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sábado, 13 de diciembre de 2014

JP-727. A MICRONINFA Y LANZANDO LEJOS, EL PENÚLTIMO RECURSO. Sábado, 13/12/2014.


El día de Santa Lucía, el más corto del año, ha caído en sábado de jornada de pesca. En Alfarràs, con una temperatura ya invernal, las truchas muy selectivas han puesto el listón de su captura muy alto. Además de la diversión de su desafío, lo mejor del día ha sido poder saludar a dos tan buenos pescadores, como excelentes personas, como son Daniel Somolinos y Jonathan Calvet.

Tanta ha sido la selectividad y el resabiamiento, tanto de farios, como de irisadas, que al final he tenido que desistir de pescarlas en superficie, y he recurrido a la pesca con microninfas lanzando a distancia. Esta preciosa iris, es una prueba del éxito del cambio de estrategia.

Todo y el cambio de estrategia, de ese "penúltimo recurso", no ha sido nada fácil terminar el día con tan solo seis capturas en la sacadera. Esta vez, las preciosas farios, como la de la foto, han empatado con las irisadas (3 -3), todo y que en un par de picadas más perdí una arco-iris de tamaño descomunal, y clavé una fario por el lomo, y ya se sabe: por ética, pez al robo, no cuenta.
La serena belleza del paisaje fluvial, en estos cortos días que preludian el invierno, no tiene precio. Si además de admirarla, podemos estar metidos en el río, caña  en mano y tentando a las truchas, el placer de la experiencia roza lo sublime. .



