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domingo, 24 de junio de 2012

JJPP 613A y 613B - COTO DE MONTAGUT S. M. - TE08 Y COTO DE RIPÒLL - CAMPDEVÀNOL S. M. - TE09B. Sábado, 23/06/2012




JORNADAS DE PESCA  613 A Y 613 B.


TIEMPO PARA LA PESCA, ANTES DE LOS PETARDOS, LA COCA Y EL CAVA.

Este año, el calendario ha querido que la noche de San Juan cayerá en Sábado, mi día de pesca por autonomasia.
Como hasta la noche no tenía que cenar con la familia, he salido como es habitual a pescar, todo y que he terminado de hacerlo a una hora muy prudente, para ser puntual a una cena familiar, con postre de coca y brindis con cava, que hacía unos cuantos años no celebrábamos; tantos como Elisenda, mi hija, ha sido demasiado pequeña como para perder una noche de sueño. Ahora, con cinco años y pico, ha vivido su primera Verbena de Sant Joan en serio, más allá del simple tirar unos cuantos petardos en el balcón al anochecer. Hay que ver lo bien que se lo ha pasado, compartiendo mesa y mantel con los mayores, abuelos y tíos incluídos. El tiempo pasa tan rápido que el día menos pensado ya no querrá celebrar la verbena con los "plastas y carrozas" de sus padres, pues tendrá mejores planes para esta noche de bienvenida oficial al verano, como pueden ser discoteca intensiva, o fiesta en la playa con resacón en la arena incluído. Pero no tengamos prisa, todo llegará, y ahora es momento de disfrutar al máximo de su infancia.
En otro orden de cosas, ya relacionadas con la pesca, la llegada del verano y los calores ha comportado que las precipitaciones se hayan reducido drásticamente, y con ello se haya resentido el caudal de los ríos (amén de la avaricia de las hidroeléctricas de turno, por supuesto). Para este sábado, tenía previsto pescar en el coto de Montagut, de Ribes de Freser, pero sabedor de lo justo de agua que baja a la que llega la época estival, y más si ello va ligado a dos semanas sin llover en serio, tramité también un ticket de pesca alternativo para pescar en Campdevànol, por si las cosas se ponían muy feas, como así fué al final, y tenía que ir a mendigar un poco más de agua para pescar con un mínimo de comodidad.
En esta doble jornada, forzada más por el estado del caudal del río Freser que por voluntad de probar dos cotos en un día, los resultados fueron tan malos como la semana anterior en Guardiola de Berguedà, con el mismo pobre número de capturas y el mismo calor sofocante. Quizás, en la segunda parte de la jornada, se vieron más truchas que la semana pasada, pero sólo eso, fueron vistas, pero no terminaron en mi sacadera.     

ADAPTACIÓN AL MEDIO EN MONTAGUT.

Nos pasamos la vida adaptándonos: al medio, a las necesidades macroeconómicas, a nuestro puesto de trabajo, a las circunstancias. Ya puestos, estoy bien seguro que casi todos los lectores se habrán tenido que adaptar a como baja el río, siempre y cuando de pescar se trate. De lo demás,que cada cual actúe en consecuencia, y uno mismo con su mecanismo.
Tal y como me temía, el río Freser a su paso por Montagut bajaba patético de agua. Un río en los huesos, o más bien un esqueleto de río desecándose al sol del verano. Todo y así, sirva de triste consuelo, lo he llegado a ver peor, cosa que no dice mucho en favor de aquellos que, sabedores de la sequía crónica de cada verano, siguen dándole a la tubería y a la turbina.
Todo y así, decidí probar hasta el mediodía el tramo que va desde el puente del Balneario de Montagut, o de Aigues de Ribes, hasta la gasolinera y restaurante de carretera "El Llac", por lo menos hasta mediodía,  a ver que tal pintaba la cosa.
Invertí unas tres horas y poco en pescar con toda la calma que pude este tramo de río que tan productivo me ha sido otras veces (con un poco más de agua, eso si), pescando primero con un tandem de ahogada-ninfa, para pasar a ratos a pescar con seca y ninfa en un combo más tradicional, e incluso a seca pelada en los tramos de aguas tan ralas que hacían imposible la pesca con algo que llevase el mínimo de lastre.
A cambio de esta inversión de tiempo y despliegue de medios, sólo conseguí capturar un par de truchas, de tamaño bastante contenido (ninguna de las dos llegó a los 25 cms.) con la ninfa del tándem, y en el mismo tipo de escenario: lo que queda de las pocas pozas de este tramo, reducidas en este ocasión apenas a la mínima expresión.
Ví muy pocas truchas, la verdad sea dicha, y las pocas que ví estaban en el relativo confort de lo queda de las badinas, muy resabiadas y recelosas. Bastaba un mínimo movimiento del brazo, o una mala aproximación para que huyeran aleta en polvorosa, buscando refugio en las oquedades de las rocas.
En cuanto a las corrientes, ausencia total de picadas en las mismas, y ni siquiera una tomada de tricóptero, de efémera o de la siempre apetitosa y socorrida ahogada en lo que en otras ocasiones es el alegre bullir del agua entre las piedras, reducido ahora a algo parecido a un borboteo similar al de una cafetera puesta a fuego lento. 
A las doce y cuarto, por lo menos con el bolo evitado y con el balance de dos truchas metidas en el salabre, llegué a la altura de la gasolinera en donde tenía aparcado el coche. Apretaba el calor de lo lindo, y viendo el estado del río, y las magras perspectivas que me esperaban, tomé la decisión -no muy acertada, a tenor de lo que vino después- de cambiar de aires y bajar a probar suerte en Campdevànol,  

