"Si, al igual que yo, sois de los que creeis que tenéis poco que enseñar, mucho que aprender y aún más que compartir, éste es vuestro blog".

domingo, 24 de junio de 2012

JJPP 613A y 613B - COTO DE MONTAGUT S. M. - TE08 Y COTO DE RIPÒLL - CAMPDEVÀNOL S. M. - TE09B. Sábado, 23/06/2012




JORNADAS DE PESCA  613 A Y 613 B.


TIEMPO PARA LA PESCA, ANTES DE LOS PETARDOS, LA COCA Y EL CAVA.

Este año, el calendario ha querido que la noche de San Juan cayerá en Sábado, mi día de pesca por autonomasia.
Como hasta la noche no tenía que cenar con la familia, he salido como es habitual a pescar, todo y que he terminado de hacerlo a una hora muy prudente, para ser puntual a una cena familiar, con postre de coca y brindis con cava, que hacía unos cuantos años no celebrábamos; tantos como Elisenda, mi hija, ha sido demasiado pequeña como para perder una noche de sueño. Ahora, con cinco años y pico, ha vivido su primera Verbena de Sant Joan en serio, más allá del simple tirar unos cuantos petardos en el balcón al anochecer. Hay que ver lo bien que se lo ha pasado, compartiendo mesa y mantel con los mayores, abuelos y tíos incluídos. El tiempo pasa tan rápido que el día menos pensado ya no querrá celebrar la verbena con los "plastas y carrozas" de sus padres, pues tendrá mejores planes para esta noche de bienvenida oficial al verano, como pueden ser discoteca intensiva, o fiesta en la playa con resacón en la arena incluído. Pero no tengamos prisa, todo llegará, y ahora es momento de disfrutar al máximo de su infancia.
En otro orden de cosas, ya relacionadas con la pesca, la llegada del verano y los calores ha comportado que las precipitaciones se hayan reducido drásticamente, y con ello se haya resentido el caudal de los ríos (amén de la avaricia de las hidroeléctricas de turno, por supuesto). Para este sábado, tenía previsto pescar en el coto de Montagut, de Ribes de Freser, pero sabedor de lo justo de agua que baja a la que llega la época estival, y más si ello va ligado a dos semanas sin llover en serio, tramité también un ticket de pesca alternativo para pescar en Campdevànol, por si las cosas se ponían muy feas, como así fué al final, y tenía que ir a mendigar un poco más de agua para pescar con un mínimo de comodidad.
En esta doble jornada, forzada más por el estado del caudal del río Freser que por voluntad de probar dos cotos en un día, los resultados fueron tan malos como la semana anterior en Guardiola de Berguedà, con el mismo pobre número de capturas y el mismo calor sofocante. Quizás, en la segunda parte de la jornada, se vieron más truchas que la semana pasada, pero sólo eso, fueron vistas, pero no terminaron en mi sacadera.     

ADAPTACIÓN AL MEDIO EN MONTAGUT.

Nos pasamos la vida adaptándonos: al medio, a las necesidades macroeconómicas, a nuestro puesto de trabajo, a las circunstancias. Ya puestos, estoy bien seguro que casi todos los lectores se habrán tenido que adaptar a como baja el río, siempre y cuando de pescar se trate. De lo demás,que cada cual actúe en consecuencia, y uno mismo con su mecanismo.
Tal y como me temía, el río Freser a su paso por Montagut bajaba patético de agua. Un río en los huesos, o más bien un esqueleto de río desecándose al sol del verano. Todo y así, sirva de triste consuelo, lo he llegado a ver peor, cosa que no dice mucho en favor de aquellos que, sabedores de la sequía crónica de cada verano, siguen dándole a la tubería y a la turbina.
Todo y así, decidí probar hasta el mediodía el tramo que va desde el puente del Balneario de Montagut, o de Aigues de Ribes, hasta la gasolinera y restaurante de carretera "El Llac", por lo menos hasta mediodía,  a ver que tal pintaba la cosa.
Invertí unas tres horas y poco en pescar con toda la calma que pude este tramo de río que tan productivo me ha sido otras veces (con un poco más de agua, eso si), pescando primero con un tandem de ahogada-ninfa, para pasar a ratos a pescar con seca y ninfa en un combo más tradicional, e incluso a seca pelada en los tramos de aguas tan ralas que hacían imposible la pesca con algo que llevase el mínimo de lastre.
A cambio de esta inversión de tiempo y despliegue de medios, sólo conseguí capturar un par de truchas, de tamaño bastante contenido (ninguna de las dos llegó a los 25 cms.) con la ninfa del tándem, y en el mismo tipo de escenario: lo que queda de las pocas pozas de este tramo, reducidas en este ocasión apenas a la mínima expresión.
Ví muy pocas truchas, la verdad sea dicha, y las pocas que ví estaban en el relativo confort de lo queda de las badinas, muy resabiadas y recelosas. Bastaba un mínimo movimiento del brazo, o una mala aproximación para que huyeran aleta en polvorosa, buscando refugio en las oquedades de las rocas.
En cuanto a las corrientes, ausencia total de picadas en las mismas, y ni siquiera una tomada de tricóptero, de efémera o de la siempre apetitosa y socorrida ahogada en lo que en otras ocasiones es el alegre bullir del agua entre las piedras, reducido ahora a algo parecido a un borboteo similar al de una cafetera puesta a fuego lento. 
A las doce y cuarto, por lo menos con el bolo evitado y con el balance de dos truchas metidas en el salabre, llegué a la altura de la gasolinera en donde tenía aparcado el coche. Apretaba el calor de lo lindo, y viendo el estado del río, y las magras perspectivas que me esperaban, tomé la decisión -no muy acertada, a tenor de lo que vino después- de cambiar de aires y bajar a probar suerte en Campdevànol,  

POCAS TRUCHAS, PERO SELECTIVAS, Y APRENDICES DE FURTIVO EN CAMPDEVÀNOL.

