"Si, al igual que yo, sois de los que creeis que tenéis poco que enseñar, mucho que aprender y aún más que compartir, éste es vuestro blog".

sábado, 28 de diciembre de 2013

JP-683. COTO DE ANGLÈS - EL PASTERAL INTENSIVO S. M. TE15B. Sábado, 28/12/2013

El año 2013 se despide, en lo que a mis jornadas de pesca se refiere, con un día de truchas activas y diversión pescando a mosca seca en Anglès, un lugar muy habitual para las despedidas de año de este tipo.  

No suelo hacer muchas fotos de truchas arco-iris, pero con esta gladiadora fluvial si que voy a hacer una excepción, pues es mi última irisada de este año. 

Mi última fario del año. De tan preciosa librea como de escasa combatividad. Espero llevarme muchas más al salabre el año que viene.

En una tarde presuntamente de invierno, pero con un cierto ambiente de primavera, me he despedido del Ter, en nombre de todos lo ríos que he pescado este año, con el deseo de volver pronto a pescar, pues es ese uno de mis mejores propósitos para el año venidero, que vengo repitiendo a lo largo de ya mucho tiempo.


JORNADA DE PESCA Nº 683.

Esta, que ha coincidido con el día de los Santos Inocentes, ha sido la última jornada de pesca del año en curso que está muy pronto a terminar. No os preocupéis, queridos lectores, que no voy a atosigaros con los, por otra parte tan habituales en estas fechas, balances y resúmenes del año. De verdad que no, pues no es lugar este para números y rankings, sino para contar historias de nuestros días de pesca, y hacerlo del modo más divertido posible, o por lo menos intentarlo.
Sin pena ni nostalgia me despido, a nivel pesca, de este año 2013. Poco significa para mi el concepto "año" en esto de la pesca, cuando incluso el para todavía sacrosanto concepto de "temporada" lo tengo absolutamente superado, al disponer tanto la suerte como la voluntad de ir a pescar a lo largo del año y de todas sus estaciones. Si todo va bien, en breve volveré a pisar el río con la caña en la mano. Será ya 2014, pero eso sólo es una cifra, una anualidad de un calendario que alguien inventó. Lo más importante es que seguiré pescando, esa es mi intención, y disfrutando de un entorno como es el río y también y con todo el respeto que se les debe de sus habitantes, en el que, y al igual que en toda la naturaleza en general,  poco cuentan nuestros números y nuestros calendarios. Moriremos un día y el agua seguirá fluyendo por donde la ley de la gravedad le dicte; desaparecerá nuestra civilización y los peces, que ya eran viejos cuando nuestros antepasados se colgaban del rabo en las ramas de los árboles, seguirán cebándose a insectos, aún más longevos que ellos, en cualquier río. Relajémonos, pasemos un poco o un mucho de los tiempos pretéritos y venideros y disfrutemos del presente. Por suerte, y como dedujo Nietzsche, la naturaleza no tiene opinión de nosotros, y afortunadamente no somos tan importantes; Ya lo Mark Twain "¿Se cree usted importante? Dese una vuelta por el cementerio. Allí verá a gente más importante que usted, y la vida continúa".
Pese a haber entrado hace recién una semana en la estación invernal, y pese al paso de un pequeño frente poco activo, esta última jornada del año se ha movido dentro de unos baremos de temperatura muy agradables para la época del año, primaverales diría yo: cuatro grados a eso de las nueve de la mañana, mientras me enfundaba el váder, y sobre unos quince a primera hora de la tarde. Un día en que pese a la nubosidad variable del mediodía y a un cierto episodio de viento reseco de poniente, ya entrada la tarde, las truchas han estado muy activas en superficie e incluso han empezado a dar señales de actividad un poco antes de lo que es habitual en estas fechas.
La triunfadora indiscutible de la jornada ha sido la imitación de quironómido, ese dipterín cojonero de las aguas paradas, a poder ser un tanto guarras, por el que sienten auténtica pasión las truchas delicadas y sibaritas que viven, a menudo sin ser su hábitat natural, en ríos de llanura. Lo de esta jornada ha sido realmente excepcional, pues este ínfimo bichín me ha servido para capturar siete truchas (cinco arco-iris y dos farios), mejorando bastante mis pobres resultados de estas últimas semanas en "Magic-Anglès", sin utilizar otra mosca más en toda la acción de pesca del día, que ha sido a mosca seca de principio a fin.
Ahora viene cuando, si no fuera Ferran Rubinstein quien estuviera redactando esta crónica, otro os contaría que las capturas fueron gracias a un mágico montaje de quironómido elaborado tras largos y sesudos estudios de materiales que, por supuesto, no puede revelar pues son secreto de sumario. Don´t worry my friends! No hay secretos entre nosotros: por no ser, el modelo de quironómido que tanto éxito ha tenido en esta jornada no es ni de mi invención, ni mucho menos lo he montado yo. Forma parte de ese stock de moscas que tengo en alguna de mis cajas que o bien he comprado, o bien me han regalado alguno de mis amigos montadores. En concreto, y si queréis uno (o varios) igual, sólo tenéis que ir al catálogo de moscas de Jon Huerga Landa, y allí está: gris y pequeñín. Order there.
Tampoco vayáis a pensar ahora que este dipterín es la piedra filosofal y la clave para pescar truchas presionadas. El que haya funcionado relativamente bien en esta ocasión, tanto en aguas casi paradas como en corrientes, quiere decir bien poco, y tratándose de Anglès, posiblemente nada. Hoy les ha dado por ahí a las truchas, pero en otras ocasiones he apostado mucho al quironómido como caballo ganador, y me he acabado comiendo lo que se comió Clavijo. Las truchas son así de impredecibles, y las de Anglès tienen el don de poder desquiciar a más de alguno, empezando por mi, sobre todo de entre los que creen que hay axiomas en esto de la pesca a mosca, e incluso en la pesca en general.     
