"Si, al igual que yo, sois de los que creeis que tenéis poco que enseñar, mucho que aprender y aún más que compartir, éste es vuestro blog".

domingo, 17 de junio de 2012

JP-612. COTO DE GUARDIOLA DE BERGUEDÀ - LA POBLA DE LILLET S. M. - LL01B - Sábado, 16/06/2012.





JORNADA DE PESCA Nº 612

Muy mal día de pesca, totalmente a contrapronóstico, el de este Sábado 16 de Junio, bajo un tórrido sol Africano, y aguantando una asfixiante temperatura: el mercurio alcanzó los 31 grados a las seis de la tarde, cuando pasé a recoger a mi amigo Pep, que en esta ocasión me había acompañado, por el aparcamiento de la entrada de La Pobla de Lillet.
Tres tristes truchas, pueden parecer una magra recompensa a muchas horas de sacar la lengua y deshidratarse pateando el río, en un dia en que ni a la sombra de la arboleda llegaba uno a aliviarse el calor: sólo un remojón de cabeza de vez en cuando, surtía algun efecto refrescante. Sin embargo, es lo que hay. Parecía que este sábado las truchas se hubieran ido de vacaciones. Es posible, como sucede a veces en las largas tardes de sol y conciertos para cigarra y orquesta, que el intenso calor y la gran luminosidad del día desactivasen las truchas. En todo caso, fué un auténtico desperdicio, mayormente para los peces, pues hubo muchísmas eclosiones, tanto de efémeras como de tricópteros y plecópteros, a lo largo del día, sin que apenas se viesen cebas (de hecho, ví sólo dos en todo el día, y una de ellas fué para delatar la trucha que terminé capturando a seca), por lo que perdieron una gran ocasión de ponerse morados con tanta comida bajando por el río...¡peor para ellos!.
Cerca de las dos de la tarde, estaba realmente molido de tanto patear y tanto lanzar, y me estaba cogiendo ese sindrome de impotencia y sobre todo de inseguridad que le pilla a cualquier hijo de vecino cuando tras largas horas de insistir lo único que obtenía era la callada por respuesta. Miento, si hubo una respuesta, en este caso en forma de captura de una trucha con la ninfa del tándem, pero me pareció muy poca recompensa para tratarse de un día de pleno verano, y en un escenario en que no hacía tanto había tenido pescatas la mar de aceptables.
Llegó entonces el momento de plantearse aquello que tantos -seguramente mal aconsejados por la soberbia- jamás se plantean, y que es si realmente uno está pescando bien. Y la respuesta, fué que realmente no.
Para empezar, la jornada había comenzado mucho más tarde de lo que viene siendo usual en estos últimos tiempos, o sea, a las once menos cuarto de la mañana, cuando ya hace tiempo que a esa hora, y más en plena temporada, lo normal es que lleve ya entre dos horas o hora tres cuartos pescando. Esta vez me pudo la tentación de compartir un buen desayuno con mi amigo Pep. mientras seguíamos enfrascados en un debate sobre la burbuja inmobiliaria, y cuando me dí cuenta, la "hora de la fresca" había pasado ya, y en el momento en que me encaminaba hacia el río, en este caso el Llobregat entre el primer bajador después del Camping l´Espelt y el viaducto del kilometro 6 de la carretera de La Pobla de Lillet, para comenzar a pescar hacía ya un calor infernal.
Luego, estuve realmente muy patoso lanzando, y pagué con un buen stock de material enredado en ramas de arboles y troncos sobre todo mi falta de atención y concentración. Por suerte, el caudal del río este verano era plenamente estival, y pude evitar un desastre mucho mayor, a base de recuperar mayormente ninfas trabadas en troncos sumergidos y rocas.
Además, el tramo elegido incluía un amplio subtramo en el que no saco ni una trucha desde por lo menos hace cuatro temporadas. Es de esos sitios que parecen realmente "gafados", por lo menos para mi, y creo que en esta ocasión lo afronté con muy poca fe, y prescindí de prospectar muchas posturas.
Para más recochineo, dejando aparte la única trucha que pude meter en el salabre, la otra única trucha que ví en lo que llevaba de día fué una que salió de debajo de mis propios pies en el "subtramo maldito" , debido a una mala entrada en el río, digna del caballo de Atila... y creo que repetí varias de estas "entradas triunfales" en varias ocasiones.
A eso de las dos de la tarde, llegué a los aledaños del viaducto, y allí en la playa fluvial había una señora tomando el sol, y confrmó mis sospechas: no estaba sola, y sus compañeros eran dos pescadores que hacía rato habían marchado río arriba, por lo que con lo sensible que estaba el mismo al pisoteo, ya no tenía sentido seguir la estala de los pescadores que me precedían, así que tomé la decisión, tras hacer un enorme acopio de fuerza de volutad, de abandonar el río Llobregat por este sábado, para -corto viaje en coche de por medio- irme al Bastareny a probar suerte.
Todo y que tenía el coche a menos de cinco minutos del viaducto, llegué al mismo completamente deshidratado, y agradecí como nunca el haberme llevado una nevera portátil extra con cargadores de hielo para tener bien frías mis provisiones de té con limón. Al arrancar el coche, para ir a probar suerte al Bastareny a su paso por Bagà, el termómetro del coche marcaba 34 grados ¡que pasada!.
La singladura de la tarde fué tan azarosa en acontecimientos como pobre en capturas, al igual que había sido la de la mañana. La cosa pareció animarse, cuando al poco de empezar, en esa poza tan querenciosa que hay apenas cincuenta metros aguas abajo de la pasarela colgante de madera, una trucha se cebó delatando su posición en la entrada de la corriente en la badina, hecho el cual aproveché para machacar largo rato esa postura hasta que, creo que por puro agotamiento, la trucha terminó dándole un buen bocado al tricóptero de pelo de ciervo, y dando con sus escamas en mi sacadera.