Un corto transbordo en coche, tras una breve "soft drink break" de té con limón, más helado que frío, me llevó a las aguas del que fue el antiguo coto sin muerte de Campdevànol. Suburbanita en su primer tramo, y plenamente urbano en el último, dentro de su escasa longitud que apenas llegaba al kilómetro.
Por lo menos, desde la presa del polideportivo el río bajaba con un poco más de alegría. Aguas arriba, fué de nuevo harina de otro costal.
Feliz de por lo menos poder pescar con un poco más de caudal, aposté fuerte por un tándem de seca y ninfa, con un nuevo diseño de tricóptero, muy flotón y con el atractivo adicional de cuatro pequeñas patitas de goma. Creo que esto, unido a mi exceso de fe en que las picadas se producirían a una microninfa naranjita, que tan buenos resultados me ha dado a lo largo de los años en este coto, fueron mi perdición.
En los primeros compases de esta segunda parte, las truchas subieron.al trico hasta cuatro veces en lo que va desde la casa que hay en el parque junto al río hasta la presa... pero para rechazarlo. Tonto de mi, ni fui capaz de cambiar de seca, ni de apostar por pescar a seca al agua con algún que otro tricóptero de diferente patrón. En su lugar, seguí insistiendo con fe ortodoxa en el combo que llevaba, y así seguí hasta llegar a la presa sita en medio del casco urbano del pueblo. Desde el puente de la carretera de Gombrén hasta la anteriormente mencionada presa, con el río otra vez pasando sed (la voracidad de los canales es inagotable), sólo le vi la cara a otra trucha, esta vez de muy buen tamaño, que en una de las escasas pozas que quedan subió a por el trico... para rechazarlo de nuevo.
A las tres de la tarde, y con una cara de tonto que sería la envidia de un tal Forrest Gump de Greenbow, Alabama, decidí jugarme el último cartucho en el tramo que va del segundo puente de la factoría Conforsa hasta la presa del parque del Mirador, o sea el mismo en el que estuve vareando la última vez que visité lo que antaño fué el Coto El Freser-1.
Noté que acusaba el cansancio, provocado sobre todo por el intenso calor de esas tres y algo de la tarde, y que perdía con facilidad la concentración, cuando en mi ya decididamente torpe deambular por el río espanté varias truchas, que salieron como cohetes de debajo de piedras que estaban a un paso mio, y encima tuve un par de caídas tontas, en una de las cuales me dí un fuerte golpe un poco más abajo de la rodilla que me hizo ver literalmente las estrellas.
Todo y así, aún tuve la fe suficiente como para cambiar el tricóptero causante de tanto rechazos, por uno más convencional. y de diseño más conservador. Sin embargo, la única picada que tuve, y que con más apuros que holguras acabo materializándose en trucha en mano, fué a la micronnfa, y en un pequeño blando de corriente de la orilla contraria.
Al llegar a la presa del Parque del Mirador, había un tropel de chiquillos bañándose tanto arriba del azud, como en la poza en donde cae el agua. Incluso había un chiquillo, ataviado solo con bañador y zapatillas de deporte, que estaba pescando a cucharilla en las corrientes que hay justo después del salto de agua. No entrando en materia de si la cucharilla era con los anzuelos con o sin muerte, hasta aquí todo medianamente bien. Lo que ya constituyó una desagradable sorpresa para mi, fue ver como el chavalín levantaba una piedra, y se llevaba tan campante una trucha a la que previamente había retorcido el pescuezo.
Que yo sepa, la zona con muerte de este coto está en la actualidad muchos kilómetros más abajo de Campdevànol. Sin embargo, lejos de mi intención decirle ni mu al niño. Ni soy un guardia fluvial, ni me pagan por vigilar el río, y aún menos me veo a mi mismo abroncando una criatura que seguramente ni sabe que está obrando mal. No obstante, muy mal por los padres o tutores del crío, y más sabiendo de que si le gusta pescar, lo primero que deberían de hacer es explicarle en donde se puede pescar con muerte, y en donde no. O sea, explicarle que hay una ley, y que hay que cumplirla.
Y así nos va. Cormoranes grandes y pequeños, cormoranes con pluma y sin pluma, cormoranes con alas y sin alas, y entre tanto pajarraco y verraco, la guardería fluvial desaparecida en combate. Ya sé que es difícil dar abasto, y lo mucho que desmotiva al trabajador de la función publica el recorte de su pecunio,  pero a mi también me han congelado el sueldo y retrasado la jubilación, además de ser tan víctima de recortes sociales como cualquier hijo de vecino que no sea banquero, político, futbolista de élite o miembro de la Casa Real, y sigo yendo cada mañana a trabajar y a cumplir con mis obligaciones... y pobre de mi que no lo haga.
Por esta vez, y sin que sirva de precedente, no hubo merienda pastelera. ¡Vaya herejía!. Había que guardar hambre para la cena de la noche, en la preparación de la cual mi mujer  llevaba todo el día esmerándose con mucha ilusión, y para ese montón de cocas de Sant Joan de diversas variedades, de las que esperaba atiborrarme a pocas horas vista. Como aliciente añadido, un España-Francia de semifinales de Eurocopa. Un cúmulo de buenos motivos como para plegar la caña sin más dilación, y ponerse al volante, sin pausa pero sin prisa, para volver a casa un poco antes de lo habitual.      


