truchas que se estaban cebando, no ya en la parte más viva de la corriente, sino también en el blando lateral y la corriente con menos tiro aguas abajo. Pasaban olímpicamente de la emergente que había capturado la primera trucha, de otras emergentes que les presentaba e incluso de ese socorrido comodín que es la imitación de CDC... por una lado, estaba claro que sí comían de la eclosión de olivas que había en ese momento, pero lo hacían en la fase de emergencia; por otro lado, mis moscas derivaban fatal en la corriente, dragando enseguida todo y ha efectuar varias correcciones de longitud del bajo de línea y de esmerarme con la posada de la mosca, intentando dejarla caer con la menor cantidad de hilo tenso posible. No me cupo duda: mi bajo trenzado cónico estaba totalmente desengrasado, se había empapado, y creaba una panza bajo el agua que traccionaba la mosca a las primeras de cambio. Por desgracia, era ya demasiado tarde para secarlo a fondo en lo que quedaba de jornada, y encima no llevaba encima el tarrito de silicona para flotabilizarlo. En fin, resignación, y viendo lo caro que vendían la escama las truchas devoradoras de emergentes, salí del río para pasear un rato, rumbo a la chopera, a ver si allí encontraba actividad, esperando que la misma fuera por parte de truchas menos selectivas o por lo menos no tan de morro fino con la comida que bajaba por el río.
En la siempre concurrida zona de la chopera, vi de lejos al único pescador metido en faena de todo el día. Cuando hacía unas horas estaba a punto de empezar a pescar había visto a otros dos cambiándose, y un poco antes de terminar la jornada me crucé con otra pareja. Poca concurrencia, en día laborable en Anglès, todo y que raro es no encontrar nadie pescando. Eso si, con todos los que me crucé, y a excepción del que vi de lejos, tenían una edad bastante avanzada, pero aspecto bastante saludable, por lo que me dio la impresión de que entre semana tienen el privilegio de pescar aquí (y en otros sitios supongo que también) aquellos afortunados que han llegado bien de salud y aun mejor de ánimo a esa merecida jubilación a la que algunos, como es mi caso -y todo y llevar treinta y dos años cotizando- no llegaremos a disfrutar ni con dinero, ni seguramente con salud y aun menos con ánimo (poco de este último hay si te has tenido que jubilar cerca de los setenta años), gracias a la mala gestión (por no decir despilfarro o malversación) de los gobernantes que tuvimos y que tenemos.
Llegó la recta final de la jornada con, al menos, el bolo evitado, pero con la sensación de que podía haber habido más diversión. Sin embargo, y como suele suceder, el partido no había terminado y en la última hora y media llegaría la oportunidad de, al menos, remontar el marcador.
Tuve suerte de que el pescador al que vi de lejos estuviese pescando la postura en quería hacerlo yo, pues esto me hizo valorar el pescar otra un tanto más complicada, dado que la corriente es muy débil y termina enseguida en un gran dominio de aguas paradas. Mientras aprovechaba para orinar, momento nada místico pero en el que a menudo se suelen ver las cosas de otro modo, le estuve dando un vistazo, y ¡vaya! se estaban cebando también bastantes truchas, y estas parecían subir más francas a las efémeras... lo malo es que la mayoría de las cebas se situaban sobre las aguas paradas.
Terminada la micción, decidí jugar las últimas bazas en esta postura, y comencé pescando con éxito relativo, y con el sempiterno valor seguro de la efémera de CDC, la débil corriente. Y digo relativo porque hubo dos picadas casi seguidas, la una de una fario, que ¡patoso de mi! se desclavó a las primeras de cambio, y luego de "algo" (supongo que era un pez), que tiraba como un auténtico corcel y tras sacarme tres cuartas partes de la línea sin que pudiera evitarlo,  consiguió meterse bajo un árbol y allí me devolvió solo el hilo.
Ajeno al desencanto, y viendo que el festival de cebas no cesaba pese al guirigay que el monstruo subacuático había liado, seguí pescando con fe, y ¡por fin! picó una fario que pese a su estupendo tamaño terminó entrando en el salabre. Bueno, la cosa se animaba, y decidí hacerle una foto al simpático animalito pero... me dí cuenta que todo y su buen tamaño apenas tenía aletas. Ya se sabe, en Anglès hay de todo, e igual pillas unas truchas muy viejas, con muchas moscas vistas y mucho río en sus aletas que otras que pese a su vistosa librea igual han sido repobladas en tiempos recientes.
Había comenzado a pescar esta postura de "la última oportunidad" bajo un confortable sol de primera hora de la tarde,  pero mientras estaba enfrascado pescando no me había dado cuenta de que el cielo se había cubierto de una fina capa de nubes, las mismas que en envolvían de niebla las montañas cercanas. Todo y no bajar la temperatura, la tarde quedó gris e incluso fantasmagórica. No se si fue esa bajada de luz la que hizo que la actividad de las truchas, sobre todo las que antes se cebaban con alegría sobre la débil corriente, se ralentizó primero un tanto y luego un mucho, hasta llegar al punto de que la mayoría de las esporádicas cebas se producían en el parado de agua. Nunca he sido un entusiasta de las aguas paradas, pero no me quedó más remedio que por lo menos probarlo, y contra pronóstico y en un lance aguas abajo que fue un auténtico churro, picó la trucha más grande de la jornada, un bicho de muy buen tamaño pero que me dio una pelea ridícula antes de entrar en el salabre y llenármelo de huevas...¡había pillado una hembra "ponedora"! así que hubo desanzuelado rápido y foto aún más rápida (aprovechando que le aireaba las agallas en el agua) y casi fin del partido. Aún quedaría tiempo para unas cuantas varadas más, e incluso para fallar la picada de una última trucha, pegada a mi propia orilla, por culpa de la comba de mi empapado bajo de linea trenzado, antes de volver bastante satisfecho al coche, pues el día, too y que magro en resultados, me había dado diversión suficiente para un martes cualquiera en que, de no estar metido en el río hubiera estado envuelto en la vorágine de la estresante y a la vez rutinaria vida cotidiana de los días laborables de este urbanita forzoso que ya puede empezar a confiar más en los azares de la lotería, tanto da si es nacional o autonómica, que no en la llegada de una jubilación digna que le permita ir a practicar sus aficiones favoritas, la pesca a mosca y el excursionismo, entre semana.
 