JORNADA DE PESCA Nº  727


Dos semanas después de la impresionante borrasca, y las subsiguientes riadas, del último fin de semana de noviembre, los ríos de mi entorno cercano siguen bajando lo bastante bravos como para mantenerse prudencialmente alejado de ellos.
Este sábado de Santa Lucía, el día más corto del año, tocó nuevamente volver a emprender el largo viaje a Alfarràs, hacia ese "Far-West" o lejano oeste en donde, de un modo excepcional, fluye un Noguera Ribagorçana lo suficientemente pacífico como para vadearlo y pescarlo.
En el coto de Alfarràs, en un día soleado, pero frío, quizás como preludio de ese invierno que tenemos ya llamando a la puerta, las truchas muy selectivas y resabiadas pusieron el listón de su captura muy alto, y tuve que desistir de mi empeño de pescarlas en superficie, pasando a buscar un "penúltimo recurso" ingenioso, que practica con asiduidad mi amigo y veterano mosquero Carles Vivé.
Además de la diversión generada por el desafío de las truchas, lo mejor de la jornada fue el tener la ocasión de saludar y charlar con dos excelentes pescadores, y aún mejores personas, como son Jonathan Calvet, de Sabadell, y Daniel Somolinos, de Igualada. Por cierto, a este último hacía años que no le veía en persona, y me lleve la grata sorpresa de verle pescando en compañía no tan solo de su hijo, sino también de sus dos nietos...¡como pasa el tiempo!.
Como soy amigo de complicarme poco la vida, aproveché la ocasión de estar en la parte alta del coto, por encima del puente de la carretera C-26, para ir a tentar las truchas de unas tablas que quedan como a unos ciento cincuenta metros escasos, río abajo, de la tabla de "siempre draga", en donde transcurrió  la  casi totalidad de la jornada de pesca de la semana anterior.
Con el río ligeramente más bajo que hace una semana (según el SAIH-Ebro, 3,90 m3/seg. en el aforo de Pinyana), y una gran proliferación de algas en el cauce, estas dos tablas, una consecutiva a la otra, no estaban precisamente para pescas demasiado pesadas, y mucho menos para darle alegría al tungsteno, pero eso no tuvo la mayor importancia, pues cuando llegué a las mismas, dando un rodeo por el cañaveral para no asustar a los peces, me encontré en ambas una gran cantidad de truchas activas, comiendo en superficie, por lo que no llegué ni a enhebrar ninfa alguna.
Sin embargo, mi gozo en un pozo: todo y la gran actividad de los peces, estos eran reacios a pillar mi mosca, una vez tas otra. Era evidente que comían emergentes pero...¿de que?. La verdad es que la poca mosca que emergía era la pequeña ignita habitual en esta época en Alfarràs, pero más daba la impresión de que las truchas comían algún tipo de larva, ya que se veían más lomos que bocas.
A la hora y media larga de pescar, ya había hecho desfilar por los morros de los golosos peces una buena colección de sacar, emergentes, e incluso alguna que otra ahogada, incluyendo: imago de ignita, emergente de ignita, emergentes generalista, de CDC (si, si, pasaron incluso del siempre exitoso diseño de la "Joan Navarro Factory") y de hackle y CDC ligeramente lastradas, dipterines varios, palmers de conjunto y ahogadas con y sin bolita de collarín. A las dos horas, como no, había seguido insistiendo, pero rectificando bajos de línea, todo y que lo franco del discurrir de la ligera corriente por ambas tablas no origina grandfes quebraderos de cabeza con el dragado de la mosca, y menos aún con un bajo de línea ligeramente largo.
En fin, que las truchas estaban realmente difíciles. Es de suponer que las zurran mucho, y que están pescadas y repescadas. Nada que no me haya encontrado en ediciones invernales, con un río bajo mínimos, y en escenarios presionados como, por ejemplo, "Magic Anglès". En estas ocasiones, se impone buscar un "penúltimo recurso" que, al menos, evite el bolo, entendiendo que el "último recurso" sería otro invento milagroso, que de usarse pasaría a ser otra vez el "penúltimo". O eso, o convertir el realmente el último en salir del río e irse a tomar una cerveza (en verano), o un chocolate calentito con churros (en invierno), y que le den a las truchas, y de paso a los invertebrados misteriosos que se zampan, por allí donde amarga el pepino.  
En esta ocasión, el "penúltimo recurso" vino inspirado por un modo de pesca que usa habitualmente mi amigo Carles Vivé, y que no es otro que pescar con la ninfa más pequeña que se pueda, pero lanzando lo mas lejos posible,  dejándola derivar con libertad, sin traccionar, corriente abajo, entre las cebas de los peces que tan puñeteros pueden estar a seca.
En el fondo, es como pescar a seca, peso sustituyendo la mosca por una microninfa. En este caso, opté por una auténtica menudencia: una imitación de "larva de algo", consistente en una bolita del 00, unas cuantas vueltas de hilo madeira verde, y apenas unas fibras de colgadera para hacer de colitas, todo ello montado en un anzuelo del 19, sin muerte.
Lo que si hay que tener en cuenta, es que a la hora de poner en práctica la experiencia, vamos a estar lanzando dos elementos: la ninfa, y la bolita de indicador de picada, que en este caso ha de ser más bien generosa, dado que ha de ralentizar al máximo la deriva de la imitación subacuática, que en ausencia del pegote de plastelina flotante se vería traccionada de más por la cola de rata desplegada sobre el agua. En el fondo, es como pescar con tandem, pero con la ventaja de un señalizador de picada que no se empapa, y que facilita un paseo más pausado de la ninfa.
Por tanto, ¡mucho cuidado con el lance!, pues en el fondo estamos moviendo algo de peso, repartido en dos puntos del bajo de línea. Aquí, nada ni de florituras, ni de falsos lances (y menos ahora, para presentar una mosca que no necesita ser secada). Pescando los laterales de las orillas, mejor aún si se puede hacer un lance rodado.
Bien pues ¡el experimento funcionó! y de golpe y porrazo, en una serie de lances afortunados, capturé tres truchas casi seguidas, de entre las que, frente mío, en la corriente, hacía bien poco que pasaban olímpicamente de mis imitaciones en superficie. dos irisadas, y una fario, todas ellas muy bravas en la pelea (quizás más las mykiis que las pintonas), y todas bastante por encima de los 35 cms.
Pero tanta alegría no podría durar tanto, y tras la tercera captura, las truchas comenzaron a pasar también de la parsimoniosa microninfa, así que decidí pasar a pescar la tabla superior. En ese momento, unos cincuenta metros río arriba, tres pescadores cruzaron el río y se fueron corriente arriba. Fue a los únicos que vi, en todo el día, aparte de a Jonathan, a quien había saludado por la mañana y volví a ver casi al final de la jornada, y a Daniel y su familia, que pararon a saludarme cuando yo ya me estaba cambiando de ropa. Todo y así, me comentó el de Sabadell que en la zona de la chopera si que había habido mucha gente pescando.   Zona nueva, misma estrategia, y picada instantánea. Al clavar, me vi sorprendido por la potente carrera de una trucha que, al pegar dos saltos fuera del agua me hizo quedar con la boca abierta de lo grande que era: una irisada como un auténtico torpedo, que organizó su resistencia a base de saltos, dos, tres, y al cuarto, ya no estaba la trucha.
También noté una resistencia brutal, al pescar una fario de muy buen tamaño, pero en este caso debida a que el pez venía enganchado por la aleta dorsal. Con paciencia, pude meterla en la sacadera, y quitarle el anzuelo como paso previo a una libertad sin recompensa para mi cómputo, pues -por etica- jamás deberían contabilizarse como capturas los peces cogidos al robo.
Quizás por el gran barullo que habían causado tanto la gran irisada con vocación de saltimbanqui, como la fario enganchada por donde no debía, se frenó un tanto la actividad en la veta central de la corriente de la tabla, así que pasé al "plan B" del "penúltimo recurso", que no es otro que tentar los peces más arrimados a las orillas. De nuevo con paciencia, insistiendo mucho, y a pesar de pescar las zonas de actividad más esporádica, conseguí que el "plan B" diese sus frutos, capturando de un modo muy espaciado tres truchas más, también todas ellas grandes, dos farios y una irisada, pasando largo los 35 cms.
Pasadas las tres de la tarde, estaba helado. Mi tan bien amortizado, como machacado vader Vision Keeper necesita un parcheo urgente, pues hace agua por varios sitios, y obcecado como siempre en pos de las truchas, no me dí ni cuenta de lo realmente congelados que tenía los pies, y lo mucho que me dolían las articulaciones.
Andando como un viejo achacoso, estaba dispuesto a volver al coche incluso un poco antes de tiempo, pero la mucha actividad de las truchas de la tabla de la chopera me tentó a pasar una última hora de la jornada intentando su captura a seca, pero... fue en vano, pues creo que estas truchas, residentes de la parte del río más cercana al aparcamiento más concurrido, deben estar en el "Top Ten" de lo más zurrado y resabiado de todo el coto. Fue allí en donde me volví a cruzar con Jonathan. por segunda vez en el día; su jornada de pesca había sido bastante más exitosaque la mía, pues había capturado ocho truchas, todas irisadas, incluyendo ¡dos a mosca seca, y encima en La Chopera!. Por lo que me contó, por la mañana había habido algún rato que estaban más francas, y el las había conseguido engañar con una imitación de rhodani. Lo que era por la tarde, creo que de picar, como mucho a un billete de 500 Euros, y bien pasado por los mismos morros, no sea que Sus Majestades tengan que esforzarse innecesariamente más de lo debido.
Mientras me cambiaba de ropa, me encontré con mi amigo Daniel Somolinos, acompañado de su hijo y de sus nietos, que ya volvían a casa. Había sido una jornada entretenida, pero le sorprendió en gran manera lo muy resabiadas y caprichosas que estaban las truchas. Me hizo mucha ilusión verle en persona, tras largo tiempo de solo tener contacto por internet. Aún recuerdo cuando, hace muchos años, su hijo era un adolescente, y Daniel ya se lo llevaba de pesca. Hoy, los nietos se han unido a la afición familiar.¡Enhorabuena!.  
Ni la calefacción a tope en el coche, ni el "café con leche de descongelación", que tomé en Bellcaire d´Urgell, ni la reconfortante merienda en La Panadella me quitaron el frío del cuerpo, y aún menos el dolor de articulaciones del tren inferior. Aunque no soy consciente de ello, me estoy haciendo ya demasiado mayor para soportar los efectos pasar tantas horas en remojo, con la ropa interior empapada. Si, definitivamente, y aprovechando el parón de la semana que viene para hacer senderismo, he de encontrar un momento para reparar el vader.  