JORNADAS DE PESCA 613 A Y 613 B.


Sábado, 23 de Junio de 2012

613 A

Coto de Montagut S. M. -  Ribes de Freser

Rio Freser

Tramo pescado: del puente del balneario de Montagut, hasta la gasolinera y restaurant de carretera "El Llac".

Capturas:
 2 truchas fario a ninfa.

Climatología:
soleado y caluroso

Hora de inicio de la jornada: 09,00 h.
Hora de finalización de la jornada: 12,15 h.

613 B

Coto de Ripoll - Campdevànol S. M.

Tramos pescados:
Tramo 1: en Campdevànol, desde los jardines de la zona polideportiva hasta la presa en medio de la Villa.
Tramo 2: en Campdevànol, desde el segundo puente de la factoría "Comforsa" hasta la presa del Parque del Mirador.

Capturas:
1 trucha fario a ninfa.

Cliamtología:
soleado y caluroso.

Hora de inicio de la jornada: 13,00 h.
Hora de finalización de la jornada: 16,30 h.

La música de hoy:

Viaje de ida:

Sinfonía nº 5

Charles H. H. Parry

Obertura "Triunfal"
Anton Rubinstein

Concierto para piano y orquesta nº 2
Alexander Glazunov

Viaje de vuelta:

Concierto para piano y orquesta nº 1
Piotr I. Tchaikovsky

Concierto para violín y orquesta nº 1 "en un solo movimiento"
Joseph Joachim

Serenata Rusa nº 1
Anton Rubinstein

Lineas Tensas!



Ferran RUBINSTEIN.

domingo, 17 de junio de 2012

JP-612. COTO DE GUARDIOLA DE BERGUEDÀ - LA POBLA DE LILLET S. M. - LL01B - Sábado, 16/06/2012.