POCAS TRUCHAS, PERO SELECTIVAS, Y APRENDICES DE FURTIVO EN CAMPDEVÀNOL.

Un corto transbordo en coche, tras una breve "soft drink break" de té con limón, más helado que frío, me llevó a las aguas del que fue el antiguo coto sin muerte de Campdevànol. Suburbanita en su primer tramo, y plenamente urbano en el último, dentro de su escasa longitud que apenas llegaba al kilómetro.
Por lo menos, desde la presa del polideportivo el río bajaba con un poco más de alegría. Aguas arriba, fué de nuevo harina de otro costal.
Feliz de por lo menos poder pescar con un poco más de caudal, aposté fuerte por un tándem de seca y ninfa, con un nuevo diseño de tricóptero, muy flotón y con el atractivo adicional de cuatro pequeñas patitas de goma. Creo que esto, unido a mi exceso de fe en que las picadas se producirían a una microninfa naranjita, que tan buenos resultados me ha dado a lo largo de los años en este coto, fueron mi perdición.
En los primeros compases de esta segunda parte, las truchas subieron.al trico hasta cuatro veces en lo que va desde la casa que hay en el parque junto al río hasta la presa... pero para rechazarlo. Tonto de mi, ni fui capaz de cambiar de seca, ni de apostar por pescar a seca al agua con algún que otro tricóptero de diferente patrón. En su lugar, seguí insistiendo con fe ortodoxa en el combo que llevaba, y así seguí hasta llegar a la presa sita en medio del casco urbano del pueblo. Desde el puente de la carretera de Gombrén hasta la anteriormente mencionada presa, con el río otra vez pasando sed (la voracidad de los canales es inagotable), sólo le vi la cara a otra trucha, esta vez de muy buen tamaño, que en una de las escasas pozas que quedan subió a por el trico... para rechazarlo de nuevo.
A las tres de la tarde, y con una cara de tonto que sería la envidia de un tal Forrest Gump de Greenbow, Alabama, decidí jugarme el último cartucho en el tramo que va del segundo puente de la factoría Conforsa hasta la presa del parque del Mirador, o sea el mismo en el que estuve vareando la última vez que visité lo que antaño fué el Coto El Freser-1.
Noté que acusaba el cansancio, provocado sobre todo por el intenso calor de esas tres y algo de la tarde, y que perdía con facilidad la concentración, cuando en mi ya decididamente torpe deambular por el río espanté varias truchas, que salieron como cohetes de debajo de piedras que estaban a un paso mio, y encima tuve un par de caídas tontas, en una de las cuales me dí un fuerte golpe un poco más abajo de la rodilla que me hizo ver literalmente las estrellas.
Todo y así, aún tuve la fe suficiente como para cambiar el tricóptero causante de tanto rechazos, por uno más convencional. y de diseño más conservador. Sin embargo, la única picada que tuve, y que con más apuros que holguras acabo materializándose en trucha en mano, fué a la micronnfa, y en un pequeño blando de corriente de la orilla contraria.
Al llegar a la presa del Parque del Mirador, había un tropel de chiquillos bañándose tanto arriba del azud, como en la poza en donde cae el agua. Incluso había un chiquillo, ataviado solo con bañador y zapatillas de deporte, que estaba pescando a cucharilla en las corrientes que hay justo después del salto de agua. No entrando en materia de si la cucharilla era con los anzuelos con o sin muerte, hasta aquí todo medianamente bien. Lo que ya constituyó una desagradable sorpresa para mi, fue ver como el chavalín levantaba una piedra, y se llevaba tan campante una trucha a la que previamente había retorcido el pescuezo.
Que yo sepa, la zona con muerte de este coto está en la actualidad muchos kilómetros más abajo de Campdevànol. Sin embargo, lejos de mi intención decirle ni mu al niño. Ni soy un guardia fluvial, ni me pagan por vigilar el río, y aún menos me veo a mi mismo abroncando una criatura que seguramente ni sabe que está obrando mal. No obstante, muy mal por los padres o tutores del crío, y más sabiendo de que si le gusta pescar, lo primero que deberían de hacer es explicarle en donde se puede pescar con muerte, y en donde no. O sea, explicarle que hay una ley, y que hay que cumplirla.
Y así nos va. Cormoranes grandes y pequeños, cormoranes con pluma y sin pluma, cormoranes con alas y sin alas, y entre tanto pajarraco y verraco, la guardería fluvial desaparecida en combate. Ya sé que es difícil dar abasto, y lo mucho que desmotiva al trabajador de la función publica el recorte de su pecunio,  pero a mi también me han congelado el sueldo y retrasado la jubilación, además de ser tan víctima de recortes sociales como cualquier hijo de vecino que no sea banquero, político, futbolista de élite o miembro de la Casa Real, y sigo yendo cada mañana a trabajar y a cumplir con mis obligaciones... y pobre de mi que no lo haga.
Por esta vez, y sin que sirva de precedente, no hubo merienda pastelera. ¡Vaya herejía!. Había que guardar hambre para la cena de la noche, en la preparación de la cual mi mujer  llevaba todo el día esmerándose con mucha ilusión, y para ese montón de cocas de Sant Joan de diversas variedades, de las que esperaba atiborrarme a pocas horas vista. Como aliciente añadido, un España-Francia de semifinales de Eurocopa. Un cúmulo de buenos motivos como para plegar la caña sin más dilación, y ponerse al volante, sin pausa pero sin prisa, para volver a casa un poco antes de lo habitual.      


