Lo mejor de la jornada, ha sido que he podido añadir a mi lista de peces pescados a mosca, por primera vez, una carpa royal, también conocidad como "carpa de cuero" o "carpa de espejos". |
JORNADA DE PESCA Nº 748
En este último sábado de junio, las temperaturas de pleno verano se han disparado aun más, dentro de un episodio de ola de calor, que ha propiciado que se alcanzasen los 40 º C en algunas localidades de poniente del Principado. Y esto no ha hecho más que comenzar, pues no se esperan cambios significativos, en lo que a meteorología se refiere, por lo menos en una semana o diez días vista.
Después de pasar un mes de mayo anormalmente caluroso, y un junio plenamente estival en la recta final de la primavera, el calor canicular ha llegado mucho antes de la primera quincena de julio, y esto no ha hecho más que empezar. Este verano tiene toda la pinta de ser extremadamente caluroso y seco, y como en ocasiones anteriores tocará adaptarse a base de mucha hidratación, pocos esfuerzos y sobre todo, mucha paciencia.
No deja de ser paradójico que, dada la ausencia de lluvias, con un déficit hídrico que arratramos desde el pasado mes de abril, mientras muchos ríos de nuestras cabeceras de cuencas bajan con apenas algunos hilillos testimoniales de agua, el Segre, entre los pantanos de Rialb y Oliana, baja con un caudal "amazónico", un auténtico aluvión de agua que llega incluso a inundar el bosque de ribera de las orillas.
De todas maneras, esto no es nada que no suceda por estos pagos verano tras verano. Bien sea por obra y gracia de las necesidades del regadío, o de las de la turbina, este eximio tramo del Segre, último vestigio de ese "Gran Segre" de un pasado sin embalses, de apenas cinco kilómetros de longitud, se convierte con frecuencia en un desagüe de paso de un pantano a otro. Esto, unido a que con el de Rialb casi al 100% de su capacidad e inundando la parte baja del coto de Oliana, ocasiona el remonte al río de muchos peces que habitualmente residen en aguas paradas, y hace que al ir a pescar en este tramo concreto del Segre tengamos la extraña sensación de pescar en un pantano... pero con el agua en movimiento.
¿Vadear en estas condiciones? Mejor ni planteárselo. Como mucho, conformarse con mantener el equilibrio con dignidad en el blando lateral de tu propia orilla, y siempre con ayuda de un buen bastón de vadeo.
He de confesar que tampoco me ha movido especialmente el afán de capturar truchas a la hora de volver a visitar, de nuevo tras el verano del año pasado, este "nuevo" coto intensivo de Oliana en donde se permite la pesca con muerte (1). Al igual que en ocasiones anteriores, con el río crecido, y turbio por añadidura, he considerado que era una buena ocasión para pescar ciprínidos, e incluso depredadores no salmónidos, en un escenario tan original como las aguas movidas de un río.
Ante la contingencia de trabar batalla con peces grandes y potentes, para la ocasión me pertreché de un equipo ligeramente más potente de lo habitual, aunque no tan pesado que me acabase limitando a pescar solo con grandes streameres y ninfas, privándome de a posibilidad de utilizar moscas ahogadas e incluso secas si ello hubiera menester. En busca de ese equilibrio de acción, que sirva de todo un poco para río grande aposté por mi caña Scott A2, de 10 pies para línea 6, armada una linea 6 WF flotante. Incluso para el bajo de línea varié las proporciones habituales, y el tramo final de hilo del 0,16 sustituyó a los "más trucheros" del 0,12 o 0,14..