JORNADA DE PESCA Nº 612

Muy mal día de pesca, totalmente a contrapronóstico, el de este Sábado 16 de Junio, bajo un tórrido sol Africano, y aguantando una asfixiante temperatura: el mercurio alcanzó los 31 grados a las seis de la tarde, cuando pasé a recoger a mi amigo Pep, que en esta ocasión me había acompañado, por el aparcamiento de la entrada de La Pobla de Lillet.
Tres tristes truchas, pueden parecer una magra recompensa a muchas horas de sacar la lengua y deshidratarse pateando el río, en un dia en que ni a la sombra de la arboleda llegaba uno a aliviarse el calor: sólo un remojón de cabeza de vez en cuando, surtía algun efecto refrescante. Sin embargo, es lo que hay. Parecía que este sábado las truchas se hubieran ido de vacaciones. Es posible, como sucede a veces en las largas tardes de sol y conciertos para cigarra y orquesta, que el intenso calor y la gran luminosidad del día desactivasen las truchas. En todo caso, fué un auténtico desperdicio, mayormente para los peces, pues hubo muchísmas eclosiones, tanto de efémeras como de tricópteros y plecópteros, a lo largo del día, sin que apenas se viesen cebas (de hecho, ví sólo dos en todo el día, y una de ellas fué para delatar la trucha que terminé capturando a seca), por lo que perdieron una gran ocasión de ponerse morados con tanta comida bajando por el río...¡peor para ellos!.
Cerca de las dos de la tarde, estaba realmente molido de tanto patear y tanto lanzar, y me estaba cogiendo ese sindrome de impotencia y sobre todo de inseguridad que le pilla a cualquier hijo de vecino cuando tras largas horas de insistir lo único que obtenía era la callada por respuesta. Miento, si hubo una respuesta, en este caso en forma de captura de una trucha con la ninfa del tándem, pero me pareció muy poca recompensa para tratarse de un día de pleno verano, y en un escenario en que no hacía tanto había tenido pescatas la mar de aceptables.
Llegó entonces el momento de plantearse aquello que tantos -seguramente mal aconsejados por la soberbia- jamás se plantean, y que es si realmente uno está pescando bien. Y la respuesta, fué que realmente no.
Para empezar, la jornada había comenzado mucho más tarde de lo que viene siendo usual en estos últimos tiempos, o sea, a las once menos cuarto de la mañana, cuando ya hace tiempo que a esa hora, y más en plena temporada, lo normal es que lleve ya entre dos horas o hora tres cuartos pescando. Esta vez me pudo la tentación de compartir un buen desayuno con mi amigo Pep. mientras seguíamos enfrascados en un debate sobre la burbuja inmobiliaria, y cuando me dí cuenta, la "hora de la fresca" había pasado ya, y en el momento en que me encaminaba hacia el río, en este caso el Llobregat entre el primer bajador después del Camping l´Espelt y el viaducto del kilometro 6 de la carretera de La Pobla de Lillet, para comenzar a pescar hacía ya un calor infernal.
Luego, estuve realmente muy patoso lanzando, y pagué con un buen stock de material enredado en ramas de arboles y troncos sobre todo mi falta de atención y concentración. Por suerte, el caudal del río este verano era plenamente estival, y pude evitar un desastre mucho mayor, a base de recuperar mayormente ninfas trabadas en troncos sumergidos y rocas.
Además, el tramo elegido incluía un amplio subtramo en el que no saco ni una trucha desde por lo menos hace cuatro temporadas. Es de esos sitios que parecen realmente "gafados", por lo menos para mi, y creo que en esta ocasión lo afronté con muy poca fe, y prescindí de prospectar muchas posturas.
Para más recochineo, dejando aparte la única trucha que pude meter en el salabre, la otra única trucha que ví en lo que llevaba de día fué una que salió de debajo de mis propios pies en el "subtramo maldito" , debido a una mala entrada en el río, digna del caballo de Atila... y creo que repetí varias de estas "entradas triunfales" en varias ocasiones.
A eso de las dos de la tarde, llegué a los aledaños del viaducto, y allí en la playa fluvial había una señora tomando el sol, y confrmó mis sospechas: no estaba sola, y sus compañeros eran dos pescadores que hacía rato habían marchado río arriba, por lo que con lo sensible que estaba el mismo al pisoteo, ya no tenía sentido seguir la estala de los pescadores que me precedían, así que tomé la decisión, tras hacer un enorme acopio de fuerza de volutad, de abandonar el río Llobregat por este sábado, para -corto viaje en coche de por medio- irme al Bastareny a probar suerte.
Todo y que tenía el coche a menos de cinco minutos del viaducto, llegué al mismo completamente deshidratado, y agradecí como nunca el haberme llevado una nevera portátil extra con cargadores de hielo para tener bien frías mis provisiones de té con limón. Al arrancar el coche, para ir a probar suerte al Bastareny a su paso por Bagà, el termómetro del coche marcaba 34 grados ¡que pasada!.
La singladura de la tarde fué tan azarosa en acontecimientos como pobre en capturas, al igual que había sido la de la mañana. La cosa pareció animarse, cuando al poco de empezar, en esa poza tan querenciosa que hay apenas cincuenta metros aguas abajo de la pasarela colgante de madera, una trucha se cebó delatando su posición en la entrada de la corriente en la badina, hecho el cual aproveché para machacar largo rato esa postura hasta que, creo que por puro agotamiento, la trucha terminó dándole un buen bocado al tricóptero de pelo de ciervo, y dando con sus escamas en mi sacadera.
Alentado por tan buen comienzo, decidí bajar un poco más por el camino, y probar unas cuantas posturas de las de "dan trucha seguro" aguas abajo. No había dado ni cuatro varazos, cuando aparecieron ladrando, gruñendo y enseñando amenazadoramente los dientes dos enormes perros negros, que me obsequiaron con una cacofonía de ladridos y gruñidos desde la orilla contraria durante un largo rato. A fuerza de mostrarme indiferente y de chasquear la lengua de vez en cuando, terminaron por irse con sus ladridos y gruñidos a otra parte. Todo y que ambos llevaban collar, su aspecto era de todo menos tranquilizador. Sirva esto de aviso para los pescadores que faenen por los aledaños de la pasarela colgante de madera sobre el Bastareny, y que quizás pudieran tropezarse con tan poco amigables canes.
La tarde prosiguió, pese a las buenas vibraciones iniciales, en la misma tónica de apatía de la mañana, y con la misma sensación de no haber peces en el río. No pude aprovechar mucho las corrientes de la zona de las barbacoas, pues el area de picnic estaba llena de bañistas, algunos de ellos remojando cuero en el río. Allí tuve la suerte de saludar a Joan, un amable pescador que se confesñó asiduo de mi blog. Por la mañana había estado pescando en el Llobregat, aguas arriba del viaducto en donde yo había terminado mi primer tramo del día, y sólo habia conseguido pescar un par de truchas.
Ya eran pasadas las cuatro y media, y decidí jugarme la suerte de la última media hora de pesca de la jornada yendo directamente a las corrientes que hay antes del Pont de la Vila, en aguas territoriales de lo que fué el antiguo coto sin muerte de Bagà. Incluso, rehice mi bajo de línea, por enésima vez, jugándomela a poner una microninfa de punta, con una mosca ahogada bailando 40 cms. más arriba. Por primera vez en el día, y a media hora del pitido de fin de partido, tuve la suerte que no había tenido a lo largo de la jornada, y nada más llegar ¡trucha que se clava en la ninfa! y nada más soltarla, ¡zas!otra  trucha que sube a buscar la ahogada a ras de superficie, y uno que es tan toooooopeeeeee, que falla la clavada.
Mis esperanzas de hacer la pescata del día en menos de un cuarto de hora, se vinieron abajo, cuando me dí de bruces con un señor que también estaba pescando a mosca. Ni quise molestarle, ni tenía ya fuerzas para dar un rodeo e irme aguas arriba a seguir vareando, así que aproveché la coyuntura de que, muy amablemente, me diera conversación e incluso me invitase a un cigarrillo, para dar por concluída una jornada de pesca tan aciaga, como magra en capturas.    
De vuelta al coche, mientras me cambiaba de ropa e incluso mientras volvía a subir por la carretera rumbo a La Pobla de Lillet, para recoger a mi amigo Pep, aproveché para reflexionar sobre el porque de tan pobre dia de pesca, y más a contrapronóstico, al tratarse de un día de pleno verano, y en un coto que en estas mismas fechas, pero de otras temporadas, siempre se había mostrado tan generoso conmigo.
Ya sé que los argumentos más socorridos para justificar tan pobres resultados son siempre la plaga del cormorán, amén de la de los visones, y la de los furtivos. De tal manera que, cuando mayor es el ego del pescador, más apocalipticas resultan ser las plagas, de tal manera que al final resulta que no hay peces en el río porque han sido exterminados en su práctica totalidad por bandadas hitchcockianas de cormoranes enfurecidos y famélicos que incluso llegaron a acorralar al pescador en una cabina telefónica cercana al río, o por cuadrillas enteras de furtivos venidos de exóticas selvas allende de los mares, o de estepas en la otra punta del continente, que con artes prohibidas y armados con garrotes y navajas de siete muelles han esquilamdo el río amenazando incluso a pescadores y autoridades de vigilancia fluvial por igual. 
Desde luego, que no cuenten conmigo para unirme a estos lamentos de mal perdedor. Ante todo, la responsabilidad de esta mala jornada de pesca, en lo que a resultados se refiere, es solo mía. Y el único motivo es mi escasa habilidad como pescador y lo mal que he planteado la estrategia de pesca en este día. Somos humanos, y un mal día lo puede tener cualquiera, y dos, y tres, y muchos....
Mi amigo Pep me esperaba tomando la sombra en un banco cercano al aparcamiento de la entrada de La Pobla de Lillet. A el también le había afectado el calor en sobremanera, y se había conformado con acercarse un rato a los Jardines Artigas, para luego ir mendigando sombras en donde guarecerse. Aproveché la breve parada, antes de irnos a merendar a Gironella, para asomarme un momento al río y constatar el lamentable estado del que fué el muy glorioso e intensivamente sobrepescado coto sin muerte de La Pobla de Lillet. Donde antaño se podían ver grandes truchas cebandose sin parar (los famosos "pepinos de La Pobla de lillet") y más en tardes de calor y bochorno como la de este Sábado, ahora no se veía más que agua.
Tras ver un rato la final de la Liga ACB -otro Barça - Madrid, pero en este caso de tipo baloncestístico-  en un bar de Gironella, aprovechando la hora de la merienda, mi amigo Pep y yo volvímos a casa escuchando un recopilatorio de grandes éxitos de Jethro Tull, ese peculiar grupo de rock en el que la flauta tiene tanto protagonismo, y que nos llevó por un rato a principios de los años 70, un tiempo ya muy lejano en el que la pesca a mosca era toda una rareza, por lo menos en España, y en el que todavía mucha gente pensaba que la llegada de la Democracia traería el fin de la corrupción y significaría el principio de un tiempo de prosperidad sin fin. 
              


