"Si, al igual que yo, sois de los que creeis que tenéis poco que enseñar, mucho que aprender y aún más que compartir, éste es vuestro blog".

sábado, 29 de septiembre de 2012

JP-627. COTO DE OLIANA INTENSIVO S. M. SE08 - Sábado, 29/09/2012


Un dia de lluvia de princio a fin. Algunos prefieren quedarse en casa, y otros siguen creyendo que pescar siempre es posible, y más desde que se inventó el gore-tex.

Este hermoso barbo es sobrada recompensa a pescar tantas horas bajo la lluvia.


JORNADA DE PESCA Nº 627


Por fin llegaron las lluvias, y lo hicieron de la mano de una tremenda borrasca que se cobró dos víctimas mortales en Andalucía, y otra más en Murcia. Por fortuna, en Catalunya no tuvimos que lamentar ni tragedias humanas ni destrozos materiales. En esta ocasión, la precipitación fué mansa pero intensa y constante, y sirvió para apagar la sed de nuestros bosques, campos y ríos después de un largo episodio de sequía.
Para no variar, el día en que estuvo lloviendo sin parar fue el sábado, en cumplimiento de la siempre odiada Ley de Murphy. O sea, que tras meses sin llover, o haciéndolo de modo inapreciable, tuvo que hacerlo en mi día de pesca semanal, y en esta ocasión sin posibilidad de poder cambiarlo por otro.
Supongo que para muchos mosqueros, un día de lluvia supone una buena ocasión para quedarse sentados al torno. Sin embargo, yo soy de aquellos que priorizan el ir a pescar por encima de otras consideraciones, y la experiencia me ha demostrado que no debemos desdeñar a priori los días lluviosos, y más cuando a lo largo de años me he llevado auténticas sorpresas en días en los que muchos pescadores ni siquiera se acercarían al río. Este sábado, último de septiembre, no iba a ser una excepción.
No eran aún las ocho y media de la mañana, que ya me estaba cambiando en el mirador del río, junto a la gravera, en el Coto de Oliana. Aún no llovía, todo y que las calles del pueblo estaban mojadas por algún chaparrón caído no hacía mucho rato. El río bajaba limpio y con un caudal muy confortable para vadear y pescar... ¡había que aprovechar la oportunidad para echar la caña, antes de que las meteorología complicase las cosas!.
Confiado en poder volver en una rápida carrera al coche si fuera necesario coger el impermeable, me fui "a pelo" a probar las corrientes que desembocan en la archifamosa "poza de la gravera". La entrada no pudo ser más triunfal: a los pocos varazos, recibí una picada brutal de "algo" que se desclavó al instante, y no había hecho ni tres lances más que otro monstruo subacuático engullía mi ninfa, y de un tirón se llevaba río abajo toda la línea y tres cuartas partes del backing.
Tardé un buen rato en poder ver que era aquella bestia, que resultó ser un enorme barbo que presentó una pelea titánica de casi media hora, con momentos de auténtico derroche de adrenalina al sujetarlo al límite,  con toda la caña flexionada para que no huyese definitivamente hacia la otra orilla, y se enmarañase entre troncos varios o se hiciese fuerte tras un gran piedra. Mientras la pelea continuaba, se puso a llover, primero plim, plim, luego plim, plim, plim y al final empezó a jarrear, como dicen en el norte, y para cuando pude echar aquella tremenda bestia en el salabre estaba yo completamente empapado, y el monstruo fluvial demasiado exhausto para perder demasiado tiempo con milongas, así que sin tan solo medirlo, ni mucho menos hacerle una foto, todo fue liberarlo con sumo cuidado,  cercionándome de que nadase correctamente en pos de su bien merecida libertad. y salir por patas hacia el coche para cambiarme de ropa y enfundarme el impermeable.
Mientras me cambiaba, amainó un poco, y en ese momento llegó Ramon Mena, ese gran caballero de la pesca, mentor y maestro de varias generaciones de pescadores a mosca de nuestra comunidad autónoma, y pude tener el placer de saludarlo tras largo tiempo de no saber nada de él.
Parece ser que para Ramón tampoco es desdeñable el pescar en un día lluvioso, y menos aún cuando el río ni tan sólo se había ensuciado. Fue a cambiarse unos metros más arriba, y yo seguí cambiándome por segunda vez en ese día y rehaciendo aparejos. Al cabo de un rato, me lo encontré ya metido el también en el río, y estuvimos pescando un rato juntos, durante el cual no tan sólo dejó de llover, sino que también empezaron de nuevo las emociones.
Pescando junto al chorro de salida de agua de la antigua piscifactoría, trabé pelea con una gran trucha arco-iris, que me ganó la partida al conseguir meterse entre unos troncos y cortar la línea. Esto no me desanimó, y viendo un reflejo dorado patrullar una pequeña corriente posterior al chorro, peiné laa misma con insistencia intentando buscar la deriva más natural posible de la ninfa hasta que ¡por fin! conseguí la picada de otro barbo, no tan grande como el primero, ni afortunadamente tan combativo, que logré meter en el salabre tras
una pelea menos adrenalínica que la primera del día.
Por suerte, esta vez estaba conmigo Ramón, y me hizo una foto con el bravo y alargado ciprínido antes de devolverlo, alegre y juguetón al agua. Todo y que no soy muy amigo de publicar demasiadas fotos de peces en el blog, esta vez he hecho una excepción, más que nada para ver si muchos pescadores se animan a aceptar el desafío de pescar en días lluviosos, y también el de pescar barbos, auténticos cohetes con bigotes, que para mi tienen tanto o incluso más valor que pescar truchas, máxime cuando un gran porcentaje de pintonas y mikiis de este coto del Segre, por grandes que sean de tamaño, en algún momento de su vida han sido animales de granja, mientras que los ciprínidos han nacido en el mismo río, y han sobrevivido a los peligros de la depredación en un ambiente tan hostil , sobre todo en los primeros tiempos como alevines altamente vulnerables.
Tras un rato de tertulia con Ramón, al que además tengo que darle las gracias por haber encontrado mis gafas-lupa extraviadas en uno de mis habiatuales momentos de extremada torpeza, cada cual fue a pescar a una latitud distinta del coto. El se quedó un poco antes de la poza de la gran piedra, y yo subí a tabla que hay en el Camí de l´Oliva.
Oyendo tronar a lo lejos, y viendo el cielo cada vez de un gris más oscuro, quise "asegurar el tiro", y me fui directamente a pescar arrimado a la orilla de enfrente, en donde tantas picadas había tenido los dos primeros sábados de este mes. Tras un largo lapso de inactividad, de pronto tuve la picada de ¡otro gran barbo!, pero   esta vez fue "visto y no visto", pues el bigotudo me pilló desprevenido y no pude evitar que como una exhalación se metiese bajo unos troncos. Tiré con insistencia, en una apuesta desesperada por el "todo o nada", pero lo único que recuperé fue mi bajo de línea cercenado y muy erosionado, señal inequívoca de que el barbo se había hecho fuerte tras un tronco y este había segado el bajo de línea.
Tras este episodio de "Barbo Wars", comenzó a llover nuevamente, y desde lejos oí a Ramón despedirse, y le vi cruzar el río para ganar la orilla de la pista. Todo y la lluvia, seguí pescando casi una hora más, aguantando un auténtico chaparrón, con la esperanza de volver a trabar combate con otro barbo, la cual no era nada infundada, debido que ante mis morros, se estaba moviendo en la escasa profundidad de la tabla no uno, ni dos, sino un auténtico rebaño de ellos. Alguno incluso volvió a girar cola interesado por mi ninfa.
Estaba visto que lo que no consiguiese la poca cordura del pescador, lo conseguiría su falta de pericia. Creo que hubiese estado bajo esa auténtica ducha horas y horas, embobado por el parsimonioso hociquear de tan grandes y bellos ciprínidos, si no fuera porque en un mal lance se me enredó el aparejo y quedó tan liado que provocó en mi un ataque de pereza, pensando que tendría que deshacer todo aquel lío, y mas bajo la lluvia,. Esta y no otra fue al final la causa de dar por finalizada la jornada de pesca a la inusual y temprana hora de las dos menos cuarto de la tarde.              
Esta vez, no había posibilidad de cambiarse y guardar trastos a cubierto, por lo que comenzó para mi una nueva aventura: la de conducir medio despelotado y con la calefacción puesta hasta la gasolinera abandonada de Cabanabona, pasado ya Ponts, en donde por fin pude cambiarme de ropa y poner a secar. como pude, impermeable, caña, vadeador, cajas de moscas e incluso la cámara de fotos.
Con esta breve, pero emocionante jornada, termina la Temporada de Salmónidos 2012, al acabar a su vez la prórroga sin muerte de septiembre en la baja montaña. Todo y así, he de confesar que "de facto" la temporada terminó para mi, y creo que para muchos otros pescadores, a principios del pasado mes de Julio, cuando la implacable sequía hizo muy difícil pescar los cotos de las cabeceras de nuestras cuencas. Desde aquel entonces, he estado pescado cotos intensivos, situados por debajo de los grandes pantanos: por lo menos allí ha corrido el agua a lo largo del verano, y peces no han faltado. Como suele suceder en estas fechas, algunos comenzarán la cuenta atrás hasta marzo del año que viene, y otros, el próximo sábado, con el permiso de la autoridad y si el tiempo no lo impide, volveremos a pescar.

