"Si, al igual que yo, sois de los que creeis que tenéis poco que enseñar, mucho que aprender y aún más que compartir, éste es vuestro blog".

miércoles, 29 de diciembre de 2010

JP 552 - COTO DE ANGLÈS-PASTERAL S. M.




JORNADA DE PESCA Nº 552.

Antes de entrar en materia, y pasar a narrar como fué esta jornada de pesca -de nuevo en compañía de mi amigo Francesc Bernal- dejadme contaros que ayer, nuevamente, fuí protagonista de una de esas escenas dignas de programas de televisión del tipo "Videos de Primera", en las que un pobre diablo hace reir con ganas a la audiencia con algún desafortunado percance. Ayer, y emulando a mi amigo el Kamarada Dani "Riverboy", otro gran adicto a los percances jocosos en jornadas de pesca, hubo remojón fluvial en Anglès, y además un chapuzón de esos de magnitud 8 en la escala de remojones en combate, dado que fué del tipo caida de bruces con inmersión frontal y entrada de agua váder adentro hasta los calzoncillos, vulgo "gayumbos" añadido a los engorrosos contratiempos colaterales tales como invasión de agua en cajas de moscas no estancas y (¡esto si que es terrible!) deterioro total del paquete de cigarrillos e inutilización a tiempo parcial de mechero.
¿Imprudencia?¿accidente de vadeo? ¡Que va! la caída al agua fué como para rodarla y ver como los epectadores se preguntan poco antes de verme caer ¿que c... está haciendo ese tio? El caso, es que había clavado mi segunda trucha de la jornada, y la estaba peleando, cuando decidí apoyar mi rodilla derecha en una piedra que sobresalía del agua, con el fin buscar un mínimo de confort. Hasta aquí todo muy normal excepto...¡que no había ninguna piedra! El caso es que estaba tan enfrascado con el combate con la pintona, que creí a pies juntillas que justo a tocar de mis piernas tenía una roca. Ya os podeis imaginar la terrible sorpresa que me llevé cuando, de un modo súbito y totalmente inesperado, me dí de morros con el agua.
Por suerte, uno es muy rápido de reflejos, y en ningún momento solté la caña. Pude ponerme en pie enseguida, y recuperando la trucha, que seguía prendida del anzuelo, la ensalabré para rápidamente soltarla. Después, vinieron las consabidas maldiciones y juramentos, sólo aplacados por el consuelo de que en la bolsa estanca en donde guardo la documentación y el ticket de pesca, estaban a salvo del agua también un paquete de "Fortuna" y un mechero de reserva.
Lo más paradójico, es que mi amigo Francesc ¡ni se enteró del percance!, pues estaba concentradisimo tentando a una trucha que le había hecho cambiar ya cuatro veces de mosca. Fijaros pues, si llega a ser alto el nivel de concentración y abstracción cuando nos ponemos a pescar. En cuanto alguna trucha nos dá julepe un par de veces, nos entra tal frenesí que nos pasaría desapercibida incluso una concentración de Cheerleaders en topless en la orilla de enfrente.
En fin, tras contaros un nuevo episodio de mis diarios de un pescador patoso, rebobino y paso a contaros acerca de la jornada de ayer, curiosamente Dia de los Santos Inocentes, en un orden más cronológico.
Esta vez, la noche estrellada y fria propició una audición aún más emotiva de la "Balada" (Op. 78) de Glazunov. La llegada a Anglès fué también digna de figurar en un "Libro de mis mejores recuerdos de Anglès", con la muy sentimental y sensible "pièce de salon" "La Canción del Trovador", también de Glazunov, en este caso en su versión para violoncello y orquesta.
La baja temperatura y fuerte sensación de frio, hizo que nos demorásemos un poco más desayunando. Realmente, en esta época el año es bastante una tontería presentarse a primeras horas de la mañana en el rio, cuando generalmente la actividad no empieza, en el mejor de los casos, hasta un poco antes del mediodía en el mejor de los casos. Todo y así, sigo madrugando y llegando pronto a Anglès: escuchar la "Balada" de Glazunov antes del amanecer, no tiene precio, como tampoco lo tiene el poder charlar de pesca con un buen amigo, sin ser esclavos del tirano de los tic-tacs, que atado a nuestra muñeca nos recuerda que el tiempo, como el campo, también está parcelado, frecuentemente en minifundios placenteros y en latifundios de trabajos y obligaciones.
Por suerte, a partir de las once de la mañana, el sol comenzó a calentar, y el estar a pie de rio se hizo un poco más confortable.
Al poco de comenzar, tuve la suerte de tentar a una típica "trucha de poza" en una idem, ofreciéndole un buen bistec, o sea, una apetitosa y regordeta ninfa tungstenizada. Fué tan tempranera la primera captura, que Francesc aún estaba estirando y limpiando la linea, como debe ser en un buen elfo pescador, y no como un servidor, que en este aspecto estoy hecho un auténtico orco de la Torre de Saruman, y no limpio ni engraso la linea hasta que la fricción con las anillas de la caña suene como el violín de Paganini.
