"Si, al igual que yo, sois de los que creeis que tenéis poco que enseñar, mucho que aprender y aún más que compartir, éste es vuestro blog".

lunes, 20 de julio de 2015

JP-751. MAÑANA DE SALMÓNIDOS ANODINOS Y TARDE DE CIPRÍNIDOS PODEROSOS, EN LA "PATAGONIA CATALANA". Sábado, 18/07/2015



JORNADA DE PESCA Nº 751



De poco menos que magnífica se puede considerar la jornada de pesca de este tercer sábado de julio, que además ha coincidido con una fecha del calendario (la del 18 de julio), que evoca, para bien o para mal, un régimen político del pasado, y la celebración en tiempos del mismo, de lo que para unos fue la salvación de la patria, y para otros un golpe de estado contra la legitimidad democrática.
Posiblemente, la que ocupa este artículo ha sido una de las mejores de lo que llevamos de temporada, e incluso de lo que llevamos de año natural. Y el caso es que, de nuevo, lo que ha hecho excepcional la misma no han sido las truchas, pese a estar en plena temporada de salmónidos y, por ende, haber visitado un coto intensivo de repoblación (captura y fríe admitido), sino los ciprínidos, y en especial las siempre poderosas carpas, que en esta ocasión han amenizado una tarde de la que, a priori, esperaba bien poco, tras una mañana en que las truchas arco-iris de repoblación se comportaron de un modo más que activo, y su pesca siempre con "jogo bonito" o pesca lo más ligera posible, sirvió para divertirme hasta que, llegada la hora de la siesta de pintonas e irisadas bajo el sol, otros peces, más amigos de la luz solar y del agua calentita, tomaron el relevo de la actividad.    
Para bien o para mal, esta jornada quedará siempre en mis recuerdos, como tantas y tantas otras, por lo menos hasta que el deterioro neuronal la borre de mi memoria. Sin embargo, y aparte del presente artículo, no va a quedar de la misma ningún otro documento gráfico, ya que tuve la mala suerte de dejarme la cámara de fotos olvidada en casa. Un olvido causado por haber preparado el equipaje de pesca a última hora, deprisa y corriendo, como no suele ser mi costumbre, pero cosa que de vez en cuando me puede pasar, y de hecho me pasa . Tampoco es que lo lamente demasiado. Las imágenes están muy bien para ilustrar artículos, pero ya hay bastante profusión de las mismas, hasta la saciedad diría yo, en las redes sociales. Tanta abundancia de peces derrotados, y de victoriosos pescadores estirando brazos hasta el tirón muscular, me lleva a pensar si en el fondo no estaremos perdiendo el norte, y llegando a olvidar que lo más importante es la satisfacción que nos ha dado el pez, y cuan efímeros son esos momentos, de pelea, de captura, de suelta... al fin y al cabo, el mundo mismo es efímero: una bola loca girando alrededor de una estrella anciana y gastada, viajando a toda velocidad por un universo para el cual, el tiempo de ese planeta, y de esa estrella, es tan breve como el aleteo de un vencejo en una tarde de verano, y su existencia misma tan insustancial como la carrera de una hormiga en una tapia desconchada, o el graznido lejano de un pato en un cañaveral.
El largo y árido verano sigue su curso de un modo implacable. Este sábado tampoco fue una excepción, y menos en Oliana, en donde llegamos a estar a 34 º C a primera hora de la tarde. Ni tan solo la brisa que sopló durante los primeros compases de la jornada, sirvió para refrescar el ambiente, pues venía ya recalentada. Por la tarde, a la hora de acabar la jornada de pesca, se estaban levantando poderosos cumulonimbos en el horizonte, señal de que se estaban preparando tormentas, que al final acabaron restringidas al Área Pirenaica..
A diferencia de mi última visita a este coto, hace tan solo tres semanas (1), el río Segre bajaba con un caudal muy menguado, por debajo de los 12 m3/seg. que suele ser lo habitual cuando ya no es necesario echar mano de la apertura de compuertas para trasvasar agua desde el pantano de Oliana al de Rialb. Este caudal tan bajo propició, y mucho, el hecho de poder pescar lo más ligero posible, y de tener a tiro, incluso a mosca seca, a peces activos en superficie.
Antes de comenzar a pescar, tuve el placer de saludar a Jordi G., un asiduo seguidor de este, nuestro blog, al que le agradezco mucho su fidelidad hacia el mismo. A primera hora de la tarde, llegó mi amigo Manolo Gracia, con toda la familia, a pasar el día pescando. Esta vez no pudimos coincidir a pie de río, pero tarde o temprano volveremos a pescar juntos, pues al igual que yo es un asiduo y entusiasta de Oliana, sobre todo en verano, un coto que a lo largo de años, y sobre todo en su época como estricto sin muerte, se ganó el apelativo de la "Patagonia Catalana", dada la gran cantidad de truchas de tamaño trofeo que poblaban sus aguas.
