"Si, al igual que yo, sois de los que creeis que tenéis poco que enseñar, mucho que aprender y aún más que compartir, éste es vuestro blog".

lunes, 24 de septiembre de 2012

JP-626. COTO DE ANGLÈS-EL PASTERAL INTENSIVO S. M. TE15 - Sábado, 22/09/2012





JORNADA DE PESCA Nº 626

No hacía ni una semana que habían "cerrado el grifo" desde la presa de El Pasteral, que este sábado alguien recibió la orden de abrir compuerta. Aun no se sabe el motivo porque, desde buena mañana y hasta pasadas las cuatro de la tarde, el río Ter bajaba con tanta agua cuando la temporada de regadíos ha terminado ya, aunque corre por ahí un "radio macuto" que apunta a la posibilidad de que el "compuertazo" estuviese relacionado con cierta bajada en kayaks por el río, que se celebraba en una localidad cercana. Vaya usted a saber. El caso es que este inesperado aluvión de agua nos complicó la vida, y mucho, a la mayoría de los que fuimos a pescar este sábado al Coto de Anglès.
Mi amigo Carles y yo nos percatamos de la gran, e inesperada, cantidad de agua que bajaba por el río cuando, una vez desayunados, nos acercamos a una zona libre sin muerte cercana a Bonmatí para echar un vistazo a una posible actividad de los peces, todo y que teníamos ya el ticket del coto pagado.
Visto lo visto, se preveía un mal día de pesca, que al final no lo fué tanto, más que nada por nuestra perseverancia, y nuestro empeño en no arrojar la toalla. Se avecinaba un sábado de esos de andar mucho y pescar poco, y además iba a estar trufado por la desagradable aventura de un encuentro de frente con furtivos. Por suerte, también tuvimos ocasión de encontrarnos con conocidos y compañeros de afición, por lo que los ratos de tertulia sirvieron para paliar los largos paréntesis de poca actividad en lo que a acción de pesca se refiere.   
Este pasado sábado, además, ha sido el de transición entre el verano y el otoño, comenzando este último a nivel astronómico a las 16,10 h. En lo relativo a la climatología, ha sido un día de esos de verano que hace realmente odiosa esa estación: cielo gris y muy cubierno, pero sin llegar a precipitar en momento alguno, y además con una sensación de bochorno tan acusada que, de tan sólo arremangarte el váder para hacer pis ya sudabas. Lo que se dice un día realmente guarro, vaya.
A la ya muy tardía hora de pasadas largas las 10 y media, llegábamos Carles y un servidor a la chopera de El Pasteral, y aún no habíamos ni aparcado soprendimos a tres chavales con pinta de tocar en Jethro Tull y una chavala, muy guapa pero enfundada en ropajes "perroflautas", desmontando un campamento con tiendas de campaña y sacos de dormir, y acarreando en un vehículo de matrícula francesa nada más ni nada menos que cuatro cañas ¡de mar! y unas cuantas neveras portátiles muy sospechosas.
Sin mediar palabra, procedimos a llamar a los Agentes Rurales con el teléfono móvil. Si hasta aquel momento los campistas estaban risueños y relajados, e incluso fumándose un porro colectivamente, todo fué ver que les mirábamos con cara de pocos amigos, y a Carles con el teléfono móvil en ristre, que se pusieron a recoger tan deprisa y con tal frenesí que incluso se olvidaron una barra de pan en el techo del vehículo, y salieron del aparcamiento de la chopera chirriendo rueda... toda una declaración de inocencia, vaya.
Desafortunadamente, los Agentes Rurales llegaron tarde por apenas cinco minutos, pero tuvimos la precaución de tomarles la matrícula. Ojalá se haya podido dar parte a la Guardia Civil, y les hayan podido registrar el coche. De ser inocentes, no tienen nada que temer, pero de lo contrario, merecen un severo escarmiento, y más cuando en su país no se andan con chiquitas, y los gendarmes te empluman a las primeras de cambio, como debe de ser. Da mucha rabia que haya foráneos que sigan pensando que España es un país bananero en donde se puede hacer lo que te venga en gana con plena impunidad, aunque la culpa es totalmente nuestra, debido a que nos encontramos continuamente con aquello que hemos fomentado, con nuestras leyes laxas y nuestra tolerancia hasta niveles de denigrante sumisión hacia el delincuente.
Aviso para navegantes, y antes de que se me olvide comentarlo: encontramos cristales rotos en el aparcamiento de la chopera, que os puedo asegurar no estaban la semana pasada. Esto quiere decir que a alguien le han forzado el vehículo, y que seguramente la oleada de robos en coches que asola Anglès y pueblos vecinos continúa. Hay que tener mucha precaución a la hora de dejar solo el auto por mucho rato, y lo mejor es aparcarlo en algún lugar seguro, cerca de algún restaurante o en el mismo pueblo, aunque tenga el pescador que invertir un tiempo en llegar andando al río.
Poco después de la huida de los presuntos furtivos, y mientras estábamos cambiándonos, llegaron Miquel y Sandra, de Gironella, con un par de compañeros de afición, y nos confirmaron lo que ya intuíamos: que el río estaba muy difícil de pescar. De hecho, la chica ni se había cambiado. A todo esto, llegó Satur, otro de los grandes en esto de la pesca con mosca, en su caso representando la demarcación de Lleida , y se lió una gran tertulia amenizada por Carles.
Como quiera que soy un culo de mal asiento, dejé a la parroquia entretenida con sus debates, y me fui a inspeccionar el río, cien metros por arriba y cien metros por debajo de nuestra posición: poco o nada que hacer salvo pescar a ninfa la propia orilla, pues resultaba incluso peligroso meterse en el centro del cauce. Estuve un buen rato ninfeando lo que tenía a mi alcance, pero sin lograr picada alguna. Probé algunas posturas, más que nada para justificar el haber venido al río, y bajo un cielo gris plomo, muy a tenor de mi estado de ánimo, me encontré con Carles que venía a buscarme, y le hice un rápido informe verbal de la situación.
Al final, convencí a Carles de irnos a intentar pescar al sector del polígono industrial de La Cellera de Ter, más que nada para ver si en alguno de los enormes parados de agua, al amansarse en los mismos el correntón, se movía alguna trucha. Así pues, ¡de nuevo al coche! y rumbo a un par de kilómetros carretera abajo. Entre pitos y flautas llegábamos a la una de la tarde a la tienda de veterinaria, uno de los lugares seguros para aparcar, por lo menos hasta las dos de la tarde que es la hora de cierre de la misma. Todo y lo transitado del lugar, no hace mucho les atracaron a punta de navaja...¡esto no tiene nada que envidiar al Bronx!.
