No suelo hacer muchas fotos de truchas arco-iris, pero con esta gladiadora fluvial si que voy a hacer una excepción, pues es mi última irisada de este año. |
Mi última fario del año. De tan preciosa librea como de escasa combatividad. Espero llevarme muchas más al salabre el año que viene. |
JORNADA DE PESCA Nº 683.
Esta, que ha coincidido con el día de los Santos Inocentes, ha sido la última jornada de pesca del año en curso que está muy pronto a terminar. No os preocupéis, queridos lectores, que no voy a atosigaros con los, por otra parte tan habituales en estas fechas, balances y resúmenes del año. De verdad que no, pues no es lugar este para números y rankings, sino para contar historias de nuestros días de pesca, y hacerlo del modo más divertido posible, o por lo menos intentarlo.
Sin pena ni nostalgia me despido, a nivel pesca, de este año 2013. Poco significa para mi el concepto "año" en esto de la pesca, cuando incluso el para todavía sacrosanto concepto de "temporada" lo tengo absolutamente superado, al disponer tanto la suerte como la voluntad de ir a pescar a lo largo del año y de todas sus estaciones. Si todo va bien, en breve volveré a pisar el río con la caña en la mano. Será ya 2014, pero eso sólo es una cifra, una anualidad de un calendario que alguien inventó. Lo más importante es que seguiré pescando, esa es mi intención, y disfrutando de un entorno como es el río y también y con todo el respeto que se les debe de sus habitantes, en el que, y al igual que en toda la naturaleza en general, poco cuentan nuestros números y nuestros calendarios. Moriremos un día y el agua seguirá fluyendo por donde la ley de la gravedad le dicte; desaparecerá nuestra civilización y los peces, que ya eran viejos cuando nuestros antepasados se colgaban del rabo en las ramas de los árboles, seguirán cebándose a insectos, aún más longevos que ellos, en cualquier río. Relajémonos, pasemos un poco o un mucho de los tiempos pretéritos y venideros y disfrutemos del presente. Por suerte, y como dedujo Nietzsche, la naturaleza no tiene opinión de nosotros, y afortunadamente no somos tan importantes; Ya lo Mark Twain "¿Se cree usted importante? Dese una vuelta por el cementerio. Allí verá a gente más importante que usted, y la vida continúa".
Pese a haber entrado hace recién una semana en la estación invernal, y pese al paso de un pequeño frente poco activo, esta última jornada del año se ha movido dentro de unos baremos de temperatura muy agradables para la época del año, primaverales diría yo: cuatro grados a eso de las nueve de la mañana, mientras me enfundaba el váder, y sobre unos quince a primera hora de la tarde. Un día en que pese a la nubosidad variable del mediodía y a un cierto episodio de viento reseco de poniente, ya entrada la tarde, las truchas han estado muy activas en superficie e incluso han empezado a dar señales de actividad un poco antes de lo que es habitual en estas fechas.
La triunfadora indiscutible de la jornada ha sido la imitación de quironómido, ese dipterín cojonero de las aguas paradas, a poder ser un tanto guarras, por el que sienten auténtica pasión las truchas delicadas y sibaritas que viven, a menudo sin ser su hábitat natural, en ríos de llanura. Lo de esta jornada ha sido realmente excepcional, pues este ínfimo bichín me ha servido para capturar siete truchas (cinco arco-iris y dos farios), mejorando bastante mis pobres resultados de estas últimas semanas en "Magic-Anglès", sin utilizar otra mosca más en toda la acción de pesca del día, que ha sido a mosca seca de principio a fin.
Ahora viene cuando, si no fuera Ferran Rubinstein quien estuviera redactando esta crónica, otro os contaría que las capturas fueron gracias a un mágico montaje de quironómido elaborado tras largos y sesudos estudios de materiales que, por supuesto, no puede revelar pues son secreto de sumario. Don´t worry my friends! No hay secretos entre nosotros: por no ser, el modelo de quironómido que tanto éxito ha tenido en esta jornada no es ni de mi invención, ni mucho menos lo he montado yo. Forma parte de ese stock de moscas que tengo en alguna de mis cajas que o bien he comprado, o bien me han regalado alguno de mis amigos montadores. En concreto, y si queréis uno (o varios) igual, sólo tenéis que ir al catálogo de moscas de Jon Huerga Landa, y allí está: gris y pequeñín. Order there.