En esta ocasión, y siendo también una costumbre en mis visitas veraniegas a Oliana, fui a pasar la mañana a la extensa tabla del Camí de l´Oliva, en la parte alta del coto. Allí, hubo actividad en superficie a lo largo de toda la mañana. Esto, unido a la poca profundidad del bajío de aguas someras, hizo posible la pesca muy ligera, bien con tandems de seca y ninfas de pequeño tamaño y peso casi testimonial, o bien directamente a mosca seca.
Este primer episodio estuvo francamente divertido, aunque el resultado fue bastante anodino en cuanto a capturas, pues acabé pescando solo truchas arco-iris de repoblación, todas ellas bastante clónicas, de entre 30 y 35 cms.: 2 con una microninfa muy peculiar: una mini-pompom con penacho de color salmón, y 6 a mosca seca (4 con el tricóptero del tándem y 2 con una mosca emergente de conjunto, con exhuvia).
Pasado largo el mediodía, y muerto de sed como estaba, salí del río y volví al coche para echar un trago de te con limón de mi nevera portátil. Ya que estaba allí, y mas que nada por pura perrería, me quedé a pescar a la vera del coche, esta vez a ninfa. La postura, una poza arrimada a la orilla y una tabla pegada a la misma, estaba llena de barbos y carpas, pastando al sol. Aquí fue cuando el protagonismo de la jornada empezó a cambiar de los pijamas de pintas a los pijamas de escamas gruesas. En buen rato, casi una hora y media que le dediqué, conseguí revolcar una gran carpa, que se desclavó (igual estaba cogida "al robo" por una escama), y la captura de una bermejuela, o gardi, en un ataque por sorpresa cuando estaba recogiendo la ninfa. La verdad es que esta conducta agresiva, observada ya en otras ocasiones, me tiene muy sorprendido  pues yo la tenía como común en las bagras e incluso en los barbos, pero no en el pez de las aletas rojas.   
Las hora dos y media de la tarde marcó un punto de inflexión, y de duda, en el devenir de la jornada ¿que hago?¿a donde voy?.Mi primera intención fue irme a pie, río abajo. a buscar el frescor de las corrientes en busca de truchas que quizás con el agua más fría y oxigenada no estuvieran durmiendo la siesta, como sus compañeras que habitan las aguas someras de las tablas recalentadas por el sol. Sin embargo, las posturas que pensaba pescar estaban ya ocupadas, lo que motivó que tomara la decisión de subir al coche, y marchar a otra latitud del río, y de paso ¿porque no? tentar a esos ciprínidos que tanto me atraen, y más si puedo pescarlos a mosca.
Inevitable: si quieres asegurar la presencia de ciprínidos en Oliana, no hay como ir a la gran poza del puente de Tragó. Pero esta vez me encontré con que ya estaba parcialmente ocupada por bañistas, y me tuve que conformar con pescar no tan solo en compañía, sino también por restringir mi acción de pesca en la entrada de la corriente a la poza, zona también muy querenciosa, todo sea dicho.
Nada más tomar posesión del sitio, ya me di cuenta de que aquello iba a ser todo un desafío: estaba lleno de carpas y barbos, algunos incluso a tocar de orilla, pero esto no quería decir que fuera tarea fácil pescarlos. A veces, cuando están más "a vista", mas cuesta conseguir alguna picada, y acabas hecho un manojo de nervios y un saco de decepción, al ver que estos grandes y poderosos peces ni tan solo se dignan a mirar tus ninfas.
En esta ocasión, todo y el riesgo de perder material a base de enrocadas, no quedaba otra que llevar las ninfas a pegar del suelo. Como arma definitiva, confié en una ninfa "pompom", atractora multiespecies por excelencia, con el penacho de  color salmón. 
Esta vez, el invento funcionó. al cabo de unas pocas varadas, siempre en corto, pues tenía muchos peces a menos de cinco metros de radio de mi acción de punta de caña, vi un relámpago  bajo el agua (pez que se gira), y al clavar instintivamente, todo y no haber notado ni tracción en el hilo, me encontré con una gran carpa al otro extremo de la línea...¡comienza el partido!. Cada día estoy más en desacuerdo con aquellos que consideran a los ciprínidos como "peces de segunda categoría", y su pesca algo así como arrastrar un saco de cemento por el río. Para desmentir esta opinión, fruto seguro de gente que no se ha dignado a pescar ciprínidos en serio, la carpa que tenía calvada me desafió con dos carreras, una río abajo y otra río arriba, además de con un salto que sería la envidia de cualquier trucha. Realmente el animal, una carpa común, me hizo sudar tinta de calamar, pero tras casi 10 minutos de tiras y aflojas, se entregó y pude meterla en la sacadera. Tras lamentar el haberme dejado la cámara de fotos en casa, llegó la hora de las comprobaciones: la muy ceporrona estaba bien cebada, y medía algo más de 60 cms.
