Al igual que el año pasado, y al igual que en otros muchos, aunque no en todos, he tenido la suerte de poder ir a pescar la víspera de mi cumpleaños. |
JORNADA DE PESCA Nº 711
Al igual que el año pasado, y al igual que en muchos otros, aunque no en todos, he tenido la suerte de poder ir a pescar en la víspera de mi cumpleaños. Con el paso de lustros y décadas, la pesca ha ido ocupando en mi vida un lugar cada ves más destacado, entre las actividades que ayudan a sentir que la vida no es ese vacío existencial de un tiempo vivido solo para producir y consumir. Sencillamente, hace mucho que me rebelé ante la idea de ser medido y clasificado por mi trabajo; creo que la vida es mucho más que la imagen que proyecta de nosotros una profesión o un status social. A diferencia de tanta gente, cuyos valores respeto pero no comparto, trabajo para vivir y para ayudar a mantener a mi familia, pero no vivo para trabajar: quizás esa sea la finalidad de una sociedad ultracapitalista, que desea desposeer a las personas del derecho legítimo a vivir una vida plena, para entregarlas en cuerpo y alma a engrasar una maquinaria de sumisión al consumo y al sistema de valores del tanto tienes, tanto vales, en el que una inmensa mayoría se ha de conformar con las migajas, para que una minoría pueda vivir a todo tren, pero conmigo que no cuenten: mientras pueda, seguiré aferrándome a no ser conocido como Fernando, el Administrativo, o Fernando el de la Empresa Tal, pues prefiero que la gente me conozca como Fernando, ese hombre que siempre quiso disfrutar plenamente de su vida, sin hacer daño a nadie, y que también podría (y debería ser recordado, ente otras cosas) como Fernando, el padre de Elisenda, Fernando, el hombre que subió dos veces al Aneto o, por supuesto, como Fernando, al que tanto le gustaba ir a pescar.
Si hay dos actividades que, a lo largo de estas más de cinco décadas de existencia, me han hecho disfrutar del hecho de vivir como pocas, estas han sido el montañismo y la pesca. Sin embargo, con el paso de los años, y sobre todo por temas de condición y limitaciones físicas, el montañismo ha ido deviniendo cada vez más en una afición practicada más esporádicamente, y siempre dentro de un colectivo de amigos, sin los cuales no entendería el hecho de ir a la montaña, mientras que en la pesca he ido encontrado cada vez más un espacio íntimo, introspectivo y personal, que me ofrece una sensación casi salvaje de libertad, al no tener que depender de nadie las más de las veces.
Todo y que, de vez en cuando, comparta jornadas de pesca con buenos compañeros, la inmensa mayoría de ellos excelentes pescadores, y aún mejores personas, de los que he aprendido tantas y tan buenas cosas, la verdad es que el hecho de poder disponer con frecuencia de un hueco de tiempo solo para mi, sin obligaciones, sin necesidad de depender de nadie, y encima poder dedicarlo a pescar, me produce una enorme satisfacción, y creo que, todo y no renunciar a compartir mi tiempo en el río con compañeros de afición de tanto en tanto, no renunciaría por nada a él para convertirlo en algo "mas social", como puede ser en el caso del montañismo y su estricta práctica, en mi tesitura, dentro de un grupo de gente que comparte esta afición.
Por desgracia, para mi gusto, tengo un gran déficit de tiempo libre, inmerso en un mar de ocupaciones a lo largo de semanas, meses y años, y cada vez tengo más la sensación de que mi tiempo de pesca se me queda corto, y que cuando estoy metido en él pasa como una exhalación. Hace ya años que mis ganas de ir al río, con la caña en la mano, se han convertido en algo parecido a una sed rabiosa, que mi corto tiempo de pesca semanal no consigue saciar, como si de beber agua destilada se tratase. Tal y como están la cosas en mi vida, y a fecha de hoy, no me queda otra que resignarme a ser un pescador de sábados, y como mucho poder hacer alguna escapada extra si las circunstancias laborales y familiares lo permiten, pero para nada voy a abandonarme a esa idea de resignada derrota, de renunciar a pescar para hacer otras cosas que me impongan o con las que se me chantajeé moralmente, con la excusa de que hay más días que longanizas... una idea falsa y derrotista, pues la vida es muy breve, siempre incierta, y puede darnos menos oportunidades de las que deberíamos, o de las que merecemos, y todo día en que pudiendo haber hecho algo satisfactorio para nosotros hayamos renunciado por miedo, comodidad o convencionalismo social, siempre será un día definitivamente perdido en el escaso haber de nuestros días felices, esos que han valido la pena ser vividos.
En este fin de semana de mi 51º aniversario, el último del mes de agosto, la verdad es que tenía planes distintos a visitar "Magic Anglès", pero el miedo a que las tormentas previstas para el sábado en el Pirineo acortasen demasiado mi deseada jornada de pesca semanal, opté por quedarme más al sur del eje de la cordillera, en donde estaba previsto que de haber tormentas, estas se desencadenasen bien entrada la tarde.
Tras la larga perorata inicial de este artículo (inevitable en el caso de depresión que me produce el hecho de cumplir años, de unos diez a esta parte), y antes de hablar estrictamente de peces y de pesca, tengo que admitir ante los queridos lectores de este blog que esta jornada de pesca bien podría ser de aquellas de marcar con la etiqueta de "para olvidar", pues hacía años que no tenía una media jornada (en este caso la de la mañana) tan llena de incidentes desagradables, todos ellos debidos a un auténtico ataque de torpeza y patosidad, que me llevaron a pensar, por un momento, si realmente alguien no me había echado una maldición.