Tampoco vayáis a pensar ahora que este dipterín es la piedra filosofal y la clave para pescar truchas presionadas. El que haya funcionado relativamente bien en esta ocasión, tanto en aguas casi paradas como en corrientes, quiere decir bien poco, y tratándose de Anglès, posiblemente nada. Hoy les ha dado por ahí a las truchas, pero en otras ocasiones he apostado mucho al quironómido como caballo ganador, y me he acabado comiendo lo que se comió Clavijo. Las truchas son así de impredecibles, y las de Anglès tienen el don de poder desquiciar a más de alguno, empezando por mi, sobre todo de entre los que creen que hay axiomas en esto de la pesca a mosca, e incluso en la pesca en general.
Sin duda alguna, lo mejor del día fue el pescar a seca de principio a fin. Esta vez ni he montado un tándem ligero para tantear las aguas en las horas de poco o nulo movimiento, que suelen ser las de la mañana. Antes que eso, he preferido andar y observar el río. La jornada se dividió en dos partes, una de mañana y mediodía, mas dedicada a andar que a pescar, y otra con mucho rato de acción de pesca efectiva a partir de primera hora de la tarde, separadas por un breve interludio fuera del río, pues acabada la primera manga con el bolo evitado (2 truchas arco-iris capturadas) antes de las doce y media, tuve que darme una pequeña caminata hasta el coche, aparcado en el casco urbano de Anglès, pues había olvidado la documentación de pesca en el vehículo.
Para empezar el día, en vez de ir a directamente a zurrar el río decidí darme un paseo por la zona libre sin muerte que hay más abajo del puente de Sant Julià de Llor, y en la que, de vez en cuando, he tenido alguna alegría, y en otras veces me he llevado un buen bolo. En esta ocasión, ni llegué a hacer un solo lance, pues no ví ni un indicio de actividad de peces en superficie. Todo lo más, unos cuantos barbos -muy gordos, eso si- hociqueando en las inmediaciones del puente.
Tras el paseo caña en mano y con la mosca en seco, y ya que estaba en el puente, decidí continuar el mismo en el primer tramo del coto y ¡sorpresa! truchas cebándose en un bajío de tan escasa profundidad como corriente. Tras un par de correcciones de bajo de línea (demasiado largo para mi gusto), tuve una picada por sorpresa de una trucha irisada cuando no veía ni la mosca (debió ahogarse), y partí con mucha desventaja de inicio en la pelea; me ganó la corriente que cobra vitalidad tras el bajío y se me desclavó. Sin embargo, esto probó de que no le hacían ascos al quironómido, y así, a base de insistir sobre un terriotrio de cebas esporádicas conseguí pescar, esta vez metiendo los peces en el salabre, un par de esas vigorosas truchas arco-iris tan típicas de Anglès, que si bien no son torpedos con aletas, si que pueden presumir de una talla que sería considerable en otros pagos, y que se mueve entre los treinta y treinta y cinco centímetros.
Después del forzado retorno anticipado al coche, decidí probar suerte en la zona de los polígonos de La Cellera de Ter, dándome otra caminata, cosa muy buena, por otra parte, para quemar los excesos en la mesa de estas recién terminadas primeras fiestas navideñas. Cuando me encontré con dos pescadores ocupando la postura que pretendía pescar no llegué a saber el favor que me hicieron, pues un poco más adelante y libre, solo para mi, me encontré un pequeño tramo de río que literalmente hervía de cebas.