Tras la alegría, y el derroche de adrenalina, daba ya el día por bueno, cuando paseando de nuevo la ninfa por la zona querenciosa, noté una pequeña oscilación en la bolita del señalizador de picada, y tras el golpe de muñeca "por si acaso", noté como si hubiera clavado un enorme tronco, y al percibir vida en la linea me di cuenta de que volvía a llevar otro pez grande clavado: ¡otra carpa!. Este vez, la pelea no fue menos titánica que la anterior, y solo al cabo de un buen rato de cansar al miura de agua dulce, pude apreciar que llevaba una carpa royal (o carpa de cuero o de espejos) paseando por el río (aunque a ratos tuve la impresión de que ella me paseaba a mi, cosas del calor, o de la cacofonía de las cigarras en la arboleda, auténticas "Variaciones Goldberg" (2) de la naturaleza, para semovientes insomnes). Finalizada la batalla, me di cuenta de que toda y ser esta carpa ligeramente más rechoncha y de un poco menos de longitud (pasaba un poco de los 50 cms.), había resistido al ensalabrado incluso más que la primera, la común, quizás porque esta basó su estrategia de liberación en un fuerte y rápido desgaste basado en carreras a todo gas, corriente arriba y corriente abajo.
Henchido de satisfacción, no daba crédito a lo que estaba pasando, cuando ¡zas!, en el momento de encender un cigarrillo, con los señuelos derivando todavía aguas arriba, me encontré sin previo aviso peleando con otra carpa, otra royal, que como las dos anteriores no había dudado en engullir la ninfa "pompom". Con el cigarrillo en la boca, y el humo metiéndose por los ojos, inicié otra larga pelea, que se me hizo inacabable (mi brazo necesitaba ya reflex), y de la que fue testigo el padre de Manolo, que en ese momento pasaba por allí y me pilló muy ocupado, con la caña bien doblada. Tercera carpa, y esta vez muy parecida, incluso en tamaño y longitud, a la anterior   
Por fin, tras esta captura, vino un interludio de tranquilidad, en el que todo y seguir pescando, pude incluso darme el lujo de fumar un cigarrillo sin interrupciones. Pero la paz iba a durar poco, pues estaba visto que la "pompom" hacía estragos, por lo menos esa tarde, y tras otra picada de las que parece hayas trabado con la ninfa el Transiberiano en plena marcha, camino de Vladivostok, me encontré remolcando, con mi pobre y dolorido brazo, otra carpa más, otra royal (parece que hay un buen cardumen de carpas de este tipo residentes en esta poza) que me dio tanta o más faena que las anteriores, y que  una vez ensalabrada, resultó tener una longitud no muy inferior a las otras dos: quizás de unos 5 cms. menos a la baja).
Hago aquí un inciso, para comentar que creo que fue un acierto, por mi parte, el llevarme a Oliana una caña medianamente potente, como es el caso de la Scott A2, de 10 pies para línea 6. Quizás perdí algo de precisión en el lance, y de sensaciones en las peleas, a la hora de pescar truchas de mediano tamaño, activas en superficie, con moscas secas o tandems muy ligeros, pero me dio una gran seguridad a la hora de enfrentarme a peces de gran tamaño. También he de decir, que el carrete Adams se portó de maravilla, sobre todo por la fiabilidad de su freno progresivo: una herramienta dura, resistente y sobre todo trabajadora. a un precio realmente irrisorio, si se compara con marcas de las llamadas de "renombre".
Tanto va el cántaro a la fuente, que al final se rompe. Y así sucedió, que de tanto arriesgar, perdí el combo de ninfas en una buena enrocada (esta vez no era carpa, y la tensión de linea se quedó en eso) ganada a pulso de pasearlas casi dragando el lecho del río. Como me ha sucedido otras veces, un contratiempo de esos que requiera una laboriosa operación, bien sea simple, como empatar nuevos señuelos, o compleja, como rehacer un bajo de linea entero, puede llegar a desactivarme, y mas si al mirar el reloj, compruebo que falta apenas un cuarto de hora para las cinco de la tarde, que estoy empapado en sudor, cocido como un gorrino en mi propio vader, y que encima mis tripas claman por una bien merecida merienda.
Poco a poco, los ciprínidos han llegado a mi vida como pescador a mosca, y espero que lo hayan hecho para quedarsse. Hace muchos, muchos años, cuando la pesca a mosca era una utopía para mi, ellos fueron los grandes protagonistas de mis jornadas de pesca.: días de gusanitos, masillas y aguas paradas. Todo vuelve, a la larga o a la corta, pero hay que reconocer que hay pasados que de tan bien haberse sabido reinventar, incluso parecen que sean una novedad realmente extraordinaria.     