                               

JORNADA DE PESCA Nº 727



Sábado, 13 de diciembre de 2014

Temporada 2014 - 2015 - Nº 8
Temporada de cotos intensivos de salmónidos 2014-2015 - Nº 6

Coto Intensivo de Alfarràs S. M. NR12B
Río Noguera-Ribagorçana

Pescador. Ferran RUBINSTEIN

Capturas: 3 truchas fario a ninfa y 3 truchas arco-iris a ninfa

Climatología: soleado y frío.

Caudal: bajo (3,90 m3/seg. - fuente: SAIH-Ebro)

Condiciones de vadeo: vadeable sin dificultad, y sin ayuda del bastón de vadeo.

Hora de inicio de la jornada: 09,45 h.
Hora de finalización de la jornada: 16,15 h.

La música de hoy:

Viaje de ida:

Sinfonía nº 3
Sonata para piano nº 1
Sonata para piano nº 2
Anton Rubinstein

Viaje de vuelta:

Sinfonía nº 1
Sinfonía nº 2
Robert Fuchs

Variaciones Sinfónicas
Charles H. H. Parry

"Encuentro" (fantasía para violoncello y piano)
Joachim Raff

Líneas Tensas!


Ferran RUBINSTEIN.

1 comentario:

  1. Recomiendo a todos el libro Técnicas de la pesca con ninfa de Mario Rojo del Busto, un maestro de la pesca con ninfa que reside en USA y en este país esta reconocido como un maestro de esta modalidad tanto en la pesca como en el montaje de las artificiales.El libro no es caro.No es muy fluido en su lectura ya que su autor es un gran pescador pero no un escritor conspícuo.

    Carles

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