Sin duda alguna, lo mejor del día fue el pescar a seca de principio a fin. Esta vez ni he montado un tándem ligero para tantear las aguas en las horas de poco o nulo movimiento, que suelen ser las de la mañana. Antes que eso, he preferido andar y observar el río. La jornada se dividió en dos partes, una de mañana y mediodía, mas dedicada a andar que a pescar, y otra con mucho rato de acción de pesca efectiva a partir de primera hora de la tarde, separadas por un breve interludio fuera del río, pues acabada la primera manga con el bolo evitado (2 truchas arco-iris capturadas) antes de las doce y media, tuve que darme una pequeña caminata hasta el coche, aparcado en el casco urbano de Anglès, pues había olvidado la documentación de pesca en el vehículo.
Para empezar el día, en vez de ir a directamente a zurrar el río decidí darme un paseo por la zona libre sin muerte que hay más abajo del puente de Sant Julià de Llor, y en  la que, de vez en cuando, he tenido alguna alegría, y en otras veces me he llevado un buen bolo. En esta ocasión, ni llegué a hacer un solo lance, pues no ví ni un indicio de actividad de peces en superficie. Todo lo más, unos cuantos barbos -muy gordos, eso si- hociqueando en las inmediaciones del puente.
Tras el paseo caña en mano y con la mosca en seco, y ya que estaba en el puente, decidí continuar el mismo en el primer tramo del coto y ¡sorpresa! truchas cebándose en un bajío de tan escasa profundidad como corriente. Tras un par de correcciones de bajo de línea (demasiado largo para mi gusto), tuve una picada por sorpresa de una trucha irisada cuando no veía ni la mosca (debió ahogarse), y partí con mucha desventaja de inicio en la pelea; me ganó la corriente que cobra vitalidad tras el bajío y se me desclavó. Sin embargo, esto probó de que no le hacían ascos al quironómido, y así, a base de insistir sobre un terriotrio de cebas esporádicas conseguí pescar, esta vez metiendo los peces en el salabre, un par de esas vigorosas truchas arco-iris tan típicas de Anglès, que si bien no son torpedos con aletas, si que pueden presumir de una talla que sería considerable en otros pagos, y que se mueve entre los treinta y treinta y cinco centímetros.
Después del forzado retorno anticipado al coche, decidí probar suerte en la zona de los polígonos de La Cellera de Ter, dándome otra caminata, cosa muy buena, por otra parte, para quemar los excesos en la mesa de estas recién terminadas primeras fiestas navideñas. Cuando me encontré con dos pescadores ocupando la postura que pretendía pescar no llegué a saber el favor que me hicieron, pues un poco más adelante y libre, solo para mi, me encontré un pequeño tramo de río que literalmente hervía de cebas.
Desde luego que no lo tuve fácil para lanzar desde el primer momento, y no tan solo por lo emboscado de mi orilla, sino también porque de haberme metido en medio del cauce hubiese ahuyentado a un buen montón de peces que allí se estaban dando el festín. Tuve que recurrir a lances laterales y a algún rodado que otro, pero el quironómido hizo su labor, incluso en una corriente más viva, y en esta manga, interrumpida solo por un intermedio para hacer pis y beberme uno de mis habituales tes con limón, terminé capturando cinco truchas más: cuatro grandes y peleonas arco-iris, auténticas gladiadoras fluviales, y un par de preciosas fario de tamaño bastante contenido en patrones Anglès (una quedó por debajo de los treinta centímetros, y la otra no llegó a los veinticinco), que pese a su aristocrática y señorial librea se entregaron con facilidad, entrando muy mansas en la sacadera.
Machaqué mucho la postura; le exprimí bien el jugo, y pasadas las tres y media de una tarde que parecía de primavera más que de invierno, las truchas ralentizaron la actividad, y tomé la decisión de irme con la caña a otra parte. Sin embargo, a medida que bajaba por el camino río abajo, o bien encontraba posturas ya ocupadas por otros pescadores, o no veía actividad. Al final, terminé esta jornada más que aceptable dando varazos al agua, por si sonaba la flauta por casualidad, en la desembocadura de la Riera de Osor en el Ter, un lugar que antaño había sido muy productivo, pero que últimamente me viene decepcionando un tanto, todo y que a nivel paisaje y estética es, para mi gusto, uno de los lugares más bonitos del coto.
No conviene mucho alargar la jornada, pescando por pescar, cuando el sol se oculta tras las montañas de Les Guilleries, y más cuando a las cinco de la tarde abren la pastelería. No sea que, cuando el reino de las sombras extiende su diario dominio sobre el río y la arboleda que lo rodea, comencemos a sentir como si algo o alguien nos observara, y como si aquello que hay en las ramas de los árboles pelados de hojas fuera demasiado grande para ser un pájaro, demasiado grande y demasiado oscuro.
Por cierto, mientras volvía a casa, disfrutando de mi habitual y siempre grata sesión de música clásica, caí en la cuenta de que era el día de los Santos Inocentes, día de bromas y chanzas. Me da la impresión de que esto de las inocentadas se celebra, a nivel popular, bien poco de unos años a esta parte. Seguramente, en nuestro país estamos perdiendo el sentido del humor a pasos agigantados, cosa muy comprensible dados los muchos sufrimientos del pueblo para pagar la gestión depredadora de políticos infames al servicio de la Europa de los capitalistas, los mercaderes y los especuladores, modernos Herodes a los que sus sicarios, tras haber secuestrado la democracia, sirven para seguir disfrutando de sus privilegios a costa de los inocentes, que no son otros que el pueblo que los ha elegido, a menudo bajo engaños, y al que tendrían que proteger y servir .      


JORNADA DE PESCA Nº 683

Sábado, 28 de diciembre de 2013

Temporada 2013 - 2014 - Nº 11
Temporada de cotos intensivos de salmónidos 2013 - 2014 - Nº 11

Coto Intensivo de Anglès - El Pasteral S. M.
Río Ter

Pescador:


Ferran RUBINSTEIN

Capturas: 

5 truchas arco-iris a mosca seca y 2 truchas fario a mosca seca

Caudal: bajo (4 m3/seg. aprox.).
Condiciones de vadeo: sin dificultad y sin la ayuda del bastón.

Climatología: mañana: nubes altas y templado; mediodía y tarde: soleado y templado con ráfagas de aire.

Hora de inicio de la jornada: 10,15 h.
Hora de finalización de la jornada: 16,00 h.

La música de hoy:

Viaje de ida:

"Hungaria"

"Festklänge"
Franz Liszt
Scherzo para orquesta

Hans Pfintzer

Viaje de vuelta:


Concierto para violín y orquesta

Hans Pfintzer

"Polonia"

Marcha del centenario americano
Richard Wagner
"Una fiesta eslava"
Alexander Glazunov 




Lineas Tensas!