Como en la primera postura no se decidían a dar la cara por arriba, Francesc y yo cambiamos de aires, en busca de uno de esos sitios en donde las truchas acostumbran a estar activas por malo que sea el dia, cosa en Anglès harto probable, pues por eso ha ganado el adjetivo de "mágico".
Por lo visto, la fama de "mágico" que tiene este coto intensivo sin muerte, esta propagándose bien sea por la via del "boca-oreja", o por medios más multimedia, pues ayer, para ser laborable, había muchísima gente pescando, sobre todo en los tramos medios y altos del coto. Lo que más me llamó la atención, fué un tropel de ¡6 pescadores!, pescando todos la vez en el mismo sitio. Esto me horrorizó, pues ya sabeis que para mi 2 pescadores junto son multitud, y 3 pescando, aunque sea a turnos, una manifestación subversiva, toda vez que la manera más fácil de mantener el salabre vacío. Por cierto, creí oir, desde lejos, hablar en francés, por lo que no sería descabellado el pensar que la fama de "Magic Anglès" ha trascendido fronteras, y más de algún pescador de las comarcas más meridionales del país vecino haya aprovechado las Vacaciones de Navidad para comprobar "in situ" sobre tal magia.
Tuvimos suerte, mi amigo y yo, y llegamos a una de esas posturas del rio en las que hay actividad todo el dia, y en la que pudimos hacernos un hueco antes de que la competencia nos pisase el rio. Al igual que la semana pasada, los peces estaban activos, pero terriblemente resabiados. Había truchas, tanto fario como arco-iris comiendo por todas partes, algunas con pautas bien claras, otras de un modo erràtico, y un buen montón coleteando, señal inequívoca de que estaban poniéndose moradas de emergentes.
Mi segunda trucha, fué la fario con la que tuve que pelear durante el episodio del remojón. Fué la única que pude clavar a seca, y lo hizo de un modo inesperado, pues la mosca derivaba ya decididamente aguas abajo, tras no haber obtenido ninguna respuesta de la destinataria original del engaño, unos metros aguas más arriba.
Visto que estaban por emergentes, y no deseando poner tantas cajas de secas patas arriba como mi amigo Francesc, que en ese momento llevaba dos preciosas farios en su haber, a costa de dejar asaeteado el borrego de su chaleco, me propuse probar una microninfa con cabeza de bola de collarín de colorines, que había estado montado unos dias antes, previendo verme en una situación similar. Al ser una ninfa diminuta y casi sin peso, y al ir justo debajo de la película superficial del agua, podría ser tomada por alguna trucha encegada a emergentes.
Nada más ponerla en el agua, enmedio de una corriente que me venía de cara, ya obtuve una fuerte picada de "algo" que se me desclavó. Empezamos bien. El siguiente objetivo, fué pasearla por el blando de la corriente, muy atento a la mosca de CDC que me hacía de señalizador. Na tardé ni dos paseos en notar otra violenta picada, y en tenérmelas que ver con una arco-iris de gran tamaño, que terminó en la sacadera, antes de volver al agua. Quiso la suerte, que mientras la peleaba, Francesc consiguiera engañar a su tercera trucha...¡otra fario!.
Nada más ocultarse el sol tras la arboleda, comencé a tiritar, debido a la ropa mojada, así que ya no demoré mas mi salida del rio, todo y que aún quedaban truchas comiendo, pero cada vez más terriblemente selectivas.
Aproveché el final, un tanto anticipado por causas de fuerza mayor, para que Francesc probara mi nueva caña, la Guideline Fario, con la que ya llevo casi dos meses pescando muy a gusto. A mi amigo le pareció una herramienta la mar de práctica, y sobre todo confortable de manejar. Quizás, en su opinión, le gustaría más haberla probado con una linea 4, en vez de la seda paralela que uso últimamente, y con una bajo de linea menos largo de los que uso, pero en eso ya sabemos que cada pescador tiene sus propios hábitos, incluyendo en los mismos el de terminar -como también fué el caso de ayer- celebrando un dia estupendo de pesca (y payasos en remojo) con una buena merienda de pastelería.
TEMPORADA 2.010 - 2.011 - Nº 11

Martes, 28 de Diciembre de 2.010

TEMPORADA DE COTOS INTENSIVOS DE SALMÓNIDOS 2.010 - 2.011 Nº 11

Coto Anglès-Pasteral sin muerte
Rio Ter

Capturas :
Pescador. Francesc Bernal: 3 truchas fario a mosca seca.
Pescador: Ferran RUBINSTEIN: 2 truchas arco-iris a ninfa y 1 trucha fario a mosca seca.

Climatología: Mañana: soleado y frio. Tarde: soleado y templado.

Hora de inicio jornada: 10,45 h.

Hora de finalización de la jornada: 16,00 h.

La música de hoy:

Viaje de Ida:

"Balada", Op. 78
"Obertura nº 1 sobre temas griegos"
"A la Memoria de un Héroe"
"La Canción del Trovador"
"Marcha Triunfal Americana"
De Alexander Glazunov

Viaje de vuelta:

Sinfonía nº 2
De Giuseppe Martucci

"Hungaria"
De Franz Liszt.
Lineas Tensas!



Ferran RUBINSTEIN.

No hay comentarios:

Publicar un comentario