Desde luego que no lo tuve fácil para lanzar desde el primer momento, y no tan solo por lo emboscado de mi orilla, sino también porque de haberme metido en medio del cauce hubiese ahuyentado a un buen montón de peces que allí se estaban dando el festín. Tuve que recurrir a lances laterales y a algún rodado que otro, pero el quironómido hizo su labor, incluso en una corriente más viva, y en esta manga, interrumpida solo por un intermedio para hacer pis y beberme uno de mis habituales tes con limón, terminé capturando cinco truchas más: cuatro grandes y peleonas arco-iris, auténticas gladiadoras fluviales, y un par de preciosas fario de tamaño bastante contenido en patrones Anglès (una quedó por debajo de los treinta centímetros, y la otra no llegó a los veinticinco), que pese a su aristocrática y señorial librea se entregaron con facilidad, entrando muy mansas en la sacadera.
Machaqué mucho la postura; le exprimí bien el jugo, y pasadas las tres y media de una tarde que parecía de primavera más que de invierno, las truchas ralentizaron la actividad, y tomé la decisión de irme con la caña a otra parte. Sin embargo, a medida que bajaba por el camino río abajo, o bien encontraba posturas ya ocupadas por otros pescadores, o no veía actividad. Al final, terminé esta jornada más que aceptable dando varazos al agua, por si sonaba la flauta por casualidad, en la desembocadura de la Riera de Osor en el Ter, un lugar que antaño había sido muy productivo, pero que últimamente me viene decepcionando un tanto, todo y que a nivel paisaje y estética es, para mi gusto, uno de los lugares más bonitos del coto.
No conviene mucho alargar la jornada, pescando por pescar, cuando el sol se oculta tras las montañas de Les Guilleries, y más cuando a las cinco de la tarde abren la pastelería. No sea que, cuando el reino de las sombras extiende su diario dominio sobre el río y la arboleda que lo rodea, comencemos a sentir como si algo o alguien nos observara, y como si aquello que hay en las ramas de los árboles pelados de hojas fuera demasiado grande para ser un pájaro, demasiado grande y demasiado oscuro.
Por cierto, mientras volvía a casa, disfrutando de mi habitual y siempre grata sesión de música clásica, caí en la cuenta de que era el día de los Santos Inocentes, día de bromas y chanzas. Me da la impresión de que esto de las inocentadas se celebra, a nivel popular, bien poco de unos años a esta parte. Seguramente, en nuestro país estamos perdiendo el sentido del humor a pasos agigantados, cosa muy comprensible dados los muchos sufrimientos del pueblo para pagar la gestión depredadora de políticos infames al servicio de la Europa de los capitalistas, los mercaderes y los especuladores, modernos Herodes a los que sus sicarios, tras haber secuestrado la democracia, sirven para seguir disfrutando de sus privilegios a costa de los inocentes, que no son otros que el pueblo que los ha elegido, a menudo bajo engaños, y al que tendrían que proteger y servir .
JORNADA DE PESCA Nº 683
Sábado, 28 de diciembre de 2013
Temporada 2013 - 2014 - Nº 11
Temporada de cotos intensivos de salmónidos 2013 - 2014 - Nº 11
Coto Intensivo de Anglès - El Pasteral S. M.
Río Ter
Pescador:
Ferran RUBINSTEIN
Capturas:
5 truchas arco-iris a mosca seca y 2 truchas fario a mosca seca
Caudal: bajo (4 m3/seg. aprox.).
Condiciones de vadeo: sin dificultad y sin la ayuda del bastón.
Climatología: mañana: nubes altas y templado; mediodía y tarde: soleado y templado con ráfagas de aire.
Hora de inicio de la jornada: 10,15 h.
Hora de finalización de la jornada: 16,00 h.
La música de hoy:
Viaje de ida:
"Hungaria"
"Festklänge"
Franz Liszt
Scherzo para orquesta
Hans Pfintzer
Viaje de vuelta:
Concierto para violín y orquesta
Hans Pfintzer
"Polonia"
Marcha del centenario americano
Richard Wagner
"Una fiesta eslava"
Alexander Glazunov
Lineas Tensas!
Ferran RUBINSTEIN.