Ferran RUBINSTEIN.

sábado, 21 de diciembre de 2013

JP-682. COTO DE ANGLÈS - EL PASTERAL INTENSIVO S. M. TE15B. Sábado, 21/12/2013

Siempre es un motivo de gran alegría el poder compartir una jornada de pesca con mi gran amigo Francesc Bernal, todo y que hemos estado, por motivos laborales y familiares, casi un año sin tener la ocasión de ir a remojar moscas juntos.   

La única fario del día ha resultado ser la trucha de más tamaño de las capturadas en esta jornada. Paradojas de la pesca, ha sido la de picada más franca a la mosca y la que menos batalla ha dado antes de entrar en la sacadera. La pesca nunca dejará de sorprendernos.  

Mi amigo Francesc ha sido el gran triunfador de la jornada, con siete truchas arco-iris en su haber, incluyendo el buen ejemplar con el que sale en esta foto. Todo un gran mérito, habida cuenta lo muy selectivas e impredecibles que están  las truchas en Anglès de un tiempo a esta parte.     

JORNADA DE PESCA Nº 682

Siempre es motivo de gran alegría el poder compartir una jornada de pesca con mi buen amigo Francesc Bernal, de Reus, de quién ya he hablado en muchos otros artículos de este blog, todo y que hemos estado, por motivos familiares y profesionales, casi un año sin poder ir a remojar moscas juntos.
En este dia pesca previo a las fiestas de Navidad, mi amigo Francesc -que se ha tomado la molestia de venir desde Reus hasta Anglès- ha sido el gran triunfador de la jornada, con siete truchas arco-iris de muy buen porte pescadas a seca. Todo un mérito, habida cuenta lo muy selectivas e impredecibles que están las truchas en Anglès de un tiempo a esta parte.
Antes de comenzar la perorata habitual sobre ríos, peces y moscas, quisiera hacer servir estás páginas virtuales para alabar las muchas virtudes de mi amigo Francesc. Persona afable, generosa y tolerante donde las haya, me conoció cuando yo todavía estaba en mi infancia como pescador a mosca, y todo y que él ya llevaba muchos años practicando este arte, jamás me tutorizó, ni se puso a darle lecciones a un novato; antes al contrario, no dudó en compartir conmigo todo el material didáctico de los cursos sobre pesca a mosca que él había hecho, me llevó a descubrir sitios en los que mi habitual pereza y conformismo no he hubieran permitido ni imaginar ir a pescar, y sobre todo dejó que me desenvolviera en el río por mi mismo, sacando mis propias conclusiones, en vez de intentar modelarme en un estilo de pesca determinado. Es por eso que, a buen seguro, de no haber conocido a Francesc  mi vida como pescador hubiera sido bien otra, probablemente muy pobre y aburrida.
Tras el preceptivo desayuno, esta vez más largo de lo habitual  para ponernos al día de como nos ha maltratado la vida en este último año, aparecimos por el río, en el sector de los polígonos de La Cellera de Ter, bien pasadas las diez de la mañana,  y lo primero que hicimos fue presentar nuestras credenciales a Montse T., la tan amable como eficaz agente de Catalana Forestal que patrulla por Anglès de un tiempo a esta parte. Como no había ninguna actividad por parte de los peces, aprovechamos para hacer un rato de tertulia. Comenzamos hablando de lo mala que había sido la temporada de bolets (Francesc es un experto boletaire (1)), y terminamos hablando de Cabalgatas de Reyes, pues Montse también tiene niños pequeños  a los que llevar a esos eventos, como es mi caso.  
A grandes rasgos, esta jornada difirió bien poco de las últimas en que he pescado en Anglès: escasa actividad de los peces por la mañana, por no decir nula en largos tramos de río, y a partir de mediodía, y de allí en adelante, mucha animación en superficie de truchas a las que es muy difícil engañar. Salvo la presencia de nubes altas hasta el mediodía, el tiempo anticiclónico también fue el mismo que en estas últimas tres semanas; bueno quizás en este caso la primera hora de la tarde fue casi calurosa, como si más bien se tratase de la tarde de un día de ya entrada la primavera, que no realmente de la fecha del solsticio de invierno (2). Incluso el caudal del río y las condiciones de vadeo fueron las mismas, todo y que a primera hora me dio la impresión de que bajaba un poco más de agua, un metro cúbico por segundo como mucho por encima de los cuatro que vienen bajando últimamente, todo y que Montse nos comentó que entre semana, y durante un par de días, habían abierto un poco las compuertas del pantano de El Pasteral.
Hasta bien pasado el mediodía anduvimos más que pescamos, echando una varada aquí y otra allí, aprovechando que, por lo menos en aquel sector, no habíamos visto todavía a nadie de la competencia. Como en semanas anteriores, bastó con que se levantase un poco el sol para que los peces se animaran. A esa hora, procuré llevar a Francesc a una de esas posturas en que "siempre suben", para que pudiera tanto quitarse "el mono" de un año sin pescar, como dar rienda suelta a su pasión por la pesca a mosca seca, la única modalidad que voluntariamente practica.
En el reparto de la postura, a priori le tocó a Francesc la parte más compleja (agua casi parada, con apenas una veta de corriente), mientras que a mi correspondió la, en teoría, mejor, con mucha más corriente para enmascarar errores y no requerir presentaciones demasiado exigentes. Al principio, las cebas eran esporádicas, pero en un abrir y cerrar de ojos el pequeño tramo de río comenzó a bullir de actividad, tanto de unas truchas comiendo francas la eclosión de efemeras que había en aquel momento, como de otras lomeando y supuestamente comiendo la fase emergente de las mismas. En poco tiempo ¡plis, plas! Francesc comenzó a capturar truchas, arco-iris todas ellas y de muy buena talla, una detrás de otra hasta un total de cuatro, mientras que yo me las veía y deseaba con unos peces que se cebaban descaradamente a un palmo escaso de mis narices, y miraban con auténtica insolencia el desfile de pasarela de imitaciones que les estaba presentando. Nada nuevo en Anglès, en definitiva. Todo y así, en el enésimo lance de la, creo, sexta mosca que empataba a mi bajo de línea, una efémera de hackle de gallo que tampoco se parecía mucho a lo bajaba por el río, tuve la rotunda picada de la que sería tanto la única fario, como la trucha más grande de las que capturaríamos, y además, paradojas de la pesca, la que menos batalla iba dar antes de entrar en la sacadera.