Antes de comenzar a narrar la acción de pesca, me gustaría comentar que -también al igual que en otras visitas veraniegas- me he movido muy poco por el río, pues con dos escenarios repartidos en tres mangas me ha bastado para pasar un día medianamente entretenido. Afortunadamente, pues el intenso calor hacía poco aconsejable hacer esfuerzos, como por ejemplo caminar fuera del río bajo el sol. Supongo que la práctica ausencia de pescadores facilitó el que encontrara tan rápido, como prolongado, acomodo, ya que no tuve que competir con nadie para pescar en donde quería hacerlo. De hecho, en toda la jornada, solo vi dos pescadores, muy de lejos, y a un tercero con el que incluso compartí unas horas de la misma: mi amigo Manolo Gracia, que llegó a pescar sobre el mediodía, sin mucha prisa por madrugar ya que se iba a quedar pescando por la tarde, hasta bien entrado el anochecer, e incluso a pernoctar en Oliana para seguir pescando al día siguiente.
La verdad es que la parte de la jornada que corresponde a la mañana fue la más emocionante, y la única productiva. Vaya por delante que las dos otras fueron de puro relleno, y de muy escasa actividad por parte de los peces, especialmente por la tarde, en la que parecieron sucumbir a la muy latina tentación de la siesta, arrullados por el incansable y frenético canto de las cigarras, violinistas de la arboleda en búsqueda permanente de afinación.
Bien acomodado y sin competencia, mía y solo mía fue la enorme (y en esta ocasión sobredimensionada) poza del puente de Tragó, atravesada por una viva veta de corriente. Un escenario querencioso, pero para pescarlo con ninfas pesadas y haciendo rodados, ya que me era imposible adentrarme mucho más allá de unos metros de la orilla, plagada de árboles. Para afrontarlo, una apuesta segura para llegar a poner las ninfas a buena profundidad: pheasant tail con bola del 3 y ninfa atractora pom-pom, con penacho color salmón, con bola del mismo calibre.
No llevaba ni diez minutos de prospección cuando noté como si hubiera enrocado, y al tirar con la puntera de la caña la linea comenzó a correr. Un buen barbo, si señor, cercano a los 50 centímetros, de los que suelen abundar en Oliana y que siempre dan batallas memorables, sobre todo si te ganan la corriente. Esta vez, a costa de hacer la batalla menos épica y más segura, mantuve a la fiera bigotuda dentro del blando, evitando que me se atrincherase en el potente tiro de agua..
Al poco de liberar al barbo, otra picada similar pero más brutal. Esta vez estaba seguro de haber enrocado, pero al poco la linea fue desplazándose, con mucha parsimonia, y al ir recogiendo, con el temor de estar arrastrando algo pesado e inanimado, como por ejemplo un tronco, me encontré paseando, como quien saca al perito a hacer pis al parque, con una enorme carpa que, lejos de huir a toda máquina hacia la profundidad de la poza, se dejaba pasear como si fuera una mascota hasta que... visto y no visto, se destensó la linea y el pez desapareció de mi vista.. No se como, pero había conseguido escupir la ninfa, la misma pheasant tail, de color naranja, con la que previamente había capturado al más atlético y combativo barbo.
Tras un rato de seguir pescando, ora lanzando a la corriente, ora al enorme blando lateral, en el momento en que recogía el aparejo, al finalizar una larga deriva que lo llevó a tocar de orilla, el mismo volvió a trabarse con algo que no era una roca, como había vuelto a temer. Otra vez la linea que se desplaza, cuando esperaba se hubiese quedado estático, y otra batalla, esta vez mas de fuerza bruta que de violenta carrera, con un pez que me tuvo desconcertado hasta que pude acercarlo a tocar de sacadera: una hermosa carpa royal, o "carpa de espejos" (2). ¡Que emoción! ¡Mi primera carpa royal a mosca! Solo por esa maravillosa y sorprendente captura, ya había valido la pena no ya el consabido y habitual madrugón, sino también el haber decidido quedarme a pescar en un río en un estado tan poco propicio para la pesca a mosca.
