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sábado, 8 de febrero de 2014

JP-687. COTO INTENSIVO DEL PEDRET S. M. LL03B. Sábado, 08/02/2014

Todo y el riesgo de llevarte un bolo, lo mejor de pescar en pleno invierno un intensivo sin repoblaciones es que seguramente serás el único pescador ese día en el río, y puedes elegir en donde pescar sin tener competencia. Es más ¡da hasta vértigo la sensación de tener todo el río para ti solo! 



JORNADA DE PESCA Nº 687.


Poco, o muy poco que contar en esta jornada. Como mucho, que era un día presuntamente histórico, pues por primera vez una Infanta de España declaraba como imputada en un caso (en este ídem de corrupción) ante un juez. Pero dejando el periodismo político aparte, y en lo que a pesca se refiere, creo que en esta ocasión voy a aburrir poco a los lectores con mis disertaciones y onanismos mentales, pues ha habido bolo, o sea no he pescado nada en un día en que no he visto ni un solo pez, y aun menos una sola ceba.
Febrero suele ser un mes rico en bolos. El último que había hecho, antes del día de autos, fue también en febrero del año pasado (ver Jornada de Pesca nº 642 en este blog, o pinchad en este enlace http://rubinsteinfishing.blogspot.com.es/2013/02/jp-642-coto-de-alos-de-balaguer.html). La diferencia entre el de hoy y el de hace un poco más de un año, es que el de hoy ha sido casi buscado y plenamente aceptado, mientras que el anterior fue un tanto doloroso, pues las truchas de Alós de Balaguer me dieron julepe , y no pude decir que no las había o que no estaban; incluso hubo otros pescadores que si pescaron en ese día. Por el contrario, hoy en Pedret sabía muy bien que tenía el bolo casi garantizado, y la verdad sea dicha ni he visto una trucha en todo el día, ni mucho menos he tenido una picada, tal y como os he adelantado en el párrafo anterior..
Ya sé que ir a Pedret en pleno febrero, con la rasca que hace en El Berguedà, y sin repoblaciones desde octubre pasado, puede parecer una temeridad, pero la verdad es que  nuevamente me ha podido mi parte romántica e irracional, y he sucumbido a la tentación de volver a mi querido Pedret, buscando como excusa para esta bendita locura, o como argumento parecido a ese clavo ardiendo al que se aferran los necesitados, aquello de que "siempre quedan truchas en el río", y que esas que quedan tarde o temprano han de comer.
De nuevo, y al igual que en las últimas semanas, ha vuelto ha hacer un sábado gris y plomizo, cosa que ya viene siendo un hábito meteorológico este invierno. En esta ocasión, el sol ha intentado salir unas cuantas veces, e incluso ha conseguido imponer su dominio durante breves intervalos de tiempo, pero en general el día ha sido nublado y con episodios esporádicos de llovizna. A diferencia de Anglès, con su bonancible temperatura, en Pedret ha hecho frío a lo largo de todo el día, y la temperatura no ha pasado de 6 º C al mediodía. Para "acabar de adobarlo", a primera hora de la tarde se ha levantado un aire muy molesto, cosa la cual ha precipitado el fin de la jornada bastante antes de lo habitual, de la misma manera que en las dos salidas de pesca anteriores (la última de enero y la primera de febrero), todo y que en estas últimas fue la lluvia la causante del adelanto de la merienda.
Confieso que mi intención inicial era la de pescar la zona del coto en donde nunca se repuebla, aguas abajo del desagüe del Canal de Carburos, más que nada porque es la que menos se sobrepesca a lo largo de la temporada, e incluso explorar la zona libre sin muerte de Cal Rosal (el antiguo coto sin muerte de Pedret), que no he vuelto a visitar incluso desde bastante antes de su descatalogación como coto, pero nada más llegar ya he visto que la salida del canal vomitaba literalmente un aluvión de agua embarrada, señal inequívoca de que en la montaña había estado lloviendo con ganas la noche o la madrugada anterior.
Así pues, me he tenido que conformar con intentar pescar el coto y volver a visitar los sitios habituales. Por lo menos, y dado el aporte de agua limpia desde el pantano de La Baells, el río bajaba en un estado perfectamente pescable, y con un caudal muy bajito, perfecto para un vadeo seguro, tal y como estaba en las últimas y gloriosas jornadas del otoño pasado.
Precisamente la prístina claridad del agua, y la ausencia de reflejos de la luz del sol, me han permitido ver sin dificultad incluso el fondo de las grandes pozas, y para desilusión mía he podido constatar que ¡no he visto ni una trucha en todo el día!, y eso que he recorrido mucho río. Para corroborar la ausencia de peces, baste decir que tampoco he visto ni una sola ceba en todo el día, aunque es de justicia reconocer que ha sido uno de los días más pobres en eclosiones que he visto en mucho tiempo; como mucho he visto unas contadas rhodanys, que bajaban río abajo imperturbables, y algún que otro dipterín.
La pregunta obligada es ¿donde se han metido las truchas?. Supongo que tanto los cornoranes, como los furtivos, habrán hecho estragos, pero todo y así me resisto a creer que no hayan quedado ni que sean unas pocas, pues siempre alguna que otra queda, y a menudo muchas más de lo que parece. Supongo que estarán hibernando, o se habrán marchado a ese universo ¿paralelo? a donde se supone que van las truchas, sobre todo cuando los pescadores de tan poca fe, como de ego subido, pontifican sobre el exterminio total debido a oleadas de pájaros asesinos y legiones de furtivos venidos de latitudes lejanas. De ser así, seguramente nunca nos llevaríamos las sorpresas que a menudo nos llevamos al pescar, entre la marea de truchas muñonas de repoblación, ejemplares poderosos y soberbios que, o bien han nacido en el río, o bien llevan ya muchos años en el mismo.
Lo que si es de justicia reconocer, es que todo y el riesgo de llevarte un bolo, lo mejor de pescar en invierno un intensivo sin repoblaciones es que a buen seguro serás el único pescador ese día en el río, y puedes elegir donde pescar sin competencia. Es más ¡hasta da vértigo la sensación de tener el río para ti solo!.
Ya en acción de pesca, huelga decir que he andado mucho y lanzado poco, siempre acechando posibles movimientos de peces o intentando detectar indicios de su presencia. Lo más usado han sido tándems de seca y ninfa, con diversos calibres de este última imitación. También lo he intentado a seca pelada en algunos bajíos y aguas someras, y finalmente me he encomendado a San Tungsteno Glorioso en las pozas, mirando a ver si rascando el fondo del río salía alguna trucha de entre las piedras, cosa la cual tampoco sucedió.
Todo y el fiasco, me resisto a etiquetar esta entrada en mi blog como "día de pesca para olvidar", pues al fin y al cabo sabía muy bien los riesgos que corría, y todo y así en mi retirada prematura hacia la pastelería no me arrepentí ni por un momento de haber vuelto a Pedret, ese lugar tan mágico para mi, días de bolo incluídos, en donde tan bien suena la música de Alexander Glazunov.
Como siempre, no hay secretos para con mis lectores y seguidores, haya bolo, o haya pesca gloriosa. Aquí en Rubinsteinfishing siempre os lo cuento todo, lo bueno y lo malo, lo divino y lo humano. Por contar hasta cuento hasta diez, pero solo de vez en cuando, no sea que con tanta exigencia a mi coeficiente intelectual termine con un tremendo dolor de cabeza.


