"A las cuatro de la tarde de un diez y tantos de Agosto, el sol abrasa la playa. Suena Giorgi Dann en la juke del chiringuito. Alguien encuentra demasiada arena en su bocadillo de mortadela. Gracias a Dios, es diez y tantos de Agosto y a las cuatro de la tarde, estoy pendiente de una pintona que se rie de mi detrás de aquella piedra, en un arroyo perdido en la montaña".
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