Las farios pescadas a lo largo de esta última jornada del año, presentaron una curiosa librea plateada, sin apenas ninguna tonalidad marrón. |
Tres grandes truchas arco-iris, una de ellas en la foto, fueron el único vestigio que queda de las repoblaciones, de la pasada temporada. |
JORNADA DE PESCA Nº 728
Se acaba el año, y en esta última semana completa del presente, la Navidad ha traído consigo el invierno real: el de la nieve, las nieblas, las heladas y las temperaturas rigurosamente bajas; un cambio que ya comenzaba a anunciarse en la última salida de pesca, en el lejano "Far-West" alfarraeño hace dos semanas, y que comenzó a materializarse durante el paréntesis senderista del fin de semana anterior. El frío ha llegado por fin, y ha venido para quedarse por una buena temporada. Tocará adaptarse, como cada año, pero esto no va a ser impedimento para que sigamos practicando el muy noble arte de la pesca con mosca... ¿verdad que no?
Empachado de pavo, marisco, canalones y turrones, y bastante cansado de tres días seguidos de intensa vida social, por fin llegó el momento de reencontrarme con el río, ni que sea para ir a pasar frío, gozando de esa intemperie y de ese aire libre que tanto añoro en mi reclusión urbanita. Y puestos a pasar frío, que mejor que hacerlo con mi amigo, el pescador ruso de lance ligero Dmitriy Girshin, con quien tuve el placer de compartir esta última jornada de pesca del año.
En Omsk, la ciudad de Siberia de la que es nativo Dmitriy, a buen seguro que, a estas alturas del año, hubiéramos tenido que ir a pescar abriendo un agujero en la superficie de algún lago o río helado. Sin embargo, el "amable" invierno meridional nos permite el lujo de poder seguir practicando la pesca, incluso a mosca, en los meses más frios del año. Todo un privilegio, que aquí muchos presuntos pescadores, siempre buscando excusas para no ir a pescar, parecen no tener en cuenta.
Para la última aventura del "Forel Kommando" (1), de este año, le propuse a mi amigo eslavo arriesgarnos a ir a Pedret, todo y las muy malas noticias que habíamos recibido de este coto durante los últimos meses, y que no dejan de ser las mismas de cada año a la que se deja de repoblar, o sea: arrasamiento absoluto de toda forma de vida íctica, por parte de cormoranes y furtivos, ante la escasa o nula vigilancia, que parece terminar tan pronto se echa al río la última cuba de truchas de repoblación. O sea, nada nuevo bajo el sol.
Convencer a Dmitriy de ir a Pedret, pese a las malas y, lamentablemente, contrastadas malas referencias, tampoco me costó mucho: confía en mi, y sabe que Pedret no es una única realidad, sino que como tantos escenarios de pesca puede esconder más de lo que a simple vista se ve. No en balde, ya he publicado más de un artículo de este blog hablando del Sur de Pedret, esa parte del coto que, desde hace muchos años, es ajena a toda repoblación.. y en la cual siguen habiendo truchas, incluso cuando en el archirepoblado e hiperpescado Norte de Pedret, cormoranes de pluma y orcos con caña y/o red han esquilmado todo lo que tiene aletas y es susceptible de ser comido.
Por mi parte, he de confesar que, a priori, no las tenía todas conmigo de que la jornada no acabase terminando en un bolo sonado: me temía que el mucho frío, y la plaga de los pajarracos nos deparasen un día de pesca de puro aburrimiento. Pero esta vez, por suerte, me equivoqué y ya os avanzo que, contra pronóstico, terminamos pescando, e incluso gozamos de bravos combate con truchas de gran tamaño.
Tras desayunar con calma en Gironella, mi habitual "base de operaciones" de aventuras de pesca en El Berguedà, procedimos a cambiarnos de ropa aguantando la baja temperatura de 1 º C. En realidad, todo un lujo, para esta época del año y tratándose de Pedret, pues en días de pesca de inviernos anteriores, incluso en el mes de marzo justo comenzando la temporada, he llegado a soportar, de buena mañana, la gélida temperatura de - 8 º C. Todo y así, este último sábado del año amaneció nublado, y de este modo continuó a lo largo del día, pese a que a última hora, a partir de las tres de la tarde, un tímido sol invernal próximo a su ocaso pudo romper un poco la espesa barrera de nubes. Al final de la jornada, y mientras nos cambiáamos de nuevo, la temperatura había "subido" solo hasta 4 º C.
Dada la poca gente que se aventura a bajar al río en esta parte más meridional del coto, el acceso al msmo suele ser bastante complicado en algunos tramos, pero con paciencia llegamos ¡por fin! a la orilla, y nos encontramos un Llobregat con un caudal muy bajito, y con una tonalidad del agua ligeramente grisácea, supongo que debida al aporte de algún sedimento por parte del Canal de Carburos, que desagua al río más arriba. Para empezar, buenas noticias: río pescable y cómodamente vadeable. Asimismo ¡mejores notícias aun!, el aluvión de agua ocasionado por el desembalse controlado del Pantano de La Baells, a raíz de la borrasca de finales de noviembre pasado, ha hecho una muy buena limpieza del lecho del río, arrancando de las piedas mucho barro acumulado.
De nuevo, no fue problema alguno el compartir jornada con un pescador de lance. Llegados a pie de río, Dmitriy siguió bajando, para comenzar a pescar mucho mas abajo de mi posición, y la verdad es que ya no le volví a ver hasta el final de una jornada que, para él, aun fué mas positiva que la mía.