El tiempo pasa muy deprisa cuando te lo estás pasando bien y en buena compañía, y cuando nos dimos cuenta e hicimos una pequeña pausa para fumar y cambiar impresiones ya eran casi las dos de la tarde. Francesc aceptó el desafío de vérselas con las truchas que tan difícil me lo estaban poniendo, quedándose en la postura, mientras que yo decidí probar suerte río arriba, en un par de esas "zonas querenciosas" por si allí las truchas estaban un poco menos putas. Sin embargo, mi gozo en un pozo, todo fue llegar a las choperas de la parte alta del coto y encontrarme toda la gente que no nos habíamos encontrado hasta ese momento, y todos pescando precisamente las posturas que hubiera querido pescar. En fin , como dicen por ahí "si hubieras venido antes, hubieras visto bailar a los elefantes; como no has venido, han bailado y se han ido".  
Volví a reunirme con Francesc, que estaba lidiando con las truchas difíciles y que le estaban casi sacando tanto de quicio como a mi. Pese a una captura, de otra trucha arco-iris más, de buenas a primeras, tras dejar "descansar el gallinero", y quizás debida al "factor sorpresa", ahora mi amigo llevaba ya un buen rato, el que yo había empleado en el paseo por fuera del río, cambiando moscas y rectificando el bajo de línea. Acordé con él en vernos de nuevo en la zona de polígonos lo más tardar a las cuatro de la tarde, ya que tomé la decisión de ir a ver  si por allí había tanto actividad de los peces como escasa presencia de pescadores.
El camino de vuelta fue lento, pues de tanto en tanto me iba acercando al río a ver si veía alguna ceba que otra. Paré varias veces, tenté a varias truchas cada vez con menos convicción, y cuando menos convencido estaba de pescar algo más que la fario mansa que había sido mi única recompensa del día hasta ese momento, tuve la picada, en un blando de corriente lateral, de una trucha arco-iris que, todo y que creo fue la más pequeña del día, dio una pelea mucho más digna que la glamourosa marrón.
Precisamente, en el camino de vuelta a la zona de los polígonos, tuve el placer de trabar conversación y amistad con Luis, un simpático pescador que es tanto seguidor de este blog, como también aficionado a la Música Clásica. Comenzamos hablando, como no, de lo muy difíciles que estaban las truchas (el sólo había conseguido capturar tres, con penas y esfuerzos, en todo el día) y terminamos hablando de música, del Concierto para violín y orquesta de Tchaikovsky en particular, y de la película francesa "Concierto", que todavía no he tenido ocasión de visionar, y que Luis me recomendó ver, ya en descarga de Internet o en DVD, en cuanto pudiera.
El día de pesca estaba a punto de expirar, cuando ya cerca de las cuatro de la tarde Francesc me encontró pescando, o por lo menos remojando moscas, en una postura de la zona de los polígonos. A él las truchas que a mi habían desquiciado le habían supuesto un gran desafío, pero con mucha paciencia y las dosis de perseverancia que le caracterizan, todavía había podido meter un par más de las mismas (arco-iris, como no) en la sacadera antes de salir del río para reunirse conmigo. 
Esta visto que, y no me canso de repetirlo, los partidos no terminan hasta que el arbitro pita el final, y que se han de jugar con los minutos de tiempo añadido y la prórroga si es necesario. A punto de plegar la caña, y con el sol a escasos minutos de ocultarse detrás de la montaña, mientras probaba suerte en una corriente muy viva con un tándem de ahogadas, tuve la picada, a la ahogada conocida como "butano", de un auténtico torpedo que me forzó a una gran batalla que tuve que afrontar a última hora, de improviso y con mis energías un tanto agotadas. Tras la pelea, de casi diez minutos, con un bicho que no daba la aleta a torcer y que por un par de veces intentó refugiarse bajo las ramas caídas de los árboles, pude meter en la sacadera a una trucha arco-iris que apenas era un poco más pequeña que la única fario del día. Volvió al agua, la gladiadora fluvial, nadando orgullosa con sus grandes aletas y regaládonos unos destellos rosados y anaranjados. Me hago cruces de como todavía haya desagradecidos que desprecien y hagan de menos a estos bravos animales solo por no vestir la librea que ellos consideran "noble", pero que las más de las veces poco o nada tienen que ver, como sus primas las irisadas, con lo autóctono del río, por lo que al desagradecimiento hay que sumarle, a menudo, la ignorancia.
Fuera del río, y ya con la caña plegada, todavía quedaban emociones en esta jornada de pesca. Primero, llevar a Francesc a la pastelería para proveernos de algunas cocas para merendar, luego meternos las mismas entre pecho y espalda y aprovechar para seguir hablando de pesca y de peces aunque sea un poco más, y finalmente volver a casa escuchando música clásica, esta vez con la doble satisfacción de haber pasado un día de pesca muy divertido en compañía de un buen amigo, y que este, a su vez, se lo haya pasado muy bien. Ahora, tengo la esperanza de que  no pase tanto tiempo como casi un año para poder volver a compartir una jornada de pesca juntos.
            
      


(1) en Català, boletaire es un buscador de setas (bolets), bien sea aficionado o profesional.
(2) El invierno astrónómico ha comenzado este año el día 21 de diciembre a las 18,45 h.

JORNADA DE PESCA Nº 682

Sábado, 21 de diciembre de 2013


Temporada 2013 - 2014 - Nº 10

Temporada de cotos intensivos de salmónidos 2013 - 2014 - Nº 10

Coto Intensivo de Anglès - El Pasteral S. M.

Río Ter

Pescadores:


Francesc Bernal
Ferran RUBINSTEIN

Capturas: 


Francesc Bernal: 7 truchas arco-iris a mosca seca

Ferran Rubinstein: 1 trucha arco-iris a mosca seca, 1 trucha arco iris con mosca ahogada y 1 trucha fario a mosca seca

Caudal: bajo (4 m3/seg. aprox.).

Condiciones de vadeo: sin dificultad y sin la ayuda del bastón.

Climatología: mañana: nubes altas y templado; mediodía y tarde: soleado y templado.  


Hora de inicio de la jornada: 10,45 h.

Hora de finalización de la jornada: 16,15 h.

