En este gélido y desapacible sábado de Diciembre, mi amigo Francesc Bernal si que volvió a su casa en Reus, convencido de que "Magic" Anglès es un gran destino de pesca, y después de haber disfrutado de una jornada repleta de peleas con grandes peces, siempre a seca, como es su deseo y el estilo al que es fiel desde siempre, hasta tal punto de no querer pescar a mosca de otra manera que en su vertiente más ortodoxa.
Camino de Anglès, la madrugada húmeda y encapotada no devino el mejor escenario para disfrutar de la Balada (Op. 78) de Alexander Glazunov, pues tradicionalmente la asocio más a cielos oscuros repletos de estrellas mientras apenas despunta el alba, en un ambiente aún más frio, glacial dijéramos. De todas maneras, esta pieza no deja de conmoverme por más veces que la escuche.
En mi retorno Anglès, tras tantos meses de ausencia, si que ví cumplido uno de mis deseos: llegar en una mañana "rusa", o sea temperatura bajo cero bajo un cielo gris plomizo, y escuchando "A la Memoria de un Héroe", también de Alexander Glazunov. Por el rabillo del ojo, constaté que había actividad en la Pastelería Piferrer: las cocas que pensábamos comer para la merienda, seguramente estaban siendo ya preparadas.
Como, desafortunadamente, viene siendo costumbre en Anglès en estos últimos tiempos, decidimos cambiarnos en una aparcamiento del mismo casco urbano, para prevenir posibles robos a nuestros vehículos, hecho desgraciadamente demasiado frecuente últimamente en los aledaños suburbanos del rio.
Una vez en el rio, concretamente en la parte baja del acotado, llevé a Francesc a una de esas posturas en las que "está cantado" que subirán a la seca tarde o temprano, y yo me dirigí con mis ninfas a remontar unas corrientes, pescándolas de un modo más aleatorio y especulativo.
Si bien no para Francesc, como veremos más adelante, la jornada de ayer, para mi, se dividió en dos partes, que en realidad fueron como si hubiera hecho dos jornadas muy distintas: la una, hasta primera hora de la tarde, prospectando corrientes a ninfa, que resultó no tan sólo aburrida y tediosa, sino también en la que me sentí terriblemente incómodo en acción de pesca. La otra, a partir de cambiar de escenario e irnos a la zona de los polígonos, y pescando sólo a seca, francamente divertida.
No sé si era por el frio, o por la llovizna que era casi aguanieve, o bien por el enorme cansancio físico y los madrugones diarios en época invernal, que a lo largo de la mañana y el mediodía anduve pescando sin ganas ni convicción: hasta el simple hecho de rehacer el aparejo me resultaba un esfuerzo insoportable. El continuo y baldío batir de corrientes con las ninfas, tampoco me resultaba de gran ayuda para levantar mi ánimo. La única captura de este, pesado y aburrido, tramo de jornada fue una trucha arco-iris de tamaño más bien comedido, puramente de repoblación, tal como si estuviera pescando en Alfarràs o en Ponts, en vez de estar en el mágico Anglès de los "torpedos atómicos podolios" y las "barras de pan de cuatro kilos".
Cuando me reencontré con Francesc, éste estaba pasándoselo de vicio pescando a seca, aunque ya sabía lo que es probar la dura medicina de Anglès: tres enormes truchas fario clavadas, peleadas… y que se llevaron la mosca como piercing en vez de entrar dentro del salabre. Viendo el "borrego" de su chaleco, deduje que se había visto forzado a múltiples cambios de mosca hasta encontrar lo que Sus Majestades querían, y que no era otra cosa que ¡un tricóptero negro! En un anzuelo del 21. Tal y como reflexionamos, seguramente el ínfimo tamaño del trico, sugería más a las pintonas un pequeño dipterín, de los que son abundantes en aguas paradas y semiparadas, como en las que estaba pescando mi amigo.
El sol salió y calentó un tanto el ambiente mientras andábamos camino de un nuevo escenario. Quizás esto sirvió para levantar un poco mi decaído ánimo, y seguramente fue el motivo por el cual, cuando llegamos a otro de esos puntos del rio en donde raro es que no suban, lo estaban haciendo con verdaderas ganas. ¡Que suerte! Llegamos en la hora mágica del mosquito.
