JORNADA DE PESCA Nº 561
Definitivmente, este inicio de temporada, puede pasar a la historia como el más desastroso, desafortunado y accidentado de los que he vivido a lo largo de los años.
La jornada inaugural, fue una de las climatológicamente peores que recuerdo en mucho tiempo, y estuve pescando seis horas seguidas bajo el chaparrón. La semana pasada, me caí al rio, y aparte de empaparme hasta los calzoncillos, se me mojó la cámara de fotos, la cual, afortunadamente, he podido recuperar a la que se ha evaporado el agua. Por suerte una buena funda hizo milagros. Esto, y ponerla a secar en un paquete de arroz. Este sábado, para no variar la tendencia negativa, partí un tramo de mi caña, al golpear de misma de un modo fortuito en una roca, mientras desenganchaba las ninfas que se habían quedado colgadas en un árbol, tras un lance demasiado arriesgado.
En fin, que ahora tocará reponer el tramo de la caña lo antes posible. El único inconveniente de tal accidente, fué que tuve que volver al coche, guardar la caña rota, sacar la caña de repuesto, mucho más tosca y con una acción a la que no estoy tan acostumbrado, y montar de nuevo aparejos.
Como no, estaba un tanto apesadumbrado, pues le tengo mucho cariño a mi Guideline Fario, y ahora puedo tener que estar un tiempo sin pescar con ella. Confío en una pronta reposición del tramo roto. Al igual que la semana, tras el remojón, tampoco tras la inesperada y desafortunada rotura de mi juguete favorito, me he dejado llevar por el desánimo, o por el derrotismo. Al rio he venido a pescar, y eso voy a continuar haciendo, hasta que llegue la hora de irme, no importa con que caña. Por suerte, siempre llevo una de repuesto.
La mañana ha sido soleada, e incluso ha hecho calor, a medida que nos apróximábamos al mediodia. El rio bajaba altito, y con el agua de tonalidad grisácea debido al deshielo, pero totalmente pescable, y muy ideal para hacerlo a ninfa.
Sin embargo, y pese a la bonanza de la mañana, en este período de la jornada no he tenido ni una picada; ni una. Y eso que he raspado bien el fondo del rio con ninfas bastante pesadas, lo que además se ha supuesto una buena escabechina de material, debido a enganches diversos con rocas y troncos sumergidos.
El triste episodio de la rotura de la caña, ha sucedido a tocar el mediodia. Entonces, he tenido que hacer una pausa forzosa, para volver al coche a buscar la caña de repuesto. Al volver a pescar, decidí no volver al mismo sitio, y cambiar un poco de zona, aunque, tras rodear el siempre emboscado y casi intransitable valle del Gabarrós (rio el cual, además, es Refugio de Pesca), resultó que volvía a pescar apenas a menos de medio kilómetro de donde lo había tenido que dejar hacía un rato.
De vuelta a la acción de pesca, el cielo se nubló, y cayeron cuatro gotas mal contadas. Quizás fue eso lo que activo a las truchas, pues a partir de ese momento, comenzaron a picar, lo hicieron con ganas, y lo que quedaba de jornada ha sido todo lo amena que no ha sido la soleada y bonancible mañana. Eso si, no vayáis a creer que ha caído tormenta alguna. Sólo han sido unos cuantos episodios de débil llovizna, bajo un cielo encapotado por el que, de vez en cuando, se colaban los rayos del sol de la tarde. Un bello espectáculo de la naturaleza, para premiar a aquellos que, seguimos pescando en una hora en que muchos prefieren estar de tertulia en la comilona, o haciendo la digestión de la misma.
Por lo que hace a las truchas, salieron de buena medida, y de “palmeras” (1). Las de buena medida picaban a la ninfa de tamaño contenido, de oreja de liebre bien despeluchada, y lo hacían tímidamente, por lo que tocó extremar el tacto. Por el contrario, las deshinibidas y descaradas palmeras, se abalanzaban como locas sobre el pesado ninforro de punta de bajo de linea, y se lo metían a fondo en la boca, por lo que en un par de veces he tenido que sudar tinta de calamar, para poder desanzuelar y devolver al rio sin daños a estas divertidas farios, aprendices de “garganta profunda”.