   
      

JORNADA DE PESCA Nº 627

Sábado, 29 de septiembre de 2012

Temporada 2011 - 2012 - Nº 46
Temporada de Salmónidos 2012 - Nº 27

Coto de Oliana Intensivo S. M.

Río Segre

Pescador:

Ferran RUBINSTEIN

Capturas: 2 barbos a ninfa

Climatología: nublado con lluvia persistente,de débil a moderada, a lo largo de la jornada.

Hora de inicio de la jornada: 09,15 h,
Hora de finalización de la jornada: 13,45 h.

La música de hoy:

Viaje de ida:

Sinfonía nº 3
Anton Rubinstein.

Concierto para violoncello y orquesta nº 1
Concierto para violoncello y orquesta nº 2
Joachim Raff

Viaje de vuelta:

Sinfonía nº 2
Robert Fuchs

Concierto para piano y orquesta nº 3
Concierto para piano y orquesta nº 4
Anton Rubinstein.


Líneas Tensas!



Ferran RUBINSTEIN



lunes, 24 de septiembre de 2012

JP-626. COTO DE ANGLÈS-EL PASTERAL INTENSIVO S. M. TE15 - Sábado, 22/09/2012





JORNADA DE PESCA Nº 626

No hacía ni una semana que habían "cerrado el grifo" desde la presa de El Pasteral, que este sábado alguien recibió la orden de abrir compuerta. Aun no se sabe el motivo porque, desde buena mañana y hasta pasadas las cuatro de la tarde, el río Ter bajaba con tanta agua cuando la temporada de regadíos ha terminado ya, aunque corre por ahí un "radio macuto" que apunta a la posibilidad de que el "compuertazo" estuviese relacionado con cierta bajada en kayaks por el río, que se celebraba en una localidad cercana. Vaya usted a saber. El caso es que este inesperado aluvión de agua nos complicó la vida, y mucho, a la mayoría de los que fuimos a pescar este sábado al Coto de Anglès.
Mi amigo Carles y yo nos percatamos de la gran, e inesperada, cantidad de agua que bajaba por el río cuando, una vez desayunados, nos acercamos a una zona libre sin muerte cercana a Bonmatí para echar un vistazo a una posible actividad de los peces, todo y que teníamos ya el ticket del coto pagado.
Visto lo visto, se preveía un mal día de pesca, que al final no lo fué tanto, más que nada por nuestra perseverancia, y nuestro empeño en no arrojar la toalla. Se avecinaba un sábado de esos de andar mucho y pescar poco, y además iba a estar trufado por la desagradable aventura de un encuentro de frente con furtivos. Por suerte, también tuvimos ocasión de encontrarnos con conocidos y compañeros de afición, por lo que los ratos de tertulia sirvieron para paliar los largos paréntesis de poca actividad en lo que a acción de pesca se refiere.   
Este pasado sábado, además, ha sido el de transición entre el verano y el otoño, comenzando este último a nivel astronómico a las 16,10 h. En lo relativo a la climatología, ha sido un día de esos de verano que hace realmente odiosa esa estación: cielo gris y muy cubierno, pero sin llegar a precipitar en momento alguno, y además con una sensación de bochorno tan acusada que, de tan sólo arremangarte el váder para hacer pis ya sudabas. Lo que se dice un día realmente guarro, vaya.
A la ya muy tardía hora de pasadas largas las 10 y media, llegábamos Carles y un servidor a la chopera de El Pasteral, y aún no habíamos ni aparcado soprendimos a tres chavales con pinta de tocar en Jethro Tull y una chavala, muy guapa pero enfundada en ropajes "perroflautas", desmontando un campamento con tiendas de campaña y sacos de dormir, y acarreando en un vehículo de matrícula francesa nada más ni nada menos que cuatro cañas ¡de mar! y unas cuantas neveras portátiles muy sospechosas.
Sin mediar palabra, procedimos a llamar a los Agentes Rurales con el teléfono móvil. Si hasta aquel momento los campistas estaban risueños y relajados, e incluso fumándose un porro colectivamente, todo fué ver que les mirábamos con cara de pocos amigos, y a Carles con el teléfono móvil en ristre, que se pusieron a recoger tan deprisa y con tal frenesí que incluso se olvidaron una barra de pan en el techo del vehículo, y salieron del aparcamiento de la chopera chirriendo rueda... toda una declaración de inocencia, vaya.
Desafortunadamente, los Agentes Rurales llegaron tarde por apenas cinco minutos, pero tuvimos la precaución de tomarles la matrícula. Ojalá se haya podido dar parte a la Guardia Civil, y les hayan podido registrar el coche. De ser inocentes, no tienen nada que temer, pero de lo contrario, merecen un severo escarmiento, y más cuando en su país no se andan con chiquitas, y los gendarmes te empluman a las primeras de cambio, como debe de ser. Da mucha rabia que haya foráneos que sigan pensando que España es un país bananero en donde se puede hacer lo que te venga en gana con plena impunidad, aunque la culpa es totalmente nuestra, debido a que nos encontramos continuamente con aquello que hemos fomentado, con nuestras leyes laxas y nuestra tolerancia hasta niveles de denigrante sumisión hacia el delincuente.
Aviso para navegantes, y antes de que se me olvide comentarlo: encontramos cristales rotos en el aparcamiento de la chopera, que os puedo asegurar no estaban la semana pasada. Esto quiere decir que a alguien le han forzado el vehículo, y que seguramente la oleada de robos en coches que asola Anglès y pueblos vecinos continúa. Hay que tener mucha precaución a la hora de dejar solo el auto por mucho rato, y lo mejor es aparcarlo en algún lugar seguro, cerca de algún restaurante o en el mismo pueblo, aunque tenga el pescador que invertir un tiempo en llegar andando al río.
Poco después de la huida de los presuntos furtivos, y mientras estábamos cambiándonos, llegaron Miquel y Sandra, de Gironella, con un par de compañeros de afición, y nos confirmaron lo que ya intuíamos: que el río estaba muy difícil de pescar. De hecho, la chica ni se había cambiado. A todo esto, llegó Satur, otro de los grandes en esto de la pesca con mosca, en su caso representando la demarcación de Lleida , y se lió una gran tertulia amenizada por Carles.
Como quiera que soy un culo de mal asiento, dejé a la parroquia entretenida con sus debates, y me fui a inspeccionar el río, cien metros por arriba y cien metros por debajo de nuestra posición: poco o nada que hacer salvo pescar a ninfa la propia orilla, pues resultaba incluso peligroso meterse en el centro del cauce. Estuve un buen rato ninfeando lo que tenía a mi alcance, pero sin lograr picada alguna. Probé algunas posturas, más que nada para justificar el haber venido al río, y bajo un cielo gris plomo, muy a tenor de mi estado de ánimo, me encontré con Carles que venía a buscarme, y le hice un rápido informe verbal de la situación.
Al final, convencí a Carles de irnos a intentar pescar al sector del polígono industrial de La Cellera de Ter, más que nada para ver si en alguno de los enormes parados de agua, al amansarse en los mismos el correntón, se movía alguna trucha. Así pues, ¡de nuevo al coche! y rumbo a un par de kilómetros carretera abajo. Entre pitos y flautas llegábamos a la una de la tarde a la tienda de veterinaria, uno de los lugares seguros para aparcar, por lo menos hasta las dos de la tarde que es la hora de cierre de la misma. Todo y lo transitado del lugar, no hace mucho les atracaron a punta de navaja...¡esto no tiene nada que envidiar al Bronx!.
Había bastante gente pescando en las corrientes, sobre todo con caña larga y ninfa al hilo, pero nadie en uno de los parados de agua más grandes de ese sector. Pese a la crecida, el aluvión quedaba completamente diluído dentro de esa extensa explanada inundada, e incluso se veía alguna que otra ceba esporádica.
Como había espacio de sobras, y los ninferos estaban muy concentrados en las corrientes, cada cual pudo buscar su sitio y ponerse por fin a pescar en serio.
Como en mi sector no se veía ninguna cadencia de cebas, opté por pescar largo con una sola ninfa, y no tardé en capturar tres farios muy bonitas, pero de porte muy contenido. Carles, que vadeó más profundo todo y el riesgo, se la jugó con la atractora "Barón Rojo" y capturó una arco-iris de más de cuarenta centímetros y se le escapó otra.
Estaba yo concentrado en mis asuntos, cuando me saludaron a gritos desde la orilla. Era Moreti, de la Imperial Tarraco, con otro compañero. Como nos separaba una buena distancia, emprendimos conversación a gritos y risas, en una parodia de tertulia que haría las delicias del genial y difunto Gila, Al final, llegue a entender que "habían triunfado a ninfa en las corrientes de inicio del coto". Espero que ellos entendiesen que les dije que "acababa de empezar y ya había pìllado tres boquerones fario". Lo reconozco, ya soy duro de oído de por si, y tanto decibelio sinfónico me está dejando como Beethoven, todo y que un poco menos listo y hábil para el arte  de la composición. Siempre es un placer encontrarse con los de la Imperial Tarraco, más que nada por que son gente simpática y espontánea, y espero un día pillarlos a fin de jornada para irnos a tomar una cerveza de hermandad Podolio-Tarraconense.
Antes decía que yo soy un culo de mal asiento, pero la verdad es que Carles me va a la zaga. Cuando iba yo a empezar a pescar a seca, vi que venía para mi. Ségún él, allí no había más que trucha pequeña, y valía más la pena ¡volver a cambiar de zona! y regresar a la zona del Pasteral para pescar el tramo más alto del coto.
La verdad sea dicha, a tenor de lo que estaba viendo cebarse allí, tenía toda la razón. Además, una vez satisfecho el "mono" de tocar escama, lo que cuenta es intentar trabar batalla con algún buen ejemplar, y si puede ser clavándolo a seca, mejor aún.
Nuevamente, carretera y manta, otra vez en dirección Amer-Olot. Visto el pelígro de dejar el coche en lugar inseguro, optamos por aparcar los coches a la vera de un popular restaurante de la comarca y cubrir un tramo mixto de pista forestal y caminode cabras haciendo senderismo con la caña en ristre.
Al llegar a la zona elegida, nos volvimos a encontrar con los de Gironella, que habían improvisado un picnic previo a recoger bártulos. Al final, les había ido bien en esa parte del coto. Mientras Carles se quedaba a charlar un rato, fuí a presentar combate a las truchas, previo dar recuerdos a conocidos comunes de ese pueblo de la cuenca del Llobregat, al que tanto aprecio le tengo y que para mi es el epicentro de mis aventuras de pesca por el Berguedà desde hace muchos años.
¡Por fin! casi dos horas y media de pesca por delante, y en ese intervalo, el nivel del río comenzó a descender lentamente, señal inequívoca de que alguien había dado orden al encargado de la compuerta de cerrar el grifo. Tal y como me temía, los de Gironella habían zurrado bien la zona, pues todo y que se veían muchas cebas, las truchas estaban muy resabiadas. La prueba fehaciente de ello fué que la primera que logré clavar, al cabo de un buen rato de indiferencia hacia mi sempiterna efémera de CDC, fue una fario de unos 25 cms. clavada por la cola, señal inequívoca de había rechazado la mosca y se la había clavado por accidente.
Asi pues, me vi forzado a rehacer el bajo de línea, alargándolo considerablemente y adelgazando el tippet para pasar de un 0,14 a un 0,12. También me vi obligado a realizar un par de cambios de mosca, para acabar pescando finalmente con una imitación de CDC, pero en formato emergente, y con un anzuelo del 19 en vez de uno del 17. Todo esto para terminar pescando, siempre largo, cuatro truchas fario que no eran nada del otro jueves. Desafortunadamente, el único bicho grande que clavé, también una fario pero de bastante mas  buen porte que el rondar permanente de los 25 cms. la perdí en una gestión de pelea bastante desafortunada.
Por su parte, Carles aprovechó muy bien el escaso tiempo de pesca de esta tan singular y anecdótica jornada capturando 6 truchas fario a mosca seca, y una gran irisada, amén de tocarle los morros a otra iris de gran tamaño y darle un revolcón a un gran barbo. Todo a seca, por supuesto.
A las seis menos cuarto de la tarde, el río había vuelto casi al cómodo caudal anterior a la riada provocada por todavía no sabemos que intereses, lucía un sol puramente estival y las truchas seguían cebándose como locas. Como suele suceder, lo mejor de la jornada llegó justo cuando teníamos que marchar.
Un día muy raro este. Lo mejor fue el poder llegar incluso a pescar e incluso disfrutar de hacerlo en unas circunstancias que a priori pintaban como sota, caballo y rey, de bastos por supuesto. Lo peor, pues no ya el episodio de los furtivos, sino el comprobar que el enorme éxito del coto de Anglès está atrayendo a los malandros como moscas a la miel, para llevar a cabo todo tipo de tropelías con la propiedad ajena de los que están entretenidos disfrutando de su afición, y por descontado, constatar el enorme desprecio de los gestores del agua hacia los pescadores, sufridos pagadores de tasas e impuestos, a los que ni siquiera se nos informa de cuando ni donde, ni mucho menos de porqué, se va a dar alegría a la compuerta del embalse de turno. Algo imperdonable, máxime cuando con las nuevas tecnologías se pueden hacer los ajustes de gestión oportunos para que la gente que quiera pescar dentro del marco de la ley, pueda buscar otros destinos de pesca con tiempo suficiente.  
      
