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sábado, 30 de noviembre de 2013

JP-679. COTO INTENSIVO DE ALFARRÀS S. M. NR12B. Sábado, 30/11/2013.

Este año he demorado tanto mi retorno a Alfarràs que he perdido todo el encanto del "Otoño Alfarraseño". De hecho, la jornada de hoy ha sido de pleno invierno todo y que todavía no ha llegado ni siquiera diciembre.  

Preciosa imagen de la tarde, que evidentemente no recoge le frío que ha hecho. Pese a las baja temperatura, las truchas se dado un buen festín de efémeras en la tabla de la chopera. Sin embargo, estaban tan pinchadas y resabiadas que he tenido que pescar muy fino para poder echar unas cuantas a la sacadera. La alegría ha durado poco, pues la irrupción de fuertes ráfagas de viento ha convertido el río en una sopa de hojas caídas y ha desactivado la actividad de los peces.   


JORNADA DE PESCA Nº 679

Tras dos semanas sin publicar ningún artículo, ha llegado la hora de reencontrarme con mis queridos lectores y seguidores de este blog.
Han sido dos semanas sin ir a pescar, pero en esta ocasión no he tenido ningún "síndrome de abstinencia", debido a que he estado gratamente ocupado. Hace dos fines de semana, estuvimos celebrando el aniversario de mi hija; siete años ya ¡cómo pasa el tiempo!. El fin de semana pasado me reencontré con mis amigos del centro excursionista para dedicar un sábado a otra de mis grandes pasiones: la montaña. De aquí al mes de marzo tengo previsto asistir a otras seis excursiones, actividades estas que harán más llevadero el largo invierno del mosquero que se avecina.
Han bastado dos semanas sin enfundarme el vadeador para que todo lo relativo al río y la pesca en el mismo haya cambiado sustancialmente. Si a principios de noviembre estábamos inmersos en un otoño de temperaturas tan benignas que mantenía a los peces activos a toda hora y daba gusto deambular por el río y su entorno, la llegada de un frente frío, a mitad de mes, que ha traído las primeras nevadas de la temporada incluso en cotas bajas, ha cambiado radicalmente la situación, y la vuelta  a la actividad, en lo que a pesca se refiere, ha venido marcada por las bajas temperaturas y el ambiente desapacible, en un adelanto de lo duro que se va hacer pescar de ahora en adelante: temperaturas gélidas, días muy cortos, unos intensivos con pocas truchas y muy resabiadas, y unas zonas libres en donde lo que hay sabe latín y arameo y  puede poner a prueba la pericia de los mosqueros más finos.
Por suerte, en el transcurso de estas dos semanas he recibido de uno de mis proveedores habituales el tramo central de la caña Vision GT Four, que se había partido en un desafortunado lance que narré en el artículo referente a la jornada de pesca nº 676, del sábado 26 de octubre. Ha sido todo un placer reencontrarme con mi herramienta favorita para pescar a seca, máxime cuando la pesca en superficie y sobre ceba vista ha sido la clave para no terminar la presente jornada de un modo infama, como podréis leer más adelante.
Para este retorno a la actividad, tras el primer paréntesis de la baja temporada, me decidí a volver a Alfarràs, el coto que fuera antaño la "Fábrica de Sueños", y que ahora sólo revive esos tiempos de abundancia las dos semanas posteniores a la super repoblación hecha para celebrar los másters de las dos primeras semanas de octubre, y poco más.
Este año he demorado en demasía mi retorno a este escenario, del que tengo tan gratos recuerdos y en el que he conocido a tantos amigos, más que nada por lo muy bien que se ha dado la pesca en Pedret, coto que tengo a una hora escasa de mi domicilio. La demora ha sido tanta, que  me he perdido todo el encanto del "Otoño Alfarraseño" (sobre todo el espectáculo del cambio de color de las hojas de su bosque de ribera). De hecho, esta última jornada del mes de noviembre ha estado marcada  por un ambiente plenamente invernal todo y que aún no hemos llegado ni a diciembre ni al solsticio de invierno.
No esperaba encontrarme un coto con la superabundancia de truchas del mes de octubre, pero me ha sorprendido la evidente falta de peces en la parte baja del mismo. Tanto, como la gran cantidad de truchas que están activas en la parte alta. De hecho, esto no es nada nuevo, de siempre la parte alta del coto ha tenido más trucha que la parte baja, y de siempre en la parte alta hay muchísima actividad en superficie, incluso en pleno invierno, que no en la de abajo. La frontera que marca el puente de la C-26 sobre la Noguera Ribagorçana siempre da la impresión de partir el coto en dos de bien diferentes: uno para mosqueros y otro para pescadores de lance; uno en donde quedan siempre truchas por mucho que los cormoranes y furtivos castiguen el río, y otro en donde a la que se acaban las repoblaciones la presencia de peces es algo testimonial. Todo y así, a mi siempre me ha gustado mucho más pescar en la de abajo, más que nada porque siempre hay menos gente.
