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sábado, 24 de mayo de 2014

JP-697. LA ILUSIÓN DE LA JUVENTUD A ORILLAS DEL FRESER. Sábado, 24/05/2014

En esta jornada tuve el gran placer de conocer a Bruno, un joven pescador de Campdevànol, que me hizo de improvisado guía de pesca, y de paso aprovechó para tomarme esta instantánea, para que las lectoras de este blog no sufran: Ferran Rubinstein sigue tan guapo y atractivo como siempre, je, je. je... 

El Freser baja con un caudal alegre y cantarín a su paso por Campdevànol.  Un río perfecto para pescar, todo y que ayer las truchas no estaban muy por la labor, y la pescata fue mas bien discreta. 

El día fue gris y tristón, con varios episodios de llovizna esporádica. Todo y así, el sol intento imponerse a las nubes, a eso del mediodía, pero no lo consiguió. Por suerte, tampoco terminó lloviendo decididamente, y al menos ni tuve que enfundarme el impermeable, ni que terminar la jornada haciendo contorsionismo dentro del coche para cambiarme.   

A media tarde, de vuelta hacia el coche, me encontré con un gran jolgorio por las calles de Campdevànol: un encuentro de Gigantes y Cabezudos de varias localidades de Catalunya. Quizás la música de tambores y grallas hubiese activado a las truchas, pero para mi había llegado ya la hora de una merecida merienda. 


Preciosa trucha fario, pescada durante la jornada de pesca del lunes pasado en una zona libre sin muerte, que estuve explorando con mis amigos y pescadores de lance ligero Dmitriy G. y David D.  Por falta de tiempo, no he podido reportar esta jornada, y es que entre semana la faena se me acumula una barbaridad. 