    

JORNADA DE PESCA Nº 626

Sábado, 22 de septiembre de 2012

Temporada 2011 - 2012 - Nº 45
Temporada de Salmónidos 2012 - Nº 26

Coto de Anglès - El Pasteral Intensivo S. M.

Río Ter

Pescadores:

Carles Vivé
Ferran RUBINSTEIN

Capturas:

Carles Vivé:
6 truchas fario a mosca seca
2 truchas arco-iris a mosca seca

Ferran RUBINSTEIN:
4 truchas fario a mosca seca
3 truchas fario a ninfa

Climatología: nublado y templado, con alta nivel de humedad.

Hora de inicio de la jornada: 11,15 h.
Hora de finalización de la jornada: 17,45 h.

La música de hoy:

Viaje de ida:

Sinfonía nº 6
Anton Rubinstein

Obertura "Las Estaciones"
Tomas Svoboda

Obertura "Coriolano"
Ludwig Van Beethoven

Viaje de vuelta:

Concierto para violoncello y orquesta en "DO" mayor
Eugene d´Albert

Concierto para violoncello y orquesta en "LA" menor
Robert Volkmann

"Danza de los siete velos"
(fragmento de la ópera "Salomé")
Richard Strauss

Líneas Tensas!


Ferran RUBINSTEIN.



JP-625. COTO DE ANGLÈS-EL PASTERAL INTENSIVO S. M. - Sábado, 15/09/2012




JORNADA DE PESCA Nº 625.

