JORNADA DE PESCA Nº 567
En el Coto de Ordina de Ripoll, viven las “ordinetas”, preciosas y simpáticas truchas del pais, que a diferencia de sus hermanas de los valles de Ribes y Camprodón, habitan en un entorno suburbano.
Hace años, los cotos de Ripoll eran para mi escenario habitual de muchas jornadas de pesca, y especialmente durante la mitad de la década pasada (2.001 – 2.010), cuando un ciclo climatológico seco (2.003 – 2.007), con inviernos de poca innivación y primaveras de corto deshielo, permitían pescar con comodidad y productividad el sistema Ter-Freser muy temprado durante la temporada.
Sin embargo, la afortunada conversión de todo el Valle de Ribes, lugar pintoresco y de singular belleza paisajística, en territorio sin muerte, y la facilidad para poder obtener permisos de pesca por via telemática, en cotos antes terriblemente restrictivos en cuanto a aforo de pescadores, han sido factores determinantes para que estos últimos años haya ido dejando de un tanto de lado los cotos de Ripoll, tanto Ordina, el coto tradicional sobre el rio Freser, como el sin muerte Font Viva, totalmente urbano y mayomente sobre el rio Ter, aunque con un pequeño tramo sobre el Freser.
A priori, la jornada no pintaba muy bien. La climatología no parecía buena, y bajo un cielo gris, chispeando una ligera llovizna y –como no- escuchando los últimos compases del Concierto para Piano y Orquesta nº 2 de Alexander Glazunov, llegué finalmente a Ripoll, bastante resignado a simplemente pasar el dia, y de “tocar escama”... ya veremos.
Pero como ya sabréis por experiencia propia, en pesca, los pronósticos están para ser incumplidos. Y así como hay dias de sol radiante y paisaje de postal, que han generado grandes expectativas de pescatas de dos dígitos, y suelen terminar en aburridos paseos por el rio preguntándonos si en el mismo aún hay truchas, los hay de grises y húmedos, en un paisaje suburbano (que no deja de tener su encanto, por otro lado), que contra todo pronóstico nos deparan un dia de pesca divertido. Este último fue el caso de ayer en Ordina, todo y que –los que sigan mis habituales artículos en “Conmosca”, lo saben de hace tiempo- este no es precisamente uno de los cotos fáciles para mi (y para lo que a mucha más gente le gustaría admitir).
Cambiandome de ropa, en el aparcamiento público, junto a la Comisaría de los Mossos d´Esquadra, empezó a lloviznar nuevamente, pero hasta el momento no se había arrancado a llover decididamente: ni en Ripoll, ni –afortunadamente- más arriba, pues el rio presentaba sus mejores galas: casi terminado el deshielo, con un caudal excelente, tanto para la pesca a seca como a ninfa, y muy cómodo y seguro para el vadeo.
El que el dia iba a ser excepcional, me quedó confirmado nada más empezar, cuando en las corrientes del primer tramo del coto, por su parte baja, saqué tres truchas en muy poco tiempo. Eso fué una buena señal, pues en este tramo el coto siempre ha sido muy tacaño conmigo, o yo muy lerdo para leer el rio correctamente, que eso es otra cuestión.
Cerca de la salida de aguas del canal, he tenido el placer de saludar y hacer un rato de amigable tertulia con Santi Medina, un gran campeón de la pesca a mosca en su vertiente de deporte de competición, que hoy estaba entrenando en Ordina. Un placer y un privilegio el poder coincidir con tan buenos deportistas.
Tras el encuentro con Santi, he optado por ir a pescar el tramo que queda tras el muro de la factoría “Conforsa”. Sin embargo, tenía un señor delante, y he tenido que esperar un rato a que avanzara, para salir del rio sin pisárselo. Todo y así, pescando a escasa distancia de él, pero por detrás, he capturado la primera de dos a seca del dia: una buena trucha que ha sucumbido a los encantos del trico de pelo de ciervo del tándem. Ha sido un lance muy bonito, pues ya había hecho intención de subir una vez, pero se lo ha pensado mejor, y sin embargo, cuatro pasadas de trico después, se ha decidido.
Ha arreciado la lluvia cuando he llegado al area de picnic de la Font de Tòtil. Allí me he despedido de Santi, que estaba de charla con el guardia, al que hacía poco yo le había enseñado los papeles. ¡Que bien, la guardería cumple!.
En el tramo desde el area de picnic y hasta la presa, he aguantado uno de los dos intérvalos de lluvia un tanto más intensa del dia, y sólo he pescado una trucha, pero esta ha sido la mejor de la jornada, tanto por tamaño, como por la emocionante pelea que me ha dado. Fijáos que al principio, creí que había enrocado la ninfa del tándem. Curiosamente, el animalito llevaba una visible cicatriz a tocar de su ojo derecho, fruto del ataque de algún pajarraco depredador, tal como podéis observar en la foto de más arriba.