En lo que a climatología se refiere, el día ha sido desapacible, frío ( - 1º C a la hora de llegar al río, y 8º C  a mediodía) y de una gran variabilidad. La mañana nublada ha dado paso a un mediodía de nubes y claros, y todo y que a primera hora de la tarde ha caído un breve chaparrón que no ha durado ni diez minutos, se ha terminado imponiendo un sol radiante con la llegada de un molesto y frío viento, que ha convertido el río en una sopa de hojas y ramas caídas y se ha convertido en el motivo principal de un adelanto del fin jornada a las cuatro de la tarde.  
Del río en si mismo no puedo tener queja: bajito y con el agua clara y limpia. Ni ex-profeso para un buen día de pesca... siempre que los peces quieran colaborar, o que los haya, que eso ya es otra cosa.
A eso de las diez menos cuarto ya estaba pescando en uno de los tramos altos de la parte baja del coto, unos doscientos metros por debajo de las instalaciones de la gravera Arnó. La captura de una buena trucha arco-iris, de unos treinta centímetros, con la ninfa tipo mini pheasant tail del tándem cuando no llevaba ni diez minutos pescando me hizo creer que tendría un buen día de pesca al fin y al cabo. Eso fué puro espejismo, y también todo lo que conseguí de las dos primeras horas de la jornada, machacando con insistencia sitios en los que, en circunstancias normales, casi siempre sacas alguna trucha por mal que pesques.
Cuando volvía por la carretera de servicio hacia el coche, tuve el placer de reencontrarme y saludar a mi amigo el Sr. Antonio, el guardia del coto. Tras los saludos, los recuerdos para la familia y la evocación de gratos tiempos pasados, el Sr. Antonio me animó a que fuera a pescar a la parte alta del coto, pues en la parte baja poca trucha queda. Según sus palabras, la semana anterior el Departament de Medi Ambient llevo a cabo un estudio de pòblaciones mediante pesca eléctrica precisamente en esta parte baja del coto, y los resultados no pueden ser menos que alarmantes: en tres tramos correlativos (esto es cerca de un kilómetro de río) se capturaron solo veinticuatro truchas...todas fario. Cada cual que saque sus conclusiones. ¿Dónde están las truchas arco-iris que en tanta cantidad como 700 kgs. se echaron al río para celebrar los másters? No hay duda de que los cormoranes y los furtivos se han puesto las botas. Aparte de esto, supongo que con el frío muchas truchas habrán optado por buscar refugio en el intrincado laberinto de riachuelos, canalillos y acequias que hay entre el espeso cañaveral. Alguna irisada quedará, no lo duden. Por lo menos, yo doy fe de que la que capturé allí sigue, o eso espero.
Visto lo alarmente de la situación, y tras la conversación con el Sr. Antonio ya no perdí más el tiempo, y a eso del mediodía me planté en la chopera, plazoleta en la arboleda bien conocida por los habituales de Alfarràs que son asiduos de la parte alta del coto y la antigua "zona mosquito".
Aquí la situación cambió radicalmente, y me dí cuenta de que a fecha de hoy, el coto de Alfarràs se limita a eso, a menos de una cuarta parte de su extensión como dominio pescable. Quería pescar en la siempre querenciosa tabla de la chopera, pero ya había un par de pescadores haciéndolo,  así que seguí un poco hacia arriba, y no tuve que andar ni cincuenta metros de donde tenía el coche que ya me encontré con una pequeña badina en donde había un buen montón de truchas comiendo efémeras sin parar: algunas lomeando, otras boqueando e incluso algunas sacando medio cuerpo fuera del agua.
La postura tampoco es que fuera muy fácil de pescar, pues exigía o bien rodados, o bien lances laterales, debido a tener el un talud a la espalda y ramas de árboles haciendo cúpula en todo el escenario. A las primeras de cambio ya ví que no sería coser y cantar: la mosca dragaba y las truchas no le hacían ni caso. Paso primero: adaptar el bajo de línea para pescar a mosca seca, pues el que llevaba era para pescar a tandem o con ninfa. Una vez alargado el bajo y testada la navegación de la mosca, paso segundo: desfile de modelos. Esta vez, comencé pescando con mosca ahogada de cara, por si sonaba la flauta, pero no dio ni sol ni fa. Era evidente que las truchas estaban comiendo una