JORNADA DE PESCA Nº 612

Sábado, 16 de Junio de 2012

Coto de Guardiola de Berguedà - La Pobla de Lillet  S. M.

Rios Llobregat, Bastareny y Riera de Saldes.
(pesca en el Llobregat y en el Bastareny en esta jornada)

Tramos pescados:

Tramo 1. Mañana, mediodía y primera hora de la tarde:
Río Llobregat, desde el primer bajador pasado el Camping L´Espelt, hasta el viaducto del Kilometro 6 de la  carretera de La Pobla de Lillet.

Tramo 2. Tarde:
Rio Bastareny, desde cien metros aguas abajo de la pasarela colgante de madera, hastael Pont de la Vila.

Capturas:

Tramo 1: 1 trucha fario a ninfa.
Tramo 2: 1 trucha fario a mosca seca y 1 trucha fario a ninfa. 

Climatología:
soleado y caluroso.

Hora de inicio de la jornada:  10,45 h.
Hora de finalización de la jornada: 17,00 h.

La música de hoy:

Esta semana no hubo audiciones de Música Clásica durtante los desplazamientos en coche, debido a que con mi amigo Pep estuvimos hablando de temas varios, pero sobre todo de política y futbol, y escuchando de mientras, a modo de música de fondo, un par de CDs recopilatorios de los grandes exitos de Jethro Tull.

Líneas Tensas!



Ferran RUBINSTEIN.

sábado, 9 de junio de 2012

JP-611. COTO DE RIPOLL - CAMPDEVANOL S. M. - TE-09B. Sábado, 09/06/2012.







JORNADA DE PESCA Nº 611.


PARECIDOS RAZONABLES, PERO ENGAÑOSOS.

A priori, podría parecer que la jornada de pesca de este sábado en Ripoll, pescando los antiguos cotos de Ordina y Font Viva, fué un calco de la del pasado sábado en Campdevanol, haciéndolo en los Freser 1 y 2  -la misma mañana soleada, el mismo cielo gris sin llegar a llover ni una gota a partir del mediodía, el mismo caudal alegre del a menudo sediento Freser, incluso el mismo número de truchas capturadas y soltadas,  un largo lapso de horas- y sin embargo hay ciertas diferencias marcan un diferente nivel de satisfacción a la hora de recoger trastos y dar por finalizada la jornada, para ir a merendar, en este caso a otra pastelería.
La mañana "de postal", no fué ni por asomo, tan calurosa como la de la semana pasada; es más, la tuve que empezar con manga larga. Tampoco la tarde bajo un cielo plomizo fué tan bochornosa como la de la semana pasada; incluso se levantó algo de aire a partir de las dos. Y por lo que hace a las truchas, que seguramente eso es lo que estáis esperando que os cuente, la misma cantidad cantidad que la semana pasada puede ser un dato muy engañoso, pues las de esta semana si dieron la talla, no tan solo en el combate, sino también en el tamaño: de las seis, cinco pasaron de los 35 cms., y sólo una quedó un poco por encima de lo que podríamos llamar "trucha palmera".
La jornada se estructuró en dos tramos dentro de los dominios pescables que el coto tiene sobre el Freser, uno dentro de los que serían los limites del antiguo coto de Ordina, y el otro, sensiblemente más corto, dentro de los de Font Viva, o sea, el hoy extinto sin muerte de Ripoll.    


ARRANCADA DE CABALLO Y PARADA DE BURRO EN ORDINA.