Había bastante gente pescando en las corrientes, sobre todo con caña larga y ninfa al hilo, pero nadie en uno de los parados de agua más grandes de ese sector. Pese a la crecida, el aluvión quedaba completamente diluído dentro de esa extensa explanada inundada, e incluso se veía alguna que otra ceba esporádica.
Como había espacio de sobras, y los ninferos estaban muy concentrados en las corrientes, cada cual pudo buscar su sitio y ponerse por fin a pescar en serio.
Como en mi sector no se veía ninguna cadencia de cebas, opté por pescar largo con una sola ninfa, y no tardé en capturar tres farios muy bonitas, pero de porte muy contenido. Carles, que vadeó más profundo todo y el riesgo, se la jugó con la atractora "Barón Rojo" y capturó una arco-iris de más de cuarenta centímetros y se le escapó otra.
Estaba yo concentrado en mis asuntos, cuando me saludaron a gritos desde la orilla. Era Moreti, de la Imperial Tarraco, con otro compañero. Como nos separaba una buena distancia, emprendimos conversación a gritos y risas, en una parodia de tertulia que haría las delicias del genial y difunto Gila, Al final, llegue a entender que "habían triunfado a ninfa en las corrientes de inicio del coto". Espero que ellos entendiesen que les dije que "acababa de empezar y ya había pìllado tres boquerones fario". Lo reconozco, ya soy duro de oído de por si, y tanto decibelio sinfónico me está dejando como Beethoven, todo y que un poco menos listo y hábil para el arte  de la composición. Siempre es un placer encontrarse con los de la Imperial Tarraco, más que nada por que son gente simpática y espontánea, y espero un día pillarlos a fin de jornada para irnos a tomar una cerveza de hermandad Podolio-Tarraconense.
Antes decía que yo soy un culo de mal asiento, pero la verdad es que Carles me va a la zaga. Cuando iba yo a empezar a pescar a seca, vi que venía para mi. Ségún él, allí no había más que trucha pequeña, y valía más la pena ¡volver a cambiar de zona! y regresar a la zona del Pasteral para pescar el tramo más alto del coto.
La verdad sea dicha, a tenor de lo que estaba viendo cebarse allí, tenía toda la razón. Además, una vez satisfecho el "mono" de tocar escama, lo que cuenta es intentar trabar batalla con algún buen ejemplar, y si puede ser clavándolo a seca, mejor aún.
Nuevamente, carretera y manta, otra vez en dirección Amer-Olot. Visto el pelígro de dejar el coche en lugar inseguro, optamos por aparcar los coches a la vera de un popular restaurante de la comarca y cubrir un tramo mixto de pista forestal y caminode cabras haciendo senderismo con la caña en ristre.
Al llegar a la zona elegida, nos volvimos a encontrar con los de Gironella, que habían improvisado un picnic previo a recoger bártulos. Al final, les había ido bien en esa parte del coto. Mientras Carles se quedaba a charlar un rato, fuí a presentar combate a las truchas, previo dar recuerdos a conocidos comunes de ese pueblo de la cuenca del Llobregat, al que tanto aprecio le tengo y que para mi es el epicentro de mis aventuras de pesca por el Berguedà desde hace muchos años.
¡Por fin! casi dos horas y media de pesca por delante, y en ese intervalo, el nivel del río comenzó a descender lentamente, señal inequívoca de que alguien había dado orden al encargado de la compuerta de cerrar el grifo. Tal y como me temía, los de Gironella habían zurrado bien la zona, pues todo y que se veían muchas cebas, las truchas estaban muy resabiadas. La prueba fehaciente de ello fué que la primera que logré clavar, al cabo de un buen rato de indiferencia hacia mi sempiterna efémera de CDC, fue una fario de unos 25 cms. clavada por la cola, señal inequívoca de había rechazado la mosca y se la había clavado por accidente.
Asi pues, me vi forzado a rehacer el bajo de línea, alargándolo considerablemente y adelgazando el tippet para pasar de un 0,14 a un 0,12. También me vi obligado a realizar un par de cambios de mosca, para acabar pescando finalmente con una imitación de CDC, pero en formato emergente, y con un anzuelo del 19 en vez de uno del 17. Todo esto para terminar pescando, siempre largo, cuatro truchas fario que no eran nada del otro jueves. Desafortunadamente, el único bicho grande que clavé, también una fario pero de bastante mas  buen porte que el rondar permanente de los 25 cms. la perdí en una gestión de pelea bastante desafortunada.
Por su parte, Carles aprovechó muy bien el escaso tiempo de pesca de esta tan singular y anecdótica jornada capturando 6 truchas fario a mosca seca, y una gran irisada, amén de tocarle los morros a otra iris de gran tamaño y darle un revolcón a un gran barbo. Todo a seca, por supuesto.
A las seis menos cuarto de la tarde, el río había vuelto casi al cómodo caudal anterior a la riada provocada por todavía no sabemos que intereses, lucía un sol puramente estival y las truchas seguían cebándose como locas. Como suele suceder, lo mejor de la jornada llegó justo cuando teníamos que marchar.
Un día muy raro este. Lo mejor fue el poder llegar incluso a pescar e incluso disfrutar de hacerlo en unas circunstancias que a priori pintaban como sota, caballo y rey, de bastos por supuesto. Lo peor, pues no ya el episodio de los furtivos, sino el comprobar que el enorme éxito del coto de Anglès está atrayendo a los malandros como moscas a la miel, para llevar a cabo todo tipo de tropelías con la propiedad ajena de los que están entretenidos disfrutando de su afición, y por descontado, constatar el enorme desprecio de los gestores del agua hacia los pescadores, sufridos pagadores de tasas e impuestos, a los que ni siquiera se nos informa de cuando ni donde, ni mucho menos de porqué, se va a dar alegría a la compuerta del embalse de turno. Algo imperdonable, máxime cuando con las nuevas tecnologías se pueden hacer los ajustes de gestión oportunos para que la gente que quiera pescar dentro del marco de la ley, pueda buscar otros destinos de pesca con tiempo suficiente.  
      