JORNADA DE PESCA Nº 697

Se me acumula la faena... se me acumula y mucho. Tantas fueron las obligaciones laborales y familiares durante la semana pasada que al final no tuve tiempo para reportar la salida de pesca del pasado Lunes, 19 de mayo, en que disfruté de un día  de libre disposición en mi trabajo, y que dediqué a explorar una zona libre sin muerte con mis amigos Dmitriy G. y David D., ambos pescadores de lance ligero con cucharillas con un solo anzuelo sin arponcillo.
A "grosso modo", os diré que no fue un día muy confortable para estar en el río, pues nos tuvimos que enfrentar a un viento muy desagradable y a una auténtica nevada del polen de los árboles, pero truchas haberlas las había, y prueba de ello fueron las cinco que pescó mi amigo ruso, o las dos que capturó mi otro amigo, que es tan "del país" como el que suscribe. Por mi parte, y pescando a ninfa, capturé un par de truchas, tan farios como las que pescaron mis colegas, por la mañana, mientras que por la tarde peleando con ciprínidos no estuve muy acertado, pero todo y así se me escapó, a las primeras de cambio, un barbo que, de haberlo clavado bien, igual me hubiera partido la caña.
Supongo que para muchos "Ayatollas" de la pesca a mosca es un sacrilegio eso de compartir jornada en una zona libre sin muerte con pescadores de lance ligero. La verdad es que yo ya comienzo a estar un tanto cansado de tanta gilipollez y tanta intransigencia, sobre todo por parte de conversos recientes a la fe de la mosca, que no paran de conspirar para expulsar del río a los pescadores de otras modalidades. Sepan señores, que si voy a pescar con pescadores de lance ligero es sobre todo porque tienen el mismo derecho a hacerlo que nosotros, los que lo hacemos a mosca. Es más, encuentro abusivo y discriminatorio que se hable en ciertos círculos de acotar más ríos para uso exclusivo de pescadores a mosca, máxime cuando a lance ligero, y con las modernas cucharillas, el captura y suelta está tan garantizado como pescando a mosca.
Por esta vez, me he quedado con las ganas, por falta de tiempo, de hacer un extenso reportaje, pero me he sentido en la obligación de pedir disculpas a mis amigos por no poderles dedicar un artículo. Quizás en otra ocasión escriba uno  sobre esta zona... o no, pues ya veo que sigo siendo de los muy pocos, incluso entre la mayoría de gente que tanto les gusta nuestro grupo de Facebook, que sigue poniendo información de donde pesca, sin recibir -salvo contadas excepciones- otra información pública a cambio. Cada cual es muy libre de escribir y publicar lo que quiera, faltaría más, pero como dice el Doctor Lecter en "El Silencio de los Corderos"; "quid pro quo, Clarice".   
Hechas las reflexiones sobre esta jornada no reportada, paso a escribir el artículo de la de este sábado, 24 de mayo.
En esta jornada he vuelto a pescar en Campdevànol, en el Río Freser, en un día gris y tristón, y en el que las truchas no han estado lo que se dice precisamente activas. Sin embargo, EN esta jornada de pesca bastante anodina en lo que a resultados se refiere, he podido conocer en persona  a Bruno, un muy joven pescador de esta localidad, que a su vez es un fiel seguidor y lector de este nuestro blog.
De nuevo, y al igual que hace dos semanas en Guardiola de Berguedà, me ha acompañado durante los viajes de ida y vuelta al Ripollès mi amigo Pep, quien en esta ocasión ha aprovechado para hacer un poco de senderismo por los alrededores de Campdevànol y Ripoll. Como es habitual, hemos desayunado y merendado juntos, y dedicado nuestras conversaciones sobre todo al fútbol y a la política.
Como viene siendo habitual en mis visitas a Campdevànol, lo primero que hemos hecho ha sido reservar las pertinentes "boinas" en la pastelería de Can Nasiet, para no quedarnos sin ellas a la hora de la merienda. No es la primera vez que se agotan a lo largo del día, cosa que no me extraña, dado lo sabrosos que son estos pastelitos. Una vez cumplido este imprescindible requisito, me he acercado al río, y he comprobado que los informes que me había facilitado Bruno por Whatsapp el día antes seguían cumpliendose: el río bajaba límpio y con un caudal medio excelente para pescar.     
Ha sido un enorme placer tanto conocer como compartir tiempo de pesca con Bruno, todo y que ha tenido que marchar poco después del mediodía, para comer en familia. Las horas que hemos compartido juntos han sido, de largo, las mejores de este día, no ya porque las mejores de las pocas truchas capturadas lo han sido en este intervalo de tiempo, sino también y sobre todo, por el entusiasmo y la pasión por pescar de alguien tan jóven como que todavía va al instituto, y que es totalmente contagiosa, pues me recuerda a mi mismo a su edad, cuando cualquiera de mis humildes días de pesca, en el rompeolas, en el pantano de Vallvidrera y más excepcionalmente en Monistrol de Montserrat, se convertía en una aventura extraordinaria.
En esto, Bruno es más afortunado de lo que yo lo fuí en los lejanos primeros años ochenta; vive en un pueblo de una de las comarcas con un entorno natural más atractivo de nuestra geografía, El Ripollès, y tiene a tocar de su casa un río truchero, por lo que cada día que legalmente es hábil para pescar en el mismo, puede acercarse unas horas a practicar esta bendita locura, ajena a edades y condiciones sociales, que se llama pesca a mosca. Además, me consta que es una afición que comparte con su padre, quien le ha hecho el gran favor de llevarle a otros ríos para que pueda ampliar horizontes y vivir experiencias diferentes.
Como dije antes, Bruno pesca muchos días de la temporada el tramo de su pueblo del coto de Ripoll-Campdevànol, concretamente en los que antes fueron cotos independientes de Campdevànol (El Freser-1, tradicional, y El  Freser-2, sin muerte), y se ha ofrecido ha hacer para mi de improvisado guia de pesca. Todo y que hace muchos años que pesco los cotos de este pueblo, Bruno me ha sorpendido llevándome a un rincón del antiguo coto sin muerte que hacía muchos años por el que no me acercaba, y luego me ha brindado su particular visión del río, permitiendome ese grato ejercicio de leer el río tal como lo interpreta otra persona, y la verdad es que la lectura ha sido muy acertada, pues las mejores capturas de truchas fario nativas del río las hemos hecho pescando juntos y siguiendo las recomendaciones de mi joven amigo, y pescando como el ha dicho, o sea con un tandem de ninfas, todo y que el más tendente a usar los tan de moda perdigones, y yo más fiel a los patrones de "pheasant tail" de siempre.
Al final de nuestra "media jornada" de pesca juntos, habíamos capturado tres truchas cada uno. Tanto Bruno  como un servidor coincidimos en que eran poca recompensa, y el resultado respondía poco a las expectativas que teníamos al comenzar, máxime viendo el impecable estado y óptimo caudal del río. Pero la pesca es así, y este día iba a terminar siendo uno de esos en que los peces están muy poco receptivos: seguramente porque notaban un brusco descenso del barómetro, todo y que otras explicaciones plausibles para esta apatía bien podrían ser que las pintonas ripollenses estaban excitadas por la final de la Champions League, o en plena jornada de reflexión de cara a las Elecciones Europeas....¡vayan ustedes a saber!.
Mietras pescábamos juntos, por el camino paralelo al río y montado en bicicleta, nos fue siguiendo Josep, un amigo de Bruno al que también le encanta pescar, pero que en esta ocasión no se había animado a coger la caña. Cuando ya me disponía a despedirme de ambos, Bruno se dió cuenta de que me faltaba mi sempiterna bolsa-nevera, en donde guardo mis latas de te con limón para aplacar la sed. Ambos, muy amables y solícitos fueron a buscarla, pues recordaban en donde la había dejado olvidada, y fue Josep quien en una rápida pedalada me la hizo llegar a donde estaba pescando. Ya dicen que "quien no tiene cabeza, ha de tener piernas", y en este caso las de mis jóvenes amigos me evitaron una buena caminata río abajo, y una nueva pateada río arriba...¡muchas gracias a los dos, de nuevo!.   
Justo tras despedirme de Bruno y de Josep, capturé la cuarta trucha, la más pequeña de la jornada, y la única que picó al perdigón de mi combo de dos ninfas. A partir de allí, el día fue perdiendo encanto, y la pesca ralentizándose. Aunque la mañana comenzó soleada, a la hora en que llegaba a Campdevànol y me disponía a desayunar, el cielo se nubló considerablemente nada más empezar a pescar, y tras un par de amagos por parte del sol para imponerse sobre las nubes, al final se encapotó del todo, e incluso llegó a haber algún que otro episodio esporádico de llovizna, todo y que esta vez tuve suerte y no llegó a llover decididamente en ningún momento, evitando así tener que enfundarme el impermeable y tener que cambiarme de ropa haciendo contorsionismo dentro del coche.
Quizás el último repunte de actividad estuvo bien aprovechado, de dos a tres de la tarde, cuando con paciencia y lanzando largo una sola ninfa con indicador de picada, aun tuve la suerte de capturar tres truchas más, que tampoco fueron nada extraordinario ni en tamaño ni en ganas de pelear, pero para eso tuve que cambiar de zona y plantarme un poco más río arriba, en el puente de la fábrica Conforsa, del tramo que antaño era el coto tradicional de Campdevànol. 
La última hora y media de la jornada fue de puro relleno, un estar en el río por estar, o más bien para hacer tiempo de que abriesen la pastelería para ir a merendar. Bajo el cielo gris y plúmbeo se acabó de golpe la magia, se cerraron esos caminos de agua del río, por donde los pescadores vemos transitar las truchas, las ilusiones y a veces a nosotros mismos, y como en tantas otras ocasiones, una fría ráfaga de aire o el retumbar lejano de algún trueno me trajo a la cabeza el recuerdo de la famosa  frase de mi amigo y gran pescador Joan Navarro: "ja s´ha fet fosc" (1). Ocaso de la jornada de pesca, por lo menos para mi y por este día: un buen momento de aprovechar para cambiarme de ropa "en seco", avisar a mi amigo Pep via Whatsapp e irnos juntos a probar las delicias de una nata que, de solo lamerla, nos promete imágenes de vacas lecheras de dibujos animados paciendo en prados de postal.
De camino al coche, atravesando el casco urbano del pueblo, música de grallas y tambores, y algarabía de niños y mayores: los gigantes y cabezudos desfilaban por la villa, no uno, ni dos, sino muchos de ellos. Este sábado hubo una concentración de "Gegants i Capgrossos" (2) de varias localidades de Catalunya, precisamente en Campdevànol. Igual con el festejo, y el batir de la percusión, las truchas se animaron, pero yo ya estaba muy gratamente ocupado, con la nata en la boca, como para volver al río a comprobarlo.