Todo y que al llegar, me encontré con la sorpresa de ver el río bajando con un caudal confortable de vadear y con el agua muy limpia, toda alegría terminó allí nada más meterme en el agua. Hasta primera hora de la tarde, en la que cambié de aires, la pesca en el tramo superior del coto (nº 11) se convirtió en un seguicio de torpezas, algunas de ellas dignas de cine cómico, o de ser víctima de una cámara oculta. Así pues, y debido a lances como churros, hice varios enredos con la linea y su bajo, llegando uno de especialmente terrible, un auténtico Nudo de Gordiano, a costar el tener que cortar incluso parte de mi bajo trenzado para recomponer todo el conjunto. Además, enredé moscas en las ramas, y enroqué ninfas en troncos y rocas sumergidos como en pocas veces. Como no, perdí un montón de truchas en peleas breves, y las dos únicas batallas dignas de mención, con dos truchas irisadas de gran tamaño, las perdí por K.O. todo y contar con un carrete progresivo. En fin, un auténtico desastre, al que se sumó perder una cara bobina de hilo Río Fluoroflex, por caída al río desde un bolsillo mal cerrado, cuando me quitaba el chaleco para orinar.
En fin, un día en que parecía haberme levantado de la cama con el pie izquierdo. El milagro fue que en esta primera parte de la jornada terminase tocando escama, pero todo y el enorme gafe conseguí ensalabrar seis truchas fario, todo y que pequeñas y de repoblación.
Aparte de tan aciago cúmulo de hechos negativos, las protagonistas del día fueron las pequeñas truchas fario, de evidente origen repoblado, que en esta jornada pululaban por doquier en la parte alta del coto. Salvo las dos truchas irisadas que se desclavaron en la primera manga, el tamaño de todas las truchas capturadas no pasó en ningún caso de los 25 cms., y a esa medida -ya generosa para el total de lo capturado- solo llegaron tres truchas arco-iris que picaron por la tarde, siendo de esos bellos ejemplares de bien formadas aletas rojizas, y librea atigrada, que dan la sensación de haber nacido en el mismo río.
Otro hecho relevante, más que nada por lo extraño, fue que debe de ser uno de los días en que pescando en Anglès en pleno verano he visto menos gente. En todo el día, solo ví un pescador, y de lejos, cuando iba de bajada a probar suerte en las siempre disputadas posturas del tramo 10, en las que se me hizo realmente extraño tenerlas para mi solo, sin tener que compartir el río con nadie más. A posteriori, me comentó mi amigo Raúl Balibrea que río abajo había pescado bastante gente, incluyendo él mismo.
Por la tarde, remitió la maldición, y estimulado por el hecho de tener para mi solo las siempre querenciosas corrientes del tramo 10, pesqué más relajado y pude disfrutar de pescar largo, esta vez sin causar un auténtico estropicio en mis aparejos, y de clavar a distancia, hecho este que también facilitó que se desclavase alguna que otra trucha. Al final, cuando a las cinco de la tarde salí del río para ir a merendar había capturado ocho truchas más, a añadir a las seis que había capturado por la mañana. Un día aciago y raro pero...menos da una piedra.
Aparte de haberme relajado y divertido en el tramo horario de la tarde, otro hecho significativo me hizo desistir de clasificar esta jornada de pesca como "para olvidar", y fue el que, por una vez y sin que sirva de precedente, me escapé de la tormenta, tras cambiarme de ropa en seco, pero oyendo un auténtico concierto de truenos, y que acabó cayendo en forma de aparatoso aguacero, cuando estaba merendando un par de tan grasientos como apetitos helados Ben & Jerry´s en el bar "La Rutlla".
Tiempo de pesca, tiempo de libertad. En el fondo se trata de eso, aparte del río, aparte de los peces, aparte de las moscas y de las las lineas y de sus bajos. No es otra cosa que tiempo para vivir tus propias manías y rituales, para ser tu mismo, para dejar de ser una imagen o un estereotipo. Por eso me gusta tanto ir a pescar, y por eso pienso seguir yendo, aun en las condiciones mas adversas, pues bien entrado en la cincuentena y hasta que no llegue una jubilación, hoy por hoy incierta, y siempre contando llegar con salud a la misma, la pesca y todo el bienestar que ella, por lo menos a mi, genera es un bien escaso.
JORNADA DE PESCA Nº 711
Sábado, 30 de agosto de 2014
Coto Intensivo de Anglès - El Pasteral S.M. TE015
Río Ter
Temporada 2013 - 2014 - Nº 39
Temporada de Salmónidos 2014 - Nº 22
Pescador:
Ferran RUBINSTEIN
Capturas: 9 truchas fario a ninfa, 2 truchas fario a mosca seca, 2 truchas arco-iris a ninfa y 1 trucha arco-iris a mosca seca.
Climatología: alternancia de nubes y claros, con calor; amenaza de tormenta al final de la jornada.
Caudal: medio-bajo (aproximadamente 8 m3/seg.).
Condiciones de vadeo: vadeable sin mucha dificultad, aunque recomendable el uso de bastón de vadeo.
Hora de inicio de la jornada: 09,45 h.
Hora de finalización de la jornada: 17,00 h.
La música de hoy:
Viaje de ida:
"Marcha Triunfal"
"Balada" (Op. 78)
Obertura nº 1 sobre temas griegos
"A la memoria de un héroe"
"La canción del trovador"
Alexander Glazunov
Viaje de vuelta:
Sinfonía en FA sostenido mayor
Erich Wolfgang Korngold
Concierto para piano y orquesta nº 3
Anton Rubinstein
Líneas Tensas!
Ferran RUBINSTEIIN