De justicia, el total de capturas de hoy sería de diez truchas fario a ninfa... pero como yo sólo cuento aquellas que terminan en la sacadera, y luego son soltadas, quedan en cinco. Las otras cinco, fueron truchas peleadas, pero perdidas en el combate, en el cual en esta ocasión tuve la desventaja añadida de pescar con una caña de reserva cuyas acciones tanto de lanzado, como de pelea con el pez, no tan sólo desconocía, sino que dejan bastante que desear.
A propósito de la caña de reserva, os diré que se trata de una económica de nueve pies y cuatro tramos para linea 5 (la marca, como el nombre del pecador, no la diré), muy dura y con acción de punta. La verdad, es que nunca la había usado, pues sólo la llevaba por si sucedía alguna eventualidad. Si veo que se demora la recuperación de mi caña habitual, estoy por recuperar mi vieja Grauvell Titanium de dos tramos, con la que he pescado muchos años, y a cuya acción, aunque menos depurada que la Guideline Fario, ya estoy acostumbrado.
Curiosamente, a medida que avanzaba la tarde, el caudal del rio bajó ligeramente, y el agua se aclaró un poco más. Por ello, dediqué la última media hora de la jornada a repasar con el tándem de seca y ninfa, unas corrientes en las que había tenido bastantes picadas horas antes. En esta media hora final, de “jogo bonito”, de pesca más vistosa, aún tuve tiempo para clavar un par de truchas, ambas “palmeras”: una terminó en mis manos, y la otra se desclavó, en la tónica de lo que fue la parte productiva de la jornada.
De vuelta a casa, tras la merienda pastelera en Gironella, no hay tristeza ni pesar por el juguete roto. Un dia de pesca, es un regalo de la Providencia demasiado grande, como para entristecerse por algo que se puede reponer, bien sea una ninfa que se engancha en un tronco, o una caña que se parte. Al fin y al cabo, sólo a los pescadores de salón y tertulia nunca les pasa nada. Los que pasamos tanto tiempo en el rio, ya sabemos a lo que nos exponemos, aunque visto lo visto en este inicio de temporada, estoy deseando, con todas mis fuerzas, que llegue por fin una jornada un poco menos aciaga y accidentada.
TEMPORADA 2.010 - 2.011 - Nº 20
Sábado, 26 de Marzo de 2011
TEMPORADA DE SALMÓNIDOS 2.011 Nº 3
Coto Guardiola de Berguedà-1
Rios Llobregat, Bastareny y Saldes
(pesca sólo en el Llobregat en esta jornada)
Capturas: 5 truchas fario a ninfa.
Pescador : Ferran RUBINSTEIN
Climatología: soleado y caluroso por la mañana, y nublado, con débil llovizna ocasional, por la tarde.
Hora de inicio de la jornada: 10,15 h.
Hora finalización jornada: 17,30 h.
La música de hoy:
Viaje de ida:
Sinfonía nº 12 “El año 1.917”
Dimitri Shostakovich
Obertura Triunfal
Anton Rubinstein
“La Noche Transfigurada”
Arnold Schömberg
Viaje de vuelta:
Sinfonía nº 6
Anton Rubinstein
“A la Memoria de un Héroe”
Alexander Glazunov
Lineas Tensas!
Ferran RUBINSTEIN.
(1) Nota para los lectores de Iberoamérica: se dice de una trucha “palmera”, cuando esta hace justo la medida de un palmo de la mano, aunque todo depende de la mano de quién. Por regla general, las truchas “palmeras” estarían entre 18 y 20 cms., aunque según quien incluye en esta categoría truchas de 22 cms., que suele ser la medida mínima legal de captura en los cotos con muerte de Catalunya.