Lo más significativo de mi jornada, no fue ya el hecho de que terminase pescando seis truchas (tres farios a ninfa, dos farios a mosca seca y una arco-iris a ninfa), sino que todas ellas fuesen peces realmente grandes, batalladores y combativos, habida cuenta de que la menor de las capturas (una fario), estuvo por encima de los treinta y cinco centímetros, y que la mayor (otra fario), pasaba largo de los cincuenta. De hecho, ni Dmitriy ni yo clavamos, ni aun menos vimos, ninguna trucha pequeña. Esto puede ser muy sospechoso, pues cabría la posibilidad de que los cormoranes hayan dado buena cuenta del pez pequeño, y que solo quede aquel que, por su tamaño, se haya salvado de la depredación.
Otra cosa que me llamó la atención, fue lo intensamente plateada de la librea de las farios, con apenas ninguna tonalidad de marrón, apenas restringida al lomo, y con unas poderosas aletas de color blanquecino. Esta es la librea que muchos atribuyen a la trucha autóctona del Llobregat. No se hasta que punto es cierto, pero la verdad es que las farios del Sur del Pedret tienen, a fecha de hoy, todo el aspecto de haber nacido en el río, o por lo menos de llevar mucho tiempo en él.
En acción de pesca, mi jornada se dividió en más o menos, tres partes: la primera y la última pescando a ninfa, procurando lanzar lo más lejos posible una ninfa pequeña, y una parte central, ubicada mas o menos entre el mediodía y la primera hora de la tade, en la que las truchas subieron a comer en superficie, y estuve pescando a mosca seca.
Como podéis imaginar, el día no fue precisamente un festival de capturas, pues al fin y al cabo seis truchas entre, aproximadamente, siete horas de pesca sale un promedio inferior a la trucha por hora. Sin embargo, el tamaño de las mismas, su combatividad, y el aliciente de que encima comieran en superficie, dió a la jornada un tinte un tanto heróico. Pescando con mucha paciencia, batiendo mucho las posturas, y prospectando agua lo más despacio posible, las capturas fueron entrando en el salabre de este modo: en la primera manga a ninfa, dos farios y una arco-iris (que todo y ser grande, tenía la pinta de ser de los últimos vestigos de repoblaciones pretéritas), pescando a mosca seca, dos farios más, y por la tarde, a ninfa otra vez, una sola pintona más pero la más grande de todas.
Quizás sea esta una de las jornadas, de entre las de los últimos tiempos, en que haya utilizado menos moscas, y por añadidura me haya complicado menos la vida con la elección de las mismas: me bastaron dos calibres de un mismo modelo de perdigón (rojo chillón), para pescar a ninfa, y con la seca tuve suficiente con una emergente de efémera generalista, de esas que llevan la exhuvia de polywing; una imitación ante la cual las truchas se mostraron muy francas, habida cuenta de que aun clavé un par más que perdí en la pelea. No fueron las únicas que se me escaparon en singular combate, pues por la mañana, a ninfa, había perdido también otra, pero esa vez al primer revolcón.
Al final de la jornada, ya estaba a punto de terminar de cambiarme de ropa, cuando vi venir a Dmitriy con una sonrisa de oreja a oreja. ¡Que emociones! ¡que combates! había pescado, con cucharilla de un solo anzuelo sin muerte, nueve truchas. Todas eran tan grandes como las que había pescado yo, pero en su caso, había ensalabrado dos irisadas, una de las cuales me pareció tan grande como la gran fario pescada por mi . Tampoco nos vayamos a engañar, su promedio de capturas tampoco llegó a las dos por hora, pero estamos en lo mismo: tanto Dmitriy como yo somos de los que amamos las emociones, los combates, las picadas inesperadas, sobre todo si todo ello se da en días en los que, en un principio, el bolo parece casi garantizado. Por eso, Dmitriy y yo seguiremos pescando en invierno, por frío que haga. Por eso, seguramente ni Dmitriy ni yo incluiremos nunca en nuestro equipo, una maquinita para contar capturas. Al fin y al cabo, las emociones son muy difíciles de cuantificar.
(1) En ruso, Comando Fario.
JORNADA DE PESCA Nº 728
Sábado, 27 de diciembre de 2014
Temporada 2014 - 2015 - Nº 9
Temporada de cotos intensivos de salmónidos 2014-2015 - Nº 7
Coto Intensivo del Pedret S. M. LL03B
Modalidad del permiso: sin muerte
Río Llobregat
Pescadores:
Dmitriy Girshin
Ferran RUBINSTEIN
Capturas:
Dmitriy Girshin: 7 truchas fario con cucharilla (1 solo arpón, sin muerte) y 2 truchas arco-iris con cucharilla (1 solo arpón, sin muerte).
Ferran RUBINSTEIN: 3 truchas fario a ninfa, 2 truchas fario a mosca seca y 1 trucha arco-iris a ninfa.
Climatología: nublado y frío.
Caudal: bajo
Condiciones de vadeo: vadeable sin dificultad, y sin ayuda del bastón de vadeo
Hora de inicio de la jornada: 10,15 h.
Hora de finalización de la jornada: 16,30 h.
La música de hoy:
En esta jornada no hubieron audiciones de Música Clásica, debido a que estuve de conversación (mayormente de pesca), con mi amigo Dmitriy Grishin, con quien tuve el placer de ir nuevamente a pescar.
Líneas Tensas!
Ferran RUBINSTEIN.