La música de hoy:


Viaje de ida:


Concierto para piano y orquesta nº 2

Xaver Scharwenka

Obertura de "Rienzi"
Richard Wagner

Viaje de vuelta:


"Rule Britannia"

Marcha Imperial
Richard Wagner


"La batalla de los hunos"
Franz Liszt

"Una fiesta eslava"
Alexander Glazunov 

"Scherzo Capriccioso"
Anton Dvorák



Lineas Tensas!


Ferran RUBINSTEIN.

lunes, 16 de diciembre de 2013

RUBINSTEINFISHING OS DESEA FELIZ NAVIDAD.

Rubinsteinfishing, el blog de pesca de los que  tienen poco que enseñar, mucho que aprender y aun más que compartir, desea a sus lectores



FELIZ NAVIDAD Y PRÓSPERO AÑO NUEVO

BON NADAL I FELIÇ ANY NOU

MERRY CHRISTMAS AND HAPPY NEW YEAR

Веселого Рождества и счастливого Нового года




domingo, 15 de diciembre de 2013

JP-681. COTO DE ANGLÈS - EL PASTERAL INTENSIVO S. M. TE15B. Martes, 10/12/2013.


Una buena helada matinal me dio la bienvenida a la zona de los polígonos de La Cellera del Ter, en donde estuve pescando hasta el mediodía para después pasar a pescar la zona de la chopera de la parte alta del coto. Sin embargo, bastó con que el sol se levantara un poco en el horizonte para que, sin ninguna nube que eclipsase su brillo, subiera la temperatura con celeridad.

El río, que bajaba igual de magro de caudal que el sábado, estaba perfectamente pescable, todo y a tener que adaptarse el pescador a pescar con tan poco volumen de agua, y cómodamente vadeable. Todo y el intenso frío de la primera hora y media de pesca (comencé a faenar a las diez de la mañana, y todavía estaban el camino y la vegetación escarchados) se veían algunas muy esporádicas y tímidas cebas y lomeadas.

En un lance aguas abajo que fue un auténtico churro, picó la trucha más grande de la jornada, un bicho de muy buen tamaño pero que me dio una pelea ridícula antes de entrar en el salabre y llenármelo de huevas...¡había pillado una hembra "ponedora"! así que hubo desanzuelado rápido y foto aún más rápida (aprovechando que le aireaba las agallas en el agua) 