Cierre de grifo en Anglès. Este sábado que marca la mitad del mes de septiembre, el caudal del Ter aguas abajo de la presa de El Pasteral ha vuelto a valores habituales de fin de la temporada de regadío, dejando un río cómodo de vadear y, afortunadamente, un poco por encima del caudal mínimo ecológico. Recemos porque siga así, y esperemos que no suceda lo de otros otoños e inviernos en "Magic Anglès"; que debido a un reiterado incumplimiento del caudal mínimo ecológico del río, este se ha convertido en una auténtica pista de patinaje sobre algas pútridas y pestilentes.
Dejando aparte la comodidad en el vadeo, soy del parecer de que la trucha ha notado un tanto esta reducción de espacio vital (imagínense pasar de vivir en un chalet con jardín y piscina, ha hacerlo en un piso-colmena de extrarradio), y ha andado este último sábado un tanto descolocada, sobre todo los ejemplares más veteranos, cuya presencia no se ha hecho notar, por lo menos en mi caso, hasta bien entrada la tarde. O eso me parece a mi, porque ya se sabe que la suerte va por barrios, y a lo mejor a otros pescadores les fué divino en otras latitudes del coto.
Nuevamente, conté con la presencia de mi amigo Carles Vivé, auténtica enciclopedia andante de la pesca con mosca y mosquero de firmes valores tradicionales, en una jornada en la que mi propósito fué el de pescar a seca todo el día, objetivo el cual cumplí, todo y la tentación puntual de pasarme a pescas más subacuáticas y profundas en búsqueda de una supuesta productividad.
El empeño de pescar a seca, ha venido sobre todo de la necesidad de ir recuperando las pocas habilidades que tenía en el lance, y que han quedado un tanto mermadas en estos últimos años de tanto abusar de pescar con tándem, al hilo, de punta y de toda manera que no implique sacar línea del carrete. Y a partir de ahí, se trata de ir mejorarando hasta lanzar con aseo, decoro y efectividad moscas secas a una distancia cada vez mayor. Me explico: no es que de unos años a esta parte no haya pescado a seca. No es eso, la verdad es que he pescado muchas truchas a seca sobre todo porque las mismas han sido compasivas conmigo, me he dejado las rodillas y las lumbares en ríos pequeños, o bien el ganado con aletas en miniatura era tan lerdo que le pegaba dentellada a todo lo que bajase flotando por el río, dragase o no.
Pese a ser un día de pleno verano, todo y la temperatura fresca de primera hora de la mañana, esta jornada tuvo un algo de invernal. Quizás fuese porque, al igual que durante las épocas de frío riguroso, no aparecimos por el río hasta una hora bastante tardía, cerca ya de las once de la mañana, como cuando en el interludio siberiano de los meses mas fríos se aprovechan esas horitas de sol del mediodía y primera hora de la tarde a lo sumo, que son las únicas en las que la trucha se moverá en todo el día. Así pues, y al igual que si de un día de diciembre o enero se tratase, tocó un largo desayuno con tertulia -aunque no a la vera de la chimenea o de la estufa de leña, por supuesto- en el que aproveché para saludar a Xavier, Antonio y otro pescador, todos ellos de Gironella, que estaban desayunando en el mismo bar que nosotros antes de ir a enfundarse el vadeador.
Por fin, llegó el momento de emprender la acción de pesca, y acordamos con Carles dividirla en dos tramos: hasta las dos de la tarde en la zona de los polígonos de La Cellera de Ter, y la segunda mitad en la parte superior del coto.
Aprovecho la ocasión, ya que en el relato estamos a punto de montar la caña, de comentar un hecho relevante que hasta ahora no había mencionado en mis crónicas de pesca, y que es que desde unas cuantas jornadas antes de las vacaciones, e instigado por las recomendaciones de Carles de recuperar habilidades con el lance, resucité mi vieja caña Grauvell Titanium de 9´5 pies para línea 5.
Hace unos tres años atrás, pregunté al reputado instructor de lanzado hispano-argentino Jordi Babusci sobre este modelo en concreto de caña, y me dijo que en realidad todos las cañas de la serie Titanium funcionaban mejor con una línea de un número superior. En el caso de la mía, una línea 6.
Esta semana pasada, equipé un carrete de reserva que tengo (un Dragonfly de BFR) con una línea 6 DT flotante que he usado en pocas ocasiones, y siempre con otra de mis cañas (una Scott A2 de 10 pies para líneas 6 y 7 para pescar en pantanos), para usarlo con la Grauvell Titanium, y la verdad es que funcionó de maravilla. Tengo que darle toda la razón al amigo Babusci.
Contando con un bajo de línea bien compensado, o sea compensado por Carles, la caña funcionó a las mil maravillas, sin quedarse corta en la carga inicial de energía, formando un bucle delantero bastante ancho todo y ser una caña rápida con acción de punta, y permitiendo unos posados suaves y muy naturales de la mosca. Incluso mi lance mejoró sensiblemente, pues también en la pesca a mosca funciona eso de que una herramienta adecuada facilita enormemente la labor.
Volvamos al río. Aún no habíamos pegado ni dos varadas cuando ¡por fin! apareció la autoridad, en este caso un Agente Rural, que en el cumplimiento de su deber nos solicitó la documentación. Menos mal que los "hombres de verde" se han puesto las pilas y han vuelto a patrullar. En una breve conversación, nos dijo algo tan inquietante como que habían redoblado la vigilancia ante la reiterada presencia de furtivos asiáticos pescando a cucharilla. Todo y así, aquella misma mañana habían detenido a otro furtivo, y no precisamente de ojos rasgados, por pescar con aparejo de cebo y llevar varias truchas en un saco no muy cerca de donde estábamos pescando.
La primera parte de la jornada estuvo protagonizada, por lo que a mi respecta, por perseguir truchas pequeñas, huidizas y vacilonas en las corrientes, mientras Carlos se empeñaba en pescar truchas grandes y resabiadas en aguas paradas. Tras pescar una trucha fario pequeña, claramente de repoblación, cada uno mientras probábamos juntos la compensación del bajo de línea que me había instalado, cada cual fue a la suya hasta la pausa de primera hora de la tarde.
Mientras buscaba por este orden, a) un sitio en donde orinar y b) una corriente moderada que prospectar a seca, me tropecé con otra alegre troupe de la Imperial Tarraco, al igual que la semana pasada en Oliana. En este caso se trataba de Yoyopi, Surigata y otro compañero, que se estaban divirtiendo, sobre todo a ninfa, y que justo salían del río para cambiar de zona. Estuvimos cambiando rápidamente impresiones, y tras un par de pequeñas "Histoiras de Podolia Express", nos fuimos a pescar, que para eso habíamos venido y pagado el ticket.
Se cebaban con ganas en la corriente, todo y que no había apenas eclosión, y la poca que había era de una efémera pequeña que no logré identificar, pero que decidí imitar con una mosca de cul de canard en formato pequeño. La inmensa mayoría de lo que estaba comiendo eran pequeñas truchas fario de repoblación, y que encima picaban fatal, de modo que le dí revolcón a cuatro, clavé una que pude llevar al salabre, y justo cuando llegó Carles a buscarme, había liberado otra fario más pero de mejor tamaño, cercano a los 25 cms.
Por su parte, Carles con paciencia había logrado hacer picar y llevado a la sacadera un par de grandes farios, cosa de gran mérito en unas aguas totalmente paradas, de las que yo huyo siempre cual gato escaldado del agua fría, pues huelen a bolo desde varias leguas lejos.
A la hora de ir al coche a tomarse el refresco, antes de cambiar de zona, la temperatura había subido hasta unos veraniegos 31 º C. Toda una muestra de gran amplitud térmica en un día netamente anticiclónico, si consideramos que unas horas antes, sobre las ocho menos cuarto de la mañana, habían sólo 9º C en Santa Coloma de Farners, en donde había parado para echar gasolina. Todo y la elevada temperatura, la ausencia de humedad la hizo muy soportable, y la verdad sea dicha, el sol no achicharraba, y a la sombra se estaba la mar de bien.
Todo y que había bastante gente pescando el sector de La Cellera de Ter, la verdad es que en la parte alta del coto, en El Pasteral, no encontramos a nadie pescando, y dispusimos del río para nosotros solos.
Cada cual eligió su rinconcito, y a partir de aquí y hasta fin de jornada ¡a pescar a seca con tranquilidad!.
La manga de la tarde se saldó, por mi parte, con la captura de cuatro truchas más, siendo la tónica dominante la de pequeñas farios salvo la última que fue la mayor de la jornada: pasaba largo de los 30 cms.
Por su parte, Carles acabó pescando tres bonitas fario, y perdiendo en la pelea dos enormes arco-iris, que al fin y a la postre fueron las dos únicas mikiis que vimos en todo el día, por lo menos nosotros.
A la hora en que volví al coche, Carles vino conmigo para tomarse un refresco, pero tras el paréntesis para hidratarse, volvió al río para hacer un "serenillo", y aún consiguió capturar otra fario grande más y pelear con otra de buen porte que consiguió escaparse, tal y como me contó a posteriori por correo electrónico.
El único "pero" a este divertido día de pesca, fue el mismo de casi siempre: se me hizo insultántemente corto, y más aún cuando uno, tras un día de asueto, ha consumido ya la mitad del fin de semana, y el lunes toca volver a la triste de un país crispado, gravemente herido por la crisis, sumido en el pozo del desempleo y el endeudamiento, y en el que algunos buscan en cambios de patrias, juegos de banderas y pelotas en tejados de políticos de proceder ambiguo y taimado, soluciones que seguramente serán experimentos con gaseosa, o que acabarán causando una gran frustración a esa parte del pueblo que se las cree de buena fe. Por mi parte, poco o nada que defender o que cuestionar: España y Catalunya no son ni la solución, ni el problema. El meollo del asunto es que es el sistema capitalista en sí lo que es lo que está realmente no ya enfermo, sino podrido, y si seguimos vendiendo los derechos del pueblo, y la democracia misma, para seguir alimentando especuladores e intereses de la oligarquía financiera internacional, vamos derechos al abismo. Triste, por volver a la realidad, no me queda más remedio que agarrarme al clavo ardiendo de que, por lo menos y que dure, aún me (nos) queda la pesca a mosca.


JORNADA DE PESCA Nº 625.

Sábado, 15 de septiembre de 2012

Temporada 2011-2012 - Nº 44
Temporada de salmónidos 2012 - Nº 25

Coto Intensivo de Anglès - El Pasteral Intensivo S. M.

Río Ter

Pescadores:

Carles Vivé
Ferran RUBINSTEIN

Capturas:

Carles Vivé:
7 truchas fario a mosca seca

Ferran RUBINSTEIN:
7 truchas fario a mosca seca

Climatología: soleado y caluroso.

Hora de inicio de la jornada: 10,45 h.
Hora de finalización de la jornada: 17,00 h.