Francesc y un servidor, tomamos posiciones, y rehicimos aparejos. A las primeras de cambio, el reusense perdió su último mini-trico negro en la boca de otra pintona de muy buen tamaño, que de nuevo le partió el bajo.
A partir de aquí, Francesc se conjuró para no perder ni una solo trucha más, y obligado por las circunstancias, pasó a pescar con CDCs muy pequeños (anzuelo del 19), obteniendo como recompensa a su perseverancia tres hermosísimas farios de muy buen porte, que esta vez si, entraron en el salabre.
Por mi parte, recurrí (como no) a mis CDCs habituales para Anglès, o sea, con un número más que para Alfarràs (anzuelo del 17), y un "buen penacho", pero en color sandy dun en vez de gris medio. El resultado, fue el de poder entablar combate con dos "barras de pan" arco iris, que sin ser de las mayores que he pescado en este coto, dieron unas buenas batallas, en las que tuve que usar una gran dosis de paciencia para cansar a los monstruos irisados y poder ensalabrarlos sin partir el delgado hilo de 12 con el que estaba pescando. En la segunda trucha, me obligué, como ejercicio de paciencia y entrenamiento de dominio en el combate hombre-pez, a sentarme en una piedra y fumarme lentamente un cigarrillo, mientras con la puntera de la caña bajo el agua, mantenía al pez firmemente sujeto y soportaba sus embestidas, recuperando oportunamente línea cada vez que se cansaba, como si de un streamer gigantesco se tratase.
Poco después de las cuatro, el sol se puso por detrás de la Sierra de Les Guilleríes, y el termómetro cayó en picado. La actividad, si bien no cesó del todo, se ralentizó, y las truchas se pusieron tremendamente selectivas. Francesc, aún le pudo, aunque fuera, tocar el morro a una trucha más, con una mosca de CDC del famoso montador Pablo Castro Pinos. Por mi parte, probé sin éxito suerte con una efémera en parachute, y una emergente mixta de CDC y hackle de gallo, sin obtener resultado alguno.
Un rato después, tras el oportuno cambio de ropa, recogida de bártulos y artilugios de pesca y, en mi caso, embadurnado de manos con Brummel, estábamos mi amigo y yo comprando nuestra merienda en la Pastelería Piferrer. Este año, como novedad, la Sra. Mercè ha puesto a disposición de sus clientes chocolate caliente al instante, y unos churros realmente divinos. Francesc dio buena cuenta de una ración de ellos. Por mi parte, yo me incliné por las cocas de crema: valores seguros en este establecimiento, tanto en su versión fina y crujiente, con cobertura de almendras y relleno de crema, como en la tradicional coca esponjosa con la crema como recubrimiento.
De vuelta a casa, mi estado de ánimo había mejorado ostensiblemente: me hacía muy feliz el hecho de que mi amigo no hubiera hecho un largo viaje en balde, y que además volviera a casa sabiendo porque algunos, cuando hablamos de este coto intensivo sin muerte de Anglés, le ponemos delante el adjetivo "mágico".
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TEMPORADA 2.010 - 2.011 - Nº 10
Sábado, 18 de Diciembre de 2010
TEMPORADA DE COTOS INTENSIVOS DE SALMÓNIDOS 2.010-2.011 Nº 10
Coto Anglès-Pasteral sin muerte.
Rio Ter
Capturas:
Pescador : Francesc Bernal: 3 truchas fario a mosca seca.
Pescador : Ferran RUBINSTEIN: 2 truchas arco-iris a mosca seca y 1 trucha arco-iris con ninfa.
Climatología: Mañana: nublado y frio con llovizna. Tarde: soleado y frio.
Hora de inicio de la jornada: 10,45 h.
Hora finalización jornada: 16,30 h.
La música de hoy:
Viaje de ida:
"Balada", Op. 78
"Marcha Triunfal Americana"
Obertura nº 1 sobre temas griegos
Obertura nº 2 sobre temas griegos
De Alexander Glazunov
Viaje de vuelta:
Sinfonía nº 2
De Robert Füchs
Concierto para piano y orquesta nº 3
De Xaver Scharwenka
Lineas Tensas!
Ferran RUBINSTEIN.
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