  
 


JORNADA DE PESCA Nº 681

Martes, 10 de diciembre de 2013


Temporada 2013 - 2014 - Nº 9

Temporada de cotos intensivos de salmónidos 2013 - 2014 - Nº 9

Coto Intensivo de Anglès - El Pasteral S. M.

Río Ter

Pescador:

Ferran RUBINSTEIN

Capturas: 2 truchas fario a mosca seca y  1 trucha arco-iris a mosca seca.


Caudal: bajo (4 m3/seg. aprox.).

Condiciones de vadeo: sin dificultad y sin la ayuda del bastón.

Climatología: mañana y mediodía soleados y fríos; tarde con nubes altas y frío.


Hora de inicio de la jornada: 10,00 h.

Hora de finalización de la jornada: 16,15 h.

La música de hoy:


Viaje de ida:


Sinfonía nº 9 "Del Nuevo Mundo"
"Scherzo Caprichoso"
Anton Dvorák.





Viaje de vuelta:


Concierto para violín y orquesta nº 2 "en estilo húngaro"
Joseph Joachim

Obertura de "Rienzi"
Richard Wagner

Polonesa y Vals de "Eugen Onegin"

Piotr I. Tchaikovsky




Lineas Tensas!


Ferran RUBINSTEIN.

2 comentarios:

  1. Madre mía, estas truchas de Anglés venden cara su picada a estas alturas del año... esta temporada apenas me he escapado a los intensivos, tengo ya unas ganas a pesar del frío... aunque el día depare pocas capturas son muchas las sensaciones con las cuales nos quedamos en cada salida. Buen relato Ferrán, como todos. Un saludo!!

    ResponderEliminar
  2. Amigo Toni, es en estas salidas de invierno a los intensivos y zonas libres en donde se demuestra quien tiene verdaderas ganas de pescar, y sobre todo, y como dices tu, quien pesca para llenarse de sensaciones y quien pesca solo de cara a la galería y para satisfacer su ego. Siempre habrá para quien solo sea importante la foto-trofeo con la trucha-trofeo, por muñona que sea, en un día soleado para que la foto sea más bonita, y siempre habrá quien valore pescar poco y difícil, cuando pocos más lo hacen, y si puede ser disfrutando de llegar a Anglès escuchando "A la Memoria de un Héroe" de Glazunov, mucho mejor.
    Un abrazo y Feliz Navidad!



    Ferran.

    ResponderEliminar