La música de hoy:

Viaje de ida:

Sinfonía nº 1
Alexander Grechaninov

Sinfonía nº 6
Anton Rubinstein

Viaje de vuelta:

Sinfonía nº 5
Malcolm Arnold

"Cuatro últmas canciones"
Richard Strauss

Líneas Tensas!

Ferran RUBINSTEIN.

domingo, 9 de septiembre de 2012

JP-624. COTO DE OLIANA INTENSIVO S. M. SE08 - Sábado, 08/09/2012.




JORNADA DE PESCA Nº 624

EL PRIVILEGIO DE PESCAR CON UNA ENCICLOPEDIA ANDANTE DE LA PESCA CON MOSCA.

Antes de empezar a narrar las peripecias de una jornada de pesca muy rica en ellas, debo darle las gracias a mi amigo Carles Vivé, con quien tuve el placer de compartir nuevamente un dia de pesca, por la enorme paciencia que tuve que invertir conmigo mientras me hacía el "training" de pesca con ninfa avanzada, pues este pasado sábado tuve un día realmente torpe, de los que de no ser porque Carles me conoce, otra persona en su lugar pensaría que ha ido a pescar con Mr. Bean, y no con Ferran Oliva, alias "Rubinstein".
Como ya he dicho en alguna ocasión anterior, siempre es un enorme placer ir a pescar con Carles, pues es una auténtica enciclopedia andante de la pesca con mosca. Este sábado, siguió sorprendiéndome con opiniones que harían erizar los pelos del lomo de más de alguna "vaca sagrada" del mosquerío en los tiempos 3.0. Es por ello, por lo chocante de sus puntos de vista sobre la praxis de la pesca con mosca, e incluso en su modo de como entenderla, que a la que el tiempo me lo permita voy a dedicarle un artículo-entrevista en este nuestro blog de los pescadores de charca. 

LA MAÑANA MÍSTICA DE TIANAMMEN

A diferencia del sábado de la semana anterior, también en Oliana, el calor empujó el mercurio hasta los 31 º C a primera hora de la tarde, cuando hacía apenas una semana a la misma hora se disfrutaba del confort de unos primaverales 22 ºC. En esta ocasión, hizo ya calor desde primera hora de la mañana: nada que ver los 21 º C mientras montábamos el equipo, con los no ya frescos sino fríos 9º C de la semana anterior al acabar de desayunar. Creo que este calor, todo y que es normal dado que aún estamos en verano, influyó bastante en la apatía de las truchas, sobre todo en las horas centrales del día.
Por la mañana, Carles y yo estuvimos pescando las aguas someras de esa gran planicie llamada "Camí de l´Oliva", un escenario nunca fácil, y menos para los amantes de pescas abisales, ametrallamiento checo-polaco del río o pescas aceleradas para dar gusto al pulgar pulsando el contador de aforo reconvertido en cuenta-peces.
Esas horas de la mañana, bajo el sol de un verano que se resiste a decir adiós, fueron para mi lo mejor de una jornada que luego resultaría un tanto accidentada: pesca tranquila, sin prisas y sin aglomeraciones (cada día, y "gracias" a la crisis las hay menos, dado el insultante precio de los carburantes). Carles, más de cien metros por debajo de mi posición, pescaba a seca en el centro mismo de una tabla inmensa, y yo, más arrimado a la orilla del muro de la antigua piscifactoría, prospectaba la muy rala corriente con un tándem.
Perdí dos truchas casi seguidas ¡sigo con mi maldición particular en Oliana!, antes de verme sorprendido por una picada brutal de un barbo que huyó como un torpedo río arriba. Me llevó un buen rato dominar a la bestia, sudando tinta de calamar por la adrenalida, visto lo visto con las dos vice-capturas anteriores, hasta que conseguí ensalabrarlo: un bigotudo de cerca de 40 cms., muy simpatico el.
El único incidente desafortunado que enturbió esta mañana de paz y pesca en traqnuilidad, fué que perdí el bastón de trekking que utilizo para vadear. Se me escurrió de las manos, creyendo que ya había sujetado con un mosquetón a mi chaleco, y se fué corriente abajo. Curiosamente, Carles lo vió pasar muy cerca suyo, aguas más abajo, y penso "mira que guarra que es la gente, que hasta hecha bastones de hacer senderismo al río", cuando, de golpe y porrazo se dió cuenta de que aquel palo rojo con mango de foam negro era... mi impovisado bastón de vadeo, Demasiado tarde, y por poca que fuera la corriente, ya no le dió tiempo a ir en pos del mismo.
Poco después del medidía horario (que no solar), hacía ya un calor de mil demonios. Carles vino en mi búsqueda, para mirar de convencerme de ir al coche a tomar un refresco de la nevera portátail, propuesta que acepte de muy buen grado. Mientras yo había estado disfrutando de la paz mística de una de las esquinas  de la Plaza Tianammen de Oliana, el había clavado, en medio de la misma, tres farios de muy buen porte a seca.         
Tras el paréntesis refrescante, decidimos cambiar de aires, e ir a pescar las corrientes que hay un poco más arriba de las pozas del puente de Tragó.

INTERLUDIO DE CALOR, BAÑISTAS, PESCADORES DE AQUÍ Y DE ALLÁ, Y BARBOS BIGOTUDOS.

Gran algarabía y jolgorio en las pozas del puente de Tragó: al menos media docena de chavales, en bañador, se lo estaban pasando en grande bañándose en el río. Este año si que se ha notada un incremento de bañistas fluviales, pese a los peligros que siempre entraña bañarse en el río, tanto Oliana, como en Pedret, e incluso en el Aragón Subordán a su paso por la Selva de Oza, tal y como pude observar durante las vacaciones de verano. Es normal: la crisis está obligando a la gente a mirar los gastos con lupa, e ir a la piscina, todo y las garantizadas medidas de seguridad e higiene, se ha visto sustituido por el remojón en la poza, todo y el peligro que entrañan los remolinos y el amarillento color del agua que desemboca en el río, procedente de algunos regatos próximos a granjas de cerdos u otras instalaciones agropecuarias.
Los primeros compases de nuestra prospección de las corrientes, esta vez ambos a ninfa, fueron bastante anodinos. De hecho, no se veía ni un mínimo de actividad. Sobre todo las truchas, debían estar haciendo la siesta. De repente, una brutal picada en el blando lateral de mi lado me despertó de golpe. Lo que fuera, emprendió una carrera meteórica río arriba, al tiempo que oía a Carles gritar "¡Eso es un barbo, seguro! ¡dale línea!¡dale linnneeeeeeeaaaaaaaaa, jodeeeeeeerrrrrr!.
Me ha pasado pocas veces, más que nada por mi costumbre de pescar, de modo preferencial,  truchas de plástico y otros engendros "de cuba", pero en esta ocasión, el bicho me sacó backing y no poco. En su loca carrera, el animal se perdió en el espumerío un caos de rocas enmedio de la corriente, y me temí
que se hubiera enrocada. Por suerte, noté el calambre típico de haber vida al otro la do de la línea, y me puse a recoger algo que parecía pesar como una caja de caudales. Tardé lo que parecía una eternidad en acercarlo a mi posición, sólo para que el pez ganase entonces la corriente abajo y se iniciase otra  pelea, con suelta de línea y backing incluído.
Para más desgracia, cuando habia conseguido acercarlo otra vez a mi posición, vi que mi linea, a la que con la excitación de la pelea y el paseo del pez río arriba y río abajo me había olvidado de recoger, estaba liada en un tronco semisumergido. Por suerte, Carles acudió al rescate, cruzó el río y no tan solo me desenredó la línea, sino que me ayudo a ensalabrar un estupendo y bigotudo barbo común de cerca de 60 cms.
Total, que si no hubiese sido por la ayuda final de Carles, hubiera estado en riesgo de perder el tercer cirpínido y segundo barbo más grande que pesco en Oliana. Sólo el que pesqué en Enero de 2.007, en aguas más paradas y con un hilo del 22 en vez de uno del 16, eso si, era más grande que el que acababa de pescar. También la bagra pescada hace casi un año, le sacaba a este barbo algo más de 10 cms.
Tras toda esta peripecia, y dado que las corrientes que prospectábamos ya estaban pescadas, y que en los parados inmediatamente siguientes estaban ocupados por dos pescadores, Carles me propuso que fuéramos a los chorros de la entrada de la poza de la gravera, y allí me enseñaría la técnica de pesca con ninfa pescando largo. Como no, la oportunidad de aprender algo útil en pesca a mosca no se puede desperdiciar, y menos viniendo de un maestro como Carles, así que acepté gustoso la proposición, aunque si llego a saber la de paciencia que tendría que gastar mi amigo, lo hubiera dejado para otro día.