JORNADA DE PESCA Nº 687.

Sábado, 8 de febrero de 2014.

Temporada 2013 - 2014 - Nº 15
Temporada de cotos intensivos de salmónidos 2013 - 2014 - Nº 15

Coto Intensivo del Pedret - LL03B
Río Llobregat

Pescador: Ferran RUBINSTEIN

Capturas: 0

Caudal: bajo
Condiciones de vadeo: vadeo sin dificultad, excepto en las grandes pozas, sin ayuda de bastón.

Climatología: nubes y claros con episodios de llovizna esporádica y viento a partir de primera hora de la tarde; temperatura fría a lo largo del día.

Hora de inicio de la jornada: 10,00 h.
Hora de finalización de la jornada: 15,30 h.

La música de hoy:

Viaje de ida:

Fantasía para piano y orquesta, Op. 84
Anton Rubinstein

"Una Fiesta Eslava"
"Mazurka"
Alexander Glazunov

Viaje de vuelta:

Concierto para violín y orquesta
Scherzo para orquesta
Hans Pfintzer

Pieza de concierto para piano y orquesta, Op. 113
Anton Rubinstein

Líneas Tensas!


Ferran RUBINSTEIN.

4 comentarios:

  1. Pues es una lástima, pero viendo el panorama de otras zonas, mucho me temo que los furtivos y demás desaprensivos habrán dado buena cuenta de las truchas. Al menos te queda el disfrute de los paisajes y los pequeños placeres de un viaje así. Un saludo!!

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  2. Amigo Toni: seguro que truchas las hay más de lo que parece, lo que sucede es que estarán hibernando. Ya verás cuando haga mejor tiempo y menos frío, como seguro nos llevamos en Pedret más de alguna sopresa, como casi cada temporada. Solo es cuestión de paciencia. Un abrazo y Líneas Tensas!

    Ferran,

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  3. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

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  4. He borrado el comentario de un tal Anónimo por su tono inapropiado y falto de respeto hacia mi en particular, y hacia los seguidores de este blog en general. Está visto que el anonimato agiliza la lengua de los cobardes...
    Si quiere identificarse y debatir de un modo civilizado sus diferencias de criterio conmigo, estaré encantado de publicar ese comentario...

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