JORNADA DE PESCA Nº 681

No habían pasado ni setenta y dos horas desde que me había quitado el váder y plegado la caña por última vez, que ya volvía a estar en la carretera, escuchando a Dvorák en esta ocasión, rumbo a otro día de pesca, de nuevo en Anglès.
El porque de este tan rápido retorno, que no precisó de la habitual llegada del sábado, se debió a la ocasión de disfrutar de un día de vacaciones que aún no había tenido oportunidad de gastar de ente los que me pertenecen este año, y al que, evidentemente, no iba a renunciar.     
Esta claro que hubiese preferido que este día de asueto dedicado a la pesca, hubiera tenido lugar en  otra estación del año en donde estar bastante tiempo a la intemperie fuese mucho más grato, y de paso las más horas de sol me hubiesen permitido pescar un rato adicional. Pero uno no es dueño de su tiempo, ni en el trabajo ni en casa, y las oportunidades se presentan cuando se presentan, y hay que aprovecharlas,
Desde un principio tuve la sensación de que esta jornada de pesca sería muy parecido, casi clónica, a la anterior de hace apenas tres días: tiempo anticiclónico, "calma chicha" y poca actividad de los peces. Y desde luego que no me equivoqué, como tampoco puedo negar que al final de la misma me fuí bastante satisfecho del río, pues a veces la poca pesca a nivel resultados no tiene por que estar reñida con la diversión. Al fin y al cabo, las truchas tardaron mucho en dar la cara, pero cuando la dieron lo hicieron no tan solo con ganas, sino desafiando al pescador y a sus habilidades que, en mi caso, ya os adelanto que son bien escasas.
Una buena helada matinal me dio la bienvenida a la zona de los polígonos de La Cellera del Ter, en donde estuve pescando hasta el mediodía para después pasar a pescar la zona de la chopera de la parte alta del coto. Sin embargo, bastó con que el sol se levantara un poco en el horizonte para que, sin ninguna nube que eclipsase su brillo, subiera la temperatura con celeridad.
El río, que bajaba igual de magro de caudal que el sábado, estaba perfectamente pescable, todo y a tener que adaptarse el pescador a pescar con tan poco volumen de agua, y cómodamente vadeable. A pesar del intenso frío de la primera hora y media de pesca (comencé a faenar a las diez de la mañana, y todavía estaban el camino y la vegetación escarchados) se veían algunas muy esporádicas y tímidas cebas y lomeadas. Como no, viendo la poca actividad por arriba, me dediqué hasta pasado el mediodía a prospectar el río con un tándem muy ligero y lanzando lo más lejos posible. Para la ocasión, habilité un combo de microninfa de tipo perdigón y una emergente como "pareja de baile". Pasó mucho rato pescando con esta combinación hecha para el "jogo bonito" sin tener ni una picada, hasta que cerca ya de las doce y media, y en un blando de corriente lateral, tuve la picada de una fario a la ninfa, que terminó en trucha desclavada. Bueno, por lo menos alguna estaba por la labor, y solo era un poco más del mediodía, por lo que "quedaba partido".
Sobre la una, con la sombra del "bolo" bien presente, salí del río por el tramo 7 (planteles de abedules justo después del polígono industrial), para ir a ver si las truchas se habían activado en uno de esos escenarios en donde "siempre suben", contando que lo muy avanzado del día jugase a mi favor.
Todo fue llegar al nuevo destino, y ver un montón de truchas activas, la inmensa mayoría de ellas más lomeando que comiendo decididas, señal de que estaban poniéndose moradas de emergentes. Precisamente, y usando la emergente que llevaba puesta en el tandem, clavé de buenas a primeras una potente trucha arco-iris, que me regaló una buena pelea antes de entrar en la sacadera. A partir de esa primera y única captura en este escenario, vino la indiferencia total de las muchas truchas que se estaban cebando, no ya en la parte más viva de la corriente, sino también en el blando lateral y la corriente con menos tiro aguas abajo. Pasaban olímpicamente de la emergente que había capturado la primera trucha, de otras emergentes que les presentaba e incluso de ese socorrido comodín que es la imitación de CDC... por una lado, estaba claro que sí comían de la eclosión de olivas que había en ese momento, pero lo hacían en la fase de emergencia; por otro lado, mis moscas derivaban fatal en la corriente, dragando enseguida todo y ha efectuar varias correcciones de longitud del bajo de línea y de esmerarme con la posada de la mosca, intentando dejarla caer con la menor cantidad de hilo tenso posible. No me cupo duda: mi bajo trenzado cónico estaba totalmente desengrasado, se había empapado, y creaba una panza bajo el agua que traccionaba la mosca a las primeras de cambio. Por desgracia, era ya demasiado tarde para secarlo a fondo en lo que quedaba de jornada, y encima no llevaba encima el tarrito de silicona para flotabilizarlo. En fin, resignación, y viendo lo caro que vendían la escama las truchas devoradoras de emergentes, salí del río para pasear un rato, rumbo a la chopera, a ver si allí encontraba actividad, esperando que la misma fuera por parte de truchas menos selectivas o por lo menos no tan de morro fino con la comida que bajaba por el río.
En la siempre concurrida zona de la chopera, vi de lejos al único pescador metido en faena de todo el día. Cuando hacía unas horas estaba a punto de empezar a pescar había visto a otros dos cambiándose, y un poco antes de terminar la jornada me crucé con otra pareja. Poca concurrencia, en día laborable en Anglès, todo y que raro es no encontrar nadie pescando. Eso si, con todos los que me crucé, y a excepción del que vi de lejos, tenían una edad bastante avanzada, pero aspecto bastante saludable, por lo que me dio la impresión de que entre semana tienen el privilegio de pescar aquí (y en otros sitios supongo que también) aquellos afortunados que han llegado bien de salud y aun mejor de ánimo a esa merecida jubilación a la que algunos, como es mi caso -y todo y llevar treinta y dos años cotizando- no llegaremos a disfrutar ni con dinero, ni seguramente con salud y aun menos con ánimo (poco de este último hay si te has tenido que jubilar cerca de los setenta años), gracias a la mala gestión (por no decir despilfarro o malversación) de los gobernantes que tuvimos y que tenemos.
Llegó la recta final de la jornada con, al menos, el bolo evitado, pero con la sensación de que podía haber habido más diversión. Sin embargo, y como suele suceder, el partido no había terminado y en la última hora y media llegaría la oportunidad de, al menos, remontar el marcador.
Tuve suerte de que el pescador al que vi de lejos estuviese pescando la postura en quería hacerlo yo, pues esto me hizo valorar el pescar otra un tanto más complicada, dado que la corriente es muy débil y termina enseguida en un gran dominio de aguas paradas. Mientras aprovechaba para orinar, momento nada místico pero en el que a menudo se suelen ver las cosas de otro modo, le estuve dando un vistazo, y ¡vaya! se estaban cebando también bastantes truchas, y estas parecían subir más francas a las efémeras... lo malo es que la mayoría de las cebas se situaban sobre las aguas paradas.
Terminada la micción, decidí jugar las últimas bazas en esta postura, y comencé pescando con éxito relativo, y con el sempiterno valor seguro de la efémera de CDC, la débil corriente. Y digo relativo porque hubo dos picadas casi seguidas, la una de una fario, que ¡patoso de mi! se desclavó a las primeras de cambio, y luego de "algo" (supongo que era un pez), que tiraba como un auténtico corcel y tras sacarme tres cuartas partes de la línea sin que pudiera evitarlo,  consiguió meterse bajo un árbol y allí me devolvió solo el hilo.
Ajeno al desencanto, y viendo que el festival de cebas no cesaba pese al guirigay que el monstruo subacuático había liado, seguí pescando con fe, y ¡por fin! picó una fario que pese a su estupendo tamaño terminó entrando en el salabre. Bueno, la cosa se animaba, y decidí hacerle una foto al simpático animalito pero... me dí cuenta que todo y su buen tamaño apenas tenía aletas. Ya se sabe, en Anglès hay de todo, e igual pillas unas truchas muy viejas, con muchas moscas vistas y mucho río en sus aletas que otras que pese a su vistosa librea igual han sido repobladas en tiempos recientes.
Había comenzado a pescar esta postura de "la última oportunidad" bajo un confortable sol de primera hora de la tarde,  pero mientras estaba enfrascado pescando no me había dado cuenta de que el cielo se había cubierto de una fina capa de nubes, las mismas que en envolvían de niebla las montañas cercanas. Todo y no bajar la temperatura, la tarde quedó gris e incluso fantasmagórica. No se si fue esa bajada de luz la que hizo que la actividad de las truchas, sobre todo las que antes se cebaban con alegría sobre la débil corriente, se ralentizó primero un tanto y luego un mucho, hasta llegar al punto de que la mayoría de las esporádicas cebas se producían en el parado de agua. Nunca he sido un entusiasta de las aguas paradas, pero no me quedó más remedio que por lo menos probarlo, y contra pronóstico y en un lance aguas abajo que fue un auténtico churro, picó la trucha más grande de la jornada, un bicho de muy buen tamaño pero que me dio una pelea ridícula antes de entrar en el salabre y llenármelo de huevas...¡había pillado una hembra "ponedora"! así que hubo desanzuelado rápido y foto aún más rápida (aprovechando que le aireaba las agallas en el agua) y casi fin del partido. Aún quedaría tiempo para unas cuantas varadas más, e incluso para fallar la picada de una última trucha, pegada a mi propia orilla, por culpa de la comba de mi empapado bajo de linea trenzado, antes de volver bastante satisfecho al coche, pues el día, too y que magro en resultados, me había dado diversión suficiente para un martes cualquiera en que, de no estar metido en el río hubiera estado envuelto en la vorágine de la estresante y a la vez rutinaria vida cotidiana de los días laborables de este urbanita forzoso que ya puede empezar a confiar más en los azares de la lotería, tanto da si es nacional o autonómica, que no en la llegada de una jubilación digna que le permita ir a practicar sus aficiones favoritas, la pesca a mosca y el excursionismo, entre semana.
 
  
 


JORNADA DE PESCA Nº 681

Martes, 10 de diciembre de 2013


Temporada 2013 - 2014 - Nº 9

Temporada de cotos intensivos de salmónidos 2013 - 2014 - Nº 9

Coto Intensivo de Anglès - El Pasteral S. M.