Para ganar el camino de la orilla contraria del río, tuvimos que vadear cerca de los pescadores que estaban inmediatamente encima de nuestra posición. Al llegar a una distancia prudencial para que nuestro vadeo no les molestase, vimos que eran un chico y una chica. El chaval sobre todo, pescaba con bastante desenvoltura, y justo había hecho picar y peleaba una trucha justo en el sitio en donde la semana anterior me habían dado julepe a mi durante casi una hora larga. Más tarde, tendríamos tiempo de conocerlos a ambos, pescadores de La Rioja de vacaciones en Oliana, y os aseguro que fué un auténtico placer.
En la famosa "poza de la gravera" o "del basurero", había bastante gente pescando, entre otros un señor con la familia en pleno picnic, que pescaba en bañador y a pie descalzo, alternando lances con una caña de mosca, con otros con cucharilla. Fué allí, o más bien en donde desemboca el chorro en la inmensa poza, cuando me encontre a los simpáticos, espontáneos y cachondos colegas de la "Imperial Tarraco", Moreti y Javiermosquero, con los que compartimos unas risas e incluso un cigarrillo. No les estaba yendo nada mal: Moreti estaba tocando escama con ninfa, y a Javiermosquero una imitación de escarabajo le estaba alegrando el día a él, y amargándoselo a las truchas, supongo, je, je, je.


INTENTANDO SACAR ALGO DE PROVECHO DEL RECLUTA PATOSO.

En las corrientes que hay encima mismo de la siempre tan querenciosa como sobrepescada "poza de la gravera", pudimos por fin comenzar el training. Justo antes, y en algunos lances que habíamos hecho, Carles había perdido tres picadas y tenido que rehacer el aparejo al enganchar un tronco sumergido, y a mi se me había escapado una trucha, tras haberla peleada más de cinco minutos... con la consiguiente cara de tonto que se me quedó cuando creía que se la podría enseñar a Moreti, a quien tenía pescando casi enfrente de mi.
Pero estaba visto que este sábado era un día de pesca realmente gafado para mi, pues justo vadeando el fuerte tiro de corriente del chorro de entrada a la poza, esta vez sin mi bastón de vadeo, tuvo el inevitable resbalón y el consiguiente remojón, leve esta vez, pero con la tocada de cAjones de remojo total de paquete de tabaco, por lo que iba a pasar un buen rato de abstinencia.  
El ejercicio en esta ocasión, correspondía a un "tactical" conocido como pesca con ninfa lanzando. Antes de empezar, os diré que este tipo de pesca, dentro de las muchas posibilidades que ofrece la pesca con sedal pesado, difiere totalmente, o más bien está en las antípodas de como más se pesca a ninfa actualmente en España, y creo que en Europa, o sea "al hilo" con caña larga de entre 10 y 11 pies.
Para el ejercicio, equipé un bajo de línea no muy largo, con dos ninfas (Carles siempre pesca con una, pero me permirtió esa concesión), y un indicador de picada. Si, si, eso mismo, un indicador de picada, de esos de bolita roja, que hoy por hoy, y para muchos pescadores recalcitrantes de la ninfa es puro anatema. Es más, durante todo el día, y también durante el ejercicio, estuvimos pescando con un bajo trenzado, otro de los temas "tabús", y que tantas fobias genera. Eso es lo más soprendente: un pescador que lleva treinta años pescando a mosca, que ya pescaba a mosca cuando eso para la inmensa mayoría de msoqueros actuales nos sonaba a cuento chino, que ha pescado en muchas latitudes y muy diferenrtes peces, llega ahora y rompe un par de lanzas por dos instrumentos a los que un buen porcentaje de la parroquia mosquera considera "para novatos". ¿·Eso funciona?, pues bien, a mi no me quedo ninguna duda el pasado mes de Julio cuando Carles sacó 14 farios casi seguidas, en una zona libre que no ha visto repoblación alguna, mientras que yo, com mis "checo-polacas", mis "tungstenidas" y mis perdigones de tándem no veía una mísera picada. Es más, me consta que siguiendo la estela de mis artículos, algún que otro lector ha vistado esa zona libre, obteniendo resultados de lo más desalentadores.
Sobre todo, lo que determina la picada, no de la trucha repoblada, sino de la trucha que es del río o se pueda haber asilvestrado, es lo muy natural que derive la ninfa bajo el agua. Hay una creencia, falsamente extendida, de que la pesca a ninfa es más fácil que la pesca con mosca seca, y eso es un terrible error. Por supuesto, es mucho más fácil en escenarios con trucha repoblada, pero en donde hayan truchas que no han comido pienso en su vida, las cosas cambian y mucho. Por tanto, un factor que ayuda en la deriva lo menos forzada de la ninfa es el tan denostado indicador de picada (artilugio que, al contrario de lo que sucede en España y en Europa, es muuy utilizado en Estados Unidos), y sobre todo, lo que es determinante, es que la cola de rata jamás arrastre ninfa y señalizador, por tanto, una vez hemos posado bien, o sea, primero la ninfa y luego el señalizador, enseguida ¡la caña arriba!.
Evidentemente, mover un aparejo de ninfa y señalizador, no es lo mismo que mover un tándem de seca flotona con un pedigoncillo, o pescar con mosca seca. Aquí se trata de lanzar lejos pero sobre todo usando rodados y rodados laterales, lances en los que tengo muy poca pericia, de tan mal acostumbrado que estoy a pescar "al hilo". Además, con el susto anterior y el cansancio que arrastraba, tenía la muñeca muy floja, así que comencé a lanzar fatal y a recoger arrastrando la ninfa, con lo que llegué casi a exasperar al pobre Carles, que se desgañitaba cada vez que separaba exageradamente el brazo del cuerpo, destensaba la muñeca, y sobre todo no "disparaba" la caña, concepto que el cree de los fundamentales en la parada delante del lance, muy "British" por todo lo demás, máxime cuando en el continente predomina más el concepto de "empujar" en el lance hacia delante más que de disparar en la parada, bien sea lanzando de frente o rodado.
La confirmación de que las teorías de Carles eran, nuevamente  y por supuesto, correctas vinieron tan pronto conseguí hacer derivar correctamente la ninfa por unas corrientes que parecían mudas y ausentes de vida: ¡una picada tras otra! Eso si, dos terminaron en revolcones y relámpagos de plata bajo el río, y la tercera ¡vaya truchón! en otro fiasco, pues la enorme arco-iris con la que me estaba peleando terminó zafándose de la ninfa y huyendo corriente abajo...ante el estupor y la bronca que me soltó Carles, que entonces invirtió parte de su tiempo en darme consejos para pelear truchas, que sinceramente apenas pude asimilar, pues en aquel momento, y después de las experiencias de la pasada semana y de la presente, mi autoestima estaba por los suelos, y creo que si hubiese tenido que pelear con un alburno clavado en el arpón de Moby-Dick lo hubiera perdido igual, tal y como pasó poco después con el último pez clavado y mal peleado del día, otro enorme barbo, que tras descontar casi diez minutos de tiempo útil de formación en otro duelo estéril, se desclavó de la ninfa cuando estaba a tocar del salabre.
Esta claro que más que un problema de nudos e hilos, tengo un par de serios problemas en esto de las peleas con grandes peces: uno con el freno del carrete, y otro a la hora de enfrentarme de un modo demasiado pusilánime con el pez, dejándole demasiado que haga lo que le de la gana, como si fuera él el que tiene las cogidas las riendas ede la situación, y no el pescador.
Se oyeron truenos en la lejanía. Enfrascados como estábamos con el entrenamiento, y las peleas con los grandes peces, no habíamos levantado la cabeza del río, y a eso de las cinco menos cuarto de la tarde, justo después de perder el que hubiera sido mi tercer barbo del día, nos dimos cuenta que se estaba formando una buena tormenta hacia el norte, por lo que decidimos salir del río y dar por terminada una jornada tan accidentada como excitante.  


LA PESCA CONTINÚA, AÚN CON LA CAÑA PLEGADA.
 