Alentado por tan buen comienzo, decidí bajar un poco más por el camino, y probar unas cuantas posturas de las de "dan trucha seguro" aguas abajo. No había dado ni cuatro varazos, cuando aparecieron ladrando, gruñendo y enseñando amenazadoramente los dientes dos enormes perros negros, que me obsequiaron con una cacofonía de ladridos y gruñidos desde la orilla contraria durante un largo rato. A fuerza de mostrarme indiferente y de chasquear la lengua de vez en cuando, terminaron por irse con sus ladridos y gruñidos a otra parte. Todo y que ambos llevaban collar, su aspecto era de todo menos tranquilizador. Sirva esto de aviso para los pescadores que faenen por los aledaños de la pasarela colgante de madera sobre el Bastareny, y que quizás pudieran tropezarse con tan poco amigables canes.
La tarde prosiguió, pese a las buenas vibraciones iniciales, en la misma tónica de apatía de la mañana, y con la misma sensación de no haber peces en el río. No pude aprovechar mucho las corrientes de la zona de las barbacoas, pues el area de picnic estaba llena de bañistas, algunos de ellos remojando cuero en el río. Allí tuve la suerte de saludar a Joan, un amable pescador que se confesñó asiduo de mi blog. Por la mañana había estado pescando en el Llobregat, aguas arriba del viaducto en donde yo había terminado mi primer tramo del día, y sólo habia conseguido pescar un par de truchas.
Ya eran pasadas las cuatro y media, y decidí jugarme la suerte de la última media hora de pesca de la jornada yendo directamente a las corrientes que hay antes del Pont de la Vila, en aguas territoriales de lo que fué el antiguo coto sin muerte de Bagà. Incluso, rehice mi bajo de línea, por enésima vez, jugándomela a poner una microninfa de punta, con una mosca ahogada bailando 40 cms. más arriba. Por primera vez en el día, y a media hora del pitido de fin de partido, tuve la suerte que no había tenido a lo largo de la jornada, y nada más llegar ¡trucha que se clava en la ninfa! y nada más soltarla, ¡zas!otra  trucha que sube a buscar la ahogada a ras de superficie, y uno que es tan toooooopeeeeee, que falla la clavada.
Mis esperanzas de hacer la pescata del día en menos de un cuarto de hora, se vinieron abajo, cuando me dí de bruces con un señor que también estaba pescando a mosca. Ni quise molestarle, ni tenía ya fuerzas para dar un rodeo e irme aguas arriba a seguir vareando, así que aproveché la coyuntura de que, muy amablemente, me diera conversación e incluso me invitase a un cigarrillo, para dar por concluída una jornada de pesca tan aciaga, como magra en capturas.    
De vuelta al coche, mientras me cambiaba de ropa e incluso mientras volvía a subir por la carretera rumbo a La Pobla de Lillet, para recoger a mi amigo Pep, aproveché para reflexionar sobre el porque de tan pobre dia de pesca, y más a contrapronóstico, al tratarse de un día de pleno verano, y en un coto que en estas mismas fechas, pero de otras temporadas, siempre se había mostrado tan generoso conmigo.
Ya sé que los argumentos más socorridos para justificar tan pobres resultados son siempre la plaga del cormorán, amén de la de los visones, y la de los furtivos. De tal manera que, cuando mayor es el ego del pescador, más apocalipticas resultan ser las plagas, de tal manera que al final resulta que no hay peces en el río porque han sido exterminados en su práctica totalidad por bandadas hitchcockianas de cormoranes enfurecidos y famélicos que incluso llegaron a acorralar al pescador en una cabina telefónica cercana al río, o por cuadrillas enteras de furtivos venidos de exóticas selvas allende de los mares, o de estepas en la otra punta del continente, que con artes prohibidas y armados con garrotes y navajas de siete muelles han esquilamdo el río amenazando incluso a pescadores y autoridades de vigilancia fluvial por igual. 
Desde luego, que no cuenten conmigo para unirme a estos lamentos de mal perdedor. Ante todo, la responsabilidad de esta mala jornada de pesca, en lo que a resultados se refiere, es solo mía. Y el único motivo es mi escasa habilidad como pescador y lo mal que he planteado la estrategia de pesca en este día. Somos humanos, y un mal día lo puede tener cualquiera, y dos, y tres, y muchos....
Mi amigo Pep me esperaba tomando la sombra en un banco cercano al aparcamiento de la entrada de La Pobla de Lillet. A el también le había afectado el calor en sobremanera, y se había conformado con acercarse un rato a los Jardines Artigas, para luego ir mendigando sombras en donde guarecerse. Aproveché la breve parada, antes de irnos a merendar a Gironella, para asomarme un momento al río y constatar el lamentable estado del que fué el muy glorioso e intensivamente sobrepescado coto sin muerte de La Pobla de Lillet. Donde antaño se podían ver grandes truchas cebandose sin parar (los famosos "pepinos de La Pobla de lillet") y más en tardes de calor y bochorno como la de este Sábado, ahora no se veía más que agua.
Tras ver un rato la final de la Liga ACB -otro Barça - Madrid, pero en este caso de tipo baloncestístico-  en un bar de Gironella, aprovechando la hora de la merienda, mi amigo Pep y yo volvímos a casa escuchando un recopilatorio de grandes éxitos de Jethro Tull, ese peculiar grupo de rock en el que la flauta tiene tanto protagonismo, y que nos llevó por un rato a principios de los años 70, un tiempo ya muy lejano en el que la pesca a mosca era toda una rareza, por lo menos en España, y en el que todavía mucha gente pensaba que la llegada de la Democracia traería el fin de la corrupción y significaría el principio de un tiempo de prosperidad sin fin. 
              