efémera pequeña, verdosa con las alas de color gris humo que a mi me pareció una ignita. Probada de una ignita de hackle de mi caja y ¡pasotismo absoluto!. Viendo que comían emergentes, recurrí a varios modelos que tuvieran un parecido razonable con las efémeras que de modo exclusivo eran las protagonistas de la película, y ¡que te las comas tu!. Finalmente, y recurriendo al eterno comodín de la emergente de CDC, modelo generalista y todo terreno donde los haya, comenzaron las capturas, y con una gran paciencia, insistiendo y volviendo a insistir conseguí capturar un par de esas  truchas que resultaron ser arco-iris de lo más habitual, pese a tener ambas un poco más de treinta centímetros. Hasta que punto las han tenido que zurrar y pinchar para que se hayan vuelto tan resabiadas y desconfiadas. La segunda de las capturas de esta postura vino justo en el momento en que el Sr. Antonio, que estaba patrullando, se había detenido a darme conversación, por lo que su llegada me trajo suerte, y le dije que siguiera pasando.        .  
Medio congelado, debido a que estaba pescando con el agua un poco más abajo de la cintura, volví al coche para beber un poco, dar un bocado a una pasta de chocolate que llevaba y hacer una MUR (Micción Ultra Rápida) antes de ¡por fin! pescar la siempre querenciosa tabla de la chopera, que se había vaciado de pescadores.
Eran las dos de la tarde, y nada más entrar, con todo sigilo y discreción, en el río la cosa prometía. ¡Que cantidad de truchas había comiendo en superficie! Una auténtica miriada de cebas. Como siempre, en estos casos, nada de perder los nervios, y lo primero que hice fué trazar un plan de acción mientras fumaba un cigarrillo. Empecé  con la emergente de CDC que había sido determinante a la hora de triunfar en la postura antierior, pescando primero corto y luego largo, esta vez en lances sobre la espalma muy cómodos al no tener obstáculos detrás mío.. Sólo tuve una picada, y se me desclavó enseguida. Primer fracaso de patrón, busquemos otros recuersos. Sin apenas avanzar, para no espantar a la gran cantidad de peces que tenía comiendo a escasa distancia de mi posición, y otros incluso aguas abajo, pasé a pescar con una efémera de hackle muy generalista y con un poste de color rojo para mejor visualización, que ¡por fin! obtuvo una picada por sorpresa, cuando esteba casi a punto de iniciar un nuevo lance, de otra trucha arco-iris de muy buen tamaño.
A partir de ese momento, se levantó el fuerte y frío viento que comenzó a llenar de hojas y ramas el río. Pese a ello, las truchas seguían cebándose sobre una continua eclosión de ignitas, y con mucha insistencia, tras el breve paréntesis de una nueva MUR que me obligó a salir por un momento del río, y gracias a la emergente de CDC pude capturar todavía dos truchas arco-iris más, la segunda de la cuales me la encontré ya clavada en una mosca que ni distinguía entre la auténtica sopa de  hojas y materia en suspensión en que el río se había convertido por obra del vendaval, cuando iba recogiendo la línea para volver a lanzar.
Como he dicho antes, el viento me obligó a precipitar el fin de la jornada. Mientras me cambiaba, todavía tuve tiempo de charlar con algunos pescadores, que mayoritariamente habían optado por pescar corrientes a ninfa, y de despedirme del Sr. Antonio al que volví a ver pasar patrullando por el río.
Esta vez el viaje a de vuelta a casa se me hizo muy largo, todo y lo ameno de la buena música y de mis rituales habituales ("café de descongelación" en Bellcaire d´Urgell y merienda en La Panadella). Realmente, me estoy desacostumbrando de ir a Alfarràs, y una vez ha dejado de ser la "Fábrica de Sueños" que fue antaño cada vez se me antoja el ir a pescar a ese destino, del que antes era tan adicto e incondicional, como un esfuerzo de voluntad muy grande, máxime cuando resultados similares a los que vengo obteniendo en él de unos años a esta parte los puedo tener en destinos de pesca más cercanos a mi casa en kilómetros, y por tanto menos caros en consumo de combustible.
Parece ser que, pasado el inusual verano que invadió al otoño, el "General Invierno" nos ha traído un tiempo de "vacas flacas". Un consejo para aquellos duden en si enfundarse el váder en este duro invierno que se nos viene encima va a valer la pena o no: hay que gestionar los éxitos y la abundancia con humildad, y los fracasos y la escasez con perseverancia. Tarde o temprano vendrán tiempos mejores, pero mientras llegan pensemos que el mayor éxito es seguir pescando o por lo menos intentándolo.         
             