El haber capturado una señora trucha en la salida del canal de la hidroeléctrica, nada más comenzar a pescar, haber fallado la clavada de otra que subió al tricóptero del tandem, y volver a capturar otra trucha apenas unos metros aguas arriba, me hizo pensar que la jornada podría ser gloriosa.
Sin embargo, y como suele decir el refrán "arrancada de caballo, parada de burro". O lo que es lo mismo, a partir de ese episodio de actividad, no volví a clavar otra trucha hasta casi dos horas después, y tan lejos de alli como en las corrientes que hay por encima del area de picnic de la Font de la Rosa. Y con estas tres capturas, iba a terminar mi recorrido por Ordina, antes de marchar ha hacer una segunda manga plenamente urbanita dentro del casco urbano de Ripoll.
La verdad sea dicha, es que tuve que lidiar con varios contratiempos que alteraron mis planes. O supongo que esa es la excusa para justificar haber pescado poco en este tramo.
En el paso angosto del muro de la factoría Conforsa había ya dos pescadores faenando, por lo que se esfumó la posibilidad de pescar "en primicia" un trecho muy querencioso del coto, en donde a menudo obtengo muy buenos resultados. Para no molestarles, tuve que dar un largo rodeo, y cuando volví al río la actividad fulgurante del principio de la jornada se había esfumado.
Al llegar a la explanada de la Font del Roser, unos operarios estaban aspirando una cantidad ingente de pelusilla de chopo. Era tal la nube de dicha algodonosa semilla que levantaban, que me fué imposible  pescar los aledaños de la esplanada, y perdí la oportunidad de aprovechar el tiempo en otro buen tramo más de río.
Como dije más arriba, la tercera captura de esta primera manga llegó en las corrientes que hay antes de la presa. Al llegar a la tabla que hay antes de que comience el límite del refugio de pesca por paso de presa, una mala entrada en el río hizo que saliesen de casi debajo de mis pies unas cuantas truchas  que estaban "de panching" en la comodidad de poco más de un palmo de agua calentada por el sol.
Quizás si el caudal del río hubiera sido un poco menor, me hubiera arriesgado a dar un rodeo para acceder a la parte superior de la presa, y seguir pescando hasta por lo menos la entrada a Campdevanol, pero tanto el mal estado de mis suelas (¡sigo sin encontrar tiempo entre semana para cambiarlas!), como la posibilidad de un vadeo de riesgo me hicieron desistir de tal proyecto, para finalmente volver a mis intenciones iniciales, y probar suerte en el tramo urbano de Ripoll, o sea el antiguo coto sin muerte de Font Viva. 

TIEMPOS PASADOS, QUIZÁS SI QUE FUERON MEJORES EN FONT VIVA  

El cambio de escenario lo llevé a cabo mediante una caminata bajo el sol de primera hora de la tarde, todo y que no tardaría el cielo en cubrirse, y en quedar gris pero sin llegar a llover en ningún momento, como fué el caso de la semana pasada. Quizás en el caso de este sábado, el grado de humedad fué bastante menor, debido posiblmente a que se levantó un tanto de aire entre las dos y media y las cuatro de la tarde.
Aproveché la circunstancia de pasar por delante de mi coche de nuevo, para beber una lata de te con limón frio de la nevera portátil, y de paso rehacer aparejos. Seguí confiando en el tandem de seca y ninfa, pero la verdad es que convenía rehacer terminal y nudos.
Este tramo de la tarde fué más corto en longitud que el de la mañana, pero quizás más intenso en emociones, todo y que el balance final fué nuevamente de tres truchas, dos de ellas de muy buen porte, siendo la tercera la de menor longitud de entre las capturadas en este día.
A la mitad del exiguo recorrido, siempre sobre el Río Freser, y cuando llevaba dos truchas capturadas, fuí a dar un paseo para chafardear por el Ter, que ahora es zona libre sin muerte, y más que nada para ver si había algo de actividad por arriba y podía pescar un rato a seca, ni que fueran bagras.
Tras un rato de deambular mirando pero no pescando, vi señales de cebas esporádicas en unas aguas paradas que hay un poco más arriba del puente metálico. Estuve tentando lo que fuera que se cebase, fueran truchas o bagras, durante largo rato, y de paso practicando posadas y lances, y a cambio sólo tuve una subida a la mosca de algo que apenas llegué a revolcar, pero que se soltó enseguida.
Perdida la batalla de la mosca seca por este día, volví trama urbana a través a pescar el último mini-tramo que me quedaba pendiente, desde el puente del ferrocarril hasta el puente peatonal del Raval de Barcelona.
Fué entonces cuando me dí cuenta de lo realmente cambiado que está este sector del Coto, más aún que en mi primera visita de la presente temporada, el día de la inauguración. La poza  que queda por encima del puente de la calle del paso a nivel ha desaparecido casi por completo, colmatada por sedimentos, y no se veía ni pizca de actividad en superficie, cuando hace años y en tardes de bien avanzada la primavera como la de ayer, era un hervidero de peces cebándose con frenesí. ¡Cuan buenas epscatas había hecho en ese reducido espacio!. ¡Cuantas emociones, y cuan grandes y luchadoras truchas habían sucumbido aquí ante mis imiotaciones flotantes!. Espero que esto sea algo pasajero, y que quizás cuando el nivel de agua baje un poco volverá la actividad a esta coordenada del coto, todo y que ahora su aspecto sea tan distinto. De lo contrario, comenzaré a pensar -muy en contra de mi optimismo habitual- que los tiempos pasados si que fueron mejores en Font Viva, y de que quizás si sea cierto que la plaga del cormorán ha hecho estragos en este río.
La anécdota divertida del día, llego a tocar del punto final. Un señor desde lo alto del puente peatonal me "chivó" que una trucha de buen tamaño estaba pegada al fondo, justo al lado del pilar. Fuí lanzando el aparejo siguiendo las instrucciones del improvisado colaborador, y al final comseguí que la pintona tomase mi ninfa, y que ttras una breve pero intensa batalla, me sirviese de modelo fotográfico antes de ser devuelta al agua. Por supuesto, le dí efusivamente las gracias a ese buen hombre, que quizás fuera un pescador que ese día, por las circunstancias no había podido acudir a su cita con el río y con los peces.
Como colofón a la jornada, y aprovechando que estaba en Ripoll, fui a merendar a la siempre excelente pastelería Can Junyent, a ver si con un par de pasteles se me iba el mal sabor de boca virtual que me había dejado el ver el mal estado del que fué uno de mis rinconcitos de pesca favoritos en el microcosmos fluvial del entorno urbanita de la ciudad de los dos ríos, Venecia pirenaica y cuna de la Nació Catalana.           