JORNADAS DE PESCA 613 A Y 613 B.


Sábado, 23 de Junio de 2012

613 A

Coto de Montagut S. M. -  Ribes de Freser

Rio Freser

Tramo pescado: del puente del balneario de Montagut, hasta la gasolinera y restaurant de carretera "El Llac".

Capturas:
 2 truchas fario a ninfa.

Climatología:
soleado y caluroso

Hora de inicio de la jornada: 09,00 h.
Hora de finalización de la jornada: 12,15 h.

613 B

Coto de Ripoll - Campdevànol S. M.

Tramos pescados:
Tramo 1: en Campdevànol, desde los jardines de la zona polideportiva hasta la presa en medio de la Villa.
Tramo 2: en Campdevànol, desde el segundo puente de la factoría "Comforsa" hasta la presa del Parque del Mirador.

Capturas:
1 trucha fario a ninfa.

Cliamtología:
soleado y caluroso.

Hora de inicio de la jornada: 13,00 h.
Hora de finalización de la jornada: 16,30 h.

La música de hoy:

Viaje de ida:

Sinfonía nº 5

Charles H. H. Parry

Obertura "Triunfal"
Anton Rubinstein

Concierto para piano y orquesta nº 2
Alexander Glazunov

Viaje de vuelta:

Concierto para piano y orquesta nº 1
Piotr I. Tchaikovsky

Concierto para violín y orquesta nº 1 "en un solo movimiento"
Joseph Joachim

Serenata Rusa nº 1
Anton Rubinstein

Lineas Tensas!



Ferran RUBINSTEIN.

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