Esta visto que, para los recalcitrantes de la pesca, esta no termina ni aún habiendo guardado el váder y plegado la caña.
Mientras nos cambiamos, tuvimos ocasión de conocer en persona y charlar un buen rato con David y Altamira, la pareja de pescadores de La Rioja, con los que habíamos coincidido a primera hora de la tarde. Incluso prolongamos la conversación en uno de los bares del pueblo, y el chaval que está hecho un crack nos regaló unas emergentes de tricóptero e imitacionesde red tag con pelo de ciervo que pescan con sólo mirarlas.
Es un placer y un orgullo que el coto de Oliana goce de tan buen nombre allende de Catalunya. Al menos, ellos se lo habían pasado muy bien, y se llevaban una muy buena impresión del mismo y de sus peces.
De regreso a casa, y mientras merendábamos en La Panadella, la conversación de pesca siguió, y sólo se detuvo porque se me estaba realmente haciendo tarde para llegar a cenar a una hora razonable. En este caso, la tertulia derivó en un exhaustivo análisis de material, sobre todo de cañas y acciones de las mismas. Lo mejor de las opiniones de Carles es que están muy bien fundamentadas y rehuyen los tópicos "está bien", "no me gusta", "yo bien que me hincho a pescar con esa caña", "esa caña es un timo" o "te han tomado el pelo con tal modelo, la mía si que funciona bien". Al menos, Carlos conoce bien los pros y contras de cada modelo, la calidad de los blanks, la promenorización de la acción según el escenario, etc. Si más no, tiene un parque de cañas impresionante, y ha probado montones de modelos. Todo sea dicho, la caña con la que he vuelto a pescar en estos últimos tiempos, la Grauvell Titanium de 9,5 pies para línea 5 ha merecido por su parte un aprobado. No es una caña de élite, pero lanza con mucha dignidad lineas del 5 e incluso del 6. Al menos, si no ha aprobado el pescador...que apruebe la caña.
Espero contar con la colaboración de Carles en este blog pronto. Sus opiniones estoy seguro que no dejarán indiferente a la mayoría de lectores. Es más, alguno que otro las puede encontrar chocantes e incluso heréticas: estamos asintiendo con demasiada facilidad a los cantos de sirena de muchas autoproclamadas "vacas sagradas", estamos reduciendo el arte de la pesca a mosca en un simple capturar peces en el que casi todo vale, estamos mezclando churras con merinas con demasiada facilidad. Y además ¡que carajo! siempre es preferible oir algo que nos duela pero dicho desde la voluntada constructiva, que reiterarse en el halago fácil y en la cuantificación como expresión del éxito.

  

JORNADA DE PESCA Nº 624

Sábado, 8 de Septiembre de 2012

Temporada 2011 - 2012 - Nº 43
Temporada de Salmónidos 2012 - Nº 24

Coto Intensivo de Oliana S. M. - SE08 

Río Segre

Pescadores:

Carles Vivé
Ferran RUBINSTEIN

Capturas:

Carles Vivé:
3 truchas fario a mosca seca

Ferran RUBINSTEIN
2 barbos a ninfa.

Climatología: soleado y caluroso.

La música de hoy:

Viaje de ida:

Sinfonía nº 9 "Del Nuevo Mundo"
Anton Dvorák

Sinfonía nº 5
Charles H. H. Parry

"Cuatro últimas canciones"
"Cecilia"
Richard Strauss

Viaje de vuelta:

Sonata para piano nº 1
Sonata para piano nº 2
Anton Rubinstein

"Don Juan"
"Danza de los siete velos" (fragmento sinfónico de la ópera "Salomé").
Richard Strauss

"Variaciones Sinfónicas"
Charles H. H. Parry


Líneas Tensas!



Ferran RUBINSTEIN.

sábado, 1 de septiembre de 2012

JP-623. COTO DE OLIANA INTENSIVO S. M. SE08 (ANTES COTO CAMÍ DE L ´OLIVA INTENSIVO S. M. - SE-020). Sábado, 01/09/2012.





JORNADA DE PESCA Nº 623

Como me ha pasado ya alguna que otra vez a lo largo de los años, y casi siempre en este coto de Oliana, ayer salí del río con la sensación de que les truchas habían ganado por goleada al pescador. El total de tres capturas, entendiendo como captura el pez en el salabre, no resulta un indicador fidedigno en lo que ha diversión y productividad  se refiere, para una jornada de pesca muy entretenida, pero también de elevado grado de frustración, pues en el momento en que capturaba la primera trucha, ya se me habían escapado nada más ni nada menos que ¡nueve!.
Pero situémonos por ahora fuera del "campo de batalla", y no comencemos la casa por el tejado.
Este primer sábado de septiembre ha tenido un color ligeramente otoñal, todo y que nominalmente nos quedan aún veintiún días de verano. No ya por la audición de la Sinfonía nº 3 de Anton Rubinstein rumbo a La Panadella todavía de noche, o por haber estado desayunando allí un café con leche y un gitanillo de nata aún antes de salir el sol. Estos indicadores subjetivos, basados en mis hábitos de viaje a los intensivos, cuando la temporada finaliza, pueden estar muy bien, pero lo de ayer era algo más real y tangible: tras las lluvias de esta semana ¡por fin ha refrescado!, y lo ha hecho de un modo sensible. Diez grados había en La Panadella cuando paré a tomar el café y echar gasolina, y en Oliana, a pie de río y mientras me equipaba para la pesca ¡nueve grados!. Hace tan solo una semana, sudaba tan solo del esfuerzo de atarme las botas, y ayer, gracias también al molesto aire que soplaba a primera hora de la mañana,  tuve que recurrir a enfundarme un chándal de emergencia, que llevo siempre en mi bolsa de pesca, para no tiritar montando la caña, y comencé la acción de pesca enfundado en mi camisa de camuflaje de manga larga "Besko", no arremangándome hasta bien pasado el mediodía.
La mañana, con el paso de nubes altas, fue muy fresca. Esporádicamente, soplaba una ventolina que incrementaba la sensación de frío. A partir del mediodía se impuso el sol, y la temperatura subió, todo y que a lo máximo que llegamos a estar fue a unos confortables veinticuatro grados a eso de las dos de la tarde. Nada que ver con las tórridas temperaturas, de cerca de cuarenta grados, que se llegaron a registrar en Oliana hace apenas una semana.
En lo relativo a caudal, el río Segre estaba igual que en mi última visita el pasado mes de Febrero, o sea un tanto bajo de agua (unos 12 m3/seg.), ideal para pescar y vadear. Es lo que me esperaba, pues el caudal que siempre me he encontrado en este tramo de río, entre los pantanos de Oliana y Rialb siempre que lo he visitado a finales de verano o principios de otoño.
La mayor parte de la acción de pesca de la jornada, y por añadidura el total de capturas y peleas con truchas, se produjo en esa peculiar parte alta del coto, paralela al muro de la piscifactoría, que se conoce como "Cami de l´Oliva", una extensisima planicia, una auténtica "Plaza de Tianammen" de aguas someras, de esas que son la desesperación de los pescadores adictos a pescas abisales o a rápidas corrientes. A primera hora de la tarde, marché hasta el fin de la jornada a pescar otras posturas entre el Puente de Ttagó y la gravera.
Esta vez, para pescar esta gran extensión de aguas someras, elegí hacerlo con un tándem de tricóptero y ninfa muy ligera. Me arrimé al máximo al lado del muro de la piscifctoría, por donde discurre una ligera traza de corriente, alternando pesca en corto, a golpe de muñeca, en la misma, con pesca más larga, sacando linea y buscando picadas lejos, tanto de frente, como en dirección a la orilla contraria.
La estrategia funcionó muy bien, en lo que a picadas se refiere. Nueve, nada más ni nada menos. Pero en lo que a llevar los peces a la sacadera se refiere, eso ya es harina de otro costal, tal y y como os he anticipado al inicio de esta crónica. Mayormente, se trataba de truchas arco-iris muy grandes, de esas del tipo "barra de pan" o "torpedo podolio" (seis ejemplares), aunque también aparecieron tres grandes farios; dos de ellas subieron a por el trico.
En invierno, cuando hace un frio siberiano en estos parajes, he llegado a ensalabrar con éxito estos "torpedos con aletas" con hilos muy finos, como el 0,12 de terminal con el que estaba pescando ayer. Sin embargo, en verano la trucha no está medio hibernada y aletargada, y ayer los vigorosos monstruos olianeros eran un portento de vigor y furia, y me ganaron la batalla nueve veces seguidas.
Al final, tuve que apearme del burro, y no fue hasta que subí el diámetro del terminal hasta un 0,18,  aunque con ello tuviese también que aumentar  el tamaño de la ninfa, que pude materializar picadas en capturas. Supongo que también influyó el hecho de que bajase un tanto el tallaje de los peces. Seguían siendo truchas grandes, por encima de los  treinta centímetros, pero para nada los auténticos miuras fluviales con los que había liadiado, de bastante más de medio metro de longitud.
La primera ¡por fin! fué una preciosa fario que le pegó dentellada al tricóptero. La segunda  ¡aleluya! otra muy parecida, pero que me encontré prendida a la ninfa cuando pensaba que, debido a la poca profundidad del escenario, había enrocado. La última (¡huy, huy, huy!), un buen truchón arcó iris que me ganó la corriente y tensó la línea al máximo, pero que al fin pude dominar, creo que gracias al mayor grosor del hilo.
Quizás también, tendría que revisar un tanto la calidad de los hilos, como la buena confección de los nudos. De todas maneras, sigo insistiendo que no es lo mismo vértelas al otro lado de la línea con una trucha trofeo en invierno, cuando las sacas de la cama para darles un meneo en la gélida capa superficial del río, que en verano, cuando con el agua a temperatura de meado de burra y gran cantidad de comida a su disposición estos animales están en el cenit de su energía y vigor.
Al final de la "Plaza de la Tianammen-Oliva", vienen unas corrientes que llevan ya al límite superior del coto. En ellas estaban dos señores pescando, y no quise molestarles. Sin embargo, creo que igual quedaron un tanto desconcertados, al ver que me dirigía hacia allí y luego desaparecía en un pequeño y enmarañado brazo lateral del río: los pescadores, incluso los malos como yo, también tenemos que satisfacer nuestras necesidades fisiológicas. A buen entendedor, pocas palabras bastan.
Cerca ya de las tres de la tarde, bajo un apacible sol otoñal, volví al coche para tomar un refresco y puse rumbo al puente de Tragó para hacer la recta final de la jornada pescando otros escenarios.
Primero estuve prospectando una serie de corrientes, sin tener picada alguna. Al final, llegué a otra de esas explanadas de aguas someras, aunque muchísimo menos extensa que la del Camí de l´Oliva, y allí estuve tentando a seca pelada una gran cantidad de no ya truchas, sino también barbos, que se estaban poniendo morados a unos pequeñas tricópteros beis que no supe identificar (a ver si algún lector experto nos puede aportar algo de luz en este tema). Supongo que el no llevar una imitación parecida, o lo patético de mi bajo, que tuve que rehacer  con los hilos que llevaba encima y midiendo a "ojímetro", fueron motivo suficiente para no obtener botín alguno de estos últimos compases de jornada.
Sin embargo, la media hora larga que pasé tentando a truchas y barbos en esa postura, me hicieron treméndamente dichoso. No sabéis lo a bien que se puede llegar a sentir uno bajo un sol que ya no pica, escuchando a las últimas cigarras de este verano inclemente, en un día en que por imperativos del calendario tantos y tantos ciudadanos están atrapados en algún atasco, en otro fin de semana de "operación retorno" tras las vacaciones de verano.
Hay momentos de paz en el río, aislados de toda preocupación mundana, sólo entestados en presentar bien la mosca para conseguir la picada de ese pez que nos desafía, que no tienen precio. No están pagados con dinero, y lo mejor es que o requieren un derroche inhumano de adrenalina, ácido láctico, sudor o sangre para conseguirlos.      
Y ahora, antes de terminar, informaros si queréis seguir leyendo más sobre mis jornadas de pesca en este coto, tras el resumen he publicado un parte de pesca de hace cinco años atrás, publicado previamente en "Con Mosca". Eso si, haced una pausa para estirar las piernas, hacer una rápida micción e ir  a la nevera a por una cerveza.