(1) Ver el artículo Jornada de Pesca nº 748, del 28/06/2015 en este blog.
(2) Las Variaciones Goldberg, de Juan Sebastián Bach, son una obra para clavecín solo (actualmente se toca en versión para piano), dedicada Johann Gottlieb Goldberg, un clavecinista muy famoso en aquel tiempo del Barroco, y que era usada noche tras noche, para que el noble alemán que daba empleo a Goldberg, conciliara el sueño escuchando esa composición. 




JORNADA DE PESCA Nº 751



 Sábado, 18 de julio de 2015

Temporada 2014 - 2015 - Nº 32
Temporada de Salmónidos 2015 - Nº 17

Coto Intensivo de Oliana S. M.  SE08 A/B
(modalidad del ticket: sin muerte)
Río Segre

Pescador: Ferran RUBINSTEIN

Capturas: 6 truchas arco-iris a mosca seca, 2 truchas arco-iris a ninfa, 4 carpas a ninfa y 1 bermejuela a ninfa.

Equipo de pesca a mosca:
Caña: Scott A2 - 10 pies - línea 6
Línea: Adams 6WF - flotante
Carrete: Adams

Climatología: dia soleado y muy caluroso.

Caudal: bajo, por debajo de los 12 m3/seg, que suele ser el caudal mínimo que mantienen en cuando no hay que trasvasar agua desde el embalse de Oliana al de Rialb.

Condiciones de vadeo: vadeable sin dificultad, y sin ser necesario el uso del bastón de vadeo salvo en puntos determinados del coto (grandes pozas, o alguna corriente fuerte).

Hora de inicio de la jornada: 08,30 h.
Hora de finalización de la jornada: 16,45 h.

La música de hoy.

Viaje de ida:

Sinfonía nº 2
Alexander Von Zemlinsky

Concierto para piano y orquesta en "LA" bemol mayor "Saludo del Rin"
Concierto para piano y orquesta en "DO" mayor
Ferdinand Ries

Viaje de vuelta:

Sinfonía nº 8
Alexander Glazunov

Concierto para violín y orquesta nº 1
Joachim Raff

Concierto para violoncello y orquesta en "LA" menor
Robert Volkmann

Líneas Tensas!



Ferran RUBINSTEIN.
 
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario