"Si, al igual que yo, sois de los que creeis que tenéis poco que enseñar, mucho que aprender y aún más que compartir, éste es vuestro blog".

sábado, 3 de mayo de 2014

JP-695. RIVERBOY Y RUBINSTEIN SE REENCUENTRAN, REVIVEN AVENTURAS Y TRIUNFAN EN LA DIMENSIÓN DE LAS TRUCHAS DIFÍCILES. Sábado, 03/05/2014

El día del reencuentro de Riverboy y Rubinstein ha sido uno de los mejores de los últimos tiempos: se han pescado peces realmente "de dibujos animados" y ambos amigos han compartido un día de libertad y aventuras en un río que no tiene nada que envidiar a muchos destinos de pesca a lugares de renombre.

Hasta los carpas e han querido sumar a la fiesta de reencuentro de los veteranos de la antigua "Fábrica de Sueños". En la foto, el ciprínido es el que no lleva gorra.

Preciosa fario de entre las que salieron a ninfa en las corrientes.

Esta fario, de la " otra dimensión en la que no se paga ticket", sucumbió a una ahogada al más puro estilo León, mosca de boya muy denostada por las tendencias mosqueras actuales, y que sin embargo sigue dándonos a los "anticuados" muchas alegrías. 

Os presento a Fariela Baremboim, directora de la Sinfónica Fario-Orquesta del Ter.

La virtuosa y brillante directora vuelve al río, tras saludar pesonalmente al público, para dirigir una nueva sinfonía fluvial.  



JORNADA DE PESCA Nº 695

El dia en que Riverboy y Rubinstein se reencontraron volvieron a revivir tiempos gloriosos, de su pasado en una "Fabrica de Sueños" de pesca, vivieron de nuevo grandes aventuras en el planeta del río y pescaron peces de auténticos dibujos animados. Ese día, el río fue una fiesta, por lo menos para ambos amigos, una farra más del estilo "pesca de la trucha jornada tras jornada", a la que -por una vez, y sin que sirva de excepción- también se sumaron los ciprínidos. Queridos lectores y seguidores, pasad y leed. Acomodaros bien, pues aquí comienza un episodio más de las aventuras de Riverboy y Rubinstein.
¡Por fin! después de mucho, mucho tiempo sin pescar en compañía de mi amigo Daniel García "Riveboy" al final hemos encontrado un hueco en nuestras agendas para regalarnos compañía mutua. Para mi, Daniel es y será siempre "Riverboy", aquel chaval que a principios de la década pasada conocí a través unos foros de pesca y cuya vitalidad y entusiasmo se sorprendieron gratamente desde el primer momento. Al poco de conocernos, se presentó en el Alfarràs de aquellos tiempos gloriosos, cuando muchos conocían ese intensivo por el apelativo de la "Fábrica de Sueños" dada su enorme calidad, con una caña de cucharilla y otra de mosca, y en compañía de su novia de aquel entonces (también caña de cucharilla en mano), y nos dijo a los habituales "quiero ser mosquero". A partir de ese día, "Riverboy" lo tuvo claro, se puso las pilas, como dicen ahora, y no paró de aprender y aprender, y practicar y practicar, hasta ver convertido su sueño,de manera que a fecha de hoy, todavía joven pues apenas ha pasado la treintena, no tan solo pesca a mosca de un modo solvente y con gran éxito, sino que incluso lo ha hecho en países lejanos y en escenarios muy distintos a los nuestros habituales. Mi única pena es de lo poco que le fui de ayuda en ese tiempo, ya un tanto lejano, en que nos conocimos, pues yo todavía estaba en mi infancia como pescador a mosca. Como mucho, le animé a vivir la pesca, fuera cual fuera la modalidad, como una filosofía y no como un deporte de competición, y al menos tuve la suerte de poder compartir con el muchos y muy divertidos días de aquella "Fábrica de Sueños", en la que tanto y tanto aprendimos del muy noble arte de la pesca a mosca.
Para celebrar nuestro reencuentro, hemos pescado diversos tramos de la extensísima zona libre sin muerte del río Ter, que va desde las afueras de Girona hasta el puente de Sant Julià de Llor, justo donde comienza el coto intensivo de Anglès. Si, si, estáis en lo cierto los que me seguís desde hace años tanto en el blog como en Conmosca: esta es la famosa "dimensión de las truchas difíciles", una zona libre en donde, sobre el papel, no tendría porque haber truchas, pero que haberlas haylas -como As Meigas en Galicia- y no pocas. Lo único que pasa es que no son precisamente fáciles de pescar, y menos en un río que para nada responde a los parámetros de "rio truchero", como lo es el Ter en su tramo medio: un río de llanura con una lámina de agua enorme, pozas profundísimas y exensos dominios de las aguas paradas, o sea un auténtico imperio de los ciprínidos, en el cual se han autoinvitado desde ya hace mucho las truchas, y en donde han ido estableciendo primero pequeñas y muy localizadas colonias, y después auténticas repúblicas que, mal les pese a los ecologistas de salón y pedantes medioambientales varios, conviven en armonía con el reino de los peces pastadores. En definitva, un tramo de río extensísimo en el que pescar de todo, y encima sin pagar ticket, siempre y cuando se observe la ley, y esta dictamina que sea un sin muerte estricto.
Personalmente, y debido a mi conservadurismo natural y a mi tendencia a enquistarme en rutinas, no me prodigo demasiado pescando esta zona, en la cual y hasta la fecha de hoy siempre he obtenido resultados muy discretos y algún bolo de vez en cuando. Sin embargo, Riverboy es no tan solo un gran asiduo sino también un profundo conocedor de todo este "Mississipí comarcal", y fue el prcisamente quien se ofreció como guia altruista, sin cobrar ni un duro, para hacerme un "tour de pesca" por el mismo, y encima garantizarme que pescaría. Por mi parte, en esta ocasión y a diferencias de otras visitas, solo he tenido que adoptar el papel de "cliente con morro", je, je, je y no preocuparme de nada más que de pescar; fijáos si es excelente guía Riverboy, y hasta que punto disfruta no tan solo de pescar, sino también de ver pescar a los demás, que se ha pasado gran parte de la jornada sin ni tan solo lanzar para que yo pudiera esplayarme a gusto en las posturas que el me iba recomendando. Asi pues, ha renunciado a pescar más de media jornada, para permitir que un amigo disfrutase de unos escenarios que otros considerarían sus "paraísos particulares", o utilizarían para darle una "clase magistral" al pardillo que se deja acompañar de buena fe a un lugar poco conocido. Quien tiene un compañero de pesca como Riverboy tiene un tesoro, ya os lo digo yo, y es por eso que no me cabe en la cabeza toda una sarta de difamaciones que se han hecho contra su persona en algunos foros de pesca a mosca, y que no son más que la rabieta de gente mediocre y limitada, y que responden en cierta manera al mismo rasero de mentes estrechas y caciquiles, como las que de uvas a peras todavía pierden el tiempo poniéndome mensajes privados, o comentarios en el blog, para amenazarme o insultarme porque "hablo de su río", o mi blog se ha convertido en el "BOF"  (Boletín Oficial del Furtivo).    
Aun para más fortuna, nuestro reencuentro ha tenido lugar en un soleado y apacible día de primavera, de esos que anuncian ya los calores del verano. Un día hecho que ni a propósito para las actividades al aire libre. Todo y así, cada estación del año tiene sus peculiaridades, sus pros y sus contras, y es en este intervalo medio de la estación primaveral cuando la borra del chopo, la famosa "nieve de mayo" está en pleno apogeo, y esta auténtica nevada de pelusilla blanca ha imposibilitado la pesca de grandes parados de agua, que parecían realmente espumeríos de cerveza. Por suerte, hay corrientes en todo el río para dar y vender, y en las mismas la pelusilla no se estanca, por lo que escenarios para pescar hemos tenido de sobras.
Todo y que el caudal del río permanece bajo (aun no ha comenzado la temporada de regadíos, y todavía no sueltan agua desde la presa del Pasteral) , no hay que olvidar que este detalle es muy engañoso en un gran río de llanura, y que en su cauce medio y bajo los ríos llevan mucha agua, más incluso de los que parece a simple vista, y por lo tanto a la hora de transitar por el río en estas latitudes del mismo no tan solo es últil un bastón de vadeo, sino que también se deben evitar riesgos como cruzar por orillas que parecen tierra firme y son, en realidad, grandes burbujas de barro al mas puro estilo arenas movedizas. Sobre todo, aviso para navegantes, mucha precaución, y si puede ser ir acompañado de un buen conocedor del río, mucho mejor. En caso de ir solos, mejor pensárselo dos veces antes de vadear, incluso con el caudal bajo. Precisamente, en una de las aventuras de este día, nos emperramos en sorprender por la retaguardia a unas truchas que se estaban cebando descaradamente, más que nada para que no nos vieran llegar a la orilla como Atila y su caballo, y al calcular mal la profundidad del río tuvimos que aproximarnos a través de la enfangada maleza de la ribera, para terminar haciendo un vadeo de riesgo con el agua hasta bastante más arriba de la cintura; todo para nada, pues en ese episodio en concreto las truchas nos dieron julepe, pero por ilusión de intentar capturarlas con el más bonito de los "jogos bonitos", o sea a seca sobre ceba vista, que no quede.
El día de pesca, en lo que a capturas se refiere, fue muy productivo, todo y que el total de capturas (dieciocho entre los dos) es realamente engañoso; si hubiéramos "apretado el gas" seguramente habríamos pescado mucho más, sobre todo a ninfa, pero para nada nos dedicamos a pescar con ansia; antes al contrario, nos dejamos llevar por la paz y el sosiego del día, disfrutando de las capturas a tope, y ensalabrando varias truchas de cerca de cuarenta centímetros con unas libreas de grandes y ostentosas pintas negras y rojas, y vientre y aletas de un amarillo intenso como la piel del un limón: farios sin duda de genética atlántica que proceden de descendientes de repoblaciones del coto de Anglès, que poco a poco han ido colonizando el río, y que seguramente se reproducen ya en el mismo. Entre tanta fario, es destacable el hecho de que Riverboy capturó una estupenda trucha arco-iris, con las aletas muy bien desarrolladas. Por lo visto, no tan solo las farios se descuelgan río abajo, pero el hecho de que haya tantas pintonas y tan pocas irisadas (hecho constatado por Riverboy como asiduo de esta zona libre sin muerte) da que pensar que quizás las fario han encontrado el modo de criar en el río..  
En acción de pesca, la verdad es que no nos complicamos para nada. Un combo de un par de ninfas, de lo más normal (pheasant tails y perdigones) en las corrientes más fuertes fue todo lo que necesitamos para capturar trece truchas (y entre ellas tres de las cuatro mayores), combo el cual tanto Riverboy como yo manejamos con una caña de 9 pies (el con linea 4 y yo con linea 5) sin necesidad de recurrir a lanzas de falangistas macedonios, pescas al hilo kilométrico, ni otros estilos de pesca que dudosamente pueden calificarse de fly-fishing.
El tandem de seca y ninfa, se cobró al menos dos capturas más (picadas a la microninfa), e incluso tuvo éxito la siempre denostada por el "mosquerío fino"  mosca ahogada leonesa, el rato que la tuve en tandem con una ninfa, pues capturó la que quizás fue la segunda trucha mas grande del día, de entre las cuatro que superaron de largo los cuarenta centímetros.
En lo que no estuvimos tan finos fue pescando a mosca seca, y eso que le dedicamos un par de buenos y largos ratos. Solo Riverboy consiguió sorprender a una trucha, en uno de los pocos parados de agua sin acumulación excesiva de borra de chopo, con una efemera oliva en CDC de tamaño pequeño (un anzuelo de 18, creo).
En una jornada de pesca apacible, salpicada con algunas gotas de adrenalina por la pelea con grandes truchas a primera hora de la tarde, la anécdota simpática del día vino cuando los ciprínidos se apuntaron a la fiesta a última hora. Estaba pescando el chorro de corriente de entrada a una tan grande como profunda balsa, cuando divisé a mis pies un buen rebaño de carpas y barbos hociqueando el fondo del río. Probar por probar, me puse a pasearles por sus bigotudos morros el tándem que llevaba en ese momento (mosca ahogada y ninfa) y de repente me dio la sensación de haber trabado un carro blindado de esos que algunos agoreros dicen mandarán a Catalunya si declara de modo unilateral la independencia. Tensión a tope, y adrenalina a chorros. Tardé más de cinco minutos en ver que lo que llevaba enganchado al otro lado de mi fino tippet del 0,14 era una señora carpa, que además había picado a la ninfa. Con paciencia, y sobre todo gracias a la excelente acción progresiva de mi carrete Sage, pude ir dominando sus embestidas de "miura acuático" y tras casi un cuarto de hora de tiras y aflojas terminó entrando en el salabre de Riveboy, que ejercía de ganchero para la ocasión. Fotos y muchas risas. Olor a barro en las manos. Un colofón divertido y excitante para un día de pesca que quedará por siempre grabado entre mis mejores recuerdos del río, y que no dudaré en explicar, a modo de batallita, a todo el que me quiera oír cuando acabe con mis huesos en un geriátrico.
Hubiéramos podido pescar mucho más, pues la tarde daba todavía mucho de si, y los peces estaban activos, pero aquel casi adolescente Riverboy que nos desbordaba a todos, con su hiperactividad y sus ansias por pescar, ha devenido hoy en un gran pescador, con sus mejores virtudes, y entre las que se cuenta el saber el momento de decir "ya tengo bastante por hoy", más que nada porque compartir merienda y tertulia con un viejo amigo también forma parte del encanto de un día de pesca. Yo, por mi parte, no tengo otro límite que la hora en que mis lumbares dicen basta, y cada día se quejan más pronto, todo y que en esta ocasión cuando lo han hecho estaba realmente ahíto de felicidad, y con ganas de plegar bártulos para ir a merendar con Riverboy y celebrar un buen montón de cosas: mi reencuentro con él, las truchas de "dibujos animados" que habíamos pescado, y la simpática irrupción de los ciprínidos en nuestra fiesta.   
Ahora, solo queda esperar a que no pase tanto tiempo para que Riverboy y Rubinstein vuelvan a pescar juntos. Amigos y seguidores de este blog, os mantendremos informados de nuestras aventuras.   
Por cierto, seguramente os habéis dado cuenta de que en este parte no sale ninguna referencia de sitio exacto en donde estuvimos pescando en el contexto de tan extensa zona libre de pesca sin muerte. Sois sabedores de  que no existen secretos entre nosotros, pero también es mi deseo el no fomentar la pereza intelectual del pescador, y mucho menos habituar al mismo a darle la faena medio hecha. Hay que probar, hay que experimentar y hay que arriesgarse. O eso, o como en mi caso, tener un buen amigo como Riverboy que te haga de guía sin cobrar. Ya sabéis "quien tiene un amigo, tiene un tesoro".           


JORNADA DE PESCA Nº 695

Sábado, 3 de mayo de 2014

Temporada 2013 - 2014 -Nº 23
Temporada de salmónidos 2014 - Nº 7

Zona libre sin muerte del Ter (Gironès - La Selva) ZLLSM-TE29
Río Ter

Pescadores:

Daniel García "Riverboy"
Ferran RUBINSTEIN

Capturas:

Daniel García "Riverboy" (pescando y haciendo funciones de guía altruista): 5 truchas fario a ninfa, 1 trucha fario a mosca seca y 1 trucha arco-iris a ninfa.
Ferran RUBINSTEIN (pescando y haciendo funciones de cliente "por el morro", je, je, je): 9 truchas fario a ninfa, 1 trucha fario a mosca ahogada y 1 carpa a ninfa.

Climatología: soleado y caluroso.

Caudal: bajo, pero engañoso; baja mas agua de la que parece.

Condiciones de vadeo: al tratarse de un río grande, en su curso medio, es recomendable el uso de bastón de vadeo, vadear con precaución y mejor hacerlo con la ayuda de un compañero de pesca.

Hora de inicio de la jornada: 09,45 h.
Hora de finalización de la jornada: 16,30 h.

La música de hoy:

Viaje de ida:

Concierto para piano y orquesta en "DO" menor
Obertura-Concierto en "FA" mayor
Joachim Raff

Concierto para piano y orquesta nº 2
Alexander Glazunov

Viaje de vuelta:

Concierto para violín y orquesta
Scherzo para orquesta
Hans Pfintzer

Líneas Tensas!


Ferran RUBINSTEIN.


6 comentarios:

  1. Se puede hablar de todo sin contarlo todo.Calladito estarías mejor.Con esto le acabas de joder la pesca a tu amigo y a otros.Pero seguro que a ti te importa un bledo.El intolerante eres tú, porque no sabes estar ni mucho menos estar calladito y en tu sitio, como todos los demás.

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  2. El anonimato da alas a los cobardes. Da la cara, identif'icate e inicia un debate serio y civilizado. Me abstengo de borrar tu comentario, para que la gente que cree en la libertad de expresión y detesta los secretismos vea hasta que punto os rebajais algunos, que crreis no tan solo haber inventado la pesca, sino el río mismo.

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  3. Pues mi enhorabuena por una jornada así. Nada mejor que buena compañía, un río bonito y capturas. Y ni caso a los que critican escondiéndose detrás de un anónimo, como si el Ter fuera suyo!!!! Está plagado de furtivos y encima no se puede hablar de lugares de pesca en un blog? anda yaaaaa!!! Lo de siempre, algunos que se creen que son lo más en la pesca por ser mosquero y sacar alguna fario autóctona aunque sea de palmo.... un saludo Ferrán,

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    1. Que alegria leer estas lineas. Cuando alguien sobresale un poco mas de la media y se pone 3 pasos por delante ya se vuelve el objetivo de criticas sin fundamento que no son mas que el manifiesto de la mediocridad y la incapacidad de hacer "algo de provecho" con sus vidas. Siempre que aparece alguien con talento, valentía y ganas de hacer cosas aparecen estos seres, que como no se consideran capaces de nada extraordinario proyectan sus limitaciones en los demás. Lo dicho, genial jornada, gran amistad de las que no se ven demasiado en estos dias, espero que repitais una y mil veces y si Riverboy quiere incluso me una a la fiesta. Un saludo!

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  4. Un saludo amigo Toni. Se ve que hay algunos que se les ha subido la mosca a la cabeza. Igual se han colocado con un cubalibre de liquido flotabiliador con Coca-Cola. Un abrazo y Líneas Tensas! Ferran.

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  5. Es patético que haya gente que a la que ha lanzado cuatro veces sin enredar el bajo de linea, ha pescado cuatro "sardinetas" en un arroyuelo y se ha creído que eran truchas genéticamente puras y a resultas de esto se ha comprado la caña Chage y el vader Zimms, se crea con autoridad moral para recriminar a los otros pescadores hasta su misma presencia en el río. Seguro que la gran mayoría de estos "Mosqueros Talibanes" no hace ni cinco años que pescan a mosca, y algunos antes de pescar a mosca seguramente ni habían pisado un río en su vida. ¡Que mala es la soberbia! Seguramente, y junto con la envidia, el pecado capital más aborrecible...:-)

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