JORNADA DE PESCA Nº 612

Sábado, 16 de Junio de 2012

Coto de Guardiola de Berguedà - La Pobla de Lillet  S. M.

Rios Llobregat, Bastareny y Riera de Saldes.
(pesca en el Llobregat y en el Bastareny en esta jornada)

Tramos pescados:

Tramo 1. Mañana, mediodía y primera hora de la tarde:
Río Llobregat, desde el primer bajador pasado el Camping L´Espelt, hasta el viaducto del Kilometro 6 de la  carretera de La Pobla de Lillet.

Tramo 2. Tarde:
Rio Bastareny, desde cien metros aguas abajo de la pasarela colgante de madera, hastael Pont de la Vila.

Capturas:

Tramo 1: 1 trucha fario a ninfa.
Tramo 2: 1 trucha fario a mosca seca y 1 trucha fario a ninfa. 

Climatología:
soleado y caluroso.

Hora de inicio de la jornada:  10,45 h.
Hora de finalización de la jornada: 17,00 h.

La música de hoy:

Esta semana no hubo audiciones de Música Clásica durtante los desplazamientos en coche, debido a que con mi amigo Pep estuvimos hablando de temas varios, pero sobre todo de política y futbol, y escuchando de mientras, a modo de música de fondo, un par de CDs recopilatorios de los grandes exitos de Jethro Tull.

Líneas Tensas!



Ferran RUBINSTEIN.

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