    

JORNADA DE PESCA Nº 626

Sábado, 22 de septiembre de 2012

Temporada 2011 - 2012 - Nº 45
Temporada de Salmónidos 2012 - Nº 26

Coto de Anglès - El Pasteral Intensivo S. M.

Río Ter

Pescadores:

Carles Vivé
Ferran RUBINSTEIN

Capturas:

Carles Vivé:
6 truchas fario a mosca seca
2 truchas arco-iris a mosca seca

Ferran RUBINSTEIN:
4 truchas fario a mosca seca
3 truchas fario a ninfa

Climatología: nublado y templado, con alta nivel de humedad.

Hora de inicio de la jornada: 11,15 h.
Hora de finalización de la jornada: 17,45 h.

La música de hoy:

Viaje de ida:

Sinfonía nº 6
Anton Rubinstein

Obertura "Las Estaciones"
Tomas Svoboda

Obertura "Coriolano"
Ludwig Van Beethoven

Viaje de vuelta:

Concierto para violoncello y orquesta en "DO" mayor
Eugene d´Albert

Concierto para violoncello y orquesta en "LA" menor
Robert Volkmann

"Danza de los siete velos"
(fragmento de la ópera "Salomé")
Richard Strauss

Líneas Tensas!


Ferran RUBINSTEIN.



1 comentario:

  1. wenas compañero ferran soy Ramon Rodriguez ramonfish para los compis de conmosca yo era el que acompañaba a jose moreti jejeje pena de la distancia para darnos la mano y hablar un rato un placer saludarte aun que de lejos saludos desde TARRACO.

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