Río Ter

Pescador:

Ferran RUBINSTEIN

Capturas: 2 truchas fario a mosca seca y  1 trucha arco-iris a mosca seca.


Caudal: bajo (4 m3/seg. aprox.).

Condiciones de vadeo: sin dificultad y sin la ayuda del bastón.

Climatología: mañana y mediodía soleados y fríos; tarde con nubes altas y frío.


Hora de inicio de la jornada: 10,00 h.

Hora de finalización de la jornada: 16,15 h.

La música de hoy:


Viaje de ida:


Sinfonía nº 9 "Del Nuevo Mundo"
"Scherzo Caprichoso"
Anton Dvorák.





Viaje de vuelta:


Concierto para violín y orquesta nº 2 "en estilo húngaro"
Joseph Joachim

Obertura de "Rienzi"
Richard Wagner

Polonesa y Vals de "Eugen Onegin"

Piotr I. Tchaikovsky




Lineas Tensas!


Ferran RUBINSTEIN.

domingo, 8 de diciembre de 2013

JP-680. COTO DE ANGLÈS - EL PASTERAL INTENSIVO S. M. TE15B. Sábado, 07/12/2013.

Este artículo está dedicado a la memoria de Juan Ramón Mitjans Godino, de Súria (Barcelona), fallecido recientemente en un accidente laboral en una mina de esa localidad. Pescador y seguidor de nuestro grupo de Facebook "Rubinsteinfishing y Amigos", nos ha dejado tristemente cuando le quedaba poco para jubilarse, y cuando hubiera podido dedicar mucho más tiempo a su gran afición: la pesca. Sirva como homenaje a su persona, desde este blog, la  Marcha Fúnebre de "Sigfrido" de Wagner, que podéis escuchar poniendo el siguiente enlace en vuesto buscador

 http://www.youtube.com/watch?v=Zn4Iuxy0X4I

     
Descansa en paz, compañero, y que haya mucha pesca allá en el Paraíso en donde mereces estar. 