Para dejar descansar la poza, después de tanto guirigay, cambié un poco de escenario, aunque sin irme demasiado lejos, y pase a pescar la ancha tabla justo a tocar del puente colgante. La cosa no podía pintar mejor, pues a los pocos lances tuve la picada, casi finalizando la deriva del aparejo aguas abajo y también a la misma pheasant tail, de algo vivaracho y nervioso, que me hizo pensar en haber pescado la primera trucha del día, pero para mi sorpresa me encontré con una simpática bermejuela (3), con sus aletas rojizas y su plateada librea: un simpático ciprínido que se unía a la fiesta, y cuya picada, decidida y violenta, no me esperaba y me sorprendió gratamente.
No eran más de las once y cuarto de la mañana, y la cosa pintaba muy bien. Ni una sola trucha, pero la pesca de cipríndos estaba compensando de sobras la aparente ausencia de los salmónidos. Poco iba a saber que, en realidad, la fiesta y las emociones del día iban a terminar con esta captura. A partir de ese momento, y a medida que avanzaba el día, y con el el sofocante calor, la apatía y el aburrimiento, con un par de puntuales excepciones iría ganando terreno, y el marcador de la jornada ya no se movería.
Era casi el mediodía cuando me encontré con mi amigo Manolo Gracia, y decidimos pescar un rato juntos. Mientras se cambiaba, seguí pescando un rato en la poza del puente, y en un momento en que las ninfas ganaron el fragor de la corriente de entrada a la misma, tuve una brutal picada, de un pez que se llevó la mitad de la linea corriente abajo. Tras una dura brega, tuve ocasión de ver al contrincante: una enorme trucha fario, de las que no hace falta alargar mucho los brazos para que salga enorme en la foto, una instantánea que no tendría lugar, ya que en su segundo arranque corriente abajo se zafó de la presa, presuntamente llevándose la ninfa (pheasant tail, máquina total) clavada en la boca, a mode de piercing.
Cuando llegó Manolo, y tras pescar un rato infructuosamente la misma postura, decidimos cambiar de escenario, e ir a pescar la corrientes que hay más abajo del puente.
Como Manolo pescaba mucho más rápido, esta vez bajando por la orilla (muy enmarañada y emboscada), no tardé en quedarme solo. Tras un buen rato de aburrimiento e insustancialidad, soportando estoicamente el calor de la primera hora de la tarde, tuve la que sería la última picada del día, y a la vez mi última oportunidad con los salmónidos por este día. Esta vez, otra enorme trucha fario se hizo con la ninfa pero casi a tocar de mi propia orilla. Otro gran bicho, que da fe de que en Oliana, pese al "captura y fríe" recién implantado siguen habiendo truchas de talla "King Size". De nuevo, fallé en no querer tensar demasiado la linea, y el gran pez se fué corriente abajo y... logro desclavarse, dejándome con un par de narices.
Volví a encontrarme con Manolo casi al cabo de una hora. Había tenido algunas picadas, pero no había podido resolverlas, y estaba decidido a irse, mediante un transbordo en coche, a otras latitudes del coto. Por mi parte, estaba realmente agotado, así que decidí apurar la última hora y media de pesca dándole una última oportunidad a la poza del puente, en la que seguía sin haber nadie pescando.
Tras despedirme de Manolo, y deserle suerte para su fin de semana de pesca, invertí algo de tiempo en ir al coche a hidratarme, mediante la ingesta del habitual te con limón, y a rehacer un poco el aparejo.