JORNADA DE PESCA Nº 623

Sábado, 1 de Septiembre de 2012

Temporada 2011 - 2012 - Nº 42
Temporada de Salmónidos 2012 - Nº 23

Coto Intensivo de Oliana S. M. - SE08 (hasta Marzo de este año, Coto Intenisvo Camí de l´Oliva S. M. - SE-020).

Río Segre

Capturas:

1 trucha fario a mosca seca, 1 trucha fario a ninfa y 1 trucha arco-iris a mosca seca.

Climatología: nubes altas y fresco hasta mediodía; soleado y templado por la tarde.

La música de hoy:

Viaje de ida:

Sinfonía nº 3
Anton Rubinstein

"Fantasía sobre temas polacos"
Ignacy Paderewski

"Danzas de Galanta"
"Danzas de Marosszék"
Zoltan Kodály

Viaje de vuelta:

Sinfonía nº 1
Sergei Rachmaninov

Concierto para piano y orquesta nº 2
Piotr. I. Tchaikovsky

Líneas Tensas!



Ferran RUBINSTEIN.



OLIANA JONES: CAMBIO DE CHIP Y ÉXITO.

Hola amigos:

Como dicen los modernos, de vez en cuando, hay que “cambiar el chip”.
Ayer volví a Oliana, en donde los pobres o nulos resultados de pesca me han acopañado a lo largo del pasado mes de Febrero, con el firme propósito de mejorarlos.
Por eso, si quería tenía tener éxito en esa empresa, se imponía un “cambio de chip”.
Para lograr tal fin, nada de hacer lo mismo que a lo largo de las tres salidas anteriores. A ver si con un cambio radical de estrategia también había un cambio radical en lo que a capturas se refiere.
Nada pues, de pesadas nnfas de colorines, nada de prospectar profundidades generosas a golpe de tungsteno, nada de posturas en las que yo estuviese cómodo y las truchas ausentes, nada de quedarse varado en el mismo sitio como si allí hubiera actividad en profusión para justificar mis varadas durante horas.
Para este Sábado, el cambio de chip se tradujo en andar mucho y cubrir mucho rio a lo largo y a lo ancho, pescar corrientes rápidas con toda la fe del mundo y hacerlo con discretas y ligeras ninfas , no desdeñar un palmo de agua sin prospectar y cambiar rápidamente el aparajo por uno de seca en cuando más de dos cebas seguidas delatasen a alguna trucha golosa.
Y funcionó, vaya si funcionó. Al final conseguí meter en la sacadera tres farios, las tres de muy buen tamaño, a ninfa, y una arco-iris también de talla generosa que sucumbió a la tradicional imitación de CDC, tras un lance oportunista.
Efectivamente, las truchas estaban en las corrientes rápidas, y curiosamente las tres que capturé en ese tipo de escenario, lo fueron a ninfa, pero a diferencia de otras veces, dos con ninfas pequeñas (anzuelo del 14) con colores discretos y en oreja de liebre. La tercera  sucumbió a una “San Juan worm”.
Por lo que hace a la única captura a seca, se debió a un momento oportunista, curiosamente cuando en mi itinerario rio arriba, pasaba por el mismo lugar en el que la semana anterior mi amigo Ramón Terricabras capturaba su segunda trucha a mosca seca con una emergente.
Puede que cuatro truchas no parezcan una pescata de escándalo, pero para mi, y viendo como me han ido las cosas en el “Padre de todos los Rios” (como dice mi amigo SOMO) durante el último mes, constituye una mejora de resultados, si más no, significativa.
Tuve ocasión de compartir un rato de amena conversación con un señor de modales finísimos y gran elegancia, que proyectaba su linea con una maestria que parecía sacada de una película de demostración de cásting. Dicho señor, que se llama Daniel, capturó pescando “al agua”, un truchón arco-iris de esos de tamaño superlativo. ¡Menudos torpedos siguen nadando por el Segre, todavía!. Gracias a la charla con Daniel, que resultó ser un gran viajero y un conocedor profundo del legendario Rio Segre, me enteré de que su compañero habitual de aventuras de pesca durante años ha sido José Luis Bruna (1), con el que he tenido el placer de coincidir en estos Foros, y al que aprovecho para mandarle un afectuoso saludo.
Tras seis horas y media de pesca, un fuerte dolor de lumbares me sacó del rio a eso de las cinco de la tarde, y preferí no fustigarme más de lo necesario. Al fin y al cabo, no me podía quejar ya , pues la mejora de resultados tas el “cambio de chip”, era más que evidente.
También ví la furgoneta de mi amigo Antonio el Pintor, pero fué al final de la jornada, Estaba aparcada junto a mi vehículo. Tuve la esperanza de verle, y de tentarle con un “café de descongelación”  mientras me cambiaba. Supongo que estaría en plena “jornada no stop” arreglándole la dentadura a las truchas, pues tar el embadurnado de manos con Brummel, previo a arrancar el motor del coche y marchar, aún no había aparecido.
        




  ===========================================================

TEMPORADA DE COTOS INTENSIVOS DE SALMÓNIDOS.

Jornada nº 17
Sábado, 3 de marzo de 2007

Coto de Oliana “Intensivo” (Zona Trofeo)
Rio Segre

Climatología: sol y nubes altas. Templado y caluroso en las horas centrales del dia.

Pescador: Ferran Rubinstein.

Capturas:  3  truchas fario a ninfa y 1 trucha arco-iris a mosca seca.


===========================================================

Y la semana que viene, y salvo imprevistos, un nuevo desafío: la apertura del Coto de Ponts. Esta vez, más difícil todavía, pues además de la tradicional avalancha humana de  pescadores (y pescateros, desgraciadamente) típica de las jornadas de apertura, esta vez –y salvo milagros de última hora- no se va a efectuar repoblación alguna.
Puede ser incluso divertido. Estoy pensado incluso en llevarme una gorra de payaso y unos cascabeles de bufón del medioevo.  
Espero, amigos, que vosotros tampoco os dejeis robar la ilusión por los rios, por la pesca y por la vida.

Buena Pesca y Lineas Tensas!


Ferran RUBINSTEIN.


(1) Hoy en día Presidente de la Federación Española de Pesca y Casting, y en auqel entonces creo que era
Vicepresidente de la Federació Catalana de Pesca i Càsting.