JORNADA DE PESCA Nº 680

Tras el largo episodio de frío, lluvia y nieve, un potente anticiclón se ha asentado sobre el Principado y gran parte del resto de la Península Ibérica. Esto quiere decir noches heladoras, inversión térmica con nieblas persistentes en el fondo de los valles y mediodías en los que al sol sobra más de algún jersey. Tiempo de resfriados, de contaminación y un auténtico caldo de virus, pero también tiempo de disfrutar, allá donde no haya niebla, del gran espectáculo de firmamentos nocturnos estrellados y amaneceres y puestas de sol de una colorida y singular belleza.
Este primer día de pesca de diciembre, que este año ha caído dentro del, corto en esta ocasión, Puente de la Purísima, ha sido un día más de este largo episodio anticiclónico. En el coto de Anglés, que es donde he estado pescando, he vivido a lo largo de muchos otoños e inviernos bastantes días así, que suelen ser de "calma chicha" y poca pesca.
Esta vez la Guardería Fluvial si ha cumplido, y aún no había puesto los pies en el río que, andado por la carretera que va a Sant Julià del Llor fui gratamente interceptado por Montse, la agente de Catalana Forestal que se ha encargó muy amablemente de verificar mi presencia legal en acción de pesca en el coto.
Como en la visita anterior, el estado del río contribuyó mucho a acrecentar esa sensación de "calma chicha" y de laxitud que el tiempo anticiclónico dá ya de por si. Con sus escasos 4 m3/seg. el caudal del Ter ha determinado otra jornada de "obligatto" en el "jogo bonito" o pesca lo más ligera posible, y sobre todo a andar por el río con el mayor sigilo y discreción posible.
Todo y que la madrugada había sido glacial (- 4 º C en el Area de las Cuatro Carreteras, en Tona, en donde había parado ha hacer el café, - 6 ºC en el Coll de Ravell viajando por el Eix Transversal y -1 º C al llegar a Anglès antes de desayunar), bastó con que saliese el sol para que la temperatura subiese rápidamente y antes del mediodía ya me sobraba incluso un jersey que llevaba por debajo del forro polar. Situado en una latitud más al sur que, por ejemplo, Pedret u Oliana -por citar otro par de intensivos abiertos en estas fechas- y en un valle mucho más ancho y soleado, en Anglès ya suelen ser frecuentes estas alegrías térmicas incluso en los más rigurosos días del invierno, siempre y que haga sol. A diferencia de otras latitudes, dentro de nuestra geografía, la arboleda del bosque de ribera todavía conserva parte de sus hojas en esta parte de la comarca de La Selva, y el piar de los pájaros a la que el sol calentó el ambiente propició la sensación de una extraña primavera ya en las postrimerías del otoño.
La primera parte de la jornada, hasta pasado el mediodía, transcurrió en la parte baja del coto. Muy poca actividad, reducida a algunas cebas esporádicas, y menos historia aún, salvo el ir pescando con más fe que otra cosa, siempre largo con un tándem de mosca ahogada y una ninfa de mínima expresión, apenas unas cuantas fibras de pluma de gallo de León a modo de cola y unas cuantas vueltas de seda floss verde enrrolladas en tan exiguo anzuelo como uno del nº 19, todo ello rematado por una bolita dorada del número 00. Precisamente fue este señuelo el que propició la única captura de esta primera parte de la jornada, una trucha irisada de un poco más de 40 cms., uno de esos peces que en otros pagos sería considerado un auténtico "pepino" y que, sin embargo, es moneda de pago común aquí en Anglès.
Como suele suceder en ocasiones en los otoños e inviernos de Anglès (al fin y al cabo, este día fué bastante el calco de otros muchos vivídos en las bajas temporadas de este coto), vista la escasa actividad de los peces en la parte baja del coto, pasada la una de la tarde me fuí dando un paseo hasta la contigua zona de los polígonos de La Cellera de Ter, buscando la ocasión de ver peces activos por arriba y poder pescar a mosca seca.
No tuve que andar mucho por el camino paralelo al río, llegado a la zona de los polígonos, pues a las primeras de cambio me encontré un escenario en donde se estaban cebando bastantes truchas y de un  modo continuado. Además, el mismo daba mucho de si, dada su complejidad: una corriente moderada con un remolino central causado por el desagué de un riachuelo al cauce principal en mi orilla (la derecha, en sentido ascendente del río) que se amansa paulatinamente hasta formar una poza. Y por su fuera poco, truchas cebándose por todos los rincones. Como ya podéis imaginar exprimí el escenario al máximo, y pescar detenidamente el mismo ocupó casi todo el tiempo de esta segunda parte de la jornada.         
Viendo que mucha actividad se concentraba en el remolino, decidí comenzar a pescar, con una sola mosca ahogada, el mismo, y al cabo de unos pocos lances conseguí la segunda trucha del día, otra irisada de tamaño muy parecido a la anterior. Seguí insistiendo un rato más en la turbulencia, en donde no paraban de verse más lomeadas que cebas decididas, y viendo que el "factor sorpresa" ya había dado suficiente rédito pasé a pescar cebas más francas en la corriente, los blando laterales y la traza de corriente todavía viva que recorría la poza de principio a fin.
No debemos olvidar que si en algún sitio están las truchas más pinchadas que en ningún otro, ese es Anglès. Como podéis suponer, no fué nada facil hacerlas picar. De las dos picadas que consegí en plena corriente, ambos peces se me desclavaron enseguida tras haber subido a coger una efémera de hackle generalista con un penacho de color rojo para mejorar su visualización. Las picadas más francas, y con final más provechoso, llegaron pescando el blando lateral de la orilla de enfrente (izquierda, en sentido ascendente del río), en donde pude capturar tres truchas irisadas más, dos también de entre 35 y 40 cms.. y otra más que fué la última de la jornada y la menor en tamaño al no llegar a los 30 cms.
Cuando pasaba un poco de las tres de la tarde, tuve un desafortunado percance al resbalar en una piedra muy lis y llena de algas, y llegó el "momento patoso" del día con una buena caída al río que terminó sólo en remojón del brazo derecho, eso si, a precio de parar el golpe con las rodillas. Afortunadamente, en esta ocasión el río bajaba con muy poco caudal y encima fue una de esas caídas que las ves venir, todo y que no las puedes evitar. Con el brazo derecho empapado, salí a dar un paseo por el río para desestresarrme del mal momento, aproveché para fumar un cigarrillo (el lado izquierdo del chaleco, en donde está el bolsillo para el vicio no se mojó) y echar una MUR (recordad: Micción Ultra Rápida). Todavía tuve tiempo para echar unas cuantas varadas en otra postura, en donde había visto algunas cebas esporádicas, pero con poca convicción por mi parte y nulo interés por parte de las truchas.
Cuando estaba a punto de salir definitivamente del río y plegar la caña, tuve el placer de encontrarme con mi amigo y seguidor de este blog Ramón Sorribes, de Mollerussa, que junto con su amigo Mateu habían venido de la tierra de la niebla a probar suerte bajo el sol de las comarcas de Girona. No habían tenido precisamente un día de gran pesca; mucha inactividad de los peces y mucha gente, quizás demasiada, en la parte de arriba del coto en donde habían estado pescando o por lo menos intentándolo. Más de lo mismo en Anglès. Yo tuve la suerte de haber podido pescar en soledad al elegir la parte del coto menos accesible y conocida por el gran público. Al menos, les había compensado que las pocas capturas fueron de un tamaño que se podría llamar trofeo, pues Ramón había conseguido a mosca seca una de esas "barras de pan" que, poca broma, rondaba los 70 cms.
Todo fue ocultarse el sol tras la montaña, a las cuatro y cuarto de la tarde, y bajar la temperatura con celeridad. Con la ropa de mi lado derecho empapada, tuve ya excusa para no apurar más la jornada y retirarme sin más dilación, dando una tonificante caminata, hacia el casco urbano de Anglès en donde tenía aparcado el coche.
Esta visto que la aventura siempre acecha en los días de pesca. A pesar de que la acción de pesca se movió dentro de lo muy previsible para este tipo de días y en esta época del año, tras merendar a base de cocas de la pastelería de la Sra. Mercè (Pastisseria Piferrer) y durante el viaje de vuelta casa iba a llegar la dosis de aventura del día cuando,  gozando de la buena música y de la calefacción durante un viaje nocturno muy frío, un inesperado atasco de tráfico en Vic me hizo tomar el Eix Transversal para evitar quedarme parado gastando gasolina. Unos kilómetros más adelante, se me ocurrió la idea de atajar el camino yendo a buscar la carretera C-59 en Moià. Así comenzó un largo viaje por una sinuosa carretera llena de curvas en uno de esos "culos de saco" de nuestra geografía, boscoso y despoblado. Una buena noche para ver OVNIS o para toparse con la "chica de la curva" u otras apariciones, todo y que todo se saldo con un buen rally, la llegada a casa un poco más tarde de lo previsto y el aprovechamiento de este tiempo adicional al volante para escuchar aun más música, tal y como podréis leer en el resumen que sigue a este artículo.                     
     
  

JORNADA DE PESCA Nº 680

Sábado, 7 de diciembre de 2013


Temporada 2013 - 2014 - Nº 8

Temporada de cotos intensivos de salmónidos 2013 - 2014 - Nº 8

Coto Intensivo de Anglès - El Pasteral S. M.

Río Ter

Pescador:

Ferran RUBINSTEIN

Capturas: 3 truchas arco-iris a mosca seca, 1 trucha arco-iris con mosca ahogada y 1 trucha arco-iris a ninfa.


Caudal: bajo (4 m3/seg. aprox.).

Condiciones de vadeo: sin dificultad y sin la ayuda del bastón.

Climatología: mañana soleada y fría; mediodía y tarde soleados y con temperatura superior a 15 º C.


Hora de inicio de la jornada: 10,15 h.

Hora de finalización de la jornada: 16,30 h.

La música de hoy:


Viaje de ida:


"Marcha Triunfal Americana"
"Balada" (Op. 78)
Obertura nº 1 sobre temas griegos
Obertura nº 2 sobre temas griegos
"A la memoria de un héroe"
"La canción del trovador"
Alexander Glazunov

Viaje de vuelta:

Sinfonía nº 8
Obertura Solemne
Alexander Glazunov


Concierto para piano y orquesta nº 3
Concierto para piano y orquesta nº 4
Carl Reinecke

Lineas Tensas!


Ferran RUBINSTEIN.