JORNADA DE PESCA Nº 679

Sábado, 30 de noviembre de 2013

Temporada 2013 - 2014 - Nº 7

Temporada de cotos intensivos de salmónidos 2013 - 2014 - Nº 7

Coto Intensivo de Alfarràs S. M. - NR12B
Río Noguera Ribagorçana

Pescador:
Ferran RUBINSTEIN

Capturas: 5 truchas arco-iris a mosca seca y 1 trucha arco-iris a ninfa.

Caudal: bajo.
Condiciones de vadeo: sin ninguna dificultad; bastón de vadeo totalmente prescindible.

Climatología: mañana de nubes y claros, primera hora de la tarde con llovizna ocasional y tarde soleada con fuertes rachas de viento. La temperatura muy baja durante todo el día: a la hora de inicio de la jornada -1 º C, siendo la máxima alcanzada 8 º C a las dos de la tarde.

Hora de inicio de la jornada: 09,45 h.
Hora de finalización de la jornada: 16,00 h.

La música de hoy:

Viaje de ida:

Sinfonía nº 3
Obertura "Dimitri Donskoy"
Anton Rubinstein

Sinfonía nº 3
Leevi Madetoja

Viaje de vuelta:

Concierto para piano y orquesta nº 5
"Capricho Ruso"
Anton Rubinstein

Sinfonía nº 8
Franz Lachner

Líneas Tensas!


Ferran RUBINSTEIN.




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3 comentarios:

  1. Quina llàstima que aquest acotat estigui tant pobre de peix!!!
    És nota l'abséncia d'un guarda per la zona com avans.

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  2. Jo almenys puc donar fe de que vaig veure al Sr. Antonio patrullant pel riu tres vegades en les 6 hores i pico que vaig estar pescant.

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  3. Jo diria que s'han amagat per la temperatura i la falta d'aliment, estaran o mes amunt o mes avall. La Peixera d'Albesa, que no es massa, però pot ser un lloc de refugi. Llocs del riu mes calmats i amb mes fondaria (= 'tablas'). Dir que, intentaré d'anar-hi proximament.

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