(1) Traducido del Catalán: "ya ha oscurecido".
(2) Traducido del Catalán: "Gigantes  y Cabezudos".     

JORNADA DE PESCA Nº 697

Sábado, 24 de mayo de 2014

Temporada 2013 - 2014 - Nº 25
Temporada de salmónidos 2014 - Nº 9

Coto de Ripoll-Campdevànol S. M. - TE09B
Ríos Ter y Freser
(pesca solo en el Freser en esta jornada)

Pescadores:

Bruno C.
Ferran RUBINSTEIN

Capturas:

Bruno C. (media jornada, de 08,45 h. a 12,30 h.): 3 truchas fario a ninfa.
Ferran RUBINSTEIN (jornada completa, de 09,45 h. a 16,30 h.): 7 truchas fario a ninfa

Climatología: nublado y fresco, con episodios esporádicos de llovizna débil.

Caudal: medio.
Condiciones de vadeo: vadeable con precaución, y mejor con la ayuda del bastón de vadeo.

La música de hoy:

Hoy no han vuelto a haber audiciones de Música Clásica, pues de nuevo ha venido conmigo mi amigo Pep, quien ha aprovechado para hacer un poco de senderismo por El Ripollès. En esta ocasión hemos estado hablando de temas de rabiosa actualidad, como la final de la Copa de Europa, en la que se enfrentan el Real Madrid y el Atlético de Madrid, y de las Elecciones al Parlamento Europeo.Todo y así, hemos escuchado de fondo obras de Glazunov, Raff, Elgar y Brahms durante los viajes de ida y vuelta.

2 comentarios:

  1. Un placer leerte Ferrán, como siempre. Que siga así el Freser por muuuuuchos años.

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  2. Que así siga el Freser, y que así siga la ilusión de la juventud por pescarlo...:-)

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