JORNADA DE PESCA Nº 611.

Sábado, 9 de Junio de 2012.

Coto de Ripoll - Campdevanol S. M.

Ríos Ter y Freser.
(pesca solo en el Ter en esta jornada).

Tramos pescados:

Mañana y mediodía:

En Ripoll, desde la pasarela metálica de la hidroeléctrica hasta la presa del Pla d´Ordina..

Tarde:

En Ripoll, desde la confluencia con el Ter hasta el puente peatonal del Raval de Barcelona.

Capturas:

6 Truchas fario a ninfa (3 en el tramo 1, y 3 en el tramo 2).

Climatología:  mañana: soleado y templado; tarde: nubes altas y templado.

Hora de inicio de la jornada: 09,00 h.

Hora de finalización de la jornada: 16,45 h.

La música de hoy:

Viaje de ida:

Concierto para piano y orquesta en "DO" menor
Obertura-Concierto en "FA" mayor
Joachim Raff

Concierto para piano y orquesta nº 2
Alexander Glazunov

Viaje de vuelta:

Sinfonía nº 4 "La víspera de Pascua"
Josef B. Foerster

"Canción sobre las Grandes Llanuras"
George F. MacKay

Líneas Tensas!


Ferran RUBINSTEIN.


miércoles, 6 de junio de 2012

MODIFICACIONES EN LA ORDEN DE VEDAS DEL AÑO 2012




Hola Kamaradas:

Adjunto os paso un enlace con importantes modificaciones en la Orden de Vedas de este año,segun consta en el DOGC de fecha 1 de Junio de 2012.


http://www20.gencat.cat/portal/site/portaldogc/menuitem.175f6f96e658ffc3e4492d92b0c0e1a0/?vgnextoid=641a7e48f7b6e210VgnVCM1000000b0c1e0aRCRD&appInstanceName=default&anexos=1&selectedYear=2012&selectedMonth=5&numDOGC=6140

Recordad que esta Orden de Vedas es de obligatorio cumplimiento.
Un abrazo y Líneas Tensas,



Ferran RUBINSTEIN.