Puede que muchos crean que la presa es el fin del coto, pero no es así. Aún queda casi un kilómetro para el fin del mismo. Lo que pasa es que este azud es un obstáculo que impone, y de muy mal pasar. Para los que no quieran encaramarse al mismo “por las bravas”, con el consiguiente riesgo de tener un accidenrte, les diré que por el lado izquierdo de la marcha pueden sortearlo saliendo del rio y ganando altura hasta un prado que va paralelo al mismo. En el margen del prado con el bosque, hay un bajador. Está un tanto abandonado y no es fácil encontrarlo, pero lo hay, y es tremendamente útil, pues otra opción (la de abordar la presa por su lado derecho), es tremendamente complicada, y en caso de decidir dar un largo rodeo, tendríamos que ir a buscar el coche para plantarnos en el aparcamiento de la factoría S&P, en donde hay otro bajador, el cual además de no ser fácil de encontrar, nos deja a mitad del tramo superior, y no al principio.
La llegada al inicio de tramo superior, tras la aventura de encontrar un camino para evitar la presa, se vió saludada por la salida del sol, que tuvo uno escaso cuarto de hora de gloria, antes de que volviese a llover, y arreciase al poco de terminar de pescar este sector. Esto, quizás activo a las truchas, pues me estrené en el mismo con tres de seguidas, y un par más de desclavadas.
Durante un corto tramo, es en esta parte del coto, cuando uno cree estar pescando en la montaña, pues hay bosque en ambas márgenes del rio. Sin embargo, un poco más arriba, y hasta el final del mismo, la orilla derecha siempre está cerrada por muros de fábricas, con curiosas señales triangulares de tráfico fijadas en los mismos, que anuncian “precaución, cambios súbitos de caudal”, o por el talud del aparcamiento de la factoría S&P .
A partir del arriba mencionado talud, predominan las corrientes, alguna de ellas bastante vivas. Territorio trico, sobre todo en verano. Esta vez, el uso de la mosca bailarina volvió a ser productivo, pues otra trucha lo atacó con saña y por sorpresa, antes de terminar en mi sacadera. Por todo lo demás, otro par de truchas a ninfa han completado el balance del tramo, que ha sido muy productivo, pero no ha dado trucha muy grande: poco más de la talla legal , y alguna “palmera” que otra.
Con once truchas en mi haber, y muy contentas de seguir nadando en el rio, creía que a las cuatro menos cuatro de la tarde había terminado la jornada, pero no fue así.
Primero había que salir del rio. Esta vez no fue tan complicado, pues una escalerilla cerca de la siguiente presa, que es de una minicentral hidroeléctrica, te lleva a un paso por encima de una enorme tubería de color verde, y a atravesar un puentecito sobre un canal, y de allí sales por otra escalerita a una calle en una colonia que está casi en la entrada de Campdevànol.
De vuelta por la carretera, camino de Ripoll, no me dedicí a plegar la caña, pues algo me decía que el partido aún no había terminado. Poco antes de la rotonda de entrada a Ripoll, atajé por la pasarela que hay frente a la salida del canal, y volví a hacer un mini-periplo por algunos puntos “calientes” de mis recuerdos de este coto, y que me reportaron una estupenda trucha más, y la pelea con otra, un tanto más grande y afortunada.
Por cierto, dos detalles que corroboran que ayer era un dia de suerte: el primero, aunque no excepcional (sería algo así como la “Ley de Murphy”, pero al revés). Es que media hora antes de volver al coche paró de llover, con lo cual tuve la enorme suerte de poder cambiarme de ropa sin hacer contorsionismo dentro de mi vehículo. Por lo que hace al segundo, este ya es muy inusual, pues a mi no me ha pasado muchas veces, y la última haga quizás años: con las mismas moscas (trico y ninfa) con las que monté el aparejo al principio de la jornada, terminé de pescar. O sea, que por un dia tuve perdidas de material cero.
Para celebrar tan buen dia de pesca, y que los pronósticos están para ser desmentidos, fui a merendar a Can Junyent, una pastelería que me trae recuerdos de hace años atrás, en ese tiempo en que los cotos de Ripoll acaparaban gran parte de mi actividad pesquera durante la temporada.
TEMPORADA 2.010 - 2.011 - Nº 26
Sábado, 2 de Abril de 2.011
TEMPORADA DE SALMÓNIDOS 2.011 Nº 9
Coto de Ordina - Ripoll
Rio Freser
Capturas: 10 truchas fario a ninfa y 2 truchas fario a mosca seca.
Pescador: Ferran RUBINSTEIN
Climatología: nublado y templado, con llovizna.
Hora de inicio de la jornada: 09,45 h.
Hora finalización jornada: 17,00 h.
La música de hoy:
Viaje de ida:
Concierto para piano y orquesta en “DO” menor
Joachim Raff
Concierto para piano y orquesta nº 2
Alexander Glazunov
Salmo nº 83
Alexander Von Zemlinsky
Viaje de vuelta:
Concierto para violín y orquesta nº 2 “En estilo húngaro”
Joseph Joachim
“Andante” (Op. 69, Nº 2)
Giuseppe Martucci
“Cortejo Solemne”, Op. 91
“Cortejo Solemne”, Op. 50
Alexander Glazunov
Lineas Tensas!
Ferran RUBINSTEIN.
Hola Ferran, hace tiempo que quería contactar contigo pero no se como,intenta responderme por correo cuando tengas un rato.
ResponderEliminarpedrincordero@hotmail.com
UN SALUDO.
Pedro.