Vuelta al mismo escenario exitoso de la mañana, pero esta vez bajo un sol de justicia. Fue entonces cuando, gracias a las gafas polarizadas, vi que muy pegado a la orilla había un banco de peces pastadores, con toda la pinta de ser carpas o barbos. Esta vez pasé a pescarlos a vista, lanzándoles la ninfa un poco por delante para que derivara por sus blandos y carnosos morritos, pero... no vi ni un amago de que siguieran las ninfas ni una vez. Curiosamente, ahora que veía los peces, y los intentaba pescar a vista, no había manera de hacerlos picar, todo al contrario de por la mañana, en que respondieron bien cuando los pescaba "al agua", como si estuviera tentando truchas a ninfa. Esto me lleva a pensar de que la pesca a pez visto, en el caso de los ciprínidos, es mucho más difícil de lo que la gente acostumbra a creer, y que dada mi poca experiencia en ese tipo de pesca con ese tipo de peces, siempre obtengo mejores reultados en aguas movidas y pescando con la deshinibición del que lo hace "a ciegas", sin tener el pez en su campo visual, ni estar pendiente de lo que hace.
Despedida y cierre. Creo que los peces estaban durmiendo esa siesta que también tendría que haber estado durmiendo yo. Quizás a última hora de la tarde, al caer el sol, habría cierto aumento de la actividad, pero a esa hora, a buen seguro, yo ya estaría en casa, duchado, cenando mi habitual pizza de los sábados y dispuesto a pasar otro domingo de verano más en la playa con la familia. Esta visto que, al menos hasta que no lleguen la vacaciones, no hay "serenos" para mi, y supongo que tampoco para muchos otros pescadores del tipo family man. Por eso, y a tenor de lo visto esta semana, y otras precedentes desde que llego, este año con mucha anticipación, el verano, hay que aprovechar las primeras horas de la mañana al máximo, aun a costa de perder horas de sueño y renunciar a los desayunos copiosos.
(1) De acuerdo con la Orden de Vedas de este año, el coto intensivo de Oliana SE08 (en su tiempo también conocido como "Camí de l´Oliva") pasa a ser con muerte (SE08 A), pudiendo ser también pescado en la modalidad sin muerte (SE08 B).
(2) Cyprinus Specularis, variedad de carpa procedente de los ríos del este de Europa (también conocida como "carpa de Galitzia", por ser oriunda de esta región de la frontera de Polonia con Ucrania). Fué introducida en España a mediados del siglo pasado.
(3) Scardinius Erythrophtalmus, pez de la familia de los ciprínidos, conocido en España como bermejuela, y en Catalunya como gardi.
JORNADA DE PESCA Nº 748
Sábado, 27 de junio de 2015
Temporada 2014 - 2015 - Nº 29
Temporada de Salmónidos 2015 - Nº 14
Coto Intensivo de Oliana S. M. - SE08 A/B
(modalidad del ticket: sin muerte)
Río Segre
Pescador:
Ferran RUBINSTEIN
Capturas: 1 barbo a ninfa, 1 carpa a ninfa y 1 bermejuela a ninfa
Equipo de pesca a mosca:
Caña: Scott A2 - 10 pies - línea 6
Línea: Adams 6 WF - flotante
Carrete: Adams
Climatología; día soleado y muy caluroso, dentro de una ola de calor que afecta a toda la Península Ibérica.
Caudal: muy alto, quedando parcialmente inundado el bosque de ribera en algunos tramos. Según el SAIH-Ebro, de unos 36 m3/seg.
Condiciones de vadeo: imposible en muchos tramos, dado el enorme caudal, siendo muy peligroso adentrarse en el río y aún más cruzar el mismo; tránsito limitado a la propia orilla, y mejor usando un bastón de vadeo.
Hora de inicio de la jornada: 08,45 h.
Hora de finalización de la jornada: 16,30 h.
La música de hoy:
Viaje de ida:
Sinfonía nº 3
Anton Rubinstein
Fantasía sobre temas polacos
Ignacy Paderewsky
Danzas de Marosszék
Zoltan Kodály
El canto sobre las Grandes Llanuras
George F. MacKay
Viaje de vuelta:
Sinfonía nº 4
"Tre Ricercari"
Bohuslav Martinú
Concierto para piano y orquesta en "LA" menor "Saludo del Rin"
Ferdinand Ries
Líneas Tensas!
Ferran RUBINSTEIN.