sábado, 2 de junio de 2012

JP-610. COTO DE RIPOLL - CAMPDEVANOL S. M. - TE-09B. Sábado, 02/06/2012






JORNADA DE PESCA Nº 610


Cada día me cuesta menos madrugar para ir al río. Consciente de que cada día de pesca es un bien escaso,
y en vista a que nuestros infames políticos se han empeñado en hacernos llegar a la jubilación con los pañales geriátricos puestos, este primer sábado de Junio ya estaba montando mis aparejos a pie de río Freser, no muy lejos del helipuerto de Campdevànol, antes de las nueve de la mañana, previo saludo al maestro pastelero Ignasi, de Can Nasiet, y reservale una "boina" de nata y yema quemada para la merienda "after fishing".
Las intensas tormentas habidas durante toda la semana en el area pirenáica, han hecho incluso desbordarse muchos embalses. Este sábado, el a menudo sediento Freser bajaba con sus mejores e imperiales galas, todo y que el deshielo ya terminó, alimentado por manantiales, torrentes y escorrantías atiborrados de agua.
Ocupó gran parte de mi tiempo de pesca, casi tres cuartas partes del mismo, uno de mis recorridos "clásicos" de este Coto, desde los tiempos en que era simplmente "El Freser-1", esto es desde el segundo puente de la factoría "Conforsa" hasta el paso estrecho del muro de la Colonia Molinou. Por la tarde, desistí por pura pereza de ir a probar otros escenarios dentro del mismo coto, como pudiera haber sido bajar al antiguo sin muerte de Campdevànol, o echar mano al volante para pescar en Ordina-Ripoll, y volví a recorrer gran parte del tramo de la mañana, pero solo hasta la presa del parque del mirador, con el añadido del tramo que va desde el primer puente de la factoría metalúrgica.
A las muy buenas condiciones de caudal del río, se les unió un dia soleado y caluroso, por lo que, presumía una jornada muy rica en capturas. Sin embargo, quizás porque bajaba más agua de la que esperaba, y esto dificultó e incluso imposibilitó el vadeo en ocasiones (mis suelas de fieltro están realmente lijadas, necesitan un cambio urgente; ¿podéis creer que voy tan de culo durante la semana que no he tenido ni tiempo de acercarme al zapatero?); o quizás porque estaban las truchas muy zurradas y escarmentadas tras la celebración en este coto del Selectivo de Alta Competición la semana pasada, el caso es que terminé el día con seis capturas de truchas de porte muy justito, un resultado que  mirándolo con objetividad no está mal atendiendo a que gran parte de la acción de pesca la tuve que limitar, por imperativo de mis gastadas suelas de bota, a mi propia orilla, y a los blandos de corriente que quedaran en el centro del cauce.
Toda y la poca actividad de las truchas, la soleada y calurosa mañana me pasó en un suspiro, de tal manera que a eso de la una me dí cuenta que parecía que no hubiesen pasado ni cinco minutos desde que había comenzado a pescar a eso de las nueve y media. Es lo que tiene estar concentrado pescando: podría estallar la Tercera Guerra Mundial a tocar del río que no te enterarías. Otra cosa sería que apareciese Milla Jovovich enfundada en un traje de submarinista de 2 tallas menos, invitándome a matar zombies fluviales en un nuevo episodia de "Resident River Evil", una proposición que no podría rechazar...
La casi totalidad de capturas del dia se produjo en esta primera manga, cinco truchas fario en total. Las circunstancias del río, o por lo menos la interpretación de las mismas que hice, me llevaron a pescar un poco más "pesado y tungstenizado" que de costumbre, con un par de ninfas con bola de tungsteno de más entidad que la habitual (un número 2 abajo, y un número 1 arriba), todo y que tres de las cinco capturas fueron en la muy poca profundidad del blando de corriente de mi propia orilla.
Cerca de la presa del Parque del Mirador, tuve la ocasión de conocer a Toni C., un simpático y educado pescador de Mollet, con el que tuve una interesantísima conversación sobre bajos de linea: un tema que por si solo haría correr ríos, pero de tinta. Aprovechando que estábamos juntos, nos encaminamos a pescar un rato por encima de la presa, y allí nos encontramos un grupo de pescadores bastante entrados en edad, que pescaban a cucharilla, Al darnos un rato de conversación, uno de ellos se quejaba amargamente de la enorme discriminación que sufre la pesca con cebo natural: y no le falta razón. Otro, tocó un tema polémico: no es oro todo lo que reluce en el tema de los sin muertes: a menudo se pesca más en un coto en que se permiten extraer cupos, que en sin muertes estrictos, más que nada por la pervivencia de terribles predadores en forma de truchas muy grandes que se dan en sitios en donde no se permite extraerlas del río. A este señor, tampoco le faltaba razón, por poco agradable que le pueda sonar a más de alguno este razonamiento.
Por la tarde, y tras despedirme de Toni C., el tiempo cambió un poco: llegaron nubes altas, dejó de brillar el sol, y se incrementó la sensación de bochorno, todo y que no llegó a llover. Para el tramo de la tarde, decidí aligerar el aparejo, y pasé a pescar con mi "jogo bonito" habitual, el de tándem de gran tricóptero de pelo de ciervo y ninfa de un tamaño y peso contenidos (una "Pheasant Tail" en anzuelo del 15, con cabeza de tungsteno del 1). Si bien en este tramo final de la jornada solo lleve a mi sacadera una trucha más, también pescada a ninfa, y de nuevo y por cuarta vez pescada en un blando de corriente de mi propia orilla que no estaría ni a un metro y medio de mis pies, lo cierto es que las emociones aumentaron por la parte que toca a la seca, pues tras dos rechazos al tricóptero en blandos de corriente, tuve una picada fulgurante y brutal de una gran trucha enmedio de la turbulencia de la corriente. Era la trucha más grande del día, y la perdí tras varios tiras y aflojas, en una mala gestión de la pelea, cuando el pez me ganó la corriente y tensé demasiado la linea.
Tras esta jornada de pesca, que no podría calificar de mala todo y que hubiera esperado meter más truchas en la sacadera, llegó el momento de la siempre ansiada y merecida merienda pastelera en Can Nasiet. Esta vez, tuve incluso dificultades para aparcar el coche cerca del establecimiento, puesto que había una gran animación en Campdevànol, con cortes de tráfico en algunas calles incluídos: se estaba celebrando una carrera de atletismo, conocida como la "Cursa del Comte Arnau". El jolgorio en la terraza de Can Nasiet (también tienen servicio de cafetería) era considerable, dado que estaba junto a los podiums en donde se entregaban los premios de la carrera, por lo que opté por merendar en el salón interior, esta vez -todo sea dicho- muy poco ocupado en pensar en las vicisitudes de mi recién terminada jornada de pesca, debido a la lectura de un par de capítulos de "Festín de Cuervos", la novela de la serie "Canción de Hielo y Fuego" (conocida por muchos como "Juego de Tronos"), que había llevado conmigo en previsión de tener algo con que entretenerme en el caso de que alguna tormenta me obligase a recluírme en mi coche por largo rato.

  
JORNADA DE PESCA Nº 610


Sábado, 2 de Junio de 2012

Coto de Ripoll - Campdevanol S. M.

 Ríos Ter y Freser
(pesca solo en el Freser en esta jornada)

Tramos pescados:

Mañana y mediodia:

En Camdpevanol, del segundo puente de la fábrica Comforsa hasta el paso estrecho junto al muro de la Colonia Molinou.

Tarde:

En Camdpevanol, del primer puente de la fábrica Comforsa hasta la presa del parque del mirador del río.

Capturas:

6 truchas fario a ninfa (5 en el tramo 1, y 1 en el tramo 2).

Climatología: mañana: soleado y caluroso, tarde: nubes altas y bochorno.

Hora de inicio de la jornada: 09,30 h.

Hora de finalización de la jornada: 17,00 h.

La música de hoy:

Viaje de ida:

Concierto para piano y orquesta en "DO" menor
Obertura-Concierto en "FA" mayor
Joachim Raff

Concierto para piano y orquesta nº 2
Alexander Glazunov

Viaje de vuelta:

Concierto para piano y orquesta en "SOL" menor
Anton Dvorák

Concierto para violoncello y orquesta nº 1
Joachim Raff

"Obertura Solemne"
Alexander Glazunov

Líneas